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ISAE UNIVERSIDAD

CURSO DERECHO ECOLÓGICO Y AMBIENTAL

UNIDAD DIDÁCTICA No. 2 (Segunda Semana).

Ley 41 de 1 de julio de 19989, General del Ambiente de la República de Panamá

Política Nacional de ambiente

Evaluación de Impacto ambiental

Información ambiental

Educación Ambiental

Título IV- Los Recursos Naturales

Áreas protegidas y diversidad biológica

Patrimonio forestal del Estado

Recursos hídricos

LEY 41 DE 1 DE JULIO DE 1998, GENERAL DE AMBIENTE DE LA REPÙBLICA DE PANAMÀ.

Por medio de la presente Ley, sancionada el 1 de julio de 1998 y publicada en Gaceta Oficial No.
23.578 de 3 de julio de 1998, se establecen los principios y normas básicas para la protección,
(conservación y recuperación del ambiente, promoviendo el uso sostenible de los recursos
naturales. Además, se ordena la gestión ambiental y la integra a los objetivos sociales y
económicos, a efecto de lograr el desarrollo humano sostenible en el país.

De igual forma, la Ley General del Ambiente crea un marco general sobre información y
participación en asuntos ambientales, y la responsabilidad por daño ambiental.

Como su nombre lo señala es la ley que regula, todo lo concerniente al ambiente y abarca todos
los temas ambientales llámense estos aire, suelo, agua, vida silvestre, etc., la aplicación de esta ley
se da cuando se comete algún acto que esté en contra a lo que establece la misma y la autoridad
competente para hacerla cumplir es la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM).

En su artículo 1, establece que la administración del ambiente es una obligación del Estado; por lo
que se establecen en la misma, los principios y normas básicas para la protección, observación y
recuperación del ambiente, promoviendo el uso sostenible de los recursos naturales; igualmente
ordena la gestión ambiental y la integra a los objetivos sociales y económicos a efecto de lograr el
desarrollo humano sostenible en el país.

La Protección Ambiental en Panamá se ha basado en normativas dispersas, además de existir una


debilidad de las instituciones y a la escasez de recursos humanos y financieros. Estas limitaciones
no han posibilitado una adecuada aplicación de las políticas ambientales existentes a fin de
resolver los problemas básicos del país asociados a los sistemas ecológicos. Como respuesta a la
necesidad de organizar y consolidar una política ambiental y un sistema de gestión eficaz para
enfrentar los problemas ambientales del país, el 1 de julio de 1998 el Estado promulgó la Ley
General de Ambiente.

Con la nueva ley, la ANAM asume todas las responsabilidades y funciones que tenía hasta ese
momento el Instituto Nacional de Recursos Naturales Renovables (INRENARE), el cual desaparece
al surgir la nueva Institución.

La Autoridad Nacional del Ambiente, responde a la obligación del Estado de velar por la
conservación del ambiente panameño y que no sólo se encuentra establecido expresamente en la
Ley No. 41 de 1 de julio de 1998, sino que nuestra Carta Magna también lo establece, en Capítulo
8, denominado Régimen Ecológico, que el Estado panameño tiene la obligación de conservar y
proteger el ambiente como patrimonio de todos los panameños.

El Estado no sólo tiene la obligación de salvaguardar el ambiente, sino también de administrar de


manera coherente los recursos naturales renovables y no renovables.

La ANAM da prioridad el proceso de reglamentación y regulación focalizando su esfuerzo en los


instrumentos de gestión ambiental más sensibles para el cumplimiento de la política ambiental,
privilegiando las áreas en que existe un mayor avance, o que son de relevancia estratégica para el
desarrollo armónico de la gestión ambiental:

En este sentido, ha identificado tres áreas para iniciar el proceso de reglamentación:

a) El proceso de Evaluación de Impacto Ambiental

b) El procedimiento para dictar normas de calidad ambiental y límites máximos permisibles;

c) Los mecanismos formales de participación ciudadana.

La responsabilidad ambiental es el ente jurídico garante para salvaguardar el ambiente, la cual se


extiende a toda la masa humana, así lo señala el artículo 101, de la Ley No.41 de 1 de julio de
1998, que establece: “Toda persona natural o jurídica está en la obligación de prevenir el daño y
controlar la contaminación ambiental”. Toda vez que la contaminación sobrepase los límites
permisibles, violentando las leyes vigentes, los infractores tendrán que responder penal,
administrativa o civilmente, según sea el caso.

No se exime de responsabilidad a aquél que deteriore el ambiente o a la salud humana por la


utilización de un recurso o por el desarrollo de una labor, es necesario que toda persona busque
su sustento porque tiene derecho al mismo; sin embargo, ese derecho encuentra su límite, cuando
comienza el derecho ajeno: derecho a poseer una salud óptima y a vivir en un ambiente sano.

La responsabilidad ambiental objetiva se define la Ley No. 41 de 1 de julio de 1998, en su artículo 2


como: “Obligación del que cause daño o contamine, directa o indirectamente, a las personas, al
ambiente, o a las cosas, de resarcir el daño al entorno o a los ecosistemas”. Además, la misma es
plasmada en el artículo 109, de la misma Ley, cuando se explica que “Cualquier persona natural o
jurídica que perjudique las condiciones normales de la salud humana y el ambiente afectando los
procesos ecológicos esenciales o la calidad de vida de la población, tendrá que afrontar daños y
sus efectos causados por su actuación”.

a. Política Nacional del Ambiente.

La Ley 41 establece en su artículo 3, la Política Nacional del Ambiente, que tiene como finalidad
crear medidas, estrategias, y acciones por parte del Estado, dirigidas al sector público y privado,
agentes económicos y población en general,

Son principios y lineamientos de la Política Nacional de Ambiente:

Dar prioridad a los mecanismos e instrumentos para la prevención de la contaminación y la


restauración ambiental, en la gestión pública y privada de ambiente, divulgando información
oportuna para promover el cambio de actitud Ministerio de Ambiente deberá mantener en su
página web toda la información relacionada con las Guías de Buenas Prácticas Ambientales
sometidas al procedimiento de consulta.

De finir las acciones gubernamentales y no gubernamental es en el ámbito local, regional y


nacional, que garanticen la eficiente y efectiva coordinación intersectorial para la protección,
conservación, mejoramiento y restauración de la calidad ambiental.

Incorporar la dimensión ambiental en las decisiones, acciones y estrategias económicas, sociales y


culturales del Estado, así como integrar la Política Nacional de Ambiente al conjunto de políticas
públicas del Estado.

Promover comportamientos ambientalmente sostenibles y el uso de tecnologías limpias. así C0l11


0 estimular acciones de reducción, reciclaje y recuperación de desechos y apoyar la conformación
de un mercado que aproveche sosteniblemente tales actitudes.

A través de esta Ley, se crean las Comisiones Consultivas Provinciales, Comarcales y Distritales, en
las que tienen participación la sociedad civil, para analizar los temas ambientales y hacer
observaciones, recomendaciones y propuestas al Ministro de Ambiente, quien actuará como
secretario de las comisiones.

Las comisiones consultivas, se crean con la finalidad de elevar, presentar o denunciar


problemáticas ambientales que haya dentro de la comunidad, a la autoridad competente; y la
función de las comisiones dentro de las comarcas, es analizar los temas ambientales que afecten a
la comarca respectiva y elevar las recomendaciones pertinentes al Administrador Regional.

Evaluación de Impacto Ambiental.

El estudio de impacto ambiental es un documento técnico creado por la Ley 41 de julio de 1998,
que permite a las autoridades y la comunidad ser agentes vigilantes ante los proyectos que no
cumplan con las medidas para mitigar cualquier daño que se ocasione al medio ambiente.

En este documento se describen las características con la que deben cumplir los propietarios de
proyectos en el cuál la acción humana debe ser capaz de identificar e interpretar los impactos
ambientales que pueda tener una construcción, o intervención en un espacio ecológico. Adjunto a
este escrito deben también presentar las acciones para evitar, reducir, corregir, compensar y
controlar los impactos negativos en el lugar a desarrollar. Ya es el documento básico para el
proceso de Evaluación de Impacto Ambiental. (EIA).

En diferentes casos este estudio puede darse en varias etapas, y en paralelo con las intervenciones
que serán evaluadas. Las intervenciones pueden ser puentes, carreteras, edificios, viviendas etc.,
pero también son intervenciones el impacto en el medio ambiente, la vida, los ecosistemas o
durante la creación o modificación de una normativa existente.

Las Evaluaciones de Impacto Ambiental (EIA), (Título II, Cap. III artículos 7-16), deben aplicarse a
cualquier obra, proyecto o actividad, de carácter público o privado, que, por su naturaleza,
característica o ubicación, pueden representar un daño ecológico. Estos proyectos deberán
presentar un estudio de impacto ambiental, que deberá ser aprobado.

La reglamentación de las evaluaciones de impacto ambiental se encuentra en el Decreto Ejecutivo


No. 59 de 16 de marzo de 2000, y en éste se encuentran los requisitos para las tres categorías de
estudios que regula nuestra Ley (Estudio de Impacto Ambiental Categoría I, II y III).

Estas categorías varían de acuerdo a la lista taxativa de proyectos, obras o actividades que se
realizan el sector público o privado, que van desde la Minería, sector forestal, agroindustrial,
agricultura, piscicultura, energía e industrias entre otros.

EIA categoría I, establecida para aquellos proyectos que no generen impactos ambientales
significativos y que se mantienen en el cumplimiento de las normativas ambientales vigentes y su
riesgo ambiental es bajo.

Es una Declaración Jurada y Notariada que da fe a la documentación que el promotor o


propietario entregue acerca del proyecto y que esté en regla con la legislación ambiental,
alegando que su proyecto no produce ningún impacto ambiental significativo y adverso al
medioambiente.

Deben presentar un Paz y salvo del Departamento de Paz y Salvo del Ministerio de Ambiente, una
descripción del proyecto y área de influencia y una promesa de no afectar el ecosistema.

En esta categoría podemos clasificar a proyectos que buscan oportunidades para incrementar los
beneficios ambientales - Educación Ambiental (a excepción de la construcción escolar); -
Planificación familiar (estudios de las zonas); - Salud (a excepción de la construcción de hospitales);
- Nutrición (espacios para estudio de cultivos); - Desarrollo institucional (granjas sostenibles); y -
Asistencia técnica (niveles de riesgos o zonas seguras)

Son estudios que el proponente elabora para contrastar la acción con los criterios de protección
ambiental y que le ayuda a decidir los alcances del análisis ambiental con más detalle. Son
considerados Proyectos Ambientales.
EIA categoría II. Los proyectos categorizados en este estudio son los que cuya ejecución produce
impactos ambientales adversos, que afectan de manera parcial el ambiente.
Pero, aunque los mismos sean negativos y significativos, la ley dice que pueden ser mitigados con
la aplicación de medidas conocidas y de fácil aplicación.
Es apropiado un análisis ambiental más limitado, pues el proyecto podría tener impactos
ambientales específicos. Los proyectos en esta categoría normalmente requieren un análisis
ambiental más limitado que la evaluación ambiental.
Adicionalmente, se puede elaborar normas de contaminación ambiental o criterios de diseño para
proyectos individuales.

Dentro de estos podemos ubicar a:

1. Agroindustrias (pequeña escala);

2. Acuicultura y maricultura (pequeña escala);

3. Transmisión eléctrica (pequeña escala);

4. Industrias (pequeña escala);

5. Riego y drenaje (pequeña escala);

6. Mini energía hidroeléctrica;

7. Instalaciones públicas (hospitales, vivienda. escuelas, etc.

8. Energía renovable;

9. Electrificación rural;

10.Telecomunicaciones;

11.Turismo (pequeña escala);

12.Desarrollo urbano (pequeña escala);

13.Agua potable y saneamiento a nivel rural.

EIA categoría III, se encuentran los proyectos cuya ejecución crea un impacto ambiental
significativamente negativo, por sus cualidades de funcionamiento y cuantía de desastre
ecológico.

Son de un análisis profundo, sus lineamientos de presentación son similares al de categoría II, pero
tiene puntos clave que el promotor o propietario debe cumplir: Antecedentes del área dónde se
desarrolla el proyecto - Análisis de valorización y jerarquización del impacto ambiental identificado
- Realización de foros públicos
Normalmente requiere una evaluación ambiental, pues el proyecto podría tener diversos impactos
ambientales importantes. 1. Acuicultura y maricultura (gran escala); 2. Represas y reservorios; 3.
Transmisión eléctrica (gran escala); 4. Silvicultura; 5. Plantas industriales (gran escala) y
propiedades industriales; 6. Limpieza y nivelación de tierras; 7. Desarrollo mineral (incluyendo
petróleo y gas); 8. Conductos (petróleo, gas, y agua); 9. Desarrollo de puertos y bahías;
10.Reclamación y desarrollo de nuevas tierras; 11.Repoblación; 12.Desarrollo de las cuencas de los
ríos; 13.Caminos rurales; 14.Desarrollo de energía termoeléctrica e hidroeléctrica; 15.Turismo
(gran escala); 16.Transporte (aeropuertos, ferrocarriles, caminos, vías fluviales); 17.Desarrollo
urbano (gran escala); 18. Agua potable y saneamiento a nivel urbano (gran escala); 19. Fabricación,
transporte, y empleo de pesticidas u otros materiales peligrosos o tóxicos; 20. Proyectos que
presentan grave riesgos de accidentes.

En este tipo de estudios, es necesario desarrollar planes de reasentamiento de poblaciones, plan


de mitigación de impactos, plan de capacitación y, plan de monitoreo.

Son características de este estudio el análisis de proyecto, que resalta los aspectos ambientales del
mismo, el análisis de alternativas que debe contemplar la situación sin proyecto, la identificación y
valoración de impactos que suele realizarse mediante sendas matrices de impactos, la propuesta
de las medidas preventivas, correctoras y compensatorias, un programa de vigilancia y
seguimiento, y finalmente un plan de restauración para el término de la vida útil de la instalación
proyectada. El informe resultante se acompaña de un documento de síntesis redactado de forma
comprensible para el público y expuesto durante un tiempo a las alegaciones que deseen
presentar particulares e instituciones.

Información Ambiental. (Capítulo VI, art. 35-37 Título II).

El Sistema Nacional de Información Ambiental tiene por objeto recopilar, sistematizar, almacenar y
distribuir información ambiental de los recursos naturales y de sostenibilidad ambiental del
territorio nacional, entre los organismos y dependencias, públicos y privados, de forma idónea,
veraz y oportuna, sobre las materias que conforman el ámbito del Sistema Interinstitucional de
Ambiente y que son necesarias para la conservación ambiental y uso sostenible de los recursos
naturales. Esta información es de libre acceso. Los particulares que la soliciten asumirán el costo
del servicio.

Educación Ambiental. (Capítulo VII, art. 33-35 Título II).

La Educación Ambiental es el eje transversal y la clave para lograr conciencia ambiental en la


República de Panamá. El artículo 33 de la Ley, señala que es deber del Estado difundir información
o programas, sobre la conservación del ambiente y el aprovechamiento sostenible de los recursos
naturales, así como promover actividades educativas y culturales de índole ambiental, para
complementar los valores cívicos y morales de la sociedad panameña.

Existen dos leyes que establecen y regulan la Educación Ambiental, en la República de Panamá:

Ley 10 de 24 de junio de 1992, mediante la cual se adopta la educación ambiental como una
estrategia nacional para conservar y desarrollar los recursos naturales y preservar el ambiente.
Ley 38 de 2 de diciembre de 2014, mediante la cual se establece la enseñanza obligatoria de la
Educación Ambiental y la gestión integral de riesgos de desastres en el sistema educativo en el
primer, segundo y tercer nivel de enseñanza oficiales y particulares.

El Título V de la Ley 41 General del Ambiente, establece las normas sobre la Protección a la Salud
y de los desechos peligrosos y sustancias potencialmente peligrosas.

En este Título se estable que es el Ministerio de Salud, la autoridad encargada de informar, vigilar,
controlar y sancionar todo lo relativo a garantizar la salud humana, sin embargo, desde la
perspectiva de la salud ambiental, coordinará con el Ministerio de Ambiente, las medidas únicas y
administrativas, a fin de que las alteraciones ambientales no afecten en forma directa la salud
humana.

TITULO IV. LOS RECURSOS NATURALES.

La Ley 41 establece que los recursos naturales son de dominio público y de interés social, sin
perjuicio de los derechos legítimamente adquiridos por los particulares. Se establece la obligación
que tienen los pueblos indígenas y municipios que se aprovechen o extraigan recursos naturales,
de contribuir la protección y conservación, de conformidad con los parámetros del Ministerio de
Ambiente.

A. Áreas protegidas y diversidad biológica (Capítulo II, artículos 51-58).

Las Áreas Protegidas como su nombre lo indica son protegidas, por ende, en las mismas se limitan
muchas actividades dependiendo del plan de manejo que tenga cada área, como por ejemplo la
tala, roza o quema, proyectos de cualquiera índole, no están permitidos dentro de la misma; sin
embargo, se pueden solicitar concesiones ya sean administrativas o de servicio.

Para ello se crea el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) conformado por todas las áreas
protegidas legalmente establecidas, o que se establezcan, por leyes, decretos, resoluciones o
acuerdos municipales. Las áreas protegidas serán reguladas por el Ministerio de Ambiente, y
podrán adjudicarse concesiones de administración y concesiones de servicios, a los municipios,
gobiernos provinciales, patronatos, fundaciones y empresas privadas, de acuerdo con estudios
técnicos previos.

b. Patrimonio forestal del Estado (Capítulo III, artículos 59-61).

Consiste en todos los bosques naturales, bosques plantados y tierras forestales, que
pertenecen al Estado y que son responsabilidad del Ministerio de Ambiente, que debe registrarlo y
promover su titulación, para ejercer sobre ellos una efectiva administración.

c. Recursos Hídricos. (Capítulo VI artículo 66-70)

Se podrán realizar actividades que varíen el régimen, la naturaleza o la calidad de las aguas, o
que alteren los cauces, con la autorización del Ministerio de Ambiente, en concordancia con lo
señalado en el artículo 23 de la presente Ley.

El agua es un bien de dominio público en todos sus estados. Su conservación y uso es de interés
social. Sus usos se encuentran condicionados a la disponibilidad del recurso y a las necesidades
reales del objeto a que se destinan.
El recurso agua es de todos los ciudadanos del país y por ese motivo el mismo se debe cuidar y
proteger, y por ninguna circunstancia se pueden realizar acciones de desvío de cauce sin una
previa autorización, al igual que utilizar el recurso agua sin una previa concesión, la cual es
autorizada por el Ministerio de Ambiente.

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