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Principios de nutrición
Autoras
Isabella Mattei. Endocrinología y Nutrición.
|
Gema Villa López. Endocrinología y Nutrición.
Asesora
María Maíz Jiménez. Endocrinología y Nutrición.
1. Valoración de estado nutricional
Existen varias herramientas de cribado, de modo que se puede utilizar cualquiera de las
validadas. La Sociedad Europea de Nutrición Parenteral y Enteral (ESPEN) recomienda el
Nutritional Risk Screening-2002 (NRS-2002) para pacientes ingresados en centros
hospitalarios (tabla 1 y tabla 2).
Preguntas Sí No
Preguntas Sí No
APACHE: Acute Physiology And Cronic Health Evaluation; EPOC: enfermedad pulmonar
obstructiva crónica; IMC: índice de masa corporal.
* Hay que valorar el estado nutricional y la gravedad de la enfermedad del paciente asignando
1 punto a cada columna. En caso de sumar 3 o más puntos, se empezará tratamiento
nutricional.
Edad: si ≥ 70 años, se añadirá 1 punto al total.
< 3: cribado semanal del paciente. En caso de alcanzar a lo largo de las sucesivas
evaluaciones 3 o más puntos, se empezará tratamiento nutricional.
≥ 3: iniciar tratamiento nutricional.
• Exploración física:
• Peso y talla: indican el estado nutricional actual. El peso es un indicador
indirecto de la masa proteica y de las reservas energéticas. Se debe tener en
cuenta el estado de hidratación (edemas y ascitis enmascaran posibles
pérdidas de masa corporal). En caso de no poder pesar al paciente, se pueden
utilizar tablas de longitud del antebrazo para su estimación.
• Pérdida de peso: porcentaje de pérdida de peso = [peso habitual – peso
actual] × (100/peso habitual).
• Índice de masa corporal (IMC): es una forma de expresar el peso en
relación con la talla: [IMC = peso (kg) / talla (m2)] (tabla 3).
• Pruebas de laboratorio:
• Proteínas plasmáticas: la albúmina, a pesar de ser un buen parámetro de
morbilidad y mortalidad, resulta un mal parámetro nutricional. Su
concentración sérica no depende tanto de una nutrición adecuada como de
cambios de volumen de distribución u otros procesos que afecten al
metabolismo proteico (tabla 4).
• Otros parámetros analíticos: colesterol plasmático total (desnutrición <
120 mg/dl), hemoglobina (la existencia de anemia hace sospechar
determinados déficits nutricionales, como de ácido fólico en alcohólicos o
de vitamina B12 y hierro en la malabsorción), creatinina, balance
nitrogenado, etc.
• Evaluación del estado inmunitario: recuento linfocitario disminuido.
• Métodos de composición corporal: los más utilizados son
impedanciometría corporal, densitometría e incluso técnicas de imagen más
clásicas (ecografía, tomografía computarizada y resonancia magnética).
• Valoración funcional: test de la marcha (distancia recorrida andando) y
dinamometría.
Tabla 3. Interpretación del índice de masa corporal
2. Trastornos nutricionales
Criterios Pérdida de peso (%) > 5% en los últimos 6 meses o > 10% en 6 meses
fenotípicos
Índice de masa
corporal reducido < 20 si es < 70 años o < 22 si es ≥ 70 años
(kg/m2)
Asia: < 18,5 si es < 70 años o < 20 si es ≥ 70
Tabla 6. Umbrales del grado de gravedad de desnutrición, criterios GLIM. ESPEN 2019
Criterios Pérdida de peso (%) Índice de masa Masa muscular
fenotípicos corporal reducido reducida
(kg/m2)
3.Tratamiento nutricional
Hombres: 66,5 + (13,8 × peso en kg) + (5 × altura en cm) – (6,8 × edad en años)
Mujeres: 65,5 + (9,6 × peso en kg) + (1,85 × altura en cm) – (4,7 × edad en años)
Una vez establecido el gasto energético total, se valora la redistribución de las calorías en
función de los antecedentes y de la condición clínica de cada paciente. En primer lugar, se
calculan los aportes proteicos y se distribuyen el resto de calorías entre hidratos de carbono
y lípidos, siendo estos últimos alrededor de un 60 y un 40%, respectivamente, en las
condiciones habituales (tabla 8).
4.1.2. Fórmulas
Normal Si se prevé una ingesta < 50% de los requerimientos durante ≥ 7 días
Sin fibra
Hay que lavar una vez al día las ventanas nasales, aplicar vaselina en los labios y cepillar
frecuentemente los dientes; además, si la situación clínica lo permite, los pacientes deben
masticar chicles, chupar caramelos o hacer enjuagues. Es posible que el paso de
alimentación sea simultáneo al de fármacos. Además, se debe conocer qué medicamentos
pueden triturarse y su interacción con la alimentación. Para ello, se puede consultar al
servicio de Farmacia o a aplicaciones móviles de interés (p. ej., Medisonda).
4.1.6. Complicaciones
4.2.3. Tipos
Según el tipo de acceso al torrente circulatorio utilizado, existen dos tipos de NP:
Gastrointestinales
Mecánicas
Lesiones por decúbito • Utilizar sondas finas (10-12 Fr) de silicona o poliuretano
• Movilizar frecuentemente la sonda
Metabólicas
Hiperglucemia • Monitorizar glucemias capilares en pacientes de riesgo
• Emplear fórmulas específicas para diabéticos y/o insulina
Se recomienda monitorizar iones (sodio, potasio, calcio, fósforo y magnesio) al menos cada
24-48 h para ajustar la NP según las necesidades y realizar controles de glucemia capilar
para prevenir la hiperglucemia y administrar insulina rápida de corrección si se precisa.
Para el cuidado de la vía venosa central se necesita formación en el personal sanitario que
incluya conocimientos de inserción, mantenimiento, vigilancia de signos de infección y
medidas de control para la prevención de las infecciones relacionadas con los CVC.
4.2.5. Complicaciones
Es una complicación metabólica que ocurre durante la repleción nutricional (oral, enteral o
parenteral) después de un período de ayuno o desnutrición prolongada. El hecho
fundamental es la hipofosfatemia grave, que se acompaña de alteraciones en el balance
hídrico, metabolismo de hidratos de carbono y déficits vitamínicos, fundamentalmente
tiamina, hipopotasemia e hipomagnesemia (figura 2).
Prevención y tratamiento
Prevención y tratamiento
Por todo ello, es importante identificar a los pacientes en riesgo para prevenir las
complicaciones asociadas (figura 3).
• Abuin Fernández J, Arencibia Rivero T, Caracuel García AM, Carral San Laureano
F, Contreras Bolívar V, Domínguez López M, et al. En: Oliveira Fuster G, et al.
eds. Manual de nutrición clínica y dietética. Díaz de Santos. 2016;9:235-242.
• Cederholm T, Barazzoni R, Austin P, Ballmer P, Biolo G, Bischoff SC, et al.
ESPEN guidelines on definitions and terminology of clinical nutrition. Clin Nutr.
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Higashiguchi T, et al. GLIM criteria for the diagnosis of malnutrition e A consensus
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• Fernández MT, López MJ, Álvarez P, Arias J, Varela JJ. Síndrome de
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• León M. Principios de nutrición clínica. En:Rodés J, Carné X, Trilla A, eds. Manual
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Nutrition (ASPEN). Clinical Guidelines: nutrition screening, assesment, and
intervention in adults. JPEN. 2011;35(1):16-24.
Autores
Miguel Herreros Gutiérrez. Medicina Interna.
|
Ruth Pérez Pérez. Endocrinología y Nutrición.
Asesores
Laura Pérez-Olivares Martín. Endocrinología y Nutrición.
|
Carlos González Gómez. Medicina Interna.
1. Definición
La diabetes mellitus (DM) se define como el conjunto de trastornos metabólicos que tienen
como nexo común la hiperglucemia crónica. Esto puede derivar de defectos en la síntesis-
secreción de insulina, en su acción sobre los tejidos o en ambos. Esta situación se asocia a:
a) manifestaciones clínicas por la propia hiperglucemia; b) complicaciones agudas
potencialmente mortales; c) complicaciones crónicas macro- y microvasculares, y d) otras
alteraciones (susceptibilidad a infecciones y complicaciones gestacionales, psicológicas,
sociolaborales, etc.).
3. Clínica
DM1 (5-10%)
Autoinmune (1A)
LADA
Idiopática (1B)
No hay evidencia de autoinmunidad. Resulta más frecuente en
población afroamericana, hispanoamericana y asiática. Algunos autores
la consideran un subtipo de DM2 con tendencia a la cetosis
Defectos monogénicos
(< 5%) MODY
Diabetes neonatal
Otras formas de Síndrome del hombre rígido. Enfermedad por anticuerpos antirreceptor
diabetes autoinmune de insulina
AD: autosómica dominante; AR: autosómica recesiva; DM: diabetes mellitus; MODY: Maturity Onset
Diabetes of the Young.
4. Diagnóstico
Los pacientes con DM deben recibir cuidados por parte de un equipo multidisciplinar
experto en diabetes que incluya personal médico y de enfermería, nutrición y salud mental.
Es importante que los pacientes asuman un papel activo en el manejo de su enfermedad.
1. Considerar cribado en adultos con sobrepeso u obesidad (IMC ≥ 25 kg/m2 o ≥ 23 kg/m2 en asiático-
americanos) con uno o más de los siguientes factores de riesgo:
2. Pacientes con prediabetes (HbA1c ≥ 5,7%, intolerancia oral a la glucosa o glucemia basal alterada)
deben realizar cribado anualmente
3. Las mujeres con diabetes gestacional deben hacer cribado cada 3 años de manera indefinida
4. Para el resto de pacientes el cribado debe comenzar a los 45 años y repetirse cada 3 años si es
normal
5. En pacientes con VIH se debe hacer cribado antes y cada 3-6 meses después del inicio o cambio de
terapia antirretroviral
HbA1c: hemoglobina glucosilada; HDL: lipoproteínas de alta densidad; IMC: índice de masa corporal;
VIH: virus de la inmunodeficiencia humana.
Fuente: Adaptada de las Guías ADA 2021.
En ausencia de hiperglucemia, se necesitan 2 test positivos (en la misma muestra o en otra diferente).
Se puede realizar cualquier test para confirmar un primer test patológico, pero es preferible utilizar el
mismo.
En caso de discordancia entre dos test, hay que repetir el que haya dado un resultado más cercano al
punto de corte diagnóstico.
5.1. Evaluación integral del paciente diabético
5.2.1. Retinopatía
Procedimiento Componentes
Procedimiento Componentes
Pruebas de laboratorio • HbA1c y glucemia basal. Perfiles tiroideo, lipídico, hepático y renal.
Cociente microalbuminuria/creatinina en la orina
Consultas con otros • Oftalmología: revisión del fondo de ojo (fundoscopia con dilatación
especialistas y retinografía) cada 1-2 años y tonometría
• Planificación familiar en mujeres en edad fértil si existe deseo
genésico
• Según necesidades: Nefrología, Cardiología, Cirugía Vascular,
Neurología, Odontología, Psicología, etc.
HbA1c: hemoglobina glucosilada; IMC: índice de masa corporal; MAGC: monitorización ambulatoria
de la glucemia capilar.
Se recomienda realizar un fondo de ojo a los 5 años del diagnóstico a los pacientes con
diabetes mellitus tipo 1 (DM1) y al momento del diagnóstico en los DM2. El control debe
ser al menos anual o más intensivo según el grado de retinopatía.
5.2.2. Neuropatía
Es un diagnóstico de exclusión, por lo que hay que descartar causas secundarias (ver
cap. 60. Aproximación al déficit sensitivomotor. Neuropatías, mielopatías y
miopatías).
5.2.3. Nefropatía
Control glucémico
Optimizar el control glucémico
Tensión arterial
Objetivo de TA < 130/80 mmHg
Monitorización analítica
Monitorizar niveles de creatinina sérica y potasio
Derivación a Nefrología FGe < 30 ml/min/1,73 m2, albuminuria> 300 mg/g, dudas en la
etiología y rápida progresión de la enfermedad renal
aGLP1: análogos del péptido similar al glucagón 1; ARA-II: antagonistas del receptor de angiotensina
II; ERC: enfermedad renal crónica; FGe: filtrado glomerular estimado; IECA: inhibidor de la enzima
convertidora de angiotensina; iSGLT2: inhibidor del cotransportador sodio-glucosa tipo 2; TA: tensión
arterial; UACR: cociente albúmina/creatinina en la orina.
Fuente: Adaptada de las Guías ADA 2021.
5.2.4. Enfermedad cardiovascular
Ante la aparición de una úlcera, hay que evaluar el estado general del paciente, la
repercusión sistémica de la infección, el grado de empeoramiento de la glucemia por la
infección, el estado nutricional, el nivel del dolor y los aspectos psicológicos y sociales. La
exploración del paciente ha de pasar por una evaluación general que incluya tensión
arterial, frecuencia cardíaca, temperatura y una minuciosa exploración vascular y
neurológica (sensibilidades táctil, dolorosa, vibratoria y a la presión; fuerza y reflejos
osteotendinosos).
Se han de diferenciar las úlceras del pie diabético de otras lesiones que pueden ocurrir en
los pies, como las úlceras tróficas producidas por estasis venosa (a menudo aparecen en la
pierna), las úlceras de decúbito (a menudo en el talón), heridas por traumatismos, lesiones
dermatológicas o lesiones secundarias a vasculitis por procesos sistémicos o fármacos.
7.1. Prediabetes
5 97
6 126
7 154
8 183
9 212
Tabla 7. Correlación entre la hemoglobina glucosilada y la glucemia
10 240
11 269
12 298
SMCG Medición durante 14 días → tiempo en rango/día > 70% (16 h 48 min) y tiempo por
debajo de rango < 4 % (58 min)
DM: diabetes mellitus; HbA1c: hemoglobina glucosilada; SMCG: sistema de monitorización continua
de glucosa.
* Hay que individualizarlos en pacientes ancianos y frágiles (ver apartado 11. Diabetes en el anciano).
8. Tratamiento
8.2.1. Insulina
Aspart • Fiasp®
• NovoMix
FlexPen®
• NovoRapid®
• NovoRapid
FlexPen®
• NovoRapid
Penfill®
• NovoRapid
Pumpcart®
Glulisina • Apidra®
• Apidra
SoloStar®
Detemir • Levemir®
• FlexPen®
• Levemir
InnoLet®
Glargina Toujeo® 36 h
U300
Degludec Tresiba® 42 h
NPA + • NovoMix 30
aspart FlexPen®
• NovoMix 50
FlexPen®
• NovoMix 70
FlexPen®
NPA: protamina neutra aspart; NPH: protamina neutra Hagedorn; NPL: protamina neutra lispro.
Los tiempos son aproximados, dan por sentado que la administración es subcutánea y pueden variar de
acuerdo con la técnica de la inyección y con ciertos factores que influyen sobre la absorción.
* Cada pico de tiempo máximo viene determinado por cada componente.
8.2.2. Otros agentes hipoglucemiantes
Hay que reevaluar la HbA1c cada 3 meses tras el inicio del tratamiento o el cambio
terapéutico e intensificar el tratamiento si no se consigue el objetivo personalizado. Una vez
alcanzado el objetivo, se debe reevaluar la HbA1c cada 6 meses.
aGLP1: análogos del péptido similar al glucagón 1; CV: cardiovascular; ERC: enfermedad renal crónica; FG
iDPP4: inhibidores de la dipeptidil peptidasa 4; iSGLT2: inhibidor del cotransportador sodio-glucosa tipo 2;
RAM: reacciones adversas a medicamentos.
ADO: antidiabéticos orales; aGLP1: agonistas del péptido similar al glucagón tipo 1; NPH:
protamina neutra Hagedorn.
8.3. Evaluación y control de los factores de riesgo cardiovascular
Los factores de riesgo cardiovascular deben valorarse anualmente en todos los pacientes
con diabetes. Hay escalas validadas, como la de la American College of Cardiology/
American Heart Association (tools.acc.org/ASCVD-Risk-Estimator-Plus), que estiman el
riesgo a 10 años de tener un primer evento cardiovascular aterosclerótico.
• Riesgo bajo (< 15%): el objetivo debe ser inferior a 140/90 mmHg.
• Riesgo alto (≥ 15% o enfermedad aterosclerótica establecida): el objetivo ha de ser
inferior a 130/80 mmHg, si se puede alcanzar con seguridad.
• Embarazadas: objetivo de 110-135/85 mmHg.
8.3.2. Dislipemia
8.3.3. Antiagregantes
9. Diabetes gestacional
Los corticoides más usados en la práctica clínica son de acción intermedia (prednisona y
metilprednisolona), con un pico de acción a las 4-8 h y duración aproximadamente de 12-
16 h. Producen una hiperglucemia posprandial muy marcada, lo que se manifiesta
especialmente por la tarde y noche y un escaso efecto sobre la glucemia basal.
10.1. Diagnóstico
10.2. Manejo
El uso de hipoglucemiantes orales (de elección iDPP4) queda restringido a los casos de
hiperglucemias leves (< 200 mg/dl), en pacientes sin diabetes previa y cuando se
administran glucocorticoides a dosis bajas. En el resto de situaciones, la insulina es el
tratamiento de elección. La estimación de la dosis se realizará en base a la tabla 12.
Tabla 12. Estimación de la dosis de inicio de la insulina en situación de hiperglucemia inducida por
corticoides, según el preparado y la dosis de glucocorticoides
30 0,3 6 0,3
20 0,2 4 0,2
10 0,1 2 0,1
En pacientes sin tratamiento previo con insulina, con corticoides de acción intermedia
(prednisona o metilprednisolona) en monodosis matutina, el tratamiento de elección es una
dosis antes del desayuno de NPH/NPL/bifásica.
En pacientes tratados con al menos dos dosis de corticoides de acción intermedia o que
reciben esteroides de larga duración (dexametasona o administración intraarticular), el
tratamiento de elección consiste en análogos de insulina de larga duración (una dosis de
glargina, glargina U300 o degludec o dos dosis de detemir) o dos dosis de insulina
NPH/NPL, repartiendo la dosis 2/3 antes del desayuno y 1/3 antes de la cena.
Sano (escasa comorbilidad y Esperanza de vida < 7-7,5% 80-130 mg/dl 80-180
buen estado cognitivo y más larga mg/dl
funcional)
Tabla 13. Objetivos en pacientes ancianos
Muy complejo (etapa final Beneficio incierto Sin objetivo 100-180 110-200
de la enfermedad crónica, ante una esperanza (evitar mg/dl mg/dl
deterioro cognitivo de vida muy hipoglucemias e
moderado-grave o limitada hiperglucemias
dependiente ≥ 2 actividades sintomáticas)
básicas de la vida diaria)
Bibliografía
Autores
Miguel Ángel Verdejo Gómez. Medicina Interna.
|
La CAD es más habitual en pacientes jóvenes con diabetes mellitus de tipo 1 (DM1), en
ocasiones como forma de debut, pero puede aparecer también en pacientes con diabetes
mellitus de tipo 2 (DM2) en presencia de situaciones de estrés metabólico, como
infecciones graves, traumatismos o eventos cardiovasculares. En algunos casos constituye
la forma de presentación de la DM en el adulto en el seno de los llamados síndromes
diabéticos con predisposición a la cetosis (ketone-prone; grupo heterogéneo
caracterizado por tendencia al desarrollo de CAD en pacientes que no necesariamente
cumplen criterios de DM1, resultado de distintas formas de disfunción celular β
pancreática, parcial o total, transitoria o permanente, y asociada o no a autoinmunidad
pancreática).
Mientras que la incidencia de CAD ha aumentado en las últimas décadas, el SHH supone
menos del 1% de los ingresos hospitalarios por DM, con una mortalidad del 10-20% (10
veces superior a la mortalidad de la CAD), que se relaciona fundamentalmente con la
patología precipitante (infección, infarto agudo de miocardio, enfermedad cerebrovascular,
etc.), así como con la edad y la comorbilidad.
1.2. Etiopatogénesis
Tanto la CAD como el SHH se producen por un déficit absoluto o relativo de insulina,
respectivamente, y un aumento de las hormonas contrarreguladoras (fundamentalmente
glucagón). En pacientes con SHH se mantiene una actividad mínima de la insulina que
inhibe la lipólisis y por consiguiente la cetogénesis, aunque resulta incapaz de frenar la
gluconeogénesis y glucogenólisis hepáticas, así como de permitir el uso de la glucosa a
nivel periférico. La hiperglucemia secundaria conduce a diuresis osmótica con pérdida de
agua y electrolitos en la orina, depleción de volumen intravascular y aumento de la
osmolalidad plasmática.
1.3. Clínica
Se muestran en la tabla 1.
• Cetoacidosis diabética: cursa con poliuria, polidipsia, dolor abdominal agudo con
náuseas y vómitos (< 24 h) y, en casos graves, síntomas neurológicos (alteraciones
visuales, letargia, alteración del sensorio y coma). En la exploración física destacan
taquicardia, taquipnea/hiperventilación con respiración de Kussmaul y, de forma
característica, fetor cetósico (aliento con olor afrutado por exhalación de acetona).
• Síndrome hiperglucémico hiperosmolar: su desarrollo es más insidioso.
Predominan la deshidratación (disminución de la turgencia cutánea, sequedad de mucosas
y axilas, baja presión venosa yugular e incluso hipotensión arterial) y la alteración del nivel
de consciencia, junto con síntomas cardinales de hiperglucemia. Pueden aparecer
focalidad neurológica y/o convulsiones. Existe una relación directa entre la
hiperosmolalidad plasmática (> 320 mOsm/kg) y la depresión neurológica. Si la
osmolalidad plasmática es inferior a 320 mOsm/kg, deben considerarse otras causas que
justifiquen la alteración del estado mental.
• Glucosa sérica, electrolitos (con cálculo de anión gap), creatinina plasmática y nitrógeno
ureico en la sangre (BUN = urea [mg/dl] / 2,1418), osmolalidad plasmática, hemograma
con recuento diferencial y gasometría venosa o arterial.
• Sistemático de orina con cetonuria.
• Cuerpos cetónicos séricos o en la sangre capilar mediante test de nitroprusiato (reacción
al acetoacetato) o, preferiblemente, midiendo los niveles de β-hidroxibutirato si existe
disponibilidad.
• Electrocardiograma.
1
La incapacidad para la adecuada ingesta de líquidos, especialmente en pacientes ancianos, es un
factor fundamental en el desarrollo de deshidratación grave y SHH.
2
Fármacos: glucocorticoides, diuréticos tiazídicos, antipsicóticos atípicos (clozapina, olanzapina),
simpaticomiméticos (dobutamina, terbutalina), etc.
La glucemia plasmática puede exceder los 1.000 mg/dl en el SHH, mientras que es
menor de 800 mg/dl (habitualmente 350-500 mg/dl) en la CAD.
Aunque la pancreatitis aguda puede precipitar un episodio de CAD o SHH, estos pacientes
suelen presentar elevaciones marcadas de amilasa y lipasa en ausencia de datos clínicos
o radiológicos de pancreatitis, en los que debería basarse el diagnóstico de esta patología.
En la tabla 2 se reflejan, entre otras, las fórmulas empleadas para el cálculo del anión gap
y la osmolalidad plasmática.
Corrección del Na+ plasmático por hiperglucemia* Na+ medido (mEq/l) + 0,024 × [glucosa (mg/dl)
− 100]
Osmolalidad plasmática efectiva* (normal 275-295 [2 × Na+ medido (mEq/l)] + [glucosa (mg/dl) /
mOsm/kg) 18]
Corrección del K+ plasmático por acidemia 0,6 mEq/l K+ por cada 0,1 puntos de descenso
del pH
En el SHH apenas se producen cetoácidos, la glucemia suele sobrepasar los 1.000 mg/dl y
la osmolalidad plasmática es mayor de 380 mOsm/kg, y resultan prácticamente constantes
las alteraciones neurológicas (incluyendo el coma en un 25-50% de los casos).
Glucosa en el plasma (mg/dl) > 250 > 250 > 250 > 600
Monitorización: glucemia horaria; electrolitos (anión gap), pH y bicarbonato cada 2-4 h según gravedad y
respuesta clínica, hasta la estabilidad
1. Fluidoterapia i.v.
2. Electrolitos
Añadir 20-40 mEq de potasio cloruro en cada litro de fluido infundido si el K+ sérico es de
3,3-5,3 mEq/l (con función renal normal y adecuado ritmo de diuresis, > 50 ml/h):
• Si el K+ < 3,3 mEq/l: no iniciar tratamiento con insulina hasta su corrección (evitar el empeoramiento
de la hipokalemia y la aparición de debilidad muscular respiratoria, arritmias cardíacas o parada
cardiorrespiratoria)
• Si el K+ > 5,3 mEq/l: no iniciar aportes, monitorizar cada 2 h y comenzar suplementos cuando el K+ <
5,3 mEq/l
3. Insulinoterapia
No debe iniciarse el tratamiento con insulina i.v. sin haber iniciado previamente la fluidoterapia i.v.
(especialmente en SHH) y corregido la hipokalemia (si existe)
• Una vez resueltos la CAD o el SHH (ver los criterios en la (tabla 5) y cuando el paciente tolere la v.o.,
iniciar un esquema de múltiples dosis de insulina s.c. (basal-bolo)
• La administración de insulina s.c. debe comenzar al menos 1-2 h antes de detener la perfusión de
insulina i.v. para evitar que el paciente se quede sin insulina activa y recidive la cetoacidosis3
• El momento ideal para la transición es antes de una comida. Si no existe buena tolerancia a la v.o., hay
que continuar la perfusión de insulina i.v.
• Administrar dosis basal de insulina de acción lenta4 en pacientes tratados previamente con
insulina que no hayan recibido la dosis en las últimas 24 h + bolo de insulina de acción rápida (o
análogo) preprandial
• En pacientes sin insulinoterapia previa, iniciar 0,5-0,7 UI/kg/día de insulina diaria repartida
en 50% insulina basal de acción lenta (0,25-0,3 UI/kg)4 y 50% en bolos de insulina de
acción rápida antes de las comidas
1
En ausencia de insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal, enfermedad hepática avanzada u otras
situaciones de sobrecarga hídrica.
2
Perfusión de insulina i.v.: 50 UI de insulina regular en 500 ml de suero salino al 0,9% (0,1 UI/ml,
con inicio a 1 ml/kg/h; p. ej., en una persona de 70 kg, inicio a 70 ml/h para 7 UI/h tras un bolo de 7
UI i.v.) o 100 UI en 100 ml (1 UI/ml a ritmo de peso [kg]/10 ml/h) en pacientes críticos o con riesgo
de sobrecarga de volumen.
3
Es un error muy frecuente la retirada de la perfusión de insulina i.v. antes de iniciar insulinoterapia
s.c. en tiempo y dosis suficiente para evitar la recidiva de la cetosis.
4
Insulina de acción lenta (glargina U100 o detemir) o intermedia (NPH). No se recomienda la insulina
degludec por su efecto prolongado y el tiempo hasta la estabilización de los niveles (3-4 días).
+ +
• Bicarbonato ≥ 15 mEq/l
• pH > 7,30
• Anión gap ≤ 12 o normalización niveles
séricos de β-hidroxibutirato
La valoración del paciente con sospecha de CAD/SHH ha de comenzar por la
comprobación de la situación cardiorrespiratoria, el estado mental, la volemia del paciente
(hipotensión, taquicardia, oliguria y sequedad de piel y mucosas) y la posible causa
precipitante (tabla 1). En casos de CAD grave el paciente debe ser valorado por la Unidad
de Cuidados Intensivos para el tratamiento bajo monitorización estrecha. Hay que
considerar la canalización de un acceso venoso central en pacientes con CAD moderada o
grave.
En pacientes con CAD leve, especialmente en casos en los que hayan omitido la dosis
de insulina basal, la dosis basal de insulina puede administrarse desde el inicio del
tratamiento (dosis habitual o inicio de insulina basal ajustada al peso 0,25 UI/kg), ya que ha
demostrado reducir la hiperglucemia de rebote a las 12 h de interrumpir la infusión de
insulina intravenosa sin producir mayor tasa de hipoglucemia.
Cuando la glucemia plasmática desciende por debajo de 250 mg/dl en la CAD y de 300
mg/dl en el SHH, debe asociarse perfusión de suero glucosado (SG) para permitir continuar
el tratamiento insulínico hasta la resolución de la cetosis y/o de la hiperosmolalidad
(manteniendo una glucemia estable en 200-300 mg/dl). En situaciones de CAD
euglucémica hay que comenzar la infusión de solución glucosada junto con insulina
intravenosa desde el primer momento para evitar el desarrollo de hipoglucemia al mismo
tiempo que se frena la cetogénesis.
En pacientes con CAD leve o moderada (pH > 7; bicarbonato sérico ≥ 10 mEq/l), con
buen nivel de consciencia y adecuada tolerancia a líquidos, podría emplearse una pauta de
insulinoterapia rápida subcutánea (lispro, aspart o glulisina), en lugar de insulina regular
intravenosa, a dosis de 0,3 UI/kg en bolo inicial seguido de 0,2 UI/kg cada 2 h hasta
lograr una glucemia inferior a 250 mg/dl, continuando con 0,05-0,1 UI/kg cada 2
h hasta la resolución de la cetoacidosis. El paciente debe recibir además su dosis
basal habitual de insulina de acción lenta, si no la ha recibido en las últimas 24 h, o iniciar
una dosis ajustada al peso (0,25 UI/kg) si no la recibía previamente. La absorción
subcutánea puede verse limitada por fenómenos de mala perfusión periférica,
vasoconstricción, etc., en el contexto de la propia CAD. El tratamiento con fluidoterapia y
corrección hidroelectrolítica es idéntico al protocolo de insulina intravenosa (tabla 4). En
caso de ausencia de mejoría en el anión gap a las 12 h de corrección con insulina
subcutánea, se ha de cambiar al protocolo de insulina intravenosa.
Aunque los pacientes con CAD presentan un déficit corporal total de fosfato, no se
recomienda su suplementación salvo en pacientes con hipofosfatemia grave (< 1 mg/ dl)
que asocien depresión cardiorrespiratoria, anemia hemolítica o debilidad muscular. En estas
circunstancias hay que administrar 20-30 mEq de fosfato en cada litro de sueroterapia
infundida hasta su corrección.
1.6.5. Uso de bicarbonato
Aunque poco frecuente, debe considerarse el riesgo de infarto agudo de miocardio, edema
pulmonar cardiogénico secundario a fluidoterapia en pacientes con insuficiencia cardíaca
congestiva, rabdomiólisis en pacientes con deshidratación grave o eventos
tromboembólicos.
1.8. Prevención
El paciente diabético en tratamiento con insulina debe conocer las pautas que ha de seguir
respecto a la insulinoterapia en caso de padecer una enfermedad aguda o imposibilidad para
la ingesta oral y nunca ha de suspender por completo su tratamiento con insulina basal. En
este sentido, cabe destacar que hasta un 7% de los episodios de CAD tienen lugar a nivel
intrahospitalario por la suspensión inadecuada de la insulina en pacientes con DM1 que
ingresan para cirugía u otros procedimientos que requieren ayuno; también pueden ocurrir
por la no suspensión del tratamiento con iSGLT2 en pacientes con DM2.
2.1. Introducción
Solicitar hemoglobina glucosilada en todos los pacientes diabéticos o con hiperglucemia >
140 mg/dl ingresados que no tengan determinación en los últimos 3 meses
* Glucemias de 180-250 mg/dl son aceptables en pacientes con comorbilidad grave o cuando no se
puedan realizar controles frecuentes de glucemia capilar. Glucemias superiores a 250 mg/dl se podrían
aceptar en pacientes con escasa expectativa de vida, aunque intentando minimizar glucosuria,
deshidratación y alteraciones electrolíticas.
2.3. Monitorización de la glucemia
Los sistemas de monitorización continua (MCG) o flash de glucosa (MCGi) (ver cap. 50.
Diabetes mellitus. Manejo a largo plazo), ampliamente empleados por personas con DM1,
permiten conocer la glucosa intersticial de forma continua, pero aún no están aprobados
para su uso intrahospitalario.
2.4. Tratamiento
• Si hay tratamiento insulínico previo con buen control, se ha de continuar con el 80% de la
dosis de insulina detemir o glargina, o con el 50-80% en el caso de insulina NPH.
• Si se inicia el tratamiento con insulina, se debe administrar insulina basal 0,2
UI/kg/día + insulina en pauta correctora con insulina ultrarrápida cada 6-8 h a partir de
140 mg/dl.
• Si el paciente presenta una ingesta irregular, se puede administrar la dosis de insulina
prandial inmediatamente después de que termine de comer, ajustando la dosis de insulina
a la cantidad que ingiera (p. ej., si ingiere un 25% de la comida, se administra un 25% de la
dosis de insulina), pero con monitorización estrecha horaria posterior.
• Si el tratamiento insulínico previo era de menos de 0,6 UI/kg/día con buen control, se
debe continuar el tratamiento habitual.
• Para pacientes con tratamiento insulínico en el domicilio de más de 0,6 UI/kg/día, se
recomienda reducir un 20% la dosis total diaria (DTD).
• En pacientes sin tratamiento insulínico previo, para iniciar el tratamiento, se calculará la
DTD de insulina (figura 1) y se distribuirá la dosis total de insulina calculada en un 50% de
insulina basal y otro 50% en bolos preprandiales (desayuno, comida y cena). Los ajustes
posteriores se realizarán con las indicaciones de la tabla 8.
A pesar de su uso extendido, no se recomienda la pauta correctora con insulina regular o análogo de forma
exclusiva (pautas deslizantes), ya que se asocia a peor control glucémico y mayor riesgo de hiper- e
hipoglucemia
Se aconseja una pauta bolo-basal en todo paciente con diabetes mellitus de tipo 2 que requiere ingreso, ya
que ha demostrado mejor control glucémico y reducción de complicaciones infecciosas, fracaso renal agudo e
insuficiencia respiratoria aguda en comparación con otras pautas
Considerar una pauta basal-plus (insulina basal + pauta correctora preprandial o cada 6 h con análogo de
insulina) en pacientes con hiperglucemia leve, disminución de la ingesta oral o en pacientes quirúrgicos, con
dosis de insulina basal de 0,1-0,25 UI/kg/día
No se recomienda el uso de insulina premezclada porque, a pesar de mostrar similar control glucémico,
presenta mayor tasa de hipoglucemia yatrógena
Respecto a las nuevas insulinas de acción ultrarrápida (Fiasp®), con inicio de acción aún más rápido que las
insulinas ultrarrápidas convencionales, y ante la posibilidad de que se retrase la ingesta por múltiples motivos
en el ámbito hospitalario, no se recomienda su uso en pacientes ingresados
Se pueden utilizar insulinas ultralentas (glargina U300 y detemir) con similar control glucémico respecto a
otras insulinas y menor tasa de hipoglucemia, considerando que el ajuste de dosis debe realizarse cada 48-72
h por su larga vida media
Se prefiere utilizar bolígrafos de insulina sobre viales y jeringas, aunque con la norma estricta de ser utilizados
únicamente por un mismo paciente para evitar la transmisión de enfermedades infecciosas
Tabla 8. Dosis de insulina (regular o análogo de acción rápida) suplementaria para la corrección de la
hiperglucemia según la sensibilidad individual valorada por los requerimientos de insulina o el peso corporal
Glucemia preingesta (mg/dl) Dosis adicional de insulina
< 80 −1 −1 −2
80-129 0 0 0
130-149 0 +1 +1
150-199 +1 +1 +2
200-249 +2 +3 +4
250-299 +3 +5 +7
300-349 +4 +7 +10
Una vez que la glucemia supere los 100 mg/dl, se ha de restaurar la infusión de insulina con
el algoritmo que se muestra en la figura 1.
80-130 −2 −2 −4
131-180 −1 −1 −2
181-230 0 0 0
231-280 +1 +2 +3
281-330 +2 +4 +4
331-380 +3 +5 +6
> 380 +4 +6 +8
Cuando el paciente se encuentra clínicamente estable y tolera la vía oral, se puede realizar
la transición a insulina subcutánea, solapando la administración de insulina intravenosa con
la subcutánea. Se usan como referencia las UI/h recibidas en las últimas 6 h, se multiplica
por 4 para establecer la dosis correspondiente a las 24 h y se aplica el 80% como insulina
basal subcutánea. Además, se debe dejar una pauta de insulina prandial asociada (tabla 8).
3. Hipoglucemia
3.1. Concepto
Es un síndrome clínico con múltiples causas que se define por la presencia de la tríada de
Whipple:
• Síntomas de hipoglucemia:
• Adrenérgicos o autonómicos: respuesta protectora inicial que induce la
ingesta de hidratos de carbono. Se inician con una glucemia inferior a 60 mg/dl y
consisten en ansiedad, sensación de calor, sudoración, hambre, taquicardia,
hormigueo y temblor.
• Neuroglucopénicos (falta de glucosa en el sistema nervioso central): cansancio,
mareo, cefalea, alteraciones visuales y dificultad para hablar o concentrarse. Se
inician con una glucemia inferior a 54 mg/dl. Pueden observarse síntomas más
graves, como obnubilación o letargia, con glucosas inferiores a 45-50 mg/dl, y
coma cuando se alcanzan cifras por debajo de 30 mg/dl, llegando a convulsiones o
muerte con glucemias inferiores a 20 mg/dl.
• Baja concentración de glucosa con un método confiable con síntomas
presentes: glucosa en el plasma venoso inferior a 55 mg/dl o a 70 mg/dl si se trata de un
paciente diabético.
• Resolución de los síntomas tras la normalización de los niveles de glucemia.
La hipoglucemia en los pacientes con diabetes es resultado del exceso relativo o absoluto
de insulina y de la pérdida de las defensas fisiológicas que evitan la caída de la glucosa
plasmática. En la tabla 10 se describen tanto los factores de riesgo como los
desencadenantes de hipoglucemias en pacientes diabéticos hospitalizados.
Tanto en pacientes con DM1 como con DM2 se ha visto que la hipoglucemia se asocia a un
aumento de la mortalidad cardiovascular y por todas las causas. En muchos casos es
además un marcador de gravedad en la enfermedad de base. La hipoglucemia es una
consecuencia grave de un metabolismo alterado y/o de un tratamiento diabético inadecuado
y resulta imperativo minimizarla. A pesar del reconocimiento de la hipoglucemia, hasta un
75% de los pacientes no presentan cambios de tratamiento antes de la siguiente
administración de insulina; se recomienda revisarlo si se dan hipoglucemias de 70 mg/ dl o
menos, siendo este umbral un predictor para hipoglucemias graves.
3.2.1. Clasificación
Glucemia < 70 mg/dl y> 54 Glucemia < 54 mg/dl Hipoglucemia grave, sin umbral
mg/dl específico
Umbral en el que comienzan a
Nivel que alerta al paciente a surgir síntomas Se caracteriza por un estado
tomar una acción para neuroglucopénicos. Requiere mental y/o físico alterado que
prevenir una mayor acción inmediata para resolver requiere asistencia de otra persona
hipoglucemia el episodio para resolverlo
Extrahospitalario Intrahospitalario
Ingesta de 15 g de hidratos de carbono de Glucagón 1 mg i.m. o Suero glucosado al 50% 25-
absorción rápida1 glucagón intranasal 50 ml i.v. (Glucosmon®,
(Baqsimi®) 1 dosis Glucocemin®)
Si la glucemia < Si la glucemia > 70 mg/dl: Repetir la dosis si persiste el bajo nivel de consciencia. Una
70 mg/dl: repetir ingerir 10 g de hidratos de vez recuperado, es de preferencia la v.o.
lo previo carbono de absorción
lenta2
1
Por ejemplo, un vaso de agua con 2 sobres o 1 cucharada sopera de azúcar, un vaso pequeño (150
ml) de bebida refrescante azucarada (de cola, naranjada o tónica), un vaso (200 ml) de zumo de fruta
comercial, un vaso de bebida isotónica, 2 o 3 pastillas de glucosa (15 g) o una gelatina de fruta.
2
Por ejemplo, 4 galletas, 20 g de pan o 250 ml de leche.
3.3.1. Etiología
La búsqueda de la causa de la hipoglucemia en pacientes adultos no diabéticos debe
realizarse basándose en el tipo de paciente, según esté aparentemente sano o medicado/
enfermo (tabla 13).
Es un evento clínico infrecuente. Debe comenzarse con una anamnesis detallada que
incluye las características de los episodios, la duración, la relación con la ingesta o el ayuno
prolongado, síntomas específicos, factores desencadenantes, fármacos y comorbilidades.
Pacientes con sintomatología adrenérgica con niveles normales de glucemia presentan baja
probabilidad de tener hipoglucemia verdadera y no requieren un estudio extenso (p. ej.,
pacientes con síndrome de dumping precoz)
Para considerar que la clínica se ha producido por una hipoglucemia, debe desaparecer en
un máximo de 10-15 min tras su corrección. En caso contrario, se han de descartar otras
alteraciones metabólicas (insuficiencia suprarrenal), déficits neurológicos o coma
poshipoglucémico por edema cerebral.
Neoplasias de células no
insulares
Tabla 14. Patrón de hallazgos del test de ayuno de 72 h en pacientes sanos y en pacientes con hipoglucemia
hiperinsulínica o causada por otros mecanismos
Sí < 55 <3 < 0,2 <5 ≤ 2,7 > 25 No Neg Mediado por IGF
Sí < 55 <3 < 0,2 <5 > 2,7 < 25 No Neg No mediado por
insulina o IGF
Ac: anticuerpos antiinsulina; ADO: antidiabético oral circulante; β-OH-but: β-hidroxibutirato; Glu:
glucosa; Glu-Glucag: aumento de glucosa después de glucagón; IGF: factor de crecimiento semejante a
la insulina tipo 1; Ins: insulina; NIPHS: síndrome de hiperinsulinismo pancreático no insulinoma; P-C:
péptido C; Proins: proinsulina.
3.3.3. Tratamiento
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Autores
Jose S. Napky Rajo. Endocrinología y Nutrición.
|
Iván Martínez Redondo. Medicina Interna.
Asesoras
Sonsoles Guadalix. Endocrinología y Nutrición.
|
Soledad Librizzi. Endocrinología y Nutrición.
1. Evaluación de la morfoligía y función tiroidea
1.1. Fisiología
La glándula tiroides produce tiroxina (T4) y triyodotironina (T3); su secreción está regulada
por la hormona estimulante del tiroides (TSH), de origen hipofisario, que además produce
hipertrofia e hiperplasia del tejido tiroideo. La T4 y la T3 circulan en más del 99% unidas a
proteínas transportadoras. La variación de la concentración de estas proteínas tiene gran
influencia en las concentraciones totales de T3 y T4 y no afecta a la proporción de hormona
libre.
1.2.1. Anamnesis
Síntomas Signos
Diarrea Ginecomastia
Dermatopatía tiroidea1, 2
1
Específico de la enfermedad de Graves.
2
Aparición de placas y/o nódulos dolorosos que no dejan fóvea. Las lesiones afectan a la
región pretibial de forma bilateral (99,4%), pero pueden aparecer en cualquier lugar de la
anatomía.
Tabla 2. Procesos que afectan a la concentración sérica de hormona estimulante del tiroides
Valorar la función tiroidea en el paciente crítico resulta difícil (tabla 3), puesto que ciertas
enfermedades agudas graves pueden causar anomalías en la determinación de la TSH o de
las hormonas tiroideas en ausencia de una enfermedad tiroidea subyacente (enfermedad no
tiroidea). El tratamiento con hormonas tiroideas (T4, T3 o ambas) es controvertido, y se
recomienda vigilar las pruebas de función tiroidea del paciente durante la recuperación.
2. Bocio
2.1. Concepto y etiopatogenia
El término bocio se refiere al aumento de la glándula tiroides a más del doble de su tamaño.
Puede ser secundario a múltiples etiologías (tabla 6).
2.2. Clínica
↑/N/↓ ↑/N/↓ ↓ ↑ Síndrome del eutiroideo enfermo Suelen ser transitorios, por
lo que se debe repetir la
analítica en situación de
estabilidad clínica
N: normal; T3: triyodotironina; T3L: triyodotironina libre; T4L: tiroxina libre; TSH: hormona
estimulante del tiroides.
Inmune (tiroiditis vs. Interferón-α, IL-2, sunitinib e inhibidores Incidencia del 15% si
enfermedad de Graves) del checkpoint1 (alemtuzumab, ipilimumab, existen antecedentes de
nivolumab y pembrolizumab) enfermedad tiroidea
autoinmune, Ac anti-TPO
o disfunción tiroidea previa
Inhibición de la síntesis o Tionamidas, litio, aminoglutamina, yodo y Yodo: por efecto Wolff-
secreción fármacos que lo contengan Chaikoff Litio2: hasta en
Tabla 3. Alteraciones de la función tiroidea en la enfermedad no tiroidea
Tirotoxicosis de tipo 1: secundario al efecto del yodo sobre una glándula que presenta una
alteración subyacente
Tiroiditis subaguda
Tiroiditis silente
Hipofuncionante
Tiroiditis crónica autoinmune
Hipotiroidismo congénito
Bocio disenzimático
3. Nódulo tiroideo
La nodularidad tiroidea es muy frecuente, con una prevalencia del 5-30% de la población.
Se han de investigar los nódulos tiroideos puesto que aproximadamente el 5-10% son
neoplásicos. Los incidentalomas tienen el mismo riesgo de malignidad que un nódulo
palpable solitario, al igual que la presencia de múltiples nódulos (BMN). En las glándulas
multinodulares se recomienda realizar eco-PAAF en nódulos con características ecográficas
de malignidad.
Debe solicitarse ante todo nódulo palpable, hallazgo de un nódulo en otra prueba de
imagen, BMN y en pacientes con factores de riesgo de cáncer tiroideo. Según el patrón
ecográfico se determinará el riesgo de malignidad y se decidirá el manejo clínico (tabla 7).
Las indicaciones de PAAF que usamos son las de la Asociación Americana de Tiroides
(ATA). Las guías del American College of Radiology (ACR), ACR Thyroid Imaging,
Reporting And Data System (TI-RADS), no se discuten en este capítulo.
Tabla 7. Patrón ecográfico, riesgo de malignidad y criterio de ecopunción-aspiración con aguja fina
PAAF (American Thyroid Association, 2015)
Ver apartado 3.3. Pruebas complementarias. Los nódulos malignos son fríos o
indeterminados. Se evita la punción de los nódulos calientes, pues su citología suele ser de
lesión folicular de significado indeterminado (FLUS) o atipia de significado indeterminado.
3.3.4. Punción-aspiración con aguja fina
Se muestra en la figura 2.
4. Tiroiditis
Tabla 8. Tiroiditis
AINE: antiinflamatorios no esteroideos; anti-TPO: antiperoxidasa; PAAF: punción-aspiración con aguja fina
reactantes de fase aguda; SAOR: Staphylococcus aureus oxacilín-resistente.
1
La gammagrafía será hipocaptante en todos los casos de tiroiditis.
2
Diagnóstico diferencial del bocio doloroso: tiroiditis supurativa, tiroiditis subaguda, tumor de rápido crecim
transformación hemorrágica de un nódulo tiroideo.
3
Curso trifásico: hipertiroidismo inicial, hipotiroidismo y recuperación.
4
Se utilizan ácido acetilsalicílico (500 mg/8 h) o ibuprofeno (600 mg/8 h), que se irán reduciendo gradualme
suspenderlos en 4-6 semanas. Si no hay mejoría de los síntomas en 2-3 días o la enfermedad fuese grave, se p
recurrir a los corticoides.
Tabla 8. Tiroiditis
5. Hipertiroidismo
5.2. Diagnóstico
5.3. Tratamiento
5.3.1. Betabloqueantes
5.3.3. Yodo-131
Puede utilizarse como tratamiento inicial o para las recidivas tras un intento con
antitiroideos. Está contraindicado durante el embarazo, durante la lactancia o si existen
deseos gestacionales en los 6 meses tras su administración. Se deben pretratar con ATS los
pacientes con incremento del riesgo de complicaciones por exacerbación del
hipertiroidismo (ancianos y cardiópatas) y para reducir el pequeño riesgo de crisis
tirotóxica que entraña y suspenderse los días previos a la administración del yodo. Resulta
esencial el seguimiento posterior, dado el riesgo de presentar hipotiroidismo a corto y largo
plazo. Se puede valorar el tratamiento con yodo-131 en pacientes con oftalmopatía de
Graves y valorar el tratamiento concomitante con glucocorticoides.
Mayor cumplimiento
Hay que valorarla en jóvenes con bocio muy voluminoso, en el embarazo, para evitar la
exposición al yodo radiactivo, ante el riesgo de efectos adversos con los ATS y ante
oftalmopatía grave.
6. Hipotiroidismo
6.1. Etiología
Depende de la edad, así como del grado, la duración y la velocidad de instauración del
déficit hormonal. En términos generales se trata de síntomas subjetivos, que incluyen
astenia, intolerancia al frío, sequedad de la piel, caída del pelo y dificultad para la
concentración.
6.3. Diagnóstico
6.4. Tratamiento
Criterio Puntos
Temperatura
37,2-37,7 °C 5
37,8-38,3 °C 10
38,4-38,8 °C 15
38,9-39,4 °C 20
39,5-40 °C 25
> 40 °C 30
Tabla 11. Puntuación para el diagnóstico de crisis tirotóxica
Criterio Puntos
Frecuencia cardíaca
100-109 lpm 5
110-119 lpm 10
120-129 lpm 15
130-139 lpm 20
≥ 140 lpm 25
Fibrilación auricular
Ausente 0
Presente 10
Insuficiencia cardíaca
Ausente 0
Leve 5
Moderada 10
Grave 20
Disfunción gastrointestinal-hepática
Ausente 0
Grave (ictericia) 20
Ausente 0
Agitación 10
Criterio Puntos
Convulsiones y coma 30
Una puntuación ≥ 45 es altamente sugestiva de crisis tirotóxica, de 25-44 puntos, sugestiva y por
debajo de 25, poco probable.
Propiltiouracilo1 500-1.000 mg de
carga, seguidos de 250 Bloquea la síntesis y conversión de T4 a T3
mg/4 h
Puede usarse i.v. o vía rectal
Debe sospecharse en pacientes con mal control de la función tiroidea de larga evolución o
expuestos a un factor estresante desencadenante (infección, infarto agudo de miocardio,
cirugía, etc.). Se caracteriza por disminución del nivel de consciencia e hipotermia y puede
presentar bradicardia, hipotensión, hipoventilación, hiponatremia y mixedema
generalizado. El tratamiento debe iniciarse ante la sospecha clínica y monitorizarse en
una UCI. La sustitución hormonal se inicia con hidrocortisona a dosis de 100 mg i.v.
cada 8 h, posteriormente levotiroxina con dosis de carga de 200-400 μg i.v. y continuar a
dosis de 50-100 μg/día hasta que el paciente pueda usar la vía oral. Una vez descartada la
insuficiencia suprarrenal, se puede suspender la hidrocortisona. En caso de estar disponible,
se recomienda la terapia combinada con T3 (5-20 μg i.v., seguidos de 2,5-10 μg/8 h).
7.1. Introducción
7.2. Hiperparatiroidismo
7.2.1. Concepto y etiopatogenia
El hiperparatiroidismo primario supone la causa más frecuente de hipercalcemia en el
ámbito ambulatorio. El 80% de los pacientes con hiperparatiroidismo presentan un
adenoma simple benigno y el resto, adenomas múltiples o hiperplasia. El carcinoma
paratiroideo supone en torno al 1% de los casos.
Las formas hereditarias de hiperparatiroidismo (10% del total) pueden asociarse a una
afectación paratiroidea aislada o ser parte de un síndrome multiglandular endocrino. Los
síndromes hereditarios asociados a hiperparatiroidismo no se discuten en este capítulo.
7.2.2. Clínica
7.2.3. Diagnóstico
Enfermedad celíaca
Cirugía bariátrica
PTH ↑ ↑ ↑ N/↑ ↓ ↑
DMO ↓ ↓ ↓ N - ↓
DMO: densidad mineral ósea; HHF: hipercalcemia hipocalciúrica familiar; HPT: hiperparatiroidismo;
N: normal; PTH: hormona paratiroidea.
1
Es un trastorno hereditario que debuta en etapas tempranas de la vida y no requiere ningún
tratamiento específico.
2
Un ratio de aclaramiento calcio:creatinina < 0,01 se considera diagnóstico de HHF tras la exclusión
de otras causas de hipocalciuria. Si es de 0,01-0,02 obliga a realizar un estudio genético.
7.2.4. Tratamiento
7.3. Hipoparatiroidismo
7.3.1. Concepto y etiopatogenia
7.3.2. Tratamiento
Secreción alterada Hipomagnesemia, alcalosis respiratoria y mutaciones que activan el sensor del
de PTH calcio
Mantener la calcemia en el límite bajo de la normalidad (8-8,5 mg/dl; 2-2,1 mmol/l) en pacientes
asintomáticos
• Bilezikian JP, Brandi ML, Cusano NE, Mannstadt M, Rejnmark L, Rizzoli R, et al.
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Clin Endocrinol Metab. 2018;32(5):593-607.
Autores
Alba Martín González. Endocrinología y Nutrición.
|
1.2. Clínica
SC ACTH DEPENDIENTE
SC ACTH INDEPENDIENTE
• Administración exógena de corticoides (causa más frecuente)
• Adenoma suprarrenal (10%)
• Carcinoma suprarrenal (5%)
• Hiperplasia suprarrenal micronodular/macronodular
• Síndrome de McCune-Albright
Específicos (discriminativos,
poco frecuentes) Signos
1.4. Tratamiento
CBG: globulina fijadora de corticosteroides (globulin binding cortisol); SC: síndrome de Cushing.
Pruebas de cribado
Tabla 3. Causas frecuentes de pseudocushing
CLU de 24 h Interpretación
Mide la secreción integrada en 24 h de cortisol libre.
Supresión con Interpretación Administrar 1 mg de DXM a las 23 h del día anterior y extraer cortisol
1 mg de DXM entre las 8 y las 9 h del día siguiente. Valores < 1,8 μg/dl se consideran
(Nugent) adecuada supresión
Cortisol salival Interpretación Recolección de una muestra de saliva entre las 23 y las 24 h mediante
nocturno una torunda de fibra*, que ha de conservarse en frío hasta su traslado
al laboratorio. No se puede fumar ni lavarse los dientes 30 min antes
de la extracción. Los valores dependen de los límites establecidos por
cada laboratorio
Pruebas de confirmación
CBG: globulina fijadora de corticosteroides (globulin binding cortisol); CLU: cortisol libre en la orina;
CRH: hormona liberadora de corticotropina; DXM: dexametasona; LSN: límite superior de la
normalidad; SC: síndrome de Cushing.
* Precisa una torunda sintética especialmente desarrollada para detectar cortisol en la saliva.
2. Insuficiencia suprarrenal
2.2. Clínica
Mineralocorticoides SÍ NO
Generales: hipotensión ortostática,
mareos y síncopes
2.5. Manejo del paciente con insuficiencia suprarrenal en situación de estrés o terapia
corticoide crónica
Cirugía mayor con tiempo Hidrocortisona: 100 mg • Día 0: hidrocortisona 100 mg i.v. cada
largo de recuperación i.v. antes de la anestesia 8 h o 200-300 mg a pasar en 24 h en
perfusión continua
• Día +1: hidrocortisona 50-100 mg i.v.
cada 8 h
• Día +2: si hay tolerancia oral,
Hidroaltesona® 20 mg cada 8 h. Si no
es posible, mantener hidrocortisona
50 mg/8 h i.v.
• Disminuir un 30% la dosis cada 24-48
h hasta llegar a la dosis de
mantenimiento
Cirugía dental Dosis extra por la mañana Doblar la dosis durante 24 h y posteriormente
mayor (extracción dental con 1 h antes del administrar la dosis habitual
anestesia general) procedimiento
Enfermedad febril Doblar la dosis v.o. y disminuir la dosis de mantenimiento en 2-3 días
menor (infección vírica después de resolverse la enfermedad. No modificar los mineralocorticoides
respiratoria, resfriado común,
etc.)
Cambios del ritmo Adaptar la dosis al ciclo sueño-vigilia y valorar el uso de glucocorticoides de
circadiano (ramadán y turnos acción larga (prednisolona o dexametasona)
nocturnos)
Ante un paciente con sospecha clínica de IS, hay que iniciar el tratamiento a pesar de no
disponer de una confirmación analítica. La base es el tratamiento inmediato con
hidrocortisona intravenosa, pero la sustitución de mineralocorticoides no es necesaria de
forma aguda (el efecto retenedor de sodio de la fludrocortisona tarda varios días en
manifestarse y las dosis altas de estrés de GC tienen efecto mineralocorticoide). El manejo
general se recoge en la tabla 9.
2.6.3. Insuficiencia adrenal funcional, relativa o relacionada con la enfermedad crítica
Se refiere a la producción de cortisol en niveles subóptimos para las demandas totales del
organismo en pacientes con enfermedad aguda grave. Su sintomatología es similar a la de
cualquier IS, pero no hay consenso sobre los criterios de diagnóstico; los niveles de cortisol
«óptimos» del paciente crítico no están estandarizados ni tampoco la dosis de ACTH que
debe utilizarse en estos pacientes para comprobar una adecuada respuesta al estrés. Por otro
lado, los diferentes estudios realizados indican que el uso de GC, preferiblemente la
hidrocortisona, podría ayudar a una resolución más rápida del shock séptico, pero con un
efecto mínimo o nulo sobre la mortalidad.
Medidas iniciales
• Monitorización hemodinámica y cardíaca, canalización de dos vías periféricas y balance hídrico estricto
• Extracción analítica con gasometría venosa, glucosa, electrolitos, creatinina, cortisol y ACTH en el
plasma conservando en un tubo de EDTA con hielo antes de la administración de corticoides
Hidratación i.v.: administración de 1-3 l de suero salino fisiológico al 0,9% en las primeras 24 h
• Hidrocortisona 100 mg en bolo inicial seguido de una de las siguientes opciones: 200-300 mg/24 h en
perfusión i.v. continua en suero glucosado al 5% o 50 mg i.v./6 h
• En casos de no disponer de hidrocortisona, se pueden administrar metilprednisolona 20 mg/12 h i.v. o
dexametasona 4 mg/12 h i.v. (no precisa bolo inicial)
No hay un algoritmo ni una pauta exactos para el descenso de la corticoterapia que haya
demostrado más eficacia y/o seguridad; en la tabla 11 se recoge un ejemplo de pauta de
descenso. La equivalencia de los corticoides se puede ver en la tabla 12.
Tabla 11. Ejemplo de esquema de descenso de la corticoterapia en pacientes con riesgo de supresión de eje
> 60 mg/día ↓ 10 mg cada 1-2 En pacientes con elevada probabilidad de supresión del eje
semanas HHA, una vez alcanzada una dosis de prednisona de 5
mg/día o equivalente, se podría evaluar el eje HHA antes de
40-60 mg/día ↓ 5-10 mg cada 1-2 la suspensión o cambiar a Hidroaltesona® 20 mg/ día y
semanas reevaluar el eje posteriormente mediante la medición de
cortisol basal (ver apartado 2. Insuficiencia suprarrenal)
20-40 mg/día ↓ 5 mg cada 1-2
semanas
HHA: hipotálamo-hipófisis-adrenal.
3. Hiperaldosteronismo primario
3.1. Definición y etiología
Prednisolona 4 1 5 12-36
Triamcinolona 4 0 4 12-36
3.2. Clínica
3.3. Diagnóstico
3.4. Tratamiento
• HTA moderada/grave (PAS > 150 mmHg y PAD > 100 mmHg)
• HTA refractaria (PAS > 140 y PAD > 90 mmHg) a pesar de 3 fármacos antihipertensivos a dosis plenas
(siendo uno de ellos un diurético) o HTA controlada (< 140/90 mmHg) con 4 o más fármacos
antihipertensivos
• HTA e hipopotasemia espontánea o inducida por diuréticos (no ahorradores de potasio)
• HTA y presencia de incidentaloma suprarrenal
• HTA y síndrome de apneas-hipopneas del sueño
• HTA y antecedentes familiares de HTA de inicio precoz y/o accidente cerebrovascular antes de los 40
años
• Familiares de primer grado de pacientes con hiperaldosteronismo primario
HTA: hipertensión arterial; PAS: presión arterial sistólica; PAD: presión arterial diastólica.
• Falsos positivos: edad (en > 65 años la renina disminuye más que la aldosterona), sexo (mujeres
premenopáusicas), fármacos (β-bloqueantes, clonidina y AINE) e insuficiencia renal
• Falsos negativos: hipopotasemia, restricción de sodio en la dieta y fármacos (diuréticos de asa o
ahorradores de potasio, calcioantagonistas dihidropiridínicos e IECA/ARA-II)
AINE: antiinflamatorios no esteroideos; ARA-II: antagonistas del receptor de angiotensina II; HTA:
hipertensión arterial; IECA: inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina; RAR: ratio
aldosterona-renina.
Afectación
unilateral Tratamiento quirúrgico (adrenalectomía unilateral laparoscópica): de elección
Afectación
bilateral Tratamiento farmacológico
Incluye los trastornos causados por déficit en la producción de aldosterona y/o resistencia
tisular a ella. Como consecuencia, se producen hiperpotasemia (especialmente si asocia
insuficiencia renal o uso de diuréticos ahorradores de potasio) y acidosis
metabólica con anión GAP normal (denominada acidosis tubular renal tipo IV). Por el
contrario, la hiponatremia es poco común debido a mecanismos compensadores, y su
presencia debe hacer sospechar una IS primaria subyacente.
La fludrocortisona puede ser efectiva en estos casos (dosis de 0,2-1 mg/día, más altas
que en la IS primaria por un posible componente añadido de resistencia a la aldosterona);
no obstante, puede empeorar la hipertensión arterial y/o los edemas. En estos pacientes una
dieta pobre en potasio asociada al uso de un diurético tiazídico o de asa podrían ser
suficientes para controlar la hiperpotasemia.
5. Feocromocitoma
Las formas esporádicas son las más frecuentes (60-70%); en ocasiones también puede
asociarse a trastornos hereditarios, entre los que se incluyen el síndrome de von Hippel-
Lindau (10-20%), la neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (50%) y la neurofibromatosis tipo
1 (2-3%).
5.2. Clínica
5.3. Diagnóstico
Se elige en función de la probabilidad pretest (figura 5). Los test empleados presentan
valores predictivos negativos cercanos al 100%. Los fármacos/situaciones que pueden
incrementar los niveles de catecolaminas y metanefrinas se pueden ver en la tabla 19.
Tríada clásica (cefalea, sudoración y taquicardia): aparece en forma de paroxismos, aunque no está
presente en la mayoría de los pacientes. Puede asociar síntomas típicos de una crisis de pánico (sobre todo si
son productores de adrenalina)
Hipertensión arterial: es la principal forma de presentación, sea paroxística o mantenida (siendo etiquetada
erróneamente como hipertensión arterial esencial), y puede asociar en ocasiones síntomas de la tríada clásica;
un 5-15% presentan presión arterial normal
Menos frecuentes: hipotensión ortostática (por depleción de volumen), papiledema, pérdida de peso,
poliuria y polidipsia, resistencia a la insulina (efecto directo catecolaminérgico) e hiperglucemia, y raramente
miocardiopatía Takotsubo-like (empeora con el β-bloqueo y mejora con el tratamiento del feocromocitoma)
Asintomáticos: debido al uso cada vez más generalizado de las pruebas de imagen (especialmente la
tomografía computarizada), se diagnostican más feocromocitomas en pacientes asintomáticos
HTA: hipertensión arterial; IMC: índice de masa corporal; MEN2: neoplasia endocrina múltiple tipo 2;
NF1: neurofibromatosis tipo 1; TC: tomografía computarizada; UH: unidades Hounsfield; VHL:
síndrome de von Hippel-Lindau.
2
Se considera un test positivo si se objetivan incrementos de cualquier metabolito dos
veces por encima del límite superior de la normalidad o elevaciones de dos o más
metabolitos.
Tabla 19. Fármacos/situaciones que pueden incrementar los niveles de catecolaminas y metanefrinas (causas
de falsos positivos)
Levodopa Cetoacidosis
Etanol
5.3.2. Pruebas de imagen y diagnóstico de localización
5.3.2.1. Tomografía computarizada y resonancia magnética abdominopélvica
Pueden ser útiles en pacientes con masas bilaterales o de gran tamaño, recurrencias o alto
riesgo de enfermedad multifocal (síndromes hereditarios); la gammagrafía con 123I-
metayodobencilguanidina (123I-MIBG) es la prueba de elección.
5.4. Tratamiento
6. Incidentaloma adrenal
6.2. Diagnóstico
Origen cortical
Adenoma 80-90
Carcinoma 5-10
Hiperplasia <1
Origen medular
Feocromocitoma 5-10
Origen tipos
Metástasis <1
Mielolipomas
Quistes y pseudoquistes
Hemangiomas y hemorragias
Infecciones
Enfermedades infiltrativas
INDICACIÓN PRUEBA
Forma Redondo, bordes Irregular, bordes Redondo, bordes bien Irregular, bordes
lisos y bien mal delimitados delimitados mal delimitados
delimitados
Crecimiento Estable o muy lento Rápido (< 2 Lento (0,5-1 cm/año) Variable
(< 1 cm/año) cm/año)
6.3. Manejo
La cirugía es el tratamiento de elección en los IA funcionantes o con diagnóstico de
malignidad y puede estar indicada en lesiones que no presentan características concluyentes
de benignidad (masas unilaterales > 4 cm, hallazgos indeterminados o atípicos en pruebas
de imagen, cambios en características radiológicas o crecimiento significativo).
Bibliografía
Autores
David Galindo Rodríguez. Medicina Interna.
|
Iago Aldao Argüelles. Medicina Interna.
Asesor
Agustín Blanco Echeverría. Medicina Interna.
1. Introducción
Los lípidos son partículas hidrófobas que son transportadas en el plasma mediante su unión
a lipoproteínas plasmáticas. Si bien la fisiología de dicho proceso es compleja, se deben
conocer de forma simplificada los conceptos básicos. Existen dos vías metabólicas: la
exógena y la endógena (figura 1 y figura 2).
AGL: ácidos grasos libres; HDL: lipoproteínas de alta densidad; LPL: lipoproteína lipasa;
LRP: receptor de lipoproteínas; QM: quilomicrones; QMr: quilomicrones residuales.
Partículas ricas en TG se organizan en VLDL junto con una pequeña cantidad de colesterol
y se transforman en IDL compuesta a partes iguales de colesterol y TG. Las IDL pueden
transformarse en LDL o degradarse por endocitosis a nivel hepático. La Lp(a) se sintetiza
en el hígado a partir de apoB-100 y apo(a), siendo una partícula LDL unida por un enlace
covalente a la apo(a). Las HDL se sintetizan a nivel intestinal y hepático; recogen el exceso
de colesterol circulante tisular y lo transportan de vuelta al hígado de forma directa o
mediante su paso a partículas que contengan apoB mediante el receptor de las LDL (rLDL)
(ver figura 2).
2. Concepto y clasificación
La clasificación de Fredrickson clasifica las dislipemias por fenotipos pero carece de interés
práctico para el médico general, al que le resulta de mayor interés la división
entre dislipemias primarias y secundarias: las primarias se deben exclusivamente a
la alteración de las vías metabólicas que regulan la producción de lipoproteínas y TG,
habitualmente con base genética, mientras que las secundarias son de causa multifactorial.
La mayoría de los pacientes con dislipemia padecerán una dislipemia secundaria. Los
factores implicados más habituales se resumen en la tabla 1.
Causas
frecuentes Tabaquismo1 Consumo excesivo de Obesidad
carbohidratos simples
Colestasis Diabetes mellitus
Consumo de alcohol
Tiazidas Enfermedad renal
Embarazo crónica2
Síndrome nefrótico
Síndrome inflamatorio Hipotiroidismo
Dietas cetogénicas sistémico
Lupus eritematoso
Hepatitis aguda sistémico
Betabloqueantes Corticoterapia
1
Por descenso de HDL.
2
Por aumento de Lp(a).
3. Aproximación diagnóstica
A partir de los 65 años se puede detener el cribado individual si las determinaciones previas
han resultado normales. No se recomienda realizar despistaje de dislipemia
pasados los 80 años.
En la mayoría de situaciones se puede realizar el estudio del perfil lipídico en una muestra
fuera del ayuno. En pacientes hospitalizados o con un evento agudo (p. ej., en el infarto de
miocardio) el colesterol se altera de manera significativa, por lo que solo serán
representativas muestras obtenidas en las primeras 24 h de la
hospitalización.
La determinación del perfil lipídico debe constar del colesterol total, así como de sus
fracciones (cLDL y colesterol ligado a lipoproteínas de alta densidad [cHDL]) y de los TG.
El cálculo del colesterol no-HDL puede tener mejor valor predictivo de riesgo
cardiovascular que la medición aislada del cLDL, especialmente en la
hipertrigliceridemia moderada-grave y en el síndrome metabólico.
Diabetes mellitus
Obesidad
Después de considerar todos los factores de riesgo, y a la vez que se instauran las medidas
oportunas ante ellos, se ha de calcular el riesgo del paciente (tabla 3) y, basándose en él,
qué objetivo terapéutico hay que establecer (tabla 4).
5. Tratamiento farmacológico
5.1. Estatinas
Como se ha indicado en el apartado 4. Objetivos terapéuticos, las medidas no
farmacológicas son fundamentales a la hora de valorar el inicio del tratamiento con
estatinas. Se considera que estas son la piedra angular del tratamiento de la
hipercolesterolemia, siendo el grado de reducción de cLDL obtenido dosis-dependiente y
diferente para cada estatina. La disminución concomitante de TG es del 10-20%, mayor en
el caso de las estatinas de alta potencia (atorvastatina, rosuvastatina y pitavastatina), a dosis
altas y en pacientes con hipertrigliceridemia de base. Han demostrado la disminución de la
morbimortalidad cardiovascular en la prevención secundaria (pravastatina, simvastatina y
atorvastatina) y de eventos cardiovasculares en la primaria (rosuvastatina).
Muy alto
Alguna de las siguientes circunstancias:
Alto
Alguna de las siguientes circunstancias:
Moderado
Alguna de las siguientes circunstancias:
cLDL: colesterol ligado a lipoproteínas de baja densidad; KDIGO: Kidney Disease: Improving Global
Outcomes; TC: tomografía computarizada.
Fuente: Adaptada de Mach, et al. Eur Heart J. 2020.
Tabla 4. Objetivo terapéutico del colesterol ligado a lipoproteínas de baja densidad según el riesgo
cardiovascular individual
Prevención
secundaria Descenso ≥ 50% del valor basal1 y cLDL < 55 mg/dl2
Prevención primaria
Riesgo muy alto Igual objetivo que en la prevención secundaria2
Rosuvastatina - - 5 10 20 40
Atorvastatina - 10 20 40 80 -
Simvastatina 10 20 40 - - -
Pitavastatina 1 2 4 - - -
Lovastatina 20 40 80 - - -
Pravastatina 20 40 80 - - -
Fluvastatina 40 80 - - - -
5.1.1. Efectos secundarios más relevantes
• Miopatía inducida por estatinas (< 0,1%): es el efecto adverso asociado más
característico y relevante por su potencial gravedad, si bien se produce únicamente
en menos de un 0,1% de los pacientes. La CK es el marcador utilizado. Se considera
tolerable un incremento de hasta 5 veces el límite superior de la normalidad en al
menos dos determinaciones. La existencia de dolor muscular intenso, debilidad y
emisión de orinas oscuras (mioglobinuria) suele indicar rabdomiólisis y requiere la
determinación urgente de CK; en estos casos, para su diagnóstico los niveles deben
superar como mínimo 10 veces el límite superior de la normalidad. La miopatía por
estatinas ocurre con más frecuencia en pacientes polimedicados (y más en
combinación con ciclosporina, eritromicina, claritromicina, inhibidores de la
proteasa y cobicistat), ancianos y pacientes con insuficiencia renal. La combinación
de estatinas con gemfibrozilo aumenta significativamente el riesgo de miopatía (con
fenofibrato y bezafibrato es muy bajo).
Hay que estar alerta ante la aparición de una miopatía necrotizante inmunomediada
por estatinas ante la no resolución de los síntomas ni la normalización de niveles de
CK semanas tras la retirada del fármaco.
5.3. Fibratos
Son los fármacos hipotrigliceridemiantes más potentes, aunque la magnitud del efecto
depende mucho de la concentración lipídica basal. Están indicados en pacientes con
hipertrigliceridemia primaria con niveles de TG superiores a 500 mg/dl y en
pacientes con dislipemia aterogénica (TG elevados, cHDL bajo y partículas LDL
pequeñas y densas) que persisten con los TG elevados a pesar del tratamiento
con estatinas. Los pacientes que mayor beneficio obtienen con los fibratos son los
diabéticos con hipertrigliceridemia y aquellos con síndrome metabólico que no alcanzan los
objetivos de reducción del colesterol no-HDL (riesgo lipídico residual). Están
contraindicados en presencia de hepatopatía o insuficiencia renal grave, litiasis biliar y
junto con el empleo de antidepresivos inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO).
5.4. Ezetimiba
Actualmente solo se pueden prescribir cuando los niveles de cLDL sean iguales o
superiores a 100 mg/dl en pacientes con dosis máxima tolerada de estatinas, que estén en
prevención secundaria (ECVA establecida) o que tengan hipercolesterolemia familiar. Se
deben usar con precaución en pacientes con insuficiencia renal grave o con insuficiencia
hepática grave. No se recomienda su utilización durante el embarazo y la lactancia.
En caso de un síndrome coronario agudo, si el paciente tiene un cLDL fuera del objetivo y
ya se encuentra en tratamiento con estatina y ezetimiba, hay que considerar el uso de un
inhibidor de PCSK9 durante el ingreso hospitalario. Posteriormente se recomienda
derivación para seguimiento ambulatorio estrecho en consultas especializadas de
Cardiología o en una Unidad de Lípidos. La suspensión o no del resto de hipolipemiantes
dependerá del grado de reducción del cLDL que se precise conseguir según el objetivo final
establecido en función del riesgo cardiovascular del paciente. La tabla 6 muestra una
comparativa de la potencia de reducción porcentual del cLDL en terapia combinada de
estatinas, ezetimiba e inhibidores de PCSK9.
Tabla 6. Potencia de reducción del colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad en la terapia
combinada
Terapia Reducción
Bibliografía
• Arnett DK, Blumenthal RS, Albert MA, Buroker AB, Goldberger ZD, Hahn EJ, et
al. 2019 ACC/AHA Guideline on the Primary Prevention of Cardiovascular
Disease. Circulation. 2019;140:e596-e646.
• Mach F, Baigent C, Catapano AL, Koskinas KC, Casula M, Badimon L, et al.; ESC
Scientific Document Group. 2019 ESC/EAS Guidelines for the management of
dyslipidaemias: lipid modification to reduce cardiovascular risk. Eur Heart J.
2020;41(1):111-188.
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in primary prevention of cardiovascular disease. En: Post TW, ed. UpToDate.
Waltham, MA; 2021.
• Rader DJ, Kathiresan S. Capítulo 400. Trastornos del metabolismo de las
lipoproteínas. Harrison. Principios de Medicina Interna. 20.ª ed. New York:
McGraw-Hill; 2018.
• Real JT, Ascaso JF. Metabolismo lipídico y clasificación de las hiperlipemias. Clin
Investig Arterioscler. 2021;33(Suppl 1):3-9.
• Rosenson RS, Eckel RH. Hypertriglyceridemia. En: Post TW, ed. UpToDate.
Waltham, MA; 2021.
55. Osteoporosis
Autoras
Noemí Franco Domingo. Reumatología.
|
Mercedes Gutiérrez Oliet. Endocrinología y nutrición.
Asesores
Miriam Retuerto Guerrero. Reumatología.
|
Guillermo Martínez Díaz-Guerra. Endocrinología y nutrición.
1. Concepto
La osteoporosis (OP) es la enfermedad ósea más frecuente. Se trata de una patología que
afecta a todo el esqueleto y se caracteriza por la disminución de masa ósea y el deterioro de
la microarquitectura del tejido, que conlleva menor resistencia del hueso, lo que predispone
a mayor riesgo de fractura por fragilidad. Su prevalencia aumenta con la edad debido a la
aceleración de la pérdida fisiológica de masa ósea, y se incrementa en el período
posmenopáusico de la mujer un 21% y en varones entre 50 y 84 años, un 6% (tabla 1).
2. Aproximación diagnóstica
• El FRAX® para una fractura principal ≥ 10% sin incluir parámetro de DMO en el
cálculo de FRAX® o ≥ 7,5% incluyéndolo.
• El FRAX® para fractura de cadera ≥ 3% con o sin parámetro de DMO en el cálculo
de FRAX®.
3. Fractura por fragilidad de vértebra, húmero proximal o pelvis en mujer posmenopáusica y varón >
50 años asociado a DMO baja (T-score < −1,0 DE)
Fractura por fragilidad: secundaria a traumatismo de bajo impacto, que afecta preferentemente a
vértebra, cadera y antebrazo distal
No es una herramienta diagnóstica per se, por lo que debe valorarse junto con el resto de
parámetros.
Glucocorticoides*
• Se determina el contenido mineral por superficie ósea expresado como DMO (g/
cm2) comparándose con los valores de la población de referencia (sexo, raza y edad)
y se obtienen dos valores expresados en desviaciones estándar (DE):
• En fémur proximal se escoge el valor más bajo entre área total y cuello
femoral.
• A nivel lumbar la escoliosis, la osteosíntesis, la artrosis, las fracturas
vertebrales y la calcificación de aorta abdominal pueden proporcionar
valores falsamente normales o elevados. Para evitar dicha alteración, existen
dos opciones:
• Valorar la DMO en la cadera, principalmente en pacientes
ancianos.
• Valorar la DMO en la columna vertebral excluyendo los cuerpos
vertebrales con cifra de T/Z-score > 1,0 DE respecto a sus
adyacentes, siempre que puedan incluirse dos o más cuerpos
vertebrales consecutivos para calcular su valor medio.
Hiperparatiroidismo PTH
Hemocromatosis Ferritina
1
MRO (marcadores de remodelado óseo): sustancias liberadas a la circulación durante el
proceso de formación (p. ej., fosfatasa alcalina total [FA] y ósea [FAO], osteocalcina o
propéptido N-terminal del protocolágeno de tipo I [PINP]) y/o resorción ósea (p. ej., β-
CrossLaps [β-CTX] o telopéptido N-terminal del colágeno de tipo I [NTX]). Pueden
emplearse en la evaluación inicial y el seguimiento para evaluar la respuesta terapéutica, cuya
interpretación depende del tipo de fármaco usado y del marcador analizado.
2
Se recomienda realizar un estudio de osteoporosis secundaria en el varón y la mujer
premenopáusica con baja DMO o fractura por fragilidad.
APCC: antipéptido citrulinado cíclico; FR: factor reumatoide; FSH: hormona
foliculoestimulante; IEF: inmunoelectroforesis; LH: hormona luteinizante; PTH: hormona
paratiroidea; VSG: velocidad de sedimentación globular.
3. Tratamiento y prevención
Dado que no se han realizado estudios comparando la eficacia entre fármacos, la elección
depende de otros factores, como riesgo de fractura, preferencias del paciente o
contraindicaciones. En los pacientes con muy alto riesgo de fractura o con fracturas por
fragilidad se puede proponer la secuenciación de fármacos, iniciando el tratamiento con un
osteoformador y continuándolo con un antirresortivo.
Corregir/vigilar la
hipocalcemia previa al inicio
Tabla 8. Medidas farmacológicas
V, C y NV
ZOL1 i.v.: 5 mg/año OPM, PreM, Fiebre, mialgias en la primera
esteroidea y del varón administración
Requiere ajuste de dosis si
el FG < 60 ml/min Hipercalcemia ONM/fractura atípica de
tumoral fémur
Corregir/vigilar la
hipocalcemia previa al inicio
↑ leve de calcemia
ALN: alendronato; AP: antecedentes personales; C: cadera; DNS: denosumab; EMB: embarazo;
EMO: enfermedades metabólicas óseas; ETEV: enfermedad tromboembólica venosa; FG: filtrado
glomerular; IBN: ibandronato; IH: insuficiencia hepática; MMII: miembros inferiores; MTX:
metástasis; NV: no vertebrales; ONM: osteonecrosis mandibular; OPM: osteoporosis posmenopáusica;
PreM: premenopausia; PTH: hormona paratiroidea; RIS: risedronato; RT: radioterapia; sem.: semana;
V: vertebrales; ZOL: zoledronato.
Vía parenteral si hay: comorbilidades, polimedicación, problemas digestivos, edad > 75 años o mala
adherencia.
1
Bifosfonato: antirresortivo.
2
Agonista/antagonista estrogénico (SERM): antirresortivo.
3
Inhibidor del RANK/RANKL: antirresortivo.
4
PTH: osteoformador.
5
Administración 30-60 min antes del desayuno evitando tumbarse por riesgo descrito de esofagitis.
6
Enfermedad de Paget, hiperparatiroidismo y elevaciones inexplicadas de fosfatasa alcalina.
ALN: alendronato; BF: bifosfonatos; CF: cuello femoral; DMO: densidad mineral ósea;
DNS: denosumab; FR: factores de riesgo; IBN: ibandronato; PTH: hormona paratiroidea;
RIS: risedronato; SERM: modulador selectivo de los receptores estrogénicos; ZOL:
zoledronato.
1 Recomendar medidas no farmacológicas, descartar causas secundarias tratables y corregir
déficit de vitamina D e hipocalcemia.
2
De elección, vía parenteral si hay: comorbilidades, polimedicación, problemas digestivos,
edad > 75 años o mala adherencia.
3
En caso de procedimiento bucal invasivo, se puede posponer el inicio del tratamiento
hasta la cicatrización de la herida quirúrgica pero, una vez iniciado, solo si existen otros FR
(diabetes, enfermedad periodontal, inmunodeficiencia, tabaquismo, etc.), suspender
temporalmente periprocedimiento (BF v.o. 3 meses, BF i.v. 1 año y DNS 6 meses).
4
En pacientes de muy alto riesgo el tratamiento puede prolongarse. La evidencia de
eficacia es en BF v.o. y DNS hasta 10 años, BF i.v. hasta 6 años y SERM hasta 8 años;
posteriormente disminuye, por lo que se debe revalorar el riesgo/beneficio. Si hay alto
riesgo de fractura (fractura por fragilidad previa o nueva, edad > 75 años o T-score femoral
< –2,5 DE), no se recomienda discontinuar el tratamiento.
5
Si hay respuesta inadecuada: ≥ 2 fracturas incidentes con tratamiento o 1 fractura
incidente + ausencia de disminución significativa de la DMO. Previamente valorar si
existen: adherencia terapéutica, nivel óptimo de 25-OH vitamina D, nuevos FR o nueva
fractura por fragilidad o traumática. Fuente: Adaptado de Alcaraz-Arroyo, et al.
Bibliografía
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Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (3.ª versión actualizada,
2014). Rev Clín Esp. 2015;215(9):515-526.
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Osteoporosis in the European Union: medical management, epidemiology and
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Guideline Update. J Clin Endocrinol Metab. 2020;105(3):587-594.
• Tornero J, Blanco FJ. Tratado de enfermedades reumáticas de la SER. 1.ª ed.
Editorial Médica Panamericana; 2019.
56. Abordaje en urgencias de los errores congénitos
del metabolismo
Autores
Isabel Solares Fernández. Medicina Interna.
|
Iago Aldao Argüelles. Medicina Interna.
Asesora
Montserrat Morales Conejo. Medicina Interna.
1. Concepto
Habitualmente las descompensaciones agudas de los ECM las provocan uno o varios
factores desencadenantes que conducen a situaciones catabólicas (infecciones, ayuno,
estrés, parto, etc.), la ingesta excesiva de alimentos no metabolizables por parte del paciente
(proteínas, ácidos grasos, etc.) o la toma de ciertos fármacos.
2. Clasificación
Los ECM pueden dividirse en tres categorías principales según su patogenia y/o
presentación clínica (figura 1 y tabla 2):
Episodios de encefalopatía Trastorno del ciclo de la urea, Amonio, pH, CO2, lactato y
o cuadros psiquiátricos en aminoacidopatías, acidemias HCO3– , AA, AcilC, AOO, test de
situaciones catabólicas orgánicas, porfirias y defectos de Hoesch, precursores y porfirinas en
la remetilación de la orina y plasma y homocisteína
homocisteína
Vómitos recurrentes (por Trastorno del ciclo de la urea y Amonio, pH, CO2, lactato y
ingesta proteica) asociados acidemias orgánicas HCO3– en la sangre, AcilC y AOO
a letargia, irritabilidad y/o
convulsiones
Episodios de ictus en MELAS, déficit de la PMm2- pH, CO2, lactato, HCO3– , AA,
territorios no vasculares CDG, homocistinuria y homocisteína y metionina y
(stroke-like) e ictus en enfermedad de Fabry actividad α-galactosidasa
pacientes jóvenes
AA: aminoácidos; AcilC: acilcarnitinas; AOO: ácidos orgánicos en la orina; CK: creatina cinasa;
CPK: creatina fosfocinasa; ECM: errores congénitos del metabolismo; HCO3-: bicarbonato; HTA:
hipertensión arterial; MELAS: miopatía mitocondrial, encefalopatía, acidosis láctica y episodios
similares a un accidente cerebrovascular (Mitochondrial myopathy, Encephalopathy, Lactic Acidosis,
Stroke-like episodes); PMm2-CDG: fosfomanomutasa 2-trastorno congénito de la N-glicosilación.
Trastornos por
intoxicación Alteración del metabolismo de los aminoácidos:
aminoacidopatías (fenilcetonuria, homocistinuria, etc.), acidemias
orgánicas (isovalérica, metilmalónica y propiónica) y trastornos del ciclo de la
urea
Trastornos por
deficiencia Enfermedades mitocondriales: MELAS, MERRF, LOHN, síndromes de
energética Pearson, Leigh y Kearn-Sayre, etc.
Depósito de
moléculas Enfermedades lisosomales: enfermedades de Fabry, de Gaucher y de
complejas Niemann-Pick, mucopolisacaridosis y cistinosis
Acil CoA: acilcoenzimas; ECM: error congénito del metabolismo; LOHN: neuropatía óptica
hereditaria de Leber; MELAS: miopatía mitocondrial, encefalopatía, acidosis láctica y episodios
similares a un accidente cerebrovascular (Mitochondrial myopathy, Encephalopathy, Lactic Acidosis,
Stroke-like episodes); MERRF: epilepsia mioclónica y fibras rojas irregulares (Myoclonic Epilepsy
and Ragged-Red Fibers).
3. Abordaje general
Todos los pacientes atendidos en el Servicio de Urgencias con ECM o que se sospeche que
pueden estar presentando un debut de estas patologías precisan una valoración y un inicio
de tratamiento urgentes, dado que la rapidez de la descompensación en este tipo de
enfermedades puede comprometer la vida del paciente en pocas horas.
La mayoría de los pacientes ya diagnosticados suelen tener en su poder un protocolo de
tratamiento en caso de descompensación, por lo que interesa interrogarles al respecto. En su
defecto, se pueden consultar los protocolos de recomendación de tratamiento ya existentes
(https://ae3com.eu/protocolos-de-actuacion/).
Las porfirias son errores congénitos en la vía metabólica del hemo, cuya sintomatología
viene determinada por el producto intermediario acumulado. Las porfirias
agudas (porfiria aguda intermitente [PAI], coproporfiria hereditaria [CH], porfiria
variegata [PV] y porfiria aguda de Doss) se manifiestan en forma de crisis neuroviscerales
agudas secundarias a la acumulación de los precursores de las porfirinas, ácido δ-
aminolevulínico (ALA) y/o porfobilinógeno (PBG). Las porfirias cutáneas se
caracterizan por la sobreproducción de porfirinas, cuyo depósito cutáneo provoca lesiones
dérmicas debido a su acción fotosensibilizadora. Se denomina porfirias mixtas a la CH y la
PV debido a que tienen la capacidad de producir ambos cuadros. La PAI es el subtipo
de porfiria aguda más frecuente y provoca los cuadros neuroviscerales más graves.
Es importante resaltar que para que acontezca una crisis aguda suele necesitarse la
presencia de uno o varios factores precipitantes que activen la vía metabólica para la
síntesis de hemo. Resulta precisa la identificación y retirada de los posibles
desencadenantes (tabla 3).
Las crisis agudas de porfiria se caracterizan por ataques neuroviscerales abruptos con
afectación de los sistemas nerviosos autónomo, periférico y central. Se manifiestan en
forma de dolor abdominal intenso acompañado de náuseas, ocasionales vómitos y
estreñimiento, neuropatía periférica y trastornos psiquiátricos (ansiedad e insomnio,
agitación y/o alucinaciones). Son habituales la taquicardia, tendencia a la hipertensión
arterial e hiponatremia. Esta alteración iónica representa un marcador de gravedad de
la crisis y su manejo debe ser cuidadoso ya que favorece el desarrollo de crisis convulsivas.
Ayuno prolongado
Este subtipo de ECM presenta un espectro clínico y genético muy amplio; en todos subyace
una alteración en la producción de adenosín trifosfato (ATP). Engloba los defectos de β-
oxidación de ácidos grasos y las enfermedades mitocondriales y del glucógeno. La
sintomatología resulta habitualmente diversa pero fundamentalmente se ven afectados los
sistemas nervioso, muscular y cardíaco. Es frecuente la presencia de hiperckemia,
hipoglucemia, hiperamonemia leve e hiperlactacidemia.
Se comentan a continuación brevemente los trastornos que pueden requerir manejo urgente.
Cuando existe un defecto en esta vía metabólica se produce una disfunción en la formación
de cuerpos cetónicos, en la gluconeogénesis y en el metabolismo del amonio, de tal manera
que los pacientes con trastornos en la β-oxidación de ácidos grasos están expuestos a sufrir
además episodios de hipoglucemia no cetósica, hiperamonemia y acidosis láctica en
episodios de ayuno prolongado o situaciones catabólicas. Junto a esto se verán afectados los
órganos más dependientes de obtención de energía por esta vía: hígado, corazón y
músculo. En estos pacientes también resulta frecuente la hepatomegalia y/o el fallo
hepático agudo, la miocardiopatía y/o la rabdomiólisis. El tratamiento a largo plazo consiste
en evitar los períodos de ayuno prolongado y limitar la ingesta de las grasas para las que
existe un defecto en su metabolismo, que se sustituyen por carbohidratos o proteínas.
Es importante recordar que en toda embarazada con fallo hepático agudo del
tercer trimestre se debe tener en cuenta la posibilidad de un trastorno por β-oxidación
subyacente, especialmente la deficiencia de la cadena larga 3-hidroxiacil CoA
deshidrogenasa (LCHAD). Suele presentarse cuando se produce la circunstancia de madre
portadora de la enfermedad y feto afectado.
El espectro fenotípico es muy amplio, pero los órganos preferentemente afectados son
el cerebro, el corazón y el músculo esquelético, si bien el grado de disfunción
orgánica resulta variable. Las formas de presentación más habituales en los adultos son las
miopatías (en ocasiones acompañadas de oftalmoplejía), encefalopatías o ataxias
progresivas y los episodios stroke-like. La talla baja, la sordera neurosensorial, la diabetes y
la retinopatía pigmentaria suelen acompañar al cuadro multisistémico que presentan estos
pacientes. Aunque la acidosis láctica es un sello distintivo de todas las enfermedades
mitocondriales, no está presente de forma invariable.
Entre las medidas generales de manejo a largo plazo es primordial evitar los fármacos que
inhiban la CRM (p. ej., ácido valproico, carbamazepina o aminoglucósidos), optimizar el
funcionamiento de la CRM (coenzima Q, tiamina, niacina, etc.), reducir la acumulación de
metabolitos tóxicos (L-carnitina) o aportar fármacos antioxidantes.
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