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Reflexiones sobre la responsabilidad social como estrategia

empresarial.

Ponencia Dra. Isabel Vidal Martínez


Presidenta del Centro de Iniciativas de la Economía Social (CIES)

JORNADAS: Responsabilidad Social. Balance Social: instrumento de


gestión para la empresa social.
Madrid, 19 y 20 de junio de 2002
Jornadas: Responsabilidad Social. Balance Social: instrumento de gestión para la empresa social

Nuestro mundo está cambiando a velocidad increíble y estos cambios


rápidos y no predecibles exigen nuevos comportamientos de los actores
económicos.

Estos nuevos comportamientos se concretan en la actualidad en


expresiones tales como “responsabilidad social de la empresa”, “actuar
en partenariado entre el sector público, el sector privado lucrativo y el
sector privado no lucrativo”, “dialogo de los gobiernos y organismos
internacionales con las organizaciones no gubernamentales”. El objetivo
de estas expresiones es equilibrar las fuerzas de la globalización y el
mercado económico. Ahora bien, el discurso teórico es insuficiente si no
se gestiona una implementación eficiente.

El objetivo es conseguir un desarrollo sostenible en las dimensiones


medio ambiental, social y económica. En el ámbito institucional de la
Unión Europea un primer paso de reconocimiento de este objetivo es el
Informe del Libro Verde sobre Desarrollo Sostenible que apareció en la
red a principios del verano del 2001.

Asimismo, el Gobierno Danés, que es el próximo de asumir la


presidencia de la Unión Europea, ha anunciado la intención de destinar
recursos y energías en divulgar los conceptos de responsabilidad social
corporativa y partenariado entre sector público y sector privado. En este
ámbito, puede ser un nuevo paso la Cumbre a realizar en el mes de
septiembre en Johannesburgo sobre el lema “Acuerdo Global” -
“Global Deal”, auspiciada por la presidencia de la UE en el próximo
semestre.

En el contexto español, en el Boletín Oficial del Congreso de los


Diputados de el día 10 de mayo de 2002, el Grupo Parlamentario
Socialista presenta una proposición de ley que denominada
“Responsabilidad Social de las empresas”.

En resumen, podría considerarse que en el curso de los años noventa


en el ámbito de los países de la UE empieza a desarrollarse un discurso
sobre responsabilidad social de la empresa. Discurso más elaborado en
los ámbitos de los países nórdicos y anglosajones que en el ámbito de
los países que utilizan las lenguas romances, aunque es evidente que el
discurso también empieza a llegar a las latitudes del sur de Europa.

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Esta línea de pensamiento plantea que Europa y la Unión Europea


están en condiciones de realizar un paso hacia la implementación de la
responsabilidad social corporativa y el partenariado entre el sector
público y el sector privado, lucrativo y no lucrativo. Se piensa que la
responsabilidad social de la empresa no es sólo beneficiosa para la
sociedad en su globalidad, sino también para la empresa en su estrategia
de éxito empresarial a largo plazo y para sus accionistas.

Un agente clave de este cambio en la estrategia empresarial es el


consumidor. Se asume que el consumidor es cada día más consciente de
cómo y bajo qué circunstancias producen las empresas. Se considera
también que los gobiernos europeos se están dando cuenta de los
beneficios mutuos que supone unir fuerzas y realizar alianzas
estratégicas con los agentes económicos privados que actúan en su país,
su región o su ciudad. En este último planteamiento se cuestiona el
comportamiento tradicional de la división de funciones entre el sector
público y el sector privado. El sector privado debía concentrar toda su
atención en producir beneficios y el sector público en realizar tareas de
distribución, de construcción de un marco institucional que facilite la
seguridad de los agentes económicos y social y , en definitiva garantizar
la cohesión y el equilibrio social. Parece ser que esta división del trabajo
en la actualidad está cuestionada. Al empresario no se le está exigiendo
que pague más impuestos, pero en cambio se le está presionando para
que reduzca las externalidades negativas que algunas de sus actuaciones
provocan.

En este contexto, ¿qué significa responsabilidad social y trabajo en


red con el gobierno y la sociedad civil? Significa desarrollar un nuevo
tipo de liderazgo en los negocios, en los gobiernos y en la sociedad civil
capaz de trabajar en red, entre ellos . ¿En qué temas, principalmente?

Un tema clave en esta sociedad de la información y de la


comunicación son los aspectos que hacen referencia a la formación
continuada y educación. Se requiere utilizar toda la tecnología de la
formación on-line para llevar a cabo el cambio educativo. Se debe
trabajar en red para trasladar la gestión de los recursos humanos desde
el puesto lateral que ocupan hasta el puesto central, tanto desde el punto
de vista de los gobiernos como desde el punto de vista de las empresas.
Se deben aplicar estrategias que impliquen a los grupos minoritarios, a
los grupos especiales no sólo porque las empresas y los gobiernos
necesitan realizar cosas buenas sino porque es una necesidad crear

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corporaciones y sociedades integradoras para ser competitivas e


innovadoras. En resumen, las empresas competitivas no pueden tener
éxito en un entorno yermo.

En el actual nivel de desarrollo incipiente de esta línea de


pensamiento, se propone avanzar a partir de estudio de casos de
excelencia, de buenas prácticas . ¿Qué casos son innovadores?, ¿quiénes
son sus lideres?, qué recursos utilizan? ¿cómo los utilizan?, ¿qué
resultados están obteniendo?. En resumen, actualmente hay muy poca
investigación rigurosa en esta área de los nuevos tipos de partenariado
entre sector público y sector privado y comportamientos de
responsabilidad social corporativa.

Voces críticas

Cuando la UE realizó su Informe sobre Desarrollo Sostenible y creó


un forum de diálogo para recoger todas los comentarios y sugerencias al
informe, las organizaciones de empresarios europeos trasladaron a la
UE la necesidad de mantener la voluntariedad en todas estas nuevas
estrategias empresariales. De tal forma que el Parlamento Europeo en su
Resolución de 5 de marzo de 2002 sobre el Libro Verde de la Comisión
“Fomentar un marco europeo para la responsabilidad social de las
empresas” se limita a recomendar a las empresas por ejemplo la
realización del balance global donde se incorporen los balances
medioambientales, sociales y económicos de la empresa.

Sin embargo, algunas instituciones como la New Economic


Foundation alertan que el mercado por si sólo no crea los incentivos
suficientes para que las empresas opten por desarrollar estrategias
empresariales basadas en la responsabilidad social corporativa. Esta
institución en un articulo de marzo de este año 2002 se pregunta ¿de
cuántos balances sociales se dispone? Parece ser que la voluntariedad de
realizar balances sociales y medioambientales esta fallando. En la
actualidad, las empresas con más éxito empresarial no están realizando
sus balances social y medioambiental. En el supuesto que en sus
memorias faciliten información, ésta es limitada y en el caso de la
responsabilidad social enumeran solamente las actividades de
filantropía.

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Incentivos insuficientes

Los casos de excelencia empresarial y responsabilidad social


corporativa se basan en la premisa que si la empresa gestiona de forma
transparente, garantiza su éxito empresarial. Se supone que el mercado
genera suficiente presión para conocer qué empresa está bien gestionada
y qué empresa no está tan bien gestionada. Es el supuesto bien conocido
de la teoría neoclásica de información perfecta. Sin embargo, la realidad
constata diariamente que ésta no existe. Los consumidores no pueden
realizar esta tarea de vigilante que se les supone.

Otro elemento no incentivador para que las empresas desarrollen


estrategias empresariales de maximización de beneficios a largo plazo
es la fuerte exigencia de los mercado financieros de generar beneficios
en corto plazo. El valor de las acciones en el mercado bursátil juega un
papel clave en el comportamiento empresarial. Estrategias empresariales
a largo plazo, protección de los recursos naturales, proporcionar buena
educación a los diferentes tipos de trabajadores. Estos objetivos no dan
resultados en seis meses o máximo dos años que es el tiempo que la
mayoría de las empresas deben responder a las demandas de capitales.
En resumen se plantea una contradicción entre desarrollo sostenible y
las demandas a corto plazo del mercado de capitales.

Demasiados códigos

La proliferación de códigos en los resultados de los comportamientos


de responsabilidad social corporativa crea confusión. Por ejemplo, la
iniciativa relacionada con el concepto de Balance Global ofrece una
posibilidad potencial de estandarización. Pero se mantiene
absolutamente voluntario y las empresas eligen los indicadores que
quieren comunicar.

Los empresarios comentan que de esta forma hay flexibilidad para


elegir que es lo que ellos quieren comunicar. Sin embargo, puede haber
diferencia entre lo que las empresas quieren comunicar y lo que los
stakeholders (consumidores, sociedad civil y gobiernos) les gustaría
saber:

Además si cada empresa utiliza indicadores diferentes no es posible


un benmark, es decir, comparar el comportamiento de las diferentes
empresas que actúan en una industria concreta o en un mercado

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determinado. La comparación sólo se puede conseguir con unos


indicadores universales para el sector.

Faltan mecanismos de obligatoriedad

Es práctica común en la verificación de los estados ignorar aquella


información que no se incluye en el balance. Obligaciones legales
pueden proveer mayor transparencia.

Obligatoriedad del balance social

La obligación del empresario es hacer dinero (The business of


business is business). Esta famosa frase de Milton Friedman es utilizada
por todos aquellos que se oponen a plantear la obligatoriedad del
balance social. Los que defienden mantener la voluntariedad de los
balances social y medioambiental arguyen que los empresarios los
realizarán si consideran que les puede aportar dinero a su negocio.
Contrariamente son incrementos de costes y pérdida de competitividad
en los mercados.

Conclusiones

Hay un papel importante que los gobiernos deben realizar en este


tema. Hasta ahora les ha costado exigir responsabilidades a las empresas
o aplicar la legislación vigente en el supuesto de una externalidad
negativa. La opción de responsabilidad social corporativa, de
partenariado privado-público son conceptos atractivos pero el gran reto
en el ámbito europeo es cómo un conjunto muy importante de grandes
empresas líderes en los mercados mundiales ponen en práctica estas
estrategias empresariales y realizan el papel de locomotora donde otras
empresas también se incorporen en esta dinámica de entender una nueva
estrategia empresarial que compatibilice éxito empresarial a corto plazo
con desarrollo sostenible.

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Referencias Bibliográficas

Boletín Oficial de las Cortes Generales. Congreso de los Diputados


(2002), Proposición de Ley. Responsabilidad social de las empresas,
Madrid, nº 235-1, 10 de mayo de 2002.

Doane, D.(2002), Market failure: the case for mandatory social and
environmental reporting, New Economic Foundation, marzo

Mayo, E. y Doane, D. (2002), An Ethical Door Policy. How to avoid


the erosion of ethics in Socially Responsible Investment, ed. New
Economic Foundation, abril.

Parlamento Europeo (2002), Proyecto de Informe sobre el Libro Verde


de la Comisión “Fomentar un marco europeo para la responsabilidad
social de las empresas”, 5 de marzo.

Ribalta, A. y Vidal, I. (2000), Balance Social, herramienta de gestión y


mecanismo de comunicación de las empresas, ponencia que se presentó
en la Conferencia Europea sobre Economía Social –Economía Solidaria
que se celebró en Tours (Francia) 323 y 24 de noviembre.

Vidal, I. (1999), “Opcions de mercat compatibles amb l’òptim social”


en AA.VV. (1999), L’acció social de l’empresa, ed. Societat d’Estudis
Econòmics i Gestió 2000, Barcelona.

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