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CURRÍCULO
1. Conceptos de diagnóstico
Hilda Taba, en la obra ya citada, nos trae un concepto de diagnóstico, más cercano al
trabajo educativo y curricular, cuando dice: "El concepto de diagnóstico como
investigación activa. La investigación activa es esencialmente un método para el
diagnóstico sistemático de los problemas prácticos del currículo", agrega: "... el
diagnóstico debe actuar, y lo hace, a diferentes niveles. En un extremo podemos
hablar del diagnóstico del estado total del sistema educacional, incluyendo sus
recursos y facilidades, con el objeto de establecer cuáles son las debilidades o qué
progresos son necesarios o posibles. En el otro extremo, se puede hablar del
diagnóstico individual de un estudiante o de un grupo de niños para determinar la
causa de los problemas y las dificultades en el aprendizaje.
Como indica Salazar, por mucho tiempo se confundió lo que podría denominarse el
planeamiento con la percepción o conocimiento que se tenía de la realidad educativa
por parte de quienes dirigían, elaboraban y ejecutaban las acciones tendientes a
solucionar la situación general del sistema educativo. Es decir, se pretendía solucionar
la problemática educativa sobre la base de la experiencia, el conocimiento y
percepción de quienes dirigían la educación.
Más adelante se hicieron estudios y diagnósticos de cada sector social. Este tipo de
trabajo permitió que los problemas del sector educativo no tuvieran relación con los
aspectos sociales, económicos y políticos. Es decir, se confundió el planeamiento con
un simple diagnóstico. La trascendencia de los diagnósticos cobró fuerza y con la
dimensión cuantitativa de los problemas educativos, se ahogó lo que podría ser el
ámbito del planeamiento. La cobertura del sistema escolar, la deserción de los
estudiantes, las diferencias regionales, etc., permitieron dimensionar los problemas
que hasta el momento sólo eran recetarios del escritorio. Este marco general de los
diagnósticos posibilitó señalar problemas prioritarios y hasta eliminar otros que se
podrían denominar falsos; pero en la mayoría de los casos aquéllos se aplicaron como
una descripción general de la situación educativa. Es decir, se confundió el diagnóstico
con un estudio simple de base. Luego, la dimensión cuantitativa de los problemas
educativos se incorporó a la elaboración de planes de desarrollo como una base
racional que podría resolver los problemas. Esta incorporación se extendió sobre las
cifras del país, haciendo extensiva una problemática de igual magnitud para varias
naciones, trayendo como resultado el que los planes tuvieran un nivel de globalidad
que no pudieron ser operativizadas en la práctica ni aplicarlos a realidades con
características y problemática diferentes. Se relacionó la solución de la problemática
educativa con la aparente solución cuantitativa del problema educacional sin
comprender que de esta manera se encendía la gran variedad de realidades que se
encuentran detrás de las cifras. En otras palabras, se confundió el diagnóstico con la
elaboración más o menos técnica de un conjunto de datos que servían para
elaboración de un plan.
De acuerdo con esta secuencia histórica surgieron los planes de desarrollo dentro de
los cuales la educación representaba un capítulo.
VANCESPodemos afirmar que en los últimos años ha habido avances en este sentido;
pero aún no se han aplicado, a lo menos en América Latina, planes que permitan
asegurar que estas limitaciones se han obviado o que la problemática educativa ha
avanzado significativamente en su solución.
Cuando decimos que el diagnóstico nos presenta problemas reales, implica que
estamos iniciando un proceso racional de investigación con propósitos prácticos que
traducidos en acciones nos van a justificar y a orientar la función del planeamiento.
El diagnóstico, según Salazar, presenta tres partes generales: una que se relaciona
con el marco contextual donde está inserto y que le da vida al diagnóstico (aspecto
político); otra que tiene que ver con la manipulación de los datos y cifras (aspecto
técnico); una tercera que integra y relaciona internamente las dos anteriores (aspecto
político-técnico), con el propósito de ofrecer alternativas de solución a la problemática
educativa.
Este marco contextual, dentro del cual está inserta la problemática educativa,
necesita explicarse para que en la práctica no nos olvidemos del propósito que
nos mueve. Sobre la base de detectar las necesidades presente y futuras de la
sociedad es necesario determinar aquéllas que la educación va a enfrentar, como
una contribución a la solución de la problemática educativa.
Los índices, los promedios, los porcentajes, etc., son auxiliares indispensables en
el proceso de diagnóstico que exigen esfuerzos de cuantificación. La apreciación
cuantitativa de las políticas y acciones y su confrontación con los recursos
destinados a conseguirlas y cumplirlas.
La calificación de los problemas educativos nos permiten darlas una razón de ser,
una significación a los datos cuantitativos que no tienen significado por sí mismos.
Podemos decir que las cifras son una base que nos va a permitir realizar
reflexiones y evaluaciones cualitativas de los problemas.
De esta manera podemos establecer las causas que han motivado y motivan la
situación actual, proporcionándonos de este modo claridad en su comprensión al
tiempo que nos dan las bases para explicarlas. El establecimiento de la evolución
reciente de la situación educativa se puede realizar y complementar con el empleo de
información adicional, como la consulta de archivos, datos obtenidos de
investigaciones y experimentaciones, resoluciones anteriores, evaluaciones hechas a
las realizaciones del plan, visitas a la comunidad, entrevistas con funcionarios que
tienen relación con la educación, etc. Es pues, un punto de partida necesario para
conocer la situación presente. Esta segunda etapa, la descripción de la situación
actual, se inicia con el paso dado anteriormente. Es necesario entonces hacer una
presentación de la situación educativa en su totalidad, sin olvidar su especificidad
proyectada, sobre todo, en la relación existente entre los niveles nacional, local e
institucional.
Hasta aquí podemos decir que hemos identificado los factores que determinan el
estado de la educación y su comportamiento en el futuro próximo. Esta parte
evaluativa de la situación educativa nos permite introducir un análisis objetivo sobre
dicha situación, identificando los aspectos sobre los cuales es necesario influir y sobre
todo el significado y sentido en que es necesario mejorarla.
Las respuestas a estas interrogantes, si bien indispensables, son la etapa más difícil
del proceso, sobre todo porque nos remiten de nuevo a pensar en los objetivos del
diagnóstico, en su desarrollo metodológico y en quienes los realizan. Las diferencias
conceptuales y metodológicas y la determinación del valor y la objetividad de las
técnicas utilizadas son barreras serias en el desarrollo de un trabajo de diagnóstico.
Esta etapa culminante del proceso de diagnóstico nos permitirá establecer metas más
alcanzables y racionales y va a ser fundamental para introducirnos en las etapas
siguientes del proceso general de planeación (formulación de políticas y objetivos y
programación). Las políticas y los objetivos, los planes, programas, o proyectos que se
elaboran se van a enmarcar dentro de una perspectiva realista, no sólo en la
concepción y determinación de los problemas, sino y ante todo, en sus medidas
correctivas.
a) Tipos de diagnostico
Instancia Regional:
Instancia Sub-regional
Problemas pedagógicos y
Problemas administrativos,
Recursos existentes
Capacidad Instalada
Medios educativos
Potencial humano y material.
El diagnóstico es una actividad permanente que debería ser asumida por un equipo
interdisciplinario. Este equipo tendría como función básica diseñar instrumentos y
métodos de investigación sencilla, participativa y ágiles, que ayuden a recoger
información básica fácil de ser procesada y sobre todo canalizar los resultados del
diagnóstico para su utilización en el proceso de diversificación curricular.
En este proceso crítico una tarea fundamental es que los docentes, organizados en
equipos, hagan una lectura analítica y crítica de los documentos curriculares
normativos (en nuestro caso sobre formación magisterial) y de los resultados del
diagnóstico regional y sub-regional.
Otra fuente importante para la diversificación del Currículo son los aportes de las
Culturas Nativas del país y la Cultura que se va creando en la vida cotidiana, para
seleccionar aquellos aspectos que contribuyan a la solución de problemas vitales en
cada región y en el país. Por ejemplo, el conocimiento de las propiedades curativas de
plantas que abundan en nuestro país y la tecnología agrícola y alimentaria que
corresponde a la cultura andina y a otras culturas nativas.
c. Diagnostico contextual
Los objetivos no sólo son importantes para el trabajo educativo sino incluso para todas
nuestras actividades diarias, es consustancial podríamos decir al hombre sapiens.
Había una vez un caballo de Mar que juntó todo su dinero y salió a buscar fortuna.
Después de haber caminado un trecho se encontró con un Anguila, que le dijo !Ey
amigo! ¿Adónde vas? "Voy a buscar fortuna", le replicó la Anguila, "por cuatro
monedas, puedes disponer de estas veloces aletas y así llegarás mucho más rápido"
"Magnífico" dijo el caballo de Mar, pagó y se puso sus aletas y partió al doble de
velocidad anterior. Al poco rato se encontró con una Esponja, que le dijo: "Psst Amigo"
¿Adónde vas?, "Voy a buscar fortuna", replicó el Caballo de Mar, "Tienes suerte",
replicó la Esponja. "Por poco dinero te puedo entregar esta motocicleta para que
vayas mucho más rápido. De manera que el Caballo de Mar con el dinero que le
quedaba compró la motocicleta y se fue por el mar cinco veces más rápido. Muy
pronto se encontró con el Tiburón, quien le dijo: "Ey amigo, ¿Adónde vas?, "Voy a
buscar fortuna", le replicó el Caballo de Mar. "Tienes mucha suerte, si tomas este
atajo" le indicó el Tiburón apuntando a su boca abierta". "Te ahorrarás mucho tiempo".
"Ah muchas gracias" dijo el Caballo de Mar y se metió a toda velocidad en la boca del
Tiburón, para ser devorado.
La moraleja de esta fábula es que si no se está seguro adonde se va, lo más probable
es que se llegue a un destino equivocado sin siquiera saberlo.
Señores padres de familia: nos hemos reunido esta noche, en este lugar, para decidir
qué vamos hacer con las minifaldas de la señorita Gonzáles.
Sin embargo, hijo tienes que ir a visitar a tu abuelita para demostrarle lo mucho que
deseas verla.
Este hecho nos explica el porqué los fines y objetivos educacionales no pueden ser
estáticos ni eternos, sino que estos tienen que aparecer, surgir y desaparecer de
acuerdo con los cambios que se operan en el sistema social, con el triunfo y la derrota
de las distintas clases sociales, con los cambios acontecidos en la ideología
dominante y en las concepciones filosóficas del mundo.
Lo señalado, nos lleva a relacionar los objetivos con las clases sociales y la lucha de
clases. La práctica a lo largo de la historia de la educación, nos demuestra que en los
objetivos se encuentran manifestados con claridad los intereses de la clase social que
detenta el poder. Un análisis de los objetivos de cualquier sistema educativo, no puede
hacerse al margen de la lucha de clases, para determinar qué intereses se buscan
implementar a través del sistema educativo y de su respectiva estructura curricular.
Así tenemos que los intereses de la clase esclavista se encuentran expresados en las
finalidades o ideales de la educación ateniense o espartana por ejemplo en la época
del esclavismo. En el feudalismo, el predominio de la iglesia católica y la de los
señores feudales se encuentran expresados en las finalidades y los objetivos del
sistema educativo de esta época así como en estructura curricular. Lo mismo sucede
en la época del capitalismo y el socialismo.
c) Fines y objetivos
Suelen confundirse estas dos categorías y que en realidad no son la misma cosa,
aunque sí están estrechamente interrelacionadas.
Los fines son metas a largo plazo que pueden o no realizarse en cambio los objetivos
son metas alcanzables realizables, nos tienen que mostrar el aprendizaje alcanzado
por el alumno en un momento dado. Los objetivos expresados en los currículos deben,
por lo tanto, definir claramente lo que se espera en relación con la formación de los
alumnos.
En las últimas décadas los profesores y los especialistas en currículo han venido
señalando con mayor precisión la importancia de los objetivos en el campo educativo y
curricular.
e) Fuentes de objetivos
La fuente natural de los objetivos debe ser el diagnóstico, por cuanto le permite
examinar en forma general la situación en la que se encuentra. De la apreciación de
los resultados del diagnóstico, extraerá sugerencias acerca de lo que debe intentar
alcanzar y tal vez, también una indicación sobre los factores que pueden ampliar o
limitar sus tentativas. En este sentido el análisis y características de los alumnos son
de suma importancia.
Los resultados del diagnóstico en las variables antes señaladas, del estudio de los
alumnos en sus puntos fuertes y débiles, de sus habilidades e intereses, señalaran al
profesor qué necesidades tienen sus discípulos, y éstas a su vez le indicará objetivos
adecuados para ellos.
Los factores sociales, como la procedencia de clase social, el hogar de los alumnos,
las condiciones materiales en las que se desarrolla la labor pedagógica e incluso el
clima de la escuela son elementos que deben tenerse en cuenta al formular los
objetivos educacionales.
Objetivos particulares que esta a nivel de los planes de estudio de cada especialidad
señala las metas que deben lograrse a través de cada especialidad. Los objetivos
particulares se derivan de los objetivos generales.
Para precisar las necesidades que se atenderán se deben dar cuatro pasos o tareas
principales:
Los propósitos de una institución educativa están determinados por sus principios
políticos, filosóficos y científicos que prevalecen en ella, y que constituyen un marco de
referencia a partir del cual se juzga, de cierta manera, a la propia institución y sus
circunstancias concretas, al entorno social y a las relaciones entre una y otro. En
dichos principios encontramos explicaciones cuyo origen se encuentra en la actividad
política, en la reflexión y en estudio sobre esa actividad, en los sistemas filosóficos y
en los productos de la investigación científicas.
Podemos tener el ejemplo, del papel que debe jugar la Universidad como institución
educativa y que nos permitirá distinguir ciertos principios de carácter políticos y
filosófico, principalmente, que determinan el reconocimiento de algunos propósitos
consecuentes: "nosotros, por el contrario, permitimos de que hoy la Universidad -la
educación superior- en este país, dado el momento histórico que se vive, debe estar
instrumentada para asimilar la realidad, para interpretarla. Consideramos, pues, que la
Universidad no puede seguir siendo el ente pasivo encargado de producir y reproducir
un conocimiento destinado, en esencia, a enajenar la conciencia de los desposeídos a
perfeccionar las técnicas de la explotación y a incrementar la dependencia de nuestro
país al imperialismo.
De lo que se trata en esencia en éste paso es precisar con claridad los propósitos de
una institución educativa en función a las características y necesidades de una
realidad social, regional o local, para dar respuestas educativas efectivas y no
subjetivas ni fuera del contexto y requerimiento social. Una vez definidos los
propósitos de la institución educativa y las del entorno social, se procede a dar el
siguiente paso.
Lo que se tiene que realizar en este paso, es la de distinguir, de entre todas las
posibles necesidades sociales, al conjunto de las que específicamente puede
contribuirse a satisfacer mediante un proceso concreto de enseñanza-aprendizaje, de
acuerdo con los propósitos de determinada institución educativa.
Esto es así, porque en última instancia todo sistema educativo creado por el hombre,
está destinado o debe estar destinado, justamente a satisfacer necesidades concretas
y definidas de su entorno social.
Operación que consiste en ordenar las necesidades según su importancia, ello, implica
valorarlos, es decir asignarles un valor, un peso relativo determinado de acuerdo con
los propósitos institucionales educativos.
5. Caracterizar al alumno
Algunos tratadistas, suelen hacer una analogía entre los profesores y los escultores en
los siguientes términos: diremos que a los elaboradores de un currículo les es
necesario conocer las características del alumno con el que va a trabajar un sistema
concreto, al igual que el escultor requiere de saber cómo es el material con el que va a
producir una obra. Extendiendo la analogía: el escultor puede proponerse muchas
cosas y lograrlas con el material de que dispone en un momento dado, pero no puede
lograr cualquier propósito con un mismo material, ya que éste tiene límites en las
posibilidades que hay de transformarlo. Con los alumnos ocurre algo parecido, pero en
un nivel cualitativamente superior, pues no se puede lograr cualquier objetivo
curricular, sino solamente los que son adecuados a sus características, incluyendo
entre éstas sus intereses y motivaciones.
Entre las características de los educandos, que más comúnmente se reconocen como
significativos en los procesos de enseñanza-aprendizaje, están: situación económica,
clase social a la que pertenece, la edad, la escolaridad, los antecedentes culturales, el
estado de salud, el coeficiente intelectual, etc. Debemos tener en cuenta que todas
estas características están interrelacionadas y que unas dependen de otras.
Es necesario determinar las características que, en promedio, tienen los alumnos, para
lograr la adecuación del proceso de enseñanza-aprendizaje con los educandos. Esto
obliga a adoptar entonces un punto de vista sobre el asunto, que deberá ser
congruente con la legislación y los principios de la institución, pues éstos ofrecen el
marco de referencia desde el cual se juzga si existe o no alguna relación y de qué tipo,
entre determinada característica y el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En nuestro país, como ya lo hemos señalado, tenemos un gran problema, hasta cierto
punto, el desconocimiento de nuestros alumnos ya sean niños o jóvenes, por ausencia
de investigaciones de carácter psicológico educativo y social. En realidad, conocemos
muy poco científicamente a nuestros niños y adolescentes, es un reto y una tarea que
tenemos los profesores y los psicólogos.
Otro de los pasos importantísimos, para poder formular los objetivos curriculares, es la
de elaborar el perfil profesional (Universidad) o del egresado (para el caso de
educación inicial, primaria o secundaria).
Al elaborar el perfil profesional o del egresado, nos ocupamos en describir cómo será
el alumno producto del sistema para el cual estamos elaborando un currículo. Como
ocurrió en la operación anterior, tendremos ahora también una caracterización, aunque
no como serán probablemente los alumnos, sino de cómo deberán ser los alumnos al
egresar para poder atender las necesidades previamente precisadas.
De las características del egresado debe hacerse una descripción general, pero no
ambigua. En el perfil no se entra en detalles, en lo particular, pero se tiene que ser
claro y lo más preciso posible, de suerte que todos podamos entender cómo deberá
ser el egresado. Entre las características más importantes que de él pueden incluirse
en un perfil, están las siguientes:
Las áreas de conocimiento científico en las que debe tener un dominio, más o
menos completo. Por ejemplo, Didáctica General, Currículo, etc., en el caso
nuestro.
Lo que será capaz de hacer con ellas, como aplicar la didáctica general o el
currículo en el proceso de enseñanza-aprendizaje y vincularlas con la
investigación y la proyección social.
Los valores y actitudes que debe asimilar en el aprendizaje y formación
profesional, por ejemplo, forjarles una conciencia crítica, social o de clase para
que coadyuven con la transformación social y/o la de pugnar por el desarrollo de
las comunidades marginales.
Las destrezas que habrá desarrollado, por ejemplo: habilidad para organizar el
proceso de enseñanza-aprendizaje en grupo de trabajo, habilidad para encontrar
aplicaciones prácticas de conocimientos abstractos.
En suma podemos decir, que un buen perfil profesional o del egresado facilita la tarea,
pero no la sustituye, de definir los objetivos curriculares.
Este último paso, implica una de las decisiones más importantes en el proceso de
elaborar un currículo: la que se refiere a los logros o metas que se van a tratar de
alcanzar, teniendo en cuenta las necesidades existentes, las características del
alumno y el modelo de egresado.
Los objetivos curriculares, pues, deben ser formulados como objetivos de aprendizaje,
o para decirlo más precisamente, como los objetivos más generales del aprendizaje
que deberá producirse mediante un proceso concreto de enseñanza-aprendizaje.
Diagnóstico.
Formular los objetivos curriculares.
Seleccionar y organizar los contenidos.
Metodología.
Evaluación.
A pesar de lo señalado, parece haber algunos mal entendidos acerca de los métodos,
su lugar y función en el currículo total.
Tal vez a causa de la atención que se otorga a éstos durante la formación docente,
muchos profesores, lo consideran como el principal elemento curricular. Esta actitud
es alentada por algunas personas que entran en la clase y hacer observaciones sobre
los métodos utilizados. Es verdad que los métodos son probablemente la parte más
obvia del currículo cuando se entra en una escuela, pero no deben juzgarse en forma
aislada su mérito reside en la medida en que faciliten el logro de los objetivos.
Otra creencia común con respecto a los métodos es que uno en particular es el mejor
o correcto. Algunos profesores pueden alegar que "creen en métodos de actividad, de
descubrimiento, formales, informales, etc., cualquiera que sea el significado de éstos
términos, y defender con entusiasmo alguno de ellos.
Nuevamente, el método se toma aquí en forma aislada y se considera como algo que
tiene valor en sí mismo y no con relación a un conjunto de objetivos deseados.
Es posible que ciertas clases de objetivos puedan alcanzarse mejor mediante el uso
de determinados métodos, pero aún debe experimentarse y estudiarse bastante en
este campo en particular. Es probable también que cierta clase de objetivos, como los
que se relacionan con el desarrollo de valores, actitudes, apreciaciones y
sensibilidades, dependan más de los métodos utilizados que el contenido.
a) Métodos e hipótesis
Así como una serie de objetivos pueden alcanzarse a través de un contenido diferente,
así también métodos diversos sirven para los mismos objetivos. Esto, proporciona
tanto al profesor como a los alumnos la oportunidad de obtener variedad, flexibilidad y
selección. Esto significa también, que el profesor debe tener la oportunidad de contar
con una diversidad de métodos para que pueda seleccionarlos o utilizarlos con
flexibilidad.
Además debemos tener en cuenta que no todos los alumnos aprenden con la
aplicación de un sólo método. Debe tenerse en cuenta que por las características que
ofrecen los niños de un centro urbano por ejemplo y los de un medio rural, exigen la
necesidad de aplicar métodos adecuados a su realidad y personalidad.