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1. PREJUDICIALIDAD PENAL.

Manifiesta la Corte Constitucional a través de Sentencia que:


“Se entiende por prejudicialidad la cuestión sustancial pero conexa, que sea indispensable
resolver por sentencia en proceso separado, ante el mismo despacho judicial o en otro
distinto, para que sea posible decidir sobre lo que es materia de litigio o de la declaración
voluntaria en el respectivo proceso, que debe ser suspendido hasta cuando aquella
decisión se produzca y sin que sea necesario que la ley lo ordene (caracterización hecha
por Hernando Devis Echandía, Compendio de Derecho Procesal).”1

“Cuando el juez entra a decidir sobre el reconocimiento de la prejudicialidad penal dentro


del proceso civil no debe olvidar que la discrecionalidad no puede ser contraria al
principio de unidad de jurisdicción que es un principio rector del Estado de Derecho cuyo
desconocimiento implicaría vulnerar el derecho al debido proceso establecido en el
artículo 29 C.N. y particularmente la prohibición de no ser juzgado dos veces por el mismo
hecho. Si no ocurre la suspensión se corre el peligro de alterar la coherencia axiológica y
esto produce efectos perversos, como efectivamente pasó en el presente caso.” 2
“Por último: La noción de autonomía que establece el Código de Comercio respecto a los
títulos valores no puede ser utilizada para desconocer el artículo 29 de la Constitución
Nacional. Esa autonomía, de carácter eminentemente legal, es un instrumento para la
seguridad jurídica y sería absurdo afirmar que ésta se sostiene a través de la violación de
la propia seguridad jurídica expresada en la unidad de jurisdicción del desconocimiento de
los derechos adquiridos y que en su lugar se preferencien consecuencias provenientes del
delito; esta no es una guía válida en el razonamiento jurídico.”3

En otra providencia, la Corte Constitucional aborda el tema en cuestión, aduciendo que:


“19. La medida de suspensión del proceso por prejudicialidad y la excepción previa de
pleito pendiente tienen como objetivo común procurar que las decisiones que adopte la
administración de justicia resuelvan de forma definitiva los asuntos que son sometidos a
su conocimiento, es decir, garantizar que la determinación que se adopte pondrá fin a la
incertidumbre que se cierne sobre una cuestión o controversia jurídica, pues si una misma
situación fuera fallada por dos autoridades diferentes se corre el riesgo de que las
providencias que estos profieran resulten disímiles o contrarias, afectando así la
seguridad jurídica de los coasociados.”4

Ahora bien, en lo que se refiere al presente proceso, resulta de capital importancia


comprender que el nueve (9) de diciembre de 2020, dentro de la oportunidad
procesal, la parte demandada aportó escrito de excepciones manifestando como
colofón de su escrito que:

1
SU478-97
2
ibidem
3
ibidem
4
T-353/19
“Estas actuaciones de los señores ALEX HERNANDO MARIN SANCHEZ Y
OBIDIO MORALES GARCÍA pueden constituir la posible comisión de delitos por
lo que le solicitó señor juez remitir copia del expediente a la FISCALIA GENERAL
DE LA NACION con el fin de que se investigue el tipo de operación y la existencia
de crédito y desembolso de los dineros y valores contenidos en letra de cambio,
veracidad de la misma, se date fecha de firma y diligenciamiento de la misma,
igualmente para que se investigue a los señores, OBIDIO MORALES GARCÍA y
ALEX HERNANDO MARIN SÁNCHEZ por las posibles conductas punibles de
fraude procesal, estafa, concierto para delinquir y abuso de confianza.”

A su vez, se sabe que el Juez Segundo Civil del Circuito de Apartadó-Antioquia,


WILLIAM GONZÁLEZ DE LA HOZ, tiene conocimiento de una denuncia respecto de la
falsedad en documento privado que se interpuso por el presunto mal diligenciamiento del
título valor que hoy figura por monto de CINCO MIL NOVECIENTOS DOS MILLONES
(M/L) ($5.902.000.000).

De manera que:
i) El proceso ejecutivo tiene su fundamento únicamente en la potestad que
tiene el Estado dentro del marco del derecho fundamental al debido proceso
de obligar a una persona, a través de los medios dispuestos por el
ordenamiento procesal civil, a que realice el pago de una obligación de dar,
hacer o no hacer sea de manera voluntaria o coercitiva, a través del proceso
cautelar, dentro de las oportunidades procesales dispuestas en el Código
General del Proceso.

ii) Los documentos que se aportan al proceso como base del título ejecutivo
deben ser claros, expresos y exigibles y,

iii) De ellos se desprende la presunción de autenticidad, que deberá rebatirse con


prueba en contrario debidamente aportada por el demandado.
Luego, el proceso ejecutivo no pretende en ninguna manera atorar y generar un debate
respecto al negocio jurídico que antecede al título, por el contrario, pretende brindar un
trámite expedito con el cual puedan efectivizarse en valor monetario las deudas que en el
marco de la actividad negocial que las personas realizan de manera recurrente.
En síntesis, si El Juez Segundo Civil del Circuito de Apartadó-Antioquia, WILLIAM
GONZÁLEZ DE LA HOZ, presenta serios cuestionamientos de índole penal respecto de la
autenticidad del título valor y ello resulta de capital importancia para dar fin al proceso
ejecutivo, la conclusión que debe extraerse de ello es que suspenda el proceso hasta tanto,
la investigación en materia penal llegue a su fin, y no que se encamine a decretar pruebas
de oficio que se exceden del contexto legal del proceso ejecutivo.
2. MORA JUDICIAL.
El Código General del Proceso, manifiesta que:
ARTÍCULO 121. DURACIÓN DEL PROCESO. Salvo interrupción o suspensión del proceso
por causa legal, no podrá transcurrir un lapso superior a un (1) año para dictar sentencia de
primera o única instancia, contado a partir de la notificación del auto admisorio de la
demanda o mandamiento ejecutivo a la parte demandada o ejecutada. Del mismo modo, el
plazo para resolver la segunda instancia, no podrá ser superior a seis (6) meses, contados a
partir de la recepción del expediente en la secretaría del juzgado o tribunal.
<Inciso CONDICIONALMENTE exequible> 5Vencido el respectivo término previsto en el
inciso anterior sin haberse dictado la providencia correspondiente, el funcionario perderá
automáticamente competencia para conocer del proceso, por lo cual, al día siguiente, deberá
informarlo a la Sala Administrativa del Consejo Superior de la Judicatura y remitir el
expediente al juez o magistrado que le sigue en turno, quien asumirá competencia y proferirá
la providencia dentro del término máximo de seis (6) meses. La remisión del expediente se
hará directamente, sin necesidad de reparto ni participación de las oficinas de apoyo judicial.
El juez o magistrado que recibe el proceso deberá informar a la Sala Administrativa del
Consejo Superior de la Judicatura sobre la recepción del expediente y la emisión de la
sentencia.

Y es que, dentro del presente caso, el 24 de noviembre de 2020 se notifica por estados el
auto que libra mandamiento de pago, y pese a lo anterior, hasta la fecha no se ha podido
resolver de manera definitiva el presente proceso de ejecución, esto es, aproximadamente el
doble del término asignado por el Código General del Proceso para dar fin al conflicto
jurídico. Respecto de la mora injustificada de los procesos judiciales, la Corte
Constitucional manifiesta que:
En particular, la jurisprudencia constitucional ha planteado la clara relación existente entre la
mora judicial y la afectación al derecho fundamental de acceso a la administración de justicia
y al debido proceso, consagrados en los artículos 29, 228 y 229 Superiores. Si bien es claro
que los contenidos de los derechos antes mencionados no pueden confundirse, su relación es
intrínseca tanto para aquellos que pretenden acceder a la administración de justicia como
para quienes están investidos de la función jurisdiccional. Ellos suponen la determinación de
reglas como la consagración de vías procesales adecuadas, oportunidades para ejercer el
derecho de acción, personas habilitadas para demandar, etapas dentro del procedimiento,
términos[47], etc., los cuales serán perentorios y de estricto cumplimiento por parte de los
funcionarios judiciales. Su violación constituye causal de mala conducta, sin perjuicio de las
sanciones penales a que haya lugar. En esta medida, dilatar injustificadamente las actuaciones

5
Inciso declarado CONDICIONALMENTE EXEQUIBLE por la Corte Constitucional mediante Sentencia C-443-19
de 25 de septiembre de 2019, Magistrado Ponente Dr. Luis Guillermo Guerrero Pérez, 'en el sentido de que
la pérdida de competencia del funcionario judicial correspondiente sólo ocurre previa solicitud de parte, sin
perjuicio de su deber de informar al Consejo Superior de la Judicatura al día siguiente del término para fallar,
sobre la circunstancia de haber transcurrido dicho término sin que se haya proferido sentencia'.
judiciales, además de constituir una vulneración al debido proceso, puede representar una
negación del derecho de acceso a la justicia[48]. 6

Es cierto que, la Corte Constitucional a través de sentencia C-443 de 2019, proscribió del
ordenamiento jurídico la perdida automática de competencia con la finalidad de no causar
mayores traumatismos, sin embargo, ello no obsta para que el Juez, WILLIAM GONZÁLEZ
DE LA HOZ, justifique de manera razonable la mora del proceso, y no solo eso, sino las
medidas tendientes a indagar situaciones ajenas al proceso ejecutivo que tienden a causar
mucha más dilación.

3. PARCIALIDAD PROCESAL.
El Juez Segundo Civil del Circuito de Apartadó-Antioquia, WILLIAM GONZÁLEZ DE LA
HOZ, en el presente proceso el Despacho procedió a decretar las pruebas a practicar en la
audiencia prevista en los artículos 372 y 373 del C.G.P., teniendo en cuenta solo las
solicitadas con el escrito de demanda y las contestaciones presentadas por los extremos
pasivos de la litis, no obstante, respecto de las pruebas requeridas por el suscrito en el
escrito que descorrió el traslado de las excepciones propuestas por la sociedad
Agroindustrias Blanquicet S.A.S., el Despacho no emitió pronunciamiento alguno, es decir,
no fueron tenidas en cuenta para su decreto en la providencia recurrida, ni se expuso un
argumento razonable por parte del Juez de instancia, que permita comprender porque no es
admisible su práctica dentro del curso del proceso, aun cuando las mismas fueron
solicitadas dentro del término oportuno y tienen como finalidad controvertir las
excepciones propuestas y las pruebas solicitadas por la sociedad demandada, pruebas estas
que por el contrario sí fueron de recibo para el Despacho, procediendo incluso a decretar
algunas de oficio con el objeto de corroborar los dichos de la parte pasiva, cohibiendo así al
extremo activo de ejercer su derecho a la defensa y contradicción, aun cuando se
expusieron hechos que permiten evidenciar actuaciones de la parte demandada ejecutadas
con la finalidad de defraudar a sus acreedores, entre ellos mi representado, evitando con
ello el pago de la deuda cuya ejecución se pretende.
Ahora bien, en tratándose de las pruebas de oficio, sin realizar mayores elucubraciones se
tiene que i) el Juez tiene el deber de decretar las pruebas de oficio cuando ii) resulten
necesarias para esclarecer los hechos objeto de controversia, en otras palabras, cuando las
mismas sean útiles, conducentes y pertinentes y ninguna de las partes pueda cumplir con las
cargas que en materia probatoria se requieren.
Ahora bien, la prueba por oficio no es impedimento para que las partes procesales puedan y
deban cumplir con las cargas probatorias que les compete dentro del proceso. Bajo este
razonamiento la Corte Constitucional hablando a cerca de la carga de la prueba, ha indicado
que:

6
SU453-20
“institución que pretende que quien concurre a un proceso en calidad de parte asuma un
rol activo y no se limite a refugiarse en la diligencia del juez ni se beneficie de las
dificultades probatorias o mala fortuna de su contraparte.
En otras palabras, ‘las partes en el proceso deben cumplir con el deber de diligencia en lo
que pretenden probar. Ninguna debe obrar con inercia porque ello causa que las
consecuencias adversas de la decisión sean deducidas en su contra. El proceso no premia
la estrategia sino la solución del conflicto con la participación de las partes’” 7

Luego, el Juez como director del proceso no debe inmiscuirse aportando o


completando la desidia de las partes al tener bajo su responsabilidad la carga de
probar los hechos, lo que se traduciría en la denegación de las pretensiones o excepciones
y no en la investigación del juez en completar la dejadez de alguna de las partes.

La Corte Constitucional hablando de lo anterior, ha manifestado que:

“Se acabó de indicar que esa es la consecuencia, prima facie, toda vez que, como ya se ha
indicado, en el artículo 170 del Código también se señala que el juez cuenta con plenas
facultades para decretar pruebas de oficio, siempre que dicha facultad esté dirigida a
establecer los hechos que son objeto de controversia, es decir, a establecer la verdad
judicial de lo ocurrido. Dicha facultad legal prevista en el artículo 167 de la Ley 1564 de
2012, además de desarrollar principios constitucionales relevantes como el acceso a la
administración de justicia, la consecución de la verdad, y la aspiración que las sentencias
se correspondan con la justicia material, debe ser aplicada siempre en respeto de
principios igualmente importantes como la igualdad real entre las partes, la lealtad
procesal y el principio a la carga dinámica de la prueba.
Entonces, en caso de incumplimiento de la carga probatoria por alguna de las partes, se
traduce en la imposibilidad de reconocer los derechos alegados en las pretensiones o las
excepciones, salvo, que el juez con el fin de establecer la verdad de lo sucedido decrete las
pruebas de oficio. Sin embargo, en respeto de los principios de igualdad real entre las
partes, lealtad procesal y el principio de la carga dinámica de la prueba, el decreto la
práctica oficiosa de los medios de convicción deber ser justificada para que la contraparte
pueda pronunciarse sobre las mismas. Además, no debe suplir la inactividad de las
partes, pues generaría una ruptura los mandatos mencionados.”8

4. VIOLACIÓN DEL DERECHO FUNDAMENTAL A LA INTIMIDAD.


La prueba de oficio del auto interlocutorio 559 notificado por estados el 14 de septiembre
de 2022, tendiente a “oficiar a las entidades financieras a fin de que informen a este despacho si

7
T-733 de 2013
8
T-615-19
los señores Obidio Morales García, identificado con C.C.71.936.31, José Manuel Blanquicet
González, identificado con C.C. 8.323.167 y Agroindustrias Blanquicet S.A.S. indentificada con
NIT 901.034.211-2, tienen activo algún producto financiero, y en caso de serpositivo deberán
indicar la fecha de apertura, el producto, el estado actual y los movimientos desde la apertura del
producto y saldos que tenga en cada producto que tenga activo o productos que se hayan
cancelado en dicha entidad financiera”, vulnera el derecho fundamental a la intimidad debido
a que son datos que pertenecen al fuero interno y negocial del señor, OBIDIO MORALES
GARCÍA y que a lo sumo podrían servir para un proceso de conocimiento o penal, pero en
ninguna manera pueden tener validez dentro de un proceso ejecutivo cuyo título valor es
una letra de cambio. La Corte constitucional refiriéndose a lo que se constituye como
INFORMACIÓN PRIVADA determinó que:

“en los eventos aludidos, esta información revela facetas importantes de la vida personal,
social y económica del individuo y que, debido a expresa disposición constitucional o por
su propia naturaleza, solo puede ser divulgada por autorización de la persona a la que se
refiere, o por la existencia de una decisión judicial.”

Siendo entonces que toda decisión judicial debe ser debidamente motivada con la finalidad
de cumplir con el efectivo control jurisdiccional de todos los asociados, en el presente caso
brilla por su ausencia toda argumentación tendiente a explicar por qué, se reitera,
dentro de un proceso ejecutivo se debe investigar el negocio causal y como
consecuencia de ello investigar la vida crediticia, económica y/o financiera de mi
poderdante, vulnerando los derechos de intimidad.

En síntesis, no es que se desconozca la competencia y el deber que tiene el Juez de indagar


respecto de cuestiones que atañen al proceso judicial, lo que resulta arbitrario es que un
Juez de la república pretenda indagar la vida financiera, crediticia, negocial e intima de una
parte procesal sin brindar ninguna explicación de rigor con la cual se pueda realizar el
efectivo control jurisdiccional.

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