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Movimiento Vertical de Caída Libre (MVCL)

Experimentalmente es fácil comprobar que si soltamos una piedra ésta


siempre caerá hasta estrellarse contra la superficie de la Tierra. La atracción
gravitacional hace que la piedra caiga una vez que la hemos soltado. Todas
las masas que están cerca de la superficie de la Tierra son atraídas hacia su
centro mediante una fuerza llamada peso.

“El movimiento en el cual actúa solamente el peso del cuerpo (atracción


terrestre) se denomina caída libre”.

Al disparar una bala de cañón, ésta sigue una


trayectoria parabólica, despreciando la fricción del aire,
la única fuerza sobre la bala durante el vuelo será su
peso o sea la atracción terrestre. Luego el movimiento
parabólico de una bala es también de caída libre.

La bala sigue un movimiento parabólico de caída libre. Entonces “la caída libre no necesariamente
es vertical”

Durante su caída un cuerpo mantiene su aceleración constante (a = g) durante toda la trayectoria.

g = 9,8 m/s2 (Sistema Internacional) g = 32 pies/s2 (Sistema Inglés)

Para casos prácticos (si el problema lo considera) utilizaremos el valor de la gravedad como: 10 m/s2

La aceleración de la gravedad tiene las siguientes características:

 La aceleración de la gravedad tiene un valor diferente en cada lugar de la Tierra.

 En los polos, debido al achatamiento de la Tierra, la aceleración de la gravedad alcanza su mayor

valor: g polos = 9,83 m/s2

 En el Ecuador, a causa del ensanchamiento y rotación de la Tierra; la gravedad alcanza su menor

valor: g Ecuador = 9,79 m/s2

 A una latitud de 45ºN y al nivel del mar se llama aceleración normal de la gravedad y tiene un

valor de: g = 9,81 m/s2


En la antigüedad se creía que los cuerpos más pesados caían más
rápido que los ligeros. En la actualidad se ha demostrado que los pesos
de los objetos pueden ser diferentes; pero al caer se observa que lo
hacen con la misma aceleración. Galileo Galilei fue el primero en
demostrar que todos los objetos caen con la misma aceleración sin
importar su masa.
También es conocido que una hoja que cae de un árbol se demora en el
aire mucho más tiempo que la fruta que cae con la misma rama. La
resistencia del aire retrasa la caída de los cuerpos más ligeros, más que las de los más pesados.

Lo habréis escuchado un montón de veces: a Galileo Galilei no le caía bien Aristóteles. Muchos siglos antes,
el griego había postulado que la rapidez de la caída de los cuerpos era directamente proporcional a su peso.
Eso quería decir que cuanto más pesado es un objeto, más rápido tendría que caer. Parecía lógico.
Pero a Galileo, que había hecho un montón de experimentos con planos inclinados, no le salían las cuentas.
Así que, ni corto ni perezoso, se fue a la torre de Pisa y lanzó dos objetos (uno ligero y uno pesado) para
confirmar que, como él sospechaba, su velocidad de caída era la misma.
Es uno de los experimentos más famosos de la física y en muchos libros de texto ilustran la hazaña con
‘recreaciones’ que incluyen la torre inclinada, Galileo y diversos objetos rellenos de piedras o plumas.
También parece lógico. El experimento es tan bueno, tan cinematográficamente bueno, que es casi imposible
no explicarlo con máximo detalle. El único problema es que, probablemente, nunca ocurrió.
A diferencia de otros mitos, este experimento está relatado por el propio Galileo en sus famosos 'Diálogos'. Él
explicaba que una esfera de hierro de 100 libras romanas tardaba 5 segundos en caer desde una altura de
100 codos. Pero, y aquí es donde hace entrada el archienemigo científico de Galileo, los datos no cuadran.
A diferencia de lo que nos suelen contar, las teorías de Galileo hacían aguas por algunos sitios y había
científicos de bastante nivel que sostenían el geocentrismo como hipótesis más plausible. Uno de ellos, el
astrónomo jesuita Giovanni Battista Riccioli recopiló 49 argumentos a favor del
heliocentrismo y 77 en contra. Y mientras lo hacía, se dio cuenta que los números
de Galileo no eran exactos.
Se dio cuenta porque él sí había realizado el experimento en la torre Asinelli de
Bolonia y las cifras no le cuadraban. Tras una gran preparación (que no fue nada
sencilla) y muchos experimentos, Riccioli descubrió que la bola de 100 libras que
caía desde 100 codos tardaba más de 5 segundos en llegar al suelo.
Había dos opciones que Galileo se equivocara en el experimento o que nunca
llegara a realizarlo, algo que, según los historiadores, es bastante probable. No
obstante, Riccioli tuvo que admitir que Galileo llevaba razón: la aceleración era
idéntica y, de hecho, el jesuita llegó a estimarla de forma tremendamente precisa.
Muy importante: Si la altura desde la cual caen los cuerpos es pequeña comparada con el radio
terrestre (6400 km) y no consideramos la fricción del aire se aprecia que la aceleración de la
gravedad permanece prácticamente constante; entonces:
La caída libre vertical para alturas pequeñas viene a ser un MRUV y cumple sus mismas leyes.

Ecuaciones:

Tiro Vertical: Es el movimiento efectuado por un proyectil que es lanzado hacia


arriba en contra de la gravedad. Si experimentamos lanzando una piedra hacia
arriba notaremos que ésta llega a un punto donde su velocidad se anula y luego
vuelve a caer.
 La velocidad en el punto “C” (punto de altura máxima) es cero.
 La rapidez de subida y la rapidez de bajada a un mismo nivel son iguales:
VB = VD
 El tiempo que demora el proyectil en llegar al punto “C” es el mismo que
demora en caer de “C” a “E”.

De este análisis se obtiene la expresión para el tiempo de vuelo:

 La altura máxima está dada por la expresión:


Números de Galileo: Lo que es notable en el caso de Galileo es que avanzó mucho más que las
observaciones cualitativas o semicuantitativas de sus predecesores, y pudo describir el
movimiento de los cuerpos con bastante detalle matemático. Para un cuerpo que cae desde el
reposo, las distancias recorridas durante intervalos iguales de tiempo, se relacionan entre sí de la
misma forma que los números impares comenzado por la unidad.

Nota: Si consideramos g = 9,8 m/s2:

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