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¿Qué es un conflicto?

Un conflicto es una pelea, disputa o discrepancia que se da cuando dos o más personas tienen intereses u
opiniones que no pueden desarrollarse al mismo tiempo, es decir, que se contradicen.
El conflicto puede darse en el ámbito de las relaciones interpersonales o a nivel social cuando se involucran
muchas personas o grupos. Puede manifestarse a través de una discusión, malentendido, disputa, pelea y hasta
guerra, pero no debe asociarse siempre el término “conflicto” con la violencia, ya que puede involucrarla o no.
Para la resolución de un conflicto, las partes en disputa tienen que llegar a algún acuerdo o negociación y, en
algunos casos, aceptar que ninguno de los dos objetivos podrá satisfacerse completamente.
Causas del conflicto
Las causas que desencadenan un conflicto pueden darse de manera individual o en simultáneo (conflicto
multicausal). Entre las más representativas están:
Falta o falla en la comunicación. Surge un conflicto entre las partes debido a un malentendido o a una falta de
información. Por ejemplo: Una mujer se pelea con su pareja porque no le comunicó que habían modificado el
horario de la reunión.
Discordancia de intereses. Surge un conflicto entre las partes porque cada una de ellas busca su propio beneficio o
cubrir su necesidad y esto va en contra de la otra parte involucrada. Por ejemplo: Un país quiere obtener la
soberanía de un territorio que tiene otro país.
Discordancia de valores. Surge un conflicto porque las partes involucradas difieren en cuanto a creencias,
costumbres o valores. Por ejemplo: Dos personas de religiones diferentes entran en discusión porque cada una
defiende su propia tradición.
Discordancia de roles. Surge un conflicto entre las partes involucradas, ya que una de ellas reclama o denuncia un
avasallamiento en sus derechos en beneficio de la otra parte. Por ejemplo: Un empleado le pide a su jefe que
respete su horario de descanso.
Desigualdades. Surge un conflicto porque una de las partes sufre una desigualdad social o económica que quiere
eliminar. Muchas veces se dan situaciones conflictivas debido a la escasez de recursos, aunque la abundancia de
un recurso también puede ser motivo de conflicto. Por ejemplo: Un grupo de ciudadanos reclama al gobierno por la
suba de los alimentos.
Elementos del conflicto
Todo conflicto debe contar con ciertos elementos:
Actores. Son aquellas personas (dos o más) que tienen intereses, opiniones o necesidades opuestas en un área o
sobre algún punto de vista. Según el caso, los actores intervienen de manera directa o indirecta.
Problema. Es aquello acerca de lo que las personas involucradas en el conflicto difieren. Puede tratarse de un
problema específico o varios en simultáneo.
Proceso. Es la forma en la que se desarrolla el conflicto, las dinámicas y relaciones que se dan entre los actores,
las demandas y responsabilidades, la predisposición para la resolución o no del conflicto, los procesos de diálogos
y negociaciones y las posibles consecuencias o manifestaciones que pueden derivar de la falta de consenso.
Tipos de conflictos
En primer lugar, los conflictos pueden clasificarse según la cantidad de personas que participan en:
Conflictos intrapersonales. Se dan en el interior de una persona consigo misma. Generalmente, ocurren por la
disonancia entre el sentir, el pensar y el hacer.
Conflictos interpersonales. Se dan entre dos o más personas, los participantes tienen prejuicios entre sí y suelen
estar unidos por lazos más estrechos, muchas veces el origen de estos conflictos tiene relación con factores
emocionales. Pueden ser: unilaterales, cuando solo una de las partes tiene una queja o disputa con otra; o bilateral,
cuando las dos partes quieren algo.
Conflictos de grupo. Se dan cuando el problema se origina entre grupos de personas por diversos motivos.
A su vez, los conflictos individuales o de grupo pueden clasificarse según sus características en:
Conflictos ideológicos. Se enfrentan personas o grupos con posturas ideológicas o políticas opuestas, o que
defienden intereses distintos. Las diferencias de las posturas suelen ser muy claras y en algunos casos pueden
convertirse en conflictos armados si una o las dos partes tiene o pretende el poder.
Conflictos religiosos. Se enfrentan diferentes sectores dentro de un mismo culto o miembros de diferentes cultos
que se oponen entre sí. Las pugnas tienen que ver con la interpretación de las escrituras correspondientes o las
doctrinas que se elige adoptar. Estos conflictos tuvieron desenlaces violentos a lo largo de la historia.
Conflictos políticos. Se enfrentan bandos o sectores que intentan obtener el poder político, económico y territorial
de un Estado. En algunas ocasiones, los conflictos políticos desencadenan guerras civiles o conflictos armados
entre países.
Conflictos filosóficos. Se enfrentan personas o grupos con diferentes interpretaciones sobre un tema, una escuela o
un problema y muchas veces cada visión excluye a las demás. Estos conflictos no suelen generar conflictos
mayores.
Conflictos armados. Se enfrentan grupos que suelen ser militares o paramilitares que pretenden obtener el poder,
territorio o recurso disputado a la fuerza.
Conflictos en relaciones interpersonales
Las relaciones humanas conllevan indefectiblemente diversos conflictos. Desde el nacimiento, los seres humanos
conviven y se adaptan dentro de la familia o los círculos más íntimos, donde adquieren principios y valores. Algunos
ejemplos de conflictos en este ámbito son:
Una madre que discute con su hijo adolescente porque el joven no quiere estudiar para el examen.
Un hombre que discute con otro por sacarle el lugar en la fila del supermercado.
Un jugador de fútbol se pelea con otro del equipo contrario por una jugada peligrosa.
Una vecina increpa a otra por dañarle el cerco.
Un conductor entra en conflicto con otro al chocarle el auto en la avenida.
Una niña se molesta con otra porque le pinchó la pelota en el parque.
Conflictos sociales
La sociología estudia conflictos entendidos desde otra perspectiva: cuando proceden de la propia estructura de la
sociedad. Las desigualdades económicas, los abusos de autoridad y los desencuentros entre los grupos resultan
los motivos más analizados por esta ciencia. Algunos ejemplos de conflictos en este ámbito son:
Los trabajadores de una empresa se organizan colectivamente y expresan sus demandas a un empleador.
Una disputa por intereses territoriales entre los representantes de dos países vecinos.
Una huelga realizada por los representantes de un sindicato para pedir mejoras salariales.
Una junta de firmas realizada por una organización no gubernamental en defensa del cuidado de los espacios
verdes de la ciudad.
Una manifestación llevada a cabo por un grupo de vecinos para pedir mayor seguridad en su comunidad.
Un conflicto entre un país y los barcos que pescan de manera ilegal en sus mares.
¿Cómo solucionar un conflicto?
Existen ciertos pasos o criterios que se pueden tener en cuenta para trabajar en miras a la resolución de un
conflicto.
Reconocer la situación. Conocer a las partes implicadas y la raíz del conflicto. Determinar qué es aquello que
genera disputa, cuáles son sus causas.
Buscar alternativas. Una vez entendido el conflicto y sus partes, es importante analizar qué se puede hacer para
intentar llegar a un acuerdo. Este punto generalmente implica alguna renuncia o aceptación de las opiniones
diferentes.
Proponer soluciones. Entablar y proponer la comunicación con las partes involucradas para debatir acerca de las
posibles opciones o resoluciones. En algunos ámbitos, esta instancia es conocida como de negociación y se puede
contar con un mediador que oficie de intermediario entre las partes.
Escuchar al prójimo. Es recomendable adoptar una actitud de escucha y recepción para conocer el punto de vista
del otro y las posibles alternativas de acción que pueda proponer.
Lograr el consenso. El objetivo final de este proceso es que entre ambas partes encuentren aquella alternativa que
beneficie y perjudique en igual o similar medida a ambas.
Conflicto social
En difrentes disciplinas como la Sociología o las Ciencias Políticas se utiliza este término. Hace referencia a la
lucha o enfrentamiento que existe en una sociedad entre varios grupos sociales. Normalmente la disputa se
produce por un lado, para conseguir poder, recursos o derechos y, por el otro lado se lucha por mantener los
privilegios o las situaciones de desigualdad de las que un grupo se beneficia. Las movilizaciones sociales en la
región de Aysén (Chile) en febrero de 2012, también conocidas como las protesta de Aysén, son un ejemplo de
conflicto social.
Conflicto árabe-israelí
Este concepto hace referencia al enfrentamiento político y armado en Oriente Próximo entre Israel y los países
árabes de su entorno. Afecta en especial a Palestina y se trata de un conflicto bastante complejo en el que hay
muchos intereses involucrados. En un conflicto histórico, en especial tras la Segunda Guerra Mundial y la formación
del Estado de Israel en territorios reclamados por el pueblo palestino.
Conflicto de Intereses
Es una situación en la que un individuo se encuentra influenciado por un interés personal, económico o afectivo,
que le impide ser imparcial al momento de una actuación o decisión en su ámbito laboral, lo cual afecta su
integridad en el ejercicio de sus funciones, como es el caso de un Juez que conoce una caso de asesinato
cometido por un familiar directo o indirecto lo cual puede afectar su imparcialidad al momento de tomar su decisión.

Conflicto Moral
Es aquello que nos afecta internamente por realizar algún acto o acción que es tomado por la sociedad y los demás
como negativo, pero esta acción puede ser penada o no por el ordenamiento jurídico, por ejemplo mentirle a una
persona sobre lo que hizo su hijo en clases para que el padre no se moleste, moralmente no esta bien pero no es
penado, o mentirle al fisco para no pagar impuestos lo cual moralmente no esta bien porque se esta engañando no
solo al Estado sino a toConflicto Cognitivo
Es un fenómeno psicológico que ocurre cuando existe un cambio conceptual o reconceptualización en el estudiante
o alumnos, cuando ocurre una contradicción entre lo que ya se aprendió (conocimientos previos) y los nuevos
conocimientos sobre el mismo tema o concepto, generando un desequilibrio cognitivo que causa en el alumno o
estudiante la obtención de un conocimiento más amplio, específico y ajustado a la realidad.
Conflicto Familiar
La familia es una de las instituciones más importantes y más antiguas de la sociedad, y cuando nos encontramos
con problemas en ese núcleo, ya sean de tipo económico o de estabilidad, de vivienda, de falta de padres o cuando
la familia esta a la deriva o sin una dirección clara estamos en presencia de un conflicto familiar. Si estos conflictos
se repiten de manera indiscriminada en un país o territorio esto afectará a toda la sociedad.

Conflicto Escolar
Puede ser una acción intencional que afecta o daña a cualquier miembro de una institución escolar, esta puede ser
física, verbal y hasta psicológica. Son aquellos problemas que afectan las instituciones escolares como la falta de
personal, o de recursos, así como problemas entre educadores y educandos que pueden ser diversos y variados en
ese ambiente escolar.dos los ciudadanos pero a su vez esta penado por la ley.
RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
1. Ante todo, calma
Los conflictos son inevitables. Lo sabemos, los sufrimos, los solucionamos. Pero no conseguiremos gestionarlos de
forma adecuada si tratamos de hacerlo en plena escalada o estallido, entre gritos y reproches. Cuando el enfado
está en su punto más alto no somos capaces de pensar de forma clara y nos dejamos llevar por las emociones que
nos hacen dañar al otro y querer ganar por encima de todo. Para gestionar de forma adecuada el conflicto será
necesario verlo con cierta distancia, desde un momento sereno y reflexionar sobre él.
Estrategia: Antes de comenzar a gritar, a faltar al respeto, a exigir obediencia con los “¡porque lo digo yo!”, es mejor
parar. Respirad, buscad un lugar de la casa en el que poder estar a solas y distraerse con otras actividades (ver la
tele, una serie, jugar a la videoconsola, etc.). Transcurrido un tiempo, que dependerá de cada uno, del origen del
conflicto, del nivel de conflicto al que se haya llegado podremos plantearnos gestionar el conflicto de una forma
constructiva.
2. Primero, escucha
Cuando estamos inmersos en una discusión, lo que primero solemos hacer es dejar de escuchar. Tal vez oímos,
pero solo con intención de contestar para contraatacar con nuestros argumentos, incluso interrumpiendo y no
dejando acabar al otro.
Pero, realmente, la única manera de poder llegar a solucionar un conflicto es escuchando lo que la otra persona
está diciendo para que después pueda escuchar lo que nosotros tenemos que decir.
Además, para bajar el nivel de enfado del otro no hay nada mejor que hacerle sentirse escuchado, dejarle hablar y
desahogarse, escuchar sus argumentos y la razón de los mismos. Cuando las personas se sienten escuchadas, se
sienten comprendidas y más abiertas a un diálogo constructivo. En el caso de los adolescentes, cuando se sienten
validados en sus emociones y comprendidos en sus necesidades conseguiremos aumentar su autoestima y se
mostrarán más abiertos al diálogo.
Estrategia: Practica la escucha activa. Escucha atento, mostrando interés, asintiendo, preguntando para confirmar
que has entendido bien, muestra cercanía.
3. Asertividad para ser escuchado
Una vez hayamos terminado de escuchar lo que el otro tiene que decirnos, es nuestro turno. Pero debemos hacerlo
sin culpabilizar al otro, sin recriminar ni faltar al respeto, sin tener en cuenta todo lo que acabamos de escuchar.
Es importante plantear nuestro punto de vista desde nosotros y lo que pensamos o creemos, sin suponer que solo
nosotros tenemos la razón o la verdad absoluta.
Estrategia: Utiliza la comunicación asertiva: Describe la situación, explica lo que tú piensas y lo que tú sientes.
Finalmente, describe el cambio o comportamiento que te haría sentir mejor. Es importante que cuando hagamos
esto lo llevemos a cabo con un tono de voz firme pero calmado, mostrando cercanía y tranquilidad, siendo muy
concretos en la situación que estamos describiendo y detallando lo más concretamente posible el comportamiento
que nos haría sentir mejor.
4. Lluvia de ideas
Una vez hemos escuchado y sido escuchados es momento de centrarse en el futuro, para lo que necesitaremos
encontrar la mejor solución al conflicto que estamos teniendo. Para ello, es beneficioso que todas las partes sientan
escuchadas en este momento y que forman parte activa de la solución.
Estrategia: Escribir en un papel o cartulina todas las ideas que se nos ocurran, por absurdas que puedan llegar a
parecer, para poder solucionar el problema. Una vez hayamos terminado, podemos clasificarlas o desechar las que
parezcan menos viables.
5. Filtrar y seleccionar
Una vez hemos escuchado y sido escuchados es momento de centrarse en el futuro, para lo que necesitaremos
encontrar la solución más beneficiosa para todos. Tendremos que analizar una a una las soluciones planteadas,
escuchando las razones por las que se han planteado y argumentando a favor o en contra de dicha solución.
Estrategia: Por turnos, la persona que haya planteado la posible solución expone los argumentos para la misma.
Una vez terminada dicha exposición, la otra parte tendrá la oportunidad de contraargumentar si no está de acuerdo.
Podemos plantear 1 o 2 rondas más de argumentación para terminar acordando si esta solución puede ser viable o
no. Lo adecuado es finalizar este paso con un máximo de tres posibles soluciones.
6. Buscar la solución más beneficiosa
Llegados hasta aquí, puede ser difícil conseguir una sola solución al problema o que todas las partes en conflicto
estén plenamente convencidas de que la solución planteada es la más beneficiosa para todas las partes. Por eso
es importante ‘poner a prueba’ cada una de estas ideas planteadas que hemos filtrado hasta aquí.
Estrategia: Plantear todas las situaciones en las se va a necesitar aplicar la solución que estamos analizando.
Cuanto más detalladamente, mejor. Desarrollar todos los posibles inconvenientes que puedan aparecer y detallar si
son afrontables o van a suponer nuevos conflictos. La solución que menos inconvenientes aporte será la más
beneficiosa para todos.
7. Compromiso con la solución elegida
Una vez tenemos una solución que todas las partes consideramos como más adecuada, las partes deben
comprometerse a llevarla a cabo. Para ello es importante que todas las partes en conflicto estén convencidas de
que ésta y no otra, es la mejor solución posible.
Estrategia: Puede ser una buena idea dejar este compromiso por escrito, planteando no solo la solución, sino
también las situaciones en las que se va a desarrollar e incluso establecer un periodo de ‘prueba y evaluación’.
También es adecuado establecer qué acciones podemos llevar a cabo si transcurrido ese tiempo la solución no ha
tenido los resultados esperables.
8. Celebra el acuerdo
Llegar hasta aquí supone un gran trabajo y esfuerzo. Al comienzo de la discusión parecía muy difícil o casi
imposible mantener la calma, dialogar y llegar a una solución. Celebradlo. Se ha conseguido algo difícil pero muy
beneficioso y nos merecemos un premio.
Estrategia: La celebración puede ser solo verbal, agradeciendo y valorando el esfuerzo realizado por todos o
llevando a cabo alguna actividad especial que sea del agrado de todos (una comida especial, una pequeña
fiesta…).
9. Llevarlo a cabo
Es hora de poner en práctica nuestro acuerdo. Es posible que al principio sea difícil, puesto que llevamos mucho
tiempo solucionando los problemas de otra forma y dejarnos llevar por lo conocido será más fácil. Es importante
que nos mantengamos en alerta para ser conscientes de los cambios que debemos realizar en nuestra forma de
actuar.
Estrategia: Si alguna de las partes olvida llevar a cabo alguna de las actuaciones planteadas recordar, de forma
tranquila y calmada, el acuerdo al que se llegó y recordar de forma asertiva cuales son los compromisos que se
asumieron.
10. Evaluar y reajustar
Transcurrido el tiempo establecido en el compromiso para la evaluación de la solución es hora de comprobar si ha
funcionado o no, si finalmente ha sido beneficioso para todas las partes y las dificultades que se han encontrado al
llevarlo a cabo.
Estrategia: Tratar de detallar las veces y situaciones en las que se ha tenido que recurrir a la solución puede ser un
buen comienzo. Partiendo de esas situaciones, detallaremos tanto las cosas positivas que hemos encontrado al
llevarlo a cabo como las cosas negativas, las dificultades y los errores cometidos. A partir de esto, trataremos de
mejorar las actuaciones llevadas a cabo y buscaremos posibles soluciones a esas dificultades o errores. Si
observamos que son más las consecuencias negativas que las positivas, podemos volver al punto 6 y tratar de
encontrar alguna otra solución teniendo presente las dificultades encontradas hasta ahora.
Enseñar a nuestros adolescentes alternativas de resolución de conflictos como ésta les ayudará a mejorar su
habilidades sociales no solo en casa, sino fuera de ella. Mejorará su autoestima al sentirse capaces de mantener
diálogos y conseguir acuerdos ante dificultades y servirá para prevenir futuros conflictos.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que hay conflictos en los que podemos plantearnos este tipo de estrategias
y conflictos en los que no. Cuando el conflicto deriva de alguna situación en la que puede ponerse en riesgo su
salud física o mental o desafía normas o limites básicos establecidos por los padres, trataremos de explicarles las
razones por las que no es posible negociar y mantenerse firmes en el limite establecido.

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