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Grupos indígenas en Nayarit

CORAS: El origen de los pobladores de Nayarit parte de los Coras y Huicholes,


grupos étnicos que habitan la majestuosa zona montañosa de la Sierra Madre
Occidental, que atraviesa el estado en la encrucijada que forman los estados de
Jalisco, Zacatecas y Durango, cuyas leyes que rigen su vida social y religiosa,
mantienen la pureza de su raza y su gran fuerza espiritual.
Su nombre lo tomó de un gran guerrero cora que fundó el reino de Xécora en las
altas montañas de la sierra, sus súbditos lo deificaron al morir y lo identificaron
como "HIJO DE DIOS QUE ESTÁ EN EL CIELO Y EL SOL", inventor del arco y de
la flecha y que descubrió el cultivo del maíz.
El territorio ocupado por el grupo cora abarca la porción noreste del estado de
Nayarit, la región corresponde a la sierra del Nayar, es decir, donde la Sierra
Madre Occidental atraviesa el estado de Nayarit y recibe el nombre de sierra de
Nayarit. Ésta presenta alturas que van de los 700 a los 2, 200 msnm.
La lengua hablada por este grupo es la Cora, que pertenece al tronco lingüístico
yutoazteca y está emparentada con el náhuatl. Es común que los coras utilicen su
lengua para comunicarse entre sí, aunque también emplean una mezcla de esta
misma lengua, español moderno y expresiones de español antiguo al que
denominan "castilla"
La forma de vestir de hombre es sencilla; calzón de manta que se amarra de la
cintura y a la altura de los tobillos, la camisa puede ser de cualquier tela fresca y
los colores más usuales son los de tono fuerte; rojo, azul turquesa, amarillo, verde
y siempre de manga larga, los huaraches: los hay de dos tipos los de dos hebras
(de orcapollo) que se sostienen con una en el dedo gordo y se lía con la otra
punta por el talón y tobillo; el otro estilo con tejido de petalillo y cubre
completamente el pie dejando sólo descubiertas la puntas de los dedos y el
talón, los más curiosos les graban su nombre y los adornos con casquillos y en la
suela de vaqueta se le incrustan garbancillo de metal, pues de esta manera "al
bailar la tarima", lo hacen con bastante sonoridad llegando en ocasiones a opacar
el dibujo rítmico de los violines y guitarras, viniendo unos solos entre el bailador
y el músico del tambor, sacando agilísimos pespunteaos y redobles.
Utiliza sombrero de dos tipos: el de comal con ala amplia y de cuatro pedradas,
pintado de blanco para que se endurezca, éste es utilizado por los coras más
conservadores y por los ancianos. El sombrero de soyate; se trenzan largas tiras
de una palmilla propia de la región llamada soyate y se unen cocidas a mano por
lo ancho hasta darle la forma de sombrero también es de cuatro pedradas.
La mujer usa falda de color fuerte con olán de tela estampada de color
contrastante, comúnmente de tono de la blusa. Recientemente por razones
escénicas se le ha hecho algunas adaptaciones como utilizar la falda corta arriba
del tobillo pero respetando su colorido.
En cuanto a infraestructura escolar, existen primarias rurales y secundarias. Se
cuenta con algunas clínicas para la atención de la salud en la región serrana.
El cora es esencialmente agricultor y ganadero. En las partes bajas siembran
maíz, fríjol y calabaza además de melón, sandía, caña de azúcar, cacahuate,
pepino, jícama, chile y jitomate. La actividad más importante es la ganadería.
Crían ganado bovino, ovino, caprino, porcino, caballar y mular, así como abejas,
gallinas y guajolotes. La generalidad del ganado es corriente o criolla.
Los coras piensan que la enfermedad pertenece al ámbito de lo sobrenatural,
por lo tanto ésta llega cuando los dioses y los espíritus están enojados porque no
han recibido las ofrendas correspondientes (flechas, algodón, jícaras con pinole)
o no se ha cumplido con la costumbre. Los curanderos o médicos tradicionales
tienen la capacidad de curar o provocar enfermedades ya que tienen como
aliados a los dioses y a los espíritus, y pueden transitar entre el mundo natural y
el sobrenatural.
Las fiestas llamadas del mitote son dedicadas al cultivo de maíz y se realizan en
todas las comunidades; empiezan en mayo y terminan en junio. La primera
corresponde a "la chicharra" que es un llamado a las lluvias; un segundo
momento, denominado de las "primicias" o los primeros frutos es cuando ya ha
nacido la planta, y por último, cuando se cosecha el maíz se lleva a cabo la fiesta
del "maíz tostado".

Dentro de las fiestas destacan la del día de muertos (1 y 2 de noviembre), la de


los Santos Reyes (6 de enero), la del apóstol Santiago (25 de julio), la del arcángel
san Miguel (29 de septiembre) y la de la Virgen de Guadalupe (12 de diciembre).
En ellas, además de bailes y danzas, comida, bandas y música, se efectúa el
cambio de cargos de los mayordomos, tenanches y demás autoridades que
participan en la organización de las fiestas.

Los mitotes, como ya se señaló, están íntimamente relacionados con los ciclos
agrícolas: el día en que se bendicen las semillas que se sembrarán (2 de febrero,
día de la Candelaria), el inicio de la época de lluvias, el día de la siembra y de la
cosecha, etcétera. Pueden tener un carácter comunal o familiar, contando en
ambos casos con cantadores, músicos, danzantes y los narradores de los mitos
correspondientes. Se ofrenda comida y objetos sagrados tales como maíz rojo,
algodón, flechas con plumas y agua de la laguna de Santa Teresa. En este espacio
se narran los mitos de origen y las historias antiguas.
En sus templos, ya sea construidos o adaptados en grutas, mezclan ídolos con
imaginería cristiana, pero adoran principalmente al Sol, las estrellas y el agua.
Creen que la muerte es sólo un sueño.
En general, la familia cora está compuesta por el padre, la madre y los hijos.
Cuando éstos últimos crecen y forman a su vez una familia, permanecen en la
casa paterna constituyendo así una familia extensa. Entre los ancianos es común
que tengan dos mujeres; ambas son reconocidas socialmente, cada una procrea
y cuida a sus hijos y viven bajo el mismo techo, distribuyéndose las tareas del
hogar.
La artesanía es escasa y su comercialización se restringe a la propia región cora.
La más representativa son los morrales de lana, algodón o fibras sintéticas; estos
últimos hechos por lo regular para la venta. Los colores que suelen tener son
negro con blanco, o bien combinaciones vistosas y contrastantes. Otros artículos
artesanales coras, son los huaraches de piel con suela de llanta y los sombreros
de yute, producidos en Santa Teresa.
La religión cora es resultado del sincretismo entre la religión tradicional cora y
el catolicismo, que fue introducido en Nayarit luego de la conquista española.
Uno de sus dioses fue quetzal. La religión cora tiene tres divinidades principales.
Llaman al dios supremo Tayau que significa Nuestro Padre.
La cocina de los Coras tiene otro platillo muy típico que se come en Semana
Santa, se trata del arroz rojo. Lo especial de este plato es que no tiene jitomate
como el típico arroz rojo mexicano, solamente se prepara con chile guajillo, lo
que le da un toque picante y al mismo tiempo cremoso, como si fuera un risotto.
HUICHOL: El grupo huichol es uno de los que en México han conservado mejor
sus características culturales y tradiciones por el aislamiento en el que han
vivido, refugiados durante la conquista en las mesetas y gargantas de la Sierra
Occidental.
Habitan en lugares de la sierra Madre Occidental al norte del estado de Jalisco,
de Nayarit, en las partes altas de la sierra los suelos son generalmente muy
delgados y están cubiertos de bosques de coníferas, estos terrenos son abiertos
para el cultivo y la materia orgánica se pierde en poco tiempo dejando los suelos
en condiciones de baja fertilidad.

Se encuentran una gran cantidad de arroyos, montañas que sobrepasan los 2, 500
metros de altitud con sólo estrechas mesetas en sus cumbres y profundos
cañones por donde escurren las aguas de sus ríos.
Las condiciones orográficas de la región han limitado la construcción de caminos
en esa zona. El difícil acceso por tierra ha generado la construcción de pistas de
aterrizaje en distintas comunidades. Tiene servicios de radiotelefonía y radios en
algunas comunidades y en algunas otras plantas eléctricas alimentadas con
gasolina.
El agua potable se extrae de los pozos, la leña es el principal combustible.
En algunas comunidades existen albergues escolares de primaria y sólo en
alguna del estado de Jalisco se llega hasta la preparatoria. Existen algunas
clínicas de salud con escaso personal médico.
La principal actividad es la agricultura y la explotación forestal, pero ésta última
se encuentra sobre explotada por compañías del estado de Jalisco, con
beneficios mínimos para la población indígena.
Los cultivos básicos son el maíz, la calabaza, el amaranto, el frijol y el chile. Se
presenta una importante migración temporal.
Conocen las propiedades de algunas plantas y las utilizan para curar o para sus
fiestas religiosas como el peyote que es alucinógeno. El peyote es una fuente de
energía y conexión con lo sobrenatural, se come también cuando los chamanes
van a diagnosticar enfermedades, o a "curar" algún mal.
El huichol siembra, caza y participa en las mismas ceremonias que sus
antepasados. Para él, el mundo tiene una dimensión sagrada que es considerada
de gran poder y cuya manipulación está a cargo de especialistas como los
mara´akame, quienes por medio del sueño penetran en el mundo de los dioses
estableciendo un nexo entre lo sagrado y lo profano.
Una de las características principales de su religión es la asociación que se da
entre el maíz, el venado y el peyote.

Las fiestas de las primeras mazorcas tienen una gran importancia para la
permanencia cultural de los huicholes, pues en ellas el mara´akame relata un
viaje a la tierra de Wirikuta; de esta forma los niños, presentes en el ritual,
interiorizan la geografía religiosa del grupo.

la Madre del Maíz cambió su forma de paloma y adoptó la humana; le presentó


al muchacho sus cinco hijas, que simbolizan los cinco colores sagrados del maíz:
blanco, rojo, amarillo, moteado y azul. Como el joven tenía hambre, la Madre del
Maíz le dio una olla llena de tortillas y una jícara llena de atole; él no creía que
eso pudiera saciar su hambre, pero las tortillas y el atole se renovaban
mágicamente, de manera que no podía acabárselos. La Madre del Maíz le pidió
que escogiera a una de sus hijas y él tomó a la Muchacha del Maíz Azul, la más
bella y sagrada de todas
Las formas de expresión artística de los huicholes reflejan sus sentimientos
religiosos y son plasmadas en una gran variedad de objetos rituales
tradicionales, en los diseños de la ropa y en la construcción de templos e
instrumentos musicales.
Entre las artesanías huicholas figuran las tablas de madera cubiertas con diseños
representativos hechos a base de hilos de colores de lana o estambre así como
la chaquira, sus prendas son cotizadas en el mercado con precios altos debido al
tiempo que invierten en confeccionarlas. Son especialmente llamativas, donde
reproducen dibujos geométricos y figuras fantásticas, muy relacionadas con la
ingesta del "peyote".
Grupo indígena fuera de la republica
AMAMHUACA: El nombre del pueblo Amahuaca o amin waka ha sido traducido
como ‘hijos de la capibara’, animal del que se dice podía “cantar” en la lengua
originaria de este pueblo. Al igual que otros pueblos cuya lengua pertenece a la
familia lingüística Pano, los Amahuaca reconocen una categoría inclusiva de
gente con la que se identifican y a la que denominan yora.

A lo largo de su historia, los Amahuaca se han asentado en la cuenca de los ríos


Ucayali, Yavarí, Purús y Madeira. Debido a su proximidad territorial y cultural,
este pueblo ha sido estrechamente relacionado con el pueblo yaminahua. Al
respecto, Gertrude Dole sostiene que la lengua de los Amahuaca es muy
parecida a la de los yaminahua.

El pueblo Amahuaca vive principalmente en los departamentos de Ucayali y


Madre de Dios. Según los resultados de los censos nacional 2017, por sus
costumbres y sus antepasados han sido 411 personas que se han autoidentificado
como parte del pueblo Amahuaca a nivel nacional; y por el idioma o lengua
materna con el que aprendió a hablar en su niñez han sido 328 personas que han
manifestado que hablan la lengua Amahuaca que corresponde al 0,007% del total
de lenguas originarias a nivel nacional. Además, los datos obtenidos por el
Ministerio de Cultura, la población de las comunidades del pueblo Amahuaca se
estima en 4,668 personas.
Los relatos amahuaca cuentan que sus antepasados vivían cerca de un gran lago.
Algunos investigadores han sugerido que este gran lago sería el Imiría,
actualmente en el departamento de Ucayali, en donde los arqueólogos han
encontrado vestigios de la mayor concentración humana prehispánica ubicada
en la cuenca central del Ucayali. A partir de este descubrimiento se estima que
esta sociedad habría estado presente en esta zona desde 800 d.C. hasta el siglo
XIV.

Dole (1998) sostiene que las referencias históricas al pueblo amahuaca datan del
siglo XVII y que la mayoría se encuentran en los informes de misioneros,
funcionarios y exploradores. A partir de las primeras referencias, se sabe que el
padre franciscano Manuel Biedma encontró en 1686 aldeas amahuaca en las
riberas de los tributarios orientales del Ucayali. En adelante, los amahuaca se
verían expuestos a incursiones de religiosos que tenían como misión evangelizar
a los indígenas.
Entre fines del siglo XIX e inicios del XX, las capturas contra los amahuaca se
intensificaron, esta vez a cargo de los patrones involucrados en la extracción y
comercio del caucho. Producto del contacto con otras poblaciones, este pueblo
se vio afectado por una epidemia de sarampión. En respuesta a los ataques de
los caucheros, se sabe que un grupo de amahuacas atacó un campamento
cauchero en la confluencia de los ríos Mapuya e Inuya en 1910. Para Gertrude
Dole (1998), incidentes como este llevaron al establecimiento de una guarnición
militar, que permaneció en el campamento hasta 1960, a fin de proteger a los
colonos de los “salvajes amahuaca”.

A los enfrentamientos con los caucheros, se suman los enfrentamientos con otros
pueblos indígenas, quienes realizaban incursiones a territorio amahuaca con el
fin de capturarlos y convertirlos en sirvientes que intercambiaban por bienes
materiales. Este contexto fomentó una constante movilidad del pueblo
amahuaca, contribuyendo a la dispersión de su población.

En 1948 se inicia la construcción de la Misión de Rosario de Sepahua, que tendría


influencia sobre un asentamiento amahuaca cercano (Álvarez 1997). Como esta
misión, el puesto misional que en 1953 estableció el Instituto Lingüístico de
Verano contribuyó a la existencia de asentamientos amahuaca nucleados. No
obstante, después de la partida de los misioneros, la dispersión de los amahuaca
se intensificó
La lengua Amahuaca pertenece a la familia Pano y es hablada por el pueblo
autodenominado Amahuaca en las cuencas de los ríos Purús, provincia del
mismo nombre; Yurúa, Inuya y Sepahua, provincia de Atalaya, región Ucayali; y
en el río Las Piedras, región de Madre de Dios. Los resultados de los censos
nacionales 2017, indican que por el idioma o lengua materna con el que aprendió
a hablar en su niñez han sido 328 personas que han manifestado que hablan la
lengua Amahuaca que corresponde al 0,007% del total de lenguas originarias a
nivel nacional.
Según la creencia ancestral de los amahuaca el cosmos está formado por tres
espacios: agua, tierra y un cielo sostenido por raíces de árboles que le impiden
caer al agua. Según sus mitos, los antepasados de los amahuaca vivían en el cielo,
pero a causa de un gran cataclismo, el cielo y todos sus habitantes cayeron sobre
la tierra, ocultando al sol. Más tarde, el sapo (hïo) logró levantar el cielo,
permitiendo que la luz del sol llegara a la tierra y fuera posible repoblarla.
los amahuaca pueden ser identificados por lo característico de sus atuendos y
por los adornos que llevan en sus cuerpos. Los informes de la época de la Colonia
indican que los amahuaca portaban una especie de colgante en la nariz, hecho
de trozos triangulares de concha. Asimismo, llevaban consigo “sombreros de
madera” decorados con pieles de animales y cuatro plumas, collares de dientes
de jaguar, pulseras de semillas y de dientes de mono. Estos sombreros serían
coronas anchas de bambú que los amahuaca conservarían hasta la actualidad.

Sostuvo a partir de su investigación que las mujeres vestían unas faldas tubulares
tejidas en algodón que llegan hasta las rodillas. Estas faldas eran coloreadas con
achiote y eran teñidas de color marrón oscuro sumergiéndolas en un cocimiento
de corteza de caoba, o de negro, remojándolas en agua en que se ha disuelto la
arcilla.

Otra práctica ancestral entre hombres y mujeres amahuaca ha sido pintarse en


el rostro y el cuerpo, una variedad de dibujos geométricos rojos y negros,
empleando el achiote y el huito como tintes naturales. La decoración facial típica
consiste en una ancha media luna negra pintada con jugo de huito mezclado con
polvo de carbón de palo, que va de oreja a oreja cruzando la boca.
Los productos principales eran yuca, maíz y plátanos. También se dedicaban a
la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres. Los amahuaca eran, y son,
entusiastas cazadores.

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