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Síndrome esofágico

Es el conjunto de manifestaciones originadas por la afección de este órgano y que se expresa


básicamente por la aparición de cinco síntomas: disfagia, pirosis, dolor torácico, regurgitación, afagia
y odinofagia, solos o asociados. También puede presentar eructo la halitosis, la rumiación y la
sensación de globo (percepción de ocupación o de cuerpo extraño en la garganta relacionado con
trastornos emocionales).

Disfagia:

• Sensación de dificultad para deglutir; es decir, una dificultad para trasladar el bolo alimenticio de
la boca hacia el estómago y que puede responder a una causa orgánica; por lo tanto, no se la debe
desestimar.

• Se debe diferenciar en orofaríngea y esofágica, si es aguda y crónica y si es orgánica (cuando es


investigada) o funcional.

Pirosis:

• Sensación de quemazón retroesternal originada en el epigastrio, que puede ascender hacia la


garganta o irradiarse hacia la espalda.

• Este síntoma suele empeorar luego de la ingesta o al adoptar el decúbito y se alivia con la
administración de antiácidos.

• Puede acompañarse de un sabor amargo en la boca y de sialorrea.

Dolor torácico:

• De origen esofágico puede producirse de forma espontánea o durante la comida.

• En muchos casos es difícil diferenciarlo del cardíaco y, de hecho, el 20% de las precordialgias se
generan en el esófago.

• Más del 50% de los pacientes que concurren a una guardia con dolor torácico anterior son dados
de alta luego de haberse excluido la afección coronaria, pero sin un diagnóstico que explique el
dolor.

• En este sentido, el dolor torácico de origen esofágico es muchas veces subestimado.

• La mayoría de estos pacientes tendrán un trastorno de la motilidad esofágica, en especial la


hipertonicidad del esfínter esofágico inferior y un 10% de espasmos esofágicos
• Puede tener un patrón de irradiación similar al anginoso e, incluso, puede ceder con el uso de
nitroglicerina.

• A diferencia del dolor coronario, el dolor torácico no empeora con el ejercicio físico y suele ser
paraesternal o subesternal

• Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE): es la causa más común de dolor torácico de
origen no cardiológico.

Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE):

• Es un síntoma cardinal

• Exposición prolongada del esófago al ácido gástrico por alteración de la motilidad esofágica o de
la acción del esfínter esofágico inferior y puede haber helicobacter pylori positivos en pruebas

• La pirosis recurrente es el síntoma más frecuente y establece el diagnóstico de este trastorno, sobre
todo cuando desaparece con la ingesta de antiácidos o de supresores de la secreción ácida del
estómago

• Existe regurgitación y urente (ardor)

• Causas de ERGE: relajación transitoria del esfínter esofágico inferior, hernia hiatal por
deslizamiento y trastornos del peristaltismo.

Regurgitación:

• Aparición espontánea con regreso sin esfuerzo del contenido gástrico alimentario o esofágico en
la boca.

• Puede haber, de forma concomitante, aspiración laríngea, accesos de tos y sensación de ahogo, que
en ocasiones despiertan al paciente durante la noche.

• Causas: Enfermedad acido-péptica, acalasia, incompetencia del EEI, hernia hiatal, divertículos y
obesidad extrema.

Odinofagia:

• Se trata del dolor asociado a la deglución.

• En general pone de manifiesto una lesión en la mucosa (esofagitis)

• Suele relacionarse con infecciones, sobre todo por Cándida, pero también con la ingesta de
fármacos (clindamicina, doxiciclina y, en especial, alendronato) y tóxicos.
• Además, puede presentar síntomas pulmonares como tos crónica, sibilancias y neumonías
recurrentes.

Examen físico:

• Encontrar divertículos de Zenker sobre todo en mayores de edad

• Palpar cuerpos extraños o divertículos con las manos

• Determinar plenitud mediamente la palpación de distención o retracción

• Estreches esofágicos por cicatrices, tumores o cuerpos extraños.

Síndromes de relevancia (memorizar)

Síndromes esofágicos

1. Síndromes sintomáticos: Enfermedad de reflujo gastroesofágico (ERGE) y dolor torácico por


reflujo.

2. Síndromes con lesión de mucosa: Esofagitis, estenosis, esófago de Barrett y adenocarcinoma

Síndromes extraesofágicos

1. Asociaciones establecidas: Tos por reflujo, laringitis por reflujo, asma por reflujo y erosiones
dentales por reflujo.

2. Asociaciones propuestas: Faringitis, sinusitis, fibrosis pulmonar idiopática y otitis media


recurrente.

Etiología

1. Cáncer de esófago: Se manifiesta sobre todo por disfagia a los sólidos de tipo progresivo, que en
la mayoría de los casos es un síntoma tardío, pérdida de peso, relacionado muchas veces son el
tabaquismo y la ingesta de alcohol, frecuente en los hombres y en los adultos mayores de 50 años.

2. Esofagitis: Es la inflamación de la mucosa del esófago y se puede manifestar por pirosis,


odinofagia (síntoma cardinal de la esofagitis) y con menor frecuencia por disfagia. Su causa más
común es el reflujo gastroesofágico, pero puede tener etiologías infecciosas.

3. Hernia hiatal

4. Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)


5. Acalasia: trastorno que se manifiesta típicamente con disfagia a los sólidos y a los líquidos. Es una
enfermedad asociada a la degeneración inflamatoria e idiopática de las neuronas del plexo
mientérico. El esofagograma con bario es muy característico. se observa un afinamiento distal en
forma de “pico de pájaro”. El diagnóstico se confirma con la realización de una manometría
esofágica, que es la prueba de referencia.

Síndrome ulceroso
Conjunto de signos y síntomas producidos por una solución de continuidad en la mucosa del estómago
o del duodeno que expone la submucosa o capas más profundas como consecuencia de la acción del
ácido clorhídrico o inflamación.

Fisiopatología

El estómago conserva la integridad de la mucosa frente a la agresión del ácido clorhídrico y la pepsina
por diferentes mecanismos fisiológicos que intervienen en su defensa. Estos son: la mucosa gástrica
(constituida por la lámina epitelial, la producción de moco y la secreción de bicarbonato), el flujo
sanguíneo local y la secreción de prostaglandinas. Cuando se alteran los mecanismos defensivos o
aumentan los agresivos, el ácido y la pepsina lesionan la mucosa gastroduodenal y se produce la úlcera
péptica.

Manifestaciones clínicas

• Dolor epigástrico quemante: exacerbado por el ayuno y que mejora con la alimentación y
antiácidos.

• Pirosis: está más relacionada con el reflujo gastroesofágico que puede acompañar a la úlcera
péptica.

• Sangrado o hematemesis: entre el 10 y 15% de los pacientes, puede ser aguda (con hipovolemia,
melena o hematoquecia) o crónica (relacionado con anemia ferropénica).

• Náuseas, vómitos y pérdida de peso: Se da en úlceras gástricas que incluye solo posprandial, por
el contrario, las úlceras duodenales suelen dar sensación de hambre o dolor epigástrico nocturno.

Infección por Hp y úlcera péptica


Etiopatogenia

Helicobacter pylori y el uso de antinflamatorios no esteroides (AINEs), incluida la aspirina en dosis


bajas, son los principales factores de riesgo para la aparición de la enfermedad ulcerosa péptica.
Además, síndrome de Zollinger-Ellison (tumores que secretan gastrina en páncreas y duodeno),
factores genéticos con parientes de primer grado, estrés, corticoesteroides por disminución de las
defensas de la mucosa, tabaco porque dificultad la cicatrización, dieta, alcohol en elevadas
concentraciones, café y mate que aumentan la secreción ácida.

Gastritis
Es la inflamación de la mucosa gástrica que, desde el punto de vista histológico, está asociada a un
aumento del número de células inflamatorias de la mucosa. No obstante, el término se utiliza de manera
indiscriminada en condiciones en las cuales la mucosa gástrica se observa alterada con inflamación
histológica o sin ella. Por eso, el término gastritis debe reservarse para la inflamación
histológicamente demostrada de la mucosa gástrica. La gastritis no es el eritema mucoso que se
observa durante la endoscopia ni es intercambiable con el término “dispepsia”- Las alteraciones de la
mucosa gástrica sin inflamación se denominan gastropatía.

Síndrome pilórico
Conjunto de síntomas y signos provocados por una obstrucción mecánica o funcional a nivel del píloro
que impide el vaciamiento y la evacuación gástrica correcta.

Manifestaciones clínicas

• El síntoma más frecuente del síndrome pilórico es el


vómito. Está presente en más del 90% de los
pacientes.

• El 40% de los pacientes experimentan náuseas.

• Cuando el vómito ocurre 8 a 12 horas después de la


ingesta y contiene restos de alimentos sin digerir, es
muy específico de una obstrucción pilórica, pero esto
es poco frecuente.

• Dolor abdominal está presente en la mayoría de los


casos, es nocturno y se localiza en el epigastrio.

• Disminución significativa del peso corporal en el


65% de los pacientes

• Sensación de saciedad precoz se observa en el 60% de los casos


• La mitad de los pacientes experimentan constipación.

Examen físico

• Dependerá en gran medida del tiempo de evolución

• Distensión abdominal o peristaltismo gástrico visible

• Chapoteo o bazuqueo gástrico (sonido que produce el movimiento del líquido retenido en el
estómago al palpar el epigastrio)

• En el 20% de los casos existen signos clínicos de deshidratación.

• Otros hallazgos frecuentes son los signos de desnutrición y la pérdida de peso, sobre todo en los
pacientes en los cuales la etiología del síndrome pilórico es una neoplasia

Exámenes complementarios

• Radiografía: Retención de bario (50%) a las 4 horas, dilatación y atonía gástrica

• Videoendoscopía digestiva alta: Mejor método de diagnóstico para determinar la causa de la


obstrucción. Asociándose con el paso del endoscopio de un píloro menor a 6mm.

Síndrome diarreico

• Por frecuencia, sería por presentarse más de tres evacuaciones al día.

• Por peso, sería por presentar un peso mayor a 200 gr/día

• Por contenido de líquido, aumento del volumen fecal 80 % agua

Fisiopatología

• Reducción de la absorción: incapacidad del intestino para reabsorber solutos osmóticamente


activos, ausencia de contacto entre la superficie absortiva intestinal y el contenido intraluminal y
la inhibición del transporte activo de electrolitos en la pared del intestino.

• Aumento de la secreción de líquidos: agentes que activan el AMP cíclico, superficies aberrantes
secretoras (adenoma velloso) y lesión de la mucosa intestinal que origina un exudado inflamatorio.
Tipos y clasificación

• Diarrea aguda: es aquella que comienza bruscamente y


dura menos de 2 semanas. Las implicaciones de esta
definición son diagnósticas y terapéuticas, ya que las
diarreas agudas obedecen, en su mayoría, a infecciones
(virales, bacterianas, parasitarias), a toxinas alimentarias
y al efecto adverso de medicamentos.

• Diarrea crónica: es la que persiste más de 4 semanas,


sus etiologías son variables e incluyen:

1. Diarreas inflamatorias: resultan del daño del


epitelio absortivo o de la liberación de citocinas como
leucotrienos, prostaglandina e histamina, que
estimulan el sistema nervioso autónomo o la
secreción intestinal.

2. Diarreas osmóticas: ocurren cuando algunos solutos


ingeridos oralmente no se absorben o no se digieren
en el intestino delgado. Estos ejercen una fuerza
osmótica que atrae líquido a la luz intestinal. El
aumento de volumen sobrepasa la capacidad de reabsorción de líquido en el colon. Los solutos
que no se absorben o se digieren pueden ser grasas, hidratos de carbono o proteínas.

3. Diarreas secretorias: se originan por una excesiva secreción de electrolitos. No se relacionan


con la ingesta y producen grandes volúmenes de materia fecal. El término diarrea acuosa se
emplea como sinónimo. Los ejemplos clásicos de diarreas secretorias crónicas son aquellas
mediadas por hormonas.

4. En los trastornos de la motilidad intestinal, como el síndrome del intestino irritable, la


diabetes mellitus y las enfermedades neurológicas, puede haber un tránsito intestinal acelerado.
En ocasiones, por el contrario, la motilidad está disminuida e interviene el sobrecrecimiento
bacteriano como mecanismo de la diarrea.

5. Diarreas malabsortivas: se producen por alteraciones en el proceso de transporte, la mayoría


de las veces por enfermedades de la mucosa del intestino delgado, resecciones intestinales,
pancreatitis crónica, etc.
Características de la diarrea aguda

Síndrome de malabsorción

• La mala digestión hace referencia a la alteración del proceso digestivo dentro de la luz intestinal,
a cargo de los jugos orgánicos (p. ej. Insuficiencia pancreática exocrina), o en el borde en cepillo
de la membrana epitelial (p. ej. in tolerancia a la lactosa).

• La malabsorción alude a la alteración de la incorporación de nutrientes a través del enterocito. A


su vez, el síndrome de malabsorción se puede clasificar en:

1. Global: afectación generalizada de la mucosa que impide la absorción de diversos nutrientes


de forma no selectiva (p. ej., enfermedad celíaca).

2. Selectivo: incapacidad de incorporar uno o escasos nutrientes por alteración específica en la


vía de absorción (p. ej., anemia perniciosa).

3. Primario o congénito: alteración hereditaria o congénita de los mecanismos de transporte de


la membrana epitelial intestinal.

4. Adquirido: alteración adquirida de la membrana epitelial intestinal (p. ej. cirugías digestivas,
enfermedades inflamatorias intestinales, enfermedad celíaca).

Anamnesis

• Edad y forma de comienzo


• Características de las heces y sintomatología acompañante

• Antecedentes personales y familiares

• Historia dietética y nutricional

Exploración

• Estado nutricional

• Exploración por órganos y aparatos

Signos y síntomas

• Digestiva: Vómitos, diarrea, pérdida de peso, esteatorrea (contenido graso en heces), dolor,
distención abdominal, anemias (hipocrómica y megaloblástica), afectación perianal y anorexia.

• Extradigestiva: Cambio de carácter, tristeza, irritabilidad, fiebre, parestesias, crisis de tetania,


osteomalacia, osteoporosis, aftas, edema y ascitis, manifestaciones respiratorias, manifestaciones
articulares y cutáneas (eritema nodos y eccema o dermatitis)

Diagnóstico

Prueba de Van de Kamer: confirmar la esteatorrea (independiente del origen etiológico) mediante la
detección cualitativa de grasa en las heces (Sudán III), en la que el paciente debe recolectar todas las
heces durante 72 horas, mientras consume una dieta que contenga 100 g diarios de grasa. Cuando la
excreción supera los 6 g/día de grasa se considera anormal y determina con alta sensibilidad la
malabsorción intestinal.

Síndrome del intestino irritable


Conjunto de síntomas caracterizados por la presencia de dolor abdominal crónico o recurrente,
asociado con alteraciones en el hábito evacuatorio. Se trata de una alteración funcional del tubo
digestivo y es uno de los trastornos funcionales reconocidos con mayor frecuencia en la práctica clínica

Epidemiología

Trastorno gastrointestinal diagnosticado con mayor frecuencia en la práctica clínica. En el 10-20% de


los adultos de la población general, con una ligera predominancia en las mujeres, se encuentran
síntomas compatibles con el intestino irritable. La prevalencia es

similar en adultos y jóvenes, a pesar de que los síntomas suelen comenzar en la juventud. De los
pacientes adultos con síntomas de intestino irritable solo 14-50% solicitan atención médica. El 25-50%
de los pacientes que los médicos gastroenterólogos atienden de forma ambulatoria padecen esos
síntomas.

Manifestaciones clínicas

• Síntomas intestinales: Alteración en la


consistencia de las heces, aparición de
moco, sensación de evacuación
incompleta (tenesmo rectal), sensación
de distensión abdominal y esfuerzo
defecatorio

• Síntomas digestivos: Pirosis, dolor


epigástrico, saciedad precoz, náuseas

• Síntomas extraintestinales: Cefalea,


fatiga crónica, fibromialgia,
contractura cervical y lumbar, cistitis
intersticial, estrés, ansiedad, depresión
y somatización.

Diagnóstico

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