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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA

EQUIPO: ALAN ISAAC SOTO MORALES , ANGEL LUNA

CLASE: TEORIA DEL ESTADO


Leviatan hobbes

En el Leviatan, Hobbes habla acerca de la naturaleza del hombre y de la necesidad de un de que el


Estado que rija a la dinámica social.

El libro es un estudio sobre la naturaleza humana y como este se desenvuelve en la sociedad, el


cual es el poder de los hombres, terminaria destruyendo al hombre mismo..

Hobbes se dedica a estudiar ontológicamente al hombre, para luego estudiarlo en la sociedad o en


sociedad. Empieza a deslumbrar como el hombre es producto de la experiencia, de cómo el
lenguaje, las sensaciones, la imaginación y sus consecuencias; la razón y la ciencia son producto de
la misma.

Las sensaciones para Hobbes eran una representación o apariencia de cierta cualidad o de otro
accidente de un cuerpo exterior a nosotros de lo que comúnmente llamamos objeto. Dicho objeto
actúa sobre los ojos, odios y otras partes del cuerpo humano y por su diversidad de actuación
produce diversidad de apariencias. El origen de todo es lo que llamamos sensación En efecto, no
existe ninguna concepción en el intelecto humano que antes no haya sido recibida totalmente o
en parte por los órganos de los sentidos.

Thomas describe al ser humano como un ser de sensaciones que siente, que por éste están en
contacto con su realidad. Por medio de sus sentidos. Hobbes visualiza al hombre como un ser
natural que tiene sensaciones, emociones, pensamiento y raciocinio, los cuales influyen en su
entorno social,

El capítulo uno habla acerca del "Sentido" Singularmente cada una de las sensaciones es una
representación o una apariencia de cierta cualidad o de otro accidente de un cuerpo exterior a
nosotros -de lo que comúnmente llamamos objeto. Dicho objeto actúa sobre los ojos, odios y
otras partes del cuerpo humano mismo. Por su diversidad de actuación, produce diversidad de
apariencias. El origen de todo es lo que llamamos "sensación" en efecto no existe ninguna
concepción de intelecto humano que antes no haya sido recibida totalmente o en parte por los
órganos de los sentidos. Todo lo demás se deriva de ese objeto primordial Para el objeto que nos
proponemos no es muy necesario conocer la causa natural de las sensaciones

También hablaba de la imaginación qué cuando una cosa permanece en reposo seguirá
manteniendo así A menos que algo la perturbe Es verdad que nadie duda Pero cuando una cosa en
movimiento continuará moviéndose constantemente A menos sé que lo detenga Así que nada
puede cambiar por sí mismo los hombres no miden a los demás hombres y no a todas otras cosas
por sí mismo

En el libro en el capítulo 14 habla acerca de las leyes naturales en primera y segunda y de los
contratos la cual hablaba que el derecho natural es el que permite al hombre usar su propia vida o
sea que la libertad es la ausencia de impedimentos para que el hombre pudiera defender su
voluntad como sea

En el capítulo 17 habla de las causas y generación y definición de un estado la cual hablaba de una
causa final de los hombres Aunque disfruten de su libertad y del ejercicio del dominio sobre los
otros es de lo que llevaba conformar el estado ya que a través de un contrato por el que renuncian
al derecho de vivir como quieren movidos por sus páginas naturales contener un cambio de
preservar su propia vida.

El capítulo seis habla acerca "De los principios internos de los movimientos voluntarios llamados
comúnmente pasiones, y del lenguaje mediante el que son expresadas". Como la constitución del
cuerpo humano se encuentra en continua mutación, es imposible que las mismas cosas causen
siempre en una misma persona los mismos pensamientos, sensaciones y aversiones.

El capítulo ocho habla acerca "De las virtudes comúnmente llamadas intelectuales y sus defectos".
Si todas las cosas fueran iguales en todos los hombres, nada sería estimado. La razón, está
fundada en el uso correcto del lenguaje, y produce las ciencias. Tener por alguna cosa pasiones
más fuertes y más vehementes de lo que es ordinario en los demás, eso es lo que los hombres
llaman locura.

El capítulo diez habla acerca "Del poder, la valía, la dignidad, el honor y la aptitud". El poder de un
hombre universalmente considerado consiste en sus medios presentes para obtener algún bien
manifiesto futuro; puede ser original o instrumental. El poder natural es la eminencia de las
facultades del cuerpo o de la inteligencia tales como una fuerza, belleza, prudencia, aptitud que
debe tener el soberano.

El capítulo once habla acerca "De la diferencia de las maneras". En esta parte Hobbes habla del
Estado y como según como este debe ejercer el poder. Se advierte que Hobbes tiene miedo a la
libertad y no cree en la amistad. Un Estado según las características descritas en el Leviatán sería
eficaz pero antihumano, pues sobre una población sumisa no es necesario ejercer coacción si
amaran su servidumbre. El soberano de Hobbes podría ser muy peligroso ya que su tarea es
precisamente inducir a los propios súbditos a amar su sometimiento.
Así, el problema del Estado únicamente radica en el logro de la satisfacción del súbdito, en lograr
que ame su servidumbre sobre la base de la seguridad económica, contrarrestando un posible
descontento social con altas dosis de ocio, consumo, culto al cuerpo y éxito aparente, que
desgastara la energía de aquellos dispuestos al cambio politico. Es decir, consistirá en hacer
olvidar que el hombre puede aspirar a una vida mejor más plena (felicidad) y silenciando los
medios con los cuales puede alcanzarla (virtudes).

El capítulo trece habla acerca "De la condición natural de la humanidad en lo concerniente a su


felicidad o miseria". Habla acerca de que todos los hombre y mujeres son iguales por naturaleza.
Para Hobbes, los seres humanos se encuentran entre ellos con la misma capacidad para pensar, y
con la misma capacidad física. Por lo que el hombre va a entrar en un proceso de competición con
otros, teniendo las mismas condiciones con los demás, y si se desea conseguir aquello que el otro
también quiere conseguir; para esto el hombre se mantiene en guerra, pasando por tres niveles: la
competición, la desconfianza y la gloria. La pelea o discusión se da porque uno tratara de
perjudicar al otro, para así obtener el máximo beneficio propio. La desconfianza se da en los seres
humanos cuando conoce que tiene igualdad con los otros, pero que teme que las otras personas
se apoderen de ello que el que tiene en su poder, y la gloria es cuando un grupo de personas, sin
un líder a quien seguir, se crea una tensión de originar una competencia y una guerra para
sobresalir entre la sociedad "cada hombre considera que su compañero debe valorarlo del mismo
modo que él se valora a sí mismo". Hobbes afirma que, si el ser humano no tiene un Estado, o una
autoridad, este se vuelve salvaje y puede provocar un caos total a través de la guerra. Para poder
llegar a la paz, el hombre tiene unas pasiones que se inclinan a la solución de la guerra, y que estas
son el temor a la muerte, el deseo de las cosas que son necesarias para una vida confortable, y la
esperanza de obtenerlas por medio del trabajo. Son las claves fundamentales para llegar a un
acuerdo entre los hombres.

El capítulo catorce habla acerca "De las leyes naturales primera y segunda y de los contratos". El
derecho natural es el que permite al hombre usar su propia vida. La libertad es la ausencia de
impedimentos para que el hombre defenderse sea como sea. La ley de la naturaleza es la que
prohíbe al hombre hacer algo que vaya en contra de su propia vida.

La revolución francesa está considerada como la revolución de su época, y no sólo una, sino la más
prominente de su clase. También se inició en Francia el despotismo ilustrado, tales reformas eran,
o inaplicables, y por eso resultaban meros escarceos teóricos, o incapaces de cambiar el carácter
general de su estructura política y social, o fracasaban frente a la resistencia a las aristocracias
locales
El capítulo dieciocho habla acerca "De los derechos de los soberanos por institución". Se dice que
un Estado es instituido cuando todos los hombres convienen y pactan que a una persona se le
otorgue el derecho de representarlos y que cada uno autoriza todo lo que dice y hace el
representante como si fueran propios, otorgando así el poder soberano que es el poder del todo
pueblo. Este contrato obliga también a no renunciar a la monarquía, no firmar contratos entre
súbditos o con otros soberanos y cuando alguien es castigado, por atentar contra el monarca, por
ejemplo, en realidad el autor de su propio castigo, porque los hechos del rey son propios. Los
súbditos entregan su soberanía al soberano y es como si firmaran un pacto con dios porque es el
rey es el enviado de el a la tierra, por lo tanto, ese contrato no se puede quebrar ni romper ya que
el soberano tiene el poder dado por sus súbditos y lo ratifica con el poder de su fuerza pública.

Si un soberano es instituido por la mayoría, el resto debe acordar porque de lo contrario


cometería injusticia de atentar contra el contrato. El soberano cambio solo actúa con justicia y
equidad.
puede ser acusado por sus súbditos porque se estarían acusando a

ellos mismos.

También el soberano es el propio juez de la defensa y de la paz

El capitulo diecinueve habla acerca "De los varios tipos de Estado por institución y de la sucesión
de poder al soberano". Quien sea que represente el pueblo, aunque procure por el interés común,
no obstante, procurara más por el beneficio propio, familiar

y de sus allegados..

Un monarca recibe consejo cuando y donde le plazca, pero cuando una asamblea necesita un
consejo, solo son admitidos quienes tienen derechos desde el principio.

La resolución de un monarca esta sujeta a su naturaleza humana, en cambio, en las asambleas


esta la inconsistencia de la naturaleza humana de todos.

El monarca no va a estar en desacuerdo consigo mismo, lo que si sucede en una asamblea.

En la monarquía el poder puede quedar en manos de alguien que no puede discernir entre el bien
y el mal, pero decir que es un inconveniente poner el poder en manos de un hombre o una
asamblea equivale a decir que todo gobierno es más inconveniente

que la confusión y la
guerra civil.

El capítulo veintiuno habla acerca "De la libertad de los súbditos". La libertad es ausencia de
oposición. El hombre es libre si es capaz por su fuerza o por su ingenio de no dejar de hacer las
cosas que quiera. La libertad también está unida al temor y a la necesidad. Porque si en un estado
un hombre realiza actos por temor a la ley, no deja de estar libre ya que tiene la libertad de no
hacerlos. Muchas veces los súbditos trabajan para el soberano por necesidad de conseguir dinero
para poder subsistir. El hombre es libre para hacer muchas cosas. Pero en definitiva la libertad de
los hombres está en la libertad del estado, así que cada estado es independiente de otros y tiene
la libertad para hacer lo que se considere necesario para su reino.

El capítulo veintinueve habla acerca "De esas cosas que debilitan o tienden a la disolución de un
estado". Los estados se enferman por conflictos internos igual que los hombres porque son

ellos los que constituyen. Una de las enfermedades del estado radica en que el rey con tal de
acceder al trono y no le importa tener menos poder sobre las milicias. Esto hace que no se
garantice la defensa, lo que provocaría la defensa, lo que provocaría desconfianza y rebelión. Otro
conflicto son las ideas rebeldes que hacen creer a los jueces que ellos son los jueces de sus propias
acciones, cuando en realidad el juez es el estado y con esos

función del

pensamientos se debilita. El capítulo treinta habla acerca "De la

representante soberano.

La misión que tiene el soberano es la seguridad del pueblo. Así como también conservar todos sus
derechos soberanos: porque solo a través de ellos puede garantizar la seguridad. Debe instruir al
pueblo sobre la naturaleza de la soberanía, para evitar descontentos.

Sus funciones del soberano son:


1. Enseñar que la prosperidad no depende de la forma del gobierno, sino de la obediencia, y que la
solución nunca es cambiar la forma de gobierno a la que tienen los prósperos. 2. Enseñar a no
admirar demasiado ni dejarse influenciar por

hombres virtuosos distintos al soberano.

3. Enseñar a no hablar mal del soberano ni discutir su poder. 4. Tener momentos especialmente
dedicados al aprendizaje de

los deberes civiles. 5. Enseñar a los hijos a honrar a los padres.

6. Enseñar la justicia, es decir, a no privar a nadie de lo que es suyo (gracias a la autoridad del
soberano)

7. Enseñar que no solo los hechos injustos, sino también los designios e intenciones de hacerlos
son

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