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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

Ciclo: VIII

ANALISIS DE CASO

Este es el caso de la madre de Juan (nombre figurado), niño de 6,5 años cuando llegaron a
consulta. La madre estaba emocionalmente rota. En aquellos momentos eran frecuentes los
insultos graves hacia ella (“hija de puta”) y una constante manipulación afectiva poniéndola a
prueba a cada momento. Así era frecuente que en determinadas situaciones sociales
(aniversarios, encuentros padres, actividades varias) su hijo la insultara o vejara en público con
verbalizaciones como “Vete de aquí” “No te quiero ver”. La madre además había tenido que
soportar los inevitables comentarios de terceras personas al respecto de la educación de
algunos niños lo que aún hacia estar más insegura en cualquier situación con su hijo.
Las relaciones en casa con la madre eran muy complicadas con episodios frecuentes de
desobediencia y desafío a su autoridad. Con el padre estas situaciones eran de menor
intensidad, si bien, era la madre quien pasaba la mayor parte del tiempo con Juan.
Juan, pese a ser hijo único, parecía alternar una gran necesidad de atención y afecto por parte
de su madre (preguntarle constantemente si le quería, interrumpir conversaciones con otras
personas, celos del padre, etc.) y al mismo tiempo iban produciéndose episodios de
menosprecio y agresividad verbal. En algunos momentos, especialmente si la madre era capaz
de mantener la calma, los menosprecios podían volverse hacia el mismo, victimizándose de
que era “muy malo” “se le iba la cabeza” o “tengo ideas de bombero…”La madre solía
responder ante estas conductas con un gran temor e inseguridad hasta el punto de ver a su
hijo como un problema para su propia estabilidad emocional y manifestaba haber perdido el
amor de madre, llegando a odiar el período vacacional porque suponía estar más tiempo con
su hijo.
Era evidente que la familia estaba desbordada y necesitaban ayuda psicológica para cambiar
todo este panorama.
En el colegio se habían empezado a producir algunas conductas impulsivas (pegar a algún
compañero) por lo que había sido castigado. A Juan no le gustaba contar estos episodios en
casa y cuando lo hacía solía victimizarse (“no me puedo controlar”, “todos los niños me van a
odiar”).

Juan pertenece a una familia normal de clase media acomodada y nivel de estudios
universitario. La familia nuclear está compuesta por los padres y Juan. Viven en el centro de la
ciudad en un amplio piso. Ambos padres trabajaban en el momento de la evaluación del caso.
Ho hay ningún otro factor de riesgo informado por la familia.
El padre obedecía a un perfil bastante rígido e impulsivo y el niño de pequeño había
presenciado ciertos episodios hostiles (verbales) del padre hacia la madre. Estos episodios
aumentaron a raíz de que el padre sufriera un accidente de coche y estuviera dos meses
reposando en casa. Esto había deteriorado las relaciones de la pareja hasta el punto que se
planteó por parte de la madre una posible separación que no se produjo. Cuando llegaron a
consulta el padre estaba totalmente implicado en encontrar ayuda para corregir los
comportamientos de Juan, especialmente con su madre.

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