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El papel de mantenimiento es incrementar la confiabilidad de los sistemas de producción al

realizar actividades, tales como planeación, organización, control y ejecución de métodos de


conservación de los equipos, y sus funciones van más allá de las reparaciones. Su valor se aprecia
en la medida en que éstas disminuyan como resultado de un trabajo planificado y sistemático con
apoyo y recursos de una política integral de los directivos (Mora, 1999).

Según Albert Ramond y Asociados (Estados Unidos de América), la función principal de


mantenimiento es maximizar la disponibilidad que se requiere para la producción de bienes y
servicios, al preservar el valor de las instalaciones. Para minimizar el deterioro de los equipos, lo
cual se debe lograr con el menor costo posible y a largo plazo (Newbrough y otros, 1982).

La función de mantenimiento, según la fuerza marítima de los Estados Unidos, es definida a través
de la oficina de operaciones navales de la Marina de Guerra en 1969, en su documento 3M, como
la ejecución de todas las actividades inherentes de mantenimiento que contribuyan al
funcionamiento continuo de los sistemas productivos, de los equipos de proceso, dentro de las
características originales de diseño, conservándolos en un estado óptimo corporal para una
utilización más racional, mediante un uso efectivo y eficiente del presupuesto y del personal de
ingeniería de conservación (Mora, 1999)

En síntesis, la misión principal de mantenimiento es garantizar que el parque industrial esté con la
máxima disponibilidad cuando lo requiera el cliente o usuario. Con la máxima confiabilidad y
fiabilidad, durante el tiempo solicitado para operar. Con las velocidades requeridas, en las
condiciones técnicas y tecnológicas exigidas previamente por el demandante, para producir bienes
o servicios que satisfagan sus necesidades, deseos o requerimientos. Con los niveles de calidad,
cantidad y tiempo solicitados, en el momento oportuno al menor costo posible. Y con los mayores
índices de productividad y competitividad posibles para optimizar su rentabilidad. Es decir, para
generar mayores ingresos.
T - Tecnología: Es el conjunto de conocimientos técnicos, habilidades y competencias
desarrollados por mantenimiento y la empresa. Incluye los adquiridos por compra o por
franquicia, denota la capacitación y el grado de evolución intelectual de la organización, sus
competencias y productos esenciales y todo lo relativo a la actividad científica de mantenimiento
con las demás divisiones de la compañía.

Es más usual que los diseñadores, fabricantes, usuarios e instaladores de máquinas se preocupen
más por la funcionalidad del equipo que por su mantenibilidad. En la actualidad los industriales,
empresarios de servicios, diseñadores, constructores, ingenieros, técnicos, tecnólogos, expertos,
etc., dan mucha importancia a las medidas de CMD porque son indicadores científicos y prácticos
que permiten controlar todas las actividades inherentes a mantenimiento, producción e ingeniería
de fábricas.
La tendencia mundial de tener un departamento de mantenimiento muy concentrado, con el
personal mínimo necesario para las actividades clave, declaradas como no indiferentes que
agregan valor, y de una importancia estratégica muy alta para la empresa en cuestión, donde las
tareas de mantenimiento de menor valor agregado se subcontratan. Igualmente, las acciones de
baja tecnología o de amplio conocimiento de mantenimiento se trasladan a operación con bajo
riesgo de error. Aquellas labores en donde se dispone de proveedores locales o internacionales
con mayor valor agregado o tecnología que los que tiene la propia empresa se subcontratan con
precios inferiores a los internos. El personal de mantenimiento que queda es de alto conocimiento
técnico y se destina principalmente a las tareas trascendentales de ingeniería de mantenimiento.

Lo que sí se observa en las organizaciones que alcanzan las etapas III, IV, V y VI es que su
estructura es matricial, donde se tienen funciones y cargos, porque se utilizan acciones de
mantenimiento, y se asume una táctica, todo esto manejado mediante una estrategia (Mora,
2007a).

La particularidad de este sistema está en ser dinámico y flexible. En él se conforman grupos de


diferentes acciones de mantenimiento: correctivo, modificativo y planeado. Se pueden adoptar
diferentes tácticas en simultáneo, con el predominio de una en especial, y las funciones
estratégicas son transversales. En general, su éxito estriba en que se adapta a cada organización
en particular, pero es simplemente una directriz beneficiosa en la medida en que se acomode a las
necesidades y en especial a la etapa de desarrollo de mantenimiento en que se encuentre la
empresa.

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