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Los mitotes, como ya se señaló, están íntimamente relacionados con los ciclos
agrícolas: el día en que se bendicen las semillas que se sembrarán (2 de febrero,
día de la Candelaria), el inicio de la época de lluvias, el día de la siembra y de la
cosecha, etcétera. Pueden tener un carácter comunal o familiar, contando en
ambos casos con cantadores, músicos, danzantes y los narradores de los mitos
correspondientes. Se ofrenda comida y objetos sagrados tales como maíz rojo,
algodón, flechas con plumas y agua de la laguna de Santa Teresa. En este espacio
se narran los mitos de origen y las historias antiguas.
En sus templos, ya sea construidos o adaptados en grutas, mezclan ídolos con
imaginería cristiana, pero adoran principalmente al Sol, las estrellas y el agua.
Creen que la muerte es sólo un sueño.
En general, la familia cora está compuesta por el padre, la madre y los hijos.
Cuando éstos últimos crecen y forman a su vez una familia, permanecen en la
casa paterna constituyendo así una familia extensa. Entre los ancianos es común
que tengan dos mujeres; ambas son reconocidas socialmente, cada una procrea
y cuida a sus hijos y viven bajo el mismo techo, distribuyéndose las tareas del
hogar.
La artesanía es escasa y su comercialización se restringe a la propia región cora.
La más representativa son los morrales de lana, algodón o fibras sintéticas; estos
últimos hechos por lo regular para la venta. Los colores que suelen tener son
negro con blanco, o bien combinaciones vistosas y contrastantes. Otros artículos
artesanales coras, son los huaraches de piel con suela de llanta y los sombreros
de yute, producidos en Santa Teresa.
La religión cora es resultado del sincretismo entre la religión tradicional cora y
el catolicismo, que fue introducido en Nayarit luego de la conquista española.
Uno de sus dioses fue quetzal. La religión cora tiene tres divinidades principales.
Llaman al dios supremo Tayau que significa Nuestro Padre.
La cocina de los Coras tiene otro platillo muy típico que se come en Semana
Santa, se trata del arroz rojo. Lo especial de este plato es que no tiene jitomate
como el típico arroz rojo mexicano, solamente se prepara con chile guajillo, lo
que le da un toque picante y al mismo tiempo cremoso, como si fuera un risotto.
HUICHOL: El grupo huichol es uno de los que en México han conservado mejor
sus características culturales y tradiciones por el aislamiento en el que han
vivido, refugiados durante la conquista en las mesetas y gargantas de la Sierra
Occidental.
Habitan en lugares de la sierra Madre Occidental al norte del estado de Jalisco,
de Nayarit, en las partes altas de la sierra los suelos son generalmente muy
delgados y están cubiertos de bosques de coníferas, estos terrenos son abiertos
para el cultivo y la materia orgánica se pierde en poco tiempo dejando los suelos
en condiciones de baja fertilidad.
Se encuentran una gran cantidad de arroyos, montañas que sobrepasan los 2, 500
metros de altitud con sólo estrechas mesetas en sus cumbres y profundos
cañones por donde escurren las aguas de sus ríos.
Las condiciones orográficas de la región han limitado la construcción de caminos
en esa zona. El difícil acceso por tierra ha generado la construcción de pistas de
aterrizaje en distintas comunidades. Tiene servicios de radiotelefonía y radios en
algunas comunidades y en algunas otras plantas eléctricas alimentadas con
gasolina.
El agua potable se extrae de los pozos, la leña es el principal combustible.
En algunas comunidades existen albergues escolares de primaria y sólo en
alguna del estado de Jalisco se llega hasta la preparatoria. Existen algunas
clínicas de salud con escaso personal médico.
La principal actividad es la agricultura y la explotación forestal, pero ésta última
se encuentra sobre explotada por compañías del estado de Jalisco, con
beneficios mínimos para la población indígena.
Los cultivos básicos son el maíz, la calabaza, el amaranto, el frijol y el chile. Se
presenta una importante migración temporal.
Conocen las propiedades de algunas plantas y las utilizan para curar o para sus
fiestas religiosas como el peyote que es alucinógeno. El peyote es una fuente de
energía y conexión con lo sobrenatural, se come también cuando los chamanes
van a diagnosticar enfermedades, o a "curar" algún mal.
El huichol siembra, caza y participa en las mismas ceremonias que sus
antepasados. Para él, el mundo tiene una dimensión sagrada que es considerada
de gran poder y cuya manipulación está a cargo de especialistas como los
mara´akame, quienes por medio del sueño penetran en el mundo de los dioses
estableciendo un nexo entre lo sagrado y lo profano.
Una de las características principales de su religión es la asociación que se da
entre el maíz, el venado y el peyote.
Las fiestas de las primeras mazorcas tienen una gran importancia para la
permanencia cultural de los huicholes, pues en ellas el mara´akame relata un
viaje a la tierra de Wirikuta; de esta forma los niños, presentes en el ritual,
interiorizan la geografía religiosa del grupo.
Dole (1998) sostiene que las referencias históricas al pueblo amahuaca datan del
siglo XVII y que la mayoría se encuentran en los informes de misioneros,
funcionarios y exploradores. A partir de las primeras referencias, se sabe que el
padre franciscano Manuel Biedma encontró en 1686 aldeas amahuaca en las
riberas de los tributarios orientales del Ucayali. En adelante, los amahuaca se
verían expuestos a incursiones de religiosos que tenían como misión evangelizar
a los indígenas.
Entre fines del siglo XIX e inicios del XX, las capturas contra los amahuaca se
intensificaron, esta vez a cargo de los patrones involucrados en la extracción y
comercio del caucho. Producto del contacto con otras poblaciones, este pueblo
se vio afectado por una epidemia de sarampión. En respuesta a los ataques de
los caucheros, se sabe que un grupo de amahuacas atacó un campamento
cauchero en la confluencia de los ríos Mapuya e Inuya en 1910. Para Gertrude
Dole (1998), incidentes como este llevaron al establecimiento de una guarnición
militar, que permaneció en el campamento hasta 1960, a fin de proteger a los
colonos de los “salvajes amahuaca”.
A los enfrentamientos con los caucheros, se suman los enfrentamientos con otros
pueblos indígenas, quienes realizaban incursiones a territorio amahuaca con el
fin de capturarlos y convertirlos en sirvientes que intercambiaban por bienes
materiales. Este contexto fomentó una constante movilidad del pueblo
amahuaca, contribuyendo a la dispersión de su población.
Sostuvo a partir de su investigación que las mujeres vestían unas faldas tubulares
tejidas en algodón que llegan hasta las rodillas. Estas faldas eran coloreadas con
achiote y eran teñidas de color marrón oscuro sumergiéndolas en un cocimiento
de corteza de caoba, o de negro, remojándolas en agua en que se ha disuelto la
arcilla.