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Inteligencia emocional durante el confinamiento

Patricia Herrera P.

Universidad del Noreste

Tercer Semestre

Licenciatura en Psicología

Tampico, Tamaulipas a 29 de octubre del 2021.


Introducción

¿Sabías que tu inteligencia solo determina el 20% de tu éxito?

El otro 80% depende de factores emocionales y de habilidades cómo el autocontrol, la

automotivación, la empatía, entre otras, en pocas palabras de tu inteligencia emocional.

(Goleman, 1995)

Muy buenos días a todos y muchas gracias por estar aquí presentes, mi nombre es Patricia

Herrera Paredes, soy alumna del tercer semestre de psicología en la Universidad del

Noreste y en verdad espero que este discurso pueda motivarlos a trabajar en su

inteligencia emocional para que puedan aprendan a expresar y manejar sus emociones.

El tema que desarrollaré el día de hoy es “inteligencia emocional durante el

confinamiento” porque es algo que recientemente se ha puesto muy de moda en redes

sociales, hay muchísimos posts y videos en los que te dicen que debes tener inteligencia

emocional como si fuera algo muy sencillo, pero no explican ni qué es ni cómo podemos

trabajar en ella.

Así que, en pocas palabras, la inteligencia emocional es conocer y saber expresar tus

emociones, motivarte a ser mejor cada día y ser empático para tener buenas relaciones

interpersonales. (Goleman, 1995)

Si bien la inteligencia emocional siempre ha sido muy importante, durante esta pandemia

muchísimo más, pues el mundo ha estado lleno de pérdidas, no solo se perdieron vidas,

sino también empleos, la libertad de salir, de abrazar a los demás, de ir a la escuela, se

perdieron planes, metas, se perdió todo un estilo de vida al que estábamos

acostumbrados. Además de esto, también nos hemos enfrentamos a un confinamiento, a


una aislamiento en el que las personas que viven solas no les quedó de otra más que estar

consigo mismos lo que repercutió en un aumento masivo en los índices de ansiedad y

depresión y por otro lado, los que vivimos con nuestras familias pues eran los únicos con

los que convivimos por meses y esto mismo se vio reflejado en el incremento de las tasas

de violencia intrafamiliar y todo esto debido a falta de inteligencia emocional.

Porque no podemos controlar lo que nos pasa, pero si podemos controlar el cómo

reaccionamos a lo que nos pasa. Definitivamente no podemos controlar la pandemia, no

podemos hacer que se vaya, ni controlar el regreso a clases presenciales o a las

actividades normales, pero sí podemos controlar cómo reaccionamos a esto, con qué

actitud lo tomamos y qué hacemos al respecto, he aquí la importancia de la inteligencia

emocional.

Desarrollo

Para comenzar a trabajar en mejorar nuestra inteligencia emocional es importante

primero conocer la diferencia entre emoción y sentimiento. Por un lado, las emociones

son reacciones fisiológicas que preparan al organismo para distintas clases de respuestas,

ésta tiene una duración corta. Mientras que los sentimientos son estados subjetivos que

vienen de experiencias emocionales y generalmente no cambian a lo largo de los años.

Según Goleman (1995) la inteligencia emocional se compone de 5 habilidades básicas:

1. Autogestión: es un conjunto de habilidades que nos ayudan a organizarnos y

cumplir nuestros objetivos, dentro de la autogestión se encuentra también el

autoconocimiento.
2. Autocontrol: es la capacidad de ejercer dominio sobre uno mismo, en otras

palabras, controlar nuestras emociones en vez de que nuestras emociones nos

controlen a nosotros.

3. Motivación: son los impulsos que mueven a la persona a realizar determinadas

acciones y perseverar en ellas para concluirlas.

4. Empatía: es tratar de comprender los sentimientos y emociones de los demás.

5. Habilidades sociales: incluyen la comunicación empática, el escuchar

activamente, la colaboración y la sinergia.

De estas habilidades las primeras 3 abarcan la inteligencia personal y las últimas 2 se

refieren a la inteligencia interpersonal.

Las emociones básicas son alegría, tristeza, miedo, enojo, desagrado y sorpresa, cada

una de estas se manifiesta dependiendo de la situación, pero es importante recalcar que

ninguna emoción es negativa, todas son importantes y tienen una utilidad, lo importante

es saber expresarlas adecuadamente para no dañar a otros ni a uno mismo.

Como decía Aristóteles: Enojarse es muy fácil, pero si te vas a enojar, enójate con la

persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto y por el motivo

correcto.

Y seguramente se estarán preguntando ¿y cómo hago esto? Decirlo es muy fácil, pero

hacerlo es otra cosa. Así que, les voy a compartir una técnica muy útil que se llama

semáforo emocional.

Este consiste en que en situaciones que produzcan una emoción fuerte literalmente nos

imaginemos un semáforo, cuando se presente la emoción vemos el rojo hacemos un alto,


es decir, detenemos la emoción y respiramos, posteriormente pasamos al amarillo, aquí

es momento de pensar, identificar la emoción y buscar soluciones, por último,

avanzamos hacia el verde que es ahora sí actuar. De esta forma vemos que estamos

actuando después de haber analizado la situación y no sólo estamos reaccionando por el

impulso del momento.


Bibliografía

Goleman, D. (1995). Emotional Intelligence (Primera ed.). Kairós.

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