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Una de las tantas problemáticas que puede asechar a nuestro país es el de la salud, de

acuerdo con la Ley 1122 de 2007 la salud pública está constituida por un conjunto de políticas

que busca garantizar de manera integrada, la salud de la población por medio de acciones

dirigidas tanto de manera individual como colectiva ya que sus resultados se constituyen en

indicadores de las condiciones de vida, bienestar y desarrollo. Dichas acciones se realizarán bajo

la rectoría del Estado y deberán promover la participación responsable de todos los sectores de la

comunidad, estilos saludables, población vulnerable, enfermedades transmisibles, enfermedades

no transmisibles, salud sexual y reproductiva, epidemiologia y demografía, salud ambiental,

salud mental y sustancias psicoactivas, vacunación, salud nutricional, entré otros.

Los sistemas de salud, en cualquier país, serán excelentes cuando sean capaces de

conservar la salud de la gran mayoría de la población y tratar bien, sin limitaciones, las pocas

enfermedades que se presenten después de aplicar permanentes medidas de prevención

específica.

La salud en Colombia presenta una evaluación negativa, debido a varias situaciones,

entre las cuales algunas merecen unos breves comentarios: (a) la corrupción generalizada; (b) la

injusticia e inequidad biológica, social, económica y política, lo cual ha generado los más altos

índices de pobreza en el país, como los que presenta actualmente; (c) el considerar la prestación

de servicios de salud como un negocio especulativo, que debe generar muchos ingresos y

ganancias, y (d) la mentalidad curativa y no preventiva de empresarios, dirigentes, directivos y

profesionales de la salud.
El peor mal del país, un cáncer crónico, es la corrupción. Esto, sumado a los daños

económicos que le producen a la sociedad colombiana la guerrilla, el paramilitarismo, el

narcotráfico y la guerra oficial solapada en que vivimos, no superan a la corrupción en montos y

perjuicios graves a la población y al sistema socioeconómico. Se puede implantar el más

avanzado y maravilloso sistema de salud o crearse las entidades que deseen, pero si en ellas

impera la corrupción, no habrá ninguna posibilidad para que se genere salud y excelentes o

buenos servicios de salud. La evaluación que han hecho expertos y entidades del sector salud,

algunas sociedades científicas, universidades públicas y privadas, Contraloría y Procuraduría, es

que la corrupción e intermediación han sido nefastas para el manejo de la salud en Colombia

¿Cuál cree que es el principal problema que enfrenta el sistema de salud en Colombia?

El principal problema se llama EPS, especialmente la expectativa de ganancia de los

intermediarios a expensas de la negación de la atención en salud a los colombianos. El problema

es que no hay manera de hacer compatibles las ganancias de las EPS con el bienestar general de

la población, y creo que para lograr este objetivo se requiere un gran compromiso por parte de la

administración pública.

¿Qué está sucediendo con el capital humano y la formación de los médicos en el país?

Algunos sectores aseguran que la negación de servicios por parte de las EPS es

consecuencia del insuficiente número de médicos que den respuesta a la demanda de atención en

salud. Las opciones que ha presentado el Gobierno han estado dirigidas a formar más

profesionales sin importar la calidad de esa formación, desconociendo el rol, la responsabilidad y


la opinión de las universidades. Este diagnóstico de escasez está incompleto, puesto que no se

sabe con certeza qué tipo de talento humano se requiere y en dónde se requiere para dar

respuesta a las demandas de atención de la población sin deteriorar las condiciones laborales de

los profesionales. Mientras tanto, gran parte del talento humano que se encuentra trabajando

actualmente se enfrenta a jornadas de trabajo extenuantes, contratos sin prestaciones laborales,

sin vacaciones y sin derecho a una incapacidad, vinculados a dos o tres empleos diferentes para

lograr un salario medianamente decente que permita pagar las deudas que contrajeron para poder

formarse.

¿Cómo la Ley 100 cambió el sistema de salud en Colombia? ¿Fue positiva o negativa su

reforma?

La Ley 100 introdujo el concepto de salud como mercancía, por lo tanto quedó sujeta a

ser un bien transable del que los inversionistas privados, tan sólo por servir como intermediarios,

obtienen ganancia. El problema de este modelo es que acrecienta la inequidad en salud,

incrementa el gasto sin mejorar la calidad y se interesa muy poco en el bienestar y la satisfacción

de los colombianos. Reconozco que, con todos los debates que se han dado en torno al modelo,

la Ley 100 movió el tema de la salud del terreno de la misericordia al del derecho, y los

colombianos empezaron a verlo y a exigirlo de esta manera. Por otro lado, los administradores en

salud se tomaron en serio su rol y ahora existe una mejor planeación y administración de los

hospitales y clínicas. Se volvieron tan buenos en esto que han logrado sobrevivir a la

competencia desleal, las glosas y otras estrategias de los aseguradores.

¿Cómo se ha visto afectada la salud de los colombianos por la corrupción?


Tristemente, los organismos de control tienen pocos recursos para detectar la corrupción

y para castigar fuertemente a quienes se apropian de dineros de la salud. Particularmente

considero que las condenas a quienes se compruebe que roban recursos de la salud deben ser

ejemplarizantes, de tal manera que a nadie se le ocurra robarse un peso del sistema. Mientras no

sea así, el sector salud seguirá siendo como una fiesta con piñata.

Muchos pacientes se quejan de la imposibilidad de acceder a los medicamentos que

necesitan para tener un óptimo estado de salud.

¿Por qué esos reclamos se están volviendo más frecuentes?

Hay dos escenarios para eso. Uno, que se los nieguen porque no están incluidos en el

POS y, por lo tanto, no están cubiertos por el sistema, o dos, que los nieguen aun teniendo

derecho a ellos. En el primer escenario, los pacientes acuden cada vez más a la tutela para poder

acceder a aquello que no cubre el sistema, esto implica que debe actualizarse el POS y

posiblemente también requiera de educación a pacientes y médicos para que soliciten sólo

medicamentos que tienen demostrada efectividad clínica, porque en ocasiones la industria

farmacéutica presiona para que la gente demande medicamentos que son costosos pero muy poco

efectivos en comparación con mejores alternativas. En el segundo caso, pienso que la gente no se

queja tanto como debiera, lo que lo hace mucho más complicado, porque implica una negación

consciente de los servicios. En los informes de tutelas de la Defensoría del Pueblo se observa que

gran parte de las demandas exigen servicios contenidos en el POS, y los pacientes tienen que

someterse a una vía legal para que les den las cosas a las que tienen derecho. Esto debería ser
severamente castigado, porque implica perder tiempo para brindar un tratamiento y sufrimiento

para el paciente, gastos legales y pérdidas para la sociedad.

¿El sector privado es mucho más responsable con el sistema de salud que el sector

público?

En Colombia se vendió la idea de que lo privado es mucho más eficiente y transparente

que lo público. Sin embargo, la evidencia científica demuestra que los sistemas públicos con

administración pública o sin ánimo de lucro de los recursos de la salud son mucho mejores para

alcanzar los objetivos de equidad, calidad, universalidad y costo-efectividad del sistema. Lo que

se ha observado con seguros privados o administración con ánimo de lucro es que se acrecientan

los costos, se disminuye el acceso a la atención médica y se amplía la inequidad.

En síntesis, ¿cuál es su propuesta para una reforma del sistema de salud en el país?

Inclinar la balanza hacia algo más equitativo y de mayor satisfacción para los

colombianos implica el reconocimiento y la garantía de la salud como derecho fundamental, y la

completa eliminación del ánimo de lucro en la administración o intermediación con dineros de la

salud. Se requiere inversión y apuesta política por un modelo de atención primaria en salud, sin

descuidar la atención adecuada de la enfermedad y sus complicaciones. Adicionalmente, se

necesita establecer un buen sistema de información nacional que permita identificar las

características y necesidades en salud de los ciudadanos; fortalecer los organismos de vigilancia


y control a las instituciones de salud y al gasto en salud específicamente, y controlar la industria

de tecnologías médicas para poder cubrir más y mejor a los colombianos. Estas medidas deben

acompañarse de principios como el trabajo decente de todo el recurso humano en salud, el

respeto a la autonomía profesional y el estímulo a la autorregulación ética de los mismos; de

promover mayor participación de los colombianos en su propio cuidado de la salud, en la toma

de decisiones de acuerdo con sus preferencias.

¿Cómo está nuestro sistema de salud en comparación con otros del mundo?

Tenemos problemas que son comunes a muchos países, tanto desarrollados como en vías

de desarrollo. Por ejemplo, crece la población anciana y los costos de las tecnologías médicas

amenazan los presupuestos en salud. Pero además tenemos problemas similares a otros países en

vías de desarrollo, como la incidencia de enfermedades transmisibles, más todas las tropicales

que, en lugar de estar bajo control, aparecen nuevas, como el zika y la chikunguña. Pero uno de

los principales problemas es que es un sistema de salud que no es equitativo, que no brinda

atención en salud de la misma manera a todos los colombianos, y que pudiendo ofrecer una

atención de mayor calidad no lo hace. En un país con pobreza y niños muriendo de desnutrición,

el sector salud podría estar haciendo más con los recursos que tiene. Chile, uno de los países que

impulsaron el aseguramiento privado, ha establecido nuevas políticas para tratar de controlar las

ganancias del sector, ampliar la cobertura en la atención de ciertas enfermedades y fortalecer el

sistema público, pero en Colombia, cada nueva política fortalece más el modelo de

aseguramiento con administrador privado. Es como si no se aprendiera nada de la experiencia, o

tal vez, que las EPS son un grupo de interés demasiado fuerte y deciden la política en salud del

país.

Conclusión
Se analiza los principales problemas que enfrenta el sector de la salud en Colombia.

Destaca la corrupción como el peor mal y hace un llamado a mirar más allá de lo curativo. A

partir de una visión de la salud como aquellas condiciones que garantizan la calidad de vida,

concluye indicando las bondades de la promoción de la salud y las medidas de prevención

específica para tener una población más sana.

Los propietarios, los directivos, los consultores y los asesores de las empresas promotoras

de salud e instituciones prestadoras de servicios de salud saben todo lo anterior, pero no han

querido aceptar que si uno de sus objetivos y propósitos es tener cuantiosos excedentes

financieros, la forma más fácil, transparente, honesta y ética de obtenerlos es aplicando

excelentes programas de prevención específica de las enfermedades, pues podrían reducirlas

entre el 60% y el 70%, si quisieran, y así atenderían muy bien a los pocos enfermos que

existieran, sin limitarlos ni restringirlos en las necesidades que tengan, sin suprimirles servicios,

sin condenarlos a que se mueran o a que se arruinen vendiendo sus propiedades o gastando sus

cesantías y ahorros, para poder recibir los tratamientos que requieren

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