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Los valores éticos son pautas que regulan el comportamiento de las personas.
Son una guía de aquello que se considera ideal en un individuo y sirven para
modelar el comportamiento en sociedad, al determinar lo que se considera
correcto de lo que no.
Por ejemplo, lo correcto es que seamos respetuosos con nosotros mismos y con
los demás. No serlo se considera una falta a uno de los valores éticos
fundamentales.
1. Respeto
Es la consideración y el valor que le damos al otro. Aunque muchas veces esa
valoración está asociada al prestigio o estatus del otro, como cuando respetamos
a alguien porque se destaca del resto o porque es una persona mayor, la realidad
es que todos merecemos ser respetados por el hecho de ser personas.
El respeto es un valor ético que comienza con nosotros mismos. Solo de esa
forma podemos respetar a los demás y ayudar a construir un espacio seguro para
la convivencia social.
2. Libertad
Por ejemplo, si ejercemos nuestra libertad de actuar haciendo una fiesta super
ruidosa durante todo el fin de semana, estamos irrespetando el derecho al
descanso de nuestros vecinos.
3. Responsabilidad
La responsabilidad implica reconocer y responder por nuestras acciones. Eso
significa asumir las consecuencias de nuestros actos, aun y cuando los resultados
no sean los esperados o deseables.
4. Honestidad
La honestidad es la capacidad de ser honesto, esto es, de actuar con
transparencia y verdad. Para ello, la honestidad requiere de coherencia entre
nuestros pensamientos y acciones.
La honestidad es uno de los valores éticos más importantes para una sana
convivencia social e implica no sólo obrar correctamente ante los demás, sino
principalmente ante nosotros mismos.
5. Justicia
La justicia es un valor que se ejerce cuando cada individuo recibe lo que le
corresponde. No solo es un valor ético, sino un derecho humano fundamental. Sin
justicia, ninguna sociedad puede funcionar adecuadamente.
Para que la justicia pueda aplicarse correctamente, es necesario contar con marco
moral y jurídico que describa aquello que se considera justo para el bien común,
Por ejemplo, si las normas morales dicen que robar implica un castigo, lo justo es
que un ladrón reciba la sanción correspondiente una vez que se ha comprobado el
delito.
6. Igualdad
La igualdad consiste en considerar a todas las personas como sujetos con los
mismos derechos y obligaciones.
7. Verdad
La verdad como valor ético se refiere a la descripción de la realidad tal y como es.
Es decir, implica la veracidad de los hechos.
8. Lealtad
9. Humildad
La humildad es el valor ético expresado en el reconocimiento y uso de nuestras
capacidades sin necesidad de demostrarlo públicamente. La persona humilde
sabe de lo que es capaz, pero suele actuar con discreción, sin hacer alarde de lo
que puede hacer.
10. Equidad
La equidad está vinculada con la justicia, pero va un poco más allá. La equidad
también requiere que cada persona obtenga lo que merece, pero toma en cuenta
sus necesidades. Esto es muy importante porque incluso en una situación de
aparente justicia, una persona puede no tener acceso a aquello que requiere.
Por ejemplo, todos los niños de un salón de clases reciben un libro porque le
corresponde a cada uno (justicia). Pero si hay un estudiante con discapacidad
visual ese libro debe estar en Braille para que efectivamente lo pueda leer
(equidad).
11. Solidaridad
La solidaridad es todo acto que hacemos por los demás de manera desinteresada,
sin esperar obtener algún beneficio.
Por ejemplo, ayudando a nuestros vecinos a cargar las compras, donando sangre
o regalando nuestra ropa usada a un albergue.
12. Transparencia
La transparencia es un valor ético que se aplica cuando nuestras acciones son tan
claras y honestas que no tenemos inconveniente con que sean evaluadas por
otros. Dicho de otra forma, es cuando no tenemos nada que ocultar.
13. Tolerancia
Respetar las ideas de los demás aunque no coincidan con la nuestra es una
muestra de tolerancia. Este valor ético tiene implicaciones importantes en la
sociedad: si cada individuo tiene sus propias convicciones y creencias, entonces
es necesario aceptar y respetar esa diversidad para convivir de manera armónica.
14. Imparcialidad
La imparcialidad es actuar objetivamente para procurar el bien común, sin que
nuestros juicios o creencias interfieran en nuestras decisiones.
15. Integridad
La integridad es la disposición para hacer aquello que es correcto. Por ello, la
integridad es un valor que se nutre, entre otros, de la honestidad, el respeto, la
justicia y la responsabilidad.
Una persona íntegra puede tomar decisiones que le beneficien sin afectar a otros,
ya que sus acciones se rigen por la rectitud y la coherencia.
16. Beneficencia
La beneficencia es un valor ético que consiste en hacer el bien o reparar un daño
sin causar mayor prejuicio a los demás. Es uno de los valores más importantes en
el ámbito médico, por ejemplo, porque implica ayudar a otros a mejorar su
situación sin generar nuevos inconvenientes de salud.
Un ejemplo sería que si un paciente es diabético e hipertenso, el médico
recomendará un tratamiento que ayude a mejorar la diabetes pero que al mismo
tiempo no tenga efectos en su presión arterial.
Ejemplos de moral
Los sistemas morales varían según cada cultura y pueden modificarse
con el paso del tiempo. En cualquier caso, son guías de conducta social.
Algunos ejemplos de moral en la vida cotidiana pueden ser:
Parece algo muy obvio, pero para algunas personas es difícil cumplir con
sus compromisos económicos. Cuando pedimos algo prestado
(especialmente dinero), nuestro deber moral es devolverlo. Es la forma
correcta de demostrar que somos capaces de cumplir con nuestra
palabra, de generar confianza en el otro y de ser recíprocos con la ayuda
que nos brindaron.
5. Decir la verdad
Cuando los padres se aseguran de que sus hijos estén sanos y vayan a
la escuela, los están protegiendo. Cuando los maestros reconocen y
estimulan las capacidades de los niños, están reconociendo su valor
como personas.
Ser honrados es una práctica moral que no solo nos garantiza buenas
relaciones con nuestro entorno cercano, sino que ademas es una de las
bases de una sociedad desarrollada. La honradez implica la
transparencia de nuestras acciones, por lo tanto, una persona honrada
es alguien en quien se puede confiar.
Ser leales implica respetar, cuidar y honrar a las personas con quienes
tenemos un vínculo. Somos leales con nuestra familia cuando actuamos
para el beneficio de todos sus integrantes, somos leales con nuestros
compañeros de trabajo cuando trabajamos en equipo por un objetivo
común y resolvemos nuestras diferencias de forma respetuosa. Ser leal
requiere respeto y transparencia.
Si para hacer algo necesitamos de otra persona, esta tiene que darnos
su consentimiento para hacerlo, es decir, tiene que expresar su voluntad
de forma clara. De lo contrario, estamos violentando su derecho a
decidir. En una relación de pareja, por ejemplo, siempre se requiere del
consentimiento del otro, porque hacerlo partícipe de algo sin que haya
expresado su voluntad puede, incluso, ser un delito, dependiendo de la
gravedad del caso.