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2. Las doce Vértebras siguientes, a nivel del pecho, se llaman las vértebras TORÁXICAS. La
primera de ellas es la T1. Es la vértebra donde se aloja la primera costilla. Las lesiones en la región
toráxica generalmente afectan el pecho y las piernas, resultando una paraplejia.
Cuando la lesión es entre T1 y T8, normalmente hay control de brazos y manos, pero un mal control
del tronco, como resultado de la carencia o deficiencia de control de los músculos abdominales. Las
lesiones toráxicas más bajas (T9 a T12) permiten un buen control de tronco y de músculos
abdominales y el balance sentado es muy bueno.
T1 T6 T12
Las lesiones lumbares y sacras producen disminución del control de los flexores de cadera y
piernas.
L4
4. Las cinco que les siguen hasta el final de la columna vertebral son las SACRAS, S1 a S5. Las
lesiones lumbares y sacras, normalmente producen algunas pérdidas de funciones en las caderas y
las piernas.
Conocer el nivel de la lesión es extremadamente útil al diagnosticar qué partes del cuerpo fueron
afectadas por la parálisis y qué pérdida de funciones se presentaron. Es importante saber que en
las lesiones INCOMPLETAS existen muchas variaciones en el pronóstico.
Los efectos de la lesión medular dependen del tipo de lesión y del nivel en que este ocurra. Es
importante saber que para cada persona, así haya sufrido la lesión al mismo nivel que otra, los
síntomas son diferentes. Las lesiones medulares se dividen en dos tipos: COMPLETAS E
INCOMPLETAS.
Una lesión medular COMPLETA se presenta cuando no hay funciones debajo del nivel de la lesión
y no hay sensibilidad ni movimientos voluntarios. Los dos lados del cuerpo están afectados de igual
forma.
Una lesión INCOMPLETA es cuando prevalece algo de funciones debajo del nivel primario de la
lesión. Una persona con una lesión INCOMPLETA puede ser capaz de mover más un miembro que
el otro; puede sentir partes del cuerpo que no puede mover, o puede tener más funciones en un
lado del cuerpo que en el otro.
Estas se diagnostican según una tabla de al Asociación Americana de Lesión Medular, (ASIA por
sus siglas en Ingles), y se clasifican asi:
Nivel neurológico: es el último nivel sano tanto sensitivo como motor, por abajo de éste nivel se
encuentran alteraciones aunque sea mínima.
Lesión Medular Completa A: No hay preservación sensitiva ni motora por debajo del nivel de
lesión y se abarcan segmentos sacros, es decir, no existe tampoco sensibilidad ni control para
misionar ni defecar.
Lesión Medular Incompleta B: Hay preservación de la sensibilidad pero no motor por debajo del
nivel neurológico abarcando segmentos sacros, es decir existe sensibilidad para defecar y misionar,
pero no control voluntario.
Lesión Medular Incompleta C: Hay preservación de la sensibilidad y la fuerza por debajo del nivel
de lesión pero los músculos, se encuentran débiles y se consideran no funcionales.
Lesión Medular Incompleta D: Los músculos por debajo del nivel neurológico son funcionales un
75% de ellos.
Además de la pérdida de sensibilidad y movimiento, las personas con lesión medular también
experimentan otros cambios. Por ejemplo, pueden presentar mal funcionamiento de la vejiga y los
intestinos. Las funciones sexuales frecuentemente también se ven afectadas y, en el caso de la
eyaculación, el hombre normalmente se ve disminuido en sus capacidades normales. Esto conlleva
problemas en fertilización, caso contrario a la mayoría de las mujeres. Sin embargo, siempre existe
la posibilidad de inseminación artificial y fertilización in vitro, entre otras opciones.
Otros efectos de la lesión medular pueden ser la baja de presión sanguínea, la imposibilidad de
regular la presión sanguínea de forma efectiva, el mal control de la temperatura del cuerpo, la falta
de sudoración por debajo del nivel de la lesión y el dolor crónico.
ESCLEROSIS
Sólo puede ser diagnosticada con fiabilidad mediante una autopsia post-mortem o una
biopsia, aunque existen criterios no invasivos para diagnosticarla con aceptable certeza. Los
últimos internacionalmente admitidos son los criterios de McDonald.1
Por el momento se considera que no tiene cura aunque existe medicación eficaz y la
investigación sobre sus causas es un campo activo de investigación. Las causas exactas son
desconocidas. Puede presentar una serie de síntomas que aparecen en brotes o que
progresan lentamente a lo largo del tiempo. Se cree que en su génesis actúan mecanismos
autoinmunes.
A causa de sus efectos sobre el sistema nervioso central, puede tener como consecuencia
una movilidad reducida e invalidez en los casos más severos. Quince años tras la aparición
de los primeros síntomas, si no es tratada, al menos 50% de los pacientes conservan un
elevado grado de movilidad. Menos del 10% de los enfermos mueren a causa de las
consecuencias de la esclerosis múltiple o de sus complicaciones.
Es, tras la epilepsia, la enfermedad neurológica más frecuente entre los adultos jóvenes
(desde la casi completa erradicación de la poliomielitis) y la causa más frecuente de
parálisis en los países occidentales. Afecta aproximadamente a 1 de cada 1000 personas, en
particular a las mujeres. Se presenta cuando los pacientes tienen entre 20 y 40 años.
Como resultado, las neuronas del cerebro pierden parcial o totalmente su capacidad de
transmisión, causando los síntomas típicos de adormecimiento, cosquilleo, espasmos,
parálisis, fatiga y alteraciones en la vista.
Tratamiento
No existe cura para la esclerosis múltiple. Sin embargo se han encontrado varios
medicamentos que son eficaces en su tratamiento, frenando el desarrollo de la enfermedad
y combatiendo los síntomas.
La EM progresiva primaria es muy difícil de tratar. Los corticoesteroides a altas dosis cada
tres meses pueden tener algún efecto. En principio no existe un tratamiento preventivo
efectivo para la
Es una afección, algunas veces considerada como grupo de trastornos, que puede involucrar
el cerebro y funciones neurológicas como el movimiento, el aprendizaje, la audición, la
visión y el pensamiento.
Hay algunos tipos diferentes de parálisis cerebral, incluyendo espástica, discinética, atáxica,
hipotónica y mixta.
Causas
La parálisis cerebral es causada por lesiones o anomalías del cerebro. La mayoría de estos
problemas ocurre a medida que el bebé crece en el útero, pero se pueden presentar en
cualquier momento durante los primeros dos años de
vida, mientras el cerebro del bebé aún se está
desarrollando.
Sangrado en el cerebro
Infecciones cerebrales (encefalitis, meningitis, infecciones por herpes simple)
Traumatismo craneal
Infecciones en la madre durante el embarazo (rubéola)
Ictericia severa
Síntomas
Los síntomas de parálisis cerebral pueden ser muy diferentes entre personas con este grupo
de trastornos. Los síntomas pueden:
MAL DE PARKINSON
El mal de Parkinson se desarrolla con mayor frecuencia después de los 50 años de edad y es
uno de los trastornos neurológicos más comunes en los ancianos. En ocasiones, se presenta
en adultos más jóvenes y afecta tanto a hombres como a mujeres.
En algunos casos, la enfermedad es hereditaria. Cuando una persona joven resulta afectada,
generalmente se debe a una forma de la enfermedad que es hereditaria.
Las neuronas utilizan un químico cerebral, llamado dopamina, para ayudar a controlar el
movimiento muscular. El mal de Parkinson ocurre cuando las neuronas del cerebro que
producen la dopamina se destruyen lentamente. Sin la dopamina, las neuronas en esa parte
del cerebro no pueden enviar mensajes apropiadamente, llevando a la pérdida de la función
muscular. El daño empeora con el tiempo. Se desconoce la razón exacta por la cual las
neuronas se desgastan.
Síntomas
El trastorno puede afectar uno o ambos lados del cuerpo. La magnitud de la pérdida
funcional puede variar.
Los síntomas pueden ser leves al principio. Por ejemplo, el paciente puede tener un temblor
leve o una ligera sensación de que una pierna o pie está rígido y se arrastra.
Los síntomas abarcan:
Otros síntomas:
DISTONIA MUSCULAR
Es un síndrome que consiste en contracciones musculares sostenidas en el tiempo. La mayoría de
las veces causa torsiones, movimientos repetitivos y/o posturas anómalas. Además, presenta tics
regulares o irregulares y afecta a una o varias partes del cuerpo. Estos desórdenes musculares no
afectan las otras funciones del cerebro, como la personalidad, la memoria, las emociones, los
sentidos, la capacidad intelectual y la actividad sexual se mantiene absolutamente normal. Existen
diversas clasificaciones de la distonía, las cuales dependen según donde estén ubicadas en el
cuerpo: Distonía primaria o idiopática; distonía secundaria; distonía generalizada; distonía focal;
hemidistonía y distonía segmental Distonía sintomática o secundaria:
Causas exógenas: la más frecuente es la parálisis cerebral infantil.
Degenerativas: enfermedad de Wilson (anomalías en el metabolismo del cobre),
enfermedad de Parkinson, etc.
Psicógenas.
Síntomas
De acuerdo con el Instituto Nacional de Enfermedades Neurológicas y Apoplejía de
Estados Unidos, los síntomas iniciales pueden incluir un deterioro de la escritura
después de escribir varias líneas ("calambre del escritor"), calambres en el pie y una
tendencia a levantar o arrastrar un pie después de correr o de caminar una cierta
distancia. El cuello puede girar o moverse involuntariamente, sobre todo cuando se
está cansado.
Otros síntomas posibles son los temblores y dificultades en la voz o en el habla. Es
posible que los síntomas iniciales sean muy leves y se perciban solamente después
de un esfuerzo prolongado, tensión o fatiga. Con el tiempo, los síntomas pueden
llegar a ser más notorios y extensos e incluso continuos. Sin
embargo, hay casos en los que existe poca o ninguna
progresión.
Secundarias y focales
Por su mayor frecuencia vamos a detenernos especialmente
en las distonías secundarias y en las focales. Las primeras
deben su nombre a que precisamente son "secundarias" a
daños en pequeñas áreas del cerebro. Según la Asociación
de Lucha contra la Distonía en España (ALDE), pueden
estar causadas por falta de oxígeno, antes, durante o
inmediatamente después del nacimiento (parálisis cerebral),
por lesiones en el cerebro, particularmente en la infancia, o
por pequeños golpes. Puede también ser secundaria a pequeñas áreas dañadas
relacionadas con afecciones como la esclerosis múltiple, encefalitis, o secundarias a
un gran número de enfermedades que afectan al sistema nervioso, incluyendo la
enfermedad de Wilson.
Las distonías focales son las más frecuentes y se manifiestan en forma de
blefaroespasmo, "calambre del escritor", tortícolis
espasmódica, distonía orofacial-bucal y distonía
laríngea. En el caso del "calambre del escritor", se
produce una contracción de los músculos de la
mano y brazo únicamente durante el acto de la
escritura. La mano puede contraerse tan fuertemente
que no puede moverse, pero en cuanto se deja de
escribir se relaja. Bajo esta denominación se
incluyen las distonías sufridas por músicos que
tocan determinados instrumentos (piano, por
ejemplo).