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473-517) – Capitulo IX
Las transformaciones sociales y las valoraciones colectivas en avance dieron lugar a un segundo ciclo,
que tiene inicio en este siglo XX, y es el del constitucionalismo social. El constitucionalismo social no
hace amputaciones al constitucionalismo clásico, sino que lo completa y amplía, porque a los clásicos
derechos civiles o individuales les agrega los derechos sociales, que ahora se desglosan en económicos,
sociales y culturales. La democracia liberal pasa a ser democracia social; la igualdad formal ante la ley
adiciona la igualdad real de oportunidades; los derechos ya no van a quedar satisfechos solamente con
el deber de abstención u omisión a cargo del sujeto pasivo, sino que muchos de ellos van a ser derechos
de prestación, de crédito o de solidaridad, en reciprocidad con obligaciones de dar y de hacer por parte
del sujeto pasivo; y el estado no limitará su papel frente a los derechos en el reconocimiento, el respeto
y la tutela, sino que deberá además promoverlos, es decir, moverlos hacia adelante para hacer posible su
disponibilidad y su acceso a favor de todas las personas, especialmente de las menos favorecidas.
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Los países con la Constitución escrita contienen en ella una Declaración de derechos. Los derechos no
son “lo que” el estado dice que son, ni son “los que” el estado define como siendo derechos. Si no, que
la constitución “reconoce” los derechos, pero no los “constituye” como derechos. Así vemos, por
ejemplo, en la parte primera que hay una declaración de derechos y garantías.
Un sistema de derecho debe funcionar con normas y sin normas. Con normas y sin normas” significa
que en los espacios que la constitución deja en silencio o en la implicitud hemos de auscultar con fino
sentido para dar cabida a derechos (como a la vez a valores y principios) que no cuentan con un
enunciado normativo expreso. → Artículo 33.- Las declaraciones, derechos y garantías que enumera la
Constitución no serán entendidos como negación de otros derechos y garantías no enumerados; pero que
nacen del principio de la soberanía del pueblo y de la forma republicana de gobierno.
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- Art 17 → Propiedad
- Art 18 → Garantías penales
- Artículo 19.- Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la
moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la
autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no
manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe. → Principio de legalidad o reserva. Principio
fundante de todo nuestro ordenamiento, dado que lo que no está prohibido, está permitido.
- Art. 20 → Derechos civiles de los extranjeros.
- Art 28 → Los derechos no son absolutos
- Art. 37 y 39 → Derechos políticos: Uno sobre derecho de iniciativa legislativa y otro sobre
consulta popular.
- Art. 43 → Amparo, habeas corpus, habeas data.
- Artículo 75 inc. 22 → Se entran todos los tratados con jerarquía constitucional, pero además se
encuentran otros que pueden llegar a tener constitucionalidad.
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constituciones en conformidad con la constitución federal, pero tienen que estar en línea con la
Constitución Nacional.
La trascendencia de esta dualidad en el sujeto pasivo radica en que:
a) Cualquier actividad, proveniente del estado, o de personas o grupos privados, que lesiona
derechos, es inconstitucional;
b) Las garantías se deparan para proteger derechos tanto cuando su violación proviene de
actividad estatal como cuando emana de actividad privada.
El sujeto pasivo es el estado, y su obligación de hacer consiste en desarrollar políticas concretas de
bienestar.
Principio de legalidad
Vinculado con el mismo propósito de seguridad que persigue el constitucionalismo moderno, se halla el
principio de legalidad. Nuestra constitución lo formula expresamente en la parte del art. 19 donde
consigna que nadie puede ser obligado a hacer lo que la ley no manda, ni privado de lo que ella no
prohíbe.
Como todo el orden jurídico se basa en la constitución, que está por encima de la ley, la primera “ley” a
tomar en cuenta es la constitución.
La finalidad del principio de legalidad es afianzar la seguridad individual de los gobernados. Avisarle al
individuo que puede y no hacer. La ley predetermina las conductas debidas o prohibidas, de forma que
los hombres puedan conocer de antemano lo que tienen que hacer u omitir, y quedar exentos de
decisiones sorpresivas que dependan solamente de la voluntad ocasional de quien manda. Este aspecto
toma en cuenta, por eso, el valor previsibilidad.
El principio de legalidad se complementa con el que enuncia que todo lo que no está prohibido está
permitido, en donde queda a favor de ellos una esfera de libertad jurídica en la que está permitido todo
lo que no está prohibido.
No alcanza solo con este principio por eso existe el de abajo.
Principio de razonabilidad
La constitución está pensando, cuando enuncia la fórmula del principio de legalidad, en una ley
constitucional. No basta la formalidad de la ley: es menester que el contenido de esa ley responda a
ciertas pautas de valor suficientes. Por eso es menester dar contenido material de justicia al principio
formal de legalidad. Para ello, acudimos al valor justicia, que constitucionalmente se traduce en la regla
o el principio de razonabilidad.
El valor que defiende este principio es el valor justicia, que se traduce constitucionalmente en
racionalidad.
El principio de legalidad rezaría de la siguiente manera: nadie puede ser obligado a hacer lo que la ley
“justa” (o razonable) no manda, ni privado de lo que la ley “justa” (o razonable) no prohíbe.
El opuesto es la arbitrariedad → La regla de razonabilidad está condensada en nuestra constitución en
el art. 28, donde se dice que los principios, derechos y garantías no podrán ser alterados por las leyes
que reglamenten su ejercicio.
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La corte tiene elaborada una doctrina fecunda, o bastante nutrida sobre lo que la arbitrariedad de las
sentencias. Para que algo sea razonable:
● Debe existir una proporción entre el medio utilizado y el fin hacia al cual ese medio tiende.
● Que no exista una alternativa menos restrictiva para el derecho o la garantía que se está
eligiendo, qué se quiere restringir.
Los jueces son quienes dicen cuando una norma no se adecua a las Constitución Nacional, declarando la
inconstitucionalidad a una norma.
Constitución Nacional:
- Formal: Lo que está escrito, siendo más restringida.
- Material: Como se interpreta aquí y ahora, siendo más amplia. Lo que se aplica,
agregando la jurisprudencia, la doctrina, etc.
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Bidart Campos, tomo I (págs. 519-540) – Capitulo X
a) Un status personal que depare al hombre la calidad de persona jurídica con capacidad de derecho, el
Pacto de San José de Costa Rica y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, prescriben que
todo ser humano (persona) tiene derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica.
b) Un poder de disposición que, en uso de la libertad, sea susceptible de producir efectos jurídicamente
relevantes.
c) Un área de intimidad donde la libertad inofensiva o neutra para terceros, quede inmunizada y sustraída a
toda interferencia arbitraria del estado. Es la fórmula constitucional de nuestro art. 19
d) Un principio básico a favor del hombre, en el sentido de que todo lo que no está prohibido está
permitido.
3. — El área de intimidad y la zona de permisión no son extrajurídicas ni ajurídicas, porque desde que el
derecho las protege quiere decir que son espacios jurídicamente relevantes, “dentro”, y no fuera, del mundo
jurídico, en los que el hombre se mueve dentro de un ámbito de licitud.
4. — La libertad como pauta genérica aparece en el preámbulo de la constitución, que propone como uno de
los contenidos del fin del estado, asegurar los beneficios de la libertad. Por ende, en nuestra constitución la
libertad merece tenerse como un valor y como un principio general.
La libertad física
6. — La libertad corporal o física es el derecho a no ser arrestado sin causa justa y sin forma legal. Descarta
padecer cierto tipo de retenciones corporales forzosas, o realizar prestaciones forzosas valoradas como
injustas: por ej.: los trabajos forzados, o sufrir restricciones ilegítimas. La libertad de locomoción se
vincula también con la libertad de circulación.
Nuestra constitución protege estos contenidos cuando en el art. 18 establece que nadie puede ser arrestado
sin orden escrita de autoridad
competente; cuando en el art. 14 consagra el derecho de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio; y
cuando en el art. 17 dispone que ningún servicio personal es exigible sino en virtud de ley o de sentencia
fundada en ley.
La garantía que protege la libertad corporal o física es el habeas corpus.
La libertad de intimidad
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Estamos acostumbrados personalmente a tener como sinónimos el derecho a la “intimidad” y el derecho a la
“privacidad”; la intimidad sería la esfera personal que está exenta del conocimiento generalizado de
terceros, y la privacidad sería la posibilidad irrestricta de realizar acciones privadas (que no dañan a otros)
por más que se cumplan a la vista de los demás y que sean conocidas por éstos.
12. — La intimidad o la privacidad incluyen en su ámbito a las conductas autorreferentes, es decir, las que
sólo se refieren y atañen al propio sujeto autor, sin proyección o incidencias dañinas de modo directo para
terceros.
14. — a) La libertad de intimidad se vincula asimismo con ciertos aspectos de la libertad religiosa que
hacen al fuero íntimo del hombre. Fundamentalmente, se trata del contenido de la libertad religiosa
conocido con el nombre de libertad de conciencia.
c) El derecho a la intimidad o privacidad aloja sin dificultad a la relación confidencial entre un profesional y
su cliente (secreto profesional), que debe ser protegida también y además como una manifestación del
derecho al silencio o secreto dentro de la libertad de expresión.
El secreto de los periodistas e informadores o comunicadores sociales les impide revelar tanto las fuentes de
las cuales han obtenido la información, como la identidad de quien se las ha suministrado.
La “juridicidad” de la intimidad
El área de intimidad, como parte del derecho de libertad, es jurídica, y cada vez que el poder judicial le
depara tutela está demostrando que lo que en esa área se preserva es un bien jurídico amparado por el
derecho.
21. — La libertad de intimidad se halla enfocada en el Pacto de San José de Costa Rica y en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos cuando disponen que nadie puede ser objeto de injerencias
arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de
ataques ilegales a su honra o
reputación y que toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos ataques.
Este “ser uno mismo” y tener “su identidad” en la vida biográfica y en su dinamismo existencial se
externaliza en una imagen social. Estamos ante el segundo aspecto del derecho a la identidad personal, en
cuanto cada persona tiene derecho a presentarse en la convivencia societaria como “el que es”, en la ya
referida “mismidad” auténtica, y a que así se la reconozca, se la respete y se la tolere.
El habeas data
La acción de habeas data, que por el art. 43 de la constitución se encarrila a través de la acción de amparo,
protege aspectos fundamentales de la intimidad, la privacidad y la identidad personales, en relación con la
llamada libertad informática y los registros o bancos de datos.
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Bidart Campos, tomo I (págs. 529-540) → La igualdad jurídica
Su concepto
Del derecho a la libertad se desprende la igualdad. Todos los hombres participan de una igualdad
elemental de status en cuanto personas jurídicas.
↳ Igualdad elemental: Asegurar a todos los hombres los mismos derechos. Tal es el concepto básico de
la llamada igualdad civil, consistente en eliminar las discriminaciones arbitrarias.
La igualdad importa un grado suficiente de razonabilidad y de justicia en el trato entre hombres. La
igualdad merece verse como un principio general y un valor en nuestra constitución. → Principio de
igualdad y valor de igualdad.
Puede haber discriminaciones que no sean arbitrarias, porque puede haber igualdad en ellas.
Presupuestos que deben existir para que exista la igualdad:
- Remover todos los obstáculos que limitan de hecho a la igualdad
- Mediante esta remoción de obstáculos, existe un orden social y económico, justo y que es igual
en la posibilidad de los hombres para su desarrollo.
- A consecuencia de estos dos presupuestos, se promueva el acceso definitivo al goce de esos
derechos personales de todos.
La Constitución Argentina consagra en su Art. 16 la igualdad “ante la ley” → El primer aspecto queda
satisfecho con el reconocimiento implícito de la libertad jurídica a todos los hombres, y con la abolición
expresa de la esclavitud.
Además, suprime las prerrogativas de sangre o de nacimiento, los títulos de nobleza y los fueros
personales.
Asimismo, declara que todos los habitantes son admisibles en los empleos sin otra condición que la
idoneidad, y que la igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas.
Cabe recordar, que la igualdad civil se traduce en el reconocimiento uniforme de los derechos civiles a
todos los habitantes (incluyendo extranjeros).
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El derecho judicial en materia de igualdad
El derecho judicial ha pormenorizado, desde la jurisprudencia de la Corte Suprema, los alcances de la
igualdad:
- Que se trate del mismo modo a quienes se encuentran en iguales situaciones;
- Que no se establezcan excepciones o privilegios que excluyan a unos de lo que se concede a
otro en iguales circunstancias.
- Obligación de igualar a todas las personas afectadas por una medida, dentro de la categoría,
grupo o clasificación que les corresponda, evitando distinciones arbitrarias u hostiles. → Puede
haber distinciones, pero no deben ser discriminaciones arbitrarias, no razonables.
- La razonabilidad es la pauta para ponderar la medida de la igualdad → El legislador puede crear
categorías, grupos o clasificaciones mientras que el criterio para discriminar sea “razonable”.
De este modo se ve como la clave de la igualdad está en la razonabilidad.
- Las únicas desigualdades inconstitucionales son las arbitrarias, y por arbitrarias han de
estimarse las que carecen de toda razonabilidad, las persecutorias, las hostiles, las que deparan
indebidos favores o privilegios, etc.
No corresponde a los jueces juzgar sobre la conveniencia de una discriminación, dado que es
competencia del poder ejecutivo, pero sí debe intervenir en analizar si esa discriminación es
razonable.
En el derecho judicial emanado de la Corte Suprema, funcionan dos principios básicos acerca de la
igualdad:
- Sólo puede alegar la inconstitucionalidad de una norma a la que se reputa desigualitaria,
aquél que padece la supuesta desigualdad;
- La garantía de la igualdad está dada a favor de los hombres contra el estado, y no viceversa.
La discriminación
Las discriminaciones arbitrarias configuran una negación de la igualdad.
- Tratados de derechos con jerarquía constitucional estipulan cuáles discriminaciones quedan
impedidas (motivos de raza, nacimiento, sexo, etc.); abarca tanto a los derechos civiles, como a
los políticos y a los sociales.
- Algunos de estos tratados dirigen específicamente sus normas contra determinada clase de
discriminación, por ejemplo, racial.
- Otros contienen normas penales (por ejemplo, sobre genocidio, y sobre tortura y otros tratos)
La discriminación “inversa”
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Algo que aparentemente puede presentarse como lesivo de la igualdad y, muy lejos de ello, es o puede
ser un tramo razonable para alcanzarla. Busca equilibrar y superar la marginación de determinados
grupos. Ej.: La ley que fijó el cupo porcentaje de mujeres que deben estar en la lista de partidos
políticos.
Se denomina precisamente discriminación inversa porque tiende a superar la desigualdad
discriminatoria del sector perjudicado por el aludido relegamiento. En determinadas circunstancias, con
razonabilidad, resulta constitucional favorecer a determinadas personas de ciertos grupos sociales en
mayor proporción que a otras.
Se reputan especialmente como actos u omisiones discriminatorios los basados en motivos tales como
raza, religión, nacionalidad, ideología, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición
social, o caracteres físicos.
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Para evitar el trato discriminatorio y respetar el principio de igualdad, hay que ser precavidos en el
contenido de las búsquedas laborales. Ej.: Buscamos mujeres de 20 a 30 años. Por eso, siempre hay que
tratar de llevarlo para el lado objetivo.
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- La proyección socio-institucional de la libertad de expresión a través de los medios de
comunicación masiva contemporáneos (prensa escrita, radio, televisión, publicaciones de toda
índole, etc.)
- La naturaleza empresaria y lucrativa de la actividad que desarrollan los referidos medios.
¿Dónde está el límite? → La prohibición de censura previa, es absoluta, en cualquier caso y ante
cualquier situación, sin poder producirse ningún tipo de excepción. Aun así, la libertad de expresión no
es un derecho absoluto, sino relativo, ejerciendo conforme a las leyes que reglamentan sus ejercicio.
¿Cuál es el material sobre el cual no puede haber censura previa? → Todo material, pero no hay mayor
discusión en incluir a la prensa escrita. Sin embargo, hay quienes afirman que sólo se protegen ideas,
opiniones, informes, etc. pero no, por ejemplo, imágenes, publicidad, chistes, etc.
¿Qué modalidades restrictivas son censura o se equiparan a ella → Es censura previa cualquier medio
que implique un control anticipado de la expresión? Por el contrario, no es censura previa todo lo que
responsabiliza después de que la expresión se exterioriza.
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Las responsabilidades ulteriores a la expresión
El ejercicio de la libertad de expresión no cuenta con impunidad una vez que esa expresión se ha
exteriorizado. Si antes está exenta de censura, después apareja todas las responsabilidades civiles y
penales, o de cualquier otra índole. Recién en esa instancia posterior podrá llevarse a cabo la reparación
de la eventual lesión a derechos ajenos, o compatibilizarse o preferirse esos otros derechos en relación
con la libertad de expresión que les ha inferido daño, etc. Allí y entonces jugará la prelación axiológica
de otros bienes o valores perjudicados por la libertad de expresión.
El Artículo 14
Artículo 14.- Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes
que reglamenten su ejercicio; a saber: de trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar;
de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de
publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con
fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender.
↳ La mención de la libertad está hecha a la prensa y no a la expresión. Hay que hacer una
proyección dinámica que abarque todos los medios disponibles. Es decir, van a estar garantizadas no
sólo la libertad de prensa, sino también los demás medios.
El derecho de réplica
El Derecho de rectificación y respuesta, forma parte de la libertad de expresión. Este derecho, fue
admitido en nuestro ordenamiento en 1992, con el fallo de Etmek Weijian contra Sofovich. Es
importante porque en este fallo se reconoció la operatividad del derecho de réplica. En 1994 adquiere
jerarquía constitucional, y aun así la Corte dice que ese derecho contenido en ese tratado, es operativo,
por lo tanto aplicable. → Desde que la reforma constitucional de 1994 confirió al Pacto de San José de
Costa Rica la misma jerarquía de la constitución, el derecho de rectificación y respuesta exige hacerse
efectivo del modo como lo son todos los que constan en normas operativas.
El derecho de réplica, guarda íntima conexión con el derecho a la información, en cuanto procura que
por la misma vía del medio de comunicación dirigido al público ingrese al circuito informativo de la
sociedad la rectificación o respuesta de la persona afectada por el informe agraviante o inexacto. Y en
tal sentido, se trata de tutelar, además de los derechos personales, aquel derecho a la información como
bien social, que es parte o contenido esencial de la libertad de expresión.
Este derecho tiende a proteger la libertad personal, ante errores que son rectificables. Es una norma
operativa, que está totalmente vigente.
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El presupuesto de la “existencia” de la prensa
La constitución argentina, antes y después de su reforma de 1994, presupone que “hay” prensa y que
“debe haber” prensa. A su vez, que exista prensa depende de la iniciativa y del pluralismo de la
sociedad, no del estado.
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apología del odio nacional, racial o religioso que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad
o la violencia.
La Convención sobre Derechos del Niño incorpora el derecho a expresar la opinión en las condiciones a
que alude su art. 12.1 y el de libertad de expresión en el art. 13.1, incluyendo el de buscar, recibir y
difundir información e ideas de todo tipo, en tanto el art. 17 amplía medidas para que, a través de los
medios de comunicación, aquel derecho resulte accesible y beneficioso para el niño.
El Artículo 32
Artículo 32.- El Congreso federal no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan
sobre ella la jurisdicción federal.
Las interpretaciones sobre la primera parte → Lo que prohíbe es restringir, y lo que protege es la
libertad de imprenta.
- Una interpretación sumamente rígida entiende que con esta norma la constitución le impide al
congreso legislar sobre prensa, porque entiende que toda ley, por ser tal, siempre restringe, o
sea, angosta la libertad.
- Otra interpretación considera que lo prohibido es sólo la restricción, pero no la reglamentación
legal razonable; asimismo, no identifica prensa con imprenta.
Las interpretaciones sobre la segunda parte → Establece que la legislación sobre imprenta (prohibida al
congreso) no será aplicada por tribunales federales. Con relación a los delitos cometidos por la prensa,
se dice que su juzgamiento no pertenece a la jurisdicción de los tribunales federales. Al momento de
dictarse la norma (1860) en ese momento la prensa era eminentemente local y solo había libertad de
prensa, entonces la intención del legislador fue que el Congreso Federal no dicte normas.
En materia de competencia legislativa hemos reconocido que el congreso federal es el único que puede
tipificar y penar delitos comunes cometidos por medio de la prensa, cualquiera sea la índole de los
delitos y el lugar de comisión.
Legislan Juzgan
Delitos comunes Que no dañan al El congreso Los jueces federales o
cometidos por Estado Federal ni a exclusivamente provinciales según la
medio de la prensa sus funcionarios para todo el país jurisdicción (por razón
de personas, cosas o
lugares)
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Cuando se incorporó dicho artículo, la prensa era local y escrita, la cual no se difundía tan rápido como
hoy.
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Bidart Campos, tomo II (págs. 37-48) - Capitulo XIII
La libertad de catedra.
La libertad de catedra significa, elementalmente, el derecho de impartir y recibir la enseñanza sin sujeción a
directivas que impongan un contenido ideológico determinado o una orientación obligatoria que lesionen la
libre investigación científica y el juicio personal de quien enseña o aprende.
El derecho a la cultura.
Actualmente, el derecho de enseñar y aprender, la libertad de enseñanza, y el derecho a la educación han
emergido de todo reduccionismo que, con anterioridad, los recluyera en el plexo de los derechos “individuales”
de la primera generación en el constitucionalismo clásico, para explayarse hacia el ámbito de los derechos
sociales, y de ese modo conectarse con el derecho a la cultura.
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Bidart Campos, tomo II (págs. 51-81) - Capitulo XIV
El derecho de no asociarse.
La faz negativa del derecho de libre asociación importa el derecho de no asociarse. En nuestro derecho
constitucional, hemos adherido a la afirmación de que ninguna forma de asociación coactiva es constitucional.
Como principio, el ingreso a una asociación debe ser voluntario, no pudiendo compelerse a nadie a incorporarse
a una asociación determinada, o a una cualquiera entre las varias existentes, sean de derecho privado o de
derecho público.
La teoría de la imprevisión.
Se llama teoría de la “imprevisión” porque el acontecimiento extraordinario que sobrevive durante el tiempo de
cumplimiento del contrato es de una magnitud tal que no pudo ser verosímilmente previsto por adelantado.
La contratación colectiva.
En el derecho de contratar hay que tomar en cuenta, pese a sus especiales características, el derecho a celebrar
convenios colectivos de trabajo.
La entrada al país.
El derecho de entrar es, como todos, relativo y, por ende, sujeto a reglamentación.
El titular de este derecho puede ser: a) un nacional o ciudadano, b) un extranjero, c) quien ya es habitante y
después de haber salido pretende entrar nuevamente, d) quien nunca ha sido habitante y pretende entrar, e)
quien pretende entrar sin intención de residir.
La permanencia.
El derecho de permanecer apunta a una residencia más o menos estable que puede configurarse a mero título de
turista, o residente transitorio, cuanto a título de residente permanente.
La permanencia, de cualquier tipo que sea, conviene a la persona, mientras aquella dura, en miembro de la
población del estado, sometiéndola a la jurisdicción de nuestro estado. Si la permanencia es solo accidental o
transitoria, la persona íntegra durante esa permanencia solamente la población del estado que llamamos
“flotante” u ocasional.
El tránsito.
La permanencia confiere el derecho de tránsito, que presupone el de cambiar de residencia o domicilio dentro
del país, y el de circular.
La salida de país.
El derecho de salir del territorio abarca el de hacerlo con intención definitiva, o solamente transitoria.
Corresponde advertir que: a) es válida la reglamentación razonable que impone requisitos para controlar o
autorizar la salida, b) el derecho de salir no puede gravarse con sumas que por su monto alteran o
desnaturalizan tal derecho; las tasas que se imponen a la obtención de pasaportes deben ser moderadas y
proporcionales a la prestación que cumple el estado al proveer el documento, c) la salida compulsiva o
expulsión no puede fundarse en la extranjera.
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Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a
la preservación del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica, y a la información y educación
ambientales.
Corresponde a la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos mínimos de protección, y a las
provincias, las necesarias para complementarlas, sin que aquéllas alteren las jurisdicciones locales.
Se prohíbe le ingreso al territorio nacional de residuos actual o potencialmente peligrosos, y de los radiactivos.
El deber de preservación.
Después de enunciar como derecho de todos los habitantes el de gozar de un ambiente sano, la norma les
adjudica el deber de preservarlo. Se trata claramente de un deber jurídico de todos y de cada uno que, por
naturaleza de la cuestión involucrada en aquel derecho y en este deber, nos convierte a todos en una especie de
agentes públicos en el cuidado ambiental.
Obligaciones pesan también sobre el estado.
El derecho a la salud
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Un ejemplo interesante que no queremos omitir es el derecho a la salud.
Como derecho implícito dentro de los clásicos derechos civiles, pudo tener como contenido inicial el derecho
personal a que nadie infiera daño a la salud, con lo que el sujeto pasivo cumpliría su única obligación omitiendo
ese daño.
El derecho a la salud exige, además de la abstención de daño, muchísimas prestaciones favorables que irrogan
en determinados sujetos pasivos el deber de dar y de hacer.
El derecho a la intimidad
La intimidad o la privacidad que tienen base en el art. 19 explayan proyecciones implícitas.
Así, en el caso de la intimidad del núcleo familiar; del domicilio donde conviven varias personas; del secreto
entre profesional y cliente; de los esposos para decidir los problemas de la procreación; de las fuentes plurales
de la información periodística, etc.
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nación puede ser privado de ella sino en virtud de sentencia fundada en ley”.
El sujeto activo que se erige en titular del derecho de propiedad puede ser:
a. La persona física;
b. La persona de existencia ideal o colectiva (personas jurídicas, asociaciones con calidad de
sujetos de derecho).
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Además, los derechos no son absolutos sino relativos, y están subordinados a las leyes que reglamenten
su ejercicio.
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K) El efecto liberatorio del pago. Se entiende por efecto liberatorio del pago el derecho que
adquiere el deudor cuando satisface su deuda, a no ser obligado a ningún pago suplementario o
nuevo. El pago surte efecto liberatorio cuando se efectúa de conformidad a la ley vigente al
tiempo de cumplirse. Si una ley posterior grava al deudor que ya pagó con obligaciones nuevas
o mayores, no puede aplicarse.
La “indexación” y la propiedad
“Indexar” es re-valuar, o reajustar o actualizar una deuda, tanto si ésta es originariamente contraída en
dinero (el monto del alquiler o de un seguro) cuanto si es de valor (indemnizar un daño o una
expropiación).
Con o sin ley y aun “contra ley”, la constitución presta apoyo para decir que cuando hay depreciación
monetaria toda deuda debe indexarse para conservar o recomponer el valor intrínseco del crédito, salvo
voluntad en contrario del acreedor o de ambas partes.
↳ La prohibición legal de la indexación.
La inviolabilidad de la propiedad
La propiedad que la constitución tutela como derecho, y cuyos contenidos de mayor proyección e
importancia hemos explicado, es declarada inviolable en el art. 17.
↳ Inviolable no significa que es absoluta, ni exenta de función social; significa solamente que ni el
estado ni los particulares pueden dañarla, turbarla, desconocerla o desintegrarla.
La inviolabilidad se garantiza a través de una serie de prohibiciones:
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a) Nadie puede ser privado de su propiedad sino mediante sentencia fundada en la ley (art. 17)
b) La confiscación de bienes queda borrada por siempre del código penal → La confiscación es el
apoderamiento de los bienes de una persona por parte del fisco.
c) Ningún cuerpo armado puede hacer requisiciones ni exigir auxilios de ninguna especie. → La
norma se refiere a requisiciones y auxilios por parte de cuerpos armados, y no está limitada a
prohibirlos solamente en tiempo de paz (distinto en tiempo de guerra).
La norma constitucional sobre inviolabilidad de la propiedad, coordinada con la que exige
indemnización en caso de expropiación, proyecta un principio general de nuestro derecho
constitucional, según el cual cuando un derecho patrimonial cede por razón de interés público o general
frente al estado, o sufre daño por actividad del estado o de los particulares, el daño debe ser
indemnizado, tanto si la actividad que los produce es ilícita o ilegítima cuanto si es lícita o legítima.
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Bidart Campos, tomo II (págs. 133 -153) – Capitulo XVIII
Su encuadre general
La expropiación es una de las limitaciones al derecho de propiedad en el tiempo, ya que la perpetuidad
de ese derecho es susceptible de extinguirse cuando el estado procede a expropiarlo.
La expropiación es el acto unilateral por el cual el estado priva de la propiedad de un bien al titular del
derecho sobre el mismo, con fines de utilidad pública, mediante calificación por ley e indemnización
previa e integral del valor de aquel bien. Así, es un instituto de derecho público, como que en él se
muestra con toda su fuerza la “potestas” del estado, que a través de un acto compulsivo desapropia sin
necesidad del consentimiento del expropiado.
Se distingue de las restricciones no indemnizables, donde hay una delgada línea ciertas veces difícil de
diferenciar.
Posee base legal y constitucional, y los fundamentos de la expropiación son:
- El bien común
- El carácter relativo del derecho de propiedad, que contiene claramente una cuestión social.
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genérica, o establecer la zona donde quedan comprendidos los bienes sujetos a expropiación.
Cuando el congreso no determina individualmente el bien, le corresponde hacerlo al poder
ejecutivo entre los genéricamente enumerados o dentro de la zona señalada; pero siempre es
imprescindible que la ley los haga “determinables”.
C) La indemnización previa: La exigencia de que antes de consumarse la expropiación (o sea,
de transferirse la propiedad) debe satisfacerse el pago de la indemnización, se halla impuesta en
la constitución. Por eso, es inconstitucional toda ley que posterga el pago de la indemnización
(total o parcialmente) para un tiempo posterior a la transferencia de la propiedad. Este tema,
especifica diversos aspectos:
● La indemnización debe ser justa e integral.
● Se debe tener en cuenta lo que vale el bien a la fecha de la sentencia.
● La indemnización tiene que pagarse en dinero.
Si bien el particular no puede negarse a una expropiación, y por lo tanto termina cediendo al
bien común, también es cierto que la indemnización que debe darse por esa expropiación debe
ser acorde.
La indemnización es volver al estado anterior, previa a la expropiación.
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paga no es nada más que el reemplazo y el resarcimiento de lo que se le quita: no gana ni
pierde.
El procedimiento expropiatorio
Ofrece dos vías posibles:
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- Avenimiento: Acuerdo entre expropiante y expropiado. Hace las cosas más rápidas, donde el
camino se cierra por acuerdo.
- Judicial. No siempre se llega a esta, ni es indispensable su uso.
El avenimiento entre el estado y el expropiado es un contrato administrativo innominado (de derecho
público). Cuando no hay avenimiento, el estado (si quiere consumar la expropiación) debe promover
juicio de expropiación contra el propietario con quien no alcanza el arreglo.
La retrocesión
Retrocesión significa retroversión o reintegro del bien expropiado al patrimonio de su propietario, en
razón de no haberse cumplido la causa de utilidad pública a la que estaba afectado. Es indispensable
tener en cuenta que la retrocesión es un instituto que solamente funciona “después” que se ha
perfeccionado y consumado la expropiación, o sea, que necesita haberse transferido la propiedad y
pagado la indemnización.
Son dos los supuestos de ausencia de utilidad pública:
- Que después de consumada la expropiación, el estado no destine el bien a la afectación para la
cual se lo declaró de utilidad pública;
- Que se lo destine a otro fin
Los requisitos de procedencia:
a) Se requiere que el fin de utilidad pública no se cumpla;
b) El expropiado que demanda por retrocesión debe reintegrar el monto de la indemnización
percibida, a tenor del siguiente principio: b‟) si el bien no ha sufrido modificaciones que
aumenten o disminuyan su valor económico, basta devolver la misma suma.
El abandono de la expropiación
Es un instituto que se configura cuando, una vez dictada la ley calificatoria de utilidad pública respecto
de uno o más bienes afectados a expropiación, transcurre cierto tiempo durante el cual el expropiante
permanece inactivo. Vencido ese plazo (que es resolutorio) ya no se puede expropiar, y la potestad
autorizativa para hacerlo queda extinguida.
El efecto del abandono es doble, según se lo contemple desde la posición del expropiante o del
expropiado:
a) Para el expropiante, significa que transcurridos los plazos de inactividad, ya no puede consumar
la expropiación; es como una “caducidad” de su facultad expropiatoria; pero, a la vez, significa
que el expropiado tampoco puede intimarlo, ni urgirlo, ni demandarlo para que lleve adelante la
expropiación.
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b) Para el expropiado, significa una certeza jurídica, ya que transcurridos los mismos plazos de
inactividad del expropiante, sabe que éste ya no podrá consumar la expropiación y, si lo
intentara, se le podría oponer como defensa que se ha producido su abandono.
c) Si el expropiante incurso en abandono quisiera expropiar el mismo bien después de operado ese
abandono, necesitaría una nueva ley calificatoria de la utilidad pública.
d) Si, abandonada la expropiación, el expropiante ocupa el bien o turba su propiedad, el
expropiado que opone el abandono no puede demandar la expropiación inversa (porque el plazo
de caducidad extinguió la potestad expropiatoria), y debe usar las acciones del derecho común.
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Bidart Campos, tomo II (págs. 155-183) - Capitulo XIX
I. Su encuadre general
La actividad financiera del estado y el poder tributario.
La llamada actividad financiera estatal -o publica- que se exterioriza en la obtención de recursos y en la
realización de gastos apareja, recíprocamente, la recaudación fiscal y la afectación de erogaciones.
La política fiscal, la política económica, y el ordenamiento normativo financiero no se desligan del
ordenamiento jurídico constitucional, razón por la cual es imposible y erróneo romper ese nexo y suponer que
la actividad financiera estatal es únicamente de naturaleza económica, o que puede anteponer los principios y
pautas de esa índole sin tomar en cuenta prioritariamente a la constitución.
La tributación.
La tributación fiscal abarca el sistema de impuestos, contribuciones y tasas.
a) Impuesto es la prestación patrimonial, generalmente en dinero, debida al estado sin contraprestación
especial, con el fin de satisfacer necesidades colectivas; en el impuesto, quien lo paga no recibe
beneficio concreto de ninguna índole, pero el estado atiende con su recaudación gastos generales.
b) Contribución es el tributo debido a quien obtiene una plusvalía o aumento de valor en un bien de que es
propietario, en razón de una obra pública o una actividad estatal. En la contribución, quien la paga ha
recibido un beneficio, que es el mayor valor incorporado a su propiedad privada, por el cual debe oblar
la contribución.
c) Tasa es la prestación que se paga en virtud de un servicio publico aprovechado; hay también, como en
la contribución, un beneficio recibido por el contribuyente, a diferencia de impuesto, en el que no se da
relación alguna con servicios o enriquecimiento proveniente de una actividad estatal.
El principio de legalidad traslada a la materia tributaria la pauta del art. 19: nadie puede ser obligado a hacer lo
que la ley no manda.
El principio de legalidad tributaria surge explícitamente del art. 17: solo el congreso impone las contribuciones
que se expresan en el art 4º. El termino “contribuciones” debe entenderse como comprensivo de impuestos,
tasas y contribuciones.
El principio de igualdad fiscal es una aplicación especifica de la regla de igualdad ante la ley. El art. 16 dice que
la igualdad es la base del impuesto; el art. 4º habla de “contribuciones que equitativa y proporcionalmente a la
población imponga el congreso”, y el art. 75 inc. 2º las califica de “proporcionalmente iguales”.
El principio de no confiscatoriedad apunta directamente al derecho de propiedad; como el tributo toma parte del
patrimonio o la riqueza del contribuyente, ese quantum debe mantenerse dentro de ciertos limites razonables;
cuando la parte absorbida es sustancial, se configura una confiscación inconstitucional.
El derecho judicial ha elaborado una pauta importante en el orden a la confiscatoriedad estableciendo que el
gravamen que absorbe mas del treinta y tres por ciento de la materia imponible es inconstitucional por lesión al
derecho de la propiedad.
El principio de finalidad exige que todo tributo tenga un fin de interés general. Como estándar muy elástico,
podríamos decir que la tributación no tiene como objetivo enriquecer al estado, sino lograr un beneficio
colectivo, común o público.
I. El constitucionalismo social.
Su surgimiento y contenido
En la primera postguerra del siglo XX adquiere un auge una forma de constitucionalismo a la que ha calificado
como social.
El constitucionalismo social se maneja con una pluralidad de lineamentos que, sin pretender agotar
específicamente, podemos clasificar así:
a) Inclusión en las constituciones formales de una declaración de derechos “sociales” y “económicos”,
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que abarcan el ámbito de la educación, la cultura, la familia, el trabajo, la asociación profesional o
sindical, la propiedad, la economía, la minoridad, la ancianidad, la seguridad social, etc.
b) Regulaciones en torno de la llamada cuestión social, que se refiere a: a) la situación del hombre en
función del trabajo; b) las relaciones entre capital y trabajo, clases sociales y factores de producción,
empleadores y trabajadores, sindicatos y estado.
Entonces, por un lado, el constitucionalismo acusa una tendencia a marcar la función social de los derechos; por
el otro, se preocupa por estructurar un orden social y económico a efectos de que la remodelación de obstáculos
permita a todos los hombres una igualdad de oportunidades y un ejercicio real y efectivo de las libertades y los
derechos subjetivos.
El salario mínimo.
El salario mínimo lleva dos aditamentos: ha de ser vital, concepto este que remite nuevamente a la suficiencia
para subsistir; y ha de ser móvil, es decir reajustable a medida que aumenta el costo de la vida o el proceso de
inflación.
La vitalidad y la movilidad procuran asegurar la capacidad adquisitiva del salario y su equivalencia con las
necesidades primarias del trabajador.
II. La huelga
El primero de los derechos gremiales que en importancia consigna la segunda parte del art. 14 bis es el de
huelga.
La reglamentación de la huelga.
El derecho de la huelga es uno de los que admiten reglamentación más estricta, pero siempre razonable. Cabe
aplicarle la pauta acuñada por la jurisprudencia de la Corte: “en cuanto mas alta sea la jerarquía del interés
tutelado, mayor podrá ser la medida de la reglamentación”.
Limitaciones severas son, por eso, razonables en algunos ámbitos del empleo publico y de los servicios básicos.
El derecho de la huelga es operativo, o sea, puede ser invocado y ejercido, aunque carezca de reglamentación
legal.
Que puede ser reglamentado no significa, entonces, que necesite reglamentación inexorable para funcionar.
V. La representación sindical
La garantía y sus efectos.
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En la parte del art. 14 bis dedicada a los gremios, la norma inserta un principio que, si bien se conecta con la
libertad sindical y con el derecho de las asociaciones sindicales, tiende a proteger al “trabajador” que es
representante gremial. Dice el articulo que “los representantes gremiales gozaran de las garantías necesarias
para el cumplimiento de su gestión sindical y las relacionadas con la estabilidad de su empleo”. Es pues, una
tutela al trabajador en razón de la función gremial que cumple.
La garantía reviste carácter personal o subjetivo a favor del trabajador representante, pero además otro sindical,
por lo cual su violación puede encuadrar en el tipo calificado como práctica desleal.
Al regular la estabilidad del representante gremial y al cohibir su despido, la ley no puede válidamente llegar al
exceso de exigir que, para proceder al despido, el “futuro sindical” del trabajador sea previamente allanado
mediante una especie de permiso a cargo de un organismo administrativo, ni tampoco conceder el privilegio de
que concurra similar autorización antes de que el representante sea sometido a un proceso penal.
La seguridad social
I. Su ubicación constitucional
La tercera parte del art. 14 bis esta dedicada a la seguridad social. La locución “seguridad social” ha
adquirido ya curso idiomático en el mundo del derecho, y se ha reflejado en el constitucionalismo social
contemporáneo.
El termino “seguridad” evoca su contrario, que es “inseguridad”. Lo que significa, entonces, es lo siguiente:
seguridad de que frente a ciertos “eventos” capaces de provocar necesidades determinadas, el sistema
ofrecerá “prestaciones” o “beneficios” con los cuales auxiliar o mitigar tales necesidades.
La prevención social.
La seguridad social elevada a rango constitucional absorbe el llamado derecho de la previsión social,
clásicamente estructurado en nuestro país sobre la base de las jubilaciones y pensiones.
Cualesquiera sean las definiciones y los términos, la seguridad social se maneja con dos columnas vertebrales, a
saber: a) el principio de integridad, que tiende a asumir todas las contingencias y necesidades sociales, y a
suministrar prestaciones cuyos montos queden debidamente preservados; b) el principio de solidaridad, que
tiende a hacer participar a todos en la financiación del sistema de prestaciones, y a garantizar contra las
exclusiones y las coberturas insuficientes.
El electorado pasivo.
El derecho electoral se ocupa asimismo del electorado pasivo, o sea, de los individuos que tienen capacidad
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política para ser designados. En este punto, nuestra constitución no contiene una norma uniforme, porque para
los distintos órganos de poder formula normas propias.
La prohibición de la reelección.
Las cláusulas constitucionales que prohíben la reelección de gobernantes no implican una proscripción lesiva
del derecho de ser elegido, ni violan el art. 23.2 del Pacto de San José de Costa Rica.
Tal criterio es aplicable a las constituciones de nuestras provincias que impiden la reelección del gobernador.
De el se desprende que la reforma de la constitución federal en 1994, que habilito una inmediata reelección del
presidente y vicepresidente de la república, no puede entenderse como obligación provisional de autorizar
también la reelección de los gobernadores locales.
El titular de ese derecho, al que latamente se da el nombre de “justiciable”, es tanto el hombre como las
personas jurídicas y asociaciones, y también a veces en sentido amplio el propio estado.
El derecho a la jurisdicción y la función del poder que se llama “administración de justicia” son como las dos
caras de una misma moneda. De un lado, en el ámbito del “poder”, el estado tiene la función de administrar
justicia; de otro, en el ámbito de los “derechos del hombre”, el justiciable tiene el derecho de requerir esa
función a su favor o de incitarla.
En conexión con el derecho a la jurisdicción, el nuevo derecho procesal viene hablando de “acceso a la justicia”
y de tutela judicial efectiva, con un enfoque que toma en cuenta las disponibilidades reales con que cuenta el
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justiciable.
El derecho a la jurisdicción no consiste solamente no se agota con el acceso al órgano judicial. Al acudir a el
solo se cumple una primera etapa. El desarrollo subsiguiente importa un despliegue del derecho a la
jurisdicción que, fundamentalmente, requiere: a) que se cumpla la garantía del debido proceso, cuyo meollo
radica en el derecho de defensa; b) que la pretensión se resuelva mediante la sentencia, que debe ser: 1)
oportuna en el tiempo; 2) debidamente fundada; 3) justa.
En el derecho judicial de la corte el principio fundamental contenido en el derecho a la jurisdicción se formula
diciendo que todo justiciable tiene derecho a que no se excluya compulsivamente la intervención de un órgano.
Los llamados “métodos alternativos”, que están hoy de moda para acelerar la solución de conflictos al margen
del poder judicial, no pueden ser impuestos obligatoriamente en reemplazo del proceso judicial.
La medición prejudicial obligatoria exige como mínimo, para su constitucionalidad, que:
a) No dilate demasiado la promoción del proceso judicial; y
b) También, a nuestro juicio, que la instancia de mediación y la persona del mediador no pertenezca ni
dependa del poder ejecutivo, lo que presupone que su organización y funcionamiento deben radicarse
en el área misma del poder judicial.
Siendo el derecho a la jurisdicción correlativo de la obligación que tiene el estado de prestar su función de
administrar justicia, para que aquel derecho y esta función se satisfagan, el estado debe a) establecer los
órganos (tribunales) del llamado poder judicial; b) asignarles jurisdicción y competencia; c) dictar las normas
del procedimiento.
La legitimación procesal.
Vemos sin duda alguna que el derecho a la jurisdicción requiere, para su abastecimiento efectivo el
reconocimiento de la legitimación procesal a favor de los justiciables que pretenden acceder a las vías
procesales para el reconocimiento y la tutela de sus derechos.
Bien puede decirse que el reconocimiento de la legitimación procesal equivale al reconocimiento del llamado
“status activus processualis”, o sea, una capacidad activa para provocar y tramitar el proceso, y/o para intervenir
en él, con la debida eficacia.
II. Falta
III. La garantía de los “jueces naturales”
Su concepto y alcance.
El derecho a la jurisdicción, en cuanto significa posibilidad de acceder a un órgano judicial, presupone que
dicho órgano debe ser el “juez natural” para la causa, es decir, el tribunal judicial cuya creación, jurisdicción y
competencia, provienen de una ley anterior al “hecho” originante de aquellas causas.
El art. 18 dice que ningún habitante de la nación puede ser “juzgado” por comisiones especiales, o “sacado” de
los jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Latamente, esta garantía tiene el nombre
tradicional de garantía de los “jueces naturales”.
La expresión “juez natural” goza de inventada vigencia en el léxico constitucional argentino, y pertenece por
igual y doblemente: a) a la parte dogmática de la constitución en cuanto es garantía de los habitantes, y b) a la
parte orgánica en cuanto se relaciona con los principios de organización del poder judicial y de la función de
administración de justicia.
La garantía de los jueces naturales no es privativa de la materia penal, sino extensiva a todas las restantes: civil,
comercial, laboral, etc.
La garantía de los jueces naturales, como todo contenido que integra los principios, declaraciones y garantías de
la constitución, obliga a las provincias, conforme el art. 5º. Por ende, cabe afirmar que los tribunales judiciales
provinciales, cuando quedan establecidos conforme a la pauta del art. 18 de la constitución federal, son también
jueces naturales.
Ello significa que jueces naturales no son, únicamente, los del poder judicial federal.
V. El debido proceso.
Su concepto y alcance.
“Es inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos”.
El debido proceso significa que: a) ningún justiciable puede ser privado de un derecho sin que se cumpla un
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procedimiento regular fijado por la ley; de no haber ley razonable que establezca el procedimiento, ha de
arbitrarlo el juez de la causa; b) ese procedimiento no puede ser cualquiera, sino que tiene que ser el “debido”;
c) para que sea “debido”, tiene que dar suficiente oportunidad al justiciable de participar con utilidad en el
proceso; d) esa oportunidad requiere tener noticia fehaciente (o conocimiento) del proceso y de cada uno de sus
actos y etapas, poder ofrecer y producir prueba, gozar de audiencia. En otras palabras, se inserta aquí la plenitud
del derecho de defensa.
Si hubiera que describir en síntesis la esencia del debido proceso, habría de decirse que consiste en la ya aludida
oportunidad o posibilidad suficientes de participar con utilidad en el proceso.
Los institutos de emergencia poseen dos características fundamentales: a) por un lado, producen un efecto en el
derecho constitucional del poder o parte orgánica de la constitución, cual es el de acrecentar ciertas
competencias del poder, reforzando las de alguno o varios de los órganos del poder; b) por otro lado, surten otro
efecto en la parte dogmática de la constitución originando una restricción de libertades, derechos y garantías
individuales.
La guerra.
Si bien la constitución prevé la fuera, nos hemos progresivamente convencido de que la encara únicamente
como guerra defensiva.
A esta afirmación nos conduce asimismo todo cuanto en la misma constitución hace referencia a la paz.
Actualmente, se valora como un derecho de la tercera generación el “derecho a la paz”.
La paz.
No queremos omitir en el tratamiento de la guerra un tema de capital importancia, cual es el de la paz.
Por de pronto, el preámbulo aluda a la paz “interior”. También a la “unión nacional.”
El “proveer a la defensa común” que aparece en el mismo preámbulo que contiene los reenvíos a la paz, la
unión, y el bienestar, nos hace pensar que también hay que defender la paz.
La ley marcial.
En nuestro derecho constitucional, la ley marcial no aparece dentro de la constitución formal. No obstante,
autores la consideraron implica en los poderes de guerra del gobierno federal.
El estado de sitio.
El estado de sitio es el único instituto reglado por nuestra constitución. Esta previsto para dos situaciones, cuyas
causas son:
a) Ataque exterior
b) Conmoción interior.
La crisis económica.
Las crisis económicas no están previstas en la constitución formal, pero se consideran emergencias
constitucionales cuando por razón de sus causas o de las medidas a que dan lugar, inciden en el ámbito
constitucional, sea para acrecer competencias del poder, sea para restringir con mayor o menos intensidad los
derechos individuales. La crisis económica puede acoplarse a otra emergencia y serle pararela o subsiguiente.
Para la crisis económica no suele existir un instituto de emergencia propio, adoptándose únicamente medidas de
emergencia que presuponen la existencia de la emergencia.
En nuestro país las crisis económicas han dado lugar a medidas como: moratorias hipotecarias, reducción de
tasas de interés, entre otras.
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Bidart Campos tomo II (págs. 371- 386) – Capitulo XXVI
Accion de Amparo
El perfil garantista
Ha sido común conceptuar al amparo como la acción destinada a tutelar los derechos y libertades que,
por ser diferentes de la libertad corporal o física, escapan a la protección judicial por vía del habeas
corpus. Es la protección de derechos constitucionales, como el derecho al trabajo. La acción de amparo
es que se protegen dichos derechos.
El amparo reviste desde siempre, en cuanto garantía, la naturaleza de una acción de inconstitucionalidad
y de un proceso constitucional.
“Podrán interponer esta acción contra cualquier forma de discriminación y en lo relativo a los derechos
que protegen al ambiente, a la competencia, al usuario y al consumidor, así como a los derechos de
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incidencia colectiva en general, el afectado, el defensor del pueblo y las asociaciones que propendan a
esos fines, registradas conforme a la ley, la que determinará los requisitos y formas de su organización.”
↳ También exige que exista un acto lesivo, pero circunscribe los bienes jurídicos y los
derechos protegidos por esa vía, y simultáneamente establece quiénes tienen disponibilidad
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de acudir al amparo para lograr esa misma protección. Entran las acciones de clase/Colectivas.
Bidart Campos tomo II (págs. 387- 393) – Capitulo XXVII / (págs. 395- 404) – Capitulo XXVIII
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El Habeas Data - El Habeas Corpus
Artículo 43 de la Constitución Nacional (Segunda parte)
El habeas data, ya acogido desde antes de la reforma constitucional de 1994 en el
constitucionalismo provincial y en el comparado, ahora está inserto en el tercer párrafo del art.
43. Es el amparo la acción habilitada para el caso.
Art 43: “… Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento de los datos a
ella referidos y de su finalidad, que consten en registros o bancos de datos públicos, o los
privados destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación, para exigir la
supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquéllos. No podrá afectarse el
secreto de las fuentes de información periodística. “
↳ Protege los datos personales/Habeas data: Cada persona tiene sus datos. El objeto tutelado
coincide globalmente con la intimidad o privacidad de la persona, ya que todos los datos a ella
referidos que no tienen como destino la publicidad, o la información a terceros, necesitan
preservarse. Ha de quedar bien en claro que la promoción del habeas data queda reservada, en
forma estrictamente personal, al sujeto a quien se refieren los datos archivados en el
banco de que se trate, siendo el único investido de legitimación procesal activa. Con esta
severa restricción, creemos que la legitimación pertenece no sólo a las personas físicas, sino
también a las entidades colectivas, asociaciones, organizaciones, etc., en la medida en que, por
igualdad con aquéllas, tengan datos registrados en los bancos públicos o privados.
“Cuando el derecho lesionado, restringido, alterado o amenazado fuera la libertad física, o en
caso de agravamiento ilegítimo en la forma o condiciones de detención, o en el de
desaparición forzada de personas, la acción de hábeas corpus podrá ser interpuesta por el
afectado o por cualquiera en su favor y el juez resolverá de inmediato, aun durante la vigencia
del estado de sitio.”
↳ Protege el cuerpo/Habeas corpus: Cada persona tiene su cuerpo. El habeas corpus es la
garantía tradicional, que como acción, tutela la libertad física o corporal o de locomoción, a
través de un procedimiento judicial sumario, que se tramita en forma de juicio. Dentro de las
variadas categorías de habeas corpus, cabe mencionar:
a) el habeas corpus clásico, o de reparación, que tiende a rehabiliatr la libertad física
contra actos u omisiones que la restringen o impiden sin orden legal de autoridad
competente;
b) el habeas corpus preventivo, que se dirige a frenar las “amenazas” ciertas e
inminentes para la libertad física;
c) el habeas corpus correctivo contra toda forma ilegítima que agrava la condición de
una persona legalmente privada de su libertad;
d) el habeas corpus restringido contra molestias que perturban la libertad de locomoción,
sin llegar a la privación de libertad (seguimientos, vigilancias, impedimentos de
acceder a lugares como el domicilio, el sitio de trabajo o estudio, etc.).
Las tres acciones son distintas, pero con categorías y características distintas, a pesar de que estén
en el mismo artículo.
- Amparo → Protege los derechos constitucionales
- Habeas data → Protege los datos personales
- Habeas corpus → Protege el cuerpo
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