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CAÍDA LIBRE

Definición y aplicaciones
El movimiento de un objeto que cae libremente a la superficie, o bien que se lanza verticalmente hacia
arriba o hacia abajo son ejemplos comunes del movimiento con aceleración constante. Este tipo de
aceleración se conoce como aceleración de la gravedad y se denota con la letra g. Su valor
aproximado cerca de la superficie terrestre es de 9.80 m/s 2 y su dirección siempre es vertical hacia abajo
y hacia el centro de la Tierra.

Cuando los objetos se mueven libremente bajo la influencia exclusiva de la gravedad,1 decimos que
están en caída libre, término con que se alude al movimiento de los objetos que se dejan caer desde el
reposo o que se lanzan verticalmente hacia abajo o hacia arriba y que sólo la gravedad influye en su
movimiento. Incluso cuando son lanzados verticalmente hacia arriba, se dice que están acelerando hacia
abajo; hacia el centro de la Tierra.

Aristóteles pensaba que los cuerpos más pesados caían más rápido que los ligeros. Esta idea fue
considerada como verdadera por más de 2000 años; sin embargo, en la actualidad es fácil observar que,
si se dejan caer, al mismo tiempo, una moneda y una pluma, ésta caerá más lentamente debido a su gran
superficie. Una pluma revolotea hasta el suelo y la detiene el aire, que debe ser empujado a un lado para
dejarla pasar. Entre más ancho sea un objeto, más tardara en caer porque el efecto de la fricción del aire
sobre su movimiento es mayor. La fricción del aire retrasa la caída de los objetos, la cual aumenta
mientras mayor sea la altura desde donde cae el objeto.
Sin embargo, en ausencia del aire, es decir, en el vacío, la moneda y la pluma caen con la misma
aceleración y llegan al fondo al mismo tiempo si se dejan caer desde la misma altura.
En 1971, el astronauta David Scott dejó caer en la superficie de la Luna una pluma y un martillo desde
la misma altura. Ambos objetos cayeron al mismo tiempo porque en ese lugar no hay atmósfera y por lo
tanto, no hay aire.
David Scott confirmó lo que Galileo estableció en 1590: “En ausencia de la fricción del aire, todos los
objetos caen libremente con la misma aceleración”. Cuenta la historia que un día Galileo convocó a
todos los habitantes del pueblo a la torre de Pisa y desde allí, a través de una arcada abierta, dejó caer
simultáneamente dos piedras de diferente peso y tamaño. Estos objetos golpearon al mismo tiempo el
suelo y con este sencillo acto demostró que Aristóteles se equivocaba acerca del movimiento de los
objetos que caen libremente.
Dado que la caída libre de los objetos es muy rápida y en la época de Galileo los relojes no eran tan
sofisticados como los de hoy, este ingenioso científico hizo rodar varias pelotas por diferentes planos
inclinados. Pensaba que, si la aceleración era constante para cada inclinación, continuaría siéndolo si la
inclinación fuera vertical y las pelotas cayeran libremente.

Galileo observó que a medida que aumentaba la inclinación de los planos inclinados, la aceleración
aumentaba, pero para cada posición era constante. Finalmente, descubrió que a una inclinación de 90°
los objetos caen con una aceleración constante.
Como Galileo no podía medir la velocidad instantánea de las pelotas que se movían por los planos
inclinados, investigó la relación entre la distancia recorrida y el tiempo para cada pelota que rodaba
desde el reposo por un plano. Como resultado de sus experimentos concluyó lo siguiente:

Fórmulas de la Caída libre


Si el cuerpo es lanzado verticalmente hacia arriba, el movimiento de subida será retardado, con lo que a
=-g

A medida que el cuerpo sube su velocidad va disminuyendo, alcanzando su altura máxima cuando su
velocidad se ha anulado. La formula de la altura máxima es:

El tiempo que tarda en subida es:

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