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Hay juristas que son más estrictos en esta materia y a priori ordenan
no utilizar esta venta ya que aparenta ser engañosa, por cuanto que
el jametz permanece en la casa del judío y es muy probable que el
gentil que lo compra no venga a tomar posesión de este, e
inmediatamente después de Pesaj el judío en cuestión volverá a
hacer uso del leudo. Por lo tanto, estos juristas consideran que se
puede recurrir a este procedimiento únicamente en caso de gran
pérdida económica. Sin embargo, cuando el jametz en cuestión es de
poco valor no se lo debe vender para no incurrir en una duda de
trasgresión.
Es bueno que cada judío que vende su jametz lea el poder que firma
para que de ese modo entienda que nombra al Rabinato como
encargado para la venta y que esta es de carácter completo y
efectivo. Sin embargo, aunque la persona no haya leído el poder, si
confía en el rabino su venta es válida, pues si durante Pesaj el gentil
adquiriente va a presentarse en su casa para retirar el jametz y el
rabino que efectuó la venta le habrá de decir que efectivamente debe
entregarlo – lo hará.
05. Final del horario de venta del jametz y el caso del judío de la
diáspora
La venta debe llevarse a cabo antes del horario de entrada en vigor de
las prohibiciones de disfrute del jametz, pues si ya se inició la sexta
hora del día 14 de Nisán, su disfrute pasa a estar prohibido y ya no se
lo puede vender por lo que debe ser destruido. A los efectos de que
la gente pueda sumarse a la venta hasta el último día, se acostumbra
llevarla a cabo el día 14 poco antes de la entrada en vigor de la
prohibición de disfrute del jametz.
06. El status del jametz vendido antes de Pesaj una vez que la fiesta
concluye
La razón por la cual los sabios fueron más estrictos en esta cuestión
obedece a tres motivos: a) Habitualmente el castigo previsto por la
Torá para quien ingiere un alimento prohibido es físico («malkot»
flagelación)[1], mientras que en el caso del jametz en Pesaj el castigo
previsto es “Caret”[2]. b) En el caso de todos los demás alimentos
prohibidos está permitido tenerlos en la casa, mientras que con
respecto al jametz la Torá agregó a la prohibición de la ingestión la de
poseerlo y la de verlo durante toda la festividad de Pesaj. Por ello,
nuestros sabios siguieron la tendencia de la Torá y le agregaron un
grado más de cautela y establecieron que si cae una pizca de jametz
en una comida, queda prohibida su ingestión y la obtención de
beneficio de la misma. c) Todas las otras prohibiciones alimentarias
rigen todo el año y las personas están habituadas a tener precaución
de las mismas mientras que en el caso del jametz, dado que las
personas acostumbran a consumirlo todo el año, se teme que olviden
abstenerse de este en Pesaj, y por ello nuestros sabios fueron más
estrictos con este procurando que se recuerde tener el cuidado
debido.
Esta regla, según la cual cualquier mezcla que contenga, aunque sólo
sea una ínfima porción de jametz queda invalidada entra en vigor a
partir del inicio de la festividad, pero antes de Pesaj el jametz se rige
por la normativa de los demás alimentos prohibidos los cuales quedan
anulados si el componente permitido de la mezcla es sesenta veces
mayor. Si bien la prohibición de ingerir jametz y el deber de cesar el
jametz comienzan al mediodía del día 14 de Nisán, la no anulabilidad
del jametz en una mezcla comienza con la fiesta misma, pues a partir
de ese momento quien ingiere el jametz es pasible de “caret” y
entonces comienza el horario en el cual comienzan a regir las
prohibiciones de poseerlo y que sea visible el que se posee («Bal
Imatzé Ubal Iraé») (Shulján Aruj 447:2).
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02. ¿Es posible preservar una mezcla que contiene algo de jametz?
03. ¿Acaso el jametz que fue anulado antes de Pesaj puede volver a
tornarse activo (“jozer venior”) una vez comenzada la fiesta?
Hay juristas que dicen que debido a este principio conviene hornear
las matzot antes de Pesaj, para que si algo de la masa leudara
durante el amasado se fusione con el resto y se anule en sesenta
antes de que comience la fiesta y luego ya no volverá a tornarse
activo durante esta. Lo mismo ocurre con las matzot que se elaboran
industrialmente, a veces durante el amasado partículas diminutas de
harina pueden quedar atrapadas entre los engranajes de la máquina
permaneciendo un lapso durante el cual pueden fermentar, y luego
vuelven a caer en la masa. Dado que las partículas de harina que
leudaron se fusionan por completo en el resto de la masa, se trata de
una mezcla húmeda en la cual una vez que el jametz se ha anulado en
sesenta antes de Pesaj ya no vuelven a tornarse activas (“jozer
venior”).
Todas estas consideraciones se hacen a posteriori, empero a priori,
las matzot se elaboran con harina sobre la que no pende duda alguna
de leudo y quienes son más estrictos tienen el cuidado de comer
todos los días de Pesaj matzot supervisadas desde el momento de la
siega del trigo (“matzot shemurot mishaat haketzirá”), la cual es
apta incluso para los juristas más estrictos que consideran que el
jametz vuelve a ser activo en una mezcla de dos componentes
húmedos (adelante 12:5,5).
Una regla muy conocida indica que un producto que estropea el sabor
de un alimento no lo torna en prohibido al mezclarse con este. Por
ejemplo, si un trozo de carne no kasher cae adentro de un guisado
kasher, si en este último hay por lo menos sesenta partes más que
del primero, el sabor de la carne no kasher se ve anulado en el del
guisado y por lo tanto se puede comer de este. En caso de no haber
sesenta veces más guiso kasher que carne no kasher el sabor del
trozo que cayó es perceptible y por lo tanto se prohíbe comer del
guisado. Empero, si el sabor de la carne no kasher está estropeado –
»pagúm»- este sólo produce daño al guisado al mezclarse, por lo que
mientras que la parte kasher sea mayoritaria en la mezcla resultante,
esta se podrá ingerir (Shulján Aruj Ioré Deá 103).
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01. Matzá enriquecida – el amasado con jugo de fruta
El jametz prohibido por la Torá es el que está elaborado a base de
harina y agua, pero si la harina fue amasada con «jugos frutales»
(«mei perot»), aunque la masa haya reposado un día entero hasta
que aumentó su volumen no se la considera jametz pues su aspecto
es diferente al del leudo que la Torá prohibió. Entre los líquidos
considerados como «jugos frutales» están el vino, la miel, la leche,
aceite o huevos batidos y todos los jugos exprimidos de las
diferentes frutas, por ejemplo: jugo de manzana o jugo de frutilla.
Dado que los zumos frutales no pueden fermentar, en Pesaj se
permite amasar con estos matzá para luego hornearla y comerla,
pero no se cumple así con el precepto de ingerir panes ácimos en la
primera noche de Pesaj, ya que la Torá denomina a la matzá «pan de
la pobreza» («lejem oni») y a esta matzá se la denomina
«enriquecida» («matzá ashirá») pues posee un sabor adicional a los
de la harina y el agua.
La misma regla que rige sobre la leche se aplica también para la carne
y las aves. Si la carne fue faenada antes de Pesaj no hay problema
alguno aunque el animal se haya alimentado de jametz. Sin embargo,
en este caso cabe temer que en el estómago del animal puedan haber
quedado granos de cebada leudada que no alcanzaron a ser digeridos
y por lo tanto es necesario tirar su contenido. Los juristas debatieron
qué hacer si los animales fueron faenados durante Pesaj y
pertenecen a gentiles que los alimentaron con jametz previo a ser
degollados. Hay quienes adoptaron una actitud más estricta y se
abstienen de consumir su carne y hay quienes lo hacen. En caso de
que los animales pertenezcan a un judío se debe adoptar la actitud
más estricta y no comprar esta carne.
Por otra parte, muchos juristas adoptaron una actitud más estricta
en esta cuestión y consideran que sólo si el jametz se tornó en no
comestible para un perro por haberse estropeado queda anulado
como tal, pero si se trata de jametz que fue anulado adrede para que
luego pueda servir como saborizante de alimentos no se anula y se
trata de jametz para todo menester (Minjat Iehudá 7:27, Or
LeTzión 1:34, Shevet HaLeví 4:47).
Hay juristas que entienden que por ley rabínica beber algo así como
aplicarlo sobre el cuerpo están halájicamente equiparados por lo que,
aunque el jametz en cuestión no sea comestible para un perro, por
cuanto que se puede aplicar sobre el cuerpo preserva aún el carácter
de jametz y no se lo puede utilizar en Pesaj. Por esta razón, estos
juristas indican que en Pesaj es necesario usar únicamente cremas,
jabones y champú aptos para la fiesta.
Una pregunta muy común es qué debe hacer una pareja en la que uno
de los cónyuges proviene de una familia que acostumbra a
abstenerse de ingerir legumbres en Pesaj y el otro de una que
acostumbra a comerlas. Una de las grandes autoridades rabínicas
medievales, Rabí Shimón Ben Tzemaj Durán (Tashbetz 3:179) escribió
que esta es una cuestión sencilla y libre de duda alguna, puesto que
no es posible que una pareja esté sentada junta a la misma mesa
habitualmente y lo que uno puede comer el otro no. Por ello la mujer
debe conducirse según la tradición del marido pues «su mujer es
como si fuera él mismo» («Ishtó kegufó»). Aprendimos que cuando
una hija de Israel se casa con un cohen pasa a ser ella misma
«cohenet» y come de las ofrendas especiales que se le elevaban a los
cohanim en días del Templo, al tiempo que una hija de cohén que se
casa con un israelita pasa a ser «Israel» y ya no puede comer de
estas ofrendas («terumá»). De las leyes sacerdotales aprendemos
también que si el marido falleció y la viuda tiene de este un hijo o
una hija debe mantener las costumbres del difunto marido, y si no
tiene hijos del matrimonio habrá de volver a la tradición de su familia
original (empero en caso de que se trate de un matrimonio en el cual
el marido no proviene de una familia judía se sigue la tradición de la
familia de la mujer pues ella es quien les confiere a los hijos el status
de judeidad y no el padre).
El Rabino Moshé Fainstein (Igrot Moshé Oraj Jaím 1:158) explica que
el status halájico de la mujer se asemeja al de quien se muda a un
sitio en el cual la costumbre es completamente diferente a la que él
trae de su familia y si desea radicarse allí de modo permanente debe
dejar sin efecto sus costumbres y adoptar las de su nuevo lugar de
residencia (según Shulján Aruj Ioré Deá 214:2, Oraj
Jaím 468:4, Mishná Berurá 14). De igual manera, una mujer al casarse
es como si pasase a residir en la casa del marido de modo
permanente por lo que debe seguir las costumbres de este.
Respecto del quinua o quinoa hay juristas que son más estrictos pues
en su aspecto se parece a las legumbres, y hay quienes adoptan una
actitud más flexible por cuanto que no está incluida en la lista
original de alimentos prohibidos pues se comenzó a consumir
solamente en la última generación. Además, sus diminutos granos
son mucho más pequeños que los de cereal por lo que son fácilmente
distinguibles. En la práctica, la opinión central o mayoritaria es la
flexible a condición de que sea bien revisada y quien decida ser más
estricto verá en ello bendición.
Empero, existe una regla que indica que si se suma un mal sabor
(«Notén Ta´am Lifgam») (que empeora el del alimento que se cocina)
no lo torna en prohibido para su ingestión. Por ejemplo: si cayó un
poco de carne no kasher de sabor alterado y se mezcló con carne
kasher, por cuanto el sabor taref (no kasher) está dañado o alterado,
el platillo se podrá comer. Otro tanto ocurre con el sabor que se
impregna en las paredes de la olla: la regla que detentamos indica que
pasadas veinticuatro horas de la cocción, este sabor adherido se
estropea («Pagúm»). Por lo tanto, si se cocina en una olla carne no
kasher y habiendo pasado más de veinticuatro horas se cocina comida
kasher, dado que el sabor adherido a las paredes de la olla es
desagradable no torna el alimento en prohibido (Shulján Aruj Ioré
Deá 103:5).
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04. La diferencia entre la absorción por medio de fuego y en
presencia de líquidos – el caso de la sartén
Si bien se unta la asadera o tortera con aceite para que el pastel
horneado no se adhiera, se considera que la absorción tiene lugar en
ausencia de líquido y para kasherizarlas será necesario recurrir a la
exposición al fuego («libún jamur»), pues únicamente cuando en el
fondo del recipiente hay aceite hirviendo y burbujeante se considera
que la absorción tiene lugar en presencia de líquidos.
1. a) Primer recipiente que se encuentra sobre el fuego (“klí rishón sheal gabei
haesh”): se trata del mayor grado de cocción pues el fuego continúa calentando
el alimento y hace que sus diferentes sabores sean absorbidos uno por el otro y
por las paredes de la olla. Tal como se absorbe así se expele. Para kasherizar este
recipiente es necesario introducirlo completamente en otro lleno de agua
hirviendo y que se encuentra sobre el fuego. Es importante destacar que aunque
en el momento de la absorción del sabor prohibido o el jametz el agua no hervía,
a la hora de kasherizar es indispensable que esta hierva, pues el principio de que
tal como se absorbe así se expele se refiere únicamente a la forma de la
absorción, esto es, en primer o segundo recipiente. Desde el momento en que se
trata de un primer recipiente que está sobre el fuego, la kasherización debe
efectuarse por medio de inmersión en agua hirviendo que es la forma común de
uso en esta circunstancia.
2. b) Primer recipiente que no está puesto sobre el fuego: se trata de un
recipiente que se calentó sobre el fuego y luego fue retirado o la lumbre fue
apagada. Este recipiente tiene poco poder de cocción, pues si se le coloca algún
tipo de alimento en su interior este se cocerá levemente ya que retiene en su
interior todavía calor del fuego, empero éste mengua paulatinamente y por ende
disminuye su poder de cocción.
Según la opinión del Shulján Aruj (Oraj Jaím 451:6), si un utensilio fue
usado unas veces como primer recipiente y otras como segundo, la
kasherización debe efectuarse de acuerdo con su uso mayoritario. Si
en la mayoría de las oportunidades fue usado como segundo
recipiente, como tal debe ser kasherizado. Asimismo, si algunas
veces el utensilio fue expuesto al fuego en ausencia de líquidos y la
mayoría de las veces se usó como primer recipiente, puede ser
kasherizado en un primer recipiente. De igual forma, si el utensilio
fue usado algunas veces como primer recipiente y mayoritariamente
se usó en frío, su kasherización será en frío. Según Ramá la
kasherización se efectúa acorde al uso más intenso («Tashmishó ha-
Jamur») y no al más habitual.