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El tutunaku la aprendí gracias a la interacción constante que tuve con niños de la misma
edad que yo, desde los 5 a 8 años; por su parte el español como primera lengua la aprendí
de mis padres y hermanos.
En los años que no curse la escuela, estuve en interacción con mis vecinos que hablaban el
tutunaku, por su parte yo les compartía el español hablado, llegando a veces a una
conversación muy repelente. Luego de varios años de interacción logre adoptar varias
palabras que me permitieron iniciar un dialogo y comprender lo que el emisor me transmitía.
Al iniciar la primaria, aprendí a leer y escribir en español, mas lograba ya manejar el tutunaku
como segunda lengua de comunicación con la gente que la practicaba.
Ahora que me encuentro como maestro frente a grupo, me doy cuenta que existen niños en
su mayoría que apenas se incursionaron en la práctica del habla y escritura del tutunaku, por
mi parte el dominio lingüístico del sistema de escritura del tutunaku y español que tengo me
facilita su enseñanza.
Sin duda alguna las situaciones de aprendizaje que como docente propongo dentro del aula
desarrollan en los niños habilidades de adquisición y dominio de la lengua tanto oral como
escrita del tutunaku y del español.
Por otra parte, reconozco del español su extenso dominio sobre la población practicante y
sus usos muy sobresalientes al lado de las lenguas indígenas.
Hablar el español ha significado para mí un contacto con el exterior, fuera del terreno
lingüístico que logra dominar el tutunaku.
Una de las diferencias que implica enseñar en lengua materna y segunda lengua por
“separado” es que la lengua materna la adquiere con mayor facilidad, sin embargo si las dos
se toman como complemento de la una con la otra el proceso se vuelve más fácil, pues los
niños adquieren y adoptan las mismas habilidades para el dominio del sistema de escritura
de ambas lenguas, a excepción del dominio oral, que por las situaciones de aprendizaje y
por el uso en casa, podría tener ciertas limitantes.
Ambas sirven como medio de instrucción y objeto de estudio, pues de su estudio depende el
dominio que los alumnos tendrán al finalizar un ciclo escolar.
1. Ubicación de mi grupo:
L1 L2
Expresa con fluidez sus ideas No mucho Si
Entabla diálogos No siempre Si
Describe imágenes o situaciones Pocas veces Si
Relata sus experiencias Pocas veces Si
Sabe escuchar No mucho Si
Otras
L1 L2
Lee palabras sencillas Si Si
Escribe su nombre propio Si Si
Maneja normas convencionales Si Si
Comprende los enunciados No mucho Si
Otras
5. El bilingüismo de mis alumnos y sus actitudes hacia las lengua que manejan:
Para los alumnos de segundo grado de primaria, cuando hablar, cuando rechazar o cuando
preferir hablar una u otra lengua será por la facilidad con la que se utilice y con las personas
que la practique. También tiene que ver el propósito del uso que le dé, pues no es igual que
lo hable con una persona extraña y que tenga una fluidez muy madura a que lo utilice con un
compañero que lo hable en las mismas condiciones y situaciones.
Algún aspecto que propongo mejorar en base a mi autodiagnóstico es saber más sobre la
lengua que yo hablo, como sus orígenes para poder darme cuenta de las implicaciones que
requiere para que mis alumnos también logren adquirirla y le den un uso eficiente.
Por otra parte, aspectos como los conocimientos, habilidades y actitudes que tienen mis
alumnos en base a la primera lengua que es el tutunaku, me sirven para mejorar también
mis estrategias de enseñanza.