CAPÍTULO 7

teiíiares del orador

'f

Elementos y tecnologías para disertar

Ya hemos revisado todos los temas importantes
que debemos conocer para ser buenos oradores,
pero aún nos falta algo importante: los elemen-
tos y tecnologías disponibles que podemos utili-
zar para hacer más efectiva nuestra disertación.
Su uso va a depender de factores tecnológicos,
es decir, de la disponibilidad de la tecnología, y
económicos, relacionados con la administración
de nuestros recursos.

A partir de este momento vamos a comenzar a pa-

sar nuestras ideas e investigaciones a la plataforma tec-
nológica que vayamos a utilizar (Power Point, Prezi,
etc.)- El primer paso es contar con nuestro boceto de
disertación, el cual es sacado de nuestro mapa mental.
Luego lo convertimos en un conjunto secuencia! de
palabras clave que sirvan como disparadoras de nues-
tra memoria.

45. REDACCIÓN DE PALABRAS CLAVE

Para poder determinar cuáles son las palabras clave
que nos guiarán como disparadoras de la memoria, de-
bemos contar primeramente con una estructura sólida

— 181 —
•""
y tener bien claro cuáles son las ideas fuerza y aquellas
que las acompañan como secundarias. De allí saldrán
Para hacerlo bien veamos algunos puntos que de-
estas palabras. bemos considerar:
Las mismas deben estar estratégicamente ubicadas
en las diapositivas de nuestra presentación o, en su de-
• La información se asimila y aprende más fácilmen-
fecto, en las fichas de cartulina. Concentrarnos solo en
te cuando está bien organizada, lógica y funcio-
las palabras clave nos permite relajarnos, liberar recur-
nalmente. Debemos organizar todo por escrito, de
sos mentales y parecer mucho más naturales y espon- forma atractiva y cJara.
táneos que si leyéramos directamente la presentación,
• Si tenemos cuadros sinópticos, con colores, formas
y textos variados, nuestra capacidad de compren-
Técnicas de memorización sión y retención aumenta exponcncialmente.

De todas maneras, hay que ayudar a la memoria, • Un ejercicio que funciona muy bien consiste en ex-
porque de lo contrario estas palabras no funcionarán
presar el tema con distintas palabras cada vez sin
como disparadoras de nuestros recuerdos sobre la que pierda sentido.
temática hablada. Afortunadamente existen algunas
técnicas que podemos utilizar para potenciar nuestra
• Exponer argumentando con nuestras propias pala-
memoria.
bras, además de ayudarnos a no olvidar nada, nos
hace parecer más espontáneos, algo muy valorado
Lo primero que debemos entender es que la clave por la audiencia.
no esta tanto en estudiar y repasar muchas veces nues-
tro discurso para memorizarlo como en hacerlo de la
• Separar la presentación en sus puntos principales.
manera correcta.
Es mucho más fácil memorizar las ideas importan-
Generalmente cometemos el mismo error una y tes que í,i presentación entera.
otra vez: intentamos memorizar páginas, frases o pala-
bras repitiendo la información en voz alta sin siquiera • Sí hay datos importantes, como fechas o números,
analizar para comprender profundamente lo que lee-
simplemente debemos relacionarlos con algo que
mos. Sumado a ello, muchas veces nos dejamos estar ya conozcamos bien.
hasta último momento para estudiar, incluso hasta el
mismo día de la disertación.
• En Jugar de fechas precisas podemos utilizar déca-
das, siempre van a ser más fácil de recordar.
— 182 —
-183-
FF~
• En lugar de estudiar todo de una sola vez, nos con-
viene más dividir el estudio en partes y estudiar
profundamente cada una de ellas a la vez, dedicán-
donos unos minutos cada día en lugar de hacerlo
todo junto.
46. REVISAR EL DISCURSO
Cuando ya hemos terminado toda la preparación
y estamos listos para disertar, aún nos queda trabajo
previo por hacer. Se trata de la revisión exhaustiva de
toda la presentación, no sea cuestión de que nos en-
contremos, por ejemplo, con un error de ortografía en
medio de la misma en una instancia en la que ya no
se puede hacer absolutamente nada para corregirlo.
Además, debemos buscar otros tipos de errores, tales
como incoherencias o partes repetidas, e incluso imá-
genes que no son las más adecuadas.
Para hacerlo realmente bien, podemos seguir cier-
tos pasos o consejos, que según mi experiencia perso-
nal, derivan en una precisa y meticulosa revisión...
Consejo 1
El espejo
No basta con que leamos la presentación, debido a
que esta fue preparada para ser expresada oralmente. Re-
sulta mucho más efectivo exponerla frente a alguien o in-
cluso ante el espejo y, recién en ese momento, evaluarla.
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Consejo 2:
El hilo conductor
Debemos asegurarnos de que se puede identificar
fácilmente la idea central o fuerza y sus complementa-
rios argumentos de apoyo. También tenemos que estar
seguros de que la idea principal se mantiene constan-
te como hilo conductor durante toda la presentación.
Podemos preguntarnos:
¿ Estamos comunicando claramente la idea principal?
¿Podríamos esforzarnos más por hacer que el eje
central llegue con certeza a la audiencia?
Si la respuesta es positiva, estamos bien encamina-
dos. Si no, debemos redoblar nuestros esfuerzos por
corregir y emprolijar la presentación.
ConsejoS;
Los argumentos
Si la idea central es clara y se mantiene desde el co-
mienzo hasta el final, lo que debemos revisar ahora
son los argumentos que sostienen y validan dicha idea.
Como analogía podemos pensar en una mesa, donde
la superficie representa a la idea central y las patas a
los argumentos que la sostienen. Una mesa sin patas
no sirve, es más, si no tiene sus cuatro patas deja de
ser una mesa para convertirse en una tabla. Lo mismo
-185-
 sucede en la oratoria, sín argumentos sólidos que sos-
tengan y validen la idea central, esta pasa a ser solo un
concepto sin sentido.
Aquí podemos preguntarnos:
¿Los argumentos cumplen bien su fundón de sostén
y validación?
¿Hay algún argumento que resulte confuso o difícil
de comprender?
¿Podemos mejorar algún argumento?
¿ Todo el conjunto tiene sentido, es congruente?
Consejo 4:
Los detalles
Evaluar el contenido del discurso es la parte más
importante del trabajo de revisión, y no es el estilo
de oratoria o nuestro carisma, sino lo que decimos y
cómo lo hacemos lo que debemos observar.
Al momento de hacerlo debemos tener en cuenta
las siguientes preguntas:
¿ El contenido es claro y está bien articulado?
¿ El argumento cuenta con el respaldo de investiga-
ciones y/o de buenos ejemplos?
— 186 —
*
También tenemos que evaluar la organización del
discurso. Para lograr que el contenido sea conciso y
se entienda con facilidad, tiene que estar muy bien
organizado, tiene que ser fácil de escuchar. Si el texto
salta de un tema a otro o de una idea a otra en forma
abrupta, sin conectarse debidamente, sin duda está maJ
organizado y debemos reordenarío.
Al respecto podemos preguntarnos lo siguiente:
¿Nuestros argumentos de apoyo están estructurados
en forma lógica?
¿ Resulta fácil o difícil seguir el discurso ? ¿ Por qué?
¿Nuestras ideas fluyen de una a otra de manera ló-
gica y natural?
¿ Qué podríamos incluir para que el dis
máspreciso? curso resulte
Consejo 5:
El estilo discursivo
Cuando evaluamos el contenido, evaluamos lo que
se dice, los "qué". Evaluando el estilo estamos revi-
sando la manera en que se dicen las cosas, es decir los
"cómo". Eí estilo debe concordar con el contenido. En
este punto debemos ver si las notas de humor, las imá-
genes, las citas, todo lo que planeamos utilizar corres-
ponde con el contenido profundo del discurso.
-187-
 ¿ Cómo podemos escribir el estilo de nuestro discurso ?
¿Resulta convincente? ¿Persuade? ¿Vende?
¿ Cómo podemos describir nuestro estilo de orador?
¿Se ajusta bien nuestro estilo de orador con el del
discurso?
¿El tiempo para cada tramo del discuno es el co-
rrecto?
Por otro lado, tenemos que asegurarnos que el tono
del discurso concuerda con el contenido y con nuestro
estilo de orador. Todo debe funcionar al unísono y en
armonía, como sucede en una orquesta. Cada parte del
discurso, cada elemento, incluidos nosotros, es un ins-
trumento que debe amalgamarse con los demás a fin
de no sonar discordante y aportar a la armonía y la
belleza general.
Consejo 6;
Expectativas de la audiencia
También es muy importante tener en cuenta las
expectativas con las que viene la audiencia y evaluar
si nuestro discurso está a la altura de las mismas y si
cumple o incluso las supera.
¿ Quién y cómo es nuestro público objetivo?
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¿ Cuáles son sus expectativas, tanto sobre el discurso,
como sobre nosotros mismos?
¿ Cómo podemos modificar el discurso para hacerlo
más acorde a la audiencia?
Debemos tratar de no enfocarnos en más de tres
áreas principales para mejorar. Si nos sobrecargamos
con arreglos, es muy probable que en lugar de mejorar
el discurso terminemos por estropearlo.
Consejo 7:
Las diapositivas
No hay nada peor que estar dando la disertación
y que en una de las diapositivas se vea, como ya he
mencionado, un error de ortografía, aunque pueda pa-
recemos insignificante, para algunas de Jas personas de
la audiencia puede ser verdaderamente irritante. Ade-
más habla muy mal de nosotros como oradores, por-
que demuestra que no hemos revisado adecuadamente
nuestro trabajo.
También suele suceder que encontremos alguna
diapositiva que no se vea bien debido a un mal uso de
Jos colores y sus combinaciones, dando como resul-
tado una mala visibilidad o una imagen deslucida y
poco impactante. Es fundamental que revisemos una
por una todas Jas diapositivas, teniendo en cuenta que
en el proyector se ve mucho menos contraste que en
Ja computadora. Además, como no es la mejor opción
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 disertar con baja luminosidad para privilegiar la pan-
talla, sino que, por el contrario, vamos a prender todas
las luces, necesitaremos pantallas muy contrastadas.
47. EL PROYECTOR
Uno de los elementos de apoyo indispensable en la
oratoria moderna es el proyector. Este nos hace mu-
cho más fácil la tarea, desde prestar más atención por
parte del público hasta servirnos de guia para mante-
ner el hilo de nuestra disertación. Si no estamos muy
seguros con respecto a algún punto, podemos mirar
la diapositiva e inmediatamente recuperaremos la se-
guridad. También permite aumentar la capacidad de la
audiencia de comprensión y retención de los puntos
importantes de la presentación.
Por otra parte, y no menos significativo, las diapo-
sitivas permiten aumentar el atractivo de la presenta-
ción, generando mayor impacto y persuasión.
Aún nos quedan algunas preguntas por resolver:
¿ Cómo deben ser las diapositivas?
¿ Cuántas diapositivas deben ser?
¿ Qué tipo de letra debo utilizar?
¿ Cuáles son las combinaciones de colores más útiles?
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¿ Qué tipo de imágenes deben ser? •
¿ Cuántas imágenes por diapositiva?
¿ Puedo utilizar videos ?
¿Puedo hacer que la presentación avance automá-
ticamente?
i Qué efectos puedo utilizar?
La herramienta más ampliamente utilizada es Mi-
crosoft Power Point, que se parece mucho en su entor-
no gráfico a otro programa de la misma empresa que
seguramente hemos utilizado más de una vez; Micro-
soft Word. Por lo tanto, su utilización nos resultará
muy familiar. Pero no hablaremos en esta obra sobre
cómo utilizar el programa, sino que nos centraremos
en las reglas básicas de la oratoria para hacer presenta-
ciones de alto impacto y sumamente efectivas.
; ' Regla 1:
Textos muy breves
La primera regla que jamás debería ser pasada por
alto consiste en nunca poner textos extensos. El pú-
blico debe prestar atención a lo que le decimos y no
a la pantalla, esta, en realidad, debe funcionar como
apoyo visual, y nunca corno el centro de la disertación.
Debemos evitar que la audiencia tenga que dividir su
— Í91 —
 atención en partes prácticamente iguales entre la lectu-
ra de la pantalla y nuestra exposición verbal.
Regla 2:
Sin efectos
No abusar de los efectos, tanto de animación como
de transición. Igualmente, lo ideal es que directamen-
te no utilicemos efectos de ninguna clase. Cuanto más
concisa y específica sea nuestra presentación, más efec-
tiva resultará la comunicación. En las diapositivas, lite-
ralmente, menos es más.
La misma regla aplica para la tipografía, es con-
veniente que utilicemos durante toda la presentación
un solo tipo de letra, en dos o tres de sus variables.
También debemos mantener la coherencia en cada
diapositiva.
Regla 3:
Alto contraste
Es muy importante asegurarnos de que en cada
diapositiva haya un marcado contraste. Esto es funda-
mental si tenemos en cuenta que lo idea! es mantener
las luces encendidas para que siempre nos puedan ver
con prioridad por sobre la pantalla.
Es un gran error apagar las luces del salón y dejarlo
todo a oscuras, supuestamente para que se vea mejor
la proyección de nuestras diapositivas. Con las luces
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apagadas es más fácil que el público se distraiga y se
duerma. Por eso siempre debemos procurar tener una
iluminación correcta y suficiente para permitirle a la
audiencia vernos claramente.
Si el público no puede vernos, no podremos conec-
tar con ellos y será muy difícil mantener su atención
durante toda la presentación.
Regla 4;
Sin sonidos
Debemos evitar el uso de sonidos y efectos especia-
les de toda clase. El único sonido que la audiencia debe
escuchar es el de nuestra voz. Power Poínt es un pro-
grama que viene repleto de efectos, animaciones, soni-
dos, pantallas, etc. Esto no debe tentarnos a la hora de
preparar nuestras diapositivas. Recordemos que deben
ser simples, claras y concretas.
Regla 5:
Diseño de diapositiva
Es fundamental que utilicemos un mismo diseño
para cada diapositiva, logrando así que la presentación
sea coherente también en apariencia para el público.
Si cada diapositiva presenta un aspecto distinto, la au-
diencia se distraerá y perderemos su atención.
 Regla 6: • Blanco
Estilos de letra • Negro

Con respecto al tipo de letra, debemos escoger una
familia tipográfica que sea fuerte, clara y fácil de leer,
en especial a la distancia. Las tipografías muy sofisti-
cadas suelen confundir más que aclarar y debemos evi-
tarlas. Las familias más utilizadas son:
Debemos saber que si utilizamos fondo de color,
las letras deberán ser blancas y si es posible con una
sombra que las despegue del fondo. Por el contrario, si
el fondo es blanco, la letra puede ser de color o negra,
pero siempre oscura.

• Arial
• Helvética
Regla 7:
• Impact Utilización de
• Georgia
Hoy en día con la tecnología disponible, podemos
Con respecto al tamaño, debemos utilizar el que hacer en nuestras presentaciones cosas que hace algu-
más nos guste, pero podemos sugerir algunos que re- nos años eran impensables, y una de ellas es la inser-
sultarán muy adecuados para cualquier presentación: ción de videos en nuestras diapositivas y la posibilidad
de conectar en vivo con alguna transmisión a distancia.
• Títulos: 60 como mínimo AI utilizar un video, le estamos dando un mayor dina-
• Subtítulos: 40 como mínimo mismo a nuestra presentación.
• Textos: 30 como mínimo
El video puede utilizarse para cinco fines específi eos:
El color del texto debe contrastar con el color del
fondo de nuestras diapositivas para que resulten fáci- • Para marcar un cambio en nuestra exposición, es
les de seguir aun en una sala muy iluminada. Podemos decir el inicio de un nuevo tema o un nuevo conte-
sugerir ciertos colores: nido.

• Bordó oscuro • Para ilustrar y ejemplificar mejor nuestras ideas.

• Azul oscuro Una mejor comprensión de nuestras palabras siem-
• Verde oscuro pre es un factor clave.
• Naranja oscuro

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 • Para crear un fuerte lazo emocional con la audiencia.

Tampoco debemos mover de lugar el archivo origi-

• Para variar el ritmo de la disertación, saliendo de la
nal, porque eso cambiaría la ruta de acceso que el pro-
monotonía.
grama utiliza para enlazar nuestra diapositiva con el
video guardado.
• Para relajarnos y descansar unos instantes mientras
se reproduce.

A pesar de que se trata de una herramienta fantásti-

Regla 9:
Derechos de autor
ca, debemos ser muy precavidos al utilizarla y así evi-
tar que compita con nosotros y opaque nuestra pre-
Si queremos ser respetados por la audiencia» si que-
sencia. También es recomendable utilizar videos que
remos ganarnos su confianza, debemos comenzar por
no sobrepasen los cinco minutos.
mostrar que somos verdaderamente éticos, respetuosos
y apasionados por hacer las cosas bien. Por eso siempre
hay que demostrar agradecimiento a los autores de las
Regla 8: obras, o elementos que utilizamos en nuestra presenta-
Datos técnicos
ción. Tenemos q ue dejar constancia, por escrito y verbaí-
mente, de los datos del autor y de qué obra fue tomado.
Tenemos dos maneras de utilizar un video durante
nuestra disertación: insertarlo en nuestra presentación
o mostrarlo por separado. En el caso de la inserción, 48, LAS FICHAS
que es la opción más adecuada porque no nos obliga
a salir de la presentación, debemos tener en cuenta un
Cuando pensamos en una presentación, la imagi-
dato de vital importancia; la inserción constituye un
namos acompañada por impactantes y efectivas diapo-
enlace al video en su ubicación verdadera dentro del
sitivas. Realmente es lo más común, pero Ja verdad es
ordenador, por lo tanto si utilizamos otra computado-
que en ningún lado está escrito que su utilización sea
ra, cuando Power Point busque la ubicación del archi- obligatoria. Si bien resultan ser un gran apoyo visual
vo no lo encontrará y solo se mostrará un rectángulo
para el público y una guía para el expositor, no es in-
negro en nuestra diapositiva. Por eso es muy impor-
dispensable utilizarlas para que nuestra presentación
tante que recuerden llevar y utilizar su computadora el sea muy persuasiva y de alto impacto.
día de la presentación.
igualmente debemos reconocer que nos costa-
rá mucho más disertar sin ellas, debido a que suelen
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- i197
// —
funcionar como una especie de bastón de apoyo que
evita que nos perdamos o nos desviemos del tema.
Disertar sin diapositivas
Todas nuestras presentaciones deberían poder ser
dictadas sin diapositivas, de lo contrario significaría
que algo no estamos haciendo bien. Probablemente
falte preparación o dominio del tema si dependemos
de la muleta que significa estar condicionados a utili-
zar, sí o sí, un acompañamiento visual.
Encarar una presentación sin diapositivas es como
realizar un viaje y no llevar un mapa que nos ayude a
recorrer el camino sin desvíos, sin demoras y sin per-
der el destino. Si viajáramos sin mapa, deberíamos sa-
ber muy bien el recorrido como para caminar seguros
de que vamos en la dirección correcta y con la certeza
de que llegaremos en tiempo y forma. En este sentido,
una estructura sólida y lógica es indispensable, además
de haber sido muy bien estudiada y meticulosamente
ensayada.
No se trata de que memoncemos todos nuestros
pasos. Basta con tener claros los tramos que pueden
inducir a un error. Cuando en la práctica hayamos co-
metido el mismo fallo dos o tres veces seguidas, conse-
guiremos aprender a hacerlo bien.
De todas maneras, podemos contar con pequeñas
fichas que contengan los puntos clave, como dispara-
dores de la memoria. Basta con mirar de un pantaUazo
la ficha para saber qué decir. Estas deben estar muy
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bien confeccionadas para funcionar como una guía,
paso a paso, de cómo llegar desde el inicio hasta el final
de la disertación.
El lenguaje visual
Sí eliminamos las diapositivas de una presentación,
eliminamos el soporte visual. Por lo tanto deberemos
ser capaces de reemplazar la falta con una dosis de ex-
presividad extra, mediante el control de nuestro len-
guaje corporal. No para restringir su expresión sino
para exacerbarla, exagerarla, convirtiéndonos a noso-
tros mismos en estímulos visuales.
Ya hemos visto en temas anteriores que las perso-
nas son impactadas a través de más de un canal (auditi-
vo y visual). Si eliminamos las diapositivas y basamos
toda la presentación en nuestra comunicación verbal,
vamos a dejar al sector del auditorio percibir mejor a
través de estímulos visuales.
De todas maneras, debemos preguntarnos:
¿ Cómo determinar si nos conviene utilizar diaposi-
tivas o solo fichas?
La respuesta a esta pregunta es que si las diapositi-
vas van a aportar verdadero valor, ya sea en impacto o
incluso en capacidad de persuasión, debemos utilizarlas.
Sin duda son un recurso valioso que no tiene parangón
con otros, por lo cual no deberíamos dejarlo de lado.
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49, LA SALA, LA ILUMINACIÓN Y EL SONIDO
En el teatro, a los dueños de las salas se les exige po-
der ingresar a ensayar como mínimo una semana antes,
para que los actores se familiaricen con las dimensio-
nes, la iluminación y el ambiente, a fin de adaptarse y
ver qué perciben en el lugar.
En la oratoria debería ser igual, sin embargo ge-
neralmente los oradores van recién el mismo día de
la disertación. La sala o auditorio es una de las cosas
que, generalmente, el orador sin mucha experiencia
deja librada al azar. Es un gran error ir directamente
el día de la presentación y conocer el lugar cuando ya
no hay mucho margen para hacer modificaciones. De
acuerdo a cómo sea la sala será nuestra presentación.
Por eso debemos ir varios días antes a conocer y eva-
luar el lugar.
Las preguntas que debemos formularnos mientras
la recorremos serían las siguientes:
¿ Qué dimensiones tiene el lugar?
Si el lugar es muy grande o es pequeño, y como
están dispuestas las sillas (rectángulo frontal, semicir-
cular frontal o circular rodeando el escenario).
¿ Cuántas personas pueden ingresar y estar cómodas?
Serán muchas personas, tendremos que hacer una
disertación masiva e impersonal, o serán pocas perso-
nas, por lo cual podremos hacer una presentación más
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íntima y personalizada. Debemos notar la diferencia
que podemos introducir en nuestra presentación a par-
tir del detalle del número de participantes.
¿ Cómo es la disposición y la forma del escenario?
Esta pregunta se relaciona mucho con ia disposi-
ción de las sillas en Ja sala. Además nos da una pauta
de qué clase de desplazamiento vamos a poder realizar.
Tener en cuenta esto, nos permitirá ajustar mejor lo
que podremos hacer en el escenario y la dinámica que
le daremos a la presentación.
¿ Qué tipo de iluminación bay?¿ Qi
tener sobre ella? control puedo
Con respecto a la iluminación, debemos ver si exis-
te Ja posibilidad de variar la intensidad de la misma y
también si es posible encender y apagar luces por sec-
tores. Tenemos que asegurarnos de que nosotros nun-
ca estaremos en penumbras y además que podremos
ver los rostros de las personas, para poder interpre-
tar sus gestos. También debemos tener en cuenta que
por lo general en el lugar tenderán a oscurecer Ja saía
pensando en la visualízación de la pantalla. AI respec-
to, debemos exigir que la luz sea la adecuada y que lo
importante seamos las personas. La proyección solo
existe con el fin de brindarnos apoyo visual. Si lo im-
portante fuera la pantalla, bastaría con poner la pro-
yección e irnos a casa.
— 201 —
 ¿ Qué equipo de sonido hay?
--Saber qué tecnología de sonido hay es fundamental
para ver si tenemos lo necesario para conectar nuestra
computadora, o cualquier otro elemento, al equipo del
lugar. A veces pasa que por un cable con la ficha inco-
rrecta no nos logramos conectar. Por eso es adecuado
conocer con tiempo el lugar para poder conseguir lo
que necesitemos.
¿Es necesario utilizar micrófono? ¿De qué clase?
Probar cómo se escucha nuestra voz en el lugar es
fundamental porque esto nos permitirá decidir si va-
mos a utilizar micrófono o no. También qué clase de
micrófono será el más adecuado. Debemos averiguar
con qué micrófonos cuenta el lugar y evaluar si será
necesario traer uno propio.
¿Cómo es la temperatura del lugar?, ¿qué nivel de
abrigo necesito?
Hace frío, hace calor, ¿cómo debemos ir vestidos?
Tengamos en cuenta que es fundamental sentirnos lo
más cómodos posible, ya que la más mínima incomo-
didad afectará nuestra calidad de oratoria.
¿ Hay proyector y pantalla ?
Contar o no con proyector afectará directamente al
tipo de presentación que deberemos preparar. También
— 202 —
averiguar este dato con tiempo nos da la posibilidad de
conseguir uno, si se da el caso de que no haya alguno
en el lugar. Por otro Jado también determina si llevare-
mos nuestra computadora o simplemente utilizaremos
fichas en cartulina.
Otro dato clave es: ¿en qué lugar exactamente se
encuentra emplazada la pantalla? ¿Es posible moverla
de lugar o está fija? Y también es clave observar si la
pantalla se ve bien desde la última fila, caso contrario
hay que ampliar las tipografías.
¿ Vendrán personalidades con las que deba tener al-
guna deferencia?
Saber este dato es muy importante porque nos per-
mite averiguar quiénes y por qué vienen y nos dará la
pauta de cómo deberemos tratar a ciertas personas.
¿ Tengo que utilizar un atril? ¿Dónde lo colocaron?
Si queremos ser totalmente libres, el atril no es una
buena opción, porque nos ata mucho a él y nos limita
no solo en movimientos sino también en visibilidad, ya
que partes del cuerpo quedan detrás y ocultas al públi-
co, con la consiguiente pérdida de expresividad.
Si por el contrario preferimos utilizar el atril, debe-
mos asegurarnos de que esté ubicado en el lugar donde
nos resulte más efectivo y también debemos pensar en
tener facilidad para salir de atrás y regresar cuantas ve-
ces queramos.
— 203 —
 Estas son solo algunas de las principales cosas que
debemos analizar con respecto al lugar donde diserta-
remos. Responder estas cuestiones garantizará que no
tendremos sorpresas inesperadas al llegar el día de la
disertación.
50, LOS ENSAYOS
Primero que nada, debemos felicitarnos, a mí por
llegar al final del libro y a ustedes por llegar al final del
recorrido armando la presentación. Ya hemos apren-
dido a controlar nuestros miedos, hemos estructurado
un discurso lógico y coherente, mantuvimos durante
el mismo una idea central, la apoyamos con argumen-
tos sólidos y armamos nuestra presentación en Power
Point, pantalla por pantalla. En definitiva, hicimos la
tarea con precisión, esfuerzo y dedicación. Pero ahora
viene la parte más importante y, sin embargo, también
la menos tenida en cuenta en la oratoria. El ensayo de
la presentación antes de la disertación final.
En el mundo del teatro sería absolutamente in-
concebible que un actor subiera al escenario sin ha-
ber ensayado su papel un gran número de veces. En
contraste con ello, en el mundo de la oratoria es muy
común ver oradores que nunca ensayan y van en frío
a dar su disertación. Algunos cuanto mucho ensayan
unos minutos antes de disertar, pero ni siquiera lo ha-
cen en voz alta.
El ensayo debe ser un proceso que comienza
en nuestra casa y que luego continuamos hasta el
— 204 —
momento mismo de la disertación. Un proceso que
nos va puliendo como oradores y nos va entrenando
para que, cuando llegue el gran día, Jo hagamos per-
fecto, o, por lo menos, lo mejor posible. Este proceso
debe ser un verdadero ejercicio de exploración y des-
cubrimiento en una primera etapa y de ejecución en
una segunda.
Exploración de las posibilidades dramáticas que
podemos tener al exponer nuestro discurso, descubrir
qué aptitudes, movimientos, posturas y demás pode-
mos emplear para darle una carga emocional más fuer-
te a la presentación, y práctica de Ja exposición en sí,
perfeccionando cada paso que damos, hasta el día de la
actuación,
Los primeros ensayos
Comenzamos a ensayar desde el mismo momen-
to en que terminamos de armar nuestra presentación,
incluidas las diapositivas en Power Point, Podemos
reproducir las pantallas en nuestra computadora
mientras vamos exponiendo ante un público imagina-
rio. Si nos es posible, es muy útil tener una cámara fil-
madora que registre toda nuestra exposición, porque
esto nos permitirá luego poder ver y evaluar nuestro
desempeño.
Cuando ya hemos ensayado varias veces y nos sen-
timos relativamente cómodos con la presentación, es
el momento de subir un nivel y disertar ante un pú-
blico de personas reales (familiares, amigos, etc.). En
— 205 —
esta etapa del proceso de ensayo es importante obser-
testimonios de varios de mis alumnos del curso anual
var las posturas corporales y las expresiones faciales de
de oratoria que dicto desde hace unos diez años. Se
los oyentes y tomar nota de qué partes del discurso les
que lo que dicen los sorprenderá.
llegaron más profundamente, cuáles fueron más abu-
rridas, incluso, qué partes no les gustaron para nada.
Estos datos provenientes de la retroalimentación con
nuestro público amigo nos dan una importante pista
de las modificaciones que deberíamos hacer a la pre-
sentación.
La última etapa de este proceso consiste en ensayar
directamente en el lugar físico real en donde se dictará
nuestra presentación. Aquí deberemos utilizar nueva-
mente a nuestro público imaginario y realizar la pre-
sentación como si fuera la real.

A modo de conclusión, luego de haber recorrido

las 50 cosas que hay que saber sobre oratoria^ solo
me resta decir que todos podemos ser grandes ora-
dores, solo debemos superar el miedo a hacer el ri-
dículo y a equivocarnos, para comenzar a disfrutar
este arte tan maravilloso que es la oratoria. Por otro
lado, considero que la forma en que dominaremos
el miedo a hablar en público es practicando, es decir
aprovechando cada oportunidad que se nos presente
para hablar.
También es importante asistir a algún curso de ora-
toria que cuente como mínimo con un ochenta por
ciento de práctica real y en un escenario también real.
Estos cursos pueden hacer maravillas con nuestras ca-
pacidades orales. Si no lo creen, los invito a leer el ane-
xo número tres, que consiste en una recopilación de

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