Catecismo de la iglesia
católica
1701. Manifiesta plenamente
el hombre al propio hombre y
le descubre la grandeza de su
vocación.
1704. Encuentra su perfección
en la búsqueda y el amor de la
verdad y del bien.
1713. El hombre debe seguir
la ley moral que le impulsa “a
hacer el bien y a evitar el mal”
1739. Libertad y pecado.
1761. No está permitido hacer
un mal para obtener un bien.
1775. La perfección del bien
moral consiste en que el
hombre no sea movido al bien
sólo por su voluntad, sino
también por su “corazón”.
1804 las virtudes humanas
son actitudes firmes,
disposiciones estables,
perfecciones habituales del
entendimiento y de la
voluntad que regulan
nuestros actos.
1830. La vida moral de los
cristianos está sostenida por
los dones del Espíritu Santo.
Antonio Fernández.
Gaudium et spes
11.Manifiesta el plan divino
sobre la entera vocación del
hombre.
15. Perfecciona y debe
perfeccionarse por medio de
la sabiduría, la cual atrae con
suavidad la mente del hombre
a la búsqueda y al amor de la
verdad y del bien.
16. En lo más profundo de su
conciencia descubre el
hombre, practicar el bien y
que debe evitar el mal.
17. La libertad humana,
herida por el pecado, para dar
la máxima eficacia a esta
ordenación a Dios, ha de
apoyarse necesariamente en
la gracia de Dios.
13. Creado por Dios en la
justicia, el hombre abusa de
su libertad, levantándose
contra Dios y pretendiendo
alcanzar su propio fin al
margen de Dios.
26. El conjunto de condiciones
que implique por ello
derechos y obligaciones que
miran a tener muy en cuenta
el bien común.
30. Las virtudes morales y
sociales, de forma que se
conviertan verdaderamente
en hombres nuevos y en
creadores de una nueva
humanidad con el auxilio
necesario de la divina gracia.
38. Los dones del Espíritu
Santo son diversos: a unos
llama a dar testimonio, a
otros los llama para que se
entreguen al servicio.
comparación
Dios desea que el hombre sea con libre
albedrio y no crea que es un títere bajo
las manos de Dios y por tanto le da
capacidad para descubrir su propia
misión en el mundo
La madures espiritual y la realización
como ser humano, solo se encuentra en
el servicio a los demás.
Es el espíritu de Dios llamado conciencia
y don que nos impulsa alejarnos del mal
y haber el bien.
El rechazo del amor de Dios, es el
verdadero pecado y solo siendo libres de
elegir a Dios, en nuestras vidas, se
alcanza la verdadera libertad.
Dios es dador, pero a quien más le da
también le exige ser fraterno y compartir
y no quitar al que menos tiene, con
actos de abuso fingiendo estar
cumpliendo con la justicia.
Cuando el hombre busca compartir y ser
justo habla entonces de bien común.
El hombre se convierte en virtuoso entre
más practica el bien, a los demás y da
como fruto moralidad, prudencia,
justicia y templanza moral.
Solo el espíritu santo es quien guie la
vida correcta hacia Dios y él es quien
sostiene el camino que cada uno debe
seguir