Está en la página 1de 1

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL AMORIS LAETITIA DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Necesitamos encontrar las palabras, las motivaciones y los testimonios que nos ayuden a tocar las
fibras más íntimas de los jóvenes, allí donde son más capaces de generosidad, de compromiso, de
amor e incluso de heroísmo, para invitarles a aceptar con entusiasmo y valentía el desafío del
matrimonio. (40)

El Estado tiene la responsabilidad de crear las condiciones legislativas y laborales para garantizar el
futuro de los jóvenes y ayudarlos a realizar su proyecto de formar una familia. (41)

Quiero decir a los jóvenes que nada de todo esto se ve perjudicado cuando el amor asume el
cauce de la institución matrimonial. (131)

El diálogo es una forma privilegiada e indispensable de vivir, expresar y madurar el amor en la vida
matrimonial y familiar. Pero supone un largo y esforzado aprendizaje. Varones y mujeres, adultos
y jóvenes, tienen maneras distintas de comunicarse, usan un lenguaje diferente, se mueven con
otros códigos. (136)

cuánto quisiera una Iglesia que desafía la cultura del descarte con la alegría desbordante de un
nuevo abrazo entre los jóvenes y los ancianos. (191)

Esta familia grande debería integrar con mucho amor a las madres adolescentes, niños sin padres,
mujeres solas, personas con alguna discapacidad, a los jóvenes que luchan contra una adicción, a
los solteros, separados o viudos que sufren la soledad, a los ancianos y enfermos. (197)

Los Padres sinodales han dicho de diversas maneras que necesitamos ayudar a los jóvenes a
descubrir el valor y la riqueza del matrimonio. (205)

La parroquia se considera el lugar donde los cónyuges expertos pueden ofrecer su disponibilidad a
ayudar a los más jóvenes. (223)

Puesto que las resistencias de los jóvenes están muy ligadas a malas experiencias, es necesario
ayudarles a hacer un camino de curación de ese mundo interior herido, para comprender y
reconciliarse con los seres humanos y con la sociedad. (272)

También podría gustarte