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UNIDAD VII REFORMAS DEL CODIGO DE COMERCIO 1989

7.1 ARTICULO 1051 DEL CODIGO DE COMERCIO


El procedimiento mercantil preferente a todos es el que libremente
convengan las partes con las limitaciones que se señalan en este libro,
pudiendo ser un procedimiento convencional ante Tribunales o un
procedimiento arbitral. A tal efecto, el tribunal correspondiente hará del
conocimiento de las partes la posibilidad de convenir sobre el procedimiento
a seguir para solución de controversias, conforme a lo establecido en el
párrafo anterior del presente artículo. La ilegalidad del pacto o su
inobservancia cuando esté ajustado a ley, pueden ser reclamadas en forma
incidental y sin suspensión del procedimiento, en cualquier tiempo anterior
a que se dicte el laudo o sentencia. El procedimiento convencional ante
tribunales se regirá por lo dispuesto en los artículos 1052 y 1053, y el
procedimiento arbitral por las disposiciones del título cuarto de este libro.

7.2 LA PRACTICA DE DILIGENCIAS EN UN PROCEDIMIENTO


MERCANTIL CON ELEMENTOS EXTRANJEROS
La práctica de diligencias en país extranjero para surtir efectos en juicios
que se tramiten ante tribunales nacionales, podrán encomendarse a través
de los miembros del Servicio Exterior Mexicano por los tribunales que
conozcan del asunto, caso en el cual dichas diligencias deberán practicarse
conforme a las disposiciones de este libro dentro de los límites que permita
el derecho internacional. Art. 1074. Los exhortos que se remitan al
extranjero o que se reciban de él, salvo lo dispuesto por los tratados o
convenciones de los que México sea parte, se sujetarán a las siguientes
disposiciones: l. Los exhortos que se remitan al extranjero serán
comunicaciones oficiales escritas que contendrán la petición de realizar las
actuaciones necesarias en el juicio en que se expidan; dichas
comunicaciones contendrán los datos informativos necesarios y las copias
certificadas, cédulas, copias de traslado y de demás anexos procedentes,
según sea el caso; 11. Los exhortos que provengan del extranjero deberán
satisfacer los requisitos a que se refiere la fracción anterior, sin que se
exijan requisitos de forma adicionales;
7.3 REQUISITOS DE EXHORTOS INTERNACIONAL EN MATERIA
MERCANTIL

Los términos “exhorto” y “carta rogatoria” en la práctica internacional se utilizan


indistintamente. La solicitud de diligenciación de un exhorto o carta rogatoria es
competencia exclusiva de las autoridades jurisdiccionales, administrativas o del trabajo. El
exhorto o carta rogatoria deberá librarse en un procedimiento judicial, administrativo o del
trabajo que ya haya iniciado.
Diligencias que pueden llevarse a cabo por medio de un exhorto o carta rogatoria.
 Citaciones,
 Notificaciones,
 Emplazamientos, y
 Recepción y obtención de pruebas.
Bajo ninguna circunstancia pueden diligenciarse los exhortos o cartas rogatorias que
impliquen actos de ejecución coactiva, es decir: embargos, desahucios, aplicación de
descuentos por concepto de pensiones alimenticias y ejecuciones de sentencias, etc.

7.4 PROCEDIMIENTOS ARBITRALES EN MATERIA MERCANTIL

El arbitraje mercantil supone que un árbitro o árbitros estudian y decide la solución


más adecuada a la cuestión que es objeto de disputa entre empresas y
profesionales. Esa decisión, llamada Laudo Arbitral, es equivalente a una
sentencia judicial y se expresa con carácter vinculante, es decir, que es de
obligado cumplimiento.
Se trata de un procedimiento que, normalmente es muy sencillo. En él, las partes
implicadas pueden las partes elegir un asesor que les guíe a lo largo del proceso
y/o represente, o actuar directamente. Desde este despacho, recomendamos
encarecidamente abordar la cuestión con el asesoramiento especializado debido,
teniendo en cuenta siempre que el Laudo es equivalente a una sentencia y tendrá
por tanto, obligado cumplimiento.
En cualquier caso, se designará de mutuo acuerdo el árbitro o árbitros que serán
encargados de resolver el conflicto y éstos dictarán el laudo.

7.5 ACUERDO ARBITRAL

El acuerdo arbitral no es ni más ni menos que un contrato.

Art. 14.- El “acuerdo de arbitraje” es un acuerdo por el que las partes deciden
someter a arbitraje todas las controversias o ciertas controversias que hayan
surgido o puedan surgir entre ellas respecto de una determinada relación jurídica,
contractual o no contractual. El acuerdo de arbitraje podrá adoptar la forma de una
cláusula compromisoria incluida en un contrato o la forma de un acuerdo
independiente. El contrato de arbitraje puede consistir en una cláusula arbitral o
compromisoria, o en un compromiso arbitral. La cláusula arbitral o compromisoria,
es un contrato en virtud del cual las partes se comprometen a someter a arbitraje
disputas que puedan surgir entre ellas en un futuro. Por otra parte, se conoce
como “compromiso arbitral” aquel que es celebrado con el objeto de diferir a un
tribunal arbitral la resolución de una controversia ya existente. Actualmente, esta
diferencia es completamente irrelevante en el plano del arbitraje comercial
internacional a la luz de los tratados internacionales y de la LACI.

7.6 LEY APLICABLE AL FONDO DE UN LITIGIO MERCANTIL

El tribunal arbitral decidirá el litigio de conformidad con las normas de derecho


elegidas por las partes. Se entenderá que toda indicación del derecho u
ordenamiento jurídico de un país determinado se refiere, a menos que se exprese
lo contrario, al derecho sustantivo de ese país y no a sus normas de conflicto de
leyes. Si las partes no indicaren la ley que debe regir el fondo de litigio, el tribunal
arbitral, tomando en cuenta las características y conexiones del caso, determinará
el derecho aplicable. El tribunal arbitral decidirá como amigable componedor o en
conciencia, sólo si las partes le han autorizado expresamente a hacerlo. En todos
los casos, el tribunal arbitral decidirá con arreglo a las estipulaciones del convenio
y tendrá en cuenta los usos mercantiles aplicables al caso. En las actuaciones
arbitrales en que hubiere más de un árbitro, toda decisión del tribunal arbitral se
adoptará, salvo acuerdo en contrario de las partes, por mayoría de votos. Sin
embargo, el árbitro presidente podrá decidir cuestiones de procedimiento, si así lo
autorizan las partes o todos los miembros del tribunal arbitral.

7.7 ININIPUGNABILIDAD DE UN LAUDO ARBITRAL MERCANTIL

Las posibilidades de que la jurisdicción ordinaria anule un laudo arbitral son


limitadas. La sumisión voluntaria a arbitraje de las controversias o disputas
derivadas de un determinado contrato supone la exclusión de la vía jurisdiccional
y, en particular, la renuncia al derecho a una segunda instancia en la que poder
revisar el fondo del asunto. No obstante, existen algunos motivos tasados por los
que se puede impugnar un laudo arbitral y obtener, eventualmente, la anulación
total o parcial del mismo. A continuación se revisarán cuáles son estos motivos de
anulación de un laudo arbitral, se hará una referencia a los motivos de oposición al
exequátur de laudos extranjeros y, finalmente, se mencionará la existencia de un
recurso extraordinario de revisión del laudo. Para realizar este análisis debemos
partir, en primer lugar, de la distinción que realiza la Ley 60/2003, de 23 de
diciembre, de Arbitraje (“LA”) entre laudos extranjeros y laudos nacionales. En
virtud del artículo 46.1LA, son laudos extranjeros los que se pronuncian fuera del
territorio español y, en virtud del mismo criterio territorial, se consideran laudos
nacionales todos aquellos dictados en España. En función del lugar del arbitraje, y
por tanto del carácter internacional o nacional del laudo, las acciones de ataque a
ejercitar en España frente un laudo desfavorable, o de defensa, en caso de
oposición al exequátur en España, se canalizarán a través de unos u otros
mecanismos.
UNIDAD VIII CONFLICTOS DE LEYES EN EL ESTADO FEDERAL

8.1 PLANTAMIENTO DEL PROBLEMA

La determinación del Estado ante cuyos tribunales es posible acudir, por éstos
tener competencia para conocer del caso, es un paso previo para el tratamiento de
la problemática en torno a la cuestión del ordenamiento jurídico aplicable para
resolver el fondo del caso. A esta última cuestión se hace alusión, como ya hemos
indicado, con la expresión “conflictos de leyes” (véase el capítulo primero). En este
capítulo trataremos los conflictos de leyes en relación con las situaciones jurídicas
privadas internacionales relativas a derechos reales y al uso de la regla según la
cual los derechos reales se rigen por el ordenamiento jurídico del lugar de su
ubicación (lex rei sitae) para resolverlas. El estudio de este tema se realizará
partiendo de analizar la forma en que la determinación del ordenamiento jurídico
aplicable a dichas situaciones es regulada en normas de conflicto de leyes dentro
de los ordenamientos jurídicos latinoamericanos, observando también cómo es
regulada en otros países. La comprensión de los diversos aspectos que implica la
aplicación de la regla lex rei sitae, en general, permitirá comprender los problemas
a los que ésta puede conducir cuando se aplica a la repatriación o restitución
internacional de bienes culturales. En esa misma medida, ello permitirá igualmente
entender por qué dicha norma ha sido cuestionada, dando paso a la consideración
de la aplicación del ordenamiento jurídico del lugar de origen de dichos bienes (lex
originis), de lo cual nos ocuparemos más adelante (véase el capítulo décimo).
8.1.1 SECCION PRIMERA DEL ARTICULO CUARTO DE LA
CONSTITUCION FEDERAL

La mujer y el hombre son iguales ante la ley. Ésta protegerá la organización y el


desarrollo de la familia.
Toda persona tiene derecho a:

- Decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el


espaciamiento de sus hijos.

- La alimentación nutritiva, suficiente y de calidad. El Estado lo garantizará.

- La protección de la salud. La Ley definirá las bases y modalidades para el


acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y
las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que
dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta Constitución. La Ley definirá un
sistema de salud para el bienestar, con el fin de garantizar la extensión progresiva,
cuantitativa y cualitativa de los servicios de salud para la atención integral y
gratuita de las personas que no cuenten con seguridad social.

- Un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar. El Estado garantizará el


respeto a este derecho. El daño y deterioro ambiental generará responsabilidad
para quien lo provoque en términos de lo dispuesto por la ley.
Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para
consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y
asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y
modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos
hídricos, estableciendo la participación de la Federación, las entidades federativas
y los municipios, así como la participación de la ciudadanía para la consecución de
dichos fines. Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa.
La Ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal
objetivo.
8.2 ANALISIS DE LAS EXPRESIONES “PUBLIC ACT RECORDS
JUDUCIAL PROCEEDINGS”
El primer elemento que encontramos en este precepto es el de public acts,
defectuosamente traducido como “actos públicos”. 2 Es pertinente recordar que en
la propuesta de Morris, en 1776-1777, la expresión publict acts se refiere a los
public legislative acts1 , es decir, a los actos de las legislaturas locales. En el
derecho anglosajón, public acts no significa “actos públicos”. No basta traducir
literalmente los conceptos sin analizar el verdadero sentido que tienen; public act
significa, entre otras cosas, “Una ley escrita, formalmente ordenada y aprobada
por la legislatura de un Estado, llamada en Inglaterra acto del parlamento y en los
Estados Unidos, acto del Congreso o de la Legislatura o estatuto.” Las palabras
bill y law son usadas frecuentemente como sinónimos de act, pero
incorrectamente. El primer vocablo es sólo un proyecto de ley, pero que no ha sido
aprobado todavía. Con estas ideas, se ve que es obligación de los estados dar
entera fe y crédito a los actos legislativos de los demás estados; estos actos
materialmente legislativos deberán, de acuerdo con los cambios introducidos en la
Ley de 1790 y en la Ley de 1804, tener la fe y crédito de que gozan en el Estado
de donde emanan. En efecto, la ley reglamentaria del 26 de mayo de 1790 fijó un
modo de autenticar los registros y procedimientos judiciales, al disponer que en
todos los tribunales que existen en los Estados Unidos se les debe dar la misma
entera fe y crédito que tienen por ley o por costumbre en el Estado donde se
produjeron. A su vez, la ley del 27 de marzo de 1804 declaró que las prevenciones
contenidas en la Ley de 1790 eran aplicables a los territorios y a los países sujetos
a la jurisdicción de los Estados Unidos.
8.3 LAS DIVERSAS FRACCIONES DEL ARTÍCULO 121
CONSTITUCIONAL
Artículo 121 constitucional establece: “En cada Estado de la Federación se dará
entera fe y crédito de los actos públicos, registros y procedimientos judiciales de
todos los otros. El Congreso de la Unión, por medio de leyes generales, prescribirá
la manera de probar dichos actos, registros y procedimientos, y el efecto de ellos,
sujetándose a las bases siguientes:
I. Las leyes de un Estado sólo tendrán efecto en su propio territorio,
y, por consiguiente, no podrán ser obligatorias fuera de él.
II. II. Los bienes muebles e inmuebles se regirán por la ley del lugar
de su ubicación.
III. III. Las sentencias pronunciadas por los tribunales de un Estado
sobre derechos reales o bienes inmuebles ubicados en otro
Estado, sólo tendrán fuerza ejecutoria en éste, cuando así lo
dispongan sus propias leyes. Las sentencias sobre derechos
personales sólo serán ejecutadas en otro Estado, cuando la
persona condenada se haya sometido expresamente o por razón
de domicilio, a la justicia que las pronunció, y siempre que haya
sido citada personalmente para ocurrir al juicio.

8.3.1 TERRITORIALIDAD DE LAS LEYES DE CADA ESTADO


NACIONAL

Este principio hace referencia al criterio de conexión de una norma con un


territorio. En virtud de este criterio de aplicación de las normas, se entiende que
una norma aprobada en un territorio tiene eficacia en el mismo.

El hecho de determinar la territorialidad de una norma supone que cada sistema


jurídico, nacional o internacional, establece autónomamente el sistema jurídico de
aplicación. Es un principio que deriva por tanto, como señala REUS MARTÍNEZ de
la estimación del territorio como espacio en que la ley (...) haya su ámbito de
aplicación, por tanto, se fundamenta en la soberanía territorial de cada Estado, o
grupo de Estados, para determinar las leyes de aplicación.
Es un criterio especialmente importante en materia penal o sancionadora, ya que
determina, basado en un criterio de seguridad jurídica (véase principio de
seguridad jurídica), qué norma va a ser aplicable en qué territorio sin ninguna duda
para los ciudadanos.

8.3.2 LEX REI SITAE

Lex Rei Sitae, también conocido como la regla de lex loci rei sitae, se
refiere al principio de que la ley del lugar donde se encuentra una
propiedad es la ley aplicable a esa propiedad. Este principio se aplica
tanto a bienes muebles como inmuebles. En otras palabras, si una
propiedad se encuentra en un país determinado, las leyes de ese país
son las que deben aplicarse en caso de disputas legales relacionadas
con esa propiedad.

Este principio es importante porque ayuda a garantizar la coherencia y la


consistencia en las transacciones legales internacionales. Si no existiera
Lex Rei Sitae, las empresas y los individuos podrían verse involucrados
en una serie de leyes y regulaciones diferentes en función de la
ubicación de una propiedad. Como resultado, los negocios
internacionales serían mucho más complicados de llevar a cabo.

Lex Rei Sitae se aplica en muchos casos, algunos ejemplos comunes


incluyen:

- Adquisición de bienes raíces: cuando alguien compra una propiedad en


un país extranjero, la ley del país donde está ubicada la propiedad tiene
prioridad en caso de disputas legales.
8.3.3 SENTENCIAS SOBRE DERECHO REALES Y BIENES
INMUEBLES Y SOBRE DERECHOS PERSONALES

Los derechos reales, como su etimología lo dice (del latín realis, derivado
de res, rei ‘cosa’), son los derechos que se constituyen sobre las cosas, en
oposición a los derechos personales que se constituyen sobre las personas
(derechos de hacer, o sobre su patrimonio). Con la obviedad de que un derecho
implica una obligación, hay juristas para quienes, un derecho real, es en realidad
un derecho personal, que trae la obligación erga omnes (para todos) de respetar
ese derecho real. Los derechos reales no se constituyen sobre todas las cosas,
sino sobre aquellas que son objeto de apropiación. A estas cosas que son objeto
de apropiación se les denomina bienes.

8.3.4 LOS ACTOS DEL ESTADO CIVIL DE LAS PERSONAS

Los actos del Estado Civil, son aquellos hechos jurídicos como el nacimiento y la
muerte; y aquellos actos jurídicos, como el matrimonio, el divorcio, la tutela, etc.,
El Estado Civil de una persona es su situación jurídica, se caracteriza porque es
indivisible, nadie puede tener más de un estado civil, no puede disponerse del
estado civil, es imprescriptible, no cabe ni perder, ni adquirir un estado civil por el
transcurso del tiempo; y es susceptible de posesión.

Por la importancia que revisten, la ley exige para cada uno de los actos del Estado
Civil, la redacción de un acto auténtico, o sea un acto que haga plena fe de su
contenido. Esos son los actos del estado civil. Se llama actas del Estado Civil a
las actas auténticas destinadas a dar prueba cierta del estado de las personas.
Estas se inscriben en registros públicos, llevados, en cada municipio por un
delegado designado para tales fines. Las actas se inscriben en registros y no en
hojas sueltas, los mismos deben estar numerados de antemano, en orden
cronológico, sin tachaduras y rubricadas por el Juez de Paz de la Circunscripción
del lugar a que pertenezca la oficialía.
8.3.5 TITULOS PROFESIONALES

Un título profesional es un documento que avala que has cursado estudios de


nivel superior y acreditado satisfactoriamente las evaluaciones correspondientes y
que, por lo tanto, posees los conocimientos necesarios para practicar tu profesión.
De acuerdo a la Ley Reglamentaria del Artículo 5o. Constitucional, el título
profesional es “es el documento expedido por instituciones del Estado o
descentralizadas, y por instituciones particulares que tengan reconocimiento de
validez oficial de estudios, a favor de la persona que haya concluido los estudios
correspondientes o demostrado tener los conocimientos necesarios de
conformidad con esta Ley y otras disposiciones aplicables”.

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