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Definición
La diabetes mellitus (DM) es un síndrome metabólico frecuente y crónica cuya
característica bioquímica esencial es la hiperglucemia. Las formas principales
de diabetes se clasifican en aquellas causadas por un déficit de secreción de
insulina debido a la lesión de las células Beta pancreáticas (DM tipo 1 o DMTl).
(1)
Epidemiologia
La diabetes mellitus tipo 1 es una de las enfermedades crónicas más
frecuentes en la infancia. Aunque la enfermedad puede manifestarse en
cualquier momento de la vida, aproximadamente dos tercios de los casos se
diagnostican antes de los 18 años de edad, con un primer pico de incidencia a
los 3-6 años y un segundo durante la adolescencia. Este hecho determina que
la prevalencia de la enfermedad se modifique sustancialmente en función de la
edad considerada, afectando de media a 1 de cada 1.500 niños a los 5 años
(0,06-0,07%) y a uno de cada 400 adolescentes (0,2-0,3%). No obstante, la
incidencia de diabetes tipo 1 varía ampliamente entre distintas regiones
geográficas y entre diferentes grupos étnicos.(6)
Genética
Existe una clara agrupación familiar de la DMTl, con una prevalencia entre
hermanos que se acerca al 6 %. El riesgo de diabetes también se incrementa
cuando un progenitor padece diabetes, y este riesgo es diferente entre los dos
progenitores: el riesgo es del 2% si la madre tiene diabetes, pero del 7%
cuando es el padre el que la padece. En gemelos monocigóticos, la tasa de
concordancia se sitúa entre el 30-65%, mientras que entre los gemelos
dicigóticos la concordancia es del 6-10%. Además, la susceptibilidad genética
para desarrollar una DMTl en los padres de un niño con diabetes se estima en
un 3%. Debe tenerse en cuenta que aunque existe un gran componente
genético en la DMTl, el 85% de los pacientes con un diagnóstico nuevo de
diabetes tipo 1 no tiene un miembro de la familia con DMTl. (7)
Diabetes Mellitus tipo 1 monogénica
Mientras que los alelos de los genes del HLA de clase II parecen tener la
asociación más fuera con la diabetes, estudios recientes de genotipado y
análisis de datos combinados han identificado asociaciones con otros
elementos del complejo HLA, especialmente el HLA-Ay el HLA-B. (3)
Factores Ambientales
El hecho de que el 50% de los gemelos homocigóticos sea discordante para la
DMTl, las variaciones encontradas entre áreas urbanas y rurales pobladas por
el mismo grupo étnico, el cambio en la incidencia que sucede con la migración,
el incremento de la incidencia que se ha visto en prácticamente todas las
poblaciones en las últimas décadas y la existencia de estacionalidad
proporcionan pruebas de que los factores ambientales también desempeñan un
papel importante en el desarrollo de la DMTl. (8)
Infecciones Virales
La prueba más clara del papel de las infecciones virales en la diabetes humana
se encuentra en el síndrome de rubéola congénita (SRC). La infección prenatal
por rubéola se asocia con autoinmunidad contra las células Beta en hasta el
70% y con desarrollo de DMTl en hasta el 40 % de los niños infectados. El
tiempo transcurrido entre la infección y el desarrollo de diabetes puede ser de
hasta 20 años. (4)
Enterovirus
Los estudios han mostrado una evidencia creciente de infección por enterovirus
en pacientes con DMTl y una prevalencia aumentada de ARN de enterovirus en
muestras de sangre prenatal de niños que posteriormente desarrollaron DMTl.
Virus de la Parotiditis
Dieta
Otros factores dietéticos que en algún momento se han sugerido que están
relacionados con el riesgo de diabetes son los ácidos grasos omega-3, la
vitamina D, el ácido ascórbico, el zinc y la vitamina E. (4)
Por ello, la historia natural de la DMTl implica alguna o todas de las siguientes
etapas:
1. Inicio de la autoinmunidad
2. Autoinmunidad preclínica con pérdida progresiva de la función de las
células beta.
3. Inicio de la enfermedad clínica
4. Remisión transitoria
5. Enfermedad establecida
6. Desarrollo de complicaciones
Lo que sí está claro es que los marcadores de autoinmunidad son mucho más
prevalentes que la DMTl clínica, lo que indica que el inicio de la autoinmunidad
es una condición necesaria pero no suficiente para la DMTl.
Independientemente del factor desencadenante, parece que en la mayoría de
los casos de DMTl diagnosticados en la infancia el inicio de la autoinmunidad
sucede en etapas muy tempranas de la vida. En la mayoría de los niños
diagnosticados antes de los 10 años los primeros signos de autoinmunidad
aparecen antes de los 2 años. El desarrollo de la autoinmunidad se asocia con
la aparición de varios autoanticuerpos. (9)
Otro factor que parece influir en la progresión del daño sobre la célula beta es
la edad a la que se desarrolla la autoinmunidad; los niños en los que aparecen
lAA en los primeros 2 años de vida desarrollan con rapidez anticuerpos contra
las células de los islotes y progresan a diabetes con más frecuencia que los
niños en los que los primeros anticuerpos aparecen entre los 5 y los 8 años.
Fisiopatología
La insulina es la principal hormona que suprime la producción hepática de
glucosa, la lipólisis y la proteólisis e incrementa el transporte de glucosa en los
adipocitos y miocitos y estimula la síntesis de glucógeno. En presencia de
niveles adecuados de aminoácidos en plasma, mantiene y estimula el
anabolismo proteico de todo el cuerpo, por lo tanto, es la hormona del
anabolismo de los nutrientes derivados de la ingesta de alimentos. En el estado
posterior a la absorción de nutrientes, la concentración de glucosa se mantiene
entre 80 y 95 mg/dL por regulación precisa de la liberación hepática de glucosa
y la utilización periférica de la misma. Cuando los niveles de glucosa
descienden por debajo de los niveles basales, la producción de glucosa
hepática se incrementa al disminuir los niveles de insulina y aumentar los
niveles de glucagón. (10)
Cuadro clínico
La DM1 puede permanecer asintomática durante meses o años. Los síntomas
clínicos, cuando se presentan, pueden presentarse de tres formas:
FORMA TÍPICA
Los síntomas se presentan dos a tres semanas previas al diagnóstico y
consisten en:
Fases de la diabetes
La DM1 se caracteriza por varias fases: Diabetes preclínica, presentación de la
DM1, remisión parcial o periodo de luna de miel y fase crónica o dependencia
permanente de insulina.
Los niños pequeños pueden tener cetoacidosis grave por una deficiencia
severa de insulina y el diagnóstico no se considera tempranamente.
La hiperventilación en la cetoacidosis puede confundirse con neumonía o
asma.
El dolor abdominal asociado a cetoacidosis por la isquemia intestinal
originada por estasis venosa puede confundirse con abdomen agudo siendo
el paciente referido al cirujano.
La poliuria y la enuresis pueden confundirse con infecciones urinarias y la
polidipsia puede atribuirse a causa psicogénica.
El vómito puede ser mal diagnosticado como gastroenteritis o sepsis. (11)
3. Aproximadamente en 80% de los pacientes los requerimientos de insulina
disminuyen transitoriamente después de haber iniciado el tratamiento.
Muchos estudios definen remisión cuando el paciente utiliza diariamente
menos de 0.5 unidades de insulina por kilogramo y la hemoglobina
glucosilada (HbA1c) se encuentra por debajo de 7%. La fase de remisión
parcial inicia días o semanas después de comenzar el tratamiento con
insulina y puede durar semanas o meses. Durante esta fase los niveles de
glucosa permanecen frecuentemente estables y dentro de lo normal; en
algunos casos se puede suspender temporalmente la insulina.
4. Fase crónica o de dependencia a la insulina: La progresión de la fase de
luna de miel a la fase crónica se caracteriza por una disminución gradual en
la función residual de la célula beta, aunque puede ser acelerada por
infecciones agregadas. En esta etapa, el reemplazo con insulina es la única
forma de tratamiento para niños y adolescentes con DM1. (11)
Diagnóstico
El diagnóstico de diabetes mellitus es muy fácil y puede hacerse en Atención
Primaria de forma inmediata. Se consideran dos formas de hacerlo:
Objetivos De Tratamiento
Los objetivos de control glucémico deben ser individualizados, con HbA1c <
7,5% para toda la población pediátrica (ADA, ISPAD e IDF 2014). Los objetivos
glucémicos deben ser tan próximos a la normalidad como puedan conseguirse,
sin incrementar el riesgo de hipoglucemias frecuentes ni graves. Fuera del
periodo de remisión parcial, el objetivo es obtener ≥ 50% de los valores de
glucemia entre 70-180 mg/dl y < 10% inferiores a 70 mg/dl. (12)
Los pacientes pediátricos con DM1 deben realizar monitorización del control
glucémico antes de las comidas y en el periodo postprandial, al acostarse, a
media noche, en relación con el ejercicio, cuando sospechan que tienen una
glucemia baja y hasta que la hayan normalizado, cuando corrigen una glucemia
alta y a intervalos más frecuentes ante procesos intercurrentes. La
monitorización glucémica es necesaria para el ajuste del tratamiento, para
evitar el riesgo de hipoglucemia y CAD y disminuir riesgo de complicaciones
crónicas de la DM. Se debe realizar la monitorización periódica de HbA1c
(mínimo 4 al año) que refleja la glucemia promedio durante 2-3 meses previos y
es un factor predictivo de las complicaciones de la DM. (12)
Tratamiento
Insulina
En todos los grupos de edad hay que intentar remedar la secreción fisiológica
de insulina con un tratamiento con múltiples dosis de insulina (MDI) con
análogos de acción rápida y retardada o con infusión subcutánea continua de
insulina (ISCI). Con cualquier régimen de insulina escogido hay que hacer una
adecuada educación diabetológica al paciente y la familia, con refuerzos
periódicos. Las necesidades basales de insulina se cubren con análogos de
acción prolongada o la tasa basal en ISCI y la ingesta con análogos de acción
rápida o bolos de insulina en ISCI. Como las necesidades varían mucho entre
individuos y cambian con el tiempo se requiere un ajuste frecuente basado en
las glucemias capilares. El buen control reduce el riesgo de las complicaciones
agudas y crónicas de la DM. (13)
Tipos de insulina
Dosis de insulina
La dosis correcta de insulina es aquella que consigue mantener la glucemia en
cifras próximas a la normalidad sin incrementar el riesgo de hipoglucemia. Tras
el tratamiento de la CAD con insulina intravenosa, las necesidades de insulina
permanecen alrededor de 1 UI/kg/día durante la primera semana y después
disminuyen progresivamente. Si no existe cetosis al diagnóstico, la
hiperglucemia se puede corregir con dosis repetidas de AAR subcutáneo a 0,2-
0,3 UI/kg adaptadas a las glucemias capilares. (13)
En la fase de remisión parcial: dosis total de insulina/ día suele ser < 0,5
UI/kg/día. En niños prepuberales (tras la fase de remisión parcial): 0,7-0,9
UI/kg/día.
Durante la pubertad: 1,2-1,5 UI/kg/día. Raro > 2 UI/ kg/día. Estos cambios
ocurren unos 2 años antes en niñas que en varones y coinciden con el estirón
puberal. Aparece hiperglucemia de madrugada (fenómeno del alba) por el
incremento de la secreción de GH.
Nutrición
Los requerimientos nutricionales no difieren a los del resto de los niños de igual
edad, sexo y grado de actividad física. La pauta insulínica se adapta a la
ingesta, pero hay que tener en cuenta el ejercicio y los gustos del niño y la
familia10. Los hidratos de carbono (HC) deben cubrir 50-55% de las calorías
totales. Las grasas: 25-35% y las proteínas de 15-20% de las calorías con un
aporte de fibra: 30-35 g/día. (13)
Ejercicio
Hipoglucemia
Cetoacidosis
El cuadro clínico es muy inespecífico, siendo muy fácil de confundir con otras
urgencias, sobre todo si no se conoce el antecedente de diabetes. La historia
previa de síntomas de hiperglucemia (polidipsia y poliuria) orientará. La cetosis
en sí provocará una serie de síntomas tales como náuseas, vómitos, anorexia,
astenia, dolor abdominal, decaimiento, malestar general y aliento peculiar
(como “a manzanas”). La intolerancia oral llevará a deshidratación,
conservando la diuresis. En cuadros avanzados será evidente la respiración
acidótica y la hipovolemia llevará a hipoperfusión tisular y deterioro del nivel de
consciencia. En esta situación la presencia de acidosis láctica (expresada por
anión gap mayor de 35 mmol/l) vendrá a agravar el cuadro.
Cetosis