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Instituto Politécnico Nacional

Unidad Profesional Interdisciplinaria en


Ingeniería y Tecnologías Avanzadas

Alumno: Palacios Hernández Carlos


Daniel

Grupo: 1BM1

Asignatura: Bioética

Actividad: Video documental SICKO


El sistema de salud de cada país constituye una base fundamental para el bienestar
de su población y desarrollo humano. Permitiendo a sus habitantes tener una mejor
calidad de vida junto con una mayor esperanza de vida. A lo largo del mundo
diversas naciones han establecido parámetros, programas y protocolos que
procuran garantizar el acceso universal a servicios médicos para las personas.
La efectividad con la que el estado o instituciones sanitarias brindan estos cuidados
se ven influenciadas por factores sociales, culturales, económicos, políticos, e
incluso ideológicos, como se verá posteriormente.
Comparemos los sistemas de salud mostrados en el video SICKO, añadiendo datos
estadísticos de interés obtenidos a lo largo de los últimos años por la OMS.

SISTEMAS DE SALUD EN EL MUNDO.


El sistema de salud estadounidense es considerado como uno de los más
avanzados en materia de progreso tecnológico y capacitación profesional. Con un
gran número de hospitales y clínicas en casi cualquier estado, y hasta en las zonas
más remotas del país.
Según la OMS, en 2019, estados unidos destinó el 16.9% de su PIB al sector salud.
Porcentaje incluso mayor al de países como Francia o Reino Unido, cuyos sistemas
de salud son posicionados dentro de los mejores. Sin embargo, el sistema sanitario
de estados unidos se encuentra en el puesto 35, muy por debajo del promedio en
países desarrollados. En comparación, México se encuentra en el puesto 53.
La causa de la aparente contradicción, esta directamente relacionada con el
funcionamiento del sistema, ya que no proporciona una cobertura universal para los
ciudadanos estadounidenses. Como se pudo observar en el documental, los
pacientes buscan desesperadamente afianzarse a un seguro médico. En ocasiones
su empleo los afiliaba a un seguro privado, pero muchas veces la afiliación dependía
enteramente del individuo, lo que conduce a numerosos obstáculos para obtener
los limitados beneficios que ofrece.
En esencia, cada persona paga de su bolsillo por el tratamiento médico que
requiera, aún cuando los gastos deberían ser cubiertos por la aseguradora,
múltiples casos de atención son rechazados por parámetros que cabrían
considerarse irrelevantes. Cómo el padecimiento de una condición preexistente o
por el empleo de métodos experimentales “no comprobados”. No obstante, el
trasfondo de estos sistemáticos rechazos reside en que la tasa de reembolso o
recuperación financiera al tratar cierto paciente, es demasiado baja.
Lo anterior se traduce básicamente, en que aquellos pacientes cuyos tratamientos
fueron rechazados por sus aseguradoras, fueron denegados por el costo que le
generaba a la institución prestadora de servicios médicos. Desde un punto de vista
humanitario, dicha situación es calificada como abominable, ya que trata la vida de
una persona como un ente meramente económico, y no como lo que es, un humano
con el derecho a la vida y paz.
Aunque existen programas subsidiados por el gobierno que buscan mejorar la
cobertura sanitaria, las pautas que establecen para otorgar recursos financieros a
individuos en situaciones de pobreza, con posibilidades nulas de pagar atención
médica, son tantas y tan rebuscadas que miles de personas aún en situaciones
extremas no califican para estos programas. Ejemplos de ello tenemos a Medicaid,
SCHIP y Medicare, que, a pesar de intentar extender la cobertura de servicios, no
son suficientes para obtener un seguro médico privado o carecen de atenciones
como odontología y oftalmología.
Aunado a ello, y cómo se observo en el documental, los exorbitantes costos de
atención no son el único impedimento para el bienestar de la salud. El problema
atañe a una cuestión ideológica y de idiosincrasia. La ideología de que el capitalismo
es mejor organización que el socialismo y comunismo, y que cualquier intento de
control sobre instituciones de salud, sean públicas o privadas, convierte el sistema
en paternalista, que “limita” la libre elección de las personas.
Del caso de Estados Unidos podemos concluir, que el enorme financiamiento que
reciba el sector salud de un país, no necesariamente implica una cobertura universal
de atención. En gran medida, la política y programación social que de alguna
manera ejerce el gobierno sobre su gente, llegan a crear un pensamiento egoísta
entre las personas.
Este sentimiento egoísta, podría no ser genuino dentro de la población, sino más
bien un factor de control social.
Al comparar el sistema de sanidad de EEUU con el de Inglaterra, nos encontramos
con el Servicio Nacional de Salud (National Health Service), fundado en 1948, cuyo
objetivo es hoy y siempre, la prestación de servicios médicos a cualquier ciudadano
o residente de Inglaterra. Cómo se observó en el documental, los hospitales y
clínicas reciben a diario cientos de pacientes, cubriendo en su totalidad con los
gastos generados. Los servicios sanitarios están financiados por impuestos, los
médicos son profesionales ubicados y asalariados por el gobierno, el paciente
puede elegir a su médico de confianza, y contrario a la creencia inicial del conductor
del largometraje, las consultas tienen un tiempo de respuesta mínimo y efectivo.
De manera similar y en un territorio no muy alejado, en Canadá la atención de salud
se proporciona por un sistema simbiótico cuyo financiamiento es compartido por los
seguros de salud público y privado, los usuarios y el gobierno. Lo que permite la
atención médica digna y completa para sus pacientes en la mayoría de los casos.
El sistema de nueva cuenta está mantenido por los impuestos. Las legislaciones en
este país explícitamente prohíben negar la asistencia a cualquier ciudadano o
residente canadiense sin importar su capacidad económica. Aunque el control
estatal se ve más limitado, no deja de tener un buen grado de importancia.
Por encima incluso de Inglaterra, según la OMS, podemos encontrar el sistema de
salud de Francia, considerado el mejor o de los mejores mundialmente.
Francia cuenta con un Sistema de Salud Universal, donde el seguro médico es
obligatorio para toda la población, que en gran parte, es financiado por el estado, a
través de un sistema de seguro nacional (Apolo, 2021).
La atención a los habitantes la brindan hospitales públicos, hospitales privados con
o sin fines de lucro, hospitales comerciales e incluso profesionales independientes.
Existe una compartición de prestación de servicios entre diferentes instituciones,
con el 62% directamente gestionado por el gobierno.
El estado coparticipa con los gastos involucrados, reembolsando al ciudadano luego
de que el paciente realice algún pago (en caso de ser atendido por el sector privado).
Visto los anteriores casos, es evidente que el intervencionismo estatal, lejos de
obstaculizar las labores médicas, las beneficia, protegiendo mejor a la población de
enfermedades y padecimientos.
Además, el pago a los profesionales de la salud es justo y más que suficiente para
permitirles bienestar económico y social. Conjuntamente, el pago de impuestos, no
representa mayor problema para aquellas familias con ingresos estables.
Cabe destacar, el rechazo inicial del presentador del programa hacia un sistema de
salud intervenido y regulado por el estado, bajo el pensamiento de ocuparse
individualmente de nuestros problemas, en lugar de soportar todas las necesidades
sociales en conjunto. Se menciona que dicha intervención estatal es un acto
socialista que entorpece casi cualquier actividad médica. Aunque en realidad, este
pensamiento predomina únicamente para continuar satisfaciendo a las grandes
industrias farmacéuticas incrementando sus ganancias cada día más.
En este sentido, el estado es benefactor al intervenir directamente en el sector
salud, brindando tiempos cortos de atención, costos bajos, acceso universal para
cualquier ciudadano, cuidados preventivos y paliativos, e incluso atención adicional
para mujeres embarazadas, adultos de tercera edad o niños.
En el papel, y en países primermundistas, esta práctica es sumamente efectiva. No
obstante, la realidad se ve un poco truncada cuando analizamos casos de países
tercermundistas como México.
En nuestro país el sistema de salud comprende dos sectores, público y privado, que
beneficia según la constitución a:
• los trabajadores asalariados, los jubilados y sus familias;
• los autoempleados, trabajadores del sector informal, desempleados y personas
que se encuentran fuera del mercado de trabajo, y sus familias, y
• la población con capacidad de pago.
El sistema es sostenido mediante impuestos de la ciudadanía, y ofrece un acceso
universal parcial a su población.
Quizá un elemento determinante de en la baja efectividad de algunos servicios, es
la marcada desigualdad social del país y la corrupción en el desvío de recursos.
Según una encuesta realizada por el Global Health Service Monitor, tan solo el 32%
de los encuestados dijeron haber estado satisfechos con la atención brindada.
Porcentaje por debajo de países como Colombia y Argentina.
El requerimiento de recursos públicos adicionales para satisfacer la costosa
demanda de los servicios; garantizar un compromiso presupuestal por parte de las
autoridades, una mayor orientación del cliente, y por, sobre todo, la extensión de
servicios a zonas marginadas del país son algunos de los retos que enfrenta el país
por mejorar sus servicios médicos.
Como conclusión, podemos notar que el acceso universal a la salud para la
humanidad es un elemento dependiente de muchos más factores que solo el
financiamiento que recibe la investigación e innovación tecnológica, involucrando
cuestiones ideológicas, culturales y políticas.
Cade destacar enormemente, la intención de ayuda comunitaria y humanitaria de
países desarrollados por cuidar a su población. Sin embargo, en países
semidesarrollados, hacen falta más que solo buenas intenciones para mejorar la
salud de las personas; se requiere compromiso estatal para sacar adelante nuevas
iniciativas en la mejora continua de estas actividades.
Al final de todo, la necesidad de las personas por curar enfermedades y mantenerse
sanos, es capaz de sacar a relucir el lado más solidario del ser humano, donde
profesionales asisten a pacientes sin excepción alguna, y con el único fin de
preservar la vida.
Bibliografía:
1. Araujo, E.; (2021). Cómo funciona el sistema de salud en Francia. Apolo
Español. Recuperado en https://espanol.apolo.app/como-funciona-el-
sistema-de-salud-en-francia/

2. Araujo, E.; (2021). Cómo funciona el sistema sanitario de EE. UU.Apolo


Español. Recuperado de https://espanol.apolo.app/como-funciona-el-
sistema-sanitario-de-estados-
unidos/#:~:text=Como%20la%20mayor%C3%ADa%20de%20los,de%20cob
ertura%20universal%20de%20salud.

3. Entendiendo el sistema de salud en EEUU (s.f). Thinkinworld. Consultado el


12 de diciembre del 2022 en https://thinkinworld.com/vivir-en-
usa/entendiendo-el-sistema-de-salud-de-ee-uu/

4. GLOBAL HEALTH SERVICE MONITOR 2021 (2021). [PowerPoint].


Recuperado en
https://www.ipsos.com/sites/default/files/ct/news/documents/2021-
10/Global-health-service-monitor-2021-ipsos.pdf

5. Los países con los mejores sistemas de salud en este 2021 (2021).
Saludiario. Recuperado de https://www.saludiario.com/grafica-los-paises-
con-los-mejores-sistemas-de-salud-en-este-2021/

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