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CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN C
I. ANTECEDENTES
1. Solicitud de tutela
Víctor Alfonso Pérez Gómez, presentó solicitud de amparo constitucional 1 en
contra del Consejo Superior de la Judicatura, con la pretensión de obtener la
protección de su derecho fundamental al debido proceso, presuntamente
vulnerado con la sentencia del 3 de mayo de 2018 2, proferida por la autoridad
accionada, que confirmó la sentencia del Consejo Seccional de la Judicatura de
Antioquia que lo sancionó por haber incurrido en una falta a la lealtad y honradez
contra un colega, por sustituirle como apoderado en un proceso sin cumplir con los
requisitos para ello.
1
Folios 1 a 24 del cuaderno principal del expediente del proceso de tutela.
2
Con radicación No.:05001-11-02-000-2015-02254-01 (14664-33).
Radicado: 11001-03-15-000-2018-04757-01
Demandante: Víctor Alfonso Pérez Gómez
2. Hechos
2.1. Rubén Darío Muñoz Pulgarín fue apoderado judicial de Roxana Echeverry
Hernández en un proceso de nulidad y restablecimiento del derecho contra la
Fiscalía General de la Nación desde el 26 de enero de 2004 hasta su conclusión.
El Tribunal Administrativo de Antioquia profirió sentencia de segunda instancia
favorable a la señora Echeverry Hernández el 7 de mayo de 2015 3.
2.3. El abogado Muñoz Pulgarín solicitó copias auténticas de los fallos de primera
y segunda instancia el 21 de mayo de 2015 en el Tribunal Administrativo de
Antioquia. La mencionada solicitud fue declarada improcedente porque se
presentó cuando el poder ya se había revocado.
3
Folios 772 a 780 del tercer cuaderno del proceso de nulidad y restablecimiento.
4
Folio 26 del anexo del expediente del proceso de tutela.
5
Ibídem folio 28.
6
Folio 31 del anexo del expediente del proceso de tutela.
7
Con radicación No.: 05001-23-31-000-2004-00683-01.
8
Folios 2 y 3 del primer cuaderno del expediente del proceso de nulidad y restablecimiento del
derecho.
9
Folios 90 a 103 del primer cuaderno del expediente del proceso disciplinario.
Radicado: 11001-03-15-000-2018-04757-01
Demandante: Víctor Alfonso Pérez Gómez
Aclaró que no es el abogado quien debe tener la justificación válida para aceptar
el poder porque todos los abogados podrían, en tal caso, decir que asumieron el
encargo para proteger el derecho a la defensa y al acceso a la justicia de su
cliente. Por lo que la justificación prevista en el numeral 2 del artículo 36 de la Ley
1123 de 2007 se refiere a las razones que tuvo la poderdante para revocar el
poder.
2.7.4. Respecto del argumento en el que el señor Pérez Gómez afirmó que su
actuación no había sido desleal porque esperó el tiempo de la regulación de
honorarios y tomó medidas precautelativas como suscribir un contrato protegiendo
los honorarios del anterior abogado, el Consejo Superior de la Judicatura
estableció que el actor sabía, e incluso había advertido a su poderdante que
recibir el poder bajo esas condiciones era una conducta disciplinariamente
reprochable por lo cual esta autoridad consideró que no era justificable iniciar la
relación contractual cuando sabía que carecía de los requisitos.
3. Pretensiones de tutela
Por otra parte alegó, que no se tuvo en cuenta como causal de exoneración de
responsabilidad que Víctor Alfonso Pérez Gómez actuó bajo error 13 al considerar
que su conducta había dejado de ser desleal por haber esperado cuatro meses
11
“Constituyen faltas a la lealtad y honradez con los colegas: // 2. Aceptar la gestión profesional a
sabiendas de que le fue encomendada a otro abogado, salvo que medie la renuncia, paz y salvo o
autorización del colega reemplazado, o que se justifique la sustitución o autorización del colega
reemplazado, o que se justifique la sustitución”.
12
Corte Constitucional sentencia C-212 de 2007.
Radicado: 11001-03-15-000-2018-04757-01
Demandante: Víctor Alfonso Pérez Gómez
5. Intervenciones
5.2. Rubén Darío Muñoz Pulgarín solicitó que se negara el amparo por
considerar que el actor estaba mintiendo en la narración de los hechos. Afirmó que
él se había comunicado con la cliente en el 2015 a diferencia de lo narrado por
ella, para lo cual anexó a su escrito de contestación la copia de unos correos
electrónicos que aportó junto con la contestación. También indicó que había
demostrado su interés en el proceso al ir a recoger las copias que prestaban
mérito ejecutivo de la sentencia de segunda instancia a los cinco días de proferida
y esgrimió que no era cierto que se hubieran esperado 30 días para que él
solicitara el incidente de regulación de honorarios, ya que el expediente se había
devuelto al juzgado de origen antes de cumplirse ese término.
13
Numeral 6 del artículo 22 de la Ley 1123 de 2007 “No habrá lugar a responsabilidad disciplinaria
cuando: // 6. Se obre con la convicción errada e invencible de que su conducta no constituye falta
disciplinaria”.
14
Folio 27 del cuaderno principal del expediente del proceso de tutela.
Radicado: 11001-03-15-000-2018-04757-01
Demandante: Víctor Alfonso Pérez Gómez
7. Impugnación
II. CONSIDERACIONES
1. Competencia
porque esta “no ha sido instituida para remplazar los medios
ordinarios existentes, ni para corregir y subsanar las deficiencias en que el actor
pudo haber incurrido en el ejercicio de las acciones pertinentes” 17. Por lo tanto, la
Sala estaría reemplazando al juez natural si aceptara que se siguieran aportando
pruebas fuera de la oportunidad, que buscan revivir el debate que ya fue resuelto
en el proceso disciplinario.
3. Problema Jurídico
Para resolver los problemas jurídicos así planteado es necesario hacer el examen a
la luz de la doctrina constitucional sobre la procedibilidad de la acción de tutela
contra providencias judiciales.
17
Corte Constitucional sentencia T-1008 de 2012.
Radicado: 11001-03-15-000-2018-04757-01
Demandante: Víctor Alfonso Pérez Gómez
Así las cosas, antes que todo es necesario verificar la legitimación en la causa
como una exigencia preliminar en cualquier acción de amparo, para,
posteriormente, pasar a constatar los demás requisitos generales de
procedibilidad, en los siguientes términos: (i) que la cuestión que se discute tenga
relevancia constitucional; (ii) que previo a la solicitud de tutela se hayan agotado
todos los medios de defensa judicial con los que cuenta la persona afectada; (iii)
que se cumpla con el principio de inmediatez; (iv) que en caso de que se alegue
una irregularidad procesal, la misma tenga la entidad de afectar la decisión; (v)
que en la solicitud de tutela se exprese de manera clara los hechos y los
fundamentos de la afectación de derechos que se imputa a la decisión judicial; y
de manera general, (vi) no procede elevar una solicitud de amparo contra
decisiones proferidas dentro de procesos de tutela.
18
Al respecto ver, entre otras, las sentencias T-573 de 1997, T-567 de 1998, T-001 de 1999, T-377
de 2000, T-1009 de 2000, T-852 de 2002, T-453 de 2005, T-061 de 2007, T-079 de 1993,T-231 de
1994, T-001 de 1999, T-814 de 1999,T-522 de 2001, T-842 de 2001, SU-159 de 2002, T-462 de
2003,T-205 de 2004, T-701 de 2004, T-807 de 2004, T-1244 de 2004, T-056 de 2005, T-189 de
2005, T-800 de 2006, T-061 de 2007, T-018 de 2008, T-051 de 2009, T-060 de 2009, T-066 de
2009, T-889 de 2011, T- 010 de 2012, T- 1090 de 2012, T-074 de 2012, T- 399 de 2013, T-482 de
2013, T- 509 de 2013, T- 254 de 2014, T- 941 de 2014 y T-059 de 2015.
19
Sentencia de unificación por importancia jurídica, proferida por la Sala Plena de lo Contencioso
Administrativo el 5 de agosto de 2014. M.P: Jorge Octavio Ramírez Ramírez. Exp. n. º 11001-03-
15-000-2012-02201-01 (IJ) Demandante: Alpina Productos Alimenticios S.A.
Radicado: 11001-03-15-000-2018-04757-01
Demandante: Víctor Alfonso Pérez Gómez
5.1. La Sala encuentra que hay legitimación en la causa tanto por activa como
por pasiva.
Por activa, porque el actor de este trámite, fue el disciplinado en el proceso objeto
de esta acción de amparo y, por tanto, es quien sufre directamente los posibles
perjuicios derivados de la decisión del Consejo Superior de la Judicatura de
sancionarlo por haber incurrido en una conducta desleal con un colega.
20
Sentencias T-352 de 2012, T-103 de 2014, T-125 de 2012, entre otras.
Radicado: 11001-03-15-000-2018-04757-01
Demandante: Víctor Alfonso Pérez Gómez
5.4. En el sub lite se encuentra superado el requisito de inmediatez, toda vez que
la decisión de segunda instancia cuestionada se notificó el 26 de junio de 2018 y
la acción constitucional se radicó el 18 de diciembre de 2018, es decir, dentro del
término razonable que la jurisprudencia constitucional ha previsto 24 y que esta
Corporación fijó en seis meses, de forma general 25.
21
Corte Constitucional, sentencia C-590 de 8 de junio de 2005.
22
Corte Constitucional, sentencia SU-439 de 13 de julio de 2017 y T-458 de 29 de agosto de 2016.
23
Corte Constitucional, sentencia T-102 de 16 de febrero de 2006. En igual sentido ver sentencias
T-075-18, T-451-18, T-422-18 y T-248-18.
24
Corte Constitucional, SU-961de 1999 y T-031 de 2016 del 8 de febrero de 2016.
25
Sentencia proferida por la Sala Plena del Consejo de Estado el 5 de agosto de 2014, en la que,
explícitamente, “(…) la Sala Plena, como regla general, acoge un plazo de seis meses, contados a
partir de la notificación o ejecutoria de la sentencia, según el caso, para determinar si la acción de
tutela contra providencias judiciales se ejerce oportunamente” (Radicado: 11001-03-15-000-2012-
02201-01).
Lo anterior, en todo caso, debe tomarse de manera flexible a partir de las condiciones del caso
concreto, pues, como lo deja claramente dicho la Corte Constitucional en la ya mencionada
Radicado: 11001-03-15-000-2018-04757-01
Demandante: Víctor Alfonso Pérez Gómez
sentencia T-246 de 2015, confirmando las sentencias T-328 de 2010, T-860 de 2011, T-217 de
2013 y T-505 del mismo año, “el requisito de la inmediatez deberá ser abordado desde la
discrecionalidad y autonomía judicial, con el fin de que cada juez evalúe si la solicitud fue
presentada dentro de un plazo razonable y proporcional, toda vez que, “(…)en algunos casos, seis
(6) meses podrían resultar suficientes para declarar la tutela improcedente; pero, en otros eventos,
un término de 2 años se podría considerar razonable para ejercer la acción de tutela, ya que todo
dependerá de las particularidades del caso”.
Radicado: 11001-03-15-000-2018-04757-01
Demandante: Víctor Alfonso Pérez Gómez
En particular, el accionante afirma que existen dos errores en la forma como la entidad
accionada interpretó la disposición y que esta Sala pasará a analizar a continuación:
(i) El primer error interpretativo alegado lo hace consistir en que la accionada no tuvo
en cuenta que la finalidad de esta norma es proteger al abogado que ostentaba el
cargo y evitar la competencia desleal. Para el señor Pérez Gómez se incurre en falta a
la lealtad y la honradez cuando se reemplaza al abogado que estaba llevando la
gestión del asunto aprovechándose de su esfuerzo profesional y generando la pérdida
de sus honorarios. Bajo ese entendido, el actor consideró que su conducta no
constituía la falta que le había sido imputada, toda vez que esperó cuatro meses
después desde la revocatoria del poder del anterior representante judicial, para asumir
el mandato. Además, estuvo pendiente del incidente de regulación de honorarios y
celebró un contrato de prestación de servicios con la señora Echeverry Hernández
protegiendo los honorarios de su abogado antecesor.
La Sala encuentra que para dar respuesta al alegato del actor es pertinente, primero,
aclarar cuál es la finalidad de la disposición cuestionada a partir de una perspectiva
general desde el sistema integrado del Código Disciplinario del Abogado y,
especialmente, las aproximaciones que sobre el particular ha hecho la jurisprudencia
constitucional.
26
La Corte Constitucional se ha referido a este defecto en los siguientes términos: “[u]na autoridad
judicial puede incurrir en defecto sustantivo por interpretación irrazonable, en al menos dos
hipótesis:
(i) cuando le otorga a la disposición jurídica un sentido y alcance que ésta (SIC) no tiene
(contraevidente), es decir, deriva interpretativamente una norma jurídica que no se desprende del
marco normativo que ofrece la disposición aplicable al caso, vulnerando de esta manera el
principio de legalidad. En otras palabras, se trata de una hipótesis en la cual se arriba a una norma
jurídica cuya adscripción a la disposición de la que se pretende su derivación no es posible por
contrariar los principios básicos de la lógica y las reglas de la experiencia o,
En relación con la primera hipótesis (interpretación contraevidente), la Corte ha indicado que las
fallas originadas en el proceso hermenéutico “han de ser protuberantes para que sea factible
predicar que a la ley se le ha otorgado un sentido contraevidente”. De manera que no es una
simple discrepancia dogmática respecto de la opción interpretativa acogida por la autoridad judicial
la que estructura el defecto sustantivo, sino que la misma ha de ser manifiestamente irracional, sin
sentido, consecuencia de una desviación notoria del derecho” en sentencia SU-210 de 2017.
Radicado: 11001-03-15-000-2018-04757-01
Demandante: Víctor Alfonso Pérez Gómez
de los abogados para que sea más compatible con el interés general,
intenta armonizarla con los principios constitucionales y adecúa los deberes y
obligaciones para que sean afines a un Estado Social y Democrático de Derecho. Esta
concepción del poder disciplinario tan intrínsecamente vinculada a los principios
constitucionales busca resaltar la función social que cumplen los abogados 27.
De los anteriores conceptos se deriva que el legislador consagró las faltas del artículo
36 de la Ley 1123 de 2007 porque considera que con ellas se vulneran dos
componentes que son, por un lado la confianza mutua y la buena fe, y, por otro lado, el
recto proceder en términos económicos. Con base en este análisis de la finalidad de la
disposición, se verifica que el mandato de comportamiento que de ella se deriva no se
refiere exclusivamente al recto proceder en materia económica sino a un actuar
sincero, correcto y de buena fe que debe leerse a la luz de los principios
constitucionales.
(ii) El segundo error en la interpretación que alegó el actor se funda en que todas las
formas enlistadas para no incurrir en la falta de lealtad y honradez requerían una
actuación del abogado que estaba siendo reemplazado, lo que ante una situación
como la del caso concreto en la que ese abogado era muy difícil de contactar, podían
vulnerarse los derechos fundamentales al acceso a la administración de justicia y a la
defensa de la cliente.
31
Decreto 196 de 1971 “Artículo 56. Constituyen faltas a la lealtad profesional:
(…)
2a. Aceptar la gestión profesional a sabiendas de que le fue encomendada a otro abogado, salvo
que medie la renuncia o autorización del colega reemplazado, o que se justifique la sustitución”.
Radicado: 11001-03-15-000-2018-04757-01
Demandante: Víctor Alfonso Pérez Gómez
Así las cosas, la entidad accionada hizo un claro y razonable análisis de la situación de
la cliente y, con base en las circunstancias de su relación de representación durante
varios años que duró el proceso; concluyó que no existía una situación que se pudiera
catalogar de urgente o riesgosa para sus derechos al acceso a la administración de
justicia y a la defensa, de manera que la prematura asunción del negocio por parte del
ahora accionante, resultaba contrario a la lealtad profesional.
Víctor Alfonso Pérez Gómez también señaló que la autoridad demandada incurrió
en el defecto sustantivo de haber desatendido la norma aplicable al caso 33, en lo
que se refiere al numeral 6 del artículo 22 de la Ley 1123 de 2007 que reza:
Este defecto debe estudiarse en conjunto con el anterior pues para analizar si el actor
se encuentra excusado por haber estado inmerso en un error invencible es necesario,
primero, haber determinado el alcance de la falta objeto de la sanción disciplinaria.
Sobre este punto, la Sala, trae los mismos argumentos expuestos al analizar el defecto
sustantivo por error en la interpretación, en el sentido que el accionante eligió una
interpretación normativa limitada, en la que excluye de la norma disciplinaria todo
aquello relativo a la lealtad que resultó aplicable en su caso. Así, el actor pretende
excusarse, a partir de una serie de actos que, como ya vio, no están contemplados en
la disposición. Todo ello cuando le hubiera bastado contar con el paz y salvo, la
autorización o la renuncia del anterior defensor, que prevé el propio artículo 36 de la
Ley 1123 de 2007, para haberse excusado y, solo así, evitar incurrir en conductas que
faltaran a la lealtad y honradez.
En este orden de ideas, no se advierte una omisión de la norma aplicable por parte de
la autoridad accionada, sino una valoración de las circunstancias que no son
compartidas por el actor en sede de tutela, de modo, como también lo consideró el a
quo constitucional, no se encuentra este defecto en la providencia del Consejo
Superior de la Judicatura,
Las pruebas que Víctor Alfonso Pérez Gómez considera que fueron omitidas son: i) el
testimonio de Germán Echeverry Gómez, padre de la mandante, que afirma que en el
2013 tuvieron una discusión con el abogado Muñoz Pulgarín sobre el monto de los
honorarios y que solamente se comunicaban telefónicamente con él siendo muy difícil
ubicarlo; ii) el testimonio de Carlos Mario Vanegas Calle, persona que le recomendó al
abogado Pérez Gómez, que afirma que Roxana Echeverry Hernández le contó en
repetidas ocasiones que no lograba comunicarse con su abogado; iii) el testimonio de
Henry Anibal Romaña Asprilla, persona a la que la mandante alguna vez le recomendó
al abogado Muñoz Pulgarín, que afirma que ella buscó a su abogado después de que
se publicó la sentencia de segunda instancia y como no logró encontrarlo optó por
conseguir otro abogado; iv) el memorial suscrito el 8 de julio de 2014 en el que la
actora mencionó que tenía dificultades con su abogado; y v) el memorial del 15 de
mayo de 2015 en el que revocó el poder indicando que la razón para hacerlo fue que
no recibía información respecto de su proceso.
Las anteriores pruebas fueron todas decretadas y practicadas por el Consejo Superior
de la Judicatura y aparecen mencionadas en la providencia del 3 de mayo de 2018. La
valoración fue realizada por el juez natural, quien consideró que con estas no se
acreditaba una causal de justificación para haber hecho la sustitución del abogado,
porque, como ya se expuso, la mandante conocía las diligencias adelantadas por el
abogado y la falta de comunicación no era un justificante toda vez que el vínculo había
tenido esa característica por más de diez años.
Así las cosas, la Sala evidencia que la autoridad demandada no vulneró el derecho al
debido proceso de Víctor Alfonso Pérez Gómez.
Bajo este entendido, la Sala pasará a confirmar la decisión del 21 de marzo de 2019
proferida por la Subsección A de la Sección Segunda del Consejo de Estado que negó
el amparo constitucional del derecho fundamental al debido proceso de Víctor Alfonso
Pérez Gómez.
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