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Capítulo 3 (El sano fomento del progreso cultural)

El ser humano llega a su plenitud a través de la cultura, es decir a través del desarrollo de sus
cualidades corporales y espirituales.

Hablar de histórico, es hablar de la inserción de valores entrelazados, promovidos a la civilización


humana y es el progreso quién ha permitido la expansión y perfeccionamiento de la cultura, la
industrialización y urbanización.

La expresión de género, cuando respeta las particularidades de cada cultura, el hombre es


consciente de promover la cultura para edificar un mundo mejor y justo, naciendo así una nueva
humanidad.

El desafío primordial está en que el desarrollo, no atropelle a la cultura, formando un humanismo


meramente terrestre o incluso contrario a la religión de tal manera cultive el equilibrio entre
principios e integridad formando así una familia humana.

El hombre cuando se desarrolla en las diferentes disciplinas, ciencias, artes, puede desarrollarse y
elevar su concepto de verdad y belleza, estableciendo en un juicio el valor universal y encontrando
la iluminación al ser libre de las cosas que le elevan reconoce entonces la verdadera iluminación.

La iglesia por su universalidad puede tener unión con las diferentes culturas, que la enriquecen al
mismo tiempo y con la liturgia contribuye a formar al hombre, por su parte la iglesia no se opone a
la manifestación de cada cultura, de cada hombre que puede y tiene la libertad de manifestar su
opinión e Investigar la verdad.

El hombre debe trabajar por normas que fundamenten el desarrollo al respeto de la vida cultural
para evitar nula su participación es decir ser excluido por ser de un grupo, raza o condición
diferente.

Aquellos que tienen la posibilidad de llegar a estudios superiores, ayuden a la sociedad alcanzar su
pleno desarrollo de su vida cultura a través de sus propias tradiciones, además de que se ayude
ampliar el derecho de aquellos grupos como campesinos y mujeres a una vida plena en base a su
plena cultura.

El hombre debe conservar la estructura de valores y es la madre promotora de estos, donde cada
cristiano manifiesta y desarrolla su cultura siendo consciente del sentido de la práctica cultural.

La iglesia ha contribuido al progreso de la cultura y es la libertad y el arte quién contribuye a una


iglesia para apoyarse al hombre a descubrir su naturaleza y es la cultura quién ayuda al hombre a
través de la iglesia y también a través de la liturgia a reconocer a Dios en su expresión artística
cultural.

Los laicos también están llamados a la formación de las ciencias sagradas, y estos estudios,
profundicen en ello, pero para que puedan llevar a buen terminó su tarea, la libertad la
investigación el pensamiento y hacer conocer humilde y valerosamente su manera de ver en los
campos qué son de su competencia

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