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Primer parcial de Taller de Textos Narrativos y Descriptivos

A partir de la lectura de los textos seleccionados de Marco Denevi, , Julio


Cortázar y J. L. Borges realizar las siguientes actividades:

1. Construcción de un texto narrativo de acuerdo con las siguientes pautas:


a- Extensión mínima: veinte líneas.
b- Elección de algún elemento de los textos leídos que funcione como disparador
intelectual para la construcción del texto propio (un título, un personaje, un
esquema narrativo, etc.)
c- Utilización del estilo directo para la incorporación de las voces de los
personajes.
d- Elaboración del material a partir de la constelación de los tiempos verbales
correspondientes al mundo de la narración.
e- Inclusión de algunos párrafos o frases que permitan el reconocimiento del paso
del mundo narrado al mundo comentado.
f- Realizar una segunda versión del texto alterando la relación (temporal) fábula-
trama.

Sobre el ‘Corpus’ Falsificaciones:


2. Analizar los textos leídos de acuerdo con los siguientes elementos:
a- Caracterización del lector y autor modelo.
b- Funcionalidad en la utilización del discurso directo o indirecto para incorporar
las voces de los personajes. (Más de un ejemplo)
c- Caracterización de la intertextualidad.
d- Caracterización del cambio del relato al discurso y viceversa.
e- Caracterización de fábula y trama.

Sobre el ‘Corpus’ Microrrelatos de Augusto Monterroso


3.
a- Analizar los microcuentos a través de la perspectiva de Autor y Lector Modelo
desarrollada por Umberto Eco. (Caracterizar los conceptos y avalar con citas.)
b- Aplicar a “Sinfonía concluida” o “El Eclipse” la plantilla de análisis de la
narración literaria: secuencia narrativa de Barthes (núcleos cardinales);
superestructura narrativa de Van Dijk (complicación, resolución, marco);
esquema actancial de Greimas (S, O, Ayudante, Oponente , eje Destinador-
Destinatario); paradigma de los tiempos verbales, justificación de su empleo,
marcadores discursivos (tempo-causales) que dan cuenta del mundo narrado;
sentencia universal que puede señalar alguna línea de interpretación; descripción
de los personajes y el contexto situacional.

La actividad es No Presencial y se realizará en díadas, tríadas o en forma


individual. Archivo: forma de nominarlo: GRUPO; APELLIDO, nombre;
actividad. La actividad es No Presencial y se realizará en díadas o tríadas.

Respuestas

1.
Continuidad de la noche

1
Las agujas del reloj marcaban las veintitrés y cincuenta, tan solo faltaban diez
minutos para que llegara la medianoche de aquella noche de frío polar, y aún daba
vueltas entre las sábanas intentando conciliar el ansiado sueño. Mis padres tenían
previsto regresar esa mañana, debido a la fuerte tormenta decidieron esperar a que el
clima mejorara, no se preocupaban, ya no era una niña, aunque desde pequeña la
soledad nunca fue para mí buena compañía.
Esperando que el sueño por fin llegara a mí, contemplaba como agonizaba el
fuego de los leños de la chimenea, entre las grises cenizas, que intentando sobrevivir,
desprendían las últimas llamas, provocando fogonazos intermitentes que dibujaban en
las blancas paredes de mi habitación figuras deformes mezcladas con sombras que se
mostraban algo macabras, aunque las incandescentes brasas eran el único consuelo de
luz que aquella noche tenía.
Entre las sábanas de seda y mantas de lana buscaba entibiar mi cuerpo, mientras
las gélidas manos del frío se entrometían atrevidamente en mi lecho provocándome una
sensación escalofriante que ahuyentaba mi posible reposo. Aunque, no era el frío lo que
en verdad me inquietaba, era aquel lamento, por momentos intenso, luego débil, pero
constante, que me atormentaba, lamento que expandía ecos lastimeros que provenían de
la furiosa garganta del viento.
Me cubrí con la sábana y las mantas, me acurruqué, intentando ocultarme,
mientras afuera las uñas deformes del incontrolable viento humedecidas por la intensa
lluvia desgarraba toda existencia a su paso.
De pronto el sonido de un golpe me provocó un sobresalto, aquel fuerte sonido
retumbó en mis oídos, no era en mi habitación sino fuera de ella, aunque a mi pesar,
dentro de la casa aquel sonido me quitó la respiración.
En ese instante vinieron a mi mente los alarmantes rumores que se corrían en
mi barrio acerca de varios robos a casas vecinas, acompañados de brutales agresiones a
sus moradores, y yo aquella noche, sin luz eléctrica, pues la tormenta había afectado la
iluminación en toda aquella zona, el sistema de alarmas no funcionaba, la comunicación
telefónica tampoco y mi móvil estaba sin carga. Presentía que sería la víctima ideal, un
gemido, envuelto entre un estruendo sacudió mi trágica conclusión.
Me aferré fuertemente a las mantas, la desesperación comenzó a apoderarse de
mi cuerpo y mis pensamientos, hasta que comencé a sofocarme, tal vez una sorpresiva
claustrofobia me invadió y necesité respirar, mi refugio se transformó en una prisión
que presionaba mi cuerpo. Hice a un lado las mantas y las sábanas, las cuales cayeron

2
de forma desordenada sobre la alfombra azul, estaba asustada, muy asustada, más no
debía esperar que la amenaza me encontrara indefensa. Fue entonces que recordé el
arma. Mis padres no estaban de acuerdo con tener un arma en casa, sólo cedieron a mi
decisión debido a la gran inseguridad que vivíamos en la ciudad.
Al salir de mi lecho, el frío castigó la piel de mi pecho y de mis brazos, que mi
pijama no cubría, caminé entre la oscuridad hasta el placard en busca de más abrigo,
con manos temblorosas abrigué mi cuerpo con la prenda amplia, muy larga, cuya
textura se asemejaba a la piel del durazno de color marfil. Luego di unos pasos hasta mi
mesa de luz, entre el maquillaje y un perfume de jazmín que se derramó casi totalmente
al golpearlo debido a la oscuridad, mis manos sintieron el frío del metal, aferré con
fuerza el arma y caminé hacia la puerta, intentando no escuchar la voz de mi tormento.
Abrí la puerta de mi cuarto la cual se comunicaba con la sala, lo hice con
lentitud mientras apuntaba con el arma hacia el frente:-¿Quién anda ahí? Pregunté
temerosa. ¡Fuera de mi casa!
Una enorme sombra cubrió la pared espejada y una voz gutural sin más dijo: -
hija, soy papá. Adelantamos el viaje y no pudimos contactarnos contigo-
-¿por qué tienes un arma? ¿Cómo es que todavía no superas el miedo de estar sola?
Muchas preguntas que no pude responder. Abracé a mis padres, la tormenta cesó, el
violento viento dejó de soplar y la noche continuó calma, silenciosa pero tenebrosa.

f. Segunda versión
Continuidad de la noche

Una enorme sombra cubrió la pared espejada y una voz gutural sin más dijo: -
hija, soy papá. Adelantamos el viaje y no pudimos contactarnos contigo-
-¿por qué tienes un arma? ¿Cómo es que todavía no superas el miedo de estar sola?
Muchas preguntas que no pude responder. Abracé a mis padres, la tormenta cesó, el
violento viento dejó de soplar y la noche continuó calma, silenciosa pero tenebrosa.
Esperando que el sueño por fin llegara a mí, contemplaba como agonizaba el
fuego de los leños de la chimenea, entre las grises cenizas, que intentando sobrevivir,
desprendían las últimas llamas, provocando fogonazos intermitentes que dibujaban en
las blancas paredes de mi habitación figuras deformes mezcladas con sombras que se
mostraban algo macabras, aunque las incandescentes brasas eran el único consuelo de
luz que aquella noche tenía.

3
Entre las sábanas de seda y mantas de lana buscaba entibiar mi cuerpo, mientras
las gélidas manos del frío se entrometían atrevidamente en mi lecho
provocándome una sensación escalofriante que ahuyentaba mi posible reposo. Aunque,
no era el frío lo que en verdad me inquietaba, era aquel lamento, por momentos intenso,
luego débil, pero constante, que me atormentaba, lamento que expandía ecos lastimeros
que provenían de la furiosa garganta del viento.
Me cubrí con la sábana y las mantas, me acurruqué, intentando ocultarme,
mientras afuera las uñas deformes del incontrolable viento humedecidas por la intensa
lluvia desgarraba toda existencia a su paso. De pronto el sonido de un golpe me provocó
un sobresalto, aquel fuerte sonido retumbó en mis oídos, no era en mi habitación sino
fuera de ella, aunque a mi pesar, dentro de la casa aquel sonido me quitó la respiración.
En ese instante vinieron a mi mente los alarmantes rumores que se corrían en mi barrio
acerca de varios robos a casas vecinas, acompañados de brutales agresiones a sus
moradores, y yo aquella noche, sin luz eléctrica, pues la tormenta había afectado la
iluminación en toda aquella zona, el sistema de alarmas no funcionaba, la comunicación
telefónica tampoco y mi móvil estaba sin carga. Presentía que sería la víctima ideal, un
gemido, envuelto entre un estruendo sacudió mi trágica conclusión.
Me aferré fuertemente a las mantas, la desesperación comenzó a apoderarse de
mi cuerpo y mis pensamientos, hasta que comencé a sofocarme, tal vez una sorpresiva
claustrofobia me invadió y necesité respirar, mi refugio se transformó en una prisión
que presionaba mi cuerpo. Hice a un lado las mantas y las sábanas, las cuales cayeron
de forma desordenada sobre la alfombra azul, estaba asustada, muy asustada, más no
debía esperar que la amenaza me encontrara indefensa. Fue entonces que recordé el
arma. Mis padres no estaban de acuerdo con tener un arma en casa, sólo cedieron a mi
decisión debido a la gran inseguridad que vivíamos en la ciudad.
Al salir de mi lecho, el frío castigó la piel de mi pecho y de mis brazos, que mi
pijama no cubría, caminé entre la oscuridad hasta el placard en busca de más abrigo,
con manos temblorosas abrigué mi cuerpo con la prenda amplia, muy larga, cuya
textura se asemejaba a la piel del durazno de color marfil. Luego di unos pasos hasta mi
mesa de luz, entre el maquillaje y un perfume de jazmín que se derramó casi totalmente
al golpearlo debido a la oscuridad, mis manos sintieron el frío del metal, aferré con
fuerza el arma y caminé hacia la puerta, intentando no escuchar la voz de mi tormento.
Abrí la puerta de mi cuarto la cual se comunicaba con la sala, lo hice con lentitud

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mientras apuntaba con el arma hacia el frente:-¿Quién anda ahí? Pregunté temerosa.
¡Fuera de mi casa!
Las agujas del reloj marcaban las veintitrés y cincuenta, tan solo faltaban
diez minutos para que llegara la medianoche de aquella noche de frío polar, y
aún daba vueltas entre las sábanas intentando conciliar el ansiado sueño. Mis
padres tenían previsto regresar esa mañana, debido a la fuerte tormenta
decidieron esperar a que el clima mejorara, no se preocupaban, ya no era una
niña, aunque desde pequeña la soledad nunca fue para mí buena compañía.

2.
a. En Seis paseos por los bosques narrativos, Umberto Eco se propone analizar la
situación en la que se encuentra el lector frente a los textos narrativos. Para el autor, el
texto presenta espacios vacíos que exigen la participación activa del lector.
Eco afirma que todo texto “es una máquina perezosa que espera mucha
colaboración del lector”1. El texto no dice absolutamente todo y el lector es el encargado
de rellenar los espacios vacíos que presenta la narración.
En la lectura, el lector realiza constantemente elecciones, pero éstas, según Eco,
deben ser razonables. Para explicar a qué se refiere cuando habla de elecciones
razonables, el autor retoma dos conceptos que anteriormente había trabajado en Lector
in fabula: lector modelo y autor modelo.
El lector modelo no es el lector empírico. El lector empírico analiza según sus
propias emociones. Eco señala que este tipo de lector “(...) puede leer de muchas
maneras, y no existe ninguna ley que le imponga cómo leer, porque a menudo usa el
texto como un recipiente para sus propias pasiones (...).” 2 El lector modelo, a diferencia
del anterior, nace del texto, es el tipo de lector que el mismo texto prevé como
colaborador y el que sigue las reglas que la narración le propone. Si el lector obedece
las reglas que el autor modelo establece, sus elecciones serán razonables.
Así como hablamos de un lector empírico, también podemos decir que todo
texto tiene un autor empírico, pero este autor de carne y hueso, poco le interesa a Eco.
Lo que le importa es hablar de lo que él denomina autor modelo.
Eco afirma que el autor modelo se manifiesta mediante “un conjunto de
instrucciones textuales que se manifiestan en la superficie del texto, precisamente en

1 Eco, Umberto. Seis paseos por los bosques narrativos, Barcelona, Editorial Lumen, 1996, pág. 38.
2 Ídem, pág. 16.

5
forma de afirmaciones u otras señales.”3 El autor modelo es una voz que se comunica
con nosotros para darnos indicaciones, y si decidimos comportarnos como lector
modelo, las debemos obedecer.
En los cuentos que se encuentran en Falsificaciones de Marco Denevi, aparece
la voz de un autor modelo irónico que sólo es comprendido si nos situamos en el lugar
del lector de segundo nivel. Como por ejemplo, en el cuento “La mujer ideal no existe”
donde se le otorga voz a Dulcinea. Mediante este procedimiento, se apela a la
competencia del lector, ya que para poder comprender la ironía, el lector debe tener
previa lectura de El Quijote y saber que Dulcinea, dentro de la novela, es una
construcción imaginaria del protagonista, y si bien se la menciona, no tiene voz propia.
O lo que sucede en “La contemporaneidad y la posteridad”, en este cuento, lo irónico es
que al enterarnos de la identidad de los que fueron apresados por culpa de la denuncia
que había realizado el académico que los espió, sabemos que son los mismos poetas que
el académico estudia en su tesis erudita.
El autor modelo de Marco Denevi exige un lector competente que tenga un
conocimiento cultural general que le permita saber a quién se refiere cuando habla, por
ejemplo, de Judas. En el cuento “Fin de toda discusión teológica sobre Judas”, se
presenta a este personaje bíblico como un recurso dramático creado por Dios para que
asuma el papel de traidor: “Nunca sabremos su verdadero nombre. Su identidad humana
jamás nos será revelada.”4 Esa primera persona del plural inclusivo (nos, nosotros) es el
autor modelo refiriéndose a él y a su respectivo lector modelo.
b. La voz de los personajes puede insertarse mediante dos procedimientos: el estilo
directo o indirecto.
Arnoux sostiene que el estilo directo “(...) marca la separación entre la voz del
narrador y la del personaje y simula reproducir ´directamente´ las palabras de éste.” 5 En
el cuento “La mujer ideal no existe” se le otorga voz a Dulcinea: “Verde de envidia,
Dulcinea masculló: -Conozco a todas las mujeres del Toboso. Y le puedo asegurar que

3 Ídem, pp. 23-24.


4 “Fin de toda discusión teológica sobre Judas”. En: Denevi, Marco. Falsificaciones, Buenos Aires,
Corregidor. En línea: (PDF) Falsificaciones MARCO DENEVI | nil loc - Academia.edu. [Consultado:
3/06/2021].
5 Arnoux, E.N. “Los relatos desde la perspectiva discursiva” de la Asociación de Epistemología del
Psicoanálisis. Lo interdisciplinario: memoria, historia, narrativa en ZAMUDIO, B. (ed.) Narración.
Temas de enunciación, polifonía y narratología. Buenos Aires, 1998, CBC. Universidad de Buenos
Aires.

6
no hay ninguna que se parezca ni remotamente a esa que usted dice.” 6 Mediante este
procedimiento se genera la ilusión de que los personajes hablan por sí mismos.
En el estilo indirecto, se “(...) integra las palabras del personaje a las del
narrador gracias al uso de subordinantes y a los cambios en tiempos verbales y
pronombres.”7 En el cuento“La contemporaneidad y la posteridad” se hace uso del estilo
indirecto, sabemos lo que dicen los personajes pero por intermedio del narrador:
“Mientras tanto, en la comisaría, los dos viciosos, interrogados, dicen llamarse Paul
Verlaine y Arthur Rimbaud, respectivamente, y ser de profesión poetas.” 8 En el estilo
indirecto el narrador interpreta las palabras de los personajes.
c. Los cuentos de Marco Denevi exigen un lector competente que comprenda las
vinculaciones que se hacen con otros textos. El diálogo entre textos, constituye lo que se
denomina relación intertextual, que para que sea comprendido requiere de la lectura
cómplice del lector.
Denevi recurre al juego intertextual, por ejemplo, en “El silencio de las Sirenas”.
Allí se hace alusión a la Odisea de Homero, específicamente al episodio en el cual
Ulises debe atravesar con sus hombres el territorio que pertenece a las Sirenas. En este
cuento se subvierte la narración de Homero, en él estas mujeres, ya no seducen con su
canto, sino que, castigan con su silencio.
Este diálogo entre textos también está presente en el cuento “Desastroso fin de
los reyes magos”, cuyo texto inicia con una cita explícita de la Biblia.
d.
Según Elvira Arnoux en "Los relatos desde la perspectiva discursiva", en los
relatos encontramos huellas de otros que forman parte de nuestro universo narrativo,
estas huellas constituyen una orientación para completar el despliegue discursivo y se
llenan esos espacios gracias a los saberes compartidos. Estos elementos discursivos
intertextuales.

3.
a. El autor modelo instruye la lectura del lector modelo.

b. En el presente trabajo, aplicaremos la plantilla de análisis al cuento “El Eclipse”


de Augusto Monterroso.

Secuencia narrativa de Roland Barthes (núcleos cardinales)


6 “La mujer ideal no existe”. En: Denevi, Marco.En: Óp. cit.,[Consultado: 3/06/2021].
7 Arnoux, E.N. Óp. cit.
8 “La contemporaneidad y la posteridad”. En: Óp. cit., [Consultado: 3/06/2021].

7
Resignación
Captura
Engaño
Sacrificio

Superestructura narrativa de Van Dijk


Si aplicamos la superestructura narrativa de Van Dijk al cuento “Eclipse”
encontramos como complicación la captura de Fray Bartolomé Arrazola, ya que este
hecho rompe la cotidianidad del personaje principal. Acorde al desarrollo narrativo, la
resolución es infeliz, es decir, negativa porque supone la muerte del personaje. Con
respecto al marco en el cual se desarrollan los sucesos, señalaremos lo siguiente:
Espacio
Selva de Guatemala: poderosa, implacable, definitiva.
Personajes
Fray Bartolomé Arrazola: perdido, desconoce la topografía de la selva, aislado, sin
esperanza, conoce a Aristóteles, confiado.
Indígenas (comunidad maya): de rostro impasible, incrédulos.
Tiempo
Época de Carlos Quinto, durante un eclipse solar.

Esquema actancial de Greimas


Sujeto: Fray Bartolomé Arrazola
Objeto: Salvarse
Ayudante: Conocimiento de Aristóteles
Oponentes: Indígenas
Eje destinador-destinatario: El deseo profundo del sujeto es salvar su vida a través del
engaño pero no lo logra.

Paradigma de los tiempos verbales


En el cuento, el tiempo de la narración es el pretérito perfecto simple, como
por ejemplo: “sintió”, “aceptó”, “quiso”, “floreció”, “intentó”, “recordó”.
Se utiliza el pluscuamperfecto, tiempo que indica anterioridad en el pasado,
para la retrospección, como: “había apresado”, “habían conferido” y “habían previsto”.
También encontramos el condicional como: “podría” y “descansaría”, este
tiempo indica posibilidad en el pasado.

8
Se detiene la narración con el imperfecto, en verbos como: “confiaba”,
“disponían”, “chorreaba” y “recitaba”. El imperfecto es el tiempo de la descripción.
Identificamos marcadores temporales como: “cuando”, “entonces”, “dos horas
después” y “mientras”.

Descripción de los personajes y el contexto situacional


Los personajes que se presentan en el cuento “El eclipse” son Fray Bartolomé
Arrazola y los indígenas de la comunidad maya. Fray Bartolomé es un religioso
proveniente del convento de los Abrojos (España), desconoce la topografía de la selva
guatemalteca donde se encuentra aislado y sin esperanza, tiene conocimientos de la
cultura universal (entre ellos de Aristóteles), tiene un mediano dominio de las lenguas
nativas,
El tiempo en el cual se desarrolla la narración es el de la conquista de América,
en la época de Carlos V, durante un eclipse solar.
En el cuento, identificamos dos espacios: la selva de Guatemala y el altar de
sacrificios maya. La selva se presenta como poderosa e implacable. En el altar es donde
se deposita la piedra de sacrificios de la comunidad maya, a los ojos de Fray Bartolomé
Arrazola, es el lecho de descanso final.

Sentencia universal

El conocimiento es un bien de todos los hombres.

Bibliografía:

Eco, U (1986). Seis paseos por los bosques narrativos. Lumen.

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