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Introducción

(no está hecha, aquí pretendo presentar el tema de discusión, los objetivos del
documento etc)

Objetivos generales: plantear el problema desde una perspectiva no fatalista


sino positiva

Objetivos específicos:

● Concientizar sobre la realidad legar de los adolescentes


● Diferencias patria potestad de responsabilidad parental
● Plantear los conflictos es relación a la paternidad bíblica
● Cuestionar nuestras actitudes reactivas
● Proponer una paternidad bíblica dentro de este marco de la realidad

(Quizás en la conclusión: una paternidad bíblica puede tener una influencia


más poderosa que contexto social y política en la vida de nuestros hijos)
Marco conceptual
En 2015 el Código Civil y Comercial de la Nación Argentina (CCyC) por sanción
de la Ley 27.007 pone en vigencia una serie de reformas muy importantes en
todo el ordenamiento jurídico nacional introduciendo significativos cambios en
materia de derecho de familia, muchos de los cuales tuvieron una repercusión
negativa en el ambiente cristiano.

En la Argentina en la reforma de la Constitución Nacional en 1994, se realiza


una importante modificación, en la cual introduce nuevos derechos e
instituciones. Una de las modificaciones más importantes consistió en conferir
rango constitucional a los instrumentos internacionales de Derechos Humanos,
entre ellos la Convención Internacional de los Derechos del Niño (CIDN).

Esta adhesión a la CIDN implicó como consecuencia un cambio de la


institución jurídica (como la reforma de CCyC) introduciendo nuevos términos y
conceptos A continuación, se presentará un análisis de los términos y
conceptos de interés en este documento.

Infancia y adolescencia
Se sabe que el significado del término infancia ha evolucionado a lo largo de la
historia, y esto se ha visto reflejado en el trato y consideración hacia los niños y
niñas. Partiendo de un trato indiferente, negligente y cruel a un reconocimiento
de esta etapa como un período primordial en la vida de las personas.

El diccionario de la Real Academia define infancia como un período de la vida


humana que va desde el nacimiento hasta la adolescencia 1. Es decir, la
primera etapa de la vida de las personas, la cual es fundamental en el
desarrollo físico, intelectual, emocional y social.

La CDN (1989), en el artículo 1 “define como niño a todo ser humano menor de
dieciocho años de edad salvo que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya
alcanzado antes la mayoría de edad”. La Ley 26.061 (2005), ley de Protección
Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, determina que
niño es la persona hasta los 18 años, introduciendo la terminología de niñas,
niños y adolescentes. La ley 2086 C de la provincia del Chaco (2012), Ley de

1 Disponible en: https://dle.rae.es/srv/search?m=30&w=infancia


protección integral de derechos de niñas, niños y adolescentes en su artículo 1
ratifica esta disposición de la ley nacional.

El CCyC es más contundente y explicativo en su artículo 25 donde clasifica


niño o niña a la persona de cero hasta 13 años, distinguiendo al adolescente
como la persona menor de edad que ha cumplido 13 hasta los 18 años. Lo más
destacable de esta categorización es el cambio de paradigma expresado en el
cambio del uso de terminologías como “menor” a “persona menor”

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la adolescencia es el


período de crecimiento que se produce después de la niñez y antes de la edad
adulta, entre los 10 y 19 años. 

Profundizando sobre esta cuestión, la presente investigación toma el rango


etario de 13 a 16 años, es decir adolescentes.

Mas adelante se planteará según estos dispositivos legales el alcance de la


problemática planteada por este rango etario. Pero antes, se considera
importantes poder definir otros términos necesarios como “Patria potestad”,
“responsabilidad parental”, “interés superior” y por supuesto “autonomía
progresiva”.

Patria potestad vs responsabilidad parental


Como resultado a esta adhesión a los tratados internacionales en Derechos
humanos por parte de la Argentina, la reforma del Código Civil y Comercial
(2015) era inminente. Este vuelco del cuerpo normativo involucró la
reformulación de denominaciones y paradigmas del instituto relativo a la patria
potestad. De aquí que el CCyC en su artículo 638 introduce el término
“responsabilidad parental” y los define como el conjunto de deberes y derechos
que corresponden a los progenitores 2 sobre la persona y bienes del hijo. Este
deber y derecho tiene como finalidad la protección, desarrollo y formación
integral de la persona mientras sea menor de edad, y no se haya emancipado.”

La patria potestad, ya en desuso, fue un término acuñado en el antiguo Código


Civil (1871-2005), es un concepto que indicaría poderes absolutos e ilimitados

2 Los progenitores son quienes conservan la titularidad de la responsabilidad parental, y mantienen el


derecho de supervisar, la crianza y educación del hijo en función a sus posibilidades. En otras palabras
quienes ejercen el rol de padres, sea este un vínculo jurídico que se da por naturaleza, adopción, o
tratamiento de reproducción humana asistida, adopción o afinidad.
derivados del derecho romano. Estos poderes eran ejercidos por el pater
(hombre libre, ciudadano) que no necesariamente era el padre, sino lo que era
considerado como la cabeza de la familia. Este poder se aplicaba sobre las
personas que ingresaban a su familia por nacimiento o causas establecidas por
la ley, por ejemplo, adopción (Ares , Vassallo, & Belén). Quienes estaban bajo
la autoridad del pater, debían someter su voluntad, derechos y bienes a su
potestad3

Si se observa la enunciación del “patria potestad” en el antiguo Código Civil, en


realidad no se denotarán grandes diferencias. Éste se define también como
conjunto de deberes y derechos para protección y formación integral de los
hijos. Sin embargo, el vuelco que hace la reforma del CCyC, se da en sentido
terminológico (por ejemplo en el uso de la palabra “progenitores” en vez de
padres, entre otros) y en algunas implicaciones en cuanto al alcance del
ejercicio del derecho y responsabilidad sobre los hijos.

La figura de patria potestad es considerada como verticalista, en el cual el


ejercicio del poder es descendente, los padres tienen poder sobre los hijos sus
bienes y deciden sobre ellos. Esta vieja concepción de relaciones familiares
implicaba que si los padres se separaban solo uno de los progenitores quedaba
a cargo (lo que era llamado “tenencia”, término que también fue reemplazado
por “cuidados personales”) relegando así la función del otro progenitor a un rol
secundario. Este es un cambio sustancial en cuanto a responsabilidades
parentales poniendo al mismo nivel a ambos padres frente a las mismas, esto
quiere decir que ambos progenitores tienen las mimas obligaciones de
cuidados por igual, buscando que ambos estén presentes en la vida de sus
hijos.

“Se intenta así garantizar el derecho de los hijos a ser cuidado por ambos
progenitores y evitar que un progenitor tenga la 'tenencia' y pase a ser el
progenitor principal y el otro sólo 'visite', como si se tratara de un extraño"
(TELAM, 2015)

3 Dato interesante es que no se libraban de esta potestad ni al llegar a la mayoría de edad


ni al contraer nupcias.
En este sentido los hijos se cuidan no “se tienen”. Además, se acompaña en la
toma de decisiones y al ejercicio de sus derechos lo cuales van siendo cada
vez más propios y no de los padres

El art. 639 del CCyC enumera una serie de principios que rigen la
responsabilidad parental. Ellos son: el interés superior del niño (I.S.N.), la
autonomía progresiva del hijo y el derecho a ser oído y a que su opinión sea
tenida en cuenta, con algunas salvedades. A continuación, se desarrollarán
cada uno de ellos. (Ares , Vassallo, & Belén)

Estos cambios, y muchos otros que no están siendo mencionados, tienen su


razón de ser, lo que se busca es poner en el centro al niño, niña y adolescente
(NNA) y a sus derechos, como por ejemplo el derecho a ser oído y su interés
superior. La responsabilidad parental pone el énfasis en el cuidado y protección
más que en la autoridad sobre el nna.

Interés superior
En este sentido se hace necesario entender este principio fundamental de las
nuevas normativas. La CIDN en su art. 3 precisa que todas las medidas (en
instituciones públicas, privadas, de bienestar social, tribunales, órganos
legislativos etc.) respecto del niño deben estar basadas en la consideración del
interés superior del mismo, y exige a los Estados a asegurar una adecuada
protección y cuidado, cuando los progenitores responsables no tienen
capacidad de hacerlo. En función a esto la ley 26061 del Sistema de Protección
de NNA define y especifica en el artículo 3 que el interés superior del niño se
entiende como la máxima satisfacción, integral y simultanea de los derecho y
garantías de los NNA, debiéndose respetar lo que se detalla a continuación: a.
Su condición de sujeto de derecho; b. El derecho de las niñas, niños y
adolescentes a ser oídos y que su opinión sea tenida en cuenta; c. El respeto al
pleno desarrollo personal de sus derechos en su medio familiar, social y
cultural; d. Su edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás
condiciones personales; e. El equilibrio entre los derechos y garantías de las
niñas, niños y adolescentes y las exigencias del bien común; f. Su centro de
vida. Se entiende por "centro de vida" el lugar donde las niñas, niños y
adolescentes hubiesen transcurrido en condiciones legítimas la mayor parte de
su existencia.
Es decir que, cuando exista conflicto entre derechos e intereses de las nna
frente a otros derechos igualmente legítimos, prevalecerán los primeros. Una
decisión que cualquier autoridad adopte debe reflejar y contemplar la sumatoria
de todos los derechos de la Convención, en este sentido es integral. Además,
esta aplicación debe ser simultánea, al mismo tiempo, de todos los derechos.
Este principio proporciona un parámetro objetivo que permite resolver
problemas de los nna, ya que las decisiones que se tomen deben ser aquellas
que resulten en mayor beneficio para ello

(falta los conectores que explican porque es importante este término en función
a la autonomía progresiva)

Derecho a ser oído.

La Convención sobre los Derechos del Niño consagra, en su art. 12 el derecho


de los nna a ser oído en todo proceso judicial o administrativo en el que directa
o indirectamente se puedan ver afectados. El cual no sólo representa un
derecho en sí mismo, sino también un principio que debe tenerse en cuenta
para interpretar y hacer respetar todos los demás derechos.

La finalidad de este principio es garantizar la participación de nna en las


decisiones que les afectan y representa una transformación importante al
reconocerlos como sujetos activos de derecho, es decir, no son simplemente
receptores pasivos de la protección de las personas adultas, sino más bien, se
les reconoce el derecho, la capacidad, la titularidad y la agencia para influir en
temas relevantes para sus vidas acorde a su dignidad. (UNICEF)

Por consiguiente, para que los nna hagan efectivo su derecho a participar en
las decisiones que los afectan, el ejercicio debe entenderse en conjunto con
otros derechos incorporados en la CDN, entre ellos, la libertad de expresión; la
libertad de pensamiento, conciencia y religión; libertad de asociación; y acceso
a la información (artículos 13, 14, 15 y 17, respectivamente). Cada uno de
estos derechos están relacionados con la posibilidad de expresar su opinión, y
que esta sea tenida en cuenta.
La ley 26.061 en su adecuación a este instrumento internacional, en el marco
de cualquier procedimiento judicial donde los nna sean parte, ratifica este
principio es su art. 2º. Por su parte el art. 3º, inc. b, ordena que se deberá
respetar "el derecho de las nna a ser oídos y que su opinión sea tenida en
cuenta". Además de que en el art. 24, en su inc. a, se prescribe el derecho de
los nna a "Participar y expresar libremente su opinión en los asuntos que les
conciernen y en aquellos que tengan interés"; y el inc. b) determina que
también les asistirá el derecho a "que sus opiniones sean tenidas en cuenta
conforme a su madurez y desarrollo. Este derecho se extiende a todos los
ámbitos en que se desenvuelven las niñas, niños y adolescentes; entre ellos, al
ámbito estatal, familiar, comunitario, social, escolar, científico, cultural,
deportivo y recreativo". Entre otros artículos alusivos al tema como el 27 y el
41.

Por lo dicho anteriormente, se puede destacar que este derecho no garantiza


que la decisión que se tome sea exactamente la que el nna desee o requiera.
La redacción del artículo 12 de la CDN desliza cierto condicionamiento al
derecho de expresión requiriendo una evaluación que determine si "el niño se
encuentra en condiciones de formarse un juicio previo." Por lo tanto, no
necesariamente implica que todo aquello que visiones o desee el nna le será
concedido.

Bien ¿cuál es el criterio? La edad y el grado de madurez. En cuanto a la edad


en nuestro país el CCyC estipula ciertas

El artículo 26, CCyC, dispone: Ejercicio de los derechos por la persona


menor de edad. La persona menor de edad ejerce sus derechos a
través de sus representantes legales. No obstante, la que cuenta con
edad y grado de madurez suficiente puede ejercer por sí los actos que
le son permitidos por el ordenamiento jurídico … Se presume que  “el
adolescente entre trece y dieciséis años tiene aptitud para decidir por sí
respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni
comprometen su estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida
o integridad física. Si se trata de tratamientos invasivos que
comprometen su estado de salud o está en riesgo la integridad o la
vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con la asistencia
de sus progenitores; el conflicto entre ambos s se resuelve teniendo en
cuenta su interés superior, sobre la base de la opinión médica respecto
de las consecuencias de la realización o no del acto médico. A partir de
los dieciséis años el adolescente es considerado como un adulto para
las decisiones atinentes al cuidado de su propio cuerpo”. Esta norma
debe complementarse con el artículo 59 del mismo cuerpo legal –
vinculada al consentimiento informado– pues de esta última se
desprende que no se requiere de capacidad jurídica para tomar este
tipo de decisiones, sino de “aptitud” o “competencia”. Ambas normas,
analizadas desde el punto de vista de los niños y adolescentes,
resultan claras expresiones del principio de autonomía progresiva, que
implica la asunción por los niños, niñas y adolescentes de diversas
funciones decisorias según su grado de desarrollo y madurez.

El artículo 26, CCyC, presume que el adolescente tiene aptitud o


competencia para consentir tratamientos médicos según la
complejidad y gravedad del acto de que se trata, tomando como pauta
si el acto es o no invasivo y si tiene entidad para comprometer el
estado de salud o para provocar un riesgo grave para la vida. Este
derecho que en ejercicio de la autonomía progresiva se reconoce a los
adolescentes en el área del cuidado de su salud, responde a un criterio
tradicional en nuestra doctrina, según el cual el consentimiento
informado no supone un acto jurídico, sino una mera manifestación de
voluntad no negocial o bien un derecho personalísimo.
En el párrafo final el texto proyectado agrega: “…a partir de los dieciséis años
el adolescente es considerado como un adulto para las decisiones atinentes al
cuidado de su propio cuerpo”.

Estos términos hacen referencia a la capacidad

, que debe ser evaluada para tener debidamente en cuenta sus opiniones o
para comunicar al niño la influencia que han tenido esas opiniones en el
resultado del proceso. El artículo 12 estipula que no basta con escuchar al
niño; las opiniones del niño tienen que tomarse en consideración seriamente a
partir de que el niño sea capaz de formarse un juicio propio.

Autonomía progresiva
La capacidad de ejercicio de derechos no se adquiere de un día para el otro al
cumplir 18 años. Es un proceso gradual por el cual las personas menores de
edad pueden ir ejerciendo derechos por sí mismas de acuerdo con su edad y
grado de madurez. Por eso se llama capacidad o autonomía progresiva. A
mayor edad y capacidad cognitiva mayores posibilidades de ejercer sus
derechos por sí mismo sin intervención de los progenitores.

El principio de autonomía progresiva (arts. 3º, 5º, 12, 14, 27, CDN), implica dos
principios fundamentales: a) el reconocimiento de los niños como sujetos
titulares de derechos, y b) el reconocimiento de la niñez como una etapa
específica e indispensable del desarrollo humano (Baliero de Burundarena,
Cevasco, Lucero, & Pierri Alfonsín, 2017).

La CDN postula una nueva forma de ver al niño, pasando de ser objeto de
protección a un sujeto de derechos, que necesita y que adquiere
progresivamente un mayor grado de autonomía y con ella, de derechos, es
decir, como un ciudadano, y no ya un individuo dependiente de los adultos e
“incapaz” frente al derecho. De esta manera se pude afirmar que niñez ha
pasado de la dependencia absoluta de sus padres, quienes decidían “por su
propio bien”, a una independencia progresiva sustentada en su mayor
autonomía conforme a su edad, a su grado de madurez y teniendo en
consideración sus propias elecciones de vida (Baliero de Burundarena,
Cevasco, Lucero, & Pierri Alfonsín, 2017). 
En este nuevo paradigma se promulga que los nna no son propiedad ni de los
padres ni del estado sino adultos en proceso de formación, en este sentido la
autonomía progresiva se entiende como la capacidad de los nna de ejercer por
sí mismos sus derechos a medida en que se desarrollan mental y físicamente.
Es decir, que en función a su capacidad de tomar decisiones de manera
consciente un nna puede ejercen de forma autónoma cualquier derecho sobre
su persona, por ejemplo, decidir sobre su cuerpo, identidad, participación
ciudadana, establecimiento de relaciones sentimentales, etc. Si bien se
considera el consentimiento de los progenitores si los nna son menores de 16
años se puede establecer un conflicto de intereses que puede llevar a la
intervención de juez quien tomara la decisión en base al interés superior del
nna.

¿Qué cosas pueden hacer los adolescentes por sí mismos? (falta desarrollar
bien)

Depende de la edad que tengan. Hay 2 franjas de edad con capacidades de


ejercicio diferentes: • De 13 a 16 años. • De 16 a 18 años.

¿Qué decisiones puede tomar el adolescente entre 13 y 16 años? (falta


desarrollar)

Puede tomar decisiones que tengan que ver con el cuidado de su cuerpo.
Puede hacer tratamientos médicos no invasivos, que no comprometan su
salud, su integridad física o su vida. Por ejemplo: ir al médico solo, hacerse
ecografías, radiografías o análisis de sangre. No necesita que sus padres lo
autoricen.

¿Qué decisiones puede tomar el adolescente entre 16 y 18 años? (Falta


desarrollar)

Se lo considera un adulto para las decisiones sobre el cuidado de su propio


cuerpo. Puede, por ejemplo, hacerse tatuajes o piercings, cirugías estéticas
reparadoras, donar sangre. Para todo lo que es más que el cuidado de su
cuerpo porque puede comprometer su salud, debe ser mayor de edad (18
años) o tener la autorización de sus padres. Por ejemplo, para hacerse una
cirugía estética no reparadora.
La autonomía progresiva y el derecho a la libertad religiosa

Este punto se puede plantear en dos direcciones. Por un lado, está la


obligación que tiene el Estado de respetar el derecho a la libertad de
pensamiento, de conciencia y de religión, de acuerdo con la CDN. Por otro, se
puede discutir el alcance del derecho de los progenitores de inculcar sus

creencias religiosas y morales.

(falta este punto)

Lo que intento cuestionar e investigar al respecto, más allá de que a nivel


general la mayoría de las personas sobre todos cristianas no están al tanto de
estas normativas, es que para los conocedores del tema estos principios son
considerados peligrosos. Obviamente muchas de las intenciones de fondo son
contrarias a las creencias y principios bíblicos. Pero la pregunta es ¿Podríamos
los cristianos considerar este principio de autonomía progresiva como una

(En esta parte me falta profundizar los conceptos llevando la reflexión hacia los
objetivos planteados, estoy en eso)
Perspectiva histórico-bíblica del desarrollo de la niñez
Sin lugar a duda la finalidad de Dios al crear al hombre a su imagen y
semejanza desde el principio es que ejerza su autoridad y dominio sobre lo
creado en función a su racionalidad, su discernimiento del bien y el mal y que
actúe voluntariamente de manera responsable.

Para que el ser humano logre un acercamiento a este propósito divino se debe
buscar que se desarrolle en todas sus dimensiones o potencialidades en la
totalidad de su ser.

Manfred Grellert y Harod Segura en su articulo “Que los niños crezcan como
Jesús crecía” plantean que Jesús es nuestro modelo de vida y desarrollo y
plenitud humana, el es el arquetipo de la nueva humanidad desde su
nacimiento.

Lo cual nos plantea la necesidad de enfocarnos en la etapa de la niñez no solo


como personas que deben ser educadas y dirigidas sino como miembros
activos del reino de Dios y personas que en función a sus potencialidades
deben ir ejerciendo progresivamente esa autoridad y dominio delgado por Dios
de manera progresiva. Para lo cual el rol de los padres debe estar bíblicamente
enfocado para tal fin. A continuación, haremos un breve recorrido histórico
sobre el concepto de infancia y el rol de los padres desde una perspectiva
bíblica

La persona en desarrollo
Es imposible conceptualizar de forma unívoca el término infancia. A lo largo de
la historia y según el punto de vista puede ser entendido de innumerables
formas,

La historia de la infancia está llena de silencios y de espacios vacíos. Al


investigar en la historia solo se encuentran espacios vacíos que no permiten
tener una visión clara de la situación de los niños. (Paradigmas sobre la niñez
y la adolescencia)

No obstante es posible obtener alguna información recurrente:

Para los judíos como para los griegos y los romanos, la infancia era
considera únicamente como un peldaño previo hacia la edad adulta, y
nadie tenía en cuenta el valor propio de su peculiar y diferente
conciencia infantil, de forma que la niñez estaba conceptuada como un
simple “todavía no. (Lozano, 2011, pág. 16)

"De acuerdo con este concepto patriarcal, se puede observar una imagen
negativa de la infancia, la cual confirma que la familia judía tenía dos
sentimientos opuestos ante los hijos. Por un lado, consideraba al niño como
uno de los principales signos, de la bendición divina; por otro, lo utilizaba para
sus propios intereses, manipulándolo, explotándolo en un beneficio
frecuentemente egoísta, entre los judíos como en los demás pueblos de
entonces, el niño era un individuo insignificante en la vida social: no tenía voz
en las reuniones, su misión esencial consistía en escuchar y aprender. (Falta
cita)

La comprensión semántica del término infancia continua teniendo la


connotación negativa del A.T. por lo tanto ser niño, es sinónimo de ser carente,
ser dependiente, manipulables, solo se valoraba por el adulto que podía llegar
a ser, dependencia, sumisión, esclavitud, inmadurez, características asociadas
a la mentalidad patriarcal.(falta cita)

Se reafirma el valor de la infancia como un presente y no como históricamente


se Ha visto como el ideal hacia el cual se debe tender. Los niños-as son ahora ,
tienen voz, tienen palabra, tienen un estado propio de madurez que los hace
actuar como niños, tiene una incidencia en los social, se pueden organizar, y
de por sí lo hacen, cuando juegan, cuando hacen amigos, cuando tiene
propuestas ecológicas. (Falta cita)

Hay un concepto de infancia que se debe despatriarcalizar para comprender la


infancia en todo su sentido, desde una visión positiva, y generadora de una
nueva mentalidad que haga justicia a la vivencia de esta preciosa edad de la
vida. (Falta cita)

También, se puede apreciar la ruptura que hacen los evangelios de Mateo y


Lucas en relación al tema de la infancia, que en cortos capítulos nos muestran
a un Dios Hecho niño, encarnado, afirmando de esta manera, una nueva
comprensión de Dios que sobrepasa la mentalidad patriarcal-androcéntrica,
haciéndose fuerte la nueva mentalidad Kiriocéntrica, percibiendo una nueva
comprensión de la mujer y La infancia, o mejor visibilizando los sujetos que son
agentes de interpretación del texto sagrado de tradición.

Paternidades: pasivas, reactivas versus activas

(Aquí una definición de estos tipos de paternidades y los riesgos beneficios, a


la luz de la Palabra)

Enfoque de la iglesia en función a estas normativas:

(Aquí quería exponer como podemos aprovechar estos derechos, además aquí
busco plantear lo negativo de nuestra cultura evangélica reactiva, además de la
infructuosa defensa del patriarcado y patriapotestad, como si fuera un modelo
de autoridad que hemos llevado a la práctica de manera bíblica, consciente y
sana)

Por una cuestión de acotar el tema no trato la sutación donde lo padres


acompañan y abalan la mutilación del cuerpo en edades donde obviamente no
tiene la capacidad.

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