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UNIVERSIDAD DE COLIMA
TERMINOLOGÍA GENERAL
Las neoplasias son una preocupación importante para los veterinarios, los dedicados al diagnóstico e
investigadores. El diagnóstico y tratamiento de neoplasias en animales cada vez adquiere mayor relevancia
en la práctica clínica, principalmente de pequeñas especies. En los animales de granja, las neoplasias
causadas por agentes infecciosos o ambientales pueden tener un gran impacto en la salud y provocar
pérdidas económicas debido al deshecho de cadáveres u órganos. Además, las neoplasias en modelos
animales proporcionan información importante sobre su causa y el tratamiento en los seres humanos.
La palabra Neoplasia significa "nuevo crecimiento" y este nuevo crecimiento es un proceso en el cual las
células normales sufren cambios genéticos irreversibles, generando en ellas autonomía parcial e
insensibilidad en los controles ordinarios sobre su crecimiento, ejercidos comúnmente desde el interior de
la misma célula o por las células normales vecinas. Con la proliferación continua, las células neoplásicas
se expanden más allá de sus límites anatómicos normales, creando un “nuevo crecimiento” tisular
detectable macroscópica o microscópicamente. Otro término común utilizado en el argot médico es la
palabra Tumor, que significa tejido aumentado de volumen. Originalmente, este término se utilizaba para
referirse al aumento de volumen de un tejido derivado del proceso de inflamación (signo cardinal de
inflamación); sin embargo, en la actualidad se emplea coloquialmente como sinónimo de neoplasia.
Tomando en cuenta que un tumor puede ser el aumento de volumen tisular derivado de un proceso
inflamatorio (signo cardinal de inflamación), neoplásico o incluso hiperplásico, para mi gusto personal la
palabra NEOPLASIA es la más apropiada. La palabra Cáncer (griego karkínos, que significa cangrejo), se
emplea medicamente para designar a todas las neoplasias malignas; sin embargo, dentro de la población
“no médica”, se utiliza coloquialmente como sinónimo de neoplasia (sin saber si dicha neoplasia es
biológicamente benigna o maligna). En la actualidad la oncología (del griego oncos = tumor) es una rama
de la medicina, que se encarga del estudio de los tumores de origen neoplásico. Al proceso de
transformación mediante el cual una célula normal se transforma en una célula neoplásica se le denomina
carcinogénesis u oncogénesis.
NOMENCLATURA
El nombre y clasificación que recibe una neoplasia debe indicar su origen celular (histogénesis) y su
comportamiento biológico (benigno o maligno). Para poder entender la nomenclatura de las neoplasias
es importante señalar que, a pesar de las diferentes estructuras y propiedades fisiológicas, todos los
órganos o sistemas que conforman a un animal o ser humano, están compuestos por solo cuatro tejidos
básicos (diferenciados), que son: tejido epitelial, tejido conjuntivo, tejido muscular y tejido nervioso;
que, a su vez, derivan de tres capas germinativas embriológicas, llamadas: ectodermo, mesodermo y
endodermo. Tanto el ectodermo como el endodermo originan al tejido epitelial superficial e interno,
respectivamente. Una variante del ectodermo, llamado neuroectodermo, da origen al tejido nervioso,
mientras que el mesodermo, es el responsable del desarrollo del tejido conjuntivo y tejido muscular.
Tomando en cuenta esta clasificación de los tejidos básicos y su origen embriológico, se lleva a cabo la
clasificación genérica de las neoplasias. El término adenoma, carcinoma o adenocarcinoma son
utilizados en las neoplasias derivadas del tejido epitelial (neoplasias epiteliales) y generalmente se
emplean como prefijos acompañados sufijamente por el tipo de célula epitelial u órgano con
componente epitelial. Ejemplos de esta nomenclatura son: adenoma sebáceo o adenocarcinoma
sebáceo; adenoma tiroideo o carcinoma tiroideo. El prefijo adenoma denota que la neoplasia epitelial
es de comportamiento biológico benigno, mientras que el prefijo carcinoma o adenocarcinoma indica
que la neoplasia epitelial es maligna, ya sea del tejido epitelial de revestimiento o glandular,
respectivamente. Como se mencionó previamente, el mesodermo da origen a dos de los tejidos básicos
que son el tejido conjuntivo y tejido muscular, el mesodermo suele denominarse también mesénquima,
por lo que las neoplasias derivadas de estos tejidos son llamadas genéricamente neoplasias
mesenquimales. En la mayoría de los casos la nomenclatura para designar las neoplasias mesenquimales
denota en primer lugar la célula o tejido de origen, acompañadas con el sufijo “oma” (neoplasia
benigna mesenquimal) o “sarcoma” (neoplasia maligna mesenquimal). Ejemplos de esta nomenclatura
son: fibroma o fibrosarcoma (neoplasia benigna y maligna de fibroblastos), leiomioma o leiomiosarcoma
(neoplasia benigna y maligna de músculo liso)
Con los avances científicos la clasificación y nomenclatura de las neoplasias ha cambiado a través de los
años y en algunos casos son incongruentes. En otros casos los nombres de las neoplasias reciben nombres
semi-descriptivos cuando no se conoce con exactitud su histogénesis y se han mantenido por costumbre
debido a su uso durante mucho tiempo. Es importante mencionar que la nomenclatura de las neoplasias
en medicina humana suele diferir en muchos casos de la referida en medicina veterinaria, ya que la
tecnología y estudios mayormente avanzados en la primera, ha permitido que dicha nomenclatura sea
mucho más amplia y variada.
CAMBIOS PRENEOPLÁSICOS.
Con el reconocimiento de que el desarrollo del neoplásico es un proceso gradual, los cambios
potencialmente preneoplásicos, que incluyen hiperplasia, hipertrofia, metaplasia y displasia, han
adquirido una nueva importancia diagnóstica y clínica. Estos cambios preneoplásicos a menudo
indican un mayor riesgo o probabilidad de progresión a neoplasia en el tejido afectado, sin embargo,
no necesariamente una célula o tejido debe de pasar por algunos de los cambios mencionados para su
transformación neoplásica.
Figura 1. Cambios preneoplásicos. La hipertrofia es el aumento en el tamaño celular, mientras que hiperplasia
se define como el aumento en el número de células. La metaplasia es la transformación de un tipo celular diferenciado
en otro tipo celular, pero de la misma estirpe. La displasia es un patrón anormal de crecimiento de tejido y
generalmente se refiere a la disposición desordenada de las células dentro del tejido.
La proliferación celular normal está controlada en gran medida por señales solubles o dependientes del
contacto del microambiente que estimulan o inhiben la división celular. Un exceso de estimuladores o una
deficiencia de inhibidores conduce al crecimiento neto de las células o a la división celular descontrolada,
dando como resultado las neoplasias. En la mayoría de los casos, estos cambios en la actividad se deben
a mutaciones en los genes que codifican las proteínas reguladoras del ciclo celular (protooncogenes,
genes supresores de tumores y oncogenes) y debido a que las células neoplásicas no sufren una
detención del ciclo celular después del daño en el DNA estas alteraciones genéticas se acumulan de
manera escalonada en cada célula nueva. Los protooncogenes son genes celulares normales cuyos
productos promueven la proliferación celular. Los oncogenes son versiones mutadas o sobreexpresadas
de protooncogenes que funcionan de manera autónoma, habiendo perdido la dependencia de las señales
normales de promoción del crecimiento. Los genes supresores de tumores juegan un papel importante
en la regulación del ciclo celular y sirven para frenar la proliferación celular en caso de daño al genoma
celular.
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Figura 3. Esquema de la función de los protooncogenes, genes supresores de tumores y oncogenes. Evento 1:
cuando la célula recibe el estímulo, los protooncogenes promueven que haya una adecuada proliferación celular.
Evento 2: cuando la célula entra en la división celular, si existiera alguna mutación genética, los genes supresores
de tumores activan mecanismos celulares que promueven la reparación celular o en la activación de mecanismos
para la apoptosis de la célula dañada. Evento 3 y 4; hacen referencia a la mutación ya sea del protooncogén o de los
genes supresores de tumores. Para el caso del protooncogén dicha mutación o la sobreexpresión de estos, dará
origen a los llamados oncogenes. Dichas mutaciones, favorecen a que la célula dañada siga su ciclo divisorio, dando
origen a células mutadas, también llamadas células neoplásicas. Estas células mutadas, entran nuevamente a su
ciclo de división celular y generará mayor número de células mutadas.
Figura 4. En este esquema se muestran los pasos de la carcinogénesis. La iniciación es una alteración irreversible
del material genético. La promoción se refiere al crecimiento selectivo de las células iniciadas para formar una
neoplasia benigna y la progresión es el desarrollo gradual de las características de malignidad.
AGENTES CARCINOGÉNICOS.
Si bien existe alta predisposición hereditaria para el desarrollo neoplásico, también es importante recalcar
que existen múltiples agentes no hereditarios que pueden generar daño al genoma y conllevar al desarrollo
neoplásico. Esto agentes que pueden generar el desarrollo neoplásico se les denomina agentes
carcinogénicos y se pueden dividir en tres grupos: 1) carcinógenos químicos, 2) carcinógenos físicos
(radiación) y 3) carcinógenos biológicos.
METÁSTASIS
La metástasis es un proceso en el cual las células neoplásicas se desprenden del grupo celular de origen
y se implantan en un sitio anatómico diferente al sitio donde se originaron, por tal motivo esta es una
característica solo de las neoplasias malignas, pero no todas las neoplasias malignas desarrollan
metástasis.
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Figura 5. Para la generación de metástasis se pueden dar diferentes rutas de diseminación. En la diseminación
hematógena (1), las células neoplásicas alcanzan los vasos sanguíneos, de ahí pueden llegar a otros órganos
(principalmente hígado y pulmón). En la diseminación linfática (2), las células neoplásicas invaden los vasos
linfáticos y comúnmente esas células llegan hasta los linfonodos regionales. No obstante, la misma diseminación
linfática permite también la diseminación hacia otros órganos internos. En la diseminación transcelómica, las
neoplasias primarias se localizan en cavidad abdominal, torácica, pericárdica, y sus células pueden sufrir
desprendimiento e implantarse sobre la superficie del tejido u órgano adyacente.
Referencias.
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