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Individualización de Audiencia de lectura de sentencia

Fecha Santiago., cuatro de mayo de dos mil veintidós


Magistrado Pamela Quiroga Lorca
Fiscal Pamela Contreras Matus (Ausente)
Querellante Fernando Burgos Medero (Asiste)
Defensor Patricia Alvarado Masafierro (por Vanessa Breuer) (Ausente)
Defensor Mario Lira Nieto (por Marcelo Vergara) (Asiste)
Hora inicio 13:03 PM
Hora termino 13:10 PM
Sala Videoconferencia Zoom
Tribunal 2º TRIBUNAL DE JUICIO ORAL EN LO PENAL DE SANTIAGO
Anfitrión y Acta Katteryne Díaz Candia
RUC 2000361206-7
RIT 247 - 2021

Actuaciones efectuadas

NOMBRE IMPUTADO RUT DIRECCION COMUNA


VANESSA ALDANA BREUER 13.907.681-8 Calle NUEVA RECOLETA Recoleta.
TAPIA (Priv. De libertad- Asiste) Nº 3840
MARCELO DAVID VERGARA 16.796.463-K Pasaje ISABEL DE Maipú.
VERDUGO (Priv. De libertad – No CASTILLA Nº 3796
asiste)

Actuaciones efectuadas

Cesa prisión preventiva

RUC RIT Ámbito afectado


2000361206-7 247-2021 PARTICIPANTES.: Denunciado. - VERGARA VERDUGO MARCELO
DAVID

Orden de libertad:

RUC RIT Ámbito afectado


2000361206-7 247-2021 PARTICIPANTES.: Denunciado. - VERGARA VERDUGO MARCELO
DAVID

Lectura de sentencia:

RUC RIT Ámbito afectado


RELACIONES.: VERGARA VERDUGO MARCELO DAVID /
Homicidio.
RELACIONES.: BREUER TAPIA VANESSA ALDANA / Parricidio.
PARTICIPANTES.: Fiscal. - CONTRERAS MATUS PAMELA
2000361206-7 247-2021 ANDREA
PARTICIPANTES.: Defensor. - ALVARADO MASAFIERRO
PATRICIA ANDREA
PARTICIPANTES.: Defensor. - LIRA NIETO MARIO ANDRÉS
PARTICIPANTES.: Abogado patrocinante. - BURGOS MEDERO
FERNANDO ANTONIO
CAUSA.: R.U.C=2000361206-7 R.U.I.=247-2021

Orden de libertad:

RUC RIT Ámbito afectado


2000361206-7 247-2021 PARTICIPANTES.: Denunciado. - VERGARA VERDUGO MARCELO
DAVID

Santiago, cuatro de mayo de dos mil veintidós.


Vistos y Considerando:
Primero: Que, ante esta Sala del Segundo Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago,
constituida por la Juez Presidente doña Paula Rodríguez Fondón y las juezas doña Carolina Palacios
Vera y doña Pamela Quiroga Lorca, se llevó a efecto la audiencia del juicio oral de la causa rol interno del
tribunal Nº 247-2021, seguida en contra de Vanessa Aldana Breuer Tapia, cédula nacional de identidad
Nº13.907.681-8, nacida en Santiago el 3 de septiembre de 1979, de 42 años de edad, soltera, dueña de
casa, domiciliada en Nicolás de Gárnica N°650 comuna de Recoleta, y en contra de Marcelo David
Vergara Verdugo, cédula nacional de identidad Nº16.796.463-K, nacido en Santiago el 6 de octubre de
1987, 34 años de edad, soltero, maestro de la construcción, no recuerda su último domicilio, pero el de su
madre es Isabel de Castilla 3796, Maipú.
La acusación fue sostenida por el Ministerio Público, representado por la Fiscal doña Pamela
Contreras Matus, mientras que la querellante don Nicolás Rivera Medina, estuvo representada por el
abogado Fernando Burgos Medero. Finalmente, la defensa de la acusada Breuer Tapia estuvo a cargo de
la defensora penal pública doña doña Patricia Alvarado Masafierro y la del acusado Vergara Verdugo fue
sostenida por el defensor penal público don Mario Lira Nieto, todos con domicilio y forma de notificación
ya registrados en el Tribunal.
Segundo: Que, la acusación materia de este juicio se basó en los siguientes hechos:
“El día 03 de abril de 2020, en horas de la tarde los imputados Vanessa Aldana Breuer Tapia y
Marcelo David Vergara Verdugo concurrieron hasta el inmueble ubicado en calle Nicolás de Gárnica
N°650 de la comuna de Recoleta, lugar en el cual se encontraba la víctima don Carlos Hugo Rivera
Flores, con quien la imputada Vanessa Breuer Tapia convivía en el inmueble antes señalado. Una vez en
el lugar, ambos imputados ingresan al inmueble, y previamente concertados, proceden a agredir con
elementos cortopunzantes y contundentes a la víctima Rivera Flores, quien a raíz de los golpes y
múltiples heridas cortopunzantes propinados en diversas partes del cuerpo falleció en el lugar”
En opinión del Ministerio Público, los hechos así descritos configuran el delito de homicidio
simple, previsto y sancionado por el artículo 391 N°2 del Código Penal respecto del imputado Vergara
Verdugo y el delito de parricidio previsto y sancionado 390 del Código Penal respecto de la imputada
Breuer Tapia, el que se encuentra consumado, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 7º del
Código Penal, correspondiéndole a los acusados responsabilidad a título de coautores en el delito, de
conformidad a lo previsto en el artículo 15 N°3 del Código Penal.
A juicio de la Fiscalía, concurre a favor de los encausados, la circunstancia atenuante de
responsabilidad criminal prevista en el artículo 11 Nº6 del Código Penal, y en razón de ello solicitó se
impusiera a Vanessa Aldana Breuer Tapia la pena de 20 años de presidio mayor en grado máximo, y a
Marcelo David Vergara Verdugo la pena de 15 años de presidio mayor en grado medio, en ambos
casos, más accesorias legales y costas de la causa conforme al artículo 45 y siguientes del Código
Procesal Penal.
En su alegato de apertura la señora fiscal indicó que estos hechos empiezan el 2 de abril de
2020, época en que la víctima, en cuarentena, estaba en su casa. Precisó que la acusada había dejado el
hogar común hacía varios días, debido a su consumo de drogas ella se iba y Carlos iba a buscarla. El día
de los hechos ella llegó con Marcelo Vergara, su pareja en ese momento. La víctima los dejó entrar y
entre ambos lo agredieron y le dieron 20 puñaladas, más golpes en el cráneo. Añadió que ellos
aprovechando la noche y que el ofendido estaba solo, con superioridad numérica, lo abaten con 24
puñaladas.
Durante la clausura refirió que con la prueba allegada se acreditó la participación dolosa de
ambos acusados, y que en este caso no concurren circunstancias eximentes de responsabilidad penal.
Precisó que la dinámica de coparticipación se puede acreditar por la declaración del acusado cuando
señala que ellos fueron a la casa de la víctima en pleno toque de queda, lo que ellos buscaban era darle
una lección a la víctima y la acusada reconoce que le dio unas patadas, tomaron sus cosas y se fueron,
permaneciendo indiferentes a la muerte de esta persona, era imposible no saber que Carlos estaba
muerto. Añadió que existe versiones contradictorias de los acusados, Vanessa dijo una cosa diferente a
la psicóloga, y sus dichos no se corroboran con prueba objetiva, no hay rastros en el dato de atención de
urgencia, ella no tiene lesiones cortopunzantes, solo una laceración en etapa de cicatrización.
Agregó que no hay duda de que Vanessa era víctima de violencia intrafamiliar, pero no se puede
tolerar la autotutela, acá hubo justicia por mano propia. En este caso no fue el hombre maltratador quien
fue a buscar a la víctima, ella llevaba varios meses fuera del domicilio y había rehecho su vida con una
nueva pareja, Carlos nunca fue a buscarla. Había otras formas de que ella obtuviera ropa y su cédula de
identidad, había opciones que los imputados pudieron usar, ella pudo seguir con su vida, volvió con
ánimo de venganza, a hacer justicia por todas las golpizas anteriores, le propinaron 20 puñaladas, y no
medió una agresión que fuera necesaria para salvar la vida de Vanessa. Indicó que la agresión ilegitima
es la base de la exención de responsabilidad, acá no existe la agresión ilegítima, no se encontró el
cuchillo con el que agredieron a la víctima, Vanessa no tenía lesiones y Marcelo presentaba laceraciones
en etapa de cicatrización.
Señaló, además, que suponiendo que Carlos hubiera tenido el cuchillo Marcelo es más joven y
tiene conocimiento de artes marciales, reconoce haberlo desarmado, ellos pudieron salir de la casa, pero
en vez de eso decidieron agredir a la víctima, darle una lección por ser un agresor de mujeres. Agregó
que la víctima no tenía signos de defensa, no logró defenderse, por lo que no se da el requisito de peligro
actual, real e inminente. Tampoco concurre la atenuante del artículo 11N°1 en relación al artículo 10 N°4,
ambos del Código Penal, porque no hay proporcionalidad.
En la audiencia de determinación de pena, se opuso al reconocimiento de las atenuantes
11N°8 y 9 del Código Penal y mantuvo la pretensión punitiva que solicitó en la acusación.
Tercero: Que la parte querellante dedujo acusación particular, la que fundó en los siguientes
hechos:
“El día 03 de abril de 2020, en horas de la tarde los imputados Vanessa Aldana Breuer Tapia y
Marcelo David Vergara Verdugo concurrieron hasta el inmueble ubicado en calle Nicolás de Gárnica
N°650 de la comuna de Recoleta, lugar en el cual se encontraba la víctima don Carlos Hugo Rivera
Flores, con quien la imputada Vanessa Breuer Tapia había convivido en el inmueble antes señalado. Una
vez en el lugar, ambos imputados ingresan al inmueble, y previamente concertados, proceden a agredir
con elementos cortopunzantes y contundentes a la víctima Rivera Flores, quien a raíz de los golpes y
múltiples heridas cortopunzantes propinados en diversas partes del cuerpo falleció en el lugar.
En su acusación el querellante califica estos hechos como un delito de homicidio calificado,
respecto del imputado Vergara Verdugo y un delito de parricidio en relación a la imputada Breuer Tapia,
delito que se encuentra consumado, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 7º del Código Penal.
El acusador particular atribuye a los acusados Breuer Tapia y Vergara Verdugo, participación en
calidad de Coautor Ejecutor de los ilícitos ya mencionados, en conformidad de lo estipulado en el artículo
15 N°1 del Código Penal.
Además, señaló que perjudica a ambos acusados la circunstancia agravante de responsabilidad
penal contenida en el numeral 18 del artículo 12 del Código Penal, consistente en ejecutar el hecho en la
morada de la víctima. Y en virtud de aquello solicitó se aplicara a la acusada Vanessa Aldana Breuer
Tapia como autora del delito de parricidio consumado, la pena de veinte años de presidio mayor en
grado máximo, y al acusado Marcelo David Vergara Verdugo como autor del delito de homicidio
calificado, la pena de veinte años de presidio mayor en grado máximo, en ambos casos, más las
accesorias legales y costas de la causa conforme al artículo 45 y siguientes del Código Procesal Penal.
Adicionalmente, respecto de ambos imputados y de conformidad a lo dispuesto en el artículo 17
de la Ley 19.970 que crea el Sistema Nacional de Registro de ADN, solicitó se ordenara la toma de
muestra biológica a los acusados, con la finalidad de determinar su huella genética, ordenando su
inclusión en el Registro de Condenados que al efecto administra el Servicio de Registro Civil, conforme a
la ley.
En su alegato de apertura indicó que no desconoce la existencia de una relación mal sana, y
que a la época del homicidio ya no tenían comunidad de techo, pero los acusados llegaron durante el
toque de queda que desde 22 de marzo regía en todo Chile. La víctima estaba al interior de su casa, por
eso se pide la agravante del artículo 12 N°18 del Código Penal. Había un desequilibrio de fuerzas.
Precisó que la calificante invocada era la alevosía en la hipótesis de actuar sobre seguro.
En su alegato de clausura insistió en que la calificación jurídica, a su juicio, era la de homicidio
calificado en la caso de Marcelo Vergara y que este se establecía a partir de la declaración de las dos
peritos médico, precisando que fundaba la alevosía en el aprovechamiento de la asimetría, la incapacidad
defensiva de la víctima, lo que se acredita a partir de los dichos de la doctora Bustos, quien señaló que la
posición del cadáver da cuenta del lugar donde se efectúa el ataque, allí Rivera recibe gran parte del
ataque. Además, en las imágenes de la autopsia se aprecian siete heridas en el cuero cabelludo que
pudieron provocar compromiso de conciencia y 22 lesiones entre las cortopunzantes y cortantes, lo que
se suma a las afirmaciones de la doctora Bustos que trabajó con el cadáver en el sitio del suceso, y dijo
que eran heridas unilaterales, lo que implica que siempre estuvo en posición pasiva al recibir las
agresiones, además, se empleó múltiples elementos de ataque. Esto supera un ataque normal, además,
hay heridas y lesiones de baja frecuencia en una acción homicida, en la zona del pubis, no es esperable
verlas, todo esto da cuenta de móviles de ataque que superan con creces la legítima defensa o el estado
de necesidad exculpante, porque estamos frente a alguien desarmado.
Se opuso a la consideración de la legítima defensa, puesto que, la defensa como reacción
termina cuando se desarma a Rivera Flores, según la doctora Bustos estaba completamente a merced de
sus agresores. No es posible desentenderse de la coautoría.
En la audiencia de determinación de pena adhirió a las penas solicitadas por Ministerio
Público por la extensión del daño causado. Se opuso al reconocimiento de las circunstancias atenuantes
establecidas en el artículo 11 N°8 y 9, fundado en que no se puede desentender que las tesis
absolutorias de ambas defensas hacen caer estas atenuantes, se trata de relatos acomodaticios que
buscan librarlos de responsabilidad penal. Respecto a la del número 8, señaló que ambos acusados
quedaron vinculados al proceso por una orden de detención por una investigación, no es que se
direccione el proceso por la acción de ellos. Acá estaban identificados desde un primer momento por las
diligencias investigativas. Además, de unos mismos hechos se busca cubrir más de una atenuante.
Añadió que el artículo 68 del Código Penal es una norma facultativa, y dada la naturaleza de los hechos,
pide que no se aplique y se mantenga las penas solicitadas por los acusadores. Respecto de la pena
sustitutiva, argumentó que los informes de aptitud incorporados son insuficientes para asegurar si el
justiciable es permeable o no a la intervención de un agente normativo externo.
Cuarto: La defensa, de Vanessa Breuer en su alegato de apertura señaló que no estábamos
frente a un homicidio, sino que, frente a violencia, la que empieza antes de que se produjeran estos
hechos, es un caso de violencia que inició la víctima y que duró años. La acusada fue víctima de violencia
de género por años, y había logrado escapar hacía dos meses, se había ido de ese domicilio, ella se fue
con lo puesto y dejó la mayoría de sus pertenencias en esa casa, en esos documentos había algunos de
importancia, como su cédula de identidad y los antecedentes de que ella estaba en tratamiento en un
COSAM por violencia de género, debió volver a la casa a buscar sus documentos. Ese día ella fue con
Marcelo y para evitar problemas fue sola, pidiendo a la víctima que le entregara sus cosas, el occiso le
dice que no las encuentra para obligarla a entrar a la casa, en el cadáver de la víctima están los
documentos de Vanessa que él dijo que no había encontrado. Vanessa entró sola y la víctima le puso un
candado a la puerta para que no pudiera salir y comenzó a agredirla, Marcelo escuchó sus gritos y entró
a defenderla. Hay constataciones de lesiones y un procedimiento intermedio, los detuvieron un mes
después, dos días después ellos fueron a entregarse y decir a la policía que habían matado a Carlos. Ese
procedimiento da cuenta que ellos confesaron y se entregaron, les constataron lesiones, los dejaron en
libertad y sólo apercibidos. Indicó que los acusados no se pusieron de acuerdo para ir a matarlo, fue
porque él agredió a Vanessa, no hay antecedentes de un concierto previo, esto fue algo circunstancial.
Señaló que la investigación es sesgada, los peritos dicen que tenían disponibles manchas de sangre con
perfiles biológicos que podían ser comparados pero el Ministerio Público no lo pidió, Vanessa también
estaba sangrando, esas manchas de sangre se recogieron por los peritos pero no se les hizo perfiles de
ADN. Lo que su representada plantea tiene más corroboración, va a presentar prueba para corroborar la
violencia que sufría Vanessa, una pericia psicológica y vecinos que darán cuenta de los episodios de que
fueron testigos de los golpes que recibía Vanessa.
En definitiva, solicitó la absolución de su representada por falta de participación, ella ni siquiera
tomó en sus manos un arma que pudiera hacer daño al acusado.
Durante su clausura refirió que este juicio se trata de una mujer que fue golpeada por años, en
vulnerabilidad, y que busca ayuda y va al COSAM para dejar el consumo, en esta relación huyó del
agresor con lo puesto, y quería sus cosas, había trabajado por sus cosas y tenía derecho a tenerlas.
Añadió que ella fue agredida por años, estaba siendo agredida en esa oportunidad y fue defendida, y
entre la rabia por los golpes de años, ella reconoce haberlo golpeado mientras él la tenía por los brazos, y
reconoce que lo golpeó y lo insultó. Agregó que todo lo declarado por los acusados tiene corroboración
con lo declarado en el juicio oral, especialmente, por los testigos civiles. Destacó que los acusados no
tienen antecedentes penales, han colaborado desde el día uno, trataron de declarar y no los dejaron.
Además, Marcelo asume la responsabilidad de la agresión, la imputada nunca fue escuchada antes,
siempre ha dicho que fue víctima de agresión y fue defendida por Marcelo. La perito Pía Carrasco dice
que no muestra frialdad sino que tristeza y culpa.
Añadió que acá no hubo un concierto previo, esto no tiene corroboración con alguna prueba, al
contrario, la acusada llega sola al domicilio y fue a recuperar sus pertenencias, el testigo Torres la ve
parada fuera de la reja y pedir sus cosas. La testigo Heredia también dice que la escuchó gritar desde
afuera del domicilio, y cuando la golpeaban ingresó Marcelo, no entraron juntos y el propósito no fue
agredirlo, el acusado mantenía en su poder la cédula de identidad de Vanessa, Carlos nunca tuvo la
intención de entregársela. Cuando los acusados se fueron pasaron más de 10 y 15 minutos lo que da
cuenta de un acto del momento y no planeado.
Indicó que Carlos agredió una vez más a Vanessa, además, él tenía droga y alcohol en su
cuerpo, lo que coincide con lo manifestado por Vergara que dijo que estaba eufórico.
En cuanto a la participación de Vanessa, el testigo Torres dice que ella gritaba “no lo mates”, eso
nos da a entender que no era ella la que lo agredía. Ella trató de parar esta situación, ella no buscó la
situación, ella reconoce que le dijo “toma” y esto fue antes del cuchillo, fue cuando estaba siendo
agredida con el alicates en su brazo. Es verdad que el occiso tiene múltiples heridas, pero asume la
responsabilidad Marcelo Vergara, y dice que luego de los cortes lo golpeó con una botella, lo que coincide
con los golpes del cráneo.
Posteriormente en la investigación Olave dice que se denunciaron después de los hechos,
estaban siendo controlados cuando llegó Macarena y los sindicó. Indicó que la intención del testigo fue
introducir información que no está en la carpeta. En la constatación de lesiones de los acusados, aun
cuando es genérica y básica, se dice que presentan una laceración en cicatrización en los lugares que los
acusados dicen haber sido agredidos. La doctora Bustos dijo que las laceraciones pueden ser de
diferente magnitud, Marcelo aún tiene un corte en su nariz, tuvo que ir a la posta central a hacerse
curaciones.
Respecto de la colaboración, Dan Goldberg no dijo todo lo que los testigos señalaron, los
imputados trataron de prestar declaración y no los dejaron. Cuando fueron detenidos dos días después
ellos ya tenían una versión de los hechos, pero no se investigó su versión, no se analizó la identidad de
las muestras de sangre halladas.
Reiteró que la acusada recibía agresiones graves y si siempre las agresiones eran tan graves no
hay porque dudar de ese día.
En su réplica indicó que el asunto controvertido es por qué murió Carlos, y acá hubo una
agresión anterior que no terminó con el desarme, él era una persona bajo los efectos de la droga y el
alcohol. Insiste en que no hubo participación de su representada. En subsidio, señaló que estando
acreditada la agresión a su representada se puede pedir una legítima defensa incompleta, de
conformidad a lo consagrado en el 11 N°1 del Código Penal. Respecto de la agravante contemplada en el
artículo 12 N°18 del mismo código, quedó establecido que no llegaron al domicilio a producirle la muerte
a Carlos, llegaron por un motivo diferente, por lo que no concurre la agravante. Finalmente, sí concurre la
atenuante del N°5 del ya referido artículo 11.
Durante la audiencia prevista en el artículo 343 del Código Procesal Penal solicitó se
reconociera a su defendida las atenuantes contempladas en los números 8 y 9 del artículo 11 del Código
Penal, ya que por los antecedentes del juicio oral, ellos acudieron dos días después a carabineros y se
autodenunciaron antes de que los buscaran. También pidió que se considerara en favor de su
representada los números 3 y 4 de la aludida norma sustantiva, entendiendo la dinámica de defensa. En
concordancia con lo anterior, pidió se rebaje la pena en tres grados y se le impusiera la sanción de 3 años
y un día de presidio menor en su grado máximo.
A su turno, la defensa de Marcelo Vergara en su apertura, señaló que el 2 de abril,
efectivamente, su representado concurrió con Vanessa al domicilio de la víctima a recuperar la
documentación de ella para trámites médicos, Marcelo se quedó afuera de la casa para evitar una
situación confrontacional, Vanessa entró mediante engaños de la víctima, Marcelo, ante los gritos de la
acusada, que dieron cuenta de una situación de violencia, habiendo tenido una relación que se mantiene,
entró al domicilio a defender la integridad física de la acusada y sorprendió a la víctima agrediéndola con
un objeto cortopunzante, comienza un forcejeo, la víctima, además, uso un cuchillo para agredir a
Marcelo, éste le quita el cuchillo y es en ese contexto es que se causa la muerte a la víctima. Añadió que
no había denuncias previas, pero la violencia intrafamiliar tiene diversas formas, es común que las
parejas no hagan las denuncias por el ciclo de la violencia intrafamiliar. Dijo que no existía un móvil
diverso de la defensa para agredir a la víctima, menos un concierto previo, el domicilio estaba cerrado.
Respecto de la calificante, señaló que no existe un actuar sobreseguro, el acusado debió sortear
los obstáculos que había puesto la víctima. Los acusados fueron detenidos por infringir las normas de
higiene y ahí relataron que habían tenido participación y que Marcelo había sido el agresor de la víctima y
de las lesiones que le causaron la muerte, se dio cuenta al Ministerio Público y quedaron apercibidos y
puestos en libertad luego de ser detenidos por el artículo 318 del Código Penal.
Concluyó que existe legítima defensa de tercero, y luego, dentro de la dinámica, derechamente
legítima defensa propia. Además, existe la minorante de responsabilidad de haber reconocido el hecho,
Marcelo dice que él le ocasionó las lesiones a la víctima, no hay otro dato que pueda situar a Marcelo en
el sitio del suceso. Finalizó señalando que al término de la audiencia pedirá la absolución y en subsidio
hará las alegaciones pertinentes en la clausura por las atenuantes.
Durante su alegato de clausura, argumentó que la dinámica de los hechos es la misma referida
por la otra defensa. La situación de violencia previa es indiscutible, y se corrobora con los testigos civiles
y los testigos de la defensa. Existe un ciclo de violencia intrafamiliar, estamos frente a una agresión
ilegítima a la que la víctima estaba acostumbrada a hacer. El medio que se emplea es racional dentro de
esta dinámica, el acusado refirió que se defendió con lo que tenía en la mano, dijo que había sido el
cuchillo e hizo alusión a botellas, usó lo que tenía en la mano para defender a Vanessa y fue agredido
previamente por la víctima con un cuchillo corroborable con el DAU en donde mantiene la lesión en el
rostro en fase de cicatrización de más de un día. Añadió que su representado reconoció que al quitarle el
cuchillo se nubló, se cegó, estaba en una situación de defensa de Vanessa y luego propia, la víctima
estaba eufórica, era violento y en esa circunstancia él continuó la agresión hasta que vio que esta
persona no los podía lesionar y porque había sido agredido antes en el rostro. Se está ante una agresión
ilegitima y el medio resulta racional. Acá, conforme la violencia se hace habitual se vuelve más intensa,
Carlos golpeaba a Vanessa como si fuera un hombre, no excluye la intensión del occiso de haber
cometido un femicidio que fue impedido, pide que la eximente lo sea en términos privilegiados.
En subsidio de la petición anterior solicita que, si no se considera la eximente, la solicita como
atenuante incompleta. En subsidio solicitó se considerara la eximente del artículo 10 N°9 con Código
Penal, somo atenuante en relación al artículo 11 N°1 del mismo cuerpo legal.
Además, pidió se considerara en favor de su representado la atenuante contemplada en el
artículo 11 N°8 del Código Penal, porque ambos declararon y porque cuando fueron detenidos iban
camino a la Comisaría a denunciarse, así lo afirmó el funcionario Olave, además la atenuante del N°9 del
mencionado artículo, pues a Vergara nadie lo pone en el sitio del suceso, los testigos son de oídas, dicen
que es un hombre pero nadie lo ubicó en el sitio del suceso, Denisse no lo pudo reconocer. Además,
atendido el vínculo con la acusada, a quien conoció a fines de febrero y se enamoró, también concurre
que ha obrado por arrebato u obcecación, de conformidad a lo preceptuado en el N°5 del mismo artículo.
Añadió que nada da cuenta de un concierto previo, ambos dan cuenta de que fueron a buscar
documentos y se encontró documentos de Vanessa en la casa, no hay alevosía, no hay datos que den
cuenta de ello, se escuchó quebrazón que dan cuenta del forcejeo, de un enfrentamiento y no un actuar
sobre seguro.
Respecto de la agravante 12 N°18, no opera porque se excluye el caso en que la víctima
provocara el suceso, acá Marcelo ingresó a auxiliar a Vanessa, está dentro de las hipótesis del artículo
206 del Código Procesal Penal.
Agregó que respecto de los policías hay una opinión sesgada, Olave no es confiable tiene
contradicciones, respecto del motivo por el que llega, quien se le acerca primero, dice que primero se le
acercan los acusados, atribuye un color de pelo diferente a la acusada y que gritaron en el auto y esto no
lo dijo antes, dice que eran metaleros, dice que estaban drogados, pero no había elementos para
drogarse, durante su declaración recibió diversas llamadas y manipuló el aparato.
A petición del tribunal, el señor defensor aclaró sus peticiones, e indicó que está solicitando la
eximente de legítima defensa de terceros y también la propia, en subsidio, y si se estima que falta alguno
de los requisitos en aquellas, solicitó fueran consideradas como circunstancias atenuantes. En subsidio,
solicitó se valorara la eximente del artículo 10 N°9 del código sustantivo, como atenuante incompleta en
relación con el artículo 11 N°1 del mismo código.
Durante la audiencia de determinación de pena solicitó se reconociera a su representado las
minorantes de los números 1, 6, 8 y 9 del artículo 11 del Código Penal, se rebajara la pena en dos
grados, y en definitiva se le impusiera la pena de tres años y un día la que debería ser cumplida a través
de la pena sustitutiva de Libertad Vigilada Intensiva.
Finalmente, a su respecto pidió se aplicara lo dispuesto en el artículo 38 de la ley 18.216.
Quinto: Los acusados, debidamente informados de sus derechos, renunciaron a su derecho de
guardar silencio y decidieron declarar.
Fue así como Vanessa Breuer Tapia relató que ella efectivamente tuvo una relación con Carlos
la que duró aproximadamente cinco años y cuatro meses, tiempo en que vivieron juntos. Añadió que fue
una relación tóxica después de un año y medio, al ver que no tenía solución decidió irse de la casa un día
en la noche, quedó en la calle, en un ruco con unos amigos en Einstein, como a dos cuadras de la casa
de Carlos. Dijo que como ella quedó en la calle los chiquillos iban a comer a La Vega donde daban
comida de caridad y le dijeron que podía ir a buscar un alojamiento, estando ahí conoció a una pareja
joven que también estaba en situación de calle, les contó lo que le pasaba y le dijeron que por el estallido
social en Vicuña Mackenna había muchas casas okupa y unas piezas, ella preguntó si podía ir allá para
no pasar frío, ellos la acogieron, le pasaron un colchón y unas frazadas. Agregó que por el estallido
llegaba gente a esa casa y ahí conoció a Marcelo, su pareja. Precisó que el día que pasó esto ella llevaba
como un mes y medio fuera de la casa, reconoce que era “buena pal trago” sufría de hepatitis C, estaba
vomitando sangre y se asustó, quería calmar su alcoholismo, recuperar algo de ropa, porque la ropa que
tenía era lo que le daban en la calle, vivía en una casa que no tenía luz ni agua, muchas veces
macheteaban para comer, después de conocer a Marcelo decidió que iba a recuperar su hígado, quiso
recuperar su vida y decidió ir a buscar su ropa y sus documentos, faltaba poco para su cita en el COSAM
con su psiquiatra Vanessa Muñoz. Indicó que toma clonazepam y quetiapina y que sólo se pueden retirar
con su cédula de identidad, si no los toma sufre crisis de angustia y de pánico. Señaló que tenía sus
cosas, trabajaba haciendo aseo para tener sus cosas. Relató que siempre se juntaba con Marcelo en
Plaza Italia, y no quiso ir temprano a la casa porque Carlos no estaba en el día. Precisó que ella sabe
entrar a la casa, y que esa casa tiene un pasillo, por el lado la reja está abierta y la chapa está mala,
decidió hacer las cosas bien e ir a pedirle sus cosas a Carlos, él siempre llegaba en la noche, y ese día
se juntó con Marcelo como a las siete y media ocho, le dijo a Marcelo que iba a ir a buscar sus cosas, sus
documentos y su ropa, él le dijo que la acompañaba, ella no quería porque no había micro, estaban en
pleno estallido social, plena pandemia, él le insistió y la acompañó. Llegaron por Recoleta caminando, no
había micro, llegaron a Recoleta por Nicolás de Gárnica, ella le dijo que la esperara y que iba a pedir las
cosas por la reja. Llegó a la casa y había luz prendida, asumió que estaba Carlos porque cuando no
estaban dejaban todo apagado, llamó y a la tercera oportunidad él salió “a guata pelada” y le dijo “que
vení a hueviar maraca culiá” y ella le pidió sus cosas, él le dijo “ vos no tení que venir a hueviar, concha
de tu madre, esta es mi casa”, ella le dijo que sólo quería sus cosas, que en una bolsa le echara un poco
de ropa y los documentos, Carlos entró a la casa, cerró la puerta y salió con una polera oscura y le dijo,
“no están tus hueas”, ella le dijo que las buscara bien. Precisó que ella no salía a la calle con los
documentos porque todo se le perdía, Carlos le dijo “entra vo a buscar tus hueas”, le abrió la puerta, ella
entró y cuando entró él cerró la reja de fierro y la de madera y le puso candado y una cadena, ella le
preguntó por dónde iba a salir, y él le dijo que saliera por atrás. La deponente explicó que el occiso
arrendaba piezas atrás, en el patio y que por la cocina estaba la puerta al patio, dijo que esa casa tenía
una entrada independiente del patio a la calle. Agregó que una vez adentro la víctima cerró la puerta y
comenzó a golpearla, le decía “soy una maraca concha de tu madre, andai puro hueviando”, tomó un
alicates y comenzó a pegarle, ella se tapaba la cara, le pegaba en el antebrazos, en la cabeza, en todos
lados, ella empezó a gritar “deja de pegarme por favor”, sintió un ruido y la voz de Marcelo que le dijo
“suéltala heuón”, él no la soltaba, hubo un forcejeo y ella le tiró unas patadas y le dijo “hueón maricón por
qué siempre te gusta pegarle a las mujeres” y él no la soltaba, escuchó unas botellas, Marcelo se lo quitó
de encima y se pusieron a forcejear ambos. Aclaró que Carlos medía 1.90, y era “maceteado” no se le
notaba la edad, ella mide 1,50 y Marcelo 180, ella no podía dimensionar sólo vio un forcejeo, que se
caían las botellas, Carlos sacó un cuchillo y se lo tiró a Marcelo a la cara y dijo “te voy a matar hueón”,
Marcelo le quita el cuchillo, lo toma y comienza a pegarle, ella gritaba deja de pegarle por favor. Vio que
Carlos cae al sillón y Marcelo le dice “Vanessa ve a buscar lo que vienes a buscar” pasó al baño, tenía le
brazo sangrando, se lo lavó, entró a la pieza echó ropa en una mochila, abrió el velador y sólo estaba el
carné del COSAM, salieron por la otra puerta, se fueron a la casa okupa, Marcelo se quedó en la casa
ese día.
Añadió que al día siguiente llega “un cabro” y le dice que Carlos estaba muerto y que la gente
decía que ella estaba ahí, le contó a Marcelo y él le dijo que se fueran a entregar a la policía porque
Carlos se murió, al otro día ella se levantó adolorida tenía el brazo hinchado por los golpes, Marcelo tenía
“la nariz rajada de lado a lado”. Indicó que como no había micros se fueron caminando. Explicó que se
bañaban con una manguera del Parque Forestal, se fueron por avenida Perú. Dijo que ella conoce la 6°
Comisaría porque era vecina y todos la conocen, ese día, eran más de las 10 de la noche y ella hizo
parar al radio patrulla y le dijo que ellos estaba cuando pasó eso con Marcelo y Carlos, los llevaron a la 6°
Comisaria de Recoleta, los llevaron al SAPU a constatar lesiones y los volvieron a la Comisaria, en ese
momento al Carabinero de turno ellos le dijeron lo que había pasado y él dijo que la gente había dicho
que ellos se habían metido a robar y ella le dijo que ellos la conocían que había ido a poner denuncias y
ellos nunca hicieron nada, ella le contó todo lo que había pasado, llamó al fiscal y dijo que el fiscal dio
orden de que se fueran en libertad, ella dejó el domicilio de su madre, no sabía el número de la casa en
Vicuña Mackenna, se fueron y luego de eso decidieron retomar sus vidas. Agregó que se le infectó la
herida del brazo, le pusieron vacuna del tétanos, sacó su cédula de identidad e hizo los trámites para ver
su hígado en el Hospital San José, fue al COSAM, retiró sus medicamentos el 16 de abril.
La deponente añadió que un día, estando por Mapocho, en la noche, llega un auto blanco, le
pregunta el nombre y la detuvieron por el homicidio de Carlos, Marcelo estaba más allá y al ver esto se
entregó y dijo que él lo había hecho, los subieron al auto y al otro día pasaron a control de detención. Dijo
que ella trató de ayudar a Carlos y llevarlo al psicólogo, ella es inocente.
Contestó a su defensora que después del año y medio de convivencia a Carlos le dio cáncer en
el pene y se lo cortaron y él cayó en depresión, comenzó a consumir pasta base, ella había dejado la
pasta base, comenzó a beber, ella iba a comprar y él le decía “ya andai buscando un pico hueona,
maraca culiá”, empezó a volverse loco por eso, le pegaba mucho, le pegaba botellazos, luego se ponía a
llorar, ella quería hacer terapia de pareja pero él no quiso, cuando se drogaba él se volvía loco y le
pegaba, todo el día la trataba mal. Ella le contó a su psicólogo, cuando Carlos le pegaba ella muchas
veces fue a Carabineros de la 6° Comisaría, incluso una vez Carlos le pegó y Carabineros le decía
“arréglatelas sola, vi rucia no te gusta ser atrevida con la policía”. Agregó que empezó a ir al COSAM para
recuperarse del alcoholismo, ella le comentó a su psiquiatra y a la asistente que le buscaba un cupo para
mujeres violentadas. Dijo que el doctor Carlos Flores la atendió por la violencia intrafamiliar. Añadió que
había vecinos que la ayudaban cuando ella salía arrancando porque Carlos no le pegaba con la mano, un
día le pegó con la pistola tan fuerte que le hizo un tajo, la señora “Vero” la ayudó ese día, llegó
Carabineros, en dos ocasiones su madre la llevó a la posta por las agresiones, la vecina “Vero” siempre
la acogía en su casa, los vecinos de su abuela también conocían a Carlos y le pararon la mano a Carlos
por estarla golpeando en la calle. Agregó que decidió irse, ella fumaba marihuana y tomaba cerveza, un
día Carlos se volvió tan loco que con un fierro le pegó en la cara, le desfiguró la nariz y le pegó fierrazos
en todo el cuerpo, la dejó encerrada, ella quedó muy mal no podía caminar de los dolores, y ahí decidió
irse, quería que se le quitara lo de la cara, le daba vergüenza salir así a la calle. Carlos llegó curado,
empezó a pegarle manotazos y ahí ella arrancó de la casa con pijama y llegó al ruco de los chiquillos.
Dijo no recordar cuando se fue, pero parece que ocurrió en febrero, como dos meses o un mes y medio
antes de estos hechos. Indicó que cuando se fue no se llevó nada, estaba toda morada apenas podía
escapar. Se acuerda que fue a la casa el 2 o 3 de abril, decidió que estaba recuperada porque no había
micro, le dolía mucho los huesos, y caminando para allá era como una hora y media, esperó porque
quería estar bien, no quería llegar a su barrio a dar lástima, eran como las 10:20 o 10:30 cuando iban
llegando al Cementerio General que estaba cerca de la casa de Carlos.
Precisó que la casa tiene más de un acceso, está la fachada y al lado hay un pasillo que no tiene
reja y hay una entrada, una puerta que es independiente, donde están los arrendatarios, pero no tenían
acceso a la casa y el patio es común, ella pudo haber entrado por ese acceso, porque a la reja de al lado
le faltaban palos, y meter el dedo por el hoyo porque la chapa no tenía llave, así entraban porque no
tenían llave. Cuando Carlos volvió a salir lo hizo sin nada, le dijo que no había encontrado las cosas y que
entrara ella a buscarlas. Reiteró que en la casa hay una reja de madera y Carlos le había puesto una reja
de fierro, ese día él abrió ambas rejas, le dijo que pasara y cerró ambas rejas con una cadena y candado,
la reja de fierro mide como 1.50 metros y la de madera era más baja.
Precisó que la reja de fierro era lisa, no tenía punta. Relató que Carlos la arrinconó a la muralla,
él manejaba herramientas por todos lados porque trabajaba en el Cementerio General y hacía todo tipo
de trabajos, era cuidador de un patio y tenía herramientas por todos lados, la arrinconó y tomó el alicates
y ella por cubrirse la cara le pega en el brazo, parece que a él le gustaba pegarle en la cara, primero la
cacheteo y después tomó el alicates le dio miedo, y ella gritó porque a ese hombre no había como pararlo
era super grande. Los vecinos escucharon y siempre llamaban a los Carabineros, muchas veces llegó
Carabineros y él se ponía en la puerta para que no saliera, ella tomaba el celular para llamar a
Carabineros y él se lo rompía. Precisó que Marcelo entró como a los dos o tres minutos pero Carlos no la
soltaba, ella le pegó unas patadas y le dijo “toma hueón maricón, concha de tu madre, que te gusta
pegarle a las mujeres”. Agregó que todo se caía, las botellas, Carlos sacó una cuchilla cocinera y se la
tiró a la cara a Marcelo, le cortó la cara, ella se asustó cuando Marcelo tomó la cuchilla y comenzó a
pegarle y ella le gritaba “no le pegues, lo vas a matar”, cree que los vecinos escucharon.
Señaló que no volvió a ver a Carlos, porque él le dijo que tenía que salir por la puerta de atrás.
Reiteró, que como dos días después llegó un “cabro” amigo de Recoleta y le dijo que habían encontrado
a Carlos muerto y que la gente decía que había sido ella. Explicó que no le sorprendió que no la dejaran
detenida porque ella no había hecho nada, ella ha trabajado siempre y mantiene a sus hijos. No intentó
darse a la fuga. Dijo que de los cinco años que ella vivió ahí nunca fue a ver alguien a Carlos, él le dijo
que tenía tres hijos y vecinos le contaron que el hijo de Carlos andaba con una pistola para matarla. Ella
nunca quiso que Carlos terminara así.
Contestó a la fiscal que tenía el “brazo rajado, tenía todo machucado y dos rajadas”. Reconoció
que vio que Marcelo le estaba enterrando el cuchillo a Carlos pero se tapó los ojos, no lo miró. Dijo que
había quedado choqueada con la situación que estaba viviendo, fue todo muy rápido, no dimensionó
nada. Explicó que se iba de la casa cuando él la echaba a la calle y le tiraba la ropa a la calle, esto fue
como tres veces, y ella se quedaba en la casa de un amigo llamado Américo quien murió hace dos meses
de cirrosis. Dijo que la vez que vio a Carabineros fue cuando Carlos le pegó con la pistola, fueron como
tres o cuatro veces, pero llegaban a las dos o tres horas, ya había pasado todo o Carlos la había echado
a la calle. Añadió que la fueron a ver del COSAM y Carlos la negó, ella vio a los Carabineros como tres
veces y nunca le tomaron la denuncia, una Carabinero le dijo, “no te gusta hueviar a la policía, ahora
arréglatelas sola”. Recordó que una vez anduvo con “un cabro” que le dio cinco puñaladas y le perforo un
pulmón, nunca lo quiso denunciar, lo perdonó, porque él venía saliendo de la cárcel después de cinco
años. Dijo que nunca fue a declarar a la fiscalía, llegaron al hospital y después la llevaron a la fiscalía, y le
pusieron una orden de alejamiento. Agregó que de repente ella se juntaba con su primo en Recoleta, iba
a ver a los del ruco y ellos le decían que Carlos andaba con una pistola buscándola y le tenían miedo, los
“cabros del teletrak” le decía que Carlos andaba con una pistola, si lo hubiera visto antes le habría pedido
la ropa. Precisó que esto de la pistola se lo dijeron como dos semanas después que ella se fue al ruco.
Señaló que cuando ella hizo parar el carro policial, no la detuvieron, ella andaba con su mochila con ropa,
y había un cuchillo que Marcelo había echado para hacerse unos sándwiches, no sabe cómo era porque
era de Marcelo.
Respondió al querellante que vio cuando se “tomaron a combos”, las botellas se caían y vio
cuando Carlos sacó el cuchillo y se lo enterró a Marcelo, y Marcelo tomó el cuchillo y comenzó a
golpearlo, Marcelo le quitó el cuchillo a Carlos.
Contestó a la defensa de Vergara que de repente sitió un golpe en la puerta y la voz de Marcelo
que decía “suéltala” pero Carlos no la soltaba, Carlos le dijo “te voy a matar conche tu madre”, Marcelo lo
tomó y se lo sacó de encima porque Marcelo tiene fuerza. Dijo que Carlos medía 1.88 metros y pesaba
como 85 o 90 kilos, era un hombre maceteado. Reiteró que Carlos la echaba de la casa a cualquier hora,
a las tres de la mañana y su vecino la recibía. Dijo que ella volvía porque pensaba que la gente iba a
cambiar, a veces llegaba Carlos a fumar a esa casa y le decía “ya pó, vámonos para la casa” y se ponía a
llorar, ella se ponía a tomar en la esquina y siempre se lo encontraba allí.
A su turno el acusado Marcelo Vergara relató que ese día se juntaron con Vanessa en Plaza
Italia y ella le comenta que tiene que ir a buscar unos documentos para ir al médico y que prefiere ir sola,
él insistió en acompañarla, estaban en pandemia y no había locomoción, se fueron caminando por
Recoleta hacia la calle Nicolás de Gárnica, ella le pidió que la esperara más atrás, ve que llama, pasa un
rato, y sale esta persona super agresiva, escucha que le grita “qué hací acá maraca culiá” y lo que ya dijo
Vanessa, ve que ella le habla tranquilamente, la hacen entrar y escucha que cierra la reja con una
cadena, siguió esperando y escucha que ella le dice “por favor deja de pegarme Carlos”, se desesperó,
saltó la reja, pateó la puerta y cuando logró entrar ve a este tipo arrinconando a Vanessa y pegándole con
un alicates, le grita que la suelte, el sujeto no lo hace y en un intento desesperado por salvarla se le tira
encima, agarró lo que había, el tipo sacó un cuchillo y le dice “te voy a matar”, él se corre. Añadió que
nunca quiso matar a nadie, es el autor del homicidio de Carlos, fue legítima defensa de ella y de él.
Agregó que en un momento Carlos quedó tirado en un sillón, Vanessa le dice que deje de pegarle o lo iba
a matar, le grita a Vanessa que vaya a buscar lo que iba a buscar, la acompañó al baño y ella le dice que
salgan por una puerta de atrás, se fueron a la casa okupa y se quedó con ella. Relató que al segundo día
llega un amigo de Recoleta y comenta que Carlos falleció, Vanessa le dice que tienen que entregarse, al
otro día en la tarde fueron a la 6° Comisaria de Recoleta, los interceptó un radio patrulla, Vanessa lo hizo
parar le contaron y los llevaron a constatar lesiones, y a la Comisaría y al día siguiente los soltaron
diciendo que les iba a llegar una notificación como en septiembre, él la acompañó a la posta a verse el
brazo, la acompañó a sacar carné, al COSAM, pasaron unas semanas y un día en la noche fueron por
Mapocho cerca de La Vega y un Carabinero en un auto blanco los intercepta, se acercaron a Vanessa y
él dijo que él fue el que asesinó a esta persona en defensa de ella, pasaron a control de detención. Dijo
que nunca quiso matar a nadie, de joven hizo algunas locuras y lo que pasó fue en legítima defensa de
ella, pero ella no hizo nada.
Contestó a su defensa que esto ocurrió el 2 o 3 de abril, él se quedó dos o tres casas más atrás,
la escuchó gritar y saltó la reja de 1.50 metros, él mide entre 1.75 o 1.80 metros, tuvo que patear la
puerta, ignora si estaba con llave, le dio una o dos patadas y le dijo que la soltara, no la soltó, tomó el
cuchillo y le dijo “a vos también voy a matarte”, él esquivó y dio un paso hacia atrás y le rajó la cara.
Precisó que Vanessa estaba casi en el suelo, él no la soltó, ella tenía un corte en el brazo, cuando él
entró Carlos tenía en la mano un alicates. Siguió el forcejeo, se vio con el cuchillo en la mano, Carlos
cayó en un sillón y ahí fue su descontrol. Explicó que el forcejeo fue en el mismo lugar de la casa, quedó
la embarrada, había un mueble, un sillón, cosas botellas, una tele, fue un momento desesperado por
salvar la vida de Vanessa y la suya. Reiteró que Carlos cayó en el sillón y él en un momento se cegó y
ahí le puso unas puñaladas, bueno, las puñaladas, porque sólo se las puso él, logró quitarle el cuchillo y
le dio con el mismo cuchillo, no las contó, él es diestro. Dijo que Carlos quedó en el sillón moviéndose
algo, dijo “por favor”, él le dijo a Vanessa que fuera a buscar las cosas, la acompañó a buscar las cosas,
Vanessa pasó al baño a lavarse la sangre del brazo izquierdo, ella tomó una mochila, le dijo que no había
encontrado todo lo que fue a buscar. Señaló que cuando se fueron no sabían que él estaba muerto y
fueron a entregarse tarde porque él trabaja, los detuvieron porque estaban infringiendo el toque de queda.
Precisó que la mochila que llevaban era la que Vanessa recuperó y el cuchillo es un mantequillero que le
dio su madre para hacerse sándwich. Dijo que los detuvieron el 24 de abril en Mapocho cerca de La
Vega, él vivía con su madre y se quedaba con Vanessa en la casa okupa. Señaló que están juntos como
de fines de febrero o fines de marzo, un amigo lo invitó a esa casa okupa y allí conoció a Vanessa y se
enamoraron. Él se enamoró de ella al primer día, y hoy siente lo mismo, pero más fuerte.
Consultado respecto a si tiene conocimientos de artes marciales, respondió que practicó
kickboxing alrededor 1 año y Tangsudo en la escuela de Marco Beltrán, que es un arte marcial koreana,
practicó 6 meses, no es maestro, es principiante, aprendió autodefensa. Expuso que antes declaró ante el
fiscal, y dijo lo mismo de hoy porque fue lo que pasó, tiene tatuajes en las manos, los brazos, las piernas,
el cuerpo.
Respondió a la fiscal que sabía que Vanessa tenía una pareja antes de vivir con él pero no le
contó detalles, no quería hablar de eso. Dijo que cuando entró a la casa vio a este tipo encima de
Vanessa en un rincón pegándole con un alicates, le pide que la suelte y él sigue pegándole, le salta
encima, parece que suelta el alicates y de algún mueble saca un cuchillo carnicero como de 30 cm, de los
que ocupa la gente que come carne, se tiró sobre él pero no alcanzó a reducirlo y empieza una pelea
entre él y la víctima con el cuchillo en la mano, él no tenía nada en la mano. Dijo que cuando entró Carlos
estaba eufórico, quizás drogado, lo dice por sentido común, obviamente estaba enojado y brutalmente
violento. Precisó que la cuchillada le llegó en la cara, en el lado izquierdo de la nariz, le tiró otros cortes,
él se le tiró encima, trató de defenderse como pudo, Carlos cayó a un sillón, ahí Carlos ya no tenía el
cuchillo en las manos, él tenía mucha rabia y se defendió y le puso las puñaladas, él le tiro unas cosas,
unas botellas encima, no se acuerda y no sabe lo que pasó, todo fue por defenderla a ella. Agregó que
acompañó a Vanessa a curarse el brazo, al día siguiente que los soltaron fueron a la Posta Central, ahí la
curaron. Dijo que fueron tres días seguidos al hospital porque a Vanessa se le infectó el brazo, el último
día le pusieron una gasa.
Sexto: Para establecer el deceso de Carlos Rivera Flores y la causa del mismo, se valoró, en
primer término, el testimonio de la médico legista doña María Soledad Martínez Latrach, quien dio
cuenta del informe de autopsia 13-SCL-AUT.954-20 de fecha 04 de abril de 2020, señalando que el 4 de
abril de 2020, a las 9:55, le correspondió realizar la autopsia a Carlos Hugo Rivera Flores, de 60 años,
quien medía 1.78 metros y pesó 76 kilos. Lo describió de constitución física normal, en estado de
nutrición normal. Al examinar el cuerpo, éste presentaba rigidez escasa y sólo en las extremidades
inferiores, livideces escasas en el plano posterior, las que se encontraban fijas, además, presentaba
abundante sangre seca en todas partes.
Añadió que al examen externo se observaban algunas lesiones generales, las que estaban, a
nivel de tronco, dos escoriaciones pequeñas parduzcas de 1.5 por 1.2 cm en la región clavicular izquierda
y una redondeada de 06 cm en la región axilar izquierda.
En la extremidad superior izquierda, presentaba equimosis y escoriaciones pequeñas en
diferentes localizaciones del brazo, y en el dorso de la muñeca izquierda, una equimosis de 1.5 por 1 cm,
con una pequeña escoriación de 0.3 cm.
En las extremidades inferiores, se apreciaba una erosión rojiza pequeña de menos de un cm en
la parte posterior de la rodilla derecha, unas erosiones en el muslo izquierdo, en la pierna izquierda y un
área equimótica de 11 por 5 cm. en el dorso del pie izquierdo.
Agregó que las lesiones principales eran numerosas y obedecían a diferentes mecanismos,
siendo algunas de ellas de tipo contuso, o sea, efectuadas por golpes por objeto contundente, y otras
cortopunzantes y cortantes, atribuidas a la acción de un elemento tipo arma blanca con hoja con filo y
punta.
Precisó que en la cabeza presentaba un traumatismo cráneo encefálico. Añadió que
externamente habían, en la región izquierda de la cara, mejilla, un área equimótica de 11 por 5 cm, con
una escoriación pequeña; en la frente, una herida contusa en forma de V superficial, de 1 cm. con escasa
hemorragia; en la región temporal izquierda del cuero cabelludo, dos heridas contusas de 0.7 cm. no
denudada y la otra de 0.9 cm. denudada y en la región fronto parietal superior de la cabeza, lado
izquierdo 7 heridas contusas denudadas de diferentes formas, algunas lineales, otras estrelladas, otras
semi circulares, que midieron entre 2,3 cm a 4 cm. Además, en el cuero cabelludo, en esta zona, había
infiltración sanguínea importante en toda el área parietal y temporal.
En el cráneo se identificó fracturas de características pequeñas pero con hundimiento del hueso,
dos de ellas ubicadas en la región parietal izquierda, una de alrededor de 1.5 cm con hundimiento, otras
lineales en una zona que se distribuía de 4 cm. también parietal y otra con hundimiento parietal izquierdo,
o sea, presentaba tres zonas de fractura de cráneo, dos de ellas con hundimiento.
En el encéfalo, había signos de edema, había un aumento del peso del encéfalo con evidencia
de hemorragia subaracnoidea escasa en la región parietal derecha y en la región parietal posterior
izquierda. Estas configuran el traumatismo craneano encefálico por objeto contundente.
A nivel del tórax, en la región anterior izquierda, observó dos equimosis tenues que se
acompañaban en la profundidad con importante hemorragia de las partes blandas; y además, en la
profundidad, de una fractura de la quinta costilla izquierda, por lo tanto, este conjunto de lesiones
configuran un traumatismo torácico por golpe con objeto contundente.
Luego la deponente describió las heridas cortopunzantes que presentaba el cadáver,
especificando que algunas eran cortantes y otras cortopunzantes, precisando que las cortopunzantes
eran 16, las que se distribuían de la siguiente manera:
Una en la región izquierda de la mejilla, la que atravesaba completamente la mejilla y llegaba al
interior de la boca sin lesionar el interior de ésta. En el tronco, había tres heridas en el hombro izquierdo,
una de ellas era profunda e ingresaba al tórax y lesionaba el pulmón izquierdo. En el tórax había otras
tres heridas cortopunzantes, una anterior y dos más laterales, siendo la anterior también profunda y
penetrante al tórax con lesión del mismo pulmón izquierdo. Otras tres heridas se ubicaban en el
abdomen, una superior y dos inferiores, las tres ingresaban al abdomen, pero sólo la más superior
lesionaba vísceras, específicamente el intestino delgado. Otras lesiones estaban, una en la palma de la
mano derecha, era en forma de V, superficial, otras dos en el brazo izquierdo y eran de trayecto más bien
superficial.
En el muslo izquierdo había dos heridas cortopunzantes una más superior de trayecto más
superficial, y una inferior, de trayecto profundo que seccionó la arteria femoral izquierda. Además, tenía
una herida cortopunzante superficial en el dorso del pie derecho.
Respecto de las seis heridas cortantes, indicó que estaban, una en el antebrazo izquierdo, la otra
en la pierna izquierda y las otras cuatro en el dorso del pie derecho.
Añadió que, en el resto del examen interno, en el corazón se observó una hemorragia sub
endocárdica en la pared más interna del corazón, lo que daba cuenta de un shock, es decir, una pérdida
aguda severa de sangre.
Señaló que, además, se tomó fotografías, se levantó una muestra de humor vítreo para detectar
la presencia de alcohol, la que arrojó un resultado de 0.31 gramos de alcohol por litro de sangre. También
se tomó muestras de sangre y orina para estudio toxicológico, resultando en sangre la presencia de
cocaína y sus metabolitos, al igual que en la orina, pero en ésta, además, se encontró metabolitos de
marihuana.
Concluyó que la causa de la muerte había sido heridas cortopunzantes múltiples. Que, además,
se trata de 16 heridas cortopunzantes que lesionaron el pulmón izquierdo, el intestino y la arteria femoral
del lado izquierdo, 6 heridas cortantes y traumatismos a nivel cráneo encefálico y torácico por objeto
contundentes, tratándose de lesiones de tipo homicida.
La señora fiscal le exhibió las imágenes captadas durante la elaboración de la pericia,
describiendo la deponente que en la imagen 1, se observaba una vista anterior general del cuerpo, mitad
superior, precisando que acá se ven diversas lesiones en el tronco, extremidad superior izquierda y en la
cara; 2, vista anterior general del cuerpo parte baja, se ven lesiones en muslo y pie; 3, vista de espalda,
cuero cabelludo, zona rasurada para ver heridas, y la espalda sin lesiones; 4, vista posterior extremidades
inferiores en la que sólo se ve una pequeña erosión en rodilla y pequeña equimosis en muslo izquierdo;
5, acercamiento cara, observando en pómulo, mejilla izquierda una equimosis, herida cortopunzante en
esta zona, y más arriba, una herida contusa; 6, acercamiento de la herida contusa de la frente, no es
lineal, tiene forma de V; 7, lado izquierdo de la cara, se ve la equimosis con escoriación pequeña, la
herida corto punzante y en el borde inferior dos heridas pequeñas contusas en región temporal izquierda;
8, misma zona con testigo métrico; 9, zona izquierda del cuero cabelludo; 10, lo mismo visto desde la
zona superior del cuero cabelludo; 11, estilete para ver que la herida atravesaba todos los tejidos blandos
de la cara; 12, palma de mano derecha, herida pequeña en forma de V o de L, se trata de una herida
cortopunzante superficial; 13, vista de detalle región de hombro y brazo izquierdo, se ven las heridas
cortopunzante, equimosis pequeñas y escoriaciones; 14, muñeca izquierda con escoriación pequeña,
equimosis; 15, pierna izquierda herida cortante; 16, área equimótica violácea de 11 por 5 cm. en pie
izquierdo; 17 hombro izquierdo, heridas cortopunzantes, dos del hombro y la que se ve más abajo a la
izquierda es una torácica; 18, acercamiento herida torácica; 19, las dos heridas del hombro con testigo y
se ve más atrás la tercera herida del hombro; 20, tórax vista del lado izquierdo, dos heridas
cortopunzante, una anterior superior grande, que perforó el pulmón y dos laterales más pequeñas que no
penetraron al tórax y se alcanza a ver la lesión del abdomen, la más alta del abdomen; 21, las heridas
torácica laterales con testigo métrico; 22, herida abdominal; 23, región del abdomen bajo, se ven dos
lesiones, en el lado derecho y en lado izquierdo cerca de la cadera, ambas entraron a la cavidad pero no
lesionaron algún órgano; 24, testigo métrico de la herida abdominal baja del lado derecho; 25, herida
abdominal baja del lado izquierdo; 26, la segunda herida del muslo en la parte más inferior pero más
interna, es la que lesiona la arteria femoral; 27, herida superior con testigo métrico; 28, la herida que está
más hacia abajo; 29, herida de hombro desde arriba, una entró al tórax y lesionó el pulmón, la de más
arriba también lesionó el pulmón; 30, la lesión más superior del hombro con testigo métrico; 31, las dos
heridas cortopunzantes del brazo izquierdo, ambas superficiales; 32, las misma heridas con testigo
métrico; 33, heridas con estiletes para apreciar la trayectoria de estas lesiones; 34, vista del dorso del
tobillo pie derecho, presenta una herida cortopunzante y cuatro cortantes que se ven; 35, desde arriba la
herida cortopunzante del pie derecho; 36, la misma con testigo métrico; 37, cuero cabelludo por dentro,
lado derecho sin lesiones; 38, cuero cabelludo por dentro, se ve en el lado izquierdo hemorragia por
heridas contusas; 39, lo mismo visto desde arriba; 40, tapa del cráneo por dentro, se ven una de las
fractura con hundimiento del centro; 41, lo mismo pero por fuera; 42, detalle de las fracturas por golpe con
objeto contundente; 43, base del cráneo, fractura con hundimiento de la región temporal, se ve
desplazado el hueso; 44, acercamiento de la imagen anterior; 45, encéfalo, se ven las circunvalaciones;
46, las dos zonas de hemorragia en el encéfalo; 47, pulmón izquierdo y las dos heridas en el lóbulo
superior, pálido por la pérdida de sangre; 48, el mismo pulmón por dentro porque la herida recorre
completo el pulmón y produce hemorragia en la parte más interna; 49, traumatismo de tórax, con fractura
de la quinta costilla que se desplazó y le hizo un piquete a la pleura y eso es lo que se ve en la foto; 50,
muslo izquierdo, estilete metálico para mostrar la herida superior la que no comprometía estructuras
vasculares profundas, en la parte de abajo se ve la otra lesión del muslo; 51, estilete en la herida inferior
del muslo; 52, se abrió la arteria femoral, la que se ve seccionada por el paso del arma que la seccionó y
cortó completamente.
A las preguntas del querellante contestó que, en general, cuando hay golpes en la cabeza con
un poco de hemorragia se puede producir un poco de pérdida de conciencia transitoria, o un desmayo.
Pueden producir compromiso de conciencia transitorio.
Exhibida que le fuera nuevamente la imagen 23, señaló que allí se ve la ubicación de un par de
lesiones peri genitales, y que hay ciertos tipos de muertes que tienen tendencia a repetir estas lesiones,
sobre todo cuando hay una relación entre victima o victimario y se le puede atribuir una connotación así,
pero no puede atribuirlo a una connotación sexual o de relación, sí se ve en los femicidios.
Respondió a la defensora de la acusada Breuer que el alcohol no lo midió en la sangre
porque había muy poco, se midió en los ojos, en el humor vítreo, y las drogas halladas en la sangre
fueron los derivados de la cocaína, y en la orina derivados de cocaína y de marihuana.
A lo anterior se unió la pericia elaborada por doña Vivian Bustos Baquerizo, médico
criminalista, quien declaró en relación al informe pericial médico criminalístico N°2575-05-2020,
explicando que el 3 de abril de 2020 concurrió a un sitio del suceso correspondiente a una casa particular
en la comuna de Recoleta, allí constató la presencia de un cadáver sentado en un sillón en el living, la
persona estaba vestida con polera, pantalón, ropa interior y estaba descalzo. Además, presentaba
notables manchas de sangre en todas las vestimentas y en el sillón, de las que había dos manchas que
destacaban en su inmediatez, la primera era una mancha de salpicaduras sobre el muro inmediatamente
por detrás del sillón a nivel de la zona de la cabeza, la otra era un extenso charco de un metro de ancho
en el que estaba apoyado el pie derecho del occiso.
Explicó que el cuerpo presentaba señales cadavéricas de una muerte de varias horas de
evolución, pues ya había rigidez completa en el cadáver. Al examinar el cuerpo se comprobó que
presentaba numerosas lesiones de las que provino el sagrado que impregnó la ropa y los muebles.
Agregando que las heridas estaban en la zona parietal izquierda del cuero cabelludo, allí había tres
heridas en forma de arco que llegaron a medir hasta 2.5 cm de largo y presentaban marcas de
escoriación en sus bordes; en el brazo izquierdo, tercio proximal, muy cerca del hombro, había tres
heridas lineales, las que mostraban presencia de un ángulo agudo, por lo que las asoció a una lesión
cortopunzante y tenía bordes con marca de escoriación, lo que indicaba que la hoja tenía algún defecto.
Había otras dos heridas del mismo tipo en el mismo brazo cerca del codo, estas cinco heridas estaban
por la cara posterior y lateral del brazo.
Añadió que en el tórax había tres heridas, una bajo la zona clavícula, las otras cerca de la línea
axilar, más cerca del área de tetilla, todas ellas eran heridas de un ángulo agudo con un pequeño filete de
escoriación en uno de los bordes de 1.3 y a 1.8 cm, eran heridas cortas. Hacia la zona periumbilical,
cerca de la línea axilar había una herida transversal de 2 cm y era más regular que las del brazo. Hubo
otra herida en la zona del hipogastrio hacia la zona pubiana que dejaba asomar bastante la grasa local y
la juntar los bordes medía 1.8 cm. En la cara anterior del muslo izquierdo, había otra herida de 1.8, y algo
más abajo, una cuarta herida que medía 2.8 cm juntando las paredes. Luego, en la pierna izquierda,
había una pequeña escoriación coetánea con las heridas, un raspón y en dorso del pie derecho, apreció
la única herida cortante por deslizamiento que medía 6.0 cm.
La perito agregó que no se detectó otros traumas y se consideró que en este evento había varias
particularidades.
La primera de ellas que el lugar donde el cuerpo fue encontrado es donde fue agredido, lo que
se deduce de las características hematológicas, el salpicado atrás del muro y el charco en el suelo donde
está apoyado el pie. En segundo lugar, que, en esta situación agresiva, de estas heridas, sólo cinco
pueden ser explicadas por una situación de defensa, las demás son de agresión, y en ellas existe una
particularidad, que es la unilateralidad de las heridas, tanto de cráneo como de miembro y tronco.
Añadió que se consideró que existen diferentes tipos de elementos en la producción de las
lesiones, las de cráneo son producto del uso de un elemento que con la mayor probabilidad no es filoso
pero con borde estrecho y forma de arco. Las cortopunzante tienen dos perfiles de dimensiones y por lo
tanto con el sólo examen externo se abre la posibilidad de dos armas con hojas de diferente ancho y que
éstas fueron usadas fundamentalmente por la punta trasladando toda la energía del golpe al cuerpo del
afectado.
Se estimó que la muerte puede ser consecuencia y estar asociada a la lesión cortopunzante
torácica, y que, de las lesiones agresivas, sólo 5 de ellas pueden explicarse por maniobras defensivas. Se
trata de una muerte violenta, traumática y producto de la acción de terceros.
Durante su declaración se le exhibió el set de fotografías número 4 detallando que en la imagen
1 se advierte la posición del cadáver al ser encontrado y en ella se ve sangre en su ropa y por proyección
detrás del sillón y un charco en el piso donde está apoyado uno de sus pies, precisando que esa mancha
de salpicadura en el muro puede tener dos orígenes, por una parte, puede provenir directamente de las
heridas del cuero cabelludo que es una estructura altamente vascularizada y es altamente posible que las
tres heridas del lado izquierdo hayan roto arterias que hayan proyectado sangre durante algunos segundo
o minutos hacia el sector de la pared. Indicó que no es posible descartar que parte de estas manchas
fueran producto de salpicaduras provocadas por movimientos sucesivos del arma causante del trauma,
que con golpes cortos generó el splash, y luego, al moverse en el espacio salpicó hacia la pared. Agregó
que, considerando que hay tres heridas en el cuero cabelludo que es una zona con abundante cabello
que aminora el impacto, para que se haya roto el cuero cabelludo en tres ocasiones, la energía que se
trasladó al cuerpo fue elevada; 2, además de las manchas del muro, el cuerpo presenta manchas en la
cara, cuello, abdomen y pantalón y estas manchas tienen una característica y es que básicamente están
asociadas más que nada a la fuerza gravitacional, las heridas sangraron y la sangre escurrió. La persona,
luego de recibir las lesiones permaneció con muy poca capacidad de movimiento, por lo tanto, las
lesiones ocasionaron rápidamente incompetencia motora, lo dejaron incapacitado de inmediato; 3,
acercamiento para apreciar la cuantía del sangrado que impregna las ropas; 4, detalle que muestra las
marcas por escurrimiento, sobre todo a nivel de la región del abdomen y la zona más baja del brazo
izquierdo, las manchas de la zona superior muestran una mayor contaminación, pero mayoritariamente es
por el movimiento de las ropas que del cuerpo; 5, detalle que muestra las características de forma y de
tamaño de lesiones del brazo, una de las cuales permite apreciar claramente que tiene un ángulo agudo,
pero tiene la particularidad de que los bordes no son netos hay alguna escoriación en estos márgenes,
por lo tanto el arma tiene alguna particularidad; 6, detalle de la herida ubicada más hacia la cara lateral
del brazo, también con un ángulo agudo las dimensiones 1.3 y 1.7 cm; 7 detalle de otra herida del mismo
grupo, con ángulo agudo; 8, herida en el mismo brazo y se aprecia la irregularidad de la escoriación, acá
es difícil establecer la existencia del ángulo agudo; 9, se sitúa a nivel de la zona central del cuerpo, se
aprecia los dos cortes a nivel del tercio distal del brazo izquierdo, ambas muestran un escurrimiento que
es absolutamente producto de la fuerza de atracción terrestre son verticales, lo mismo que la del área del
abdomen, pero entre ellas hay una diferencia, y es que la herida del abdomen mide 2 cm y las otras 1.5 y
1.3 cm. esto podría indicar la existencia de armas diferentes, pero de la misma naturaleza,
cortopunzante; 10, detalle de la herida del brazo; 11, detalle de otra de esas heridas de 1.3 cm, con
margen erosionado; 12, detalle de esas lesiones del brazo izquierdo; 13, lesión del abdomen en la región
periumbilical, esta tiene dos patrones de manchas, la impregnación sobre la polera que manchó la piel en
el área circundante, pero además, el escurrimiento oblicuo y es la herida de tamaño mayor, de 2 cm; 14,
detalle de la herida anterior, se comprueba que también es una herida cortopunzante, igualmente hay un
solo filo, pero la medida es mayor y aparentemente la presentación del ángulo, que no es agudo, es un
poco más ancho que lo que se vio en el brazo; 15, acercamiento de la herida anterior y se aprecia la
herida con su ángulo agudo y se ve que los bordes cutáneos son más netos que las heridas del hombro;
16, situación del cuerpo y escurrimiento de sangre, precisó que muchos de estos sangrados provienen de
las lesiones superiores; 17, muslo izquierdo, se ve que hay roturas en la ropa asociadas a manchas
sanguíneas que se impregnación. Explica, que cuando se observa este patrón de sangrado se aprecia
que luego de producida la lesión la persona no tuvo más movimiento y todo el sangrado es estando el
cuerpo inmóvil; 18, se extrajo el cuerpo y se observa la rigidez intensa y generalizada, por lo que tiene a
lo menos haber transcurrido más de 12 horas; 19, corte de las vestimentas para extraerla; 20, cuerpo
desnudo, observando que se mantiene las características de las manchas sanguíneas, después de las
lesiones el cuerpo sangra pero no se mueve, pudo ser manipulado en el lugar en el que estaba después
de producidas las lesiones por otras personas y eso generó las manchas de contacto; 21, constatación de
las heridas en la zona torácica, allí había tres, una debajo del área de la clavícula izquierda, y se parece
en forma, tipo y dimensiones a las del brazo izquierdo; 22, en un acercamiento se aprecia la existencia
del ángulo agudo y se ve la irregularidad y aspereza en el borde de la herida; 23, dos heridas más
pequeñas en flanco torácico del lado izquierdo, se reconoce en ellas el ángulo agudo y una tiene una
escoriación en uno de los bordes. La perito explicó que en una condición normal de una persona con
capacidad de movimiento, estas lesiones son consecuencia de maniobras de protección con elevación
del brazo, dejando desprovisto de protección el flanco torácico, pero en este caso en que solo hay
escurrimiento en un solo sentido en el cual es posible pensar que la persona no se movía, esa
localización es indicativo de un área seleccionada por el agresor para provocar el trauma; 24, detalle de la
anterior en la que se ve existencia del ángulo agudo y escoriación en los márgenes; 25, acercamiento con
testigo métrico y se aprecia que la lesión no superó 1.8 cm; 26, acercamiento a la lesión inferior, la que
midió 1.3 cm, mantiene ángulo agudo y escoriación en los márgenes, el arma que genera esta lesión es
la misma pero existe una particularidad, la lesión de arriba tiene el ángulo hacia la izquierda y la de abajo
a la derecha, lo que puede indicar que la mano cambió de orientación y o el arma cambio de posición en
la mano, las dos mantienen más o menos una horizontalidad, esto implica que en la secuencia entre la
frecuencia de ambas heridas el afectado no se movió, solamente el agresor, y que esta es un área
seleccionada por el agresor para causar el daño; 27, lesión ubicada en la zona pelviana en el área
púbica. La deponente precisó que en esta zona las fibras elásticas son menos densas que en otras zonas
del cuerpo y la herida se abre más, y acá se acumula mucha grasa y al romperse la piel la grasa asoma,
por eso el aspecto es diferente. Pero igual es cortante con bordes lineales pero con dimensiones
mayores, de 1.9 cm; 28, detalle de la anterior, se aprecia la irregularidad del borde pero es producto de la
diferencia de la piel y la mayor extensión; 29, herida en el muslo izquierdo, zona anterior, es una herida
cortopunzante típica, bordes más parejos, con ángulo agudo, pero el ángulo obtuso, el que no tiene el filo
es más ancho que en las heridas del tórax y en las del brazo; 30, detalle de herida en el muslo, en la que
se puede apreciar que mide 1.8 cm y que en la parte posterior de la herida es más ancha; 31, una lesión
en el muslo izquierdo, que era la de mayor tamaño, situada en la cara anterior superior de 2.5 cm, es
profunda e impregnó la piel, el pantalón y provocó goteo, es una clásica herida cortopunzante, con ángulo
agudo, lisa, pareja y se ve profunda porque se veía el músculo. Explicó que es posible diferenciar las
heridas de arriba y abajo porque hay varios criterios, el primero de ellos es la dimensión, claramente aquí
las lesiones van hasta los dos centímetros y medio, mientras que en la parte superior del cuerpo la herida
de mayor tamaño era de 1.7, y si bien todas tiene ángulo agudo, acá el ángulo obtuso en oposición al
ángulo agudo es más vertical que lo que se observó en la parte superior del cuerpo, lo que habla de una
hoja más ancha, el tercer criterio que permite considerar que no se trata de la misma arma es que el
ribete escoriado que se veía con tanta claridad en las lesiones del brazo y en la torácica por debajo de la
clavícula acá desaparecieron, fundamentalmente en las heridas de la zona periumbilical, zona del
hipogastrio y en esta lesión grande del muslo. Añadió que la lesión pequeña del muslo está en el límite de
las dimensiones por lo que no se atreve a ser tan categórica, pero en estas últimas tres por el cambio en
la forma, en el ángulo y en la pared, la del muslo, la del hipogastrio y la del abdomen bajo; 32, detalle de
la herida más grande del muslo, en donde se observa las características típicas de heridas
cortopunzantes, esto es, ángulo agudo, un ángulo ancho en oposición, paredes netas, bordes cutáneos
parejos, sin escoriación, la piel circundante está sana . Y se ve que ingresó hasta la musculatura y desde
la cual sangró en abundancia, a su juicio, a ojo, aproximadamente la hoja debió medir a lo menos 3 cm;
33, detalle de lo ya descrito, se aprecia nuevamente la forma de ángulo de pared y de borde cutáneo, y
además otra característica y es que algo del tabículo adiposo está haciendo proclusión y se observa en el
espacio de la herida porque cuando se corta la piel ésta se retrae y la grasa se asoma; 34, escoriación
que se detectó en la cara anterior de la pierna izquierda, solo rompió la primera capa, no tiene
repercusión fisiopatológica, pero es coetánea a las otras, se produjo en el mismo evento, no hay ningún
elemento delante del cuerpo que permita pensar que la pierna se golpeó con ese elemento y se produjo
la escoriación, la deponente cree que hubo un elemento áspero, pequeño, que se contactó con la pierna y
luego se retiró y produjo la escoriación y no se puede explicar por caída; 35, detalle de la lesión inferior a
1 cm, marca eritematosa hecha en vida del afectado, pero no alcanzó a hacer costra tiene muy poca
existencia en un cuerpo vivo; 36, herida en el dorso del pie derecho y es la única del lado derecho, y es
extraña e infrecuente, rara vez los pies están expuesto a acción de elementos cortopunzantes porque la
gente está de pie. Explicó que esta herida, además, es diferentes a las otras porque sólo el filo pasó
sobre el pie, no se observa escurrimiento de sangre hacia el pantalón, es posible pensar que la herida se
generó cuando el pie estaba alejado del suelo moviéndose en el espacio y estuvo en contacto con un
elemento filoso que también se movía en el espacio, parece ser la única que indica que el cuerpo se
movía y que el arma se movía; 37, detalle de esa herida, tiene los elementos clásicos de la provocada
por un elemento con filo, pero en la punta no tiene ángulo tiene cola, tiene una zona en que la herida se
va superficializando, porque el arma se va alejando del cuerpo; 38, detalle de la lesión anterior, sin contar
los bordes, mide más de 4 cm; 39, detalle del plano posterior del cuerpo, se observa que se está
formando un charco denso de sangre de las lesiones de la cabeza y hay una cantidad importante de
sangre seca sobre el plano posterior del cuerpo consistente con un sangrado importante del cuero
cabelludo sobre el plano posterior del cuerpo. Pero al movilizar el cadáver produjo que se haya vuelto a
formar un charco, es probable que sea porque de las lesiones del cráneo aún había sangre dentro de la
cavidad craneal; 40, lesiones de la zona parietal posterior en el lado izquierdo, las tres tenían forma de
ángulo, bordes irregulares y un ancho marcado; 41, separación entre los bordes y la cercanía de las tres
heridas; 42, la segunda lesión en forma de arco con separación de bordes; 43, testigo métrico de la
herida anterior; 44, tercera herida; 45, testigo métrico de la herida, precisa que la sangre que había entre
el cabello y la que emanó al poner el cuerpo de cubito lateral era una cantidad importante; 46,
acercamiento para medir la herida, era de 2.5 cm.
La deponente aclaró que las heridas del cráneo, tenía forma de arco y en algunas zonas eran
irregulares, pero además, por la observación del sangrado, la explicación es que debió estar asociada al
hueso craneal, lo que permite sostener que era un elemento contuso capaz de trasladar gran energía, y
puede que el elemento tenía gran peso, o se puede ejercer algún tipo de palanca con el elemento que
pueda ejercer esa fuerza y dada la mantención de la forma de arco este elemento en la zona de
estructura en la que se contacta con el cuerpo tiene forma circular, puede ser cualquier elemento que
tenga forma semicircular y pesada, asociada a un mango.
La perito respondió al querellante que las personas no asumen la posición de defensa desde la
posición sentado porque quedan impedidos de huir, y esquivar, sentado dentro de ese sillón no se puede
hacer ninguna de las dos cosas, por eso cree que no es una posición defensiva, cree que para estar así
fue una agresión inesperada.
Exhibida nuevamente la imagen 27, correspondiente a la herida del área pubiana, monte de
venus, responde que esta lesión es inusual, acá hay evidencia de que fue agredido en el sillón, no se
movió, la parte derecha prácticamente no estuvo involucrada, nuevamente señala que fue una zona
seleccionada por el agresor.
Contestó a la defensa de la acusada Breuer que no recuerda la altura del occiso, pero puede
ser 1.78 metros, y su peso podían ser 90 kilos u 85. Aclaró que si bien es cierto en su informe dice que el
cuerpo presenta lesiones por lucha o defensa, eso es un error en la transcripción, puesto que se trata de
agresión, no corresponde a una lucha. En relación a los golpes en el cráneo dijo que si se usara una
botella de base gruesa, eventualmente, estas lesiones pudieron causarse con una botella. Explicó que
una laceración es una valoración médica en relación a lesiones que tienen rotura de la piel, pero es una
definición muy amplia, no precisa los grados exactos de la rotura, porque si sólo es la dermis se trata de
una erosión, escoriación cuando se daña la dermis y epidermis, o una herida cuando se trata de un daño
a las tres capas. La laceración tiene diferentes grados. Y de eso dependerá el tiempo de sanación y el
tratamiento médico, normalmente si es sólo la dermis no hay cicatriz visible a menos que se examine en
un tiempo cercano a su ocurrencia.
Contestó a la defensa de Vergara respecto a la posibilidad de que la hoja del arma sufriera un
deterioro debido a las reiteradas ocasiones en que se usó y esto explicara las diferencias entre las
distintas heridas cortopunzantes, respondió que ella ha visto muchas lesiones en que ha habido múltiples
lesiones generadas por una misma arma y hasta que no haya habido contacto con un cuerpo de mayor
resistencia para la hoja que es metal, y que en este caso en el cuerpo humano, el otro elemento de mayor
resistencia que resulta ser relevante con el metal de la hoja es el hueso, hasta ese momento, la hoja
debió se ser capaz de mantener absolutamente sus formas y dimensiones. En este caso, las lesiones que
observó en el hombro, que eran lesiones de poco recorrido en piel, no alcanzaron los dos centímetros, y
las estructuras allí son de varios centímetros de sólo tejido blando, las lesiones de tórax también eran
inferiores a dos centímetros, ahí ignora si tocaron hueso o pasaron por músculo, de modo que, si bien la
posibilidad existe, solamente sería a partir de que hubiese habido un daño en el contacto con un hueso,
que en este caso sólo pudo ser a nivel del tórax se podría esperar que se generara una irregularidad que
dejara el raspón del borde, la escoriación del borde cutáneo, pero ella no tiene explicación para el cambio
en el largo esas heridas que miden 2 centímetros, y 2.5 centímetros, no tiene explicación de que el uso
repetido en el cuerpo haya cambiado el arma.
Con estas detalladas explicaciones de las lesiones que presentaba el cuerpo de Carlos Rivera,
vertidas por dos expertas en la materia, quienes justificaron su habilidad en la materia respecto de la cual
expusieron a través de la profesión que estudiaron, a lo que debe agregarse los múltiples años de
experiencia que tienen en la materia, fueron suficientes para, no obstante no haber sido discutido,
establecer que la causa precisa y necesaria de la muerte de Carlos Hugo Rivera Flores fueron las heridas
cortopunzantes múltiples que recibió, puesto que en su cuerpo se constató la existencia de 16 heridas
cortopunzantes, las que lesionaron el pulmón izquierdo, el intestino y la arteria femoral del lado izquierdo,
además de 6 heridas cortantes y traumatismos a nivel cráneo encefálico y torácico, ocasionados por con
un objeto contundente, tratándose de lesiones de tipo homicida, todo lo cual dio cuenta de una muerte
violenta, traumática y producto de la acción de terceros.
Séptimo:- Habiéndose establecido la muerte de Carlos Rivera Flores y su causa, corresponde
dilucidar las circunstancias que rodearon tal acontecimiento y para ello se contó con los dichos de
Fabrizio Otárola Jaramillo, quien relató que fue a la casa de este caballero a buscar un dinero que le
debía. Precisó que esta persona se llamaba Carlos y lo conocía por el apodo de “Carlos Hugo”, no se
acuerda con precisión cuando fue, pero pasó hace como dos años. Relató que ese día fue a cobrar un
dinero de un gas que le había dejado, comenzó a llamar en el domicilio de Carlos en Nicolás de Gárnica
en Recoleta, lo hizo varias veces y no salió nadie, eran como las 12 del día o una de la tarde, los vecinos
le dijeron que había habido una fiesta y que habían metido mucha bulla, no salió nadie por lo que
llamaron a la ambulancia y a Carabineros, cuando llegaron encontraron al caballero como lo encontraron.
Precisó que ellos miraron por un lado en que había como una ventana y le vio las piernas al caballero y
por eso llamaron a la ambulancia o carabineros, pensaron que estaba borracho o se había caído, estaba
como sentado. Añadió que Carabineros llegó como a los 10 o 15 minutos, entraron a la casa y se pasaron
por atrás por donde un vecino. Explicó que Carabineros está como a tres cuadras, sabe que Carabineros
encontró al caballero, más tarde llegó un Carabinero a tomarle declaración y se enteró que el caballero
estaba muerto.
Contestó a la defensa de Breuner que había una reja de madera y esa fue la que golpearon, y
cuando salieron los vecinos golpearon y había una ventanita. No se acuerda como estaba la reja de
madera, es súper baja, como de un metro, tenía una puerta de madera que no tenía ni pestillo nada,
luego viene un antejardín y después venía la puerta de él. Precisó que no entró, miró por el lado del
vecino, por una ventana que hay al lado. Reconoció que prestó declaración y en esa ocasión dijo que
saltó la reja para mirar por el lado. Añadió que cuando lo interrogaron él estaba nervioso y quería
responder rápido para irse. Dijo que estaban todos los vecinos y le dijeron que había una fiesta o algo así,
que habían metido bulla y que Carlos no había salido por lo que debía estar ahí, en ese momento decidió
entrar al inmueble y saltar la reja.
También se escuchó a René Torres Valenzuela, quien a la fecha de los hechos arrendaba en
Nicolás de Gárnica 650 A. Precisó que él arrienda en ese lugar hace cuatro años, no recordó el nombre
del propietario, pero es de apellido Rivero. Añadió que un día llegó a su casa que es paralela al domicilio
de la persona que falleció de nombre Carlos. Dijo que la casa que arrienda está dividida por el centro, los
golpes o la bulla se escucha en su casa, aunque no hay comunicación visual, ese vecino vivía al lado de
su casa. Agregó que en esa casa siempre se sentían peleas, insultos, golpes, gritos, de una mujer y de
él, la mujer se llama Vanessa y era la pareja de Carlos. Precisó que desde que él llegó a vivir ahí siempre
sucedían esas peleas producto del alcohol y de las drogas cree él, ambos consumían alcohol y drogas.
Señaló que se sentían golpes de peleas, Carlos le daba golpes de puño a Vanessa en la calle y en la
casa, la vio a ella pidiendo auxilio, decía “me van a matar”, la vio con la cabeza rota, esto sucedía más
que nada los fines de semana, se le hacía costumbre los gritos y las peleas. Agregó que la relación
terminó varias veces, Vanessa se fue de la casa, esta persona le tiraba la ropa a la calle y luego ella
volvía.
El deponente añadió, que la última vez que escuchó la pelea le pareció extraño, fue tarde,
noche, entre las diez o doce de la noche empezó la pelea y le llamó la atención que hubo mucha
quebrazón de vidrio, su esposa le dijo que llamara a Carabineros porque parecía que era más grave de lo
normal, él no llamó porque le pareció que era más de lo mismo, sintió la quebrazón de vidrios y escuchó
que Vanessa decía “no lo mates, no quiero que lo mates, no quiero que lo matí”. Agregó que la pelea fue
muy rápida, no duró más de 4 o 5 minutos y desapareció el ruido de cosas quebrándose, él llamó a
carabineros y dijo que había violencia intrafamiliar al lado de su casa, Carabineros se demoró como 20 o
30 minutos, él salió y les dijo que hubo una pelea pero ya no había más ruido, él se imaginó que habían
peleado y habían dejado inconsciente a Carlos, también se imaginó que había otra persona, Carabineros
no quiso entrar, dijo que necesitaba una orden, o un permiso, él les dijo que saltaran la reja, pero no
quisieron. Le extrañó que la luz de la casa estaba encendida, pensó que la persona estaba inconsciente,
esa noche durmió poco y en la mañana cuando se despertó y se fue a trabajar se dio cuenta que la luz de
la casa estaba apagada y eso lo tranquilizó, pensó que Carlos apagó la luz y se fue a acostar a su cama.
Después llegó un amigo a buscarlo, llamó y Carlos no salió, después llegó un niño más joven, como a las
11 o 12 del día, en una camioneta, llamaron y Carlos no salió, él salió y le dijo que en la noche parece
que golpearon a Carlos, y le pidió que se pasara para ver qué pasaba, este joven accedió, y miró por
entremedio, no se acuerda si de una puerta o vidrio y le dijo que vio a su vecino y que estaba tirado. Él le
dijo que llamó a carabineros el día antes y que mejor llamara él, llamaron y dijeron que había una
persona, llegó carabineros y ahí se enteró que lo habían apuñalado.
El testigo precisó que esa noche escuchaba a Vanessa decir “no te gustó golpearme, no te gusta
pegarle a las mujeres, no te creías tan hombrecito, fuiste un maricón”. Agregó que Carlos le pagaba a la
mujer como si fuera un hombre, le daba golpes en el estómago, la metía para adentro para que no gritara,
llegaba Carabineros, pero después ya no llamaban porque ella se iba pero luego volvía, a la otra persona
que estaba en la casa esa noche no le escuchó nada, tampoco escuchó la voz de Carlos. Dijo que él no
escuchó cuando Vanessa llegó al lugar, lo primero que escuchó fue el ruido fuerte de quebrazón de
copas. Señaló que vive en esa casa con su pareja y sus dos hijos. Relató que cuando llegó Carabineros,
ellos se pasaron por atrás y se dieron cuenta que Carlos estaba muerto, llegó la familia, los hijos de
Carlos, vecinos y personal del Instituto Médico Legal, la fuerza policial.
Contestó a la defensora de Breuer que cuando declaró dijo que vio entrar a Vanessa, que ella
llamaba a Carlos desde afuera, y le decía “Carlos, Carlos vengo a buscar mis cosas porque me voy a ir”
él abrió la puerta y tenía el torso denudo, ella le dijo “no me vay a pegar, si vengo a buscar mis cosas, no
me vay a pegar”, él tenía un pequeño candado afuera, abrió, ella entró y el cerró con el candado.
Respondió a la defensa de Vergara que esta fue la primera vez que él llamó a Carabineros,
nunca antes había llamado. Indicó que en algún tiempo el hijo de Vanessa vivió con ellos, no conoce a los
familiares de Carlos.
A su turno, doña María Heredia Reinoso relató que lleva en Chile cinco años, en el año 2020
ella vivía en Nicolás de Gárnica 650, Recoleta, arrendaba una pieza al señor Carlos Rivera Flores parece
el segundo apellido. Añadió que arrendó por un año y medio aproximadamente. Su relación con Carlos
era sólo el saludo y cuando tenía que pagarle, sólo eso. Indicó que él trabajaba en el cementerio y
convivía con la señora Vanessa, a ella también la conocía sólo de saludo. Señaló que la noche del
suceso, a las once y media aproximadamente llegó su polola Vanessa, la reconoció por el tono de voz,
llamando que le abriera la puerta, él le abre y empieza la discusión, se decían cosas y empezó como una
pelea entre ellos. Agregó que después de que ella entrara le decía que la soltara, que no le pegara, luego
se escucha otra persona que entra y empiezan a pelear entre los tres por las voces, luego ellos gritaban y
la otra persona le decía que la soltara y peleaban entre ambos, se escuchaba como si pelearan entre
ambos, luego la tercera persona le dice a Vanessa que recoja todo para que se fueran. Precisó que
ignora quién era, él le decía “recoge lo que viniste a buscar que nos vamos” y ahí se fueron, Carlos le
decía “que ella no tenía por qué ir a hueviar a su casa”, ella gritaba “no me pegues”, y él le decía que ella
no tenía por qué ir a su casa, ahí entra la otra persona y le dice “suéltala” y luego, después, “alguien echa
un grito muy fuerte” la otra persona le decía que recogiera todas las cosas que iba a buscar. Agregó que
Vanessa decía “no te gusta pegarles a las mujeres, ahora toma, toma”, la otra persona decía “recoge todo
para que nos vamos”. Explicó que ella escuchó un grito muy fuerte, pero no sabe quién gritó, ya no
escuchó la voz de Carlos y ellos recogieron rápidamente y salieron.
La testigo precisó que Vanessa dijo “no te gusta pegarles a las mujeres” antes del grito y se
escuchaba como que estaban botando cosas o alguien forcejeando y se caían cosas, ella calcula que
esto tardó como 10 minutos. Precisó que esto pasaba dos o tres veces a la semana, ella estaba muy
asustada, pero no se escuchó nada más, se fueron como a las doce de la noche. Añadió que, al otro día,
cuando fue un señor a llamar a Carlos, como no salió llamaron a Carabineros y ahí lo encontraron
muerto. Dijo que la otra voz que se escuchaba era la de un caballero y que Vanessa repetía siempre “que
no le pegara”, y era lo que decía esa noche. Además, el hombre le decía “a ti no te gusta pegarles a las
mujeres, ahora pelea, pelea”.
Utilizada la herramienta prevista en el artículo 332 del Código Procesal Penal, para evidenciar
una contradicción se le exhibe a la testigo su declaración de fecha 3 de abril de 2020, prestada ante la
policía por delegación, y lee “no te gusta pegarle a las mujeres, toma por huevón”.
Respondió al querellante que el grito que escuchó era de una voz masculina y era un grito como
de dolor.
Contestó a la defensa de Breuer que ella arrendaba una pieza en el lugar, su pieza estaba
pegada a la casa de Carlos, pero era independiente, todos usaban la misma entrada, los inquilinos y los
dueños. Dijo que lo primero que escuchó fue a Vanessa llamando a Carlos ella le decía que abriera la
puerta, lo llamaba por su nombre para que le abriera la puerta, lo llamaba desde la calle. Además,
escuchó a Vanessa decir “no me pegues”, era habitual que Vanessa dijera cosas así, era habitual esa
relación violenta, siempre era lo mismo. Añadió, que después de eso escuchó a otra voz masculina que
dijo al entrar “suéltala”. Todo esto fue rápido, se demoraron un poco recogiendo las cosas que se iban a
llevar, la pelea duró como 10 o 15 minutos.
Contestó a la defensa de Vergara que ella vivía en ese lugar con su pololo José Miguel
Henríquez, ese día no llamaron a Carabineros porque esto era frecuente y a veces se demoraban en
llegar, y otras no iban, antes ella llamó a Carabineros una o dos veces, puede ser que los otros vecinos
llamaran, eran muy frecuentes los pleitos.
Por su parte doña Santa Iluminada Viscaino relató que en abril del año 2020 vivían en Nicolás
de Gárnica, en Recoleta, en esa casa vivía con su pareja, además vivía otra dominicana y un peruano, el
dueño era la persona que falleció Carlos. Señaló que ese día cuando llegó del trabajo él estaba limpiando
afuera, ella se quedó con él y luego entró a hacer la cena y Carlos se entró, en la madrugada escuchó
como una pelea. Precisó que llegó como a las cuatro o cinco de la tarde, y se entró como a las ocho, él
estaba limpiando la acera porque tenía una mata de naranja. Añadió que ella llevaba como cinco meses
viviendo en esa casa y que ese día, ellos estaban durmiendo, sintió una pelea y se quedó escuchando, se
sentía como que toda la loza la tiraban al piso, su pareja estaba durmiendo. Se escuchaba la voz de ella,
pero no escuchaba bien lo que decía, cuando dice ella se refiere a Vanessa, sólo escuchó la voz de ella
pero lejos, porque ellos tienen la pieza al final y ellos estaban al inicio. Precisó que la voz de Vanessa era
como peleando, y cuando ellos salieron ella estaba en la salita y sintió los pasos de dos personas que
salieron. Dijo que después llegó el niño del agua, y otra niña dice que después de la pelea no lo había
escuchado, el niño se dio la vuelta por la parte de atrás y cuando lo vio estaba muerto, ella no entró a
verlo.
Contestó a la defensa de Breuer que como Vanessa siempre andaba bebida, cuando venía
había mucha pelea, igual que la pareja. Cuando Vanessa venía y llegaba curada siempre había
discusión. Añadió que le dijo a Carabineros que las peleas eran constantes en ese domicilio.
Por su parte, el hijo del occiso don Nicolás Rivera Medina, expresó que venía a declarar por la
muerte de su padre, Carlos Hugo Rivera Flores, precisando que su padre vivía en Recoleta igual que él,
unas calles más adelante y trabajaba como cuidador en el cementerio. Dijo que los últimos años no
tenían mucha cercanía porque él se independizó más, pero tenían contacto. Indicó que en promedio se
veían dentro de dos semanas o un mes, no eran de visita, él generalmente jugaba en unas canchas
ubicadas frente al lugar en el que trabajaba su padre, no lo visitaba en la casa porque ambos tenían su
vida, tenían contacto de vez en cuando. Añadió que dos meses antes de su muerte supo que tenía una
relación, porque él en sí le contaba sus problemas y cuando se lo encontró, le contó que tenía una
relación y que estaba mal, se arrepentía de haber perdido la familia que había formado con él y su madre
porque se separó, y que no era una muy buena relación, pero no le contó por qué, él supo que era una
mala relación por los vecinos, que se llevaban discutiendo, por comentarios supo que la pareja se
llamaba Vanessa. Sabe que su padre fue apuñalado, golpeado, por lo que supo en el Servicio Médico
Legal porque él tuvo que ir a reconocerlo.
Contestó al querellante que recuerda a su padre como un hombre trabajador, era buen padre
con él, tenían buena relación, él no tiene nada que decir. Dijo que fue muy impactante la forma en que
murió, no se lo merecía, era una buena persona. Añadió que tiene dos hermanos más, uno por parte de
madre y Carlitos que era hijo de su padre, pero nunca más ha tenido contacto con él y no fue al funeral, él
nunca tuvo trato con Vanessa.
También declaró el Carabinero Sebastián Villanueva Yáñez, primero en llegar al sitio del
suceso, quien relató que le correspondió participar en un procedimiento por hallazgo de cadáver, no se
acuerda la fecha exacta, pero estaba de servicio de población en Recoleta, CENCO los derivó al lugar
porque testigos dijeron que había un cuerpo al interior de un domicilio en Nicolás de Gárnica, no se
acuerda el número. Añadió, que llegó al lugar y se entrevistó con los hermanos Otárola, quienes venden
agua purificada, y estaban en el domicilio porque iban a cobrarle un dinero a Carlos Hugo, llamaron y
como no respondieron al llamado, uno de ellos saltó la reja de un metro, miró al interior por la ventana al
living y vio a Carlos Hugo con polera negra lleno de sangre, sangre en el piso y en la pared, ellos entraron
y se encontraron con una persona de sexo masculino sentado en un sillón empapado en sangre, había
sangre en el piso y en la pared.
Explicó que estaba con el Cabo Alvarado, aislaron el sitio del suceso, tomaron contacto con la
fiscalía y les dijeron que fuera personal especializado para trabajar el sitio del suceso, llegó OS7, OS9 y
trabajaron el sitio del suceso. Dijo que él estuvo allí hasta que terminaron de trabajar el sitio del suceso.
Indicó que era la primera vez que concurría a ese domicilio, trabaja en la 6° Comisaría de Recoleta hace
tres años, habitualmente trabaja en la calle. Añadió que no tiene conocimiento de que hubieran llamado a
la Comisaría desde esa casa antes. Precisó que el protocolo por violencia intrafamiliar es muy delicado,
ellos están conscientes de que la víctima en algunos casos no denuncia por miedo, están obligados a
denunciar las violencias intrafamiliares, y si la víctima se niega, ellos están obligados a denunciar los
hechos. Agregó que a él le ha correspondido efectuar denuncias aun cuando la víctima no lo haya
querido hacer y que es imposible que hayan ido a un caso de violencia intrafamiliar y que ellos no lo
hubieran denunciado. Dijo que él no conocía a la imputada Vanessa Breuer.
Contestó a la defensa de Breuer que cuando ellos llegaron al lugar la reja estaba cerrada por
adelante, pero por el costado izquierdo Carlos Hugo arrendaba piezas, había un tipo de cité, y personas
desde el interior les permitieron ingreso, por atrás había otro ingreso y esa es la parte que estaba forzada
sólo con una cadena sobrepuesta. La reja de adelante estaba cerrada, no vio con qué. Dijo que
caminaron por todo el interior del domicilio, no se fijó si había sangre en otros lugares de la casa. Añadió
que la noche anterior se llamó a Carabineros y fueron al lugar, ignora cuánto se demoraron en llegar en
esa ocasión, e ignora qué pasó en esa ocasión.
Escuchamos, además, la exposición del Subteniente de Carabineros Dan Goldberg Woldarsky,
quien relató que el año 2020 era oficial investigador en el OS9, y el 3 de abril estaba de servicio primer
patrullaje, ese día, cerca de las 11:00 de la mañana le dijeron que en Nicolás de Gárnica 650 en
Recoleta, había un cadáver y le pidieron ir al lugar, al llegar, era un sitio del suceso cerrado, clausurado
por personal de la 6° Comisaría de Recoleta, ellos empadronaron testigos. Llegó LABOCAR y ellos
tomaron declaraciones, el teniente Víctor Larraín estuvo a cargo del peritaje y les dijo que efectivamente
habría intervención de terceras personas por lo que expandieron la búsqueda, y tomaron declaraciones.
Mencionó, que entre las personas que entrevistaron estaba Fabrizio Otárola, quien era un
repartidor de agua que le vendía agua el dueño de casa y fue quien en primera instancia vio por una
ventana al cadáver, y en su declaración dice que fue a cobrar un dinero y que llamó a Carabineros para
avisar de la muerte. Indicó, que como le vendía agua regularmente ubicaba a Vanessa y dijo que era la
pareja del occiso, y que él encontró el cadáver.
El funcionario agregó, que René Torres, señaló ser un vecino del occiso y dijo que el día anterior
cerca de las 23:00 horas escuchó diferentes gritos que eran normales en la casa, era una pareja
conflictiva, ambos, regularmente consumían droga y peleaban, el día anterior fue Carabineros y no
ingresó a la casa porque era propiedad privada. Dijo que la pelea duró como 30 minutos, precisando que
vio entrar a Vanessa a la casa y escuchó que había una tercera persona en la casa con voz masculina y
al escuchar hace referencia a ciertas palabras, escucha a Vanessa decir “no te gustaba pegarle a las
mujeres toma cocha de tu madre toma”, y se escuchaban los golpes que a juicio del testigo ella le daba a
la víctima, hubo quebrazón de vidrios y objetos. Esto pasó como 10 minutos. Este vecino, además, dijo
que el occiso arrendaba dormitorios, por lo que ellos fueron a empadronar a los sub arrendatarios del
domicilio.
El policía explicó que la casa principal por el costado tenía un pasillo y ahí había habitaciones.
En el lugar, además, entrevistó a José Henríquez, colombiano, quien dijo que arrienda una pieza y que
efectivamente el día anterior también escuchó una pelea entre el dueño de casa y su pareja Vanessa, y
que para él es complicado entender a los chilenos, escuchó que quebraban loza, discutieron como 15
minutos, menciona lo mismo que Torres, que las peleas en el domicilio eran constantes y ambos
consumían droga.
Además, entrevistada la testigo doña María Heredia, de nacionalidad dominicana, dice lo mismo
que el anterior, ellos ratifican la versión, y dice que cerca de las 11:30 reconoció a Vanessa que discutía
con Carlos, escuchó de nuevo a un tercer hombre a quien nunca vio, no le sonó como voz conocida y que
decía que recogiera las cosas y se fueran. Ella escucha cuando este tercero le dice “no te gustaba
pegarle a las mujeres, toma por huevón.”
El deponente agregó que ubicaron al primer funcionario que llegó al lugar el día anterior, él dice
que recibió un comunicado de CENCO, fue al domicilio de la víctima y que al estar cerrado no ingresó,
por lo tanto, no pudo constatar si el dueño de casa estaba vivo o muerto, esto fue como a la una de la
mañana. Posteriormente entrevistó a Alexis Alvarado, quien es el funcionario que concurrió al llamado del
joven que repartía agua y dice que se asomó a ver la interior del domicilio y vio a una persona con sangre
y diferentes señales y le dio cuenta a la fiscalía los que los llamaron a ellos.
También tomó declaración a Nicolás Rivera, hijo de Carlos, quien en el sitio del suceso dijo que
si bien no tenía una constante conexión con el padre se habían encontrado una semana antes.
Añadiendo, que Carlos tenía una relación con Vanessa y siempre habían peleado. Indicó que Vanessa
era drogadicta y alcohólica y menciona un episodio anterior donde Vanessa, con un hijo de ella, le
hicieron un corte al occiso, parece que con una navaja. Explica que en el informe aparece Macarena
Abarca quien declaró dos días después.
Se tomó declaración también a doña Denisse Rodríguez, quien es una vecina que vive más al
oriente de la casa del fallecido y conocía a ambos porque eran vecinos y dice que el día de los hechos
estaba afuera de su casa cuando pasó Vanessa con un joven, menciona que el joven que acompañaba a
Vanessa tenía las manos con sangre, y Vanessa le mencionó en la noche que había matado a la víctima
y luego se fue con el joven hacia el oriente. Agregó que LABOCAR levantó una identificación de Vanessa
y ahí sacaron la identidad de ella. Luego empezaron con una serie de reconocimientos fotográficos para
determinar si efectivamente esa persona era la que correspondía a la identidad levantada por LABOCAR.
Los testigos reconocieron a Vanessa, y se reconstruyó lo ocurrido desde el momento que ella ingresa al
domicilio con la declaración de testigos. Ella entró a la casa con un tercero hubo ruido de loza rota, hay
golpes, se escuchó que ella amedrentaba a la víctima, lo golpea, y se van. Además, el sujeto fue visto
con las manos con sangre. Añadió que después de eso, tenían identificada a Vanessa, faltaba identificar
a la tercera persona.
Agregó que al día siguiente, él estaba en su casa y recibió un llamado de la fiscal, quien le
informa que Vanessa estaba detenida con un joven que correspondía a las características entregadas por
testigos y que estaban en la sexta, se levantó y se fue a la 6° Comisaría de Recoleta con su equipo Juan
García Luna, llegaron a la Comisaría y el sujeto fue identificado como Marcelo Vergara Verdugo, esto fue
en la madrugada, él llegó cerca de la una de la mañana, estaban detenidos por el toque de queda.
Además, en ese lugar se entrevistó con Cristian Olave que estaba a cargo del procedimiento y él le dice
que estaba patrullando en el sector, y se le acerca una mujer de nombre Macarena quien le dice que hay
dos personas y señala a Vanessa y Marcelo, que ellos se adjudicaban la muerte de Carlos y que ella era
amiga de la víctima, por toque de queda los fiscalizaron, los detuvieron y los llevaron a la Comisaría, ahí
ellos tomaron contacto con Macarena, quien les dio diferentes antecedentes, paralelamente, cuando
Marcelo fue detenido llevaba un cuchillo, no se acuerda si en la mochila o ropa.
Precisó que Macarena ayudó a entender el aparente momento antes del delito, ellos
reconstruyeron cuando los imputados entraron al domicilio, se escuchó el ruido de platos, una testigo vio
al varón con las manos con sangre, Macarena dice que Vanessa con Marcelo le confesaron el delito y le
dicen que Vanessa entró a la casa y Marcelo entró después, y que con un martillo le dio golpes a la
víctima junto a Vanessa además de puñaladas, lo dejaron en la casa herido y huyeron del lugar. Agregó
que ese día fueron a hacer la constatación de lesiones de los imputados, en el DAU de Marcelo decía
que tenía laceraciones en la cara y el DAU de Vanessa decía que tenía una laceración en el brazo
derecho. Añadió que Macarena decía que Marcelo y Vanessa se jactaban del delito, se sentían muy bien
con lo que había pasado y siempre tuvieron claridad de que habían matado a la víctima y se jactaban de
haberlo matado. Dijo que ese mismo día ellos pidieron la orden de detención de ambos, y como a las
cuatro o cinco de la mañana el Juez de turno no la dio y salieron en libertad. Luego, la fiscal Pamela
Contreras tomó la causa, reunieron más antecedentes relativos a la relación de Vanessa y Carlos,
concluyendo que eran pareja, eran muy conflictivos y peleaban mucho, y se consiguió la orden de
detención. Agregó que ellos hicieron diligencias investigativas para encontrarlos, les dieron la orden el 22
de abril, ellos se quedaron viviendo en la calle por lo que era complicado ubicarlos, el 25 los ubicaron y
después de un control de identidad los detuvieron. En el sector no había cámaras en el lugar, la víctima
no tenía cámaras de seguridad y los vecinos tampoco.
Respecto de la declaración de Macarena ella dijo que el día que se encontraron con ella,
estaban muy drogados, ella decía que ellos se inculpaban en los hechos y que sabía que nunca la iban a
perdonar, sabían que Macarena era amiga de la víctima. El funcionario precisó que cuando los llevó a
constatar lesiones los imputados estaban bien, no tenían lesiones que se pudiera asociar a alguna pelea
o que él pudiera decir que eran de una pelea, pero estaban drogados y olían mucho a alcohol, tenían los
ojos vidriosos como si hubieran consumido drogas.
Contestó a la defensa de Breuer que efectivamente prestó declaración en el parte policial,
participo en la detención e hizo un informe policial en el que detalla todas las diligencias y declaraciones
de testigos. A la pregunta de la defensora de si había dejado constancia en su informe policial de que
Macarena había dicho que Breuer le manifestó que habían golpeado a la víctima con un martillo, explicó
que en el informe que él hizo está la declaración que tomaron ellos como OS9, y ya estaba esa
información en la investigación y por eso él no lo puso en su informe, en la declaración que está en el
informe policial dice “yo lo maté, no me arrepiento lo maté por defenderla a ella” eso es lo que le dijo el
imputado, si bien no hace referencia al cuchillo, sí hace referencia a que Macarena escuchó que Vanessa
decía “yo sé que no me van a perdonar por lo que hice, yo sé que están enojados conmigo”,
efectivamente en esa declaración no habló de un martillo.
Reconoció que en esa declaración también señaló que Macarena dijo que al momento de
encontrarse con ella estaban drogados, les constataron lesiones y en ese informe no se dice nada de
alcohol o droga. En su declaración, no recuerda haber mencionado que los acusados estaban bajo el
alcohol o la droga, los testigos dijeron que ese día hubo una pelea y que recurrentemente ellos peleaban
mucho.
Dijo que los detuvieron por la orden el día 25 de abril del año 2020, no se resistieron al arresto, ni
trataron de fugarse, además, no podían fue un actuar coordinado de carabineros que permitió detenerlos.
No se acuerda si quisieron prestar declaración.
Utilizada la herramienta del artículo 332 del Código Procesal Penal, se le exhibe la
declaración prestada por el funcionario el día 25 de abril de 2020 a las 3:30 horas para efectos de
refrescar memoria, y leída, recuerda que no prestaron declaración porque la fiscalía instruyó que no lo
hicieran y pasaran a control de detención. Ese día nuevamente los llevaron a constatar lesiones. Dijo que
la primera vez que los llevaron a constatar lesiones Marcelo tenía una lesión en región facial, y la mujer
en el brazo, el 25 de abril no se acuerda si los doctores constataron lesiones.
Contestó a la defensa de Vergara, que no se acuerda si Macarena describió al acusado, pero
dijeron que estaba rapado, que era estilo punk, no se acuerda si ella dijo que él tenía tatuajes en las
manos. A macarena le tomó declaración del día 6 de abril de 2020.
Utilizada la herramienta del artículo 332 del Código Procesal Penal con la declaración
prestada por Macarena Abarca recordó que en esa ocasión ella dijo que el acusado tenía tatuaje en las
manos.
Respecto de la testigo Denisse Rodríguez, señala que no la tomó él, sólo concurrió como testigo
y ella describe la sujeto que vio con Vanessa, pero tampoco recuerda la descripción específica, utilizada
la herramienta del artículo 332 del Código Procesal Penal recordó que ella dijo que este hombre tiene
apariencia de algo, y tiene estatura aproximada, pelo negro corto, tez blanca, delgado y al final de la
declaración dice que el hombre que la acompañaba no tenía tatuajes ni cicatrices.
Dijo que él no participó en las declaraciones de reconocimiento, las hace una tercera persona,
que no tiene relación con el procedimiento, a Denisse se le exhibieron los dos sets fotográficos, no se
acuerda si ella lo reconoció.
Utilizada la herramienta del artículo 332 del Código Procesal Penal con el acta de
reconocimiento de Denisse, de fecha, recuerda que ella no reconoció al acusado, pero él no participó en
la diligencia y lo dice en el pie de firma.
Consultado por el Tribunal, responde que él no participó en la diligencia sólo firmó como oficial a
cargo del procedimiento.
A su turno el perito Víctor Larraín Garrido, dio cuenta del informe pericial de sitio del suceso,
oportunidad en la que nos relató que el 3 de abril del año 2020 se constituyeron en Nicolás de Gárnica
650, Recoleta, con un equipo integrado por los funcionarios Montenegro y Diaz. Precisó que se trata de
un inmueble habitacional al que accedieron por un acceso lateral, ingresando al patio posterior del mismo.
Explicó que en el sector norte hay una puerta de acceso con cadena y candado, careciendo de señales
de interés criminalístico, por la que se accedía a la cocina, en el sector norte hay un acceso que permite
entrar al comedor y living comedor, donde había especies diseminadas por el piso que son restos de
muebles y otras especies que permiten interpretarse como signos de lucha o defensa, sobre la superficie
de los muebles había una mancha que rotularon M1, era una especie de repisa, a la vez, sobre un sillón
se encuentra el cadáver del señor Rivera el que estaba sentado, destacando sobre la imagen, sobre la
pared adyacente a la cabeza manchas de salpicadura por impacto contestes con las lesiones de su
cabeza, sobre el pie derecho había una mancha de aspecto hemático, un charco que se explica por el
escurrimiento por un tiempo prolongado de la fuente que emana.
Añadió que sacaron el cadáver y lo pusieron sobre el piso, y observaron que tenía lesiones de
tipología cortopunzante en el flanco izquierdo, región torácica, extremidad izquierda y zona genital.
Añadió que se rotuló una polera como E1, la que tenía daños coincidentes con las lesiones, el
pantalón mantiene un daño concordante con las lesiones en la extremidad inferior prenda que se rotuló
como E2. Además, se levantó una muestra de lecho ungueal que se caratuló M2, se levantó una ficha
necrodactilar para establecer la identidad del occiso. Añadió que en el sector oriente del comedor,
lindante a una puerta hay una mancha de aspecto hemático de goteo de altura de 2 por 2, la que se rotuló
M3, la puerta lleva a un dormitorio en donde hay un televisor en el piso el que estaba dañado y parece
haber estado en un mueble que estaba al poniente de la habitación, hay documentación, en concreto, un
certificado Fonasa y una citación de la municipalidad de Recoleta de Vanessa Breuer Tapia la que se
rotuló E3 y se levantaron.
En el comedor hay un acceso a un baño, allí, sobre el lavamanos había manchas de aspecto
hemático de las que se levantó una muestra y se rotuló M4, hecho el rastreo no se encontró otras
evidencias.
Precisó que en el pantalón del cuerpo, en específico en el bolsillo derecho, había un porta
documentos con la cédula de identidad de Vanessa y una tarjeta bancaria a nombre del occiso.
Concluyó que conforme a los hallazgos el hecho se suscita en una dinámica de interacción
violenta, en donde a lo menos actuaron dos personas, se ocupó a lo menos dos o más elementos
cortopunzantes y por la escasa respuesta defensiva hubo una escasa reacción a esta lesión.
Durante exposición se le exhibió el set fotográfico que se levantó del sitio del suceso, explicando
que en la número1 se observa el exterior del sitio del suceso; 2, se ve la ubicación del cadáver; 3, el
exterior de nuevo; 4, se observa el acceso lateral que da paso al patio posterior. Este fue el acceso que
ellos usaron; 5, vista particular del pasillo de acceso; 6, vista general del patio posterior; 7, ubicación
acceso a la cocina; 8, vista particular puerta de acceso a la cocina; 9, vista particular del sistema de
seguridad de la puerta de la cocina; 10, vista particular del candado del cierre de sistema de seguridad;
11, pestillo interior puerta de la cocina; 12, vista general de la cocina; 13, vista del acceso al comedor; 14,
vista general del living comedor, se observan especies diseminadas en el piso; 15, vista particular de las
especies del piso; 16, vista de las especies del piso; 17, ubicación de mancha de aspecto hemático en
repisa; 18, vista particular de la mancha; 19, vista en detalle y rótulo del levantamiento de muestra; 20,
levantamiento de la muestra; 21, embalaje de la muestra; 22, ubicación de cadáver; 23, vista particular
del cadáver y manchas por piscina o charco en el pie derecho y por salpicadura; 24, pared con manchas
de aspecto hemático; 25, detalle de las manchas en la pared; 26, particular del escurrimiento y mancha
del pie; 27, foto particular del sillón; 28 y 29 remoción de las prendas de vestir del muerto; 30, foto de la
muestra E1, polera del muerto; 31, daños de la polera en el costado izquierdo; 32, detalle del daño en la
polera, región izquierda; 33, imagen particular de los daños en manga izquierda de polera; 34 detalle de
un desmedro en manga izquierda; 35, otro detalle de desmedro; 36, parte posterior de polera; 37, agujero
en la polera; 38, detalle de la anterior; 39, pantalón; 40, detalle de pantalón; 41, pantalón acercamiento;
42, detalle del daño anteriormente descrito; 43, ubicación de daño en pierna izquierda del pantalón; 44,
45 y 46, detalle de la anterior; 47, levantamiento del lecho ungueal; 48 embalaje de M2; 49, levantamiento
de muestra necrodactilar; 50, detalle de la anterior; 51, mancha M3, en acceso cocina; 52, 53, detalle de
la anterior; 54, levantamiento de la mancha; 55, ubicación del dormitorio; 56, vista general del dormitorio,
precisó que el inmueble sólo tiene un dormitorio; 57, vista general y televisor sobre el piso; 58, mueble al
parecer en donde estaba el televisor, especies; 59, ubicación de los documentos de Vanessa; 60,
particular de ubicación; 61, evidencia E3; 62, detalle de E3.
Además, durante su declaración se incorporó, la evidencia 6 de la letra C del auto de apertura,
consistente en la documentación correspondiente a la NUE 570388 y que corresponde a dos documentos
a nombre de Vanessa Breuer Tapia, citación a la Municipalidad de Recoleta, al departamento de salud
CESFAM, para el día 6 de marzo por una cirugía menor, y un certificado de FONASA a nombre de
Vanessa, de fecha 18 de febrero de 2019, el cual tiene una duración seis meses desde su emisión.
Continuando con las fotografías, el deponente reconoció en la imagen 63, la ubicación y acceso
al baño; 64, vista general del baño; 65, vista general del lavamanos; 66, ubicación de la mancha M4; 67,
vista particular de M4; 68, vista de donde se levantó M4; 69, vista del levantamiento M4, precisando el
testigo que ésta es compatible con un patrón de limpiamiento, lavarse las manos, sacar la mancha de la
superficie; 70, embalaje de M4; 71, foto de la región posterior pantalón E2; 72, extracción del porta
documentos; 73, inspección del porta documentos con cédula de identidad de Breuer y tarjeta bancaria
del occiso; 74, foto particular del porta documentos con cédula de identidad y tarjeta banco; 75, particular
de la cédula de identidad; 76, foto particular de la tarjeta del banco.
Contestó al abogado querellante, mientras se le exhibía la foto 25, es una foto en detalle de
las manchas del muro lindantes a la cabeza del occiso de 80 cm de extensión por esparcimiento.
Además, había un charco por escurrimiento.
Respondió a la defensa de Breuer que la reja de acceso estaba cerrada, no se acuerda con
qué. Todas las muestras de manchas hemáticas fueron enviadas a análisis, las M1, 3 y 4, fueron
analizadas y se determinó que correspondía a sangre humana, no se hizo perfil genético, se debió
solicitar y no se pidió. Explicó que es importante saber el perfil de todas las manchas, pero por el tiempo y
el costo en ocasiones no se hace. Dijo que a su juicio, necesariamente se usó a lo menos dos, y que para
él necesariamente es sinónimo de altamente probable.
Respondió a la defensa de Vergara que en el bolsillo derecho del pantalón del occiso estaba el
porta documentos.
La perito planimetrista doña Laura Diaz Guzmán, Cabo 1° de Carabineros, declaró en relación
al informe pericial planimétrico n°2575-01-2020, relatándonos que estaba de servicio en el equipo pericial
y le correspondió concurrir a un sitio del suceso cerrado, el que se encontraba ubicado en la comuna de
Recoleta y se trataba de un domicilio. Precisó que, al llegar, encontraron un varón adulto mayor,
efectuando un levantamiento planimétrico del lugar con tres anexos, el primero de ellos es una vista en
planta de la ubicación del sitio del suceso; el segundo se trata de una vista en planta de la distribución de
las habitaciones y la ubicación del cuerpo; y el tercero, es una vista en planta de la ubicación de las
evidencias.
Precisó que E1 representa una documentación que estaba en una habitación que parece ser el
dormitorio, y estaba a nombre de Vanessa Breuer Tapia, además, se observa una muestra que
corresponde a posible muestra sanguinolenta que se envió a laboratorio; M2 corresponde a la muestra de
los lechos ungueales; M3, corresponde a una posible mancha de sangre, igual que M4.
Durante su exposición se le exhibe sus planos, reiterando que el número 1 es de la ubicación del
sitio del suceso Nicolás de Gárnica 650, precisando que el ingreso al inmueble era por un pasillo al
costado oeste y por la parte de atrás en la cocina. En el plano número 2 reiteró que se entraba por la
cocina, la parte de adelante estaba obstruida. Respondió que M1 se encontraba en un mueble y se trata
de una mancha de aspecto hemático, M2 estaba en el comedor en dirección al dormitorio, también es una
mancha hemática, E3 es una evidencia de la documentación encima de un mueble sobre el cual,
aparentemente, había una televisión; M4 es una mancha de aspecto hemático en el lavamanos del baño.
En relación al acceso delantero, dijo que por lo que visualizaron siempre estaba obstruido, tenía plantas y
maderas o muebles, parecía clausurado por los escombros, era como el patio delantero.
La perito bióloga forense doña Patricia Ossandón Tapia declaró en relación al Informe pericial
de Biología Forense N°2575-02-2020 explicando que ésta estaba relacionado con el informe del sitio del
suceso 2575-2020, los elementos a periciar fueron muestras con mancha café rojizo signadas como M1,
M3 y M4. Además de una polera correspondiente a E1, un pantalón singularizado como E2. Respecto de
la polera (E1) dijo que ésta presentaba manchas color café rojizo dispersas en toda su estación, las que
se rotularon como E-1.1, el pantalón (E-2), presentaba manchas café rojizo dispersas en toda su
extensión las que fueron su rotuladas E-2.1,
Explicó que se obtuvo resultado positivo para determinación de sangre humana para las muestras
M1, M3, y M4, además para las muestras E-1.1 y E-2.1. Por lo que, de los resultados se desprende que
mediante las técnicas de análisis se determinó la presencia de sangre humana en M1, M3 y M4, las que
podrían estar aptas para futuro análisis de perfil genético. Lo mismo ocurre con E-1.1 y E-2.1, levantadas
desde E-1 y E.2 respectivamente, las que también podrían estar aptas para futuro análisis de perfil
genético. Precisó no recordar cuando se remitió el informe,
Contestó a la defensa de Breuer que ella no hace perfiles genéticos, pero si hay una muestra
testigo que tiene suficiente ADN nuclear se puede hacer un análisis de perfil genético y se hacen a
petición de fiscalía o de otra institución como defensoría.
Octavo: Las defensas, a objeto de acreditar sus tesis incorporaron el testimonio de Verónica
Urzúa Enriques vecina del occiso, domiciliada en Nicolás de Gárnica 643, Recoleta, quien señaló vivir en
ese lugar hace como 20 años. Dijo que conoce a sus vecinos, conoce a Vanessa Breuer, quien llegó
después a vivir en el fondo de la calle. Precisó que ella vivía casi al frente del domicilio de Vanessa, se
saludaban todos a veces, hacia aseo en su casa, le iba a comprar y en ocasiones Vanessa se arrancaba
porque su marido Carlos le pegaba, se iba a su casa, ella llamaba a Carabineros, después no se querían
meter porque ellos se arreglaban, un día ella llegó con la cabeza rota, a veces Vanessa “andaba
tomadita”, ella salió y le corría sangre, estaba en el suelo, llegó Carabineros y la iba a llevar a constatar
lesiones, llegó la madre de ella y la llevó en un auto a la posta, en esa ocasión le dijo que Carlos le pegó
en la cabeza con una piedra. Precisó que la acusada siempre escapaba a su casa, ese día Carlos estaba
tirando piedras, salió su marido y le dijo que no tarara piedras, que podía romperle un vidrio a su auto. La
deponente añadió, que estos episodios en que el marido le pegaba eran seguidos, se sentían las
discusiones fuertes. Dijo que dos veces lo vio la echaba y le tiraba piedras a la calle. Añadió que siempre
se escuchaba las voces que discutían y ella gritaba “no me peguí”, ellos no se metieron más porque
después las parejas se arreglan. Indicó que cuando llamaron a Carabineros ellos llegaron, bajaron, la
vieron y le dijeron “ha Vanessa, otra vez te pegaron”, Carabineros dijo que la llevaban a constatar
lesiones pero ignora que más pasó. Dijo que Carabineros siempre pasaban en la patrulla, Vanessa le
decía que no llamara a Carabineros, que Carlos “los daba vuelta”. Señaló que ellos vivieron juntos años,
una vez el hijo de Vanessa le pegó a Carlos porque no quería que le pegara a su mamá.
Contestó a la fiscal que lo de la cabeza rota fue hace como dos años, era invierno porque le
pasaron una frazada para que se tapara, no había pandemia. Lo de las piedras también pasó antes de la
pandemia, lo del hijo de ella que le pegó también fue antes de la pandemia.
El testigo Richar La Rosa Salazar, amigo de Breuer Tapia, relató que sabe que lo citaron al
juicio por la declaración que dio, conoce a la señorita imputada, Vanessa. Añadió que la conoció por
donde arrendaba, tenían amigos en común y de ahí compartieron y se hicieron amigos. Explicó que él
arrendaba una pieza en los Pamperos 330, Recoleta, no recuerda donde vivía Vanessa. Sabía que ella
tenía una pareja don Carlos Hugo, ella no hablaba mucho de su relación, más hablaba de su tendencia
de la música el rock, el punk, eso que le gustaba. Agregó que el prestó declaración, y dijo que estaba
justo compartiendo con Patricio Werner en la casa, y se quedó en la casa un día y al otro día fueron dos
detectives y preguntaron si conocían a Vanessa o si había algún familiar por ahí. Precisó que la conocían
porque había consumido alcohol con ella, y en esa ocasión, dijo que en unas oportunidades de repente
cuando llegaba Vanessa donde él arrendaba llegaba un poco moreteaba en la cara, con el pómulo
hinchado como si la hubieran golpeado, le preguntaban y ella decía que se había golpeado, pero “uno
más o menos sabe o supone que a veces las parejas se pelean”.
Contestó a la defensa de Vergara que no conoció a Carlos, sólo había escuchado de él. Añadió
que trata de no meterse en problemas, vio a Carlos donde él trabajaba antes, por la Vega Chica, cruzó
palabra porque se ofreció a repararle un celular, y sabe que era la pareja de Vanessa.
También se escuchó a doña Vanessa Muñoz Beltrán, psiquiatra del COSAM de Recoleta desde
el año 2017, quien explicó que lleva una ficha electrónica por los pacientes que atiende, allí aparece el
nombre del profesional y los datos de pacientes, fecha y hora que concurrió. Precisó que la paciente
Vanessa Breuer llegó derivada del Hospital San José el 25 de junio de 2019 con diagnósticos de
policonsumo, síndrome depresivo y hepatitis C, fue ingresada al programa de dependencias para
rehabilitación ambulatoria. Explicó que el primer contacto con ella fue 14 de octubre de este año, ella
tenía antecedentes de consumo de pasta base desde los 14 años y alcohol, el principal motivo de
consulta era refiriendo violencia, decía que vivía con una pareja que era el dueño de la casa y que había
sido víctima de situaciones como que le quiso romper un vidrio en la cara, golpes en la cabeza y quiso
romperle un fierro en las partes intimas, también que era víctima de adjetivos peyorativos,
constantemente le decía que se fuera de la casa, decía que no podía dormir en las noches porque temía
que le pasara algo, ella tenía intentos de suicidio queriendo arrojarse a los vehículos y ahorcamiento, no
sabe si lo intentó o lo hizo. Además, en el primer contacto decía escuchar voces, que alguien la llamaba
por su nombre y que la pareja le había dicho que la había visto hablando en la calle con carteles y
publicidad. Añadió que en las otras atenciones en noviembre y diciembre de 2019, ella iba a los controles
con consumo activo de alcohol, en noviembre estaba muy descompensaba diciendo que se le murió una
amiga, en diciembre le dice que estaba consumiendo cocaína y que la pareja le rompió el celular, la
percibía expansiva en su afecto hiperactiva, decía que estaba participando en las marchas del estallido
en primera línea le mostró las piernas con lesiones por balines, estaba hiperactiva, subiendo cerros con el
hijo. Luego se disparó la pandemia, el 16 de marzo de 2020, volvió a control afectada y le dice que
ocurrió una violencia que su pareja la golpeó con un fierro y estaba con consumo activo. En abril la
paciente fue sólo a buscar sus remedios y no volvió más, ese día rechazó la atención, en junio se le dio
alta porque la familia dijo que estaba privada de libertad.
La deponente explicó que la acusada tenía daño hepático, daño renal por los medicamentos y la
hepatitis C, al examen mental le llamó la atención el afecto expansivo fluctuante, la alteración en la
atención, relataba y relataba las cosas, labilidad emocional, algunas fallas en la memoria, trastorno de
personalidad, emocionalmente inestable y con policonsumo. Precisó que el tratamiento lo hizo con un
antidepresivo que no toleró y luego clonazepam, 3 mg al día y quetiapina para dormir, tenía insomnio.
Precisó que para que le den medicamente la paciente debe llevar la cédula de identidad o el
familiar que concurra debe explicar por qué no va el paciente.
Contestó a la fiscal que no recordaba otro psiquiatra que se hubiera hecho cargo de Vanessa y
no tenía otro antecedente en el COSAM, es primera vez que la habían ingresado. Dijo que, según la
paciente, las drogas que consumía eran cocaína y alcohol en forma intermitente, ella llegó con consumo
activo y se mantuvo así hasta el último control con ella. Precisó que los problemas para dormir pueden
haber sido multifactoriales, por el consumo, al igual que el afecto inestable con característica tipo maniaco
pueden ser causadas por el consumo de cocaína, pudo ser bipolar pero no se hizo diagnóstico debido a
que tenía consumo activo, se requiere seis meses sin consumo para poder diagnosticarlo. Indicó que
cuando Vanessa dijo que sufría de violencia intrafamiliar se activó las alarmas y se hizo cargo la asistente
social, ignora si se hizo la denuncia. Añadió que Vanessa se acercó en una ocasión a hacer la denuncia a
Carabineros y fue agredida por una Carabinero, llegó muy descompensada por el episodio.
También se escuchó al testigo Carlos Flores Juárez, psicólogo del COSAM de Recoleta desde
el año 2014, quien también indicó que sus pacientes mantienen fichas clínicas, allí aparece el nombre del
profesional que atiende y los datos del paciente. Explicó que atendió a Vanessa Breuer en Recoleta, ella
asistió pidiendo atención por consumo de sustancias en julio de 2019 aproximadamente, su asistencia era
irregular, pero fue a terapias de grupo y consultas individuales. Como su asistencia era irregular se hacía
rescates domiciliarios, hicieron varios y no lograban ubicarla en su domicilio, la penúltima vez fua a
principio de 2020, en febrero se planteó pasarla a observación por abandono, fueron al domicilio y
hablaron con la pareja de ella, y él dijo que no sabía de ella. Luego fue a verla por COVID, en el SAR de
Recoleta, y no la ubicó, dejó una citación bajo la puerta y en la tarde fue su pareja y dijo que desconocía
su paradero, días posteriores fueron a visitarla. Agregó que las primeras semanas de abril llegaron al
domicilio y encontraron en la puerta unas velas y un vecino dijo que había fallecido la pareja de la
paciente. Precisó que en todo ese proceso Vanessa siempre manifestó violencia intrafamiliar física y
psicológica, la refirieron a la asistente social del COSAM, la que hacia la conexión en el tema de la mujer.
Dijo que ellos la indujeron a que denunciara, pero ella decía que no quería denunciar por temor a
quedarse en la calle, manifestaba que había sido golpeada, agredida, lo manifestaba en las reuniones
grupales y por eso se coordinaron con la asistente social y cuando hablaron con la asistente social, el
discurso era que tenía miedo a denunciar para no quedar en la calle y por temor a ser denunciada, ella
fue en julio de 2019 y la última vez fue por febrero del año 2020, su asistencia era irregular, se acuerda
de ella porque una de las características era que tenía hepatitis C.
El testigo contestó a la fiscal que Vanessa ingresó al programa por policosumo de alcohol y
drogas, él la atendió individualmente cuatro o cinco veces, de lo que recuerda, se derivó a la asistente
social para hacer la denuncia pero Vanessa es mayor de edad y no quería denunciar y por eso no
denunciaron.
Finalmente concurrió la perito Pía Carrasco Díaz, psicóloga, quien señaló que en el mes de julio
efectuó la pericia a Vanessa, para lo cual efectuó dos entrevistas clínicas, test de Rorschach, el objetivo
era realizar una evaluación sociólogica del actual estado de la peritada.
Entre los antecedentes relevantes consideró que se encontraba privada de libertad por medida
cautelar debido a la imputación de un delito de parricidio consumado de su pareja, con quien vivió cerca
de 6 años. Indicó que durante la convivencia hubo reiterados maltratos físicos, verbales y psicológicos,
estas situaciones incluso dan cuenta de cortes con arma blanca y con objetos contusos. Precisó que la
periciada estaba en dependencia económica hacia la víctima por su consumo de droga, por lo que vivió
en situación de calle. Además, estaba en tratamiento por consumo de droga en el COSAM de su comuna
y hubo reiteradas internaciones en el Hospital Horwitz por intoxicaciones. Precisó que la acusada dijo que
estaba sin consumo de drogas duras desde el año 2001, sí con consumo de marihuana.
Explicó que estaba orientada en tiempo y espacio, con juicio de la realidad conservado,
capacidad de atención y concentración levemente disminuida, su nivel e inteligencia estaban en un rango
normal lento, sus recursos cognitivos están en un rango adecuado a la edad pero en un rango inferior,
carece de pensamiento concreto, sin capacidad de operación de síntesis y de inducción y deducción. Se
apreció un estilo de pensamiento que tiende a estar teñido de elementos emocionales, apreció adecuada
capacidad de sentido crítico y de sentido común por lo que puede evaluar la conducta por la que se
encuentra privada de libertad. Por otro lado, se apreció un pensamiento ambivalente y circunstancial, en
el área efectiva se apreció con altos montos de angustia y labilidad emocional lo que en su relato se
mostraba con llanto espontáneo al dar cuenta de situaciones de violencia de las que fue víctima, tristeza y
culpa relacionado al proceso en el que se encuentran y el delito por el que está procesada. Se apreció
una tendencia a expresar sus emociones de forma intensa y con escasa regulación, además de una
tendencia al control de los impulsos pero falla al experimentar situaciones de angustia intensas lo que se
puede apreciar por el consumo de drogas que presentó.
En cuanto a la autopercepción se apreció baja autoestima, imagen personal desvalorizada,
teñida por los episodios de violencia intrafamiliar de larga data y un sentimiento general de baja confianza
en sus recursos personales con rasgo de personalidad de inseguridad y dependencia infantilizados.
En área de las relaciones interpersonales, tendencia a establecer relaciones dependientes,
adoptando un rol pasivo y con dependencia emocional con esos vínculos.
En el área de control y tolerancia al estrés, apreció un control inadecuado, lo que significa que
los recursos con los que cuenta son insuficientes para lidiar con situación de sobrecarga emocional y
estrés intenso generándose respuesta que no son adecuadas a la demanda de la situación.
Concluyó que Vanessa presentaba un diagnóstico SM5, esto es un trastorno de personalidad
limítrofe y consumo de sustancias, este último al momento de evaluación en remisión total. Sumado a lo
anterior, es posible dar cuenta que la peritada habría presentado una conducta aislada en su repertorio
de conductas respecto del delito enmarcado en un contexto de violencia de género porque en el momento
que se genera la conducta se sintió sobrepasada más allá existiendo la percepción de un daño inminente
hacia su vida y una sobrecarga emocional.
Contestó a la defensa que le relató que estaba en situación de calle porque había huido de la
casa por una situación de violencia en la que fue golpeada, estuvo encerrada en la casa porque el occiso
la golpeó y un primo la ayudo a salir de la casa, y al volver a buscar sus cosas, ingresa al domicilio y al
ingresar la víctima le pegó con un alicates y la lesionó con un cuchillo en un brazo, la acompañó un
compañero de vivienda y esta persona al escuchar lo que ocurría golpeó a la víctima le quitó el cuchillo, lo
agredió con el cuchillo, ella sale del dormitorio y se da cuenta de lo ocurrido y al día siguiente se entera
que la víctima falleció.
Contestó a la fiscal que vio la ficha clínica después de la entrevista para comprobar la
información, se percató que la acusada dijo a las otras profesionales que sí consumía drogas duras, pero
no lo puso como dato duro porque no habló con las profesionales. Explicó que hizo una evaluación clínica
respecto del consumo de drogas, no pidió exámenes de laboratorio porque ellos no lo piden en la
institución que trabaja porque lo importante para ellos es la dinámica y la fenomenología del consumo de
drogas, y al momento de la evaluación no estaba consumiendo. Precisó que la persona que acompañaba
a Vanessa ese día era su pololo o pareja. La periciada le dijo que la víctima le pegó con un alicates, sacó
un cuchillo y se lo entierra, ella se fue a la pieza y escuchó la voz de un hombre que llega a la habitación
y se da cuenta que Marcelo le está pegando combos a Carlos y le había quitado el cuchillo, y al irse no se
dio cuenta que Carlos está muerto.
Explicó que cuando dice “se genera la conducta” ella se refiere a que ellos hipotetizaron que ella
hubiere participado en el hecho, por eso se plantea que aun cuando lo hubiere realizado, es una situación
que la sobrepasó y temió por su vida. Dijo que una cosa es lo que le diga la peritada y otra cosa es el
delito por el que se le acusa, aun cuando supuestamente no lol hizo.
Precisó que la culpa, tristeza y angustia, son porque falleció su ex pareja, y por las
consecuencias que esto ha generado y su privación de libertad. La angustia por el contexto en el que se
encuentra, la evaluación. Indicó que en su trastorno de personalidad es común la angustia y la culpa es
por la muerte de una persona, en un duelo siempre hay un sentimiento de culpa, porque ella al momento
de efectuarse la evaluación está en una situación de duelo, la situación de duelo siempre tiene un
componente de culpa.
Además, se incorporó prueba documental constituida por el DAU correspondiente al imputado
Marcelo David Vergara, N°0919234, de fecha 6 de abril 2021, causa RUC 2000520009-2, por artículo 318
del Código Penal, SAR Recoleta, en el que se indica que éste no presenta lesiones, y que se observa
laceración en región facial en periodo de cicatrización de más de un día; DAU de Vanessa Breuer
N°20919236, de fecha 06 de abril 2021, causa RUC 2000520009-2, por artículo 318, del SAR Recoleta,
en el que se refiere que no tiene lesiones, y se deja constancia que presenta una laceración previa en la
cara interna del brazo derecho en fase de cicatrización.
También se incorporó la Ficha clínica enviada por el COSAM de Recoleta, respecto a la
atención psicológica recibida por la imputada, desde el 4 de julio de 2016 a abril de 2020, momento en
que imputada cae detenida por esta causa y en el que se describe las diversas oportunidades en que ella
compareció, destacándose que manifiesta ser víctima de agresiones por parte de la víctima, negándose a
efectuar la denuncia pertinente. Durante sus asistencias presentaba consumo de alcohol, incluso
habiendo concurrido a dicho centro bajo la influencia del alcohol, mantenía, además, consumo de drogas
como cocaína.
Noveno: Que, recapitulando sobre lo expuesto, las declaraciones transcritas en el motivo
séptimo, correspondientes a Fabrizio Otárola, René Torres, María Heredia, Santa Iluminada, Nicolás
Rivera, las que fueron entregadas por testigos que tomaron conocimiento personal de los hechos de que
dieron cuenta, cuyos relatos, en sus aspectos centrales, fueron coherentes entre sí, y coincidentes
respecto del lugar y circunstancias en que fue encontrado el cuerpo sin vida de Carlos Rivera fue posible
establecer que éste fue hallado sin vida al interior de su vivienda. Coincidiendo éstos, además, en que la
noche anterior fue visitado por su conviviente Vanessa Breuer, que hubo una discusión entre ellos la que
terminó en una pelea en la que intervino una tercera persona de sexo masculino.
Fue así como, en primer término, don Fabrizio Otárola dio cuenta al Tribunal de las razones por
las que concurrió al domicilio del occiso en Nicolás de Gárnica, señalando que al acudir a cobrar un
dinero que se le debía, alertado por los vecinos de que Carlos estaba al interior de la casa y que la noche
anterior habían escuchado bulla, y ante la nula respuesta de los moradores del inmueble, decidió saltar la
reja, observando que al interior de la vivienda estaba Carlos como sentado, lo que lo motivó a llamar a
Carabineros, enterándose posteriormente por medio de la policía de que Carlos estaba muerto. Lo
anterior se complementó con lo relatado por un vecino del occiso, don René Torres, quien nos relató lo
acontecido el día anterior al hallazgo del cadáver, señalando que cerca de las diez o doce de la noche
sintió una pelea en la casa de su vecino Carlos entre él y su pareja Vanessa, pero no llamó a Carabineros
porque esta situación era recurrente y ellos luego se abuenaban. Sin embargo, en esta ocasión le pareció
más grave que de costumbre puesto que había mucha quebrazón de vidrios, añadiendo que ese día vio
llegar a Vanessa a la casa y que desde la puerta le pedía a Carlos sus cosas, para luego ingresar al
inmueble, además, le pareció que había una tercera persona, llamó a la policía, pero cuando llegaron ya
no se escuchaba ruido y no ingresaron al inmueble. Al día siguiente se enteró de la muerte de Carlos. En
el mismo sentido doña María Heredia, nos relató que, a esa época arrendaba una pieza a la víctima en
Nicolás de Gárnica 650, y que la noche del suceso, a las once y media aproximadamente, llegó su polola
Vanessa, a quien reconoció por el tono de voz. Precisó que ella le pedía a Carlos que le abriera la puerta,
ingresó a la casa y se inició la discusión y una pelea entre ambos, para luego escuchar que Vanessa le
pedía que la soltara, que no le pegara, momento en que escuchó la vos de una tercera persona de sexo
masculino quien le decía a Carlos que soltara a la mujer, iniciándose una pelea entre los tres, lo que
dedujo por las voces, añadiendo que luego la pelea era entre los varones ambos, que luego el otro varón
le dice a Vanessa que recoja todo para irse, precisando que luego de escuchar una voz masculina que da
un grito de dolor, no volvió a escuchar la voz de Carlos. Respecto del hallazgo del cuerpo, nos narró que
al día siguiente fue un señor a llamar a Carlos, y como no salió, llamaron a Carabineros y lo encontraron
muerto al interior de la casa.
También ratificó lo anterior doña Santa Iluminada, arrendataria del mismo inmueble y quien ese
día había estado conversando con Carlos desde que llegó de su trabajo como a las cuatro cinco de la
tarde aproximadamente hasta las ocho, añadiendo que en la noche, ella y su pareja estaban durmiendo
cuando sintieron una pelea, se quedó escuchando y se sentía como que la tiraban la loza al piso, y la voz
de Vanessa pero no distinguió lo que decía, y luego escuchó los pasos de dos personas que salieron. Al
día siguiente llegó el joven que vende agua, y como Carlos no salió, ingresó a la casa y lo encontró
muerto. Finalmente, Nicolás Rivera, relató que aun cuando no se visitaba con su padre mantenían
contacto, y que se enteró de su muerte porque tuvo que ir a reconocerlo al Instituto Médico Legal.
Corroborando los asertos de estos testigos, respecto a la forma y lugar en el que fue encontrado
el cadáver de Carlos Rivera, se valoraron los asertos de Sebastián Villanueva, quien fuera el primer
funcionario en llegar al sitio del suceso, entrevistando a los hermanos Otárola e ingresando al domicilio
para encontrar el cuerpo sin vida de la víctima sobre un sofá, empapado en sangre, advirtiendo, además,
la presencia de sangre en la pared y en el suelo. Este testimonio se complementó con los asertos de Dan
Goldberg Woldarsky, Subteniente de Carabineros quien concurrió al inmueble ubicado en Nicolás de
Gárnica 650, Recoleta el día 3 de abril de 2020 cerca de las once de la mañana, a raíz del hallazgo de un
sujeto muerto al interior de esa vivienda, precisando que fue el encargado de tomar declaración a los
testigos del lugar y durante su exposición entregó un extracto de las declaraciones que le dieron los
vecinos y demás testigos, versiones, que en términos generales coincidieron con lo que entregaron
durante la audiencia, logrando establecer desde ese mismo día la presencia y participación en esta
agresión de la acusada Vanessa Breuer y un acompañante de sexo masculino.
El deponente, además, participó de las primeras diligencias que se efectuaron el día de la
primera detención de los acusados en razón de haber infringido el artículo 318 del Código Penal, ocasión
en la que concurrió a la 6° Comisaría de Recoleta con su equipo, lugar en el que se encontraba Vanessa
Breuer y un acompañante de sexo masculino al que identificaron como Marcelo Vergara Verdugo,
entrevistando en el lugar al funcionario aprehensor Cristian Olave quien les relató las circunstancias de la
detención en razón de encontrarse vulnerando el toque de queda, y que al momento de la detención
Vergara Verdugo portaba un cuchillo. Posteriormente participó en la detención de los acusados el día 25
de abril de 2020. Por su parte Víctor Larraín Garrido, dio cuenta del examen efectuado al cadáver y de
las características y hallazgos en el sitio del suceso el día 3 de abril de 2020, concluyendo que conforme
a los hallazgos, el hecho se suscita en una dinámica de interacción violenta, en donde a lo menos
actuaron dos personas, se ocupó a lo menos dos o más elementos cortopunzantes y por la escasa
respuesta defensiva hubo una escasa reacción a esta lesión, todo lo cual explicó en las imágenes que se
le exhibieron durante su declaración, en la que estas magistrados pudimos apreciar el lugar específico en
el que se ubicaba el cuerpo de la víctima al ser descubierto, la extensa mancha de sangre, de más de 80
centímetros que exhibía la pared sobre la cabeza de Rivera Flores, y el charco existente bajo uno de sus
pies.
Además, tanto la ubicación del cuerpo, como de los hallazgos en el lugar, se ratificaron mediante
la pericia efectuada por doña Laura Guzmán, quien nos explicó las posiciones de estos indicios durante
la exhibición de los tres planos que ella confeccionó luego de apreciar la evidencia en el sitio del suceso.
A su turno, la perito bióloga forense Patricia Ossandón, detalló que en las muestras que le remitieron,
correspondiente a las manchas rojizas encontradas en M1, (sobre un mueble tipo repisa), M3 (en el piso
cerca de la puerta del dormitorio) y M4 (sobre el lavamanos), correspondía a sangre humana.
Finalmente, y otorgando una mayor claridad a lo ocurrido el día 3 de abril de 2020 se presentó la
perito Vivian Bustos, quien luego de revisar el sitio del suceso y las lesiones que presentaba el cuerpo
del occiso, pudo establecer que éste presentaba numerosas lesiones, principalmente, en la zona parietal
izquierda, en el tórax, la zona periumbilical, zona pubiana, cara anterior del muslo, señalando algunas
características de esta agresión.
Primero que todo, nos indicó que existen diferentes tipos de elementos en la producción de las
lesiones, precisando que las de cráneo son producto del uso de un elemento, que con la mayor
probabilidad no es filoso pero con borde estrecho y forma de arco, y que las cortopunzantes, tienen dos
perfiles de dimensiones, y por lo tanto, con el sólo examen externo se abre la posibilidad de dos armas
con hojas de diferente ancho, las que fueron usadas fundamentalmente por la punta, trasladando toda la
energía del golpe al cuerpo del afectado. Esta posibilidad de la presencia de dos armas cortopunzantes
diversas la basó en que es posible diferenciar las heridas de arriba y abajo por varios criterios, el primero
de ellos es la dimensión, pues claramente las lesiones de la parte inferior son de mayor tamaño, llegando
hasta los dos centímetros y medio, mientras que en la parte superior del cuerpo la herida de mayor
tamaño era de 1.7, y si bien todas tiene ángulo agudo, en las de la zona inferior, el ángulo obtuso en
oposición al ángulo agudo es más vertical que lo que se observó en la parte superior del cuerpo, lo que
habla de una hoja más ancha, el tercer criterio que permite considerar que no se trata de la misma arma
es que el ribete escoriado que se veía con tanta claridad en las lesiones del brazo y en la torácica por
debajo de la clavícula, en la parte posterior desaparecieron, lo que se apreció fundamentalmente en las
heridas de la zona periumbilical, zona del hipogastrio y en la lesión grande del muslo.
En segundo término, además, de describir las lesiones que logró apreciar en el cuerpo en el
lugar del suceso, nos ilustró en relación a la posición del cadáver y la posible dinámica de los hechos,
señalando que el lugar donde el cuerpo fue encontrado es el sitio en el que fue agredido, lo que se
deduce de las características hematológicas, esto es, el salpicado atrás del muro y el charco de sangre
ubicado en el suelo en donde estaba apoyado el pie del occiso, además del escurrimiento de sangre que
presentaba el cadáver. Añadiendo que, en esta situación agresiva, sólo cinco de las heridas pueden ser
explicadas por una situación de defensa, las demás son de agresión, y en ellas existe una particularidad,
que es la unilateralidad de éstas, tanto las de cráneo como de miembro y tronco todas está ubicadas en
el lado izquierdo del cuerpo por lo que ella deduce que se trató de lugares buscados por el agresor para
inferir el daño. Nos explicó, además, que la única herida ubicada al lado derecho del cuerpo es la cortante
que se encontró en el dorso del pie derecho, herida se generó cuando el pie estaba alejado del suelo
moviéndose en el espacio y estuvo en contacto con un elemento filoso que también se movía en el
espacio, parece ser la única que indica que el cuerpo se movía y que el arma se movía. Esta herida
también da cuenta de que el cuerpo se encontraba ya sentado en el sofá, pues es el único modo en que
pudo producirse semejante lesión en dicha zona. Concluyendo que la muerte puede ser consecuencia, y
estar asociada, a la lesión cortopunzante torácica, y que, de las lesiones agresivas, sólo 5 de ellas
pueden explicarse por maniobras defensivas. Se trata de una muerte violenta, traumática y producto de la
acción de terceros.
Décimo: Que la relación de convivencia existente entre víctima y la acusada se estableció a
partir de los dichos de los mismos testigos referidos en el considerando anterior, pues todos mencionan la
relación de convivencia existente entre la víctima y Vanessa Breuer, la que se mantuvo por varios años,
haciendo referencia además, a la violencia que observaron en esta convivencia, varios de ellos
presenciando golpizas de parte de Carlos Rivera a Vanessa Breuer, específicamente, mencionan una
ocasión en la que vieron a la acusada sangrando luego de haber sido agredida por el occiso.
Esta cuestión, fue refrendada por la prueba de la defensa, especialmente por la testigo Verónica
Urzua, vecina de la pareja, por lo que estaba en conocimiento del concubinato entre ambos y de la
dinámica de violencia entre la pareja, narrando que siempre se escuchaban discusiones, relatando un
episodio concreto en el que Vanessa llegó a su casa emanando sangre luego de haber sido agredida por
el occiso, ocasión en que ella le prestó auxilio y llamó a la policía, precisando que luego de estos
capítulos de agresiones la acusada seguía viviendo con Carlos Rivera, en razón de lo cual, ellos dejaron
de intervenir en sus peleas. En el mismo sentido, el testigo Richar La Rosa, amigo de la acusada, dijo
estar en conocimiento de la relación existente entre ella y la víctima, y aun cuando Vanessa no le
mencionó que era agredida por su pareja, en varias ocasiones advirtió que ésta presentaba moretones y
otros signos de violencia física. En el mismo sentido se pronunciaron los testigos Vanessa Muñoz y
Carlos Flores, funcionarios del COSAM Recoleta, lugar en el que atendieron a la acusada tras ser
derivada desde el Hospital San José a causa de la hepatitis C que ésta padecía y su adicción al alcohol y
las drogas, refiriendo que dentro de la atención que le brindaron ésta les narró varios episodios de
violencia física y verbal de que era víctima dentro de su relación de convivencia, a pesar de lo cual, y
debidamente informada, la acusada se negó a efectuar la respectiva denuncia, de todo lo cual dejaron
constancia en la ficha clínica que se mantiene en el COSAM Recoleta, la cual fue incorporada por la
defensa en este juicio.
De todas estas pruebas, analizadas en su conjunto, es posible dar por establecida la relación de
convivencia existente entre acusada y víctima, la que estuvo teñida por una serie de episodios de
violencia de parte del occiso hacia ella, tanto verbales como físicos, puesto que varios de los testigos
escucharon los insultos entre ambos y observaron las huellas físicas que estas agresiones dejaron en el
cuerpo de Vanessa.
Undécimo: Que, en suma, los deponentes se expresaron de manera circunstanciada y acorde a
la evidencia aportada, formando en el tribunal la convicción necesaria para dar por acreditado, más allá
de toda duda razonable, que el día 03 de abril de 2020, en horas de la tarde los imputados Vanessa
Aldana Breuer Tapia y Marcelo David Vergara Verdugo concurrieron hasta el inmueble ubicado en calle
Nicolás de Gárnica N°650 de la comuna de Recoleta, lugar en el cual se encontraba Carlos Hugo Rivera
Flores, con quien la imputada Vanessa Breuer Tapia convivía en el inmueble antes señalado. Una vez en
el lugar, ambos imputados ingresan al inmueble y proceden a agredir con elementos cortopunzantes y
contundentes a la víctima Rivera Flores, quien a raíz de los golpes y múltiples heridas cortopunzantes
propinados en diversas partes del cuerpo falleció en el lugar.
Los hechos establecidos tipificaron, respecto del acusado Vergara Verdugo el delito de homicidio
en la persona de Carlos Hugo Rivera Flores, ilícito previsto y sancionado en el artículo 391 N°2 del
Código Penal, y en relación a Breuer Tapia, el delito de parricidio contemplado el artículo 390 del mismo
cuerpo legal, respecto de la misma víctima, puesto que se acreditó que ambos le propinaron golpes con
elementos cortopunzantes, provocándole una serie de lesiones que le causaron la muerte.
Duodécimo: El Tribunal desechó la calificación jurídica propuesta por la querellante en relación
a considerar que estábamos frente a un homicidio alevoso, y en consecuencia, la figura calificada del
artículo 391 N°1 del Código sustantivo.
Respecto a la alevosía que el querellante hizo descansar sobre la hipótesis de obrar sobre
seguro, cabe señalar que se ha dicho que se trata de actuar “…creando o aprovechando oportunidades
materiales que eviten todo riesgo a la persona del autor…” (Garrido Montt, Derecho Penal, Parte Especial,
Editorial Jurídica de Chile,4° edición, año 2013, página 58). Esta definición presupone que el sujeto activo
debe cometer el delito creando por sí mismo las condiciones ventajosas en que actuará o aprovechando
oportunidades materiales preexistentes. Subjetivamente, es preciso que el agente actúe con el propósito de
aprovechar para la ejecución del hecho punible, la situación preexistente de indefensión en que la víctima se
encuentra o en que la ha colocado el hechor, de tal manera que el delincuente se asegure de poder cometer
el delito sin que la víctima o un tercero pueda evitarlo, y que sea esta condición de seguridad la que de alguna
manera determine al malhechor a perpetrar el hecho ilícito. Sin embargo, en el presente caso, tales
circunstancias no han quedado suficientemente acreditadas, pues, y tal como ya se ha indicado, Marcelo
Vergara se había quedado fuera del inmueble y sólo ingresó con el propósito de auxiliar a la acusada, y si
bien es cierto la víctima cayó sobre el sillón y fue en ese lugar en donde Vergara efectuó la agresión, no fue
esa circunstancia la que motivó su actuar, en razón de lo cual, se resolvió desechar la mencionada
calificación.
Décimo tercero: Del mismo modo, el Tribunal desechó la petición formulada por la defensa de
Vergara Verdugo respecto a la concurrencia de la eximente establecida en el artículo 10 N°4 del Código
Penal respecto del mencionado acusado, puesto que de la prueba incorporada en el juicio quedó claro
que fue Vergara Verdugo quien ingresó al domicilio de la víctima y lo agredió con el objeto de defender a
su pareja Vanessa Breuer, por lo que en la especie no concurre el primer requisito de esta eximente, cual
es, la agresión ilegítima.
También se invocó en favor de este acusado la eximente de responsabilidad penal conocida
como legítima defensa de terceros, y para resolver sobre ésta, el Tribunal examinó la concurrencia o no
de los elementos que la constituyen. Fue así como en primer lugar, y tal como se indicó en la
deliberación, se llegó a la conclusión de que la prueba incorporada permitía dar por acreditada la
existencia de una agresión ilegítima por parte de la víctima en contra de la acusada, y para ello se valoró
las declaraciones de los testigos René Torres y María Heredia, pues ambos relataron haber visto, el
primero, y escuchado la segunda, que Breuer, desde la puerta de la casa le solicitaba a la víctima
ingresar al domicilio a buscar sus pertenencias, y que ya estando al interior del inmueble comienza una
discusión entre ambos y luego una pelea, oportunidad en que ambos escuchan que Vanessa comienza a
gritar y a pedirle a Rivera que la suelte y deje de golpearla, tras lo cual ingresa a la vivienda un segundo
varón quien le exige a la víctima que suelte a Vanessa, para luego escuchar quebrazón de vidrios y
golpes, de lo que es posible deducir que Vanessa, en primera instancia ingresa sola a la vivienda y que
luego de una discusión comienza a ser agredida por Rivera, cuestión que resulta del todo compatible con
la dinámica de violencia que éste ejercía constantemente con contra de la acusada, como quedó
acreditado con la prueba rendida en el juicio, y fue sólo frente a esta situación agresiva en contra de su
pareja que Marcelo Vergara ingresa al inmueble y agrede a Rivera Flores.
Sin embargo, por el contrario, se estimó que no hubo una racionalidad en el medio que se
empleó para repeler la agresión. Respecto a este punto resulta útil recordar que, si bien, la defensa ante
un ataque ilegítimo está permitida, tal y como lo señala el profesor Politoff en su obra Lecciones de
Derecho Penal Chileno, Parte General, página 221 “… no en todo caso, no de cualquier manera no
cualquier medio, sino cuando y con los medios que sean racionalmente necesarios para impedir esa
agresión concreta y determinada que se sufre”. El análisis de esta racionalidad debe contemplar no sólo
la necesidad de efectuarse la defensa, sino que, además, que el medio utilizado sea el menos lesivo de
los que pudiera utilizar la persona que se defiende, cobrando relevancia las circunstancias personales de
los participantes y las del hecho.
Pues bien, respecto de las características de los participantes, es importante destacar que el
acusado es una persona de 32 años a la fecha de ocurrencia de los hechos, con conocimiento de artes
marciales como el mismo reconoció, específicamente, practicó kickboxing alrededor 1 año y Tangsudo
por seis meses, y se enfrentaba a un hombre de 60 años, sin conocimiento de alguna disciplina de
autodefensa, y quien además, según dio cuenta su autopsia, se encontraba bajo los efectos del alcohol y
las drogas.
En segundo término, con la prueba allegada no fue posible establecer claramente que la víctima
hubiere utilizado un arma blanca para agredir a alguno de los acusados, pues los datos de atención de
urgencia que se incorporaron por las defensas no dan cuenta de la gravedad de la agresión que éstos
relataron al tribunal. En el caso de Breuer Tapia, ella dice haber recibido golpes con un alicates de los
que se protegió con su brazo, extremidad en la que habría tenido dos cortes, que según Vergara se
infectaron. Sin embargo, el DAU elaborado el día 6 de marzo, esto es tres días después de los sucesos,
sólo dio cuenta de una laceración en la cara interna del brazo derecho en fase de cicatrización, sin que se
le constatara la presencia de hematomas en los brazos, cara u otro lugar de su cuerpo. Tampoco se
incorporó los antecedentes de las otras atenciones que se le abrían practicado a la acusada en la posta
para curar la supuesta infección, ni se incorporó por la defensa el informe de constatación de lesiones
practicado a Vanessa Breuer el 25 de abril al momento de ser detenida, documento en el que debió
consignarse una lesión de la envergadura descrita por los acusados y la que , según sus dichos, habría
presentado una infección que requirió de varias curaciones y el uso de un parche, elemento que no tenía
el día 5 de abril al constatársele las lesiones.
Lo mismo ocurre en el caso de Marcelo Vergara, respecto del cual se menciona habría sido
atacado con un cuchillo que portaba la víctima. Acá, ya se presenta una primera dificultad, y es que
ninguno de los acusados logró explicar de qué modo el occiso se hizo de un cuchillo si portaba un
alicates, ni de dónde obtuvo esta arma, por lo demás, tampoco pudimos apreciar dicho elemento pues no
fue hallado en el sitio del suceso y los acusados no dieron cuenta de qué hicieron con el arma luego de
huir dejando a la víctima desangrándose en el lugar. En segundo término, y al igual que en el caso de la
acusada, la versión que ellos entregan de la lesión que le habría inferido la víctima a Vergara no se
condice con el DAU incorporado por la defensa, puesto que en el sólo se menciona la existencia de una
laceración en el rostro en cicatrización, de una data superior a un día. Y si bien es cierto la doctora Bustos
mencionó que las laceraciones pueden tener diversa magnitud, también refirió que la calificación
dependerá, entre otras cosas, del periodo de sanación y en el caso de Vergara la laceración estaba en
proceso de cicatrización, no requirió puntos, ni presentaba algún tipo de parche, curación o signos de
atención médica, cuestión que evidentemente da cuenta de una lesión superficial. Por lo demás, en este
caso la defensa tampoco incorporó el informe de lesiones practicado el día 25 de abril de 2020.
Finalmente, pero no por ello menos importante, es que el propio acusado refiere que él logró
arrebatarle el arma blanca al occiso, que éste cayó en el sillón, y que con la misma arma lo agredió. Pero
convenientemente, no recuerda cómo ni con qué elemento contundente le provocó el traumatismo cráneo
encefálico ni el torácico, y ya fuera con una botella o con un martillo, no es posible considerar una
proporcionalidad en el arma utilizada para defensa cuando la víctima que ya estaba desarmada, según el
propio Vergara Verdugo, se encontraba sentada en el sillón, con escasas posibilidades de defensa, según
lo explicó la doctora Bustos, sufriendo una serie de agresiones con armas cortopunzantes y
contundentes.
En efecto, si recordamos la salpicadura de más de 80 centímetros existente en el muro a la
altura de la cabeza del occiso, la que se apreció claramente en las fotografías exhibidas en el juicio, es
posible apreciar la fuerza utilizada al momento de blandir el elemento que se usó para golpear a Carlos
Rivera en el cráneo, y con el que le ocasionaron 10 heridas contusas en el cuero cabelludo, algunas de
ellas denudadas, y dos lesiones en el tórax, provocándole un traumatismo torácico con un objeto
contundente y fracturándole la 5 costilla. Además de estas lesiones, el cuerpo presentaba, entre las
heridas cortopunzantes y las cortantes, la cifra de 22 lesiones en total, las que le fueron ocasionadas con
dos armas cortopunzantes de diferente magnitud, según lo refirió la perito Bustos.
Así las cosas, valorando las características personales de acusado y víctima y la dinámica de los
hechos, resulta innegable la falta de racionalidad y desproporcionalidad en los medios utilizados para
repeler el ataque de la víctima en contra de Vanessa Breuer.
Décimo cuarto: La participación de ambos acusados en el delito de homicidio simple, en los
términos descritos en el artículo 15 N°1 del Código Penal, se estableció, más allá de toda duda razonable
en el presente juicio, para lo cual se contó con la declaración del funcionario aprehensor Cristian Olave
Ramírez, Cabo 1° de Carabineros, quien señaló que en el año 2020 estaba en la 6° Comisaría, en
funciones operativas que es en la calle. Explicó que participó en la detención de los participantes de un
homicidio, esto fue el día 5 de abril de 2020 cerca de las 23:00 horas, en Pamperos frente al N°330.
Precisó que se encontraba de segundo patrullaje en la población como jefe de turno y de patrulla, se
desplazaba en patrullaje preventivo, cuando como a 20 metros de calle Pampero 330 se le acerca una
mujer y se identifica como Macarena Abarca Jiménez y le señala en voz baja y con ojos llorosos, que un
hombre y una mujer que estaban en la vía pública y que él veía, habían sido los autores del homicidio de
su amigo Carlos, en Nicolás de Gárnica 650 y le relata que ellos estaban en la casa de un amigo llamado
Choche, después de haber llegado del velorio de su amigo. Le dice que ellos habían matado a su amigo,
él se acerca a la pareja, la mujer se identifica como Vanessa Breuer Tapia, 40 años, delgada, tes blanca,
ropa oscura y el acompañante era Marcelo Vergara Verdugo, sujeto delgado, rapado, con ropa oscura,
negra, tipo cuero, les pide la cédula, Vanessa no tenía cédula, por artículo 318 del Código Penal, y en ese
momento de pandemia tenía que llevarlos a la unidad por el procedimiento por la pandemia y por lo que
dijo la testigo, quien pidió guardara la identidad por miedo a represalias de la mujer. Ingresaron al
vehículo y los trasladó a la unidad. Se comunicó con la fiscal de turno y al hombre lo pasaron por porte de
un arma blanca que el hombre le entregó voluntariamente, y a la mujer, por infringir la norma del toque de
queda le dijo a la fiscal que ambos sujetos al bajar del carro le declaran que ambos habían sido los
autores del homicidio de Carlos, él tenía conocimiento de este homicidio por sus colegas. Añadió que
Vanessa le dijo que mató a Carlos por toda la humillación que había sufrido y con un cuchillo y Marcelo
Vergara, también se inculpaba de haberle dado muerte porque no iba a tolerar que Carlos siguiera
amedrentando a la mujer, le dicen que ella entró a la casa de Carlos entraron a forcejear y ella le avisa a
Marcelo para que ingrese al domicilio y que lo dejaron apuñalado y que con un martillo terminaron de
matarlo, él los ingresó a la sala transitoria, y se dio cuenta a la fiscal, pero sólo dispuso la detención por el
artículo 318 del Código Penal y por el porte de arma blanca y los dejaron en libertad, los llevaron a
constatar lesiones, ellos no mantenían lesiones, sólo laceraciones en proceso de cicatrización, la mujer
tenía en su hombro una laceración ya cicatrizada y el hombre en su rostro.
Explicó que esto fue como a las 22:50 horas, ambos estaban eufóricos, bajo la influencia del
alcohol y droga vociferando “yo lo maté, yo lo maté”, mantenían hálito alcohólico, ojos enrojecidos, el
hombre andaba con una cerveza en la mano. Cree que estaban drogados por lo eufóricos, la mujer de
repente lloraba por haberlo matado y luego estaba orgullosa por lo que había hecho, eran estados de
ánimo cambiantes muy rápido, lo que es típico con el consumo de droga. Precisó que para él vociferar es
que, aparte de contarle, gritaban por la ventana hacia afuera “yo lo maté” con palabras fuertes, decían
que ellos le habían dado muerte, aclara que la mujer decía, “yo lo maté, un hueón menos que le pega a
las mujeres”, y el varón gritaba “yo lo maté, y qué, concha e tu madre” eso lo gritaban a la gente que
estaba en la calle.
En relación al cuchillo, precisó que Marcelo lo tenía en una mochila que portaba. Añadió, que le
dijo a la fiscal lo que le señaló la testigo y lo que manifestaron los imputados. Luego ellos se negaron a
prestar declaración. Indicó que la instrucción principal fue que le diera conocimiento a OS9 a cargo del
teniente Goldberg, quien le tomó declaración a la testigo porque ellos ya tenían la investigación del
homicidio en curso.
El deponente explicó que él vio las laceraciones eran como dos o tres rasguños superficiales,
tanto en el caso de la mujer como del varón, la de ella estaba en el brazo derecho a la altura entre el
hombro y el codo, Marcelo tenía en el rostro laceraciones como rasguños, el médico dejó constancia que
no tenían lesiones, sólo estas laceraciones pero en proceso de cicatrización y eran anteriores a la
detención. Agregó que Marcelo vestía ropa negra como de cuero, rapado como skinhead y la mujer de
tes blanca, con ropa negra como de cuero, jeans, botas con cordones cruzados y pelo rosado, lo asoció
lo que él asoció a la vestimenta de la tendencia skinhead, metalero.
Respondió a la defensa de Breuer que antes de llegar allá un vecino les dijo que había un
problema más allá, después se le acercó Macarena y les entregó su relato, y como los acusados no eran
de ese domicilio les hizo un control de identidad. Dijo que prestó declaración, pero no se acuerda la
fecha.
Efectuado el ejercicio establecido en el artículo 332 del Código Procesal Penal para los
efectos de refrescar memoria, el testigo señala que la fecha de la declaración es el 6 de abril a las dos de
la mañana.
Precisó que controló a estas personas por el artículo 313 y 318 del Código Penal, estaban en
estado de ebriedad, esto no se acuerda si lo dijo en su declaración. Dijo que cuando se detuvo frente al
domicilio la vecina le dijo lo de los sujetos. Aclara que un vecino le dijo que más adelante había
problemas sin especificarle qué problema, él avanzó y se le acercó Macarena, no se acuerda haber dicho
que Macarena se acercó cuando ya estaba con los acusados.
Efectuado el ejercicio establecido en el artículo 332 del Código Procesal Penal, para evidenciar
contradicción leyó en su declaración “Por lo anterior me desplacé algunos unos metros y vi dos personas
de distinto sexo una de ellas mujer, de aproximadamente 40 años de edad, rubia, pelo largo, liso, la cual
se identificó posteriormente como Vanessa y me entregó voluntariamente su rut, sin portar su cédula de
identidad y un hombre de aproximadamente 30 años, completamente rapado, con vestimenta de ropa
negra, el cual se identificó mediante su cédula de identidad como Marcelo Vergara Verdugo, los cuales se
encontraban frente a la vía de ingreso al domicilio signado con el número 330. En el lugar también había
una tercera mujer que se me acercó al vehículo y me señaló llorando que las dos personas anteriormente
señaladas correspondían a los autores de un delito de homicidio al otro lado de avenida Recoleta...”
Precisó que no dijo en la declaración que ellos gritaban diciendo que lo habían matado, tampoco
dijo que Marcelo tenía una cerveza en la mano. Tampoco dijo que ellos se auto denunciaron de un delito
de homicidio.
Efectuado el ejercicio establecido en el artículo 332 del Código Procesal Penal, para evidenciar
contradicción leyó “una vez que llegamos a la unidad policial y solicitarles que descendieran del vehículo,
ambos conducidos comenzaron a auto denunciarse como autores del homicidio de Carlos, según
señalaban. Ambos decían que lo habían matado porque Carlos agredía a Vanessa y eso no era aceptado
por ambos”.
Agregó que en su declaración no mencionó el martillo. Señaló que los acompañó a constatar
lesiones, él vio el informe, no recuerda específicamente lo que escribió el doctor, pero las lesiones de
Vanessa eran en el brazo derecho. Tampoco dejó constancia en su declaración que los imputados se
negaron a declarar, él les preguntó si quería declarar y a él le dijeron que no, ignora si la fiscal, le dio
otras instrucciones a Goldberg. Dijo que dejaron a los imputados en libertad por el tiempo de flagrancia,
desconoce si no hubo tiempo para solicitar una orden de detención, ignora si fueron detenidos tres
semanas después por esta causa.
Le respondió a la defensa de Marcelo Vergara que no recuerda a las otras personas estaban
en ese domicilio. Indicó que no les encontraron drogas, tampoco elementos para consumo de drogas.
Respecto a la negativa a declarar dejó constancia en el parte, no se levantó un acta específica, sólo que
fue verbal. Dijo que él había ido antes a ese domicilio, pero no recuerda el procedimiento, ese día su
acompañante era Jorge Bustamante.
Ante la pregunta del querellante, efectuada en virtud de lo dispuesto en el artículo 329 del
Código Procesal Penal señaló que el parte por el artículo 318 del Código Penal es una cosa y la
declaración la prestó ante el teniente Goldberg y aquella no es un documento anexo al parte por artículo
318 ya mencionado.
Ante el uso de la misma herramienta, esta vez por la señora fiscal, respondió que en el
mencionado parte declaró porque es su procedimiento, y en esa ocasión dijo que el 5 de abril estaba de
segundo a patrullaje con Jorge Bustamante y frente al 330 se le acerca una ciudadana que se identificó
como Macarena y le indica que había dos sujetos que habían sido autores del delito y les hizo control de
identidad la mujer no portaba su cédula, Marcelo sí, y se identifican. Los trasladó a la unidad, a ella por el
artículo 318 del Código Penal y, el hombre, quien le hace entrega de un arma blanca que le incautó, fue
denunciado por el delito de porte de arma blanca. Los detuvo, le tomó una pequeña declaración a la
testigo, le dio cuenta a la fiscal y ahí finiquitó su procedimiento por el artículo 318 del Código Penal.
Esta versión, en la que el policía da cuenta de haber escuchado a ambos acusados auto
denunciarse como autores del homicidio de Carlos Rivera, se corroboró con lo relatado por el funcionario
Dan Goldberg Woldarsky, a quien le correspondió tomar la declaración de este policía, oportunidad en
la que Olave refirió sus actuaciones y lo que presenció en términos similares a lo relatado en el juicio.
Este policía también fue el encargado de recibir el testimonio de Macarena Abarca, quien en esa
oportunidad le relató que el día que los acusados se encontraron con ella, estaban muy drogados, y se
inculpaban de los hechos.
Además, corroborando lo anterior y respecto de la participación de Vergara Verdugo en este
delito, se valoró el testimonio de doña María Heredia, quien refirió que la noche de los hechos, además
de la voz de Vanessa que le pedía a Carlos que la soltara y no le pegara, escuchó que ingresó otra
persona a la casa se inicia una pelea entre los tres, escuchó la voz de otro hombre que dijo “suéltala”,
añadiendo que luego la pelea se escuchaba entre ambos, más adelante escuchó un grito de voz
masculina y que finalmente este sujeto le dice a Vanessa que recoja lo que fueron a buscar para irse.
A su turno, Denisse Rodríguez señaló que esa noche vio a Vanessa retirarse del lugar en
compañía de un sujeto que tenía las manos ensangrentadas, ocasión en la que la acusada le señaló que
“se habían echado al viejo”.
Finalmente y ratificando lo anterior, se agregó la propia declaración del acusado, quien reconoció
su participación en este delito asumiendo la autoría exclusiva en el homicidio de Carlos Rivera.
En el caso de Breuer Tapia, además de la autoinculpación que le escucharon los testigos
Cristian Olave, y Denisse Rodríguez, a quien esa misma noche le señaló que se habían “echado al viejo”,
existe prueba científica que avala su participación en el homicidio de su conviviente.
En efecto, y según ya se indicó, la médico criminalística doña Vivian Bustos fue categórica en
señalar que en la agresión a Rivera Flores participaron dos armas cortopunzantes, lo que dedujo de la
diferencia entre las heridas provocadas en la parte superior del cuerpo y las halladas en la parte posterior,
puesto que estas últimas tenían una mayor dimensión, el ángulo obtuso de éstas es más vertical que lo
que se observó en la parte superior del cuerpo, lo que habla de una hoja más ancha, y porque las de la
parte posterior tienen ribetes lisos a diferencia de aquellas de la parte superior, las cuales presentan un
ribete escoriado. Todo lo cual permite concluir que en la agresión a Rivera Flores intervinieron dos
personas, siendo los únicos presentes en el evento Breuer Tapia y Vergara Verdugo.
A lo anterior se agrega que durante la agresión los testigos René Torres y María Heredia
escucharon la voz de Breuer Tapia, coincidiendo ambos en que la acusada le decía al occiso frases como
“no te gustó golpearme, no te gusta pegarle a las mujeres, no te creías tan hombrecito, fuiste un maricón”
y “no te gusta pegarles a las mujeres, ahora toma, toma”, ambas frases que dan cuenta de la ira que
embargaba a la acusada esa noche. En el caso específico de la testigo María Heredia, quien arrendaba
una pieza en el mismo sitio, ella precisa que escuchó a Vanessa decir “no te gusta pegarles a las
mujeres” lo que ocurrió antes del grito que nos relató y que se escuchaba como que estaban botando
cosas o alguien forcejeando y se caían cosas, con lo que contradice lo declarado por la acusada, quien, si
bien reconoció haber emitido estas frases las situó al inicio de su pelea con el occiso, incluso antes del
ingreso de Vergara Verdugo, coincidiendo con los momentos en que la víctima estaba siendo agredida
por ambos.
A lo anterior debe agregarse el lugar en que se provocó estas heridas, una de ellas en la zona
púbica, y por ende muy cerca de los genitales, lo que resulta relevante si recordamos la historia previa de
violencia y humillaciones vivida por la acusada durante varios años, cuestión que explica en parte su
reacción de ataque al occiso mientras era agredido por Marcelo Vergara, y todo lo cual permite corroborar
que las agresiones ejecutadas por una de las armas cortopunzantes a la víctima, probablemente las
ubicadas en la zona inferior del cuerpo de éste, fueron provocadas por Vanessa Breuer.
De esta manera el Tribunal desechó la tesis absolutoria sostenida por la defensa de la acusada
Breuer Tapia, por estimar que la prueba científica incorporada al juicio, unida al resto de la prueba
testimonial, resultó suficiente para establecer que ésta ha tenido una participación culpable en la muerte
de Rivera Flores, en los términos del artículo 15 N°1 del Código Penal, por cuanto tomó parte en el hecho
de manera inmediata y directa, propinando a la víctima golpes con una de las armas cortopunzantes.
Décimo quinto: Que en relación a las alegaciones de la defensa de Vanessa Breuer relativas a
que la víctima obligó a la acusada a entrar a la casa, de la prueba incorporada quedó claro que la
acusada fue voluntariamente al domicilio a buscar sus cosas, escogió el horario, pues ella misma señaló
que pudo haber ingresado al inmueble a buscar sus documentos y su ropa en un horario en que la
víctima no estuviera en la casa y así evitar el riesgo de ser agredida nuevamente por Rivera Flores,
puesto que después de haber sido víctima de violencia durante tantos años lo esperable era que su ex
pareja la golpeara si iba a la casa, es más, María Heredia escuchó cuando entre insultos la víctima le
recriminaba haber vuelto a la casa. También quedó asentado, incluso con la prueba de la defensa, que el
occiso, con anterioridad, en más de una ocasión la echó del hogar común y era Vanessa quien volvía al
domicilio, de manera que con la prueba aportada no se logró establecer que fuera la víctima quien
obligara a la acusada a ingresar al inmueble.
Respecto a que los acusados concurrieron entregarse, será una alegación que se tratará al
momento de razonar sobre la atenuante prevista en el artículo 11 N°8 del Código Penal.
En cuanto a la alegación de que estemos frente a una investigación sesgada, no quedó claro los
fundamentos de tal afirmación, ni la repercusión que esta característica haya tenido en el juicio, y si el
fundamento es que no se efectuó el perfil genético de las manchas de sangre encontradas en el baño, tal
omisión no afectó el resultado del juicio, puesto que el único propósito de la mencionada pericia sería
acreditar la agresión de parte del occiso, sin embrago, esta circunstancia se tuvo por establecida a partir
de la prueba allegada por los propios acusadores.
En cuanto a que Vanessa no participó en el homicidio de Carlos Rivera porque el testigo Torres
la escuchó gritar “no lo mates”, debemos tener presente que la agresión no se limitó a las heridas
cortantes, que fueron las que le provocaron la muerte, sino que también hubo golpes en la cabeza, los
que, en voz de Vergara Verdugo, fueron asestados después de las puñaladas, lo que coincide con las
manchas que observamos en el muro, de las que resulta irrefutable que los golpes que fracturaron el
cráneo de Rivera Flores provocaron un salpicado de sangre de considerable extensión, más de 80
centímetros en el muro. También es útil recordar en este punto que el examen de alcoholemia debió
hacerse con el humor vítreo, puesto que el cuerpo del occiso carecía de sangre suficiente para ello.
En consecuencia, no es posible descartar, que en algún momento posterior al acuchillamiento, la
acusada solicitara a su pareja que no matara a Rivera Flores, pero esta acción no es suficiente para
levantar una duda respecto a su participación en el delito, puesto que para ello se contó, tal y como ya se
indicó en el motivo décimo cuarto, con suficiente prueba científica y testimonial.
Décimo sexto: Respecto de las alegaciones de la defensa de Marcelo Vergara relativas a una
legítima defensa de terceros y la propia, se desechó por el Tribunal y los razonamientos para ello se
encuentran en el motivo décimo tercero.
Décimo séptimo: Que en cuanto a las minorantes de responsabilidad penal, beneficia a ambos
acusados la atenuante de irreprochable conducta anterior la que le fue reconocida en la acusación por el
ente persecutor, sin que esta afirmación haya sido controvertida por la querellante, y aun cuando no se
incorporó los respectivos extractos de filiación por alguno de los intervinientes, en este caso, resulta
suficiente el reconocimiento que se ha hecho de esta circunstancia en la acusación fiscal.
Favorece, además, a los condenados la atenuante establecida en el artículo 11 N°9 del Código
Penal, esto es haber colaborado sustancialmente al esclarecimiento de los hechos, puesto que, tal y
como se señaló en el motivo décimo catorce, su testimonio entregado el día del juicio, coincide, en
términos generales a lo expuesto por los testigos presentados por el ente fiscal y la querellante, en
relación a cómo ocurrieron los hechos el día 3 de abril de 2020, y pese a que ninguno de ellos reconoce
la participación de Vanessa en este delito, ni clarifica el elemento con el que golpearon en el cráneo a
Carlos Rivera, sus testimonios dando cuenta de la concurrencia de ambos al domicilio de éste y
especialmente la presencia de Marcelo Vergara en el lugar, contienen, a juicio de este Tribunal la
suficiente sustancialidad para estimar concurrente la mencionada atenuante.
Por el contrario, no concurre en la especie la atenuante del artículo 11 N°8 del código sustantivo
respecto de alguno de los condenados, puesto que esta minorante contiene tres requisitos copulativos, a
saber: a) que la persona haya estado en condición de eludir la acción de la justicia; b) que se haya
denunciado ante la autoridad, y por último c) que haya confesado el delito.
Pues bien, en el presente caso, los acusados efectivamente estuvieron en condiciones de eludir
la acción de la justicia, puesto que una vez que cometieron el delito huyeron del inmueble y recién al día
siguiente se tomó conocimiento de la muerte de Rivera Flores, y sin embargo no se dieron a la fuga.
También es efectivo que el día 5 de abril, al ser detenidos confesaron el delito o “se autodenunciaron”
como lo señalaron las defensas.
No obstante lo anterior, falta uno de los requisitos que deben concurrir para el reconocimiento de
esta minorante, y este es, que los imputados en realidad se hubieren denunciado, pues el día 5 de abril
ya se tenía conocimiento de la muerte de Rivera Flores y de la participación en este hecho de Vanessa
Breuer y un hombre que la acompañaba ese día, respecto del cual, si bien se ignoraba la identidad, a lo
menos, se tenía una descripción física.
Así las cosas, la autodenuncia efectuada por los acusados el día 5 de abril al ser detenidos por
haber sido sorprendidos infringiendo el toque de queda no surtió el efecto pretendido por las defensas,
puesto que ya el día 3 de abril estaba en conocimiento de la policía la muerte de Carlos Rivera debido a
la intervención de terceros y que la noche previa había tenido una violenta pelea con su pareja Vanessa
Breuer y un hombre que la acompañaba, de manera que ya existía fundadas sospechas de la
participación de la acusada en este delito.
En lo tocante a la circunstancia agravante del artículo 12 N° 18 del Código Penal, esta requiere
que se atente en contra de personas que merezcan un especial respeto y consideración y, además, que
esto se lleve a cabo en la morada del sujeto a quien se debe respeto, es decir, que el delito de cometa en
la morada de una persona que habita en dicho inmueble y posee esta especial significación o dignidad,
de lo que obviamente se deduce que al autor del hecho debe serle exigible respetar a esta autoridad o
dignatario.
Como sabemos, toda agravante supone la existencia de un plus de injusto en que descansa la
decisión del estado de imponer una mayor pena, ya sea por un mayor disvalor en la acción, en el
resultado, en una mayor culpabilidad en el agente o en razones político-criminales que justifiquen la
imposición de una pena más gravosa. Acá, este mayor disvalor se funda en la violación con la comisión
del delito del respeto que merecen las víctimas, cuando a éstas le ha sido reconocida una posición de
mayor estatura moral respecto de los demás o a quienes se les ha confiado el ejercicio de poder o
facultad de mando dentro de una comunidad determinada.
En este caso, la víctima no se encuentra en ninguna de estas situaciones y es digna del mismo
respeto que merece cualquier otra persona, por lo que no concurre el mayor plus de injusto a la base de
la agravante, razón por la cual deberá ser desestimada. A mayor abundamiento, la acusada compartía el
domicilio del occiso hasta hacía poco tiempo atrás, tanto así, que aún mantenía allí sus pertenecías y el
día de los hechos sólo concurrió al lugar a buscarlas. Y en relación al acusado, éste sólo ingreso al
inmueble con el objeto de defender a Vanessa Breuer. En consecuencia, ésta no fue una circunstancia
buscada por los acusados para cometer el hecho ilícito, ni se prevalecieron de la misma, sino que se trató
de una situación meramente circunstancial.
Ahora bien, de manera individual, en el caso de Marcelo Vergara esta sala estimó que sí le
beneficia la atenuante consagrada en el artículo 11 N°1, en relación con el artículo 10 N°6. Ambas
normas del Código Penal, pues si bien es cierto el Tribunal desechó la concurrencia de la mencionada
causal de exención de responsabilidad penal por no haberse utilizado un medio racional para repeler el
ataque, sí dio por acreditada una agresión ilegítima por parte de Carlos Rivera en contra de Vanessa
Breuer, encontrándonos frente a la referida atenuante.
Sin embargo, y tal y como se señaló en la deliberación, no concurre en su beneficio la atenuante
del mencionado artículo 11 N°1 en relación al artículo 10 N°9, ambos del código sustantivo, puesto que
ambas descansan sobre los mismos hechos que fueron considerados para acoger la minorante anterior.
Del mismo modo, se estimó que no beneficia a Vergara Verdugo la circunstancia atenuante del
artículo 11 N°5, puesto que no se ha acompañado algún antecedente que permita deducir, que al
momento de acometer a Carlos Rivera, este acusado se encontrara en alguna disposición psicológica o
emocional especial que le hubiere provocado un arrebato y obcecación que lo llevara a propinar tal
cantidad de golpes con un arma blanca y un objeto contundente en el cuerpo del occiso, y si bien es
cierto, él ingreso con el objeto de socorrer a Breuer Tapia, ha sido esta acción la que se consideró ya
para reconocer a su favor la eximente incompleta del artículo 11 N°1 ya referida en párrafos anteriores.
Respecto de la condenada Breuer Tapia, estas sentenciadoras estimaron que concurre en su
beneficio la circunstancia atenuante contemplada en el artículo 11 N°5.
Esta circunstancia atenuante de responsabilidad penal, dada su naturaleza pasional, necesita
condiciones objetivas y subjetivas. En relación a la condición objetiva, está dada por los estímulos que
percibe la persona y que le resultan tan poderosos que la llevan a actuar de una manera determinada, ya
sea por sus condiciones personales o un estado emocional determinado. Además, estos estímulos deben
ser poderosos, esto es, que sean capaces de causar una alteración psicológica en la persona que comete
el delito. En el presente caso, dada la historia de violencia sufrida por Vanessa Breuer, sus características
de personalidad y su estado emocional, podemos decir que la agresión física sufrida por parte de la
víctima le día de los hechos constituyeron un poderosos estímulo que afectó su actuar.
Sobre el punto es útil recordar lo que ya hemos establecido en esta causa, en relación a la
violencia física, verbal y psicológica que el occiso ejercía sobre ella, lo que no sólo se instauró en el juicio
a partir de la declaración de la acusada y de todos los testigos civiles presentados por los acusadores y
por la defensa, sino que además, por los dichos de los dos profesionales de la salud que la atendieron en
el COSAM de Recoleta, los que no sólo nos dieron cuenta de la deteriorada salud física que presentaba
la acusada, y de los episodios de violencia vividos por ella y que tuvieron como actor a Carlos Rivera,
sino que además, explicaron el consumo problemático de alcohol y drogas que la afectaba a la época de
los hechos juzgados. En relación a sus características personales la perito doña Pía Carrasco Díaz, nos
expuso sus características cognitivas, detallando que su nivel de inteligencia estaban en un rango normal
lento, sus recursos cognitivos estaban en un rango inferior, carece de pensamiento concreto, sin
capacidad de operación de síntesis y de inducción y deducción, con un estilo de pensamiento que tiende
a estar teñido de elementos emocionales, con altos montos de angustia y labilidad emocional
especialmente al dar cuenta de situaciones de violencia de las que fue víctima. Expresaba sus emociones
de manera intensa y con escasa regulación, además de una tendencia al control de los impulsos, pero
falla al experimentar situaciones de angustia intensas. Además, la profesional destacó la baja autoestima
e imagen personal desvalorizada que presentaba Vanessa, teñida por los episodios de violencia
intrafamiliar de larga data y un sentimiento general de baja confianza en sus recursos personales con
rasgo de personalidad de inseguridad y dependencia infantilizados. También apreció que los recursos con
los que cuenta Vanessa son insuficientes para lidiar con situaciones de sobrecarga emocional y estrés
intenso, generándose respuestas que no son adecuadas a la demanda de la situación, concluyendo que
la condenada presentaba un trastorno de personalidad limítrofe y consumo de sustancias, y que es
posible dar cuenta que la acusada habría presentado una conducta aislada en su repertorio de conductas
respecto del delito, enmarcado en un contexto de violencia de género, porque en el momento que se
genera la conducta se sintió sobrepasada más allá existiendo la percepción de un daño inminente hacia
su vida y una sobrecarga emocional.
De lo reseñado es posible concluir que al momento de cometer el delito, producto de las
situaciones de violencia sufridas durante años por la acusada, el consumo problemático de drogas y
alcohol, unido a los rasgos de su personalidad y la situación emocional que estaba viviendo, al ser
atacada físicamente por Carlos Rivera, Vanessa se sintió sobrepasada, perdiendo el control de la
racionalidad de sus reacciones que la llevó a cometer un delito tan brutal, como es privar de la vida a otra
persona.
Por el contrario, estas sentenciadoras desecharon la petición levantada por la defensa de la
condenada Breuer Tapia, en relación a estimar concurrente en la especie la minorante contemplada en el
artículo 11 N°1 del Código Penal en relación al artículo 10 N°4 del mismo cuerpo legal, puesto que es un
requisito sine qua non para que ésta concurra la existencia de una agresión ilegítima.
Sin embargo, en el presente caso, de la propia declaración de los acusados, se desprende que
la intervención de Marcelo Vergara puso fin a la agresión de que era víctima Vanessa Breuer por parte de
Carlos Rivera, de manera tal, que al momento en que ésta blandió sobre él el elemento cortopunzante, ya
no existía una agresión de parte de Rivera Flores que pudiere legitimar su actuar.
Respecto de las atenuantes previstas en los números 3 y 4 del artículo 11 del Código Penal,
impetradas por la defensa de Breuer Tapia en la audiencia de determinación de pena, en primer lugar,
siendo inherentes al hecho punible, resultan extemporáneas a la mencionada audiencia. Y si se quisiera
sostener que existiendo una teoría absolutoria, es posible alegarlas en la mencionada audiencia, esta
magistrada no puede hacerse cargo de alegaciones que no han sido fundadas, lo que ocurre en la
especie, puesto que al momento de pedir que fueren consideradas la señora defensora no argumentó su
petición.
Décimo octavo: Que en el caso de Marcelo Vergara, el delito de homicidio simple tiene
asignada una pena de presidio mayor en su grado medio, y en el caso de este condenado, se le han
reconocido tres circunstancias atenuantes, sin que le perjudiquen circunstancias agravantes de
responsabilidad penal, lo que nos ubica en la hipótesis del inciso IV del artículo 67 del Código Penal,
estando el tribunal facultado para bajar la pena en uno o dos grados, y en consecuencia, valorándose el
número de minorantes y la entidad de las mismas, especialmente porque concurre la eximente
incompleta de la legítima defensa de terceos, se ha optado por rebajar la pena en dos grados,
posicionándonos en el presidio menor en su grado máximo, dentro del cual se aplicará en el tramo
máximo, por estimar que es una pena acorde a las circunstancias y forma de comisión del delito.
En el caso de Vanessa Breuer, el delito de parricidio se castiga con la pena de presidio mayor
en su grado máximo a presidio perpetuo calificado, y respecto de ella también se reconoció la
concurrencia de tres circunstancias atenuantes de responsabilidad penal sin que existan agravantes que
valorar en su contra, de manera que, de conformidad con lo preceptuado en el artículo 68 inciso III del
Código Penal el Tribunal queda facultado para rebajar la pena hasta en tres grados, optando en el
presente caso por la rebaja en tres grados, por considerarla adecuada a la entidad de las circunstancias
que benefician a la condenada, especialmente la concurrencia de la atenuante prevista en el artículo 11
N°5 del Código Penal y los fundamentos que se dieron para considerarla concurrente, puesto que es
innegable que nos encontramos frente a una mujer que ha sido víctima de violencia de género durante
casi seis años. En consecuencia, la pena a imponer se encuentra dentro del presidio menor en su grado
máximo, dentro del cual se aplicará el rango superior, pues no podemos desconocer el mayor disvalor
que conlleva matar a una persona con la que se tiene o ha tenido un vínculo emocional.
Décimo noveno: Respecto de la forma de cumplimiento de la condena, en el caso de Vanessa
Breuer, por expresa disposición legal, esto es el inciso II de la Ley 18.216, ésta deberá ser de manera
efectiva y se le comenzará a contar desde el día 25 de abril del año 2020, fecha desde la cual se
encuentra privada de libertad de manera ininterrumpida.
En cuanto a Marcelo Vergara, por mayoría se estima que éste cumple con los requisitos
necesarios para acceder a la libertad vigilada intensiva. En tal sentido y en cuanto al primer requisito
establecido en la Ley 18.216 para la procedencia de la libertad vigilada intensiva, este se cumple, puesto
que la pena privativa de libertad que se impondrá en esta causa no superará los cinco años. Por su
parte, se cumple asimismo el requerimiento descrito en el numeral 1° del artículo 15 de la citada norma,
toda vez que de acuerdo al reconocimiento efectuado por el ente persecutor en la acusación, Vergara
Verdugo no ha sido condenado anteriormente por algún crimen o simple delito. Por último, en lo que
respecta a las exigencias del numeral 2° del artículo 15 de la mencionada ley, destacan los antecedentes
acompañados por la defensa del acusado, en especial el informe social elaborado por el perito Diego
Retamales León, el que muestra al sentenciado como una persona con arraigo social y familiar, con un
proyecto de vida, además de contar con figuras significativas en su entorno familiar, aspectos que
concatenados a antecedentes que demuestran la intención del encausado de insertarse laboralmente a
objeto de mantener a su grupo familiar directo, permite colegir que el condenado cuenta con recursos
propios que pueden volver favorable su readaptación social en un régimen de libertad controlado y
evaluado progresivamente en el tiempo, razón por la que se le otorgará en definitiva la pena sustitutiva de
la libertad vigilada intensiva contemplada en el artículo 14 de la Ley 18.216.
Vigésimo: Considerando que los acusados se encuentras privados de libertad hace dos años a
la fecha, que han sido defendido por la Defensoría Penal Pública, y que en el caso de Breuer tapia, ésta
deberá cumplir la pena de manera efectiva, es que se exime a ambos condenados del pago de las costas
de la causa.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 1, 14 N°1, 15 N°1, 18,
21, 24, 26, 29, 50, 67, 68, 69, 390 y 390 del Código Penal; 52, 295, 296, 297, 340, 341, 342, 344 y 348
del Código Procesal Penal, y ley 18.216, se declara:
I.- Que se condena a Vanessa Aldana Breuer Tapia, ya individualizada, a la pena de cinco
años de presidio menor en su grado máximo, más la accesoria de inhabilitación absoluta perpetua para
derechos políticos y la inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos y durante el tiempo de la
condena, como autora del delito de parricidio, en grado de consumado, en perjuicio de Carlos Hugo
Rivera Tapia, ilícito perpetrado el día 3 de abril del año 2020, en la comuna de Recoleta.
Que atendido lo dispuesto en el artículo 1, inciso 2° de la Ley 18.216, no se condene a la
sentenciada alguna forma alternativa del cumplimiento de la condena, por lo cual deberá cumplirla en
forma efectiva, la que se comenzará a contar desde el día 25 de abril del año 2020, fecha desde la cual
se encuentra privada de libertad en forma ininterrumpida con motivo de esta causa.
II.- Que se condena a Marcelo David Vergara Verdugo, ya individualizado, a la pena de cinco
años de presidio menor en su grado máximo, más la accesoria de inhabilitación absoluta perpetua para
derechos políticos y la inhabilitación absoluta para cargos y oficios públicos y durante el tiempo de la
condena, como autor del delito de homicidio, en grado de consumado, en perjuicio de Carlos Hugo Rivera
Tapia, ilícito perpetrado el día 3 de abril del año 2020, en la comuna de Recoleta.
Que, por reunirse los requisitos señalados en los artículos 15 y 15 bis de la ley 18.216, se
concede al sentenciado Marcelo Vergara Verdugo la sustitución de la pena privativa de libertad impuesta
por la de libertad vigilada intensiva, debiendo quedar sometido al control y vigilancia de un delegado de
libertad vigilada por el término y duración de la pena impuesta, debiendo cumplir una o más de la
condiciones establecidas en los artículos 17 y 17 ter de la ley 18.216. El presente beneficio estará sujeto
a las condiciones consistentes en que el condenado mantenga residencia en un lugar y a las demás que
fueran propuestas por el Delegado de libertad vigilada que se le designe al efecto, quien deberá proponer
al Tribunal un plan de intervención para su aprobación.
Para el cumplimiento de la pena sustitutiva otorgada, deberá considerarse como abono el
tiempo que Marcelo Vergara Verdugo ha estado sometido a la medida cautelar de prisión preventiva, por
un total de 740 días, entre el 25 de abril de 2020 hasta el 4 de mayo del año en curso, según consta en el
respetivo Certificado expedido por el Jefe de la Unidad de Administración de Causas de este Tribunal,
complementando la información respectiva del auto de apertura de juicio oral.
III.- Que de conformidad a lo indicado en el motivo vigésimo, se exime a los condenados del
pago de las costas de la causa.
Habiéndose dispuesto el cumplimiento de la condena por medio de la pena sustitutiva de
Libertad Vigilada, se ordena la libertad inmediata de Marcelo David Vergara Verdugo, a menos que
estuviera privado de ella por otra causa. Ofíciese al efecto.
De conformidad a lo previsto en el artículo 17 de la ley 19.970, una vez ejecutoriada la sentencia,
procédase a la toma de muestra de la huella genética de los condenados, salvo que ya se haya obtenido
en su calidad de imputado.
Asimismo, dese cumplimiento a lo previsto en el artículo 17 de la ley 20.568, oficiándose al
Servicio Electoral en su oportunidad, debiendo informarse que ambos acusados han sido condenados a
una pena aflictiva por un delito que merece tal sanción.
Se deja constancia que para los efectos de la publicación de esta sentencia en la página o sitio
Web del Poder Judicial no existe antecedentes que ocultar.
Se previene que esta magistrada fue de parecer de no conceder algún beneficio al sentenciado
Vergara Verdugo, puesto que el informe social resulta, a mi juicio, insuficiente para dar cuenta de una
adecuada posibilidad de reinserción social de éste, considerando la forma de acometimiento a una
víctima que le doblaba la edad, se encontraba en un sillón con casi nulas posibilidades de defensa, la
que fue agredida con dos tipos de elementos, además de gran violencia y brutalidad, todo lo cual denota
falta de control de impulsos, se hacía necesario un informe psicológico de este condenado. Se agrega a
lo anterior que al momento de prestar declaración, Vergara Verdugo señaló no recordar su último
domicilio, otorgando el de su madre únicamente para los efectos de una eventual notificación, en ningún
momento mencionó la existencia de hijos, ni alguna relación con ellos, lo que a juicio de esta
sentenciadora denota falta de estabilidad y arraigo familiar. Además, a la fecha de ocurrencia de los
hechos no contaba con algún trabajo estable, todo lo cual me hace dudar de una real posibilidad de que
Marcelo Vergara tenga un verdadero compromiso con su reinserción social, y cumpla con lo que
proponga el respectivo Delegado.
Devuélvase al Ministerio Público la prueba documental incorporada.
Regístrese
Redactó la juez Pamela Quiroga Lorca.
RIT 247-2021
RUC2000361206-7
CODIGO DELITO : (701)(702)

Pronunciada por los jueces titulares del Segundo Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago
doña Paula Rodríguez Fondón, doña Carolina Palacios Vera y doña Pamela Quiroga Lorca.

Confeccionó la presente acta doña Katteryne Díaz Candia, dejando constancia que corresponde a un resumen
de lo obrado en audiencia, encontrándose íntegra ésta en los siguientes registros de audio:

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