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Los efectos son aquellos procesales que produce una resolución: efecto de cosa juzgada,
eficacia jurídica, en materia del estado civil existen situaciones donde lo fundamental para
valer la eficacia es su inscripción en el Registro Civil.
Reconocer una decisión extranjera implica dejar de valer en el foro los efectos que esa decisión
tiene en el país en el cual se dictó, siempre que no sean incompatibles con nuestro sistema. El
art.43.4 LCJIM recoge tal principio al establecer que, en virtud del reconocimiento de la
resolución extranjera, podrá producir en España los mismos efectos que en el Estado de
origen.
La cosa juzgada material solo despliega sus efectos tras el reconocimiento, si bien los
derechos de las partes deben retrotraerse a la fecha de la sentencia extranjera.
Junto al efecto de cosa juzgada material, hacemos referencia al reconocimiento del efecto
constitutivo de determinadas decisiones. Las sentencias constitutivas se caracterizan por la
producción de un cambio o modificación en una situación jurídico-material. Se incluye tal
efecto como característico de toda sentencia constitutiva.
El art.222.3 de la LEC afirma la producción de efectos de cosa juzgada en las sentencias sobre
estado civil, matrimonio, filiación, capacidad, etc. Limita sus plenos efectos a su inscripción o
anotación en el Registro Civil.
El reconocimiento es necesario para lograr el efecto registral de las decisiones extranjeras. Tal
efecto consiste en el acceso al registro de la decisión extranjera como título para practicar la
inscripción registral.
Los arts.58 a 61 LCJIMC establecen el régimen general del reconocimiento registral de las
decisiones judiciales y los documentos públicos extranjeros en los registros mercantiles y de
la propiedad.
Las decisiones judiciales firmes o definitivas pueden ser objeto de inscripción registral,
cabiendo anotación preventiva. Independientemente del reconocimiento, el procedimiento
registral, los requisitos legales y efectos de los asientos registrales se someten a las reglas de
derecho interno español (Art.58).
No es necesario hacer referencia al procedimiento execuátur ni ningún procedimiento
especial (art.59.1), el encargado del registro comprueba que se cumplan las condiciones y
requisitos de la solicitud. Para proceder al reconocimiento registral, el encargado del registro
debe notificar la solicitud de inscripción a la parte contra la que se pide el reconocimiento,
conforme al art.59.2 LCJIMC. Si tal notificación es impracticable o el encargado del registro
desestima el reconocimiento, remitirá a las partes al procedimiento de execuátur o
reconocimiento principal, pudiendo a instancia de parte proceder a la anotación de la
suspensión de la inscripción. Según el art.59.3, la vía del reconocimiento principal a través del
execuátur está abierta a cualquiera que tenga un interés legítimo.
La función de la Oficina Central del Registro Civil en orden a practicar la inscripción de los
documentos auténticos extranjeros judiciales y extrajudiciales y certificaciones extendidos en
Registros extranjeros.
La decisión extranjera puede producir, como cualquier otro documento público extranjero,
efectos probatorios al margen del reconocimiento, si cumplimenta las condiciones previstas en
los arts.144 y 323 LEC. En la legislación registral se contempla tal valor probatorio de las
sentencias extranjeras, permitiendo la anotación a título informativo, aunque no hayan sido
reconocidas.
El valor probatorio del documento público que sirve de soporte material a la sentencia
extranjera permite únicamente su utilización como medio de prueba de los hechos
relacionados. Así, si en los antecedentes de hecho de la ejecutoria consta un reconocimiento
de deuda o se da por probado el abandono del hogar, tales hechos pueden ser acreditados en
juicio aportando la sentencia extranjera, como documento público de prueba, que será
valorado por el juez español conforme a leyes españolas. El fallo o decisión no puede ser
utilizado para reconocer sus efectos de cosa juzgada, ejecutivo o constitutivo.
2. Decisiones susceptibles de reconocimiento
A. SENTENCIAS
A los efectos del capítulo III, «resolución» engloba las medidas provisionales o las medidas
cautelares acordadas por un órgano jurisdiccional competente, en virtud del presente
Reglamento, para conocer sobre el fondo del asunto. No se incluyen las medidas provisionales
y cautelares que el órgano jurisdiccional acuerde sin que el demandado sea citado a
comparecer, a no ser que la resolución relativa a la medida haya sido notificada al demandado
antes de su ejecución.
Una diferencia importante entre el Reglamento Bruselas I bis y el régimen de fuente interna,
junto con la mayor parte de los convenios internacionales, es que estos dos últimos parten
de que solo es posible el reconocimiento de resoluciones firmes.
Sin embargo, en el caso de los Reglamentos, el criterio base es que cuando hablan de
resolución, no se refieren a resolución firme, sino que el Reglamento Bruselas I bis al definir
resolución, establece que, afectos de Capítulo III (reconocimiento y ejecución resoluciones),
resolución engloba medidas provisionales o cautelares adoptadas por órgano jurisdiccional
competente.
Según el art.38 del Reglamento Bruselas I bis, el tribunal de un Estado contratante al que se
hubiese solicitado el reconocimiento o la ejecución de una resolución dictada en otro Estado
contratante, podrá suspender el procedimiento si dicha resolución fuese objeto de un recurso
ordinario en el Estado de origen.
El art.51 del Reglamento Bruselas I bus establece la cautela de que el tribunal del Estado
requerido ante el que se plantee un recurso contra el reconocimiento o la ejecución, puede
suspender el procedimiento si la resolución extranjera hubiese sido objeto de recurso
ordinario en el Estado de origen o si el plazo para interponerlo no hubiese expirado. En su
decisión de suspensión, el tribunal del Estado requerido que conoce del recurso no puede
tomar en consideración los motivos que invoque el juez extranjero.
El Reglamento 805/2004, por el cual se establece un título ejecutivo europeo para créditos no
impugnados, contiene por primera vez en nuestro sistema un régimen de ejecución inmediata
sin necesidad de reconocimiento alguno, de determinados títulos ejecutivos extranjeros.
Una subespecie de título ejecutivo europeo es el requerimiento europeo de pago, que emana
del Reglamento 2015/2421, por el que se establece un proceso monitorio europeo.
El requerimiento europeo de pago es ejecutivo en los demás Estados miembros sin necesidad
de ningún procedimiento de reconocimiento, execuátur o declaración de ejecutividad. La
ejecución solo puede ser denegada por causas tasadas y vinculadas con una decisión anterior
o a la excepción de pago.
La caracterización de título ejecutivo europeo es extensible a decisiones adoptadas en otros
Estados miembros relativas a los derechos de visita y de restitución del menor, en virtud del
Reglamento 2201/2003, Bruselas II.
C. LAUDOS ARBITRALES
En estos casos, el punto de partida son dos empresas que celebran un contrato y en el marco
de tal contrato, las empresas pueden someterse a los tribunales de un Estado. En la práctica en
ocasiones las partes en el ámbito internacional se someten a un arbitraje, que facilita que la
resolución se deslocalice. El arbitraje puede ser institucional (sede en París, CCI) que se decide
mediante un tribunal arbitral. Se puede tratar de anular el laudo en el país donde tiene su sede
el órgano arbitral. Para que tenga fuerza ejecutiva debe ser reconocido y ejecutado en España.
El Convenio de Nueva York establece una regla de compatibilidad con los convenios
bilaterales relativos al reconocimiento y ejecución de las sentencias arbitrales realizado por
los Estados Contratantes, propiciando el favor recognitionis, que se regula en el art.46.2 de
la Ley de Arbitraje.
Las causas de denegación se dividen en dos (art.5 del Convenio de Nueva York):
El Reglamento Bruselas I bis establece que toda resolución con fuerza ejecutiva podrá aplicar
las medidas cautelares previstas en la legislación de Estado miembro requerido (art.40).
3. Tipos de reconocimiento
A. RECONOCIMIENTO AUTOMÁTICO E INCIDENTAL
“1. Las resoluciones dictadas en un Estado miembro serán reconocidas en los demás Estados
miembros sin necesidad de procedimiento alguno”.
En España, la LCJI es que cabe el reconocimiento automático como regla general, tal y como
establece el art.44.2:
2. El mismo procedimiento se podrá utilizar para declarar que una resolución extranjera no es
susceptible de reconocimiento en España por incurrir en alguna de las causas de denegación
previstas en el artículo 46.
El más importante es el Reglamento Bruselas I bis tras la supresión del execuátur, recogido en
el art.39.1 bis
El ámbito espacial de estos reglamentos se refiere a los Estados miembros, con ciertas
excepciones en determinadas materias.
Debemos así tener en cuenta de que trata la materia cuya resolución requiere. El Reglamento
Bruselas I bis regula este ámbito, excluyendo el artículo 1 ciertas materias. En estas materias
excluidas, se regulan a partir de otros reglamentos particulares.
Cuando no se plantea entre Estados miembros tal reconocimiento o cuando se trata de una
cuestión no incluida en ningún de los anteriores reglamentos, debemos acudir a los convenios
internacionales.
Con respecto a los convenios internacionales, debemos tener en cuenta que, en principio
solo se aplican de manera recíproca, es decir, en la medida en que ambos países en los
cuales se plantea la cuestión sean parte del convenio. En virtud del principio de primacía, en
caso de ausencia de reglamento y de convenio internacional, se aplicaría Ley Cooperación
Jurídica Internacional (régimen de fuente interna).
Así, la jurisprudencia establece que una resolución extranjera reconocida debe tener, en
principio, en el Estado requerido los mismos efectos que tiene en el Estado de origen. Las
decisiones dictadas en un Estado contratante gozan de efecto de cosa juzgada en todo el
territorio comunitario, desde el día en que se dictan, produciendo efectos ipso iure o de pleno
derecho.
Efectos preclusivos que pueda tener dicha decisión sobre la apertura de un nuevo
procedimiento en otro Estado parte, dado que la sentencia de un Estado miembro sirve para
interponer en un procedimiento en el foro la excepción de cosa juzgada, que lleva al juez al
eventual reconocimiento de tal decisión.
El régimen del Reglamento Bruselas I bis establece con carácter general el reconocimiento
automático para el procedimiento ejecutivo, de forma que no es necesaria una declaración
previa de ejecutividad o execuátur (art.39). El solicitante de la ejecución alude directamente a
la autoridad encargada del procedimiento de la ejecución. El control de condiciones solo
prosperará a instancia de parte si una de las partes interpone, ante el órgano jurisdiccional
designado por el Estado miembro, una solicitud de denegación de reconocimiento (art.45).
Como contrapartida al efecto ejecutivo automático, se establece que, una vez recibida la
solicitud de ejecución, debe notificarse el certificado preceptivo que acompaña a la solicitud
a la persona contra la que se insta la ejecución, para facilitar su derecho a solicitar ante el
órgano jurisdiccional correspondiente la denegación del reconocimiento.
En el caso del reconocimiento incidental el art.36.3 del Reglamento Bruselas I bis, no se refiere
a la invocación del reconocimiento como cuestión incidental, sino a la invocación de la
denegación del reconocimiento, por lo que el reconocimiento incidental solo permite el
control de condiciones y la denegación del reconocimiento a instancia de parte.
Por otra parte, el Reglamento Bruselas I bis confirma que el reconocimiento incidental se
limita a supuestos referidos a procedimientos ante órganos jurisdiccionales.
Con carácter general, el resto de convenios no suele incluir reglamentación específica del
procedimiento de reconocimiento, remitiéndose a los derechos internos, en el caso de España,
al procedimiento de execuátur de los arts.50 a 55 LCJIMC. Algunos convenios incluyen
disposiciones aisladas referidas a aspectos de extranjería procesal y a los documentos que
deben acompañar la solicitud.
Los arts.49 y 50.3 LCJIMC reconocen con carácter general el reconocimiento y la ejecución
parcial. Es una alternativa respecto de sentencias penales que contienen pronunciamientos
civiles, dando que en principio no cabe reconocimiento en España de sentencias penales.
El reconocimiento parcial está indicado para aquellos casos donde una parte de la decisión sea
contraria al orden público del Estado requerido.
Es algo común a todos los regímenes de reconocimiento, el que, cuando una resolución incluye
varios pronunciamientos, quepa el reconocimiento parcial.