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I. Objetivos
* Comprender las bases de la reproducción celular, en específico los procesos de mitosis y meiosis, y
las diferencias fundamentales entre estos dos procesos
* Repasar conceptos básicos de herencia como gen, alelo, genotipo y fenotipo
* Asimilar la relación entre el proceso de meiosis y algunas leyes básicas de genética mendeliana, en
particular la segregación independiente de caracteres y el ligamiento genético
* Estudiar dos casos comunes de herencia y expresión fenotípica: dominancia completa y herencia
ligada al sexo
* Entender cómo estas leyes determinan la transmisión y expresión de caracteres de generación en
generación mediante cuadros de Punnett
* Aprender a interpretar genealogías familiares e integrarlas con cuadros de Punnett para determinar
patrones de herencia y probabilidades de expresión fenotípica en la descendencia
II. Introducción
Reproducción y el material hereditario
El proceso biológico por medio del cual las especies aseguran la continuidad genética y el mantenimiento de
una población es el de reproducción. Este es un proceso complejo y fascinante que integra muchas ramas
biológicas, desde el ciclo celular y la fisiología reproductiva de los organismos, hasta la transmisión genética.
Para entender los principios básicos de la reproducción, necesitarás familiarizarte con varios conceptos de
estas ramas de la biología.
El material genético de los organismos lo conforma el ácido desoxirribonucleico (ADN), secuencias
de nucleótidos que pueden ser traducidos a proteínas mediante la intervención del ácido ribonucleico (ARN)
durante la transcripción (nota: el material genético de algunos virus consiste de ARN únicamente). Durante
la mayoría del ciclo celular de un organismo, este ADN se encuentra formando un solo “hilo” extendido que
facilita la transcripción y traducción de distintos segmentos. No obstante, durante la división celular suele
condensarse y separarse en estructuras discretas llamadas cromosomas (Fig. 1). Cada segmento de ADN que
codifique para un rasgo o característica en específico le llamamos gen (e.g., el gen que determina el color de
ojos de las moscas de la fruta). Para cada gen, pueden existir distintas versiones (creadas por errores durante
la división celular llamados mutaciones), y a estas versiones les llamamos alelos (e.g., un alelo produce ojos
rojos y otro ojos blancos en la mosca de la fruta). Hay genes con muchos variantes (alelos), y otros con muy
pocos o solo uno. Estos alelos representan la base de la variación que observamos en los individuos de una
misma especie.
¡No te confundas! Tanto alelo como gen SON LO MISMO en el sentido que son segmentos de ADN
que codifican para una característica. Sin embargo, utilizamos alelo para referirnos a una versión específica
de un gen.
En cada especie, cada gen se ubica siempre en su mismo lugar (llamado locus), correspondiente a una
posición fija en un cromosoma específico (Fig. 2). Así, para todos los individuos de una misma especie, tanto
el cromosoma como el locus de un determinado gen será el mismo (de lo contrario no podrían reproducirse).
Sin embargo, el locus o cromosoma específico en que se encuentra ese mismo gen en otras especies
usualmente será distinto. De hecho, las distintas especies varían en su número de cromosomas. Por ejemplo,
los humanos tenemos 23 tipos distintos, mientras que las moscas de la fruta tienen solamente 4, y algunos
helechos tienen hasta 92. Hasta donde sabemos, no existe una relación entre la complejidad del organismo y
Prohibida la reproducción parcial o total de este manual
UNIVERSIDAD DE COSTA RICA
Soley-Guardia M. & Romero Vásquez A. Manual de Laboratorio de Biología General
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su número de cromosomas, y los procesos o razones evolutivas que causan que el número de cromosomas
aumenta o disminuya no están del todo claras. De hecho, algunas especies muy cercanas pueden presentar
distintos números de cromosomas, y en efecto, los cambios en la cantidad de cromosomas pueden funcionar
como mecanismo de especiación (evolución o generación de nuevas especies).
Figura 1. Esquema conceptual del empaquetamiento del ADN en un organismo acompañado de la nomenclatura convencional.
Imágenes sujetas a derechos de autor; modificado de Garland Science 2008 y utilizadas provisionalmente con fines didácticos.
Los organismos también varían en si para cada cromosoma específico tienen una o varias versiones
de sí mismo. Por ejemplo, en los organismos haploides, denotados como (n), cada individuo tiene una sola
versión de cada cromosoma (y por ende, una sola copia para cada gen). Mientras tanto, los organismos
diploides (2n) tienen dos versiones de cada cromosoma (estas versiones son llamadas cromosomas
homólogos), y por ende, dos copias para cada gen (Fig. 2). Si ambas copias del gen son iguales, se dice que
el organismo es homocigoto (un solo alelo repetido dos veces), de lo contrario, se le llama heterocigoto (dos
alelos distintos). Existen organismos triploides, tetraploides, heptaploides, etc., pero para efectos del curso
nos centraremos en el caso más común, que son los organismos diploides, como los seres humanos. Así,
nuestra especie tiene 23 pares de cromosomas (n = 46), y cada individuo tendrá solo dos alelos (iguales o
diferentes) para cada gen. Pero si tomamos en cuenta todos los individuos de una población, la cantidad de
alelos distintos para un solo gen puede ser enorme.
Figura 2. Esquema de nomenclatura y representación de los cromosomas en un organismo diploide. Nota que la terminología de
“padre” o “madre” es para subrayar el que el individuo tiene dos versiones para cada cromosoma, uno heredado del padre y otro de
la madre. No obstante, la terminología no es perfecta, porque para cada generación, puede variar lo que herede cada sexo: por
ejemplo, puede ser que el padre les herede a sus hijos su cromosoma materno (el de la abuela) mientras que la madre les herede su
cromosoma paterno (el del abuelo); o puede ser que ambos sexos hereden su cromosoma materno por ejemplo. La importancia es
hacer la distinción de que existen dos versiones para cada cromosoma, una heredada de cada sexo
Ahora bien, retomando lo mencionado al principio de esta práctica, la reproducción consiste entonces
en que los cromosomas (con sus genes) pasen de una generación a otra en cada especie. Celularmente, esto
puede ocurrir mediante dos procesos básicos que verás en la siguiente sección: la mitosis y la meiosis. No
obstante, a nivel organísmico, existe una gran diversidad de estrategias reproductivas que mantienen
ocupados a los biólogos que las estudian e intentan comprender sus mecanismos y orígenes evolutivos (Fig.
3). Cuando un individuo produce progenie sin la fusión de células sexuales especializadas (llamadas
gametos), el proceso se denomina reproducción asexual, y el individuo es prácticamente una copia del
progenitor (Fig. 3A–3D). La mayoría de organismos con este tipo de reproducción no producen gametos del
todo, como ocurre en muchísimos organismos unicelulares, pero también en aquellos organismos
multicelulares que se reproducen por propágulos o fragmentos del individuo parental (e.g., gemación; Fig.
3C). No obstante, algunos organismos multicelulares pueden reproducirse de manera asexual incluso
desarrollando gametos (e.g., partenogénesis). En estos casos raros, el gameto de un solo sexo puede producir
un individuo adulto sin necesidad de fusionarse con otro gameto (Fig. 3D). En contraste, durante la
reproducción sexual, el individuo produce células sexuales llamadas gametos; dos de estos se fusionan para
dar origen a un cigoto que se desarrollará en un nuevo individuo (Fig. 3E–3H). La fusión suele darse entre
gametos producidos por dos progenitores de distinto sexo (i.e., macho y hembra); sin embargo, en varios
organismos como las plantas, la fusión también puede darse entre los gametos producidos por un solo
progenitor (autofecundación) que contiene ambos sexos (hermafrodita).
Figura 3. Diversidad en la reproducción: asexual (fila de arriba), y sexual (fila de abajo). A) división celular en una ameba; B)
reproducción por propágulos en una hoja de “espinazo del diablo” (Kalanchoe daigremontiana); C) reproducción por gemación en
una hydra; D) reproducción asexual por “clonación natural” en áfidos; E) unión de gametos en una especie animal; F) apareo en
sepias (el macho introduce un paquete de espermas llamado espermatóforo dentro de la hembra; para esto utiliza uno de sus
brazos); G) planta de cáñamo (Cannabis sativa) dioica, donde ambos sexos están presentes en el mismo individuo, que presenta
flores masculinas y femeninas que pueden o no resultar en autofecundación; H) babosa hermafrodita (Deroceras reticulatum)
donde un individuo fecunda otro que a su vez lo fecunda a él. Imágenes sujetas a derechos de autor; utilizadas provisionalmente
para fines didácticos.
En muchas de las especies que cuentan con reproducción sexual, el sexo del individuo está
determinado por la combinación de cromosomas específicos (llamados sexuales). Por ejemplo, en la mayoría
de mamíferos las hembras presentan dos copias del cromosoma X, mientras que los machos presentan una
copia del cromosoma X y una del Y. Así, decimos que los seres humanos tenemos un par de cromosomas
sexuales, y 22 pares autosómicos (no ligados al sexo). Como verás en esta práctica, los patrones de herencia
dependerán de si los genes involucrados se ubican en cromosomas autosómicos o sexuales (herencia
autosómica vs. ligada al sexo).
Nota: La determinación del sexo varía según el organismo. Por ejemplo, en aves y algunos insectos como
las mariposas es ¡al revés! siendo las hembras las que tienen dos cromosomas distintos (ZW), y los machos
dos cromosomas iguales (ZZ). En ornitorrincos existen 10 cromosomas sexuales, y en cocodrilos y tortugas
el sexo se determina ¡por la temperatura en que se desarrollaron los huevos!
Esta “pequeña” diferencia de la meiosis es la responsable de que un solo individuo pueda generar
¡tanta diversidad genética en sus progenitores!, creando lo que Mendel llamó la ley de segregación
independiente (de los cromosomas, estructuras que Mendel desconocía); en este párrafo te explicamos en
que consiste. Todo tiene que ver con la alineación de los cromosomas durante la metafase de la meiosis I. En
la figura anterior no puedes ver esto, ya que necesitas al menos tres cromosomas para que puedas ver el
efecto (Fig. 5). Como ves en esta figura, de qué lado del plano ecuatorial (por arriba o por debajo) se ubiquen
la versión paterna y materna de cada cromosoma ¡varía para cada cromosoma! Puede ser que todos los
cromosomas de la madre se ubiquen de un lado del plano mientras que los paternos del otro, o puede ser que
estos intercalen de distintas maneras, como se te muestra en la figura. La segregación independiente causa
que los gametos creados por una opción de alineamiento sean distintos a los creados bajo otra alineación.
Como las células que pasan por la meiosis para formar gametos son varias, ¡se crea una gran diversidad de
ellos!, y estos, al unirse, crean nuevas combinaciones de versiones de cromosomas (¡aunque vengan del
mismo progenitor!, como en el caso de individuos que se autofecundan). De hecho, en la figura 5 solo se te
muestran tres opciones de alineamiento, ¿cuántas más crees que hay para el caso de 3 cromosomas?
Figura 5. Tres opciones posibles de alineamiento durante la meiosis I para un individuo diploide con 3 cromosomas; cada
alineamiento resulta en dos “tipos” distintos de gametos posible (distintos en cuanto a la versión específica que acarrean de cada
cromosoma).
La segregación independiente de cromosomas es lo que causa que los caracteres con genes ubicados
en distintos cromosomas se hereden de manera independiente uno del otro, que fue lo que Mendel observó en
sus experimentos (e.g., el color y la forma de sus arvejas). Por el contrario, cuando los genes se encuentran
en el mismo cromosoma, se dice que están ligados (hay ligamiento genético), y estos se heredan en
conjunto, ya que no hay manera de separarlos durante la meiosis (bueno, ¡hay una excepción!, y la verás en
el siguiente párrafo).
El hecho de que los cromosomas homólogos se “apareen” en la meiosis I, también genera otra
especialidad para este tipo de división celular, y es que estos cromosomas homólogos ¡pueden
entrecruzarse! intercambiando así información genética. (Figura 6). De hecho, esta es la única manera en
que el ligamiento genético puede romperse. Siempre son los mismos genes los que van a continuar ligados,
ya que sus loci no cambian. Lo que se rompe son las combinaciones particulares de alelos que existen en el
cromosoma. Al lugar específico donde ocurre el entrecruzamiento se le llama quiasma. Hasta donde
sabemos, este es un proceso totalmente azaroso (o al menos impredecible), y cada par de cromosomas
homólogos puede entrecruzarse ninguna, una, o más veces. Esto incrementa aún más la diversidad de los
gametos producidos durante la meiosis: no solo se están generando nuevas combinaciones de cromosomas
(mediante la segregación independiente), sino que algunos de estos cromosomas representan combinaciones
de genes ¡totalmente nuevas! (mediante el entrecruzamiento).
Hay evidencia que indica que los cromosomas maternos se entrecruzan mucho más veces en algunas
especies; las razones permanecen desconocidas.
Herencia
Los individuos que se generan mediante la reproducción sexual, son distintos en apariencia (y genéticamente)
a sus progenitores; sin embargo, tendrán muchos rasgos o características similares que habrán heredado de
ellos. Hablamos de herencia, cuando pensamos en cómo se transmiten estos rasgos de una generación a otra.
Inicialmente, se consideraba que la herencia ocurría simplemente como una “fusión” de las características de
ambos progenitores. Si vivieras en otro siglo, esta idea quizás te sonaría lógica por un momento, aunque esto
implicaría que, eventualmente, ¡todos los individuos de una especie serhan idénticos entre sí!, cosa que no se
observa en la naturaleza. Además, ahora sabemos que la mitad de los rasgos de un progenitor “se pierden” al
producir sus gametos mediante el proceso de meiosis, ya que estos contienen únicamente la mitad de su
material genético.
Gran parte del conocimiento de la herencia deriva de los experimentos de Gregor Mendel (1822–
1884) con variedades de arvejas (Pisum sativum, Fabaceae). Fue gracias a éstos que se llegó a la conclusión
de que los rasgos hereditarios suelen transmitirse de una generación a otra en forma de “unidades separadas”,
y siguiendo ciertas leyes probabilísticas. Sin embargo, pese a que sus experimentos apoyaron su hipótesis de
herencia, la entidad de estas “unidades separadas”, así como la explicación detrás de las leyes probabilísticas,
permanecieron desconocidas hasta principios del siglo XX. Fue en ese momento que los avances en la
microscopía permitieron observar por primera vez los procesos celulares de mitosis y meiosis, y dilucidar su
relación con la reproducción del organismo y la herencia. Dichas observaciones permitieron además
identificar los cromosomas, las cuales resultaron ser la base de las “unidades separadas de herencia”
imaginadas años atrás por Mendel (¡el mecanismo detrás de su hipótesis!).
Nota: por convención, suele usarse la misma letra para ambos alelos a pesar de que la letra te recuerde sólo
uno de los fenotipos (usualmente el dominante; V te recuerda al fenotipo verde, pero v no te recuerda al
amarillo). En casos donde un alelo no domina sobre otro, éstos se escriben con letras minúsculas,
diferenciándolos mediante números (verás esto en el ejercicio 2).
Imagina que quieres conocer la probabilidad de que se presente cualquiera de estos dos fenotipos en
la descendencia de un padre con el lóbulo libre (heterocigoto), y una madre con el lóbulo adherido (Cuadro
1). El padre quedará representado como Ee, y sus gametos solo cargarán el alelo E o e. La madre, siendo ee,
solo producirá óvulos con el alelo e (Fig. 8). Cada gameto tiene un 50% de probabilidad de fecundar el otro
gameto; por ende, cada cigoto (o casilla) representa una probabilidad de 0.50 x 0.50 = 25% ó ¼ (también
puedes verlo como que el número de casillas siempre tiene que sumar a 100%; como en este caso hay 4, cada
una representa un 25%). Así, en este caso, la probabilidad de tener descendencia que muestre el fenotipo
lóbulo libre es ½ ó 50% (¼ Ee + ¼ Ee). Igual ocurre con la probabilidad de una descendencia con el rasgo
lóbulo adherido (ee).
Cuadro 1. Cruce entre un padre heterocigoto y una madre homocigota recesiva para el gen que determina el fenotipo del lóbulo de
la oreja. Para ayudarte a comprender el cuadro, en este caso escribimos también las probabilidades (p) de los distintos gametos y
genotipos posibles, aunque esto no es necesario. En específico, p representa la probabilidad de que el gameto producido tenga uno
de los dos alelos del individuo progenitor, siendo la probabilidad de cada cigoto la multiplicación de probabilidades de ambos
gametos.
E Ee (¼) Ee (¼)
Padre (lóbulo libre)
p: ½
e ee (¼) ee (¼)
Cuadro 2. Cruce entre un hombre y mujer NO daltónicos, pero donde la mujer es portadora del alelo del daltonismo. Este carácter
está ligado al cromosoma X y es recesivo. Como los alelos responsables del fenotipo se encuentran en el cromosoma X, primero se
especifica de cuál cromosoma estamos hablando (X ó Y), y luego escribimos como superíndice el alelo que está presente (si es que
existe en dicho cromosoma). La p representa la probabilidad de que el gameto producido tenga el alelo en cuestión (así como de
cargar uno de los dos cromosomas sexuales); la probabilidad de cada cigoto se muestra en paréntesis. Para un caracter ligado al Y,
el alelo iría como superíndice sobre esta letra, y la X no llevaría superíndice. Nota: Fíjate cómo para estos casos puedes obtener
dos probabilidades: la de que el cigoto sea hombre o mujer, y la de presentar la condición de interés. En este caso, los cigotos
hombres tienen una probabilidad del 50% de ser daltónicos, y las mujeres del 0%. De igual manera, puedes decir que, como un
todo, hay un 25% de probabilidad de que el cigoto sea daltónico (0.5 de probabilidad de ser hombre, multiplicado por 0.5 de
probabilidad de llevar el alelo del daltonismo).
Hombre NO daltónico
p: ½ p: ½
D
X Y
Mujer NO daltónica
p: ½
Figura 9. Árbol genealógico de tres generaciones mostrando la simbología convencional. Los individuos de cada generación se
muestran con números ordinales.
1 2 3 4
II
1 2 3 4 5 6 7 8 9
III
1 2 3 4 5
III. Procedimiento
Durante la sesión de laboratorio realizarás 4 ejercicios que te permitirán entender mejor las leyes básicas de
genética mendeliana y su relación con el proceso de meiosis.
Ejercicio 1
División celular
Contrastando mitosis y meiosis
El profesor te entregará un juego de cromosomas con los que simularás los procesos de mitosis y meiosis.
Estos pertenecen a un organismo 2n, donde n = 2. Distinguiremos estos 2 cromosomas con base a su tamaño
(uno grande y otro chico), y su origen (e.g., tonalidades de azul vendrán del padre y tonalidades de rojo de la
madre). Sin utilizar material externo, deberás completar los enunciados que aparecen en tu reporte de
laboratorio. Antes de pasar a la siguiente sección, deberás asegurarte con tu instructor que hiciste el ejercicio
correctamente.
Ejercicio 2
Segregación independiente de caracteres
En este ejercicio, ligarás el proceso de meiosis con leyes básicas de la genética mendeliana, en específico la
segregación independiente de caracteres. Para esto, utilizarás el mismo juego de cromosomas que en el
ejercicio anterior), pero ahora, agregarás un gen a cada uno de estos cromosomas. Así, el cromosoma grande
tendrá el gen a, y el cromosoma pequeño el gen m. Para ambos genes, ningún alelo domina sobre otros; por
ende, utilizarás los números 1 y 2 para identificar sus alelos (por lo mismo no utilizarás mayúsculas). De esta
manera, tendrás alelos a1 y a2 para el primer gen, y m1 y m2 para el segundo. Seguirás los pasos que se te
darán en el reporte, contestado los enunciados pertinentes.
Ejercicio 3
Ligamiento genético
En este ejercicio, verás el caso del ligamiento genético, es decir, cuando los caracteres no se segregan de
manera independiente. Para esto, utilizarás el mismo juego de cromosomas y genes del ejercicio anterior,
con la diferencia de que, en este caso, ambos genes (a y m) se encontrarán en el cromosoma grande. Seguirás
los pasos que se te darán en el reporte, contestado los enunciados pertinentes.
Ejercicio 4
Genealogías
Durante este ejercicio, integrarás lo que has aprendido sobre la herencia, poniéndolo en práctica en un
estudio de caso. El caso consistirá de una genealogía que muestra la expresión de un carácter (e.g.,
enfermedad o condición) a lo largo de los miembros de una familia. Valiéndote sólo de tus conocimientos y
cuadros de Punnett, deberás descifrar el patrón de herencia más probable para ese caracter (i.e., herencia
autosómica o ligada al sexo; caracter dominante o recesivo).