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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Zaragoza


Carrera de Psicología
Psicología Educativa

Etapa de Formación PROFESIONAL

Fecha Agosto 2021, PERIODO EB/21

EXAMEN EXTRAORDINARIO
AUTOESTIMA EN ADOLESCENTES

Palacios Antonio Alejandra


nastapalacios@gmail.com

Sinodal: _MARCO ANTONIO CARDOSO GÓMEZ


mcardoso@unam.mx
Introducción

La etapa de la adolescencia es bastante complicada, ya que se atraviesan


cambios que afectan emocional, física y psicológicamente. Se ha comprobado que
es justamente en esta etapa cuando la autoestima tiende a bajar, por lo que se
genera una vulnerabilidad. La adolescencia es una etapa de intensos cambios
sociales, psicológicos, biológicos, sexuales y neuropsicológicos. Se identifica
como una etapa de crisis en el desarrollo del ser humano, que eslabona como
período de transición, entre la niñez y la adultez (Díaz, Fuentes & Senra, 2018).

La autoestima es muy importante, ya que afecta la forma en la que nos percibimos


y nos sentimos con nuestra imagen. Puede determinar la comodidad con la que se
enfrentan los retos de la adolescencia y la manera de desarrollarse en los
diferentes ámbitos de la vida, como en el académico o en las relaciones
interpersonales. La formación del conocimiento de sí mismo o autoconcepto se
desarrolla paralelamente a la autoestima, la cual es comprendida como la
valoración que hace el sujeto de sí mismo, de las distintas dimensiones que
configuran su personalidad (Díaz, Fuentes & Senra, 2018).

El desarrollo de la autoestima tiene su inicio en la infancia, sin embargo, la


adolescencia es uno de los períodos más críticos para su desarrollo. Esto se debe
a la búsqueda de la identidad en un proceso de cambios, tareas evolutivas e
interacción social activa con la familia, la escuela, los iguales y los medios de
comunicación (Díaz, Fuentes & Senra, 2018).

Cuando se cursa la adolescencia, se comienza un viaje para definir qué tipo de


persona adulta queremos ser y hacia dónde irá enfocada nuestra atención y para
ello, la participación de la autoestima es indispensable, ya que, mientras más
seguros y aceptados nos sintamos, más sencillo es construir una identidad estable
y sana, sin el peligro de caer en conductas de riesgo. Una adecuada formación de
la autoestima conlleva al crecimiento de adolescentes estables, sanos y con
herramientas adecuadas para asumir cambios propios del período evolutivo (Díaz,
Fuentes & Senra, 2018).

La autoestima resulta uno de los indicadores más potentes de ajuste psicológico y


adaptación social por lo que es fundamental aumentar el bienestar que los
adolescentes sienten con ella. Esta es una tarea que debe asumir la escuela, junto
a la familia, como fuentes fundamentales de educación y socialización durante la
adolescencia (Díaz, Fuentes & Senra, 2018).

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Una mala imagen de nosotros mismos, puede desencadenar problemas
psicológicos que pueden afectar el rendimiento escolar, la salud mental, la forma
de interactuar con los demás y el desarrollo como persona. La baja autoestima en
los adolescentes es un factor de riesgo para la aparición de problemas
psicológicos y sociales como los trastornos de alimentación, la preocupación
exagerada por la imagen corporal; así como las ideaciones e intentos suicidas,
sentimientos de inferioridad, depresión, aislamiento social, la deserción escolar,
situaciones de delincuencia, el refugio en las drogas, entre otros (Díaz, Fuentes &
Senra, 2018).

El desarrollo adecuado de la autoestima constituye un factor protector de varios


problemas psicológicos y se piensa que el éxito escolar guarda gran relación con
la autoestima del adolescente. La autoestima facilita a los adolescentes tener una
buena adaptación social; ya que el desarrollo de la identidad contribuye a este
proceso adaptativo. Una elevada autoestima se relaciona positivamente con una
mayor satisfacción con la vida. Se constata que los adolescentes con una
autoestima elevada interpretan las experiencias negativas de un modo más
funcional (Díaz, Fuentes & Senra, 2018).

Los adolescentes con autoestima alta realizan una mayor planificación de las
respuestas en el ámbito académico, desarrollan relaciones más gratas con los
iguales y están más capacitados para trabajar productivamente y ser
autosuficientes (Díaz, Fuentes & Senra, 2018). Si se ofrece un buen apoyo,
familiar y escolar, al adolescente, este puede crecer y tomar decisiones sin miedos
o preocupaciones, lo que más adelante, lo convertirá en una persona segura y
participativa. Esto puede desencadenar una serie de conductas positivas que
contribuirán a una autorregulación eficaz.

La autoestima no es innata, se adquiere y se va desarrollando a lo largo de toda la


vida, a través de las experiencias que se tienen en los diferentes contextos de
actuación. Esta se aprende, cambia y se puede mejorar. La escuela, como una de
las principales fuentes de socialización, es un contexto donde los adolescentes
aprenden importantes pautas de relación con los iguales y profesores (Díaz,
Fuentes & Senra, 2018).

Estudios previos también han señalado la importancia del contexto escolar y de la


integración social del alumno en relación con su autoestima. Los factores
escolares tienen, por tanto, gran importancia en el desarrollo de la autoestima del
adolescente (Díaz, Fuentes & Senra, 2018). En México, el ambiente escolar, tanto
por parte de los docentes y el alumnado, tiende a ser tenso. Una razón podría ser
la falta de empatía o nuestra cultura, que siempre nos ha incitado a las burlas y

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maltratos para demostrar que alguien es más fuerte. También es verdad que
carecemos de mucha información y actuamos sin conocer las repercusiones a
futuro.

La escuela debe ofrecer al adolescente la posibilidad de expresarse y expresar


sus emociones a través de manifestaciones artísticas, sin preocupaciones
teóricas. Además, debe ser un ambiente propicio para la socialización,
favoreciendo el desarrollo de las relaciones interpersonales y grupales entre los
adolescentes. Es recomendable que el personal docente se forme en cuanto al
tema de la autoestima (Díaz, Fuentes & Senra, 2018). Es responsabilidad de
todos, más del grupo de apoyo social con el que el adolescente interactúa más,
informarse y formar individuos sin complejos, dudas o temores. Adolescentes
conscientes y libres de expresarse sin que se les juzgue o humille. Fomentar la
sana convivencia entre pares y las medidas de prevención para evitar conductas
de riesgo.

Métodos de investigación

Los métodos de investigación cuantitativa se usan principalmente para comparar


datos con orientación numérica. El rigor científico se fundamenta en la fiabilidad y
la validez de los datos. Casi todos los artículos que leí utilizaron el mismo método
para sus investigaciones. Formularon una pregunta de investigación y le aplicaron
pruebas a un grupo de personas, que fueron seleccionados a partir de varios
criterios (conforme al tema de investigación) para comprobar sus hipótesis o
descartarlas y estudiar otro aspecto del mismo tema. Interpretaron la información
con gráficos y estadísticos y al final validaron los datos.

Este tipo de método me parece bastante completo, aunque puede ser laborioso y
tardado. Pero comprobar la información a través de estudios descriptivos-
correlacionales vale la pena, además de que se pueden comparar con previas
investigaciones y enriquecer la información en general del tema investigado, para
futuras investigaciones o para hacer ver un punto o situación problemática que
antes no era tan notada. El hecho de tener datos numéricos también les concede
un grado de confianza mayor y es posible descartar más rápido si existe alguna
relación entre las variables planteadas.

Sólo un artículo utilizó un método distinto y este fue un método de investigación


cualitativa, el cual sirve para entender el significado de un fenómeno, donde las
palabras son el dato de interés. El rigor científico en estos métodos se basa en la
credibilidad, la confiabilidad, la transferibilidad y la consistencia general. La meta
de este artículo era informar sobre la relación que existe entre la autoestima, la

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adolescencia y el desempeño de los jóvenes en los diferentes contextos de su
vida.
Este método, en mi opinión, es muy útil para dar a conocer un tema y recabar la
información más importante, pero como no cuenta con datos numéricos o alguna
comprobación empírica, es difícil tomar en cuenta la información, puede contribuir
al marco teórico o para la introducción, pero no para comparar resultados o
avanzar sobre el tema que se estudia.

Estos dos tipos de métodos son los más aplicados, ya que aportan información
veraz y confiable sobre los temas que se quieren estudiar. Tampoco implican
grandes costos o años para llevar a cabo la investigación, así que son accesibles,
se pueden combinar para complementar áreas que, uno por sí sólo, no pueden
llenar.

Resultados y conclusiones

El suicidio se da, en su mayoría, por factores motivacionales y cognitivos que


producen dilemas existenciales y no tanto por una autoestima baja. Las personas
que se piensan inútiles tienen aún más riesgo de suicidio en la adolescencia, pues
se rinden ante la vida y esto les hace sentir desesperanza. El riesgo alto de
desesperanza se asoció también a tener un futuro oscuro, desagradable, vago e
incierto (factor cognitivo), e impotencia para cambiar las cosas, pesimismo,
frustración, incredulidad ante otros, y una elevada desilusión (factor motivacional),
(Andrade, 2017).

Por otro lado, podemos concluir que la mejor perspectiva de valoración de la


autoestima en un adolescente es una perspectiva multidimensional, pues puede
variar dependiendo de la dimensión en la cual se valore a sí mismo. Otro factor
que varía la autoestima de un adolescente es el género, pues en esta etapa se
atribuyen roles y estereotipos que se desarrollan según las experiencias de la
persona y del contexto en el que se desenvuelve. Es por eso que es
recomendable que el personal docente se forme en cuanto al tema de la
autoestima y ayude al niño desde una temprana edad.

El principal factor de riesgo suicida fue de tipo motivacional, seguido por el factor
afectivo y cognitivo, de lo cual es posible afirmar que la desesperanza es
impulsada principalmente por aspectos motivacionales de un fuerte contenido
emocional-afectivo, más que por cogniciones sólidamente configuradas; de allí
que la autoestima requiera un nivel importante de cognición, pero que se
determine de acuerdo a la vivencia afectiva de cada sujeto, lo cual está
íntimamente relacionado con la experiencia subjetiva de cada persona y su

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capacidad de sobreponerse y resistir ante la adversidad (resiliencia), (Andrade,
2017).

En la mayoría de estos artículos, los resultados que se obtuvieron coinciden con


otros estudios en donde se ha encontrado que una alta autoestima disminuye el
riesgo suicida y a la inversa. Esto se corrobora con hallazgos empíricos, por
ejemplo, quienes encontraron niveles ligeramente más bajos de autoestima y
mayor puntuación en la variable desesperanza en adolescentes chilenos con
intento suicida respecto a los que no. En la población evaluada el riesgo de suicido
no tuvo correlación significativa con la autoestima baja, aunque sí con la
desmotivación individual que responde a estados psicológicos alterados (Andrade,
2017).

Se puede afirmar que, al comparar diversas investigaciones hechas sobre este


tema, estos resultados son similares a los hallazgos de investigaciones que
revelan el incremento del riesgo de suicidio en adolescentes cuando persisten
problemas de motivación respecto al funcionamiento familiar, depresión, presiones
ambientales, consumo de sustancias psicoactivas, fracasos escolares y otras
variables socio ambientales (Andrade, 2017). Esto nos sirve de indicador para
poner más énfasis en el apoyo familiar y para poder crear consciencia sobre
algunas conductas nocivas para la salud mental, que pueden llegar a provocar el
suicidio.

Discusión

Los participantes obtuvieron niveles altos de autoestima y niveles medios de


ansiedad, siendo más elevados en la ansiedad rasgo frente a la ansiedad estado.
A pesar de no existir diferencias significativas en función del género, la autoestima
alcanza valores superiores en hombres que en mujeres. Esta diferencia de género
en la autoestima ha sido puesta de manifiesto en estudios precedentes de forma
divergente. El nivel de ansiedad en nuestros alumnos y alumnas es medio, y que
ambos niveles de ansiedad son mayores en mujeres que en hombres, en nuestra
muestra (Hernández, 2018).

Consejos y procedimientos de enseñanza para fortalecer y desarrollar la


autoestima en los adolescentes desde la escuela:

 Estimularlos a emprender acciones y reconocerle sus éxitos.


 Estimularlos y ayudarlos a la realización de ejercicios físicos.
 Crearles ambientes de tranquilidad, seguridad y confianza.

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 Ayudarlos a solucionar problemas de aprendizaje y educación.
 Inculcarles la idea de que sí pueden y son capaces.
 Evaluarles el proceso de aprendizaje tanto como los resultados.
 Enfatizar en sus actitudes tanto como en los conocimientos.
 Enseñarles a sentarse relajadamente y respirar profundamente.
 Desarrollarles habilidades para relacionarse con los demás.
 Enseñarlos con el ejemplo personal a amarse a sí mismos, a la familia, a
los amigos, a la patria, a la naturaleza, y a la sociedad.

La autoestima impacta en las conductas de riesgo de suicidio de los adolescentes


independientemente del alto o bajo apoyo familiar por lo cual recomiendan la
intervención fortaleciendo la autoestima, es decir, se reitera el papel protector de
la autoestima (Honorato, 2019). Como la mayor parte de artículos de autoestima
adolescente están relacionados con el suicidio y/o la desesperanza, me pareció
importante incluir que un buen desarrollo académico y familiar para construir una
buena autoestima, es vital para la prevención de conductas dañinas y para evitar
el suicidio.

Con relación al sexo, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas


entre hombres y mujeres, en el grupo con riesgo suicida, así como con el grupo
sin riesgo suicida; por tanto, parece ser que entre hombres y mujeres del mismo
grupo de clasificación se encuentran características similares (Honorato, 2019). En
esta parte hay discrepancias, ya que en unos artículos se dice que no existen
diferencias significativas y en otros afirman que las mujeres tienen menos
autoestima que los hombres. Por lo que se recomienda realizar más estudios
enfocados en estas variables, para poder llegar a un resultado unánime.

Finalmente, teniendo en cuenta las variables del estudio, observamos la existencia


de una relación negativa entre la autoestima y la ansiedad estado y ansiedad
rasgo. En concreto, a mayor autoestima, menores niveles en las otras variables,
siendo algo menor la ansiedad rasgo. Observamos que el nivel de autoestima de
la muestra es alto, siendo dicho porcentaje mayor en alumnos que en alumnas.
Por otro lado, el nivel de ansiedad estado y ansiedad rasgo analizado corresponde
a un nivel medio, aunque observamos una distinción en función del género, siendo
este nivel mayor en las alumnas (Hernández, 2018).

Los resultados obtenidos indican que deben hacerse esfuerzos para implementar
medidas que contribuyan a promover, en los adolescentes, una mejor percepción
de sí mismos como una herramienta para un desarrollo emocional saludable

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durante la transición a la edad adulta. Como una limitación de la presente
investigación, vale la pena mencionar su naturaleza transversal, que no permite
evaluar la trayectoria de la variable en el tiempo (Singüenza, 2019). Brindarle al
adolescente un espacio donde se sienta seguro y pueda ser él mismo, siempre va
a ser fundamental para su desarrollo como persona y grato en su búsqueda de
identidad.
A modo de cierre, me gustaría comentar que, en mi experiencia, ser adolescente
mexicano es algo bastante estresante, ya que desde la familia hasta los amigos o
simplemente compañeros, se sienten con el derecho o poder de decirte o hacer
cosas que tienen un impacto negativo directo en la autoestima y que,
probablemente deje secuelas visibles en la edad adulta.

El hecho de que los familiares piensen que es normal soltar comentarios como;
“estás muy flaca”, “estás muy chaparro”, “con esa personalidad nadie te va a hacer
caso”, “eres un burro”, etc., nos indica una falta de consciencia e información
sobre lo importante que es que un adolescente construya una autoestima buena y
que requiere del apoyo de toda la gente que le rodea.

Es necesario educar a los adolescentes para que comprendan que los


comentarios hirientes hacia sus pares más vulnerables, con autoestima baja,
pueden provocar problemas emocionales y mentales que llegan a perjudicar su
vida diaria. Fomentar la cooperación y convivencia sana entre adolescentes es
una tarea difícil, pero si se unen las redes más importantes (familiar y escolar)
puede que se logre, mínimamente, un respeto mutuo. Estas acciones podrían
prevenir que, los jóvenes a los que les cuesta percibirse de manera asertiva, no
caigan en depresión o desarrollen un resentimiento que los perjudique en la edad
adulta.

Ahora, también es cierto que hay demasiados maestros que tienen cero empatía,
que imparten sus materias de manera autoritaria, sin escuchar a los alumnos e
incluso, destruyendo la poca autoestima que manejan los adolescentes en su
etapa más complicada y confusa. Por esto, se debería impartir capacitaciones a
los docentes académicos, con el fin de proteger la salud mental de los jóvenes y
asegurarles un espacio e el que puedan participar y desarrollar su personalidad
sin el problema de que alguna figura de autoridad les obligue a reprimirse,
evitando que el alumnado recurra a realizar conductas riesgosas para
desahogarse.

Como se estuvo mencionando, la autoestima es un poderoso gestor de emociones


y una clave importante para un buen desarrollo personal, social y académico. Se
le debe dar más reconocimiento y participar en su construcción de forma más

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activa, para que los adolescentes sufran mucho menos los cambios por los que su
cuerpo y mente les obligan a pasar.

La realización de actividades para construir una buena autoestima, la enseñanza


sobre ella y la motivación para siempre estarla aumentando, deberían ser factores
normales en cualquier ámbito de nuestro día a día. Los beneficios que podemos
alcanzar a través de ella, son demasiados y colaboran para ofrecernos una mejor
calidad de vida.
Bibliografía
Andrade-Salazar, J. A., Duffay-Pretel, L., Ortega-Maya, P. A., Ramirez-Avilés, E.,
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Singüenza Campoverde, W. G., Quezada Loaiza, E., & Reyes Toro, M. L. (2019).
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http://www.revistaespacios.com/a19v40n15/a19v40n15p19.pdf

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