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AUTORA:
ESTRUCTURA Y FUNCIÓN I
1. INFLAMACIÓN Y ENDOTELITIS
En comparación con otras condiciones de salud, la COVID-19 puede dar lugar a una
producción mucho mayor de citoquinas por parte de los glóbulos blancos (3). Un aumento
de las catecolaminas puede preceder y contribuir a la tormenta de citoquinas, también
llamada hipercitocinemia o síndrome de liberación de citoquinas. Esta respuesta
inadaptada puede conducir al síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SIRS), al
síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), a la lesión multiorgánica, al shock y a
la muerte. La respuesta inflamatoria puede seguir aumentando incluso cuando la carga
viral disminuye. El SARS-CoV-2 infecta las células endoteliales de múltiples órganos y
provoca una endotelitis linfocítica difusa, que conduce a la vasoconstricción (4). La
inflamación, la hipercoagulabilidad y el edema que la acompañan provocan una
hipoperfusión que conduce a la isquemia de los órganos. Sin embargo, los pacientes con
enfermedades inflamatorias inmunomediadas preexistentes que reciben tratamiento con
terapias anticitoquinas y otras terapias inmunomoduladoras no tienen un mayor riesgo
debido a la COVID-19 (5).
2. EFECTOS EN LOS PULMONES
Los pulmones son el órgano más afectado en los pacientes con COVID-19 (6-7). En los
pacientes sintomáticos, la neumonía se produce con signos evidentes de neumonía vírica,
como lo son la disminución de la saturación de oxígeno, las desviaciones de los gases en
sangre, los cambios visibles a través de las radiografías de tórax, así como la linfopenia y
la elevación de los marcadores inflamatorios (proteína C reactiva y citoquinas
proinflamatorias) (8). La patología clínica de los casos de autopsia del SRAS ayudó a la
comprensión sustancial de la naturaleza de la progresión de la enfermedad o del desenlace
de la misma. La alteración patológica general en los pulmones era de lesión alveolar
difusa que causaba SDRA. El análisis patológico de las lesiones pulmonares indicaba
hemorragia y necrosis generalizadas, alveolitis y bronquitis pulmonares descamativas,
infarto hemorrágico, formación de membranas hialinas, exudación de proteínas y
monocitos, linfocitos y células plasmáticas en los alvéolos y cuerpos de inclusión vírica
en las células epiteliales alveolares.
Aunque los mecanismos específicos de la lesión miocárdica inducida por la infección por
SARS-CoV-2 son inciertos. Se postula que el SARS-CoV-2 puede afectar al corazón de
dos maneras. En primer lugar, el virus puede invadir directamente el tejido miocárdico y
causar daños a través de los receptores ACE2, que se expresan ampliamente en los
pulmones y el sistema cardiovascular (15-16). En segundo lugar, el virus puede provocar
una tormenta incontrolada de citoquinas, lo que provoca lesiones sistémicas, incluidas las
cardíacas (14-16).
4. EFECTOS EN EL HÍGADO
Se ha informado de que las lesiones renales agudas (LRA) son frecuentes en los pacientes
con COVID-19, se asocian a una mayor mortalidad y la mayoría de los pacientes que
sobreviven no recuperan la función renal. En cuanto a la ruta de infección, se ha
informado de la expresión del gen ACE2 en riñones y vejigas humanas. El resultado
indicó que el sistema urinario es una ruta potencial para la infección por SAR-CoV-2,
junto con los sistemas respiratorio, hepático y digestivo. También es posible que los
medicamentos prescritos para el tratamiento de COVID 19 puedan afectar indirectamente
a los riñones. La mayoría de los metabolitos derivados de estos medicamentos se
metabolizan en el hígado y se excretan por vía renal. Por lo tanto, el hígado y los riñones
son vulnerables a las lesiones y la toxicidad (21-22).
6. EFECTOS EN EL CEREBRO