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Biotensegridad

Introducción

El término de biotensegridad surgió hace aproximadamente 25 años tras


las investigaciones del profesor Donald Ingber (diplomado de la
Universidad de Medicina en Harvard), quién explicó la tensegridad
relacionándola al citoesqueleto de la célula, su movimiento y
comportamiento. Tiempo después muchos investigadores intentaron darle
una definición definitiva a este término, pero ninguno lograba utilizar el
término correctamente.

En la estructura del cuerpo humano se dispuso como máximo exponente


calificador de tensegridad a la fascia; la fascia como estructura tenségrica.
La tensegridad es una de las propiedades principales del tejido conectivo
gracias a la cual es capaz de comportarse como un sistema autoestable,
como una red continua de continuas tensiones y compresiones en un juego
dinámico.

Si una estructura tenségrica es sometida a stress este se distribuye en toda


la estructura. Esto explicaría la generación de las cadenas lesionales
generadas por la capacidad de integración estructural de la fascia,
proporcionándole al organismo tensegridad. La propiedad de una
estructura de ser tensegril se debe en gran parte a los elementos biológicos
que la componen. En el tejido fascial los fibroblastos se encuentran en
mayor proporción, y dentro de ellos unas células lisas especializadas: los
miofibroblastos, quienes provocan el movimiento intrínseco de la fascia, ya
que responden, entre otros factores, a la tensión mecánica permanente que
nos lleva a una modificación de las estructuras moleculares y con el tiempo
a una desorganización corporal.  
Biotensegridad:

Una Teoría Unificadora de la Arquitectura Biológica Con Aplicaciones a


la práctica osteopática, la Educación y la Investigación – Una revisión y
análisis.

Desde su creación, la medicina osteopática ha tratado de identificar las


causas mecánicas de la enfermedad y de entender la relación estructura-
función del cuerpo. En los últimos 25 años se ha demostrado que los
principios de la arquitectura de tensegridad se pueden aplicar a los
organismos biológicos (biotensegridad) y que éstos pueden demostrar la
relación estructura-función mecánica en todas las escalas del cuerpo
humano. A nivel celular permite convertir estímulos mecánicos en cambios
bioquímicos denominados “transducción mecánica”, cuya comprensión es
fundamental en el estudio de procesos como la carcinogénesis. Además,
biotensegridad explica cómo las fuerzas mecánicas aplicadas durante el
tratamiento de manipulación osteopática podrían dar lugar a efectos a nivel
celular, proporcionando una plataforma para futuras investigaciones sobre
los mecanismos de acción de tratamiento de manipulación osteopática.

R. Buckminster Fuller, importante matemático e inventor, contribuyó en la


articulación de los principios de la arquitectura de tensegridad, analizando
la diferencia entre las estructuras artificiales típicas, que son estabilizadas
por fuerzas de compresión gravitacional, y los sistemas de tensegridad, que
se estabilizan con tensión continua y compresión discontinua. La
investigación durante los últimos 30 años, encabezada por Donald Ingber
ha demostrado que las células funcionan como estructuras de tensegridad
pretensadas independientes.

Las fuerzas mecánicas son tan importantes como la señalización bioquímica


en la configuración del desarrollo adecuado de células, la función y los
procesos patológicos.

Tensegridad
En los años 60’ Fuller formalizó el principio de la arquitectura de
tensegridad basándose en la escultura de "pieza en X", creado por el artista
y escultor Snelson en 1948. De acuerdo a este principio, las estructuras
están estabilizadas por la tensión continua con compresión discontinua.
Según Fuller existen 2 clases generales de estructuras de tensegridad:

-Pretensado: Se forman a partir de una serie de elementos resistentes a la


compresión discontinua mantenidas dentro de una red de elementos de
tensión continua. Estas estructuras pueden ser alteradas ajustando la
pretensión dentro de la estructura o bien reposicionando los elementos
intermitentes resistentes a la compresión.

-Geodésica: Se estabilizan a través de la triangulación de fuerza. A


diferencia de los sistemas pretensados, en los sistemas geodésicos los
elementos individuales son capaces de alternar entre la generación de
tensión o resistencia a la compresión, dependiendo de cómo se aplica una
fuerza externa a la estructura.

Las estructuras de Tensegridad son intrínsecamente autoestabilizadas


debido a su nivel de tensión previa y la triangulación. Esta característica le
confiere flexibilidad, minimizando el daño provocado ante una fuerza y
permitiendo el regreso a su forma original.

Aplicación de la Teoría de Tensegridad para los organismos biológicos

La aplicación de esta teoría comenzó a estudiarse en la columna vertebral


humana en el año 1970, aunque hoy en día también es aplicada a nivel
molecular, celular, tisular, de órganos, etc. Cada uno de estos niveles se
encuentra relacionado con los otros de manera jerárquica. En 1975 Ingber
durante un curso de licenciatura en escultura observó en un modelo
pretensado como la aplicación de una fuerza producía una deformación en
el conjunto de esta y una vuelta a la posición original una vez cesada la
carga. Paralelamente se encontraba estudiando técnicas de cultivo de
células en un curso de biología, lo que le permitió comparar la deformación
de la célula cuando se la manipulaba, con el modelo tenségrico. Así resolvió
que las células funcionan tenségricamente, siendo esta la base de su
trabajo de graduación universitaria. Ingber presentó formalmente su teoría
en una publicación en coautoría con su mentor James D. Jamieson,
Estableció su propio laboratorio en el mediados de 1980 y se propuso
demostrar que las células funcionan como estructuras de tensegridad.
Ingber (además de otros) ha validado su teoría de la tensegridad celular en
más de 300 publicaciones científicas. Por otra parte, la investigación ha
hecho contribuciones duraderas a los campos de la biología, medicina e
ingeniería. Biotensegridad Celular Durante las últimas dos décadas se ha
demostrado que el pretensado celular permite que la célula responda a los
cambios en el medio externo (fuerzas externas) mediante adaptaciones
internas. Esto se logra gracias a un pretensado, que fue puesto en evidencia
a finales de 1980 y principios de 1990 con el análisis inmunohistoquímico
de los elementos del citoesqueleto. De esta manera se pudo observar que
in vivo los microfilamentos aparecen completamente rectos como una
cuerda tensa formando redes geodésicas trianguladas dentro de la célula,
mientras que los microtúbulos están doblados como un árbol ante la
flexión del viento, cumpliendo así los microfilamentos la función de
elementos de tensión y los microtúbulos de compresión discontinuos
dentro de la célula. Sin embargo, aún era necesaria una evidencia directa,
que apareció en 2006 con el uso de la tecnología láser. También se observó
que el medio extracelular (ECM) también está implicado en la resistencia a
la tensión celular, además de los microtúbulos. Esto estableció idea de
conexión biofísico-dinámica entre las células y su ECM circundante e
introdujo la posibilidad de una organización jerárquica basada en
tensegridad de organismos biológicos. Se pudo analizar que esta conexión
se produce por medio de integrinas (proteínas transmembrana) agrupadas
formando complejos de adhesión focal, considerados como puntos de
integración entre los elementos de tensión y elementos de compresión.
Helene Langevin durante la última década ha estado utilizando in vivo la
fascia superficial de ratón para estudiar la fisiología de fibroblastos, y
demostró que estos están íntimamente conectados a su ECM. Además en la
ingeniería biomédica comenzó a utilizarse modelos basados en tensegridad
para explicar cómo las células rojas de la sangre pueden deformarse
constantemente en la circulación conservando su forma. La investigación
sobre tensegridad celular ha avanzado enormemente en comprensión de la
biología celular, ya que de esta forma se puede entender cómo las células
se adaptan a su entorno mecánico en constante cambio y convierten la
información mecánica dinámica en cambios bioquímicos para el proceso de
mecanotransducción.

Biotensegridad Molecular

Zanotti y Guerra propusieron que el plegamiento de las proteínas


globulares (estructuras secundarias y terciarias) se rige por los principios de
la tensegridad. De acuerdo con esta hipótesis, α-hélices y β-hojas son los
puntales de compresión resistentes ante las fuerzas de atracción y repulsión
soportando los cambios conformacionales dinámicos que ocurren a lo
largo su transformación y ensamble para la formación de estructuras más
grandes. Esto también se puede observar en el ADN que posee forma
tridimensional, muy estudiada en el campo de la nanotecnología.  

Órganos y tejidos en relación a la Biotensegridad

Se ha estudiado a los órganos y tejidos como estructuras de tensegridad. A


nivel de los tejidos la mayor parte de las investigaciones que se realizaron
fueron dirigidas a comprender como la biotensegridad da lugar a la
transducción de señales mecánicas y por otro lado que papel cumple la
mecanotransducción en el desarrollo de los tejidos y la bioingeniería. A
modo de ejemplo vamos a ver cómo influye este concepto a nivel de los
órganos tales como los huesos y los pulmones: En relación a la tensegridad,
el hueso es una estructura resistente a la compresión como parte del
sistema musculoesquelético. Se trata de una estructura tenségrica
independiente. Para comprender esta afirmación se trató de estudiar a
modo de ejemplo que ocurre con el hueso fémur. Dicho hueso es un hueso
largo con una cavidad (donde se aloja la médula ósea), presenta una
cabeza femoral y cuello que se disponen en un ángulo aproximado de 45
grados. Debido a esta característica anatómica entonces la fuerza de
compresión gravitacional a partir del peso del cuerpo no se transmite al
fémur como una línea vertical sino que se transmite como una fuerza
curvilínea que se extiende desde la cadera a la rodilla. Como una estructura
de tensegridad, la cara medial del fémur va a estar adaptada resistiendo
fuerzas de compresión, mientras la cara lateral estará adaptándose
recibiendo fuerzas de tracción. Además en los extremos proximal y distal
del fémur y como en todos los huesos largos, el hueso se ensancha y el
hueso compacto es reemplazado por hueso esponjoso que no estará
dispuesto al azar sino que se organiza en base a una distribución
geométrica en donde algunos puntos estarán siendo sometidos a tensión y
a los esfuerzos de compresión por otro lado. Esta disposición trabecular
proporciona entonces la máxima estabilidad del hueso y ayuda a recibir y
disipar la fuerza a través de una articulación. Por lo tanto el fémur es una
estructura de tensegridad compuesta de una combinación de los
componentes de pretensado y triangulada. (Distribución geométrica).

El otro órgano que vamos a tomar a modo de ejemplo es el pulmón. Se


trata de otro órgano que ha sido visto a manera de una estructura de
tensegridad. Los pulmones se encuentran en tensión permanente. Un
amplio sistema de fibras componen los pulmones, desde la periferia hacia
el hilio. De esta manera este gran sistema de fibras al tener una disposición
geodésica siempre se encuentra transmitiendo tensiones en forma
permanente. Así es la importancia que adquiere este concepto de
tensegridad durante los movimientos respiratorios. A modo de ejemplo
durante la inspiración, al contraerse el diafragma, los pulmones acompañan
el movimiento descendiendo y poniéndose en tensión generándose así una
presión negativa imprescindible para la entrada de aire hacia los pulmones.
Gracias a su característica de tensegridad proporciona un sistema de apoyo
que es extremadamente fuerte y eficiente requiriendo de un espacio
mínimo para ejercer su función.
Biotensegridad en el organismo

Se estudió el concepto de tensegridad en el organismo y se propuso que el


sistema músculo-esquelético humano podría ser visto como un sistema de
tensegridad. Pero se llegó a la conclusión de que además la tensegridad
constituye el soporte biológico general del sistema del cuerpo humano
llamando entonces a este concepto como biotensegridad. Los principios de
tensegridad se aplican a todas las escalas en el cuerpo humano, incluyendo
el nivel del organismo. Entonces de acuerdo con esta teoría de
biotensegridad a nivel del organismo, los huesos son los puntales de
resistencia a la compresión, mientras que los músculos, los tendones y los
ligamentos son elementos de tensión. El sistema fascial es otro
componente que puede funcionar tanto como un elemento resistente a la
compresión como a la tensión. El sistema musculoesquelético completo de
trata de un sistema de biotensegridad pretensado. Y los elementos
individuales del sistema musculoesquelético también han sido vistos como
estructuras de biotensegridad. Por otro lado la columna vertebral está
estabilizada por los principios de la mecánica de tensegridad. De no ser así
no sería posible realizar movimientos dinámicos a la vez que pueda
proporcionar la protección suficiente para las estructuras vitales
neurológicas. La columna vertebral funciona entonces como una estructura
de tensegridad y solo así permite la dinámica necesaria para la movilidad y
a la vez proporciona estabilidad. Movimiento dinámico y la estabilidad son
dos propiedades fundamentales de las estructuras de tensegridad. Una
estructura que es sometida previamente a tensión y es capaz de ser
sometida a movimientos dinámicos y adaptarse a las fuerzas aplicadas a lo
largo de la misma es la principal característica que hace a la columna
vertebral. Dicha tensión previa es generada por los ligamentos, los
pequeños músculos rotadores y los grandes músculos erectores de la
columna.  

-Transducción de la señal mecánica (mecanotransducción)


Una célula pretensada seria preparada y lista para convertir la información
mecánica en cambios bioquímicos. En relación a la biotensegridad se ha
establecido que las células tenségricas pretensadas, vinculadas a su entorno
extracelular y a su núcleo, al recibir señales mecánicas
(mecanotransducción) e integradas con otras señales bioquímicas son
capaces de producir una respuesta celular orquestada.

-Transformación de señales mecánicas en señales eléctricas (concepto


de piezoelectricidad).

Componentes del sistema de mecanotransducción celular

La célula en su conjunto funciona como un sistema de biotensegridad


pretensado donde las fuerzas mecánicas extracelulares son transducidas
intracelularmente en ubicaciones específicas dentro de la membrana
celular. Una clase de proteínas transmembrana conocidas como integrinas
se agrupan para formar complejos de adhesión focal y luego se unen a
proteínas de la matriz extracelular y el citoesqueleto. Todos estos
componentes forman parte de un sistema de biotensegridad pretensado.
Otras proteínas que podemos nombrar son por ejemplo AMPc como un
sistema de segundo mensajero, filamentos intermedios que se extienden al
núcleo y los canales de iones. Todos estos componentes son claves en el
concepto de biotensegridad pero a su vez son fundamentales como
reguladores principales de la mecanotransducción. Haciendo referencia al
AMPc, el mismo cumple un rol fundamental en la activación y regulación de
la transcripción. Por lo tanto las fuerzas mecánicas aplicadas a través de
adhesiones focales también pueden producir una modulación en la
producción de AMPc y posteriormente conducir a la activación de factores
de transcripción dentro del núcleo. Y por lo tanto las fuerzas mecánicas
juegan un rol fundamental en la modulación celular de la señalización de
segundo mensajero.

Aplicaciones en Biología del Desarrollo y la Ingeniería de Tejidos


Es evidente que las células funcionan como estructuras biotenségricas, ya
que son capaces de recibir señales mecánicas e integrar a esa señal para
modular la señalización de segundos mensajeros que actuarán en la
expresión genética. La evidencia está demostrada en el contacto de la
célula con el ECM y mecano transductores. Para determinar esto Ingber
realizó un experimento en células endoteliales cultivadas en conjuntos de
"islas" en placas de cultivo celular y observó en las mismas la generación de
apoptosis en islas pequeñas, mantenimiento de condiciones en islas de
tamaño medio y extensión y proliferación en islas de tamaño grande.
Ampliando esta investigación Christopher Chen estableció un experimento
para determinar si la geometría ECM podría influir en la diferenciación de
células madre. Colocó adipocitos en islas chicas y osteoblastos en islas
grandes y con ayuda de una proteína específica (Rho) produjo el aumento
de la proliferación celular, comprobando su teoría en el crecimiento mayor
de las islas grandes. Numerosos estudios de investigación han demostrado
el papel importante de las fuerzas mecánicas durante el desarrollo celular.
Un ejemplo de esto se puede encontrar en el desarrollo del pulmón, ya que
en diferentes estudios se ha logrado con éxito el acercamiento a la creación
de un pulmón bioartificial.

Mecanopatología

Los principios de biotensegridad y el papel de los mecano-transductores en


la fisiología celular nos lo llevan a considerar la posibilidad de tener un
estado patológico debido a mecanos traductores alterados. Numerosos
estados como la cardiomiopatía, la osteoporosis, la distrofia muscular, el
asma, la aterosclerosis, se la relacionan en parte a alteraciones en los
mecanos transductores. Una de las enfermedades que se la relaciona con la
alteración de los mecanos traductores es el cáncer. Se podría sugerir,
entonces, que   12 las alteraciones en los mecanos transductores podrían
conducir a la formación de tumor mediante la alteración de crecimiento y
diferenciación celular y contribuir al potencial metastásico del tumor
resultante por el cambio de la forma de las células que pasan a ser
tumorales. Ingber sugirió que la ingeniería en los tejidos puede ser capaz
de proporcionar un tratamiento, utilizando ECM embrionario para ayudar a
la célula a regresar a un estado pre cáncer. Este meticuloso trabajo se
puede extrapolar a la medicina osteopática para la restauración del
movimiento fisiológico a través del tratamiento manual en una disfunción
somática y permitir que las células dentro del tejido funcionen de manera
óptima gracias a la liberación de los mecanos transductores. Integración de
la Biotensegridad a los principios de la Osteopatía El fundador de la
medicina osteopática, Andrew Taylor Still, declaró: “Un osteópata, en
búsqueda de la causa de la enfermedad, comienza a buscar en la causa
mecánica”. Sin embargo las fuerzas mecánicas en la fisiopatología se
centran en el sistema músculo-esquelético y en la disfunción somática, no
en la fisiología celular. Por lo tanto es sorprendente que muy pocas
menciones de biotensegridad se encuentren en la literatura médica
osteopática.

Un enfoque de Biotensegridad a los Conceptos de Liberación Fascial


Osteopática:

Vinculación y Liberación En su edición de 1902 “la filosofía y principios


mecánicos de la osteopatía” declara que las propiedades mecánicas de la
fascia constituyen “uno de los mayores problemas a resolver”. Por lo tanto
numerosas modalidades de tratamiento de manipulación osteopática se
han desarrollado para liberar a la fascia. En la terminología osteopática,
esto se define como "resistencia palpable al movimiento", mientras que la
liberación, se definen como "la capacidad de la fascia y otros tejidos para
alargarse cuando se someten a una carga, ofreciendo menor resistencia a
una segunda aplicación de carga”. Esto se produce con las técnicas
manuales ya que proporcionan una retroalimentación con el tejido del
paciente mediante movimientos pasivos. Podemos aplicar una técnica de
liberación directa fascial en donde se requiere una torsión, compresión y
tracción hasta la barrera del tejido a tratar, dando el tiempo necesario para
que se produzca la liberación fascial. Después de ocurrir esto, la región
puede moverse en todos los planos con mayor facilidad. Aunque los
conceptos de liberación fascial son ampliamente aceptados en la medicina
osteopática, los mecanismos fisiológicos que lo provocan son ampliamente
desconocidos.

Arquitectura Fascial

En la última década las comunidades médicas y científicas se han


interesado cada vez más en la fascia. Este interés por la fascia culminó con
el Primer Congreso Internacional de Investigaciones de la Fascia celebrado
en la Universidad de Harvard en 2007, que reunió a los médicos e
investigadores de diversas especialidades en un intento de desarrollar
nuevos enfoques para la comprensión y la investigación del sistema fascial.
Es de destacar que el primer presentador en este congreso fue Ingber, que
presentó los conceptos de tensegridad celular y mecanotransducción. La
medicina osteopática también ha experimentado un resurgimiento del
interés en la fascia, basando sus fundamentos bibliográficos en trabajos del
anatomista Frank Willard. Según Willard las cuatro subdivisiones principales
de la fascia son
 Superficiales
 Axial
 Meníngea
 Visceral

Los médicos osteópatas aprecian una conexión directa de la fascia


superficial y la fascia profunda. Una vista en bruto de la dermis reticular
muestra un patrón regular, geométrico de las fibras de colágeno. Debajo de
la dermis reticular está la capa de la fascia superficial (hipodermis), con
numerosos glóbulos de grasa. Sin embargo, la eliminación cuidadosa de los
glóbulos de grasa sin la interrupción de las fibras de colágeno que corren
entre ellos revela una disposición geodésica de fibras de colágeno que son
continuas con la dermis y la fascia axial.  

Epidermis y dermis humana visto perpendicular a la superficie de la piel:


Una vista anatómica bruto de la dermis reticular vista paralela a la
superficie de la piel
Aquí, la epidermis ha sido disecada cuidadosamente lejos de la dermis.

Fibroblastos y Mecanotransducción

Los fibroblastos son las células principales del tejido conectivo irregular y
son responsables de producir los componentes de la sustancia
fundamental, así como colágeno, fibronectina, y otras proteínas de la matriz
extracelular. También juegan un papel vital en la curación de heridas,
donde son reclutados al sitio de la lesión. Las células han demostrado que
funcionan como sistemas biotenségriles de estructura pretensada por estar
conectados a las proteínas de la matriz extracelular, así están preparadas
para recibir señales mecánicas a través del proceso de
mecanotransducción. Paul Standley también demostró un aumento en la
expresión de numerosos genes inflamatorios y un aumento en la tasa de
apoptosis en los fibroblastos sometidos a tensión por movimiento
repetitivo, tales como se realizan en técnicas de manipulación osteopática.
El trabajo de Standley y Langevin indica que los fibroblastos de tejido
conectivo irregular están pretensados gracias a las células que están
vinculadas jerárquicamente con el medio extracelular, pudiendo ser capaces
de responder a las fuerzas mecánicas a través de cambios en la expresión
génica. Esto se produce durante la aplicación de técnicas de liberación
miofascial ya que los fibroblastos son receptores de fuerzas mecánicas a
través de la mecanotransducción y generando cambios en la tensión.

Un nuevo enfoque de la disfunción somática

Cuando una célula está en contacto con su medio extracelular el


movimiento fisiológico de su tejido circundante se detecta a través de
mecanotransducción y se integra con otras señales bioquímicas que
puedan intervenir en procesos tales como el crecimiento, la diferenciación y
la apoptosis. Si se restablece el movimiento fisiológico, ya sea a través del
uso de tratamiento de manipulación osteopática u otros medios, el tejido
logra funcionar normalmente.   16 Conclusión Los principios de
biotensegridad proporcionan una explicación en cuanto a cómo el cuerpo
puede recibir información a través de fuerzas mecánicas y convertirlas en
señales bioquímicas, generando cambios en el organismo. Es aplicable a
todas las escalas del cuerpo humano, desde las moléculas y las células a los
tejidos y órganos. Esto es un principio fundamental para la realización de
técnicas osteopáticas ya que de esta forma se puede lograr un cambio
favorable en la salud de los pacientes.

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