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JUZGADO DISTRIBUIDOR DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL,

DE TRÁNSITO Y BANCARIO DE LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ÁREA


METROPOLITANA DE CARACAS.
Su Despacho.-

Yo, LISBETH PALMA BERMÚDEZ, venezolana, mayor de edad, de éste


domicilio y abogado en ejercicio profesional inscrita en el Instituto de Previsión Social
del abogado bajo el Nº 159.755; ocurro ante su competente autoridad en mi carácter
de apoderada judicial especial de las ciudadanas IVONNE COROMOTO OMAÑA
RAMÍREZ y TAMARA DE LA CRUZ OMAÑA RAMÍREZ, venezolanas, mayores de
edad, de este domicilio y titulares de las cédulas de identidad Nº 6.468.503 y
6.469.028 respectivamente, carácter este que consta de instrumento PODER
otorgado en fecha 26 de julio de 2016 por ante la Notaría Pública Primera de Caracas
del Municipio Libertador, quedando asentado bajo el Nº 2, Tomo 102, Folios 6 al 9 de
los Libros de Autenticaciones llevados por esa Notaría, cuyo original anexo marcado
como inciso “A” para que surta sus efectos legales; a los fines de interponer, como en
efecto interpongo DEMANDA DE NULIDAD de la partición amistosa del acervo
hereditario dejado por el de cujus HERMENEGILDO OMAÑA, a favor de sus
causahabientes, ciudadanas IVONNE COROMOTO OMAÑA RAMÍREZ, TAMARA DE
LA CRUZ OMAÑA RAMÍREZ y ESTRELLA LEHOFENIX OMAÑA UTRERA, quien es
venezolana, mayor de edad, de este domicilio, nacida el 24 de septiembre de 1.982 y
titular de la cédula de identidad Nº 15.761.827, quien actuó representada en dicho
acto por su madre, ciudadana LUCILA EUNICE UTRERA BONETT, venezolana,
mayor de edad, de este domicilio, titular de la cédula de identidad Nº 3.632.334, por
ser menor de edad para la fecha de la autenticación; efectuada en fecha 27 de
agosto de 1984, por ante la Notaría Pública Vigésima de Caracas, quedando
asentada bajo el N° 92, Tomo 13, de los libros de autenticaciones llevados por esa
Notaría; cuyo original se anexa marcado como inciso “B”, por inobservancia de las
formalidades esenciales y de orden público establecidas en la ley; conforme a los
hechos y el derecho que se explanan a continuación:
LOS HECHOS

Las ciudadanas IVONNE COROMOTO OMAÑA RAMÍREZ, TAMARA DE LA


CRUZ OMAÑA RAMÍREZ y ESTRELLA LEHOFENIX OMAÑA UTRERA, previamente
identificadas, son causahabientes comunes del de cujus HERMENEGILDO OMAÑA,
quien en vida fuera venezolano, mayor de edad y titular de la cédula de identidad N°
1.207.133, fallecido ab intestato el 09 de abril de 1983, como se evidencia del acta de
defunción que se anexa marcada como inciso “C”.
A la fecha de su muerte, el precitado de cujus dejó bienes de fortuna
conformado por los siguientes inmuebles:
1) Un apartamento distinguido con el Nº 7-4, que forma parte del edificio
RESIDENCIAS CHELYANA, situado en la urbanización El Paraíso, prolongación
avenida Los Pinos (callejón Los Pinos), jurisdicción de la Parroquia San Juan,
Municipio Libertador del Distrito Capital, cuya copia certificada se adjunta marcada
como inciso “D”.
2) Un apartamento distinguido con el Nº A-6, que forma parte del BLOQUE 1, situado
en la urbanización Residencias Unidas, avenida Sucre, jurisdicción de la Parroquia
Sucre, Municipio Libertador del Distrito Capital (antes, Departamento Libertador del
Distrito Federal), cuya copia certificada se adjunta marcada como inciso “E”.
En virtud de que para la fecha de la muerte del causante, la ciudadana
ESTRELLA LEHOFENIX OMAÑA UTRERA, coheredera del causante, era menor de
edad, su madre LUCILA EUNICE UTRERA BONETT, el 26 de abril de 1984, solicitó
por ante el entonces Juzgado Segundo de Menores de la Circunscripción Judicial del
Distrito Federal y Estado Miranda, autorización judicial para realizar la Partición
amistosa.
El 27 de agosto de 1984, se realizó partición amistosa extrajudicial de los
bienes hereditarios por ante la Notaría Pública Vigésima de Caracas, la cual quedó
asentada bajo el N° 92, Tomo 13, de los libros de autenticaciones llevados por esa
Notaría, suscrito por el abogado Emilio Sosa, en representación de mis hoy
patrocinadas y la madre de la causahabiente ESTRELLA LEHOFENIX OMAÑA
UTRERA, quien era menor de edad para la fecha; ciudadana LUCILA EUNICE
UTRERA BONETT.
Es el caso, que la ciudadana LUCILA EUNICE UTRERA BONETT, luego de
obtener la autorización judicial para realizar la partición amistosa de los bienes
hereditarios a favor de su hija y suscribir dicha partición extrajudicialmente por ante la
Notaría Pública Vigésima de Caracas, no realizó ninguno de los actos previamente
establecidos en la ley para la aceptación de la herencia a beneficio de inventario a
favor de la menor. Del mismo modo, la ciudadana ESTRELLA LEHOFENIX OMAÑA
UTRERA, al cumplir la mayoridad, tampoco aceptó la herencia a beneficio de
inventario dentro del plazo establecido y siguiendo las formalidades previamente
establecidas en la ley; motivo por el cual dicho instrumento no fue homologado, y en
consecuencia, no puede surtir ningún efecto por estar inficionado de nulidad absoluta,
por inobservancia de las normas imperativa de la ley.
De su lado, es importante destacar que el abogado Emilio Sosa, quien actuó
en su carácter de apoderado judicial de mis hoy representadas, actuó en ese acto con
abuso de poder, al no defender adecuadamente sus derechos e intereses, motivo por
el cual posteriormente le fue revocado el poder otorgado.

DEL DERECHO

Los principios de orden moral, ético y político de nuestra Carta Magna


consagran desde su misma parte liminar un conjunto de postulados que remiten al ser
humano como eje primordial del Estado de Derecho que su contenido programático
pretende organizar. Por considerarlo pertinente a nuestro caso, vale resaltar que
como enunciado primordial del espíritu del Constituyente de año 1999 se destaca su
voluntad de establecer una sociedad donde se consolide el imperio de la ley para esta
y las futuras generaciones.
Este postulado alcanza su concreción en disposiciones expresas de la propia
Constitución tales como la garantía de todos los ciudadanos al debido proceso en las
actuaciones judiciales y administrativas como instrumento fundamental para la
realización de la justicia (Arts. 49 y 257) y el derecho a la seguridad jurídica (Arts. 19,
25, 26 y 27) que caracteriza a todo Estado de Derecho.
Así las cosas, el PROCESO es entendido como el medio del cual se sirve el
Estado para resolver los conflictos y administrar justicia, a través de un conjunto de
actos o procedimientos regulados por una Ley Procedimental o Derecho Procesal
que determina y establece el orden de dichos actos, para la correcta prestación de la
actividad jurisdiccional. La SEGURIDAD JURÍDICA es una cualidad del ordenamiento
jurídico, que implica la certeza de sus normas y, consiguientemente, la previsibilidad
de su aplicación. El ORDEN PÚBLICO ha de ser entendido como aquel que precisa
que todas aquellas normas de interés público exigen observancia incondicional, que
no son derogables por disposición privada.
En el mismo sentido, el Poder Legislativo ha dictado diversas leyes que amplían
y regulan las materias enunciadas en el corpus constitucional, dentro de las cuales
tenemos el Código Civil como norma sustantiva de los actos civiles y el Código de
Procedimiento Civil como norma procedimental, la cual es de estricto orden público a
los fines de garantizar la realización de la justicia indispensable en todo estado de
derecho y de justicia.
De conformidad con los hechos explanados en el presente caso, dispone el
LIBRO TERCERO de nuestro Código Civil las formas de adquirir y trasmitir la
propiedad y demás derechos, dentro de las cuales se encuentran las sucesiones,
cuya regulación está establecida en el TÍTULO II, del mencionado Libro Tercero de la
norma sustantiva civil. Dicho título comienza por señalar que las sucesiones se
defieren por testamento y a falta de dicha sucesión testamentaria, se defieren por la
Ley (Art. 807). Respecto al orden de suceder, el artículo 822 ejusdem establece que
al padre, a la madre y a todo ascendiente, suceden sus hijos o descendientes cuya
filiación esté legalmente comprobada.
En el caso bajo estudio, tenemos que el causante HERMENEGILDO OMAÑA,
falleció sin dejar testamento el 09 de abril de 1983 dejando tres (3) hijas legalmente
reconocidas de nombres: IVONNE COROMOTO OMAÑA RAMÍREZ, TAMARA DE LA
CRUZ OMAÑA RAMÍREZ y ESTRELLA LEHOFENIX OMAÑA UTRERA; así como
también, bienes de fortuna conformado por los siguientes inmuebles:
1) Un apartamento distinguido con el Nº 7-4, que forma parte del edificio
RESIDENCIAS CHELYANA, situado en la urbanización El Paraíso, prolongación
avenida Los Pinos (callejón Los Pinos), jurisdicción de la Parroquia San Juan,
Municipio Libertador del Distrito Capital.
2) Un apartamento distinguido con el Nº A-6, que forma parte del BLOQUE 1,
situado en la urbanización Residencias Unidas, avenida Sucre, jurisdicción de la
Parroquia Sucre, Municipio Libertador del Distrito Capital (antes, Departamento
Libertador del Distrito Federal).
De lo anterior se colige, que al fallecer el causante sin dejar testamento, la
sucesión se defiere por las normas establecidas en la ley, entre las tres (3) hijas
legalmente reconocidas por el de cujus.
Luego, tenemos que para la fecha de fallecimiento del causante, la ciudadana
ESTRELLA LEHOFENIX OMAÑA UTRERA, tenía siete (7) meses de edad, motivo
por el cual su madre, ciudadana LUCILA EUNICE UTRERA BONETT, previamente
identificada, solicitó por ante el entonces Juzgado Segundo de Menores de la
Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Estado Miranda, una autorización
judicial para hacer una Partición Amistosa de los bienes dejados por el de cujus, con
mis representadas que representan el resto de las coherederas, de conformidad con
lo establecido en el artículo 267 del Código Civil. Esta solicitud fue acordada por el
tribunal en fecha ________, como consta en la copia certificada que se anexa como
inciso “F”, sin que se evidencie en el expediente ningún otro acto procesal por parte
de la solicitante interesada.
El 27 de agosto de 1.984, se llevó a cabo por ante la Notaría Pública Vigésima
(20º) de Caracas, la partición amistosa entre el entonces apoderado de mis
representadas, abogado Emilio Sosa y la ciudadana LUCILA EUNICE UTRERA
BONETT, en representación de su hija ESTRELLA LEHOFENIX OMAÑA UTRERA,
como se evidencia del anexo que fue identificado como inciso “B”, en cual se
establece la adjudicación del apartamento situado en la urbanización El Paraíso para
la entonces menor y el apartamento ubicado en la avenida Sucre se adjudica a las
otras dos (2) coherederas, en evidente violación de la cuota parte de sus derechos
sucesorales.
En relación a lo expuesto, el Código adjetivo civil señala en su artículo 998 que
las herencias deferidas a los menores no pueden aceptarse válidamente, sino a
beneficio de inventario, que el legislador estableció como una forma de aceptar una
herencia sin que los aceptantes (menores de edad, entre otros) adquieran
responsabilidad personal por las obligaciones de la masa hereditaria, sino que estas
se cubran con los bienes y/o derechos de la propia masa hereditaria, sin afectar el
patrimonio personal de los sucesores, y tal aceptación debe hacerse con las
formalidades que establece la ley.
Luego, los artículos 1023, 1025, 1030 y 1031 del Código Civil disponen que el
heredero que pretenda aceptar la herencia a beneficio de inventario, debe hacer tal
declaración por escrito ante el Tribunal de Primera Instancia; formar el inventario de
los bienes de la herencia, de conformidad con lo establecido en los artículo 921 al 923
del Código de Procedimiento Civil, en el término de tres (3) meses, contados desde la
declaración ante el Tribunal y manifestar su aceptación dentro de los cuarenta y cinco
(45) días siguientes. Asimismo, es válido acotar que en el caso de menores de edad,
la ley prevé que no se privan del beneficio de inventario sino al final del año siguiente
a la mayoridad, si no han cumplido las disposiciones de ley antes dichas.
De lo antes expuesto se colige que la ciudadana LUCILA EUNICE UTRERA
BONET, representante de la entonces menor, ciudadana ESTRELLA LEHOFENIX
OMAÑA UTRERA, al solicitar la autorización judicial para realizar la partición
amistosa de la masa hereditaria en la que su hija era beneficiaria, debió cumplir con
los requisitos establecidos en la ley para tal fin; esto es hacer la declaración ante un
Tribunal de Primera Instancia, formar el inventario de los bienes de la herencia y
manifestar su aceptación a favor de su representada dentro del plazo de ley y no lo
hizo. Del mismo modo, la ciudadana ESTRELLA LEHOFENIX OMAÑA UTRERA,
quien para la fecha del fallecimiento de su causante era menor de edad, contó con un
(1) año desde que cumplió su mayoridad (año 2000) para aceptar la herencia a
beneficio de inventario, cumpliendo con las disposiciones que al respecto dispone la
ley y tampoco lo hizo, ni ha renunciado expresamente a la herencia.
En razón de lo expuesto, es forzoso concluir que la herencia a beneficio de
inventario a favor de la entonces menor ciudadana ESTRELLA LEHOFENIX OMAÑA
UTRERA, NUNCA FUE TRAMITADA DE CONFORMIDAD CON LO DISPUESTO EN
NUESTRO ORDENAMIENTO JURÍDICO, y al no hacerlo, la partición amistosa está
inficionada de nulidad absoluta.
Si tomamos en cuenta que la partición no es sino una especie de contrato mediante
el cual las partes que lo integran llegan a un acuerdo para efectuar la división de bienes
comunes, tendríamos que observar lo que la doctrina ha señalado sobre la Nulidad de los
Contratos en la Legislación Civil de Venezuela, Francisco López Herrera, citado por la
sentencia N° 00258 de la Sala Civil del 19/5/05, cuyo fallo establece, que los contratos
absolutamente nulos son aquellos que contrarían el orden público, las buenas costumbres y
los prohibidos por la ley, por estar involucrados intereses colectivos o generales;
expresando que el fundamento de la nulidad absoluta es la protección del orden público
violentado por el contrato, razón por la cual, el contrato tiene que caer irremediablemente,
pues siempre está involucrado el orden público que debe prevaler sobre el interés privado
de las partes.
Por su parte, Eloy Maduro Luyando (Curso de Obligaciones. Derecho Civil III) citado por
la misma sentencia, expresa que la nulidad absoluta es la sanción aplicable a la
inobservancia de alguna norma imperativa de la ley, cuando la norma está destinada a
proteger los intereses del orden público.
En materia de la infancia y la adolescencia, la aceptación de la herencia bajo beneficio de
inventario evidentemente está destinada a proteger el interés de éstos y tiene una evidente
condición que son de orden público, más hoy en día cuando la Constitución y la ley
especial que regula los derechos de Niños, Niñas y Adolescentes consagran el principio del
interés superior del niño, como principio orientador para resolver los conflictos en los
cuales se encuentren involucrados. De tal manera, que si la aceptación bajo beneficio de
inventario está condicionada a la formación del respectivo inventario, es consecuencia
lógica que si el mismo ha sido formado de manera irregular se afecta tanto la aceptación de
la herencia como todos los actos posteriores, incluyendo la partición amistosa.

Ahora bien, siendo que la recurrente alcanzó la mayoridad desde hace


dieciséis (16) años, no ha renunciado expresamente a la herencia y no ha sido
posible lograr de manera pacífica y amistosa la partición de los bienes heredados de
su difunto padre, es por lo que se instauró la presente acción de partición, de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 1.066 y siguientes del Código Civil, en
concordancia con los artículos 777 y siguientes del Código de Procedimiento Civil.
La doctrina ha definido la partición la división, reparto o distribución de un
patrimonio (herencia o masa social de bienes) entre varias personas con iguales o
diversos derechos sobre el condominio a que se pone fin.
En el caso de marras, en la demanda instaurada por mis representadas (y sus
anexos), puede verificarse que en ella se expresó, título que origina la comunidad
hereditaria (Anexo: Partida de Defunción del Causante y títulos de propiedad de los
bienes adquiridos por este), los nombres de los condóminos (Anexo: Partidas de
nacimiento de las causahabientes) y la proporción en la que deben dividirse los
bienes de la comunidad hereditaria (Anexo: Solvencia Sucesoral emanada del
SENIAT).

En resumen, considera esta representación que la decisión del Tribunal A Quo


se encuentra ajustada a derecho por cuanto no hubo controversia o contención, en
virtud de que la demandada en la oportunidad de la contestación, no hizo
impugnación, objeción, oposición, contradicción o discusión alguna, respecto al
carácter y/o cuota de los interesados en la partición de la masa hereditaria en
cuestión.
PETITORIO

Por todas las razones de hecho y de Derecho explanadas ut supra; solicito a


este honorable juzgado en nombre de mis representadas, IVONNE COROMOTO
OMAÑA RAMÍREZ y TAMARA DE LA CRUZ OMAÑA RAMÍREZ, titulares de las
cédulas de identidad Nº 6.468.503 y 6.469.028, coherederas en la sucesión intestada
del causante HERMENEGILDO OMAÑA, que:
1.- Emplace a la ciudadana ESTRELLA LEHOFENIX OMAÑA UTRERA, titular de la
cédula de identidad Nº 15.761.827, para que convenga en admitir que son ciertos los
hechos narrados, o en su defecto, el tribunal declare CON LUGAR la pretensión de
NULIDAD DE LA PARTICIÓN AMISTOSA de la herencia, celebrada el 27 de agosto
de 1984 por ante la Notaría Pública Vigésima de Caracas, asentada bajo el N° 92,
Tomo 13, de los libros de autenticaciones llevados por esa Notaría.
2.- La demandada sea condenada al pago de las costas procesales de conformidad
con lo establecido en el artículo 281 del Código de Procedimiento Civil.
Es Justicia, en Caracas a la fecha de su presentación.

LA ABOGADO APODERADA

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