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Ensayo mediación pedagógica

Mediación Pedagógica semana 2

30-01 2022

LA MEDIACIÓN PEDAGÓGICA
A lo largo de la historia la humanidad ha buscado la manera de ir formando y edificando su
propio aprendizaje ya sea por medio de sus propias experiencias a lo largo de su vida como por
medio o con la ayuda de un par, en el caso de la educación con la figura vertical del docente, pero
que poco a poco se le está dando un eje más horizontal a dicho rol.
En todos los ámbitos en los que se ha desenvuelto el hombre siempre ha ido de menos a más con
proyección a la mejora, aunque no siempre lo logra, pero por lo menos deja cimientos con miras a
un nuevo reto por alcanzar. La educación es uno de estos escenarios en los cuales la dinámica de
evolución es muy constante y cambiante, la cual en el último siglo ha estado muy influenciada no
solo por el docente como guía y orientador sino por diferentes variables por así llamarlas y que
ahora si se les da relevancia, que hacen que los aprendizajes lleguen a ser efectivos o no,
prácticos o no y significativos o no en la realización tanto profesional como personal de los
educandos.
De cierta manera al docente se le ha idealizado y la sociedad lo proyecta como el modelo a
seguir, y quien es el encargado de educar, formar y hacer pensar al educando; olvidando que él es
un elemento más que hace parte de la ecuación a tener en cuenta en los procesos académicos, ya
que hay muchos componentes externos que influyen en el estudiante como internos que lo
caracterizan, lo individualizan y que lo hacen único y exclusivo.
Al docente se debe perfilar como un mediador de los procesos, y como la misma palabra lo indica
es quien será el encargado de estar en el medio como un eje que hace engranar todas las partes (la
individualidad, habilidades, destrezas, fortalezas, debilidades, forma adecuada de aprender,
entorno tanto familiar como social, principios, valores, estilo de vida, forma de pensar y actuar e
incluso me atrevo a decir que hasta su inclinación tanto sexuales como afectivas entre otras más
que son propias del estudiante).
Cuando se habla de mediación en el campo de la educación, se hace referencia a esa capacidad
que tiene el docente (mediador) para lograr formar estudiantes capaces de pensar de forma
analítica, critica, reflexiva y sobre todo conocedores de la realidad con miras a mejorarla si esta
lo requiere, a continuar en evolución dinámica o por el contrario a ser propositivos de posibles
soluciones e ideas que se logren cristalizar para que la construcción de sociedad sea un fin
conjunto, el cual favorece no solo a un individuo sino a toda una comunidad en correlación. Esto
es posible gracias a la gran habilidad del docente para proponer estrategias de trabajo con los
estudiantes y de igual manera a conocer y caracterizar a cada estudiante según sus habilidades,
destrezas y talentos que pueda explotar para su propio beneficio y de igual manera para el
entorno que lo rodea.
Es un reto bastante grande para los docentes el desempeñar el rol de mediador ya que este tiene
como tarea el originar y acompañar el aprendizaje, es decir, de promover en los educandos la
tarea de construirse y de apropiarse del mundo y de sí mismos. 
“El sistema de creencias se puede centrar en que el ser humano es modificable y cree que el
comportamiento retardado o la actuación lenta pueden ser mejorados” (Feuerstein, R., 1980:5). El
autor apuesta por lograr unos cambios estructurales, que serán posibles en el organismo del
individuo a través de una intervención mediada. Objetivo que se logra cuando el docente lleva a
cabo la mediación pedagógica, el cual es un proceso que este debe de iniciar desde una primaria
caracterización y reconocimiento del grupo de estudiantes, donde se hace necesario que este
tenga en cuenta todos los aspectos e individualidades de los estudiantes como son desde su
origen, pasando por familia, gustos, entornos próximos hasta los talentos a desarrollar como las
expectativas de vida para su realización de forma objetiva; y partiendo de este diagnóstico el
docente puede empezar a estructurar dicha mediación.
Al docente se le hace necesario el implementar herramientas para el trabajo colaborativo, ya que
muy seguramente en el grupo se encontrarán estudiantes con proyecciones similares y si no
aportes diferentes que pueden enriquecer de forma mutua.
El dialogo es un factor determinante para el proceso ya que permite el intercambio de ideas
generando autonomía en el estudiante y propiciando que este tenga la capacidad de tomar
decisiones congruentes y que lo conlleven a la asertividad.
Como el docente ya tiene una idea global del aprendiz, este puede entrar en la dinámica del juego
de roles, para que de forma más didáctica el grupo lo identifique y se reconozcan mediante dicha
interacción.
El mediador debe ser muy consciente del contexto y las situaciones propias del estudiante, lo cual
le permite implementar metodologías y movilizar contenidos acordes al entorno y en la medida
de las posibilidades que este tenga, ya que, si culturalmente se tiene en cuenta, la modificación
muy seguramente para el estudiante será más fácil de lograr ya que se está haciendo con una
concepción desde lo cotidiano y habitual para el chico.
La autoevaluación se le debe presentar al estudiante como una oportunidad de mejora, como el
análisis propio y concienzudo de lo que se está haciendo, y que al momento de llevarla a cabo se
haga de forma muy honesta y en pro de lograr el proceso de aprendizaje; y esto lo puede encausar
el docente si establece rutas de observación constante como derroteros que conlleven al
estudiante a que de los errores se aprende para ir de menos a más hasta lograr lo propuesto.
El reconocer la diversidad es uno de los principales puntos de partida, lo cual ayuda al docente a
diseñar diferentes actividades desde la experiencia de cada uno de los estudiantes y este a su vez
buscar que los chicos estructuren nuevas disposiciones y conceptos en sí mismos, como opciones
de cambio o posibles nuevos horizontes que de cierto modo los enfoquen en ideas que los
conduzcan a querer explorar otras formas de construir su propio conocimiento.
El proceso de formación no solo es responsabilidad del docente como cabeza visible, de igual
manera lo es la comunidad, más específicamente el padre y acudiente en el caso de los niños. El
docente tiene la obligación de vincular a la comunidad educativa a los procesos del aula, ya que
se debe generar un engranaje que conlleve a que todos aporten (padres-docente-estudiante) y para
que esto se logre, la comunicación de forma asertiva debe ser de uso constante.
En conclusión, el profesor en su rol de mediador pedagógico, está llamado a que potencialice al
máximo su habilidad creativa, lo cual lo conducirán a diseñar más y mejores estrategias que estén
acordes al estilo de aprendizaje del estudiante, buscando que el chico las tome como desafíos que
le permitan moldear su estructura mental y a entender de forma objetiva las realidades
cambiantes a las cuales está expuesto, y por ende a ser propósito ante la misma.

Todo lo anterior con el fin de que el estudiante logre llevar a cabo su autonomía de forma plena,
desarrollo de habilidades no solo académicas sino también sociales y que sea el constructor de su
propio conocimiento asumiendo todo ello de la forma más humanizada, positiva y empática, ya
que el objetivo máxime de la educación no es solo formar en conocimientos netamente
académicos sino en la construcción del tejido social que tanto necesita la sociedad y por ende las
generaciones a futuro.

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