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Identificación del paciente

María (M) es una niña de 3,1 años de edad adoptada en Nepal y llega a España a la
edad de 11 meses. Tiene un hermano, también adoptado, de 6 años y ambos padres
de 40 años. El nivel sociocultural de la familia es medio-alto y los padres muestran
una relación positiva entre ellos, siendo una familia bien organizada y unida.

Motivo de consulta

Los padres acuden a consulta derivados por su pediatra por los problemas de
ansiedad de separación y de conducta especialmente durante el último año Estas
dificultades interfieren negativamente en la dinámica familiar, asimismo presenta
problemas de lenguaje.

Historia del problema

Al mes de nacer M. ingresa en una institución donde convivía junto con otros 30
niños. A los 9 meses, estuvo con una familia de acogida hasta el momento de la
adopción. Los padres indican que no parecía haber establecido vínculo con una figura
de referencia, ni en el orfanato ni con la familia de acogida. Al llegar a España, la
exploración médica realizada refleja un buen estado de salud. No ha sufrido
enfermedades relevantes.

En los hitos evolutivos, el desarrollo motor fue lento, anduvo a los 18 meses,
actualmente, es ágil tanto en la motricidad fina como en la gruesa. respecto a los
hábitos de autonomía, fueron adquiridos con normalidad (esfínteres, alimentación,
sueño y vestido). En el área de la comunicación y el lenguaje, en el momento de la
adopción los padres no apreciaban problemas en la comprensión y, a nivel expresivo,
producía vocalizaciones y su evolución fue lenta. Actualmente continúa con retraso y
recibe estimulación en su centro escolar. A lo largo del proceso de adaptación a la
familia presentó problemas de conducta, y actualmente, continúa manifestándolos,
aunque en menor medida: es retadora, se frustra con facilidad y utiliza el silencio
como forma de llamar la atención. A nivel social, la describen como una niña tímida,
retraída, miedosa, meticulosa y ordenada. Los cambios le cuestan, mostrándose poco
flexible. Además, informan de la dificultad para separarse de la madre limitando la
vida social de la niña y de la familia. Ante estas situaciones la madre se angustia y la
atiende y coge en brazos porque atribuye que su hija "se siente poco querida" tiene
"falta de afecto" y "tiene miedo de que la abandonen".

Fue escolarizada en guardería a los 17 meses con problemas de adaptación,


estableciendo con su profesora un vínculo especial, no separándose de ella mientras
permanecía en la escuela. Con el inicio de Educación Infantil también, a los 2,9 años,
también tardó en adaptarse, llorando de forma persistente durante los dos primeros
meses. Se mostraba inhibida y rehusaba hablar con los profesores y los niños. Los
profesores también atribuían que estos comportamientos eran debidos a "la necesidad
de afecto de la niña".
HISTORIA DEL PROBLEMA
El niño L.A.V.A con edad de 11 años viene presentado una serie de comportamientos
problemas desde que tenía 6 años de edad, presentando dificultades
académicas ,comportamiento desordenado, se distraía con facilidad, el niño siempre ha
vivido con su madre y su abuela materna, ellas manifestaron que el niño tendía a distraerse
con facilidad, que no recuerda información, no seguía ordenes ni instrucciones sencillas,
parecía no escuchar cuando se le habla directamente y que el niño es muy impulsivo,
además de eso el niño sufrió también maltrato por parte de sus compañeros de clases, la
madre también refiere que desde los 6 años de edad el niño no se concentra iba al colegio y
era muy inquieto, corría por todas partes y no prestaba atención, también refiere que el
padre del niño nunca ha vivido con ellos y que no tienen una buena comunicación, ella al
ver los comportamientos que tiene su hijo decide llevarlo a psicología por primera vez en
donde lo evaluaron y diagnosticaron con una PERTURBACIÓN DE LA ACTIVIDAD
Y DE LA ATENCIÓN , la madre refiere que su embarazo no sufrió ningún tipo de
complicaciones y que no consumió ningún tipo de sustancia psicoactiva que pudiera alterar
de alguna forma la formación del niño en el vientre, actualmente el niño sigue presentando
muchos de los comportamiento antes mencionados siendo más evidentes por su edad y en
los cuales no ha presentado una mejoría comportamental, también se evidencia por medio
de los profesores que sigue sufriendo de bullying por parte de sus compañeros y que los
problemas en vez de mejorar siguen en un aumento significativo

Este es el caso de la madre de Juan (nombre figurado),


niño de 6,5 años cuando llegaron a consulta. La madre
estaba emocionalmente rota. En aquellos momentos eran
frecuentes los insultos graves hacia ella (“hija de puta”)
y una constante manipulación afectiva poniéndola a
prueba a cada momento. Así era frecuente que en
determinadas situaciones sociales (aniversarios,
encuentros padres, actividades varias) su hijo la
insultara o vejara en público con verbalizaciones como
“Vete de aquí” “No te quiero ver”. La madre además
había tenido que soportar los inevitables comentarios de
terceras personas al respecto de la educación de algunos
niños lo que aún hacia estar más insegura en cualquier
situación con su hijo.
Las relaciones en casa con la madre eran muy
complicadas con episodios frecuentes de desobediencia y
desafío a su autoridad. Con el padre estas situaciones
eran de menor intensidad, si bien, era la madre quien
pasaba la mayor parte del tiempo con Juan.
Juan, pese a ser hijo único, parecía alternar una gran
necesidad de atención y afecto por parte de su madre
(preguntarle constantemente si le quería, interrumpir
conversaciones con otras personas, celos del padre, etc.)
y al mismo tiempo iban produciéndose episodios de
menosprecio y agresividad verbal. En algunos
momentos, especialmente si la madre era capaz de
mantener la calma, los menosprecios podían volverse
hacia el mismo, victimizándose de que era “muy malo”
“se le iba la cabeza” o “tengo ideas de bombero…”La
madre solía responder ante estas conductas con un gran
temor e inseguridad hasta el punto de ver a su hijo como
un problema para su propia estabilidad emocional y
manifestaba haber perdido el amor de madre, llegando a
odiar el período vacacional porque suponía estar más
tiempo con su hijo.
Era evidente que la familia estaba desbordada y
necesitaban ayuda psicológica para cambiar todo este
panorama.
En el colegio se habían empezado a producir algunas
conductas impulsivas (pegar a algún compañero) por lo
que había sido castigado. A Juan no le gustaba contar
estos episodios en casa y cuando lo hacía solía
victimizarse (“no me puedo controlar”, “todos los niños
me van a odiar”). Algunos antecedentes de interés:
Juan pertenece a una familia normal de clase media acomodada y nivel de estudios
universitario. La familia nuclear está compuesta por los padres y Juan. Viven en el centro
de la ciudad en un amplio piso. Ambos padres trabajaban en el momento de la evaluación
del caso.
Ho hay ningún otro factor de riesgo informado por la familia.
El padre obedecía a un perfil bastante rígido e impulsivo y el niño de pequeño había
presenciado ciertos episodios hostiles (verbales) del padre hacia la madre. Estos episodios
aumentaron a raíz de que el padre sufriera un accidente de coche y estuviera dos meses
reposando en casa. Esto había deteriorado las relaciones de la pareja hasta el punto que se
planteó por parte de la madre una posible separación que no se produjo. Cuando llegaron a
consulta el padre estaba totalmente implicado en encontrar ayuda para corregir los
comportamientos de Juan, especialmente con su madre.

4- Historia evolutiva
Nacido de parto natural pero con ayuda de fórceps. Primeras palabras a los 14-15 meses.
Empezó a andar al año y medio. Percentiles de peso y talla siempre por encima de su edad.
No hay enfermedades relevantes ni ningún tipo de intervención o accidente. Control de
esfínter nocturno no asumido hasta los 6 años. Alergia a algunos alimentos (algunos tipos
de fruta).
Cuidadores habituales los padres hasta los 7 meses que empezó en la guardería.
Juan tiene cierta torpeza motriz.
Patrón de sueño bastante normalizado si bien hay días que parece muy inquieto con
despertares nocturnos.
Los primeros informes escolares (P-4, P-5) determinan una buena adaptación a la escuela y
la consecución sin ningún tipo de problema de los objetivos de aprendizaje. Actualmente
está en el ciclo de Primaria y no hay ningún tipo de problema o retraso en su aprendizaje.
Los padres definen a Juan como desafiante e impulsivo (primero hace, luego piensa). A
nivel emocional como muy sensible y baja autoestima, si bien, puede mostrarse también
alegre en muchas ocasiones.

dentificación del pacienteMaría es una chica de 13 años y 9 meses. Asiste a un colegio


concertado desde los 3 años. En el momento en el que acude a consulta cursa 2º de
ESO. Vive con su madre (42 años) que se encuentra en el paro actualmente y con el
marido de ésta (39 años) que dirige un restaurante. Sus padres se separaron cuando
ella tenía 6 años y visita a su padre semanalmente. El nivel sociocultural familiar es
medio-alto.Historia del problemaLa madre informa que desde hace unos meses María
está teniendo un comportamiento muy diferente tanto en casa como en el colegio.
Siempre está a la defensiva, discuten a menudo, reprocha cualquier comportamiento
de su madre y la desafía en multitud de ocasiones.Según la madre, María ha sido una
chica sensible, obediente y con un rendimiento escolar bueno, siempre han
mantenido una buena relación entre ambas así como confianza. Afirma que nunca ha
exteriorizado los sentimientos y que no mostró cambios ni actitudes negativas
durante la separación de los padres. La relación con el padre es difícil, ya que la
madre relata que María no está de acuerdo en tener que irse con él fines de semana
alternos, puesto que según le cuenta tienen dificulta-des a la hora de comunicarse y
que le da miedo hablarle sobre algunas cosas y pedirle ayuda con las tareas escolares
y el estu-dio, porque este se altera y le grita, incluso en alguna ocasión ha tenido que
ir a recogerla antes del día previsto tras recibir una llamada de la niña pidiéndole irse
de allí. La relación entre ambos padres no es buena, mantienen continuas discusiones
sobre la manutención y la situación de su hija. Durante el curso anterior María
empezó a salir con un grupo nuevo de amigas de clase y fue cuando empezaron los
problemas, discusiones continúas con su madre, quejas y desobediencia.
Posteriormente, tuvo problemas con este grupo de ami-gas, que se metían con ella y
le acosaban en el colegio, hasta que la madre le prohibió verlas de nuevo. María
continuó quedando con el grupo de amigas a espaldas de la madre con continuas
mentiras.Actualmente, ha cambiado de grupo de amigas pero las conductas problema
y las discusiones en casa continúan. Según la madre, tiene una actitud pasiva en casa
y es maledu-cada: no saluda ni se despide de los miembros de la familia, no recoge la
habitación ni hace las tares correspondientes y que la comunicación con ella es
prácticamente inexistente. En el colegio María continúa viendo a las antiguas amigas,
sigue con conductas problemáticas, estudia poco y falta a la entrega de trabajos y
deberes. El tutor se puso en contacto con la madre con quejas de varios profesores de
mal comportamiento e interrupciones en clase, peleas con compañeros, expulsiones
de clase y múltiples suspensos. Los profesores afirman que María es una niña muy
buena y muy capaz de sacar el curso con buenas notas. Final-mente, animan a la
madre a pedir ayuda ante esta situación.Motivo de consultaLa madre informa que el
comportamiento de María, tanto en el colegio como en casa, ha empeorado
considerablemente. Tal es el cambio que desde el colegio han animado a la madre a
buscar una solución. En casa las peleas son continuas: discu-siones y desobediencia
por parte de su hija así como una mala relación con el marido de la madre. Desde el
colegio informan que ésta, siempre ha sido buena estudiante y nunca ha tenido
llamadas de atención hasta el último año, en el cual se han venido repitiendo
continuos castigos y viéndose una disminu-ción considerable del rendimiento escolar

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