Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Estructura atómica
1. Teoría atómica
En el siglo V a.C., el filósofo griego Demócrito expresó la idea de que toda la materia estaba
formada por muchas partículas pequeñas e indivisibles que llamó átomos (que significa
indestructible o indivisible). A pesar de que la idea de Demócrito no fue aceptada por muchos de sus
contemporáneos (entre ellos Platón y Aristóteles), ésta se mantuvo. Las evidencias experimentales
de algunas investigaciones científicas apoyaron el concepto del “atomismo”, lo que condujo, de
manera gradual, a las definiciones modernas de elementos y compuestos. En 1808, John Dalton
formuló una definición precisa de las unidades indivisibles con las que está formada la materia y que
llamamos átomos. El trabajo de Dalton marcó el principio de la era de la química moderna. Las
hipótesis sobre la naturaleza de la materia, en las que se basa la teoría atómica de Dalton, pueden
resumirse como sigue:
Átomos del elemento A Átomos del elemento B Compuestos formados por los
elementos A y B
2.1. El electrón
– 2 de 11 –
En algunos experimentos se colocaron, por fuera del tubo de rayos catódicos, dos placas cargadas
eléctricamente y también un electroimán. Cuando se conecta el campo magnético y el campo
eléctrico permanece desconectado, los rayos catódicos alcanzan el punto A del tubo. Cuando está
conectado solamente el campo eléctrico, los rayos llegan al punto C. Cuando tanto el campo
magnético como el eléctrico están desconectados, o bien cuando ambos están conectados pero se
balancean de forma que se cancelan mutuamente, los rayos alcanzan el punto B.
Estudiando el comportamiento de los rayos catódicos se ha comprobado que:
Es decir, se llegó a la conclusión que el rayo estaba formado por partículas con carga eléctrica
emitidas desde el cátodo a gran velocidad. De acuerdo con la teoría electromagnética, un cuerpo
cargado y en movimiento puede interactuar con los campos magnéticos y eléctricos que atraviesa.
Debido a que los rayos catódicos son atraídos por la placa con carga positiva y repelidos por la
placa con carga negativa, deben consistir en partículas con carga negativa. A estas partículas con
carga negativa se las llamó electrones.
Tiempo después, Rutherford pudo explicar los resultados del experimento de la dispersión de
partículas α utilizando un nuevo modelo de átomo. La mayor parte de los átomos debe ser espacio
vacío. Esto explica por qué la mayoría de las partículas α atravesaron la lámina de oro sufriendo
poca o ninguna desviación. Rutherford propuso que las cargas positivas de los átomos estaban
concentradas en un denso conglomerado central dentro del átomo, que llamó núcleo. Cuando una
partícula α pasaba cerca del núcleo en el experimento, actuaba sobre ella una gran fuerza de
repulsión, lo que originaba una gran desviación. Además, cuando una partícula α incidía
directamente sobre el núcleo, experimentaba una repulsión tan grande que su trayectoria se invertía
por completo.
– 3 de 11 –
2.3. El protón
Todas las sustancias que se encuentran en la naturaleza son eléctricamente neutras. Desde
principios de 1900 ya se conocían dos características de los átomos: que contienen electrones y que
son eléctricamente neutros. Entonces, para que un átomo sea neutro, debe contener el mismo
número de cargas positivas y negativas.
Es decir, si en los gases utilizados por Thomson dentro del tubo de descarga (hidrógeno, dióxido de
carbono, etc.) se habían encontrado partículas negativas, debían existir también partículas positivas.
Experimentalmente, se detectaron rayos positivos en los tubos de descarga, denominados rayos
canales, con una trayectoria inversa a la de los rayos catódicos (desde el ánodo hacia el cátodo) y
compuestos por particular de carga positiva.
Pero no fue hasta 1919 que Rutherford descubrió al protón, las partículas subatómicas de carga
positiva.
2.4. El neutrón
En síntesis, los protones y los neutrones residen juntos en el núcleo del átomo que, como propuso
Rutherford, es extremadamente pequeño. Mientras que radios atómicos varían entre los 30 y 300
pm según el elemento, los radios nucleares de 1,5 × 10 –3 a 1,5 × 10 –2 pm. Recordemos que un
picómetro (pm) es igual a 10 –12 m.
Se puede apreciar la diferencia relativa entre el tamaño de un átomo y su núcleo imaginando que si
un átomo tuviera el tamaño de un estadio olímpico, el volumen de su núcleo sería comparable con el
de una pequeña bolita, ubicada en el centro de la cancha.
Las masas de los átomos también son muy pequeñas. Por ejemplo, la masa del átomo más pesado
que se conoce es del orden de 4 × 10–22 g. Dado que sería complicado tener que expresar
continuamente masas tan pequeñas en gramos, se prefiere utilizar una unidad llamada unidad de
masa atómica, o uma. Actualmente se simboliza con la letra “u”. Una uma (u) es igual a 1.66 × 10 –24
g. Como se mencionó, las masas del protón y del neutrón son casi iguales, y ambas son mucho
mayores que la del electrón. Un protón tiene una masa de 1,0073 u, un neutrón, de 1,0087 u, y un
electrón, de 5,486 × 10 –4 u. Necesitaríamos 1836 electrones para igualar la masa de un protón, así
que el núcleo contiene casi toda la masa del átomo.
– 4 de 11 –
.
0,0015 - 0,0150 pm
30 – 300
pm
En la tabla siguiente se muestran los valores de carga y de masa de estas tres partículas
elementales.
¿Qué hace que un átomo de un elemento sea diferente del átomo de otro elemento? Los átomos de
cada elemento tienen un número característico de protones. De hecho, el número de protones en el
núcleo de un átomo de cualquier elemento se conoce como el número atómico (Z) de éste. Ya que
los átomos son eléctricamente neutros (no tienen carga eléctrica neta), el número de electrones que
contienen debe ser igual al número de protones. Por ejemplo, todos los átomos de carbono tienen
seis protones y seis electrones, mientras que todos los átomos de oxígeno tienen ocho protones y
ocho electrones. Por lo tanto, el número atómico del carbono es 6 , mientras que el número atómico
del oxígeno es 8. La identidad química de un átomo queda determinada por su número atómico.
El número de masa (A) es un número entero que indica el número total de neutrones y protones
presentes en el núcleo de un átomo de un elemento. Con excepción de la forma más común del
hidrógeno, que tiene un solo protón y no tiene neutrones, todos los núcleos atómicos contienen una
cierta cantidad de protones y neutrones. En general, el número de masa está dado por:
Número de masa (A) = número de protones (p+) + número de neutrones (n0), es decir: A = Z + n0
n0 = A – Z
– 5 de 11 –
Por ejemplo, si el número de masa de un átomo específico de boro (B) es 12 y su número atómico
es 5 (que indica 5 protones en el núcleo), entonces el número de neutrones es: 12 – 5 = 7. Observe
que las tres cantidades (número atómico, número de neutrones y número de masa) deben ser
números enteros positivos.
El número de masa (A) no figura en la tabla periódica1.
La forma aceptada para denotar el número atómico y el número de masa de un elemento (X) es
como sigue:
Símbolo del elemento
Número de masa
(protones + neutrones)
A
Z X
Número atómico
(Número de protones)
23
11 Na
Ejemplo: el sodio (Na) está formado por 11 protones, 12 neutrones y 11 electrones.
Los átomos de un elemento dado pueden diferir en el número de neutrones que contienen y, como
consecuencia, en su masa. Los átomos con números atómicos idénticos, pero con números de
masa diferentes (es decir, igual número de protones pero diferente número de neutrones) se
conocen como isótopos. La mayoría de los elementos tiene dos o más isótopos. Por ejemplo,
existen tres isótopos de hidrógeno. El más abundante tiene un protón y no tiene neutrones. Los otros
isótopos del hidrógeno llamados deuterio y tritio, contiene uno y dos neutrones respectivamente. De
acuerdo con esta notación, para los isótopos del hidrógeno, podemos escribir:
1 2 3
1H 1H 1H
1
El valor que aparece en la tabla periódica es la masa atómica, que no es un número entero y se explicará en
los párrafos siguientes.
– 6 de 11 –
Es importante resaltar que las propiedades químicas de un elemento están determinadas,
principalmente, por los protones y electrones de sus átomos; los neutrones no participan en los
cambios químicos en condiciones normales. En consecuencia, los isótopos del mismo elemento
tienen un comportamiento químico semejante, forman el mismo tipo de compuestos y presentan
reactividades semejantes.
Una molécula es un conjunto de dos o más átomos que se mantienen unidos a través de fuerzas
químicas (también llamadas enlaces químicos). Una molécula puede contener átomos del mismo
elemento o átomos de dos o más elementos, siempre en una proporción fija, de acuerdo con la ley
de las proporciones definidas. Así, una molécula no siempre es un compuesto, el cual, por definición,
está formado por dos o más elementos. El hidrógeno gaseoso (H2), por ejemplo, es una sustancia
simple, y consta de moléculas formadas por dos átomos de H cada una. Por otra parte, el agua (H2O)
es un compuesto molecular que contiene hidrógeno y oxígeno en una relación de dos átomos de H y
un átomo de O. Al igual que los átomos, las moléculas son eléctricamente neutras.
Se dice que la molécula de hidrógeno, representada por H2 , es una molécula diatómica porque
contiene sólo dos átomos. Otros elementos que existen normalmente como moléculas diatómicas
son nitrógeno (N2) y oxígeno (O2), así como los elementos del grupo VIIA: flúor (F2), cloro (Cl2),
bromo (Br2) y yodo (I2). Por supuesto, una molécula diatómica puede contener átomos de diferentes
elementos. Como ejemplos se pueden citar el cloruro de hidrógeno (HCl) y el monóxido de carbono
(CO). La gran mayoría de las moléculas contiene más de dos átomos. Pueden ser átomos de un
mismo elemento, como el ozono (O3) que está formado por tres átomos de oxígeno, o bien pueden
ser combinaciones de dos o más elementos diferentes. Las moléculas que contienen más de dos
átomos reciben el nombre de moléculas poliatómicas. El ozono (O3), el agua (H2O) y el amoníaco
(NH3), por ejemplo, son moléculas poliatómicas.
Un proceso químico no produce cambios en el núcleo de un átomo, pero algunos átomos pueden
adquirir (ganar) o ceder (perder) electrones con facilidad. Si a un átomo neutro se le eliminan o se le
añaden electrones, se forma una partícula cargada conocida como ion.
La pérdida de uno o más electrones a partir de un átomo da lugar a la formación de un catión, un ion
con carga neta positiva. Por ejemplo, un átomo de sodio (Na) fácilmente puede perder un electrón
para formar el catión sodio, que se representa como Na + y posee 11 protones y 10 electrones.
– 7 de 11 –
Formación del catión sodio (Na+)
Puede expresarse como: Na → Na+ + 1e –
Por otra parte, un anión es un ion de carga neta negativa que se forma cuando un átomo gana uno o
más electrones. Por ejemplo, un átomo de cloro (Cl) puede ganar un electrón para formar el anión
cloruro Cl −, que posee 17 protones y 18 electrones. Asimismo, un átomo de flúor (F) puede ganar
un electrón para formar el anión fluoruro F –, que posee 9 protones y 10 electrones.
Se dice que el cloruro de sodio (NaCl), la sal común de mesa, es un compuesto iónico porque está
formado por cationes y aniones. Un átomo puede perder o ganar más de un electrón. Como
ejemplos de iones formados por la pérdida o ganancia de más de un electrón están: Mg 2+, Fe 3+, S
2–
y N 3–. Con algunas excepciones, los metales tienden a formar cationes y los no metales, aniones.
Además, es posible combinar dos o más átomos y formar un ion que tenga una carga neta positiva o
negativa. Los iones que contienen más de un átomo, como es el caso de OH – (ion oxhidrilo), CN –
(ion cianuro) y NH4 + (ion amonio) se denominan iones poliatómicos.
Además de los iones sencillos, como el Na+ y el Cl- , existen iones poliatómicos, como el NH4+ (ion
amonio) y el SO42- (ion sulfato). Estos últimos iones consisten en átomos unidos como en una
molécula, pero tienen una carga neta positiva o negativa.
– 8 de 11 –
5. Modelo atómico de Bohr
El modelo planetario de Rutherford consideraba al átomo como una unidad donde los electrones
giraban alrededor del núcleo en órbitas circulares a gran velocidad. Este modelo resultaba atractivo
porque semejaba el movimiento de los planetas alrededor del Sol. Se suponía que en el átomo de
hidrógeno, la atracción electrostática entre el protón positivo “solar” y el electrón negativo
“planetario” empujaba el electrón hacia el interior, y que esta fuerza se contrarrestaba por la
aceleración externa debida al movimiento circular del electrón. Sin embargo, de acuerdo con las
leyes de la física clásica, un electrón que se mueve en la órbita del átomo de hidrógeno
experimentaría una aceleración hacia el núcleo al emitir energía en forma de ondas
electromagnéticas. Por lo tanto, tal electrón rápidamente se movería en espiral hacia el núcleo y se
destruiría junto con el protón.
En 1913, Niels Bohr resolvió este dilema utilizando la hipótesis cuántica de Planck. El modelo
atómico de Bohr se basa en los siguientes postulados:
– 9 de 11 –
Pese a su espectacular éxito inicial para explicar el comportamiento del átomo de hidrógeno, pronto
se hicieron evidentes las limitaciones de la teoría de Bohr. El modelo no podía explicar el
comportamiento experimental de los átomos multielectrónicos.
2s
n=3
n=2
2
El Principio de Incertidumbre de Heisenberg establece, en palabras simples, que no se puede conocer
simultáneamente la posición y la velocidad de un electrón. Es decir, cuanta mayor certeza se busca en
determinar su posición, menos se conoce su velocidad, y viceversa.
– 10 de 11 –
n=3 n=3 n=3
n=3
n=3
1 1 1s 1 2 2
2s 1 2
2 2 8
2p 3 6
3s 1 2
3 3 3p 3 6 18
3d 5 10
4s 1 2
4p 3 6
4 4 32
4d 5 10
4f 7 14
Los niveles superiores al 4 teóricamente poseen subniveles adicionales (g, h, i), pero los mismos no
son utilizados por las formas estables de ninguno de los átomos conocidos (no tienen suficiente
cantidad de electrones como para ocupar esos subniveles).
– 11 de 11 –