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PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

4. PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

4.1. PRAGMÁTICA

Retomo la definición de pragmática:

(1) La pragmática se encarga de estudiar las relaciones entre el contexto


discursivo y los recursos estructurales del lenguaje que han sido
gramaticalizadas, que representan la competencia pragmática de los
hablantes, i.e. la pragmalingüística, en términos de Crystal.

Debido a esto, en mi propuesta teórico-metodológica no entrarán consideraciones

pragmáticas del tipo que proponen la teorías pragmáticas descritas en 2.1.4., y sólo tomaré

en cuenta fenómenos pragmáticos que corresponden únicamente al contexto discursivo,

según se define en (1).

Así pues, en el siguiente apartado presentaré mi propuesta teórico-metodológica

para el análisis de la competencia comunicativa de los pacientes con afasia de Wernicke.

Retomaré algunos conceptos para extenderme en su explicación y sintetizar su definición,

además de explicar los dispositivos gramaticales y léxicos sobre los que voy a basar mi

análisis.

4.2. DISCURSO
Como ya hemos visto:
(2) Gracias a su carácter multiproposicional, el discurso es el conjunto de
oraciones/elocuciones/proposiciones que tiene como principal
característica la coherencia lingüística que guardan entre sí, es decir,
la continuidad de referentes, tiempo y temas, principalmente. Además,
gracias a estas continuidades, puede ser sometido a un análisis para
establecer las dependencias y relaciones lingüísticas entre
oraciones/elocuciones/proposiciones.

Partiendo de esta base, y una vez definido como multiproposicional, en esta sección

describo de qué forma las proposiciones se van anexando unas a otras, es decir, la manera

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en que son almacenadas en las mentes de los interlocutores y la forma en la que la

gramática y el léxico intervienen para llevar a cabo esta unión de forma coherente.

Empezaré diciendo que el discurso es producido por medio de la interacción entre

dos perspectivas, la del hablante y la del oyente, la interacción ocurre en la mente de ambos.

Cada uno intenta, desde su perspectiva, construir un modelo de la perspectiva del otro. Así,

diversos dispositivos gramaticales y léxicos ayudan a los dos interlocutores a almacenar y

acomodar la información, ya sea compartida o nueva.

Como explica Givón (1984), el discurso puede compararse con una base de datos:

cuando dos proposiciones son parte del mismo discurso mantienen algún tipo de relación en

cuanto a coherencia temática se refiere. De tal forma, la relación de coherencia temática,

entre dos proposiciones dentro del mismo discurso, debe estar en algún punto intermedio de

los límites extremos de la coherencia:

(i) Límite superior: la tautología es una relación de redundancia de


información, donde el texto ya contiene la proposición y al agregar la otra
no aporta información nueva alguna. Juan compró un libro y Juan
compró un libro.
(ii) Límite inferior: la contradicción es una relación de incompatibilidad de
información, donde ambas oraciones parecen tener una coherencia
máxima (por la recurrencia de elementos), excepto por uno crucial: el
valor de verdad, que hace que las dos cláusulas sean lógicamente
incompatibles como miembros del mismo texto. Juan compró un libro,
Juan no compró un libro.

Por lo anterior, los textos más coherentes están en un punto medio entre la redundancia total

y la contradicción (incoherencia). Así pues, el discurso es un híbrido, donde cada

proposición agrega algo de información que no es completamente tautológica (redundante)

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ni totalmente nueva, es decir, hace referencia al conocimiento previo, evitando la

contradicción. En otras palabras, cada oración/proposición contiene, al menos, algo de

información vieja, que asegura la vinculación coherente dentro del discurso. De la misma

forma, cada oración/proposición contiene, al menos, un elemento de información nueva

para evitar la redundancia total. Estas dos condiciones pueden ser resumidas como (Givón,

1990: 898):

(3) Constraints on rate of new information flow:


“(a) A clause in connected discourse tends to contain
at least one chunk 1 of new information;
(b) A clause in connected discourse tends to contain
only one chunk of new information”.
Constraints on rate of old information flow:
(a) A clause in connected discourse tends to contain
at least one chunk of old information;
(b) A clause in connected discourse tends to contain
more than one chunk of old information”.

Esta dicotomía entre información vieja e información nueva es una consecuencia de los

requisitos de coherencia para el discurso multiproposicional.

En resumen, hemos visto los límites extremos de la coherencia (la tautología y la

contradicción), por lo que el discurso es un híbrido compuesto por oraciones/proposiciones

que contienen información vieja e información nueva. Esta dicotomía es consecuencia de la

coherencia y permite realizar una clara distinción entre background y foreground, así como

describir sus características y contribución al encadenamiento de las proposiciones para

formar un discurso coherente.

1
Chunk, aclara Givón, corresponde a la palabra léxica (lexical word) que, comúnmente, codifica el sujeto o el
objeto dentro de una oración.

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4.2.1. BACKGROUND, CONTEXTO, INFORMACIÓN VIEJA O COMPARTIDA 2

Existen dos fuentes donde se debe buscar la coherencia discursiva: (i) el background o la

información compartida entre los interlocutores, y (ii) el foreground o la información nueva.

La información compartida es una especie de almacén donde se van archivando referentes,

acciones, lugares y tiempos que conforman el discurso en cuestión. Debido a que es

información vieja (compartida) es de carácter anafórico, es decir, dentro del background

encontramos los elementos importantes (recurrentes) que se presentan constantemente a lo

largo del discurso, de tal suerte que estos elementos recurrentes fungirán como base o

anclaje para los elementos de información nueva que se vayan presentando a lo largo del

procesamiento del discurso.

En este punto cabe recordar la propuesta de Givón (1995), la idea es que las pistas

gramaticales y léxicas, que hablante y oyente utilizan, determinan las operaciones mentales

que deben realizarse para llevar a cabo una representación mental coherente del texto. La

mayoría de elementos gramaticales y léxicos que nos auxilian al rastreo de coherencia se

encuentran dentro de la información compartida, por tal motivo existe una mayor

accesibilidad a estos elementos dentro del background, y mientras mayor accesibilidad haya

mayor será la coherencia y menor el esfuerzo de procesamiento.

Así pues, la noción de información compartida es crucial pues sin ella no se podría

construir un discurso, dado que sería imposible agregar nuevas proposiciones ya que no

habría donde anclarlas. Puesto de otra forma, el contexto discursivo o background es

2
Para Givón (2005), el contexto no es una entidad objetiva sino, más bien, un constructo mental, la base
relevante construida vis à vis con otros tókens de experiencia, que alcanza representaciones mentales estables.
Es por esto que ni la cooperación social ni la comunicación interpersonal pueden avanzar significativa y
eficientemente, al menos que los interlocutores tengan una categoría mental genérica compartida. Es decir, el
mismo mapa conceptual o, al menos, una parte relevante deber ser común para los interlocutores.

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requerido necesariamente para la interpretación exitosa de las nuevas proposiciones

(integración temática).

Ahora bien, los interlocutores pueden elegir de tres diferentes fuentes el contexto

discursivo necesario para la interpretación de las proposiciones:

(4) Fuentes para el contexto discursivo o background (Givón, 2005):


Etiqueta cognitiva Equivalente comunicativo
a. Memoria semántica permanente a. Léxico genérico
b. Memoria episódica b. Texto actual
c. Working memory y/o atención c. Situación actual de habla

4.2.1.1. LÉXICO GENÉRICO / MEMORIA SEMÁNTICA PERMANENTE

El conocimiento léxico genérico es representado mentalmente en la memoria semántica

permanente y equivale al conocimiento culturalmente compartido por todos los miembros

de una cultura. Principalmente, los referentes están anclados a esta estructura en dos

sentidos: (i) algunos referentes son accesibles globalmente porque son identificables y

distintos a todos los miembros de una comunidad, en cualquier tiempo. Por ejemplo, Dios,

el sol, el Papa, el presidente, etc. (ii) La información culturalmente compartida es

combinada con información textual compartida para ser una mejor fuente y lograr, así, una

mayor accesibilidad referencial. Por ejemplo, un amigo mío tiene un nuevo trabajo. Su

padre está feliz por ello. María entró al restaurante y pidió ver el menú.

Como podemos notar, el léxico genérico es la fuente donde se encuentra la mayor

cantidad de información compartida por los miembros de una cultura. Gracias a ella

podemos agregar información nueva sin necesidad de dar mayores detalles de los referentes

o de las acciones de las que estamos hablando, pues todos sabemos lo que significa Dios o

comprar, sin necesidad de requerir mayores explicaciones.

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4.2.1.2. TEXTO ACTUAL / MEMORIA EPISÓDICA

Dentro de la memoria episódica, constituida por el background discursivo, se va

almacenando el discurso (referentes, acciones, tiempo y lugares, principalmente). Squire y

Zola-Morgan (1991: 1385) han observado, a propósito de la memoria episódica:

This system is fast, has limited capacity, and performs a crucial function
at the time of learning in establishing long-term declarative memory. Its
role continues after learning during a lengthy period of reorganization
and consolidation whereby memories stores in neocortex eventually
become independent of the medial temporal memory system. This process,
by which the burden of long-term (permanent) memory storage is
gradually assumed by neocortex, assures that the medial temporal lobe
system is always available for the acquisition of new information.

Así, la duración de la memoria episódica se encuentra en un punto medio entre la memoria

a largo plazo y la memoria a corto plazo. Su función puede ser entendida como un filtro

donde sólo pasa la información relevante (recurrente) que sirve para almacenar y anclar la

información entrante. Posteriormente, esta información puede ser desechada o anexada a la

memoria a largo plazo dependiendo de la importancia.

De tal suerte, la información en la memoria episódica no sólo es maleable durante un

periodo de reorganización y consolidación sino que, además, es recuperable durante la

producción del habla y es altamente dependiente del contexto dentro del cual es producido.

Por tal razón, Givón (1995) propone que el texto es representado dentro de la memoria

episódica, al menos en parte, como una red de nodos conectados, donde la estructura

muestra, por lo menos, dos características bien identificadas:

(5) Estructura del texto mental (Givón, 1995):


a. Jerarquía:
La representación textual episódica tiene una profunda organización
jerárquica, de tal forma que los nodos se encuentran conectados con
otros jerárquicamente adyacentes, tanto hacia arriba como hacia
abajo. Esto es, las oraciones están conectadas a sus cláusulas, las
cláusulas a su párrafo, etc.

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b. Secuencialidad:
La representación textual episódica muestra una cadena secuencial en
un nivel jerárquico, de tal forma que los nodos se encuentran
conectados tanto a los nodos adyacentes precedentes como a los
subsecuentes. Esto es, una oración está conectada a la que le precede
y a la que le sucede.

Es en este nivel donde se debe realizar una búsqueda más exhaustiva de coherencia, pues si

un nodo establece múltiples conexiones, ya sea jerárquica o secuencialmente, es seguro que

encontraremos una mayor recurrencia de elementos a lo largo del texto actual. Cabe

destacar que dentro de la memoria episódica persisten los elementos léxicos importantes, así

como la cantidad necesaria de marcas gramaticales que señalan ciertos tipos de relaciones

como: referenciales, temporales, de acción y de locación. Gracias a esto, las nuevas

proposiciones pueden ser anexadas al background (la nueva información será anexada

secuencial o jerárquicamente al nodo que esté activado en ese momento) y realizamos las

operaciones mentales necesarias para seguirles el rastro a las relaciones antes mencionadas.

4.2.1.3. SITUACIÓN ACTUAL DEL HABLA / MEMORIA DE TRABAJO

La memoria de trabajo, a diferencia de la memoria episódica, sostiene Givón (1995), retiene

de dos a cinco cláusulas o de ocho a veinte segundos del verbatim 3 textual. Las señales

externas del texto indican qué elementos serán transmitidos a la memoria episódica. La

información superficial de las pistas gramaticales probablemente no sobreviva más allá de

esta memoria.

Así, podemos considerar a las señales gramaticales, asociadas con las cláusulas del

lenguaje natural, como instrucciones de procesamiento mental que guían a quien comprende

el lenguaje a la construcción de una representación mental coherente y estructurada del

3
El verbatim es tanto el vocabulario como la forma gramatical superficial de las elocuciones.

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texto. Esto es, las señales gramaticales son parte del mecanismo de transferencia utilizado

para colocar la información de la cláusula en un lugar coherente (conectado, anclado en el

nodo indicado) dentro de la memoria episódica. De tal forma, las señales gramaticales son

responsables de la conectividad del texto mentalmente representado 4 .

También se le conoce como contexto deíctico pues aquí es donde se basa cualquier

elemento de coherencia, es decir, se indica la relación espacial con cualquiera de los dos

participantes en el discurso (hablante y oyente), o la relación temporal del habla. Dentro de

la memoria de trabajo encontramos los referentes para los pronombres personales (yo, tú, él,

etc.), para los adverbios de lugar (aquí, ahí, allá, etc.) y para los adverbios de tiempo (ahora,

después, hace tiempo, hoy, ayer, mañana, etc.).

De forma esquemática, se puede resumir la forma en la que estas tres fuentes del

background trabajan (Givón, 1990):

(6) Hipótesis del orden de operaciones mentales realizadas para


encontrar las relaciones de coherencia:

a. Búsqueda de pistas gramaticales dentro de la situación actual


de habla;
(i) si se encuentran, se inicia la búsqueda relevante;
(ii) si no, entonces:
b. Búsqueda de pistas gramaticales dentro del léxico genérico;
(i) si se encuentran, se inicia la búsqueda relevante;
(ii) si no, entonces:
c. Se inicia la búsqueda dentro del texto actual.

4.2.2. FOREGROUND / INFORMACIÓN NUEVA

Así como la información vieja es asumida por el hablante como accesible al oyente, la

información nueva es asumida por el hablante como inaccesible al oyente. Ya hemos visto

4
En este sentido, Kintsch apunta: “[…] We have finally found a use for syntax in a psychological processing
model. It provides the comprehender with a ‘weak’ bur general method for comprehension, to be
complemented by the ‘strong’ knowledge-based and domain-specific methods. As in problem solving, weak
and strong methods have their respective advantages and uses, and the complete comprehender would not
forego either.” (Givón, 1995: 359)

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que el contexto o la información vieja o compartida sirve para anclar los elementos de

coherencia y que las proposiciones dentro del discurso coherente incluyen, al menos, un

elemento de información vieja y un elemento de información nueva.

Por tal razón, Givón (1990) establece las siguientes hipótesis:

(7) Hipótesis acerca de la integración de la nueva información en el


discurso:

a. Modo de integración de la nueva información: Los elementos de


información vieja (tópica) en las proposiciones constituyen su propio
mecanismo de dirección, es decir, a ellos se remite la nueva información
en el lugar correcto (coherente) preestablecido, donde será archivado
dentro de la red coherente del discurso.

b. Solidez de la integración de la nueva información: La mayoría de los


elementos de información vieja en las proposiciones tienden a ser más
permanentes, lo que garantiza que la nueva información pueda ser
integrada dentro de la estructura del discurso coherente.

c. Velocidad en la integración de la nueva información: La mayoría de


los elementos de información vieja tienen un proceso de integración muy
rápido dentro de la estructura del discurso coherente porque la búsqueda,
a través de la red preexistente, es dirigida por un amplio número de
pistas. Por tal motivo, la información nueva, al estar anclada a la
información vieja, tendrá también un proceso rápido de integración.

Así, la información nueva cumple con una función principal: evitar la redundancia, agilizar

y garantizar la progresión temática del discurso. Generalmente, los elementos de la

información nueva tienden a establecerse en la memoria de trabajo pero si son importantes

serán almacenados dentro de la memoria episódica. Resulta lógico que la información

nueva, tan pronto es aprehendida dentro de la memoria episódica, se convierte en

información vieja por eso el flujo de información es constante en el procesamiento del

lenguaje en línea.

Hasta aquí, he descrito que el discurso es multiproposicional, es decir, está

conformado por varias proposiciones que son empaquetadas en oraciones o cláusulas.

Debido a esto, dentro del discurso se hace la distinción entre información vieja e

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información nueva lo que garantiza, por todo lo arriba explicado, que se está cumpliendo

con la principal característica del discurso: la coherencia.

4.2.3. COHERENCIA

Dentro de la lingüística, actualmente la noción de coherencia es abordada, principalmente,

desde dos diferentes perspectivas: (i) aquella que la considera como un producto

inseparable del texto y que su búsqueda sólo debe realizarse entre los límites del mismo; y

(ii) aquella que la considera no sólo como una propiedad objetiva del texto producido, sino,

además, como un proceso mental generado a partir de la producción y de la comprensión

del discurso, donde el lenguaje juega un papel primordial (Givón, 1995).

Algunos autores, que concuerdan con la primera aproximación, utilizan el término

de coherencia para referirse a la conectividad morfológica, sintáctica, semántica o

pragmática que hay entre las partes de un texto (Halliday y Hasan, 1976; Heydrich,

Neubauer, Petöfi y Sözer, 1989; Hellman, 1995).

Desde esta perspectiva, la coherencia es considerada como una propiedad

estructural de las expresiones verbales, i.e. una característica inherente de los sistemas

naturales o artificiales del procesamiento del lenguaje. Así, la coherencia debe ser buscada

sólo en el texto mismo 5 .

Por otra parte, la aproximación que ve a la coherencia más como un proceso mental

obviamente considera, además del texto, varios mecanismos cognitivos que son activados o

utilizados a lo largo del discurso, por ejemplo: la memoria episódica, la memoria a corto

plazo, activación de atención, almacenaje de la información compartida, entre otros. Esta

5
Debido a esto, generalmente, se confunde o se reduce el rastreo de coherencia al análisis de los elementos
cohesivos que se encuentran a lo largo del texto.

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aproximación entiende que la coherencia es un proceso mucho más complejo y que,

algunas veces, no está presente de manera explícita dentro del texto, por tanto no es

suficiente con un análisis superficial del mismo. Autores como Givón (1982, 1990, 1995),

van Dijk y Kintsch (1978, 1985), Johnson-Laird (1983), entre otros, han desarrollado su

trabajo desde esta perspectiva.

Mi trabajo es más cercano a la propuesta de estos autores, principalmente por la

conveniencia metodológica que representa, ya que me permite hacer una distinción clara

entre coherencia y cohesión, además de poder realizar un análisis más amplio que el simple

rastreo de algunos elementos cohesivos en el discurso.

4.2.3.1. COHERENCIA VS COHESIÓN

La distinción entre coherencia y cohesión no es fácil de manejar, en parte porque, desde

que el discurso fue tratado como un objeto autónomo, la búsqueda y análisis de coherencia

fue restringida al texto mismo. Debido a esto, tradicionalmente se considera que un texto

bien formado es aquel que se mantiene unido por diferentes dispositivos cohesivos 6

manifestados en la superficie textual (Hellman, 1995).

Hellman sostiene que existe una tendencia para confundir la cohesión con la

coherencia o para desplazarse entre diferentes interpretaciones de ambos términos, y que el

trabajo de Halliday y Hasan (1976) es un ejemplo de esta ambigüedad. Por una parte, estos

autores, sostienen que las conexiones cohesivas, entre oraciones, claramente destacan más

porque son la única fuente de textura. Y, por otra parte, aseveran que la relación semántica

6
Dentro de estos dispositivos cohesivos destacan: (i) las relaciones conjuntivas, es decir, lo que se está
diciendo debe estar explícitamente relacionado con lo que se ha dicho antes; (ii) correferencia, que incluye
anáfora y catáfora; (iii) sustitución; (iv) elipsis; (v) repeticiones; (vi) relaciones léxicas y (vii) comparación
(Crystal, 1987a).

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subyacente es la que tiene el poder cohesivo. Finalmente, en un trabajo posterior, Halliday

(1982) soluciona este problema integrando las relaciones semánticas subyacentes dentro de

la teoría de cohesión para introducir un tipo adicional de relación cohesiva 7 . Así, concluye

que los dispositivos cohesivos son los medios regulares para expresar la coherencia de un

texto.

A este respecto, Hellman expone que tradicionalmente se considera que: “hay una

propiedad, ‘coherencia’, que distingue los textos y los no-textos o, en términos de Reinhart,

textos bien formados y textos no bien formados. Esta propiedad es, de alguna manera,

garantizada o creada por elementos específicos en un texto. La coherencia es construida,

creada o mantenida por tales marcadores cohesivos”8 . Debido a esta conceptualización,

continúa la autora, se ha creído que, efectivamente, la cohesión y los elementos cohesivos

son los elementos que determinan la coherencia del discurso.

Sin embargo, esta postura se fundamenta en dos pasos: (i) se da por sentado que el

caso normal para los textos es tener marcadores cohesivos; (ii) posteriormente, aquellos

textos que no tienen tales marcadores cohesivos, de manera clara en la superficie textual,

son considerados como desviaciones del caso normal, ya sean textos incoherentes o

implícitamente coherentes y requieren un modo de procesamiento secundario que puede

implicar que son coherentes, nuevamente, con la ayuda del texto externo (Hellman, 1995).

7
En el original: “On the one hand (Halliday & Hasan, 1976, p.9) ‘cohesive ties between sentences stand out
more clearly because they are ONLY source of texture’ (ibid., p.9): on the other hand ‘it is the underlying
semantic relation… that actually has the cohesive power’ (ibid., p.229). In a later work (Halliday, 1982) it
seems as if Halliday`s solution to the problem is to integrate these underlying semantic relations into the
theory of cohesion by introducing an additional type of cohesive relation.
8
En el original: “There is a property, ‘coherence’, that distinguishes texts and non-texts or, in the terms of
Reinhart, well-formed and not well-formed texts. This property is somehow guaranteed or created by specific
elements in a text. Coherence is built up, created or maintained by such cohesive markers” (Hellman, 1995:
198).

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Gracias a esta serie de contradicciones, varios autores no están de acuerdo en

reducir la coherencia a la cohesión. Por ejemplo, Enkvist (1978) demuestra que los vínculos

superficiales no garantizan la coherencia textual porque fallan al reflejar una coherencia

semántica subyacente 9 . Esto indica que la coherencia no es sólo cuestión de la cohesión

superficial del texto, pues para que un texto esté bien formado debe ser semánticamente

coherente además de tener señales suficientes de cohesión superficial. Finalmente, concluye

que la carencia de dispositivos cohesivos formales en el texto es bastante común, lo cual

indica que no sólo son innecesarios, sino que, además, en muchos casos son imposibles de

seguir o guían a falsas interpretaciones. Así, los dispositivos cohesivos no crean cohesión

por sí mismos, más bien señalan, a quien procesa el discurso, la búsqueda de relaciones,

más o menos bien definidas, entre dos segmentos del discurso, pero no constituyen la

coherencia del texto.

Hasta aquí he argumentado que, en lingüística, existen principalmente dos

perspectivas diferentes para abordar los estudios de coherencia. Por una parte, la que

considera a la coherencia como una característica estructural e intrínseca del texto y, por

otra, la que considera a la coherencia como un proceso mental generado a partir de la

producción y de la comprensión del discurso.

Debido a que la primera aproximación restringe la coherencia al texto, comúnmente

es confundida o intercambiada por la cohesión, pues sostiene que la coherencia es

proporcional al número de dispositivos cohesivos que contenga un texto. Esto es, mientras

más elementos cohesivos contenga un texto, más coherente será.

9
Para demostrarlo utilizó el siguiente texto: “I bought a Ford. The car in which President Wilson rode down
the Champs Elyssee was black. Black English has been widely discussed. The discussions between the
presidents ended last week. A week has seven days. Every day I feed my cat. Cats have four legs. The cat is on
the mat. Mat has three letters” (Enkvist, 1978).

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Sin embargo, la evidencia proporcionada por autores como Enkvist demuestra que

esto está lejos de ser cierto, al grado de considerar que la cohesión no es una condición

necesaria ni suficiente para hablar de coherencia. Pues un texto puede estar plagado de

elementos cohesivos y ser totalmente incoherente.

De tal forma, esta aproximación de coherencia es muy estrecha y, aunque coincide

en el estudio de algunos elementos, deja de lado varios que la segunda propuesta integra

dentro de su concepción de coherencia, como veremos a continuación.

4.2.3.2. SOBRE COHERENCIA

Desde una perspectiva cognitiva, la coherencia, además de incluir un análisis de los

diversos elementos cohesivos textuales, tiene que ver con los mecanismos

neuropsicológicos que intervienen tanto en la comprensión como en la expresión del

lenguaje. Así, esta aproximación cognitiva, aparte de permitir hacer una distinción entre

coherencia y cohesión, pone especial atención en la forma en que la coherencia es

construida a lo largo del discurso.

No obstante, dentro de esta aproximación existen diversas consideraciones acerca de

lo que es coherencia y cuáles son sus objetos de estudio, así como los elementos capaces de

ser evaluados. Todas estas consideraciones parten del supuesto que la coherencia es el

resultado del procesamiento del discurso y que es una meta que todos los involucrados en la

conversación comparten.

Partiendo de esta base, algunos autores consideran que la coherencia es el resultado

de la computación de relaciones de coherencia y sostienen que puede ser encontrada entre

las líneas del texto. Por citar un caso, Hobbs (1985) postula dos tipos de coherencia, (i)

local y (ii) global, donde a la primera le concierne la relación entre la oración y las

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oraciones circundantes de la misma, y a la segunda la relación entre la oración y el discurso

que la rodea. Entonces, la coherencia del texto dependerá de las relaciones de coherencia

que se establezcan entre oraciones y entre oraciones y el discurso en el que están insertas.

En este sentido, la coherencia es considerada como una propiedad estructural que es

construida a lo largo del discurso por medio de relaciones de coherencia, el problema es

que no se nos explica cómo evaluar ni qué elementos considerar para hablar de relaciones

de coherencia.

Otros autores creen que la coherencia es el producto de la computación de

intenciones, pues sostienen que es el resultado de la habilidad del procesador para

reconocer las intenciones del productor del lenguaje. Grosz y Sidner (1986) afirman que la

intención juega un rol primordial en la explicación de la estructura del discurso y en la

definición de coherencia discursiva. Finalmente, concluyen que: “un discurso es coherente

sólo cuando su propuesta discursiva [conjunto de intenciones] es compartida por todos los

participantes y cuando cada elocución del discurso contribuye a alcanzar este propósito”

(Grosz y Sidner, 1986: 202).

Desde esta perspectiva, los métodos para el rastreo de coherencia son las diferentes

teorías que se han desarrollado dentro de la pragmática, i.e. los actos de habla, las

implicaturas conversacionales, las máximas conversaciones y el principio de cooperación,

la teoría de la relevancia, etc., pues por medio de ellas podemos reconocer o explicar las

diferentes intenciones, ya sean veladas o concientes, que el hablante quiere comunicar al

oyente. Así, en este caso, la coherencia es una propiedad más opaca y no siempre se

encuentra de manera explícita dentro del texto, es más, se apela a diferentes nociones

externas al texto, principalmente la de intención, para tratar de explicar lo coherente de un

discurso.

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Una tercera propuesta rescata la contribución de varios factores cohesivos que

sirven para construir una representación coherente del discurso, entre ellos: la cohesión

referencial (Kintsch y van Dijk, 1978), la cohesión causal (Keenan et al., 1984), la cohesión

verbal (Haberlandt y Bingham, 1978), relaciones de coherencia (Hobbs, 1985; Mann y

Thompson, 1986; Sanders, Spooren y Noordman, 1990) y la computación de planes y

metas discursivas (Seifert, Robertson y Black, 1985).

La base común de todos estos estudios es su aproximación constructiva, esto es,

consideran que una construcción activa de relaciones referenciales, causales, verbales, etc.,

dentro de un texto, es el proceso que determina si es coherente o comprensible (Hellman,

1995).

La perspectiva de van den Broek resume claramente esta propuesta: “Esta

consideración de coherencia es el resultado de un proceso complejo de solución de

problemas, en el cual el lector infiere relaciones entre ideas, eventos y estados que son

descritos a lo largo del texto” (van den Broek, 1990: 175).

Hasta aquí he descrito las tres diferentes propuestas de coherencia, desde una

perspectiva cognitiva:

(i) Coherencia como computación de relaciones de coherencia: la coherencia


está entre las líneas del texto, gracias a las relaciones que existen entre
oraciones, y entre oraciones y el discurso completo.
(ii) Coherencia como computación de intenciones: la coherencia depende de
la habilidad del oyente para interpretar correctamente las intenciones del
hablante.
(iii) Coherencia como computación de relaciones referenciales, causales, y
otras: la coherencia puede ser rastreada en el texto por medio de la
identificación correcta de los diferentes tipos de relaciones que se

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PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

establecen entre los elementos de las oraciones que conforman un


discurso.

Debido a los fines metodológicos que persigo en este trabajo, el punto de partida de mi

estudio es la consideración de la coherencia como computación de relaciones entre

elementos del discurso. Además, esta perspectiva integra los elementos de las otras dos

propuestas de coherencia.

4.2.3.3. COHERENCIA COMO RESULTADO DEL PROCESAMIENTO DE


RELACIONES ENTRE ELEMENTOS DEL DISCURSO

Desde una perspectiva de este tipo, y siguiendo a Givón (1995), la complejidad que

representa la coherencia sólo puede ser manejada por la combinación de recursos

metodológicos de varias disciplinas. Debido a esto, caracteriza su aproximación de

coherencia de la siguiente manera:

(a) Elemento simple vs. elementos múltiples: la coherencia textual es un


complejo que está compuesto de meta-fenómenos, que involucra varios
elementos. Así, a pesar de que cada fenómeno puede ser estudiado o
manejado de manera independiente, la coherencia es un epifenómeno.
(b) Producto vs. proceso: la coherencia no es una propiedad objetiva del
texto. Más bien, el texto es derivado del proceso mental de la producción
y la comprensión del discurso, que son los lugares reales de la
coherencia.
(c) Perspectiva simple vs. perspectiva múltiple: la coherencia es un proceso
de colaboración que involucra a dos mente intentando alcanzar,
simultáneamente, varias metas.
(d) Producción vs. comprensión: el estudio de los procesos mentales de la
coherencia textual debe separar la producción discursiva de la expresión
discursiva.

129
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

(e) Discurso oral vs. discurso escrito: la producción de comunicación oral


espontánea es donde el estudio de la coherencia textual debe estar
localizado.
(f) Proceso guiado por conocimiento vs. proceso guiado por gramática: la
producción y comprensión del discurso humano involucran dos canales
distintos de procesamiento, uno más viejo, más lento y guiado por el
vocabulario; el otro es más joven, más rápido y guiado gramaticalmente.
(g) Coherencia local y coherencia global: en ambos canales de
procesamiento, aspectos locales y globales de coherencia están
involucrados.

Partiendo de estas bases, este autor desarrolla su teoría de coherencia concibiéndola como

una propiedad observable dentro del texto y como el resultado de los procesos mentales que

tienen que realizar, para expresar y comprender el lenguaje, tanto el hablante como el

oyente.

4.2.3.4. COHERENCIA COMO CONTINUIDAD

Ahora bien, desde que la coherencia puede ser observable en la superficie textual, diversos

autores consideran que puede ser definida como la continuidad de elementos a lo largo del

discurso. Givón (1995) establece que: “la coherencia es la continuidad o recurrencia de

algún o algunos elementos a través de una parte o partes del texto”. Y de los muchos

elementos que pueden repetirse a través del texto, destaca seis que son más fáciles de

rastrear y su coherencia es más fácil de evaluar: (i) referentes; (ii) temporalidad; (iii)

aspectualidad; (iv) modo; (v) locación; y (vi) acción o scripts.

En los primeros cinco elementos, la gramática está involucrada en un grado mayor,

lo cual beneficia tanto al analista como a quien comprende los textos. Para el analista, el

130
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

rastreo de elementos recurrentes a través del texto se facilita por las asociaciones que se

pueden hacer con la gramática. Para quien comprende el texto, las señales gramaticales

(construcciones sintácticas, morfología, entonación) lo guían en la construcción de una

representación mental coherente del texto (Givón, 1995).

Por su parte, Hellman (1995) también asume que hay ciertas guías en la

interpretación del discurso, y éstas se basan en la continuidad de ciertos elementos en el

discurso. Esta autora postula una serie de relaciones de continuidad: (i) mismo episodio; (ii)

mismo tiempo; (iii) mismo lugar; (iv) mismos participantes; (v) mismos eventos; y (vi)

misma meta. Donde las oraciones o segmentos adyacentes tienden a compartir la referencia

de los mismos individuos o, al menos, están relacionados. Los eventos y situaciones están

cercanos tanto en tiempo como en espacio, y las partes pertenecen al mismo flujo de

eventos.

Hellman señala que lo importante es observar que la continuidad es el caso no

marcado, lo normal. Para el oyente que dos oraciones sean adyacentes puede señalar que

ambas comparten algún tipo de continuidad. En contraste, la discontinuidad es indicada

explícitamente dentro del texto, ya sea por la inclusión de un nuevo referente, la reaparición

de uno previamente introducido o por el comienzo de un nuevo tópico discursivo, por tanto

la discontinuidad es el caso no marcado.

Finalmente, Reinhart (1980) afirma que la coherencia textual es un concepto

normativo que describe la serie de condiciones que definen a un texto como bien formado.

Así, propone que un texto debe cumplir con una serie de tres condiciones para ser

coherente: (i) conectividad, (ii) consistencia, y (iii) relevancia.

131
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

La conectividad es la condición sintáctica que rige la concatenación lineal de

oraciones en un texto. Necesita que las oraciones del texto estén conectadas formalmente,

esto es, que las oraciones estén vinculadas referencialmente o por un conector semántico.

La consistencia es la condición semántica que requiere que cada oración sea

lógicamente consistente con la oración previa.

La relevancia es la condición pragmática que no sólo restringe las relaciones entre

oraciones sino, además, las relaciones entre las oraciones y un tópico discursivo o tema

subyacente, así como sus relaciones con el contexto de la elocución.

Como podemos observar, la definición de coherencia de Reinhart involucra

condiciones sintácticas, semánticas y pragmáticas. Todas estas condiciones deben estar

presentes para que un texto sea coherente. De tal suerte, conectividad, consistencia y

relevancia involucran, por definición, la continuidad de elementos sintácticos, semánticos y

pragmáticos dentro del discurso.

En resumen, en este trabajo consideraré coherencia como: la continuidad de uno o

varios elementos a lo largo del texto, dicha continuidad involucra aspectos sintácticos,

semánticos y pragmáticos. Los principales elementos que se repiten y que considero en este

trabajo son: tiempo, referencia y tema. Así, considero tres subtipos de coherencia:

coherencia temporal, coherencia referencial y coherencia temática. Antes de explicar cada

una de ellas, describiré los dos canales que ayudan al rastreo de coherencia: el léxico y la

gramática.

4.2.3.5. LÉXICO Y GRAMÁTICA

Dentro de la evolución del lenguaje, Givón (1984, 1995) identifica tres momentos: (i) el

surgimiento del lenguaje como un sistema visual-gestual completamente icónico; (ii)

132
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

posteriormente, el hombre desarrollaría un código léxico; y (iii) finalmente, la gramática se

sumaría como el último paso en la evolución del lenguaje. De esto se deducen las dos

etapas del lenguaje más importantes:

1. La etapa del léxico conceptual o pre-gramatical.


2. La etapa gramatical.

2. Desarrollo
del código
1. Sistema léxico.
visual-gestual 3. Inclusión
icónico. de la
gramática.

Fig. 2 Esquema general del desarrollo evolutivo del lenguaje.

Basado en esta distinción, y siguiendo a Kintsch 10 , Givón propone que la producción y la

comprensión del discurso humano involucran dos canales distintos de procesamiento: (i) el

guiado por vocabulario, que es más viejo y más lento (que sólo incluye al código léxico); y

(ii) el guiado por gramática, que es más joven y más rápido (que incluye el léxico y a la

gramática). En este sentido, cada uno de los dos canales interviene de manera distinta en la

codificación y decodifación coherente de un discurso.

4.2.3.5.1. CANAL GUIADO POR VOCABULARIO

Para Givón, la principal característica del lenguaje es su iconicidad, i. e. el lenguaje surgió

como un sistema visual gestual completamente icónico, a través del cual el hombre

10
Kintsch sugiere que dos canales de procesamiento paralelos son simultáneamente activados durante la
comprensión del texto. Uno, el ‘método fuerte’, es guiado por el dominio del conocimiento contenido en la
información léxica específica (nombres, verbos, adjetivos, adverbios) en la cláusula. El otro, el ‘método
débil’, es guiado por la información gramatical en la cláusula.

133
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

comenzaría a construir el léxico. Así pues, este léxico estaría constituido básicamente por el

conocimiento culturalmente compartido, en donde algunos referentes serían accesibles por

ser identificables y distintos a todos los miembros de la comunidad (cultura, subcultura,

villa, familia) en todos los tiempos.

A partir de este acervo léxico, se desarrollaron tres módulos funcionales en el

sistema cognitivo:

(i) el lexicón conceptual


(ii) información proposicional
(iii) discurso multiproposicional.

Donde sólo los dos primeros podían funcionar sin la intervención de la gramática. Por una

parte, en sus inicios, el léxico conceptual 11 comenzaba a codificar un amplio número de

entidades y eventos, algunos más abstractos y otros más concretos, en relaciones espaciales,

temporales, que posteriormente serían englobados dentro de las categorías gramaticales, ya

fueran verbos, sujetos, adjetivos o adverbios.

Posteriormente, el hombre comenzó a utilizar este léxico en forma de información

proposicional, que no era en sí misma el contenido de la comunicación, sino solamente la

visión del mundo. Así pues, tanto léxico como información conceptual no eran suficientes

para llegar al nivel del discurso multiproposicional.

11
Explica Givón que tener un léxico bien codificado significa tener asociaciones consistentes y únicas entre
los conceptos léxicos y las unidades codificadas en el sistema sensorial-motriz humano. Único significa que
una unidad codificada debe conectarse y activar un objetivo conceptual único. Consistente significa que la
relación semiótica única es estable y no varía de un acto comunicativo a otro.

134
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

4.2.3.5.2. PRE-GRAMÁTICA

En esta etapa, el hombre se podía comunicar de forma rescatable, pues sólo utilizaba un

léxico bien codificado y algunas reglas combinatorias rudimentarias. La comunicación pre-

gramatical, lenta y analítica, dependía fuertemente del vocabulario y era guiada por el

conocimiento general compartido por la comunidad.

En la pre-gramática empezaron a gestarse reglas que posteriormente desarrollaría la

gramática:

Reglas entonacionales:
a. Acento y predictibilidad:
‘Los elementos de información menos predecibles son acentuados’.
b. Melodía y relevancia:
‘Los elementos de información que van juntos conceptualmente son empaquetados bajo
un contorno melódico unificado’.
c. Pausa y ritmo:
‘El tamaño de la separación temporal entre elementos de información corresponde al
tamaño de la distancia cognitiva o temática que hay entre ellos’.
Reglas espaciales:
a. Proximidad y relevancia:
‘Los elementos de información que van juntos conceptualmente guardan mayor
cercanía espacio-temporal’.
b. Proximidad y alcance:
‘Los operadores funcionales se mantienen más cerca de los operadores más relevantes’.
Reglas secuenciales:
a. Orden e importancia:
‘El elemento de información más importante es colocado al frente’.
b. Orden de ocurrencia y orden de reporte:
‘El orden temporal en el que los eventos ocurrieron será reflejado en el reporte
lingüístico de los eventos’.
Reglas de cantidad:

135
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

a. Expresiones cero y predictibilidad


‘La información más predecible –o ya activada– se dejará sin expresarse (anáfora cero)’
b. Expresiones cero y relevancia:
‘La información irrelevante o no importante será dejada sin expresar’.

Todas estas reglas serán reflejadas en el lenguaje por medio de la gramática, aunque más

elaboradas y automáticas.

Tiempo después, en la transición de la comunicación pre-gramatical a la

comunicación gramatical, la carga de vocabulario y el uso de pistas contextuales para la

coherencia del discurso comenzaban a ser menores y las marcas gramaticales comenzaban a

aparecer en la comunicación.

4.2.3.5.3. CANAL GUIADO POR GRAMÁTICA

La evolución de la gramática debe haber involucrado una compleja interacción entre

factores socioculturales, comunicativos y neurológicos. Debe haber dependido crucialmente

de la evolución precedente de un léxico bien codificado, pues sólo con su aparición se llegó

a nivel del discurso multiproposicional. La gramática comenzaba a involucrarse en el

procesamiento del discurso proposicional, guiando la coherencia entre varias cláusulas,

siendo una función que aseguraba una rápida y bien estructurada decodificación de la

información multiproposicional.

Después, en la evolución de la comunicación gramatical, los principios icónicos y

cognitivos transparentes y más vetustos de la pre-gramática no fueron dejados de lado, más

bien, se mantuvieron y se incorporaron al nuevo y más complejo sistema, donde fueron

integrados a las convenciones impuestas por la gramática.

136
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

Así pues, la gramática es un dispositivo mucho más abstracto y complejo que el

léxico. En su nivel más concreto, las principales señales gramaticales incluyen cuatro

dispositivos:

a. Morfología.
b. Entonación:
(i) Contorno melódico a nivel cláusula.
(ii) Acento a nivel palabra.
c. Rítmica:
(i) Ritmo.
(ii) Pausas.
d. Orden secuencial.

Como podemos observar estas señales gramaticales se derivan de las reglas pre-

gramaticales que cité arriba, es decir, éstas últimas sólo se elaboraron más y fueron

codificadas dentro de la gramática.

De tal forma, el lenguaje se compone de dos distintos canales que co-evolucionaron

y que ahora nos ayudan al rastreo de coherencia en el discurso, pues ambos contribuyen a la

producción y comprensión del lenguaje.

4.2.3.5.4. INTERACCIÓN VOCABULARIO-GRAMÁTICA

Podemos notar que la comprensión de textos –la construcción de una representación mental

coherente del texto– necesita no sólo basarse en las pistas gramaticales. Es claro que

existen dos modos de procesamiento discursivo en el lenguaje humano: el pre-gramatical y

el gramatical. El modo pre-gramatical es ontogenética y filogenéticamente anterior. Los dos

modos de procesamiento pueden ser comparados en términos de sus propiedades

estructurales, funcionales y cognitivas, como se ha presentado arriba.

137
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

El modo pre-gramatical, lento y analítico, del procesamiento del discurso está

guiado por el vocabulario de una manera muy fuerte. Esto coincide con el hecho de que el

vocabulario es adquirido antes que la gramática. Así, niños pre-gramaticales, hablantes

pidgins adultos y afásicos agramaticales comprenden y producen discursos coherentemente

conectados, aunque con una velocidad menor y un alto índice de errores que son

característicos del lenguaje gramatical.

Con la ausencia de morfosintaxis, las pistas más confiables para establecer la

coherencia textual en el procesamiento del discurso pre-gramatical son las palabras léxicas

en la cláusula. Estas pistas no desaparecen en la presencia de la gramática, de hablantes

adultos. Más bien, como Kintsch sugiere: “las deducciones guiadas por el vocabulario

siguen un canal de procesamiento paralelo junto las deducciones guiadas por la gramática”.

Por su parte, el canal guiado gramaticalmente es una adición ontogenética posterior

al acervo lexical, y probablemente también una adición filogenética. Es una ruta de

procesamiento que mueve grandes cantidades de información a alta velocidad y con bajo

índice de error en un modo libre de contexto. Además, gracias a este canal el procesamiento

discursivo resulta más rápido y en automático pues la gramática dota de pistas que facilitan

su comprensión.

En resumen, el canal guiado por vocabulario es más lento porque depende del

contexto del discurso y porque sólo contiene información conceptual o proposicional a

nivel de la oración. Por su parte, el canal guiado por gramática es automático y, por tanto,

permite la combinación más rápida de elementos, esto independientemente del contexto.

Además, sólo con la inclusión de la gramática, gracias a las rápidas conexiones que nos

permite establecer, podemos hablar de discurso multiproposicional.

138
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

Así, ambos canales son útiles en el rastreo de coherencia discursiva pues se

complementan. En donde el léxico no ayude al rastreo de coherencia estará la gramática y a

la inversa. Esto resulta muy conveniente para mi investigación, dado que en el discurso de

los afásicos de Wernicke las pistas léxicas difícilmente son claras, sin embargo los

dispositivos gramaticales se conservan mejor.

En cada subtipo de coherencia distinguiré, de la manera más clara posible, qué

elementos léxicos y qué elementos gramaticales ayudan a su rastreo, además de explicar en

qué consisten los dispositivos gramaticales que considero.

4.2.3.6. COHERENCIA TEMPORAL

De los tres tipos de coherencia que vamos a tratar aquí, la coherencia temporal es la más

sencilla de rastrear ya que los elementos léxicos y gramaticales, que intervienen en el

discurso, son más transparentes en cuanto a su referencia temporal. Un ejemplo de esto son

los verbos, pues codifican inherentemente un tiempo. Es más, a veces sin un estudio

minucioso, los discursos se perciben o intuyen como consistentes temporalmente hablando.

Así pues, la coherencia temporal está relacionada con el orden temporal que el

hablante le da a los acontecimientos que reporta a lo largo de su discurso. En consecuencia,

a mayor orden cronológico, mayor coherencia temporal y menor deberá ser el esfuerzo que

el oyente realice para construir una representación mental de los eventos 12 . Así,

considérense los siguientes ejemplos:

(8) a. Fui al cine en la tarde, y en la mañana a la escuela. Ah, pero para esto
regresé a la casa al mediodía y llegué hasta las diez de la noche.

12
Al respecto, Givón apunta que: “The most iconic, natural way of coding, in narrative, a sequence of events
that are thematically coherent as sub-parts of a single episode (‘paragraph’), is by presenting the events –
each coded by a clause – in the time-sequence in which they originally occurred”. (Givón, 1984: 282)

139
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

b. En la mañana fui a la escuela. A mediodía regresé a casa. Por la tarde


estuve en el cine. Y en la noche llegué como a las diez.

En (8a) los eventos no siguen un orden cronológico estricto y, a pesar de ser entendible, se

percibe cierto desorden en su estructura temporal. En cambio, en (8b) los eventos son

reportados cronológicamente, este orden le da una mayor coherencia temporal y, por tanto,

en comparación con (8a) se requiere menor esfuerzo para entender cómo se sucedieron

cronológicamente los eventos, y en general el discurso.

La coherencia temporal dentro de un discurso puede ser codificada por medio de

dos sistemas: (i) coherencia temporal guiada por vocabulario, y (ii) coherencia temporal

guiada por gramática.

4.2.3.6.1. COHERENCIA TEMPORAL GUIADA POR VOCABULARIO

El vocabulario juega un papel muy importante dentro del rastreo de la coherencia temporal,

principalmente por palabras temporales, tales como: (i) ayer, hoy, mañana; (ii) días de la

semana; (iii) meses del año; (iv) horas o partes del día. De tal forma, el léxico le permite al

hablante estructurar cronológicamente su discurso, y al oyente le provee de barruntos claros

para poder construir la secuencia temporal lógica de los eventos reportados por el hablante

y, así, comprender de una forma más rápida y simple.

(9) a. *A las ocho entro al trabajo, después salgo hasta la cuatro y a las dos
es mi hora de comida.

b.*En diciembre se celebra Navidad, luego viene Semana Santa, en


enero los reyes, en mayo recibo las utilidades del trabajo y en febrero
celebramos San Valentín.

c. Los lunes descanso, trabajo el martes. Los miércoles vamos al cine, el


jueves nos quedamos en casa y el fin de semana lo pasamos en
Cholula.

140
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

Como podemos observar, (9a) y (9b) son entendibles, sin embargo los saltos temporales

marcados por el léxico de atrás hacia delante o a la inversa dificultan su comprensión. Por

su parte, en (9c) las marcas léxicas funcionan como indicios reales de coherencia temporal

ya que, gracias a su orden cronológico, permiten una comprensión más sencilla.

4.2.3.6.2. COHERENCIA TEMPORAL GUIADA POR GRAMÁTICA

Dentro del rastreo de coherencia temporal la gramática resulta ser muy útil. Los principales

recursos gramaticales que se emplean en la búsqueda de este tipo de coherencia son: (i)

tiempos verbales y (ii) adverbios.

Los tiempos verbales son las principales marcas temporales hechas por la gramática.

Por medio de ellos podemos saber si los acontecimientos reportados son: (i) pasados

(pretérito, pospretérito, copretérito), (ii) actuales (presente, continuo) o (iii) venideros

(futuro). Por esta razón, dentro del discurso, los verbos deben tener una consistencia

temporal entre sí, es decir, no puede haber cambios abruptos de tiempo.

(10) a. Me casaré, compraré una casa y tendré hijos.

b. P: Bueno, mi, mi media verses, o sea, albostal bensada se me viene


poxtante poco a puentemente, se me viene, a sea, por pesa constante
viene constante viene, o sea, y me partedas cosas me viene. Apenas
ahorita se me vienen a salirme más o menos, lo vi vi vienes
persian… presentes, o sea, en cuestión de… de costarme
molestiarme pero costalmente se me viene más o menos.

c.*P: Pos yo, sabe, que yo cuando acabé, así nomás, está bien, ¿sí?,
después me da la sta pos esa taj ma sil bueno, con de algo de salir de
deflojerado, ¿no?, esperar a qué, nunca he tomado eso, así fue. La
segunda vez traín mi ri ru ra con su sanés, ass ya venirme bogas y
bogas con mi hermana, entonces y su varaca ahí me hizo mal, acá
dicen bueno yo me nanvons de luego dicen que veo me hicieron
mal y yo me acuerdo compadre, sean gentes pero ahora les digo lo
conoce, le digo mi compadre: se acuerda del lugar dónde era. Qué,
cuál, aquí no hay gente.

141
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

En (10a) los verbos coinciden en tiempo: futuro, lo que hace al discurso coherente

temporalmente. En (10b) los verbos son empleados en presente y, a pesar de no ser muy

entendible, queda claro que los eventos están siendo reportados con una consistencia

temporal. Por su parte, la inconsistencia en los tiempos verbales, dentro de una cláusula, se

muestra como una de las marcas gramaticales más claras de incoherencia temporal, como lo

demuestra (10c), en donde los cambios de tiempo verbal son continuos y bruscos, lo que

nos impide hablar de coherencia temporal.

Los adverbios, por su parte, sirven como puentes de coherencia ya que vinculan una

oración (o cláusula) con otra y, de esta forma, contribuyen con indicios para que el oyente

comprenda más fácilmente la progresión temporal de la cláusula y la manera en que están

siendo reportados los eventos. Ejemplos de adverbios temporales son: [y] entonces,

después, pronto, ayer, mañana, tan pronto, primero, luego, enseguida, finalmente, etc.

(11) a. Primero estudié para el examen, luego fui al cine, después cené y
finalmente regresé a casa.

b. P: La la primera fue la la primea fue…la afirmación fue…nada más


mi comer bien, esto fue que comí bien pero nada más, me me comí
partes no no me comí más, entonces yo perdé que no quise yo más
costentemente, sino que simplemente que me quisterié más no querer
comás y me seguí tomando presiendo di una (inaudible) de una vez
través que trágamos de…ruchento. Por fin me dicían un momento que
me sentí muy mal, muy un aspe aspencin en aspencín para algo como
que quería yo sentir de…de…devociéndolo, pero de ahí se me me
empezó a meter más más más y ya empecé.

Como vemos en (11a) y (11b), los adverbios ayudan a reforzar la coherencia temporal de

las cláusulas, pues se muestran como dispositivos que el hablante utiliza para que el oyente

se haga una representación temporal-secuencial de los hechos más sencilla. Cabe notar que,

además de ser consistentes los verbos entre sí, los adverbios también tienen que serlo con

los verbos, pues el ordenamiento al azar de los adverbios temporales resta (si no es que

142
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

nulifica) coherencia temporal de la cláusula. Así, los verbos y adverbios tienen que se

consistentes entre sí para evitar contradicciones temporales.

Otra función que realizan los adverbios es actuar como vínculos temporales (Givón,

1995) y pueden clasificarse de la siguiente manera:

Función temporal Adverbios


Precedencia antes, a veces, primero, en ese entonces, etc.
Consecución después, luego, entonces, ya, y, al rato, etc.
Simultaneidad mientras (tanto), al tiempo que, etc.
Límites iniciales desde que, primero, antes, en (un) principio, para
empezar, en el momento que, de ahí, etc.
Límites terminales hasta, nada más, es todo, finalmente, ahora, para
terminar, en conclusión, ya, etc.
Intermediación entre, entre tanto, etc.

Tabla 3. Funciones temporales de los adverbios.

Mediante el empleo de este tipo de adverbios, el discurso adquiere mucha mayor

coherencia pues, independientemente de que los verbos señalan el tiempo en el que se

realiza la acción, los vínculos temporales estructuran la forma temporal-secuencial, cláusula

por cláusula, en la que se reportan los hechos.

Finalmente, considérense los siguientes párrafos como ejemplos de discursos

temporalmente coherentes, donde están incluidos los dispositivos gramaticales y léxicos

arriba descritos:

(12) a. La semana pasada fue horrible. Primero el lunes llegué tarde al trabajo,
en la tarde se me ponchó la llanta. Luego, el martes me enfermé,
estuve todo el día en cama. Después, el miércoles, no arrancó el carro,
llegué tarde otra vez y me quedé hasta la tarde. Finalmente, el jueves
terminó mi racha de mala suerte.

b. P: Ya ora prime vez ora veces puedo decirle, primera primero luego
le digo ay este te dije se me olvidó decirlo comple…poquín, pero a
veces le estoy diciendo lo stoy a veces pensando a así y a veces cuando
se me sale a veces digo otra cosa y no no no así le dije pero luego a
veces me quedo callada y al rato le voy ya le dije así eso pero paquito
me vuelven a prestar cosas porque no decía yo casi mucho y yo le dije a
él le dio mucho gusto porque dije yo no decía nada usted y ora sí

143
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

gracias a Dios le dije él no me ha enseñado a él le dijo y sí aprendí


pero sé que es poquito. Luego les digo porque luego me dan risa que me
dicen ¿cómo, cómo dijiste? luego no no me di. A veces sí se los
recompongo ra ni sabes si es de aquí esa, a veces sí pero a veces quién
sabe en ratitas como que no retozo digo hay porque como de la casa casi
no decía que eran mi refigero eso o que hacían eso y ora hay veces que
si le digo mi hermanita yo no decía tenía unas hermanas que tú quien
erecesitas o que te atina y ahora ya poquita tray hablando.

4.2.3.7. COHERENCIA REFERENCIAL

A diferencia de la coherencia temporal, que se muestra un tanto cuanto flexible, la

coherencia referencial es una condición obligada para hablar de discurso, de acuerdo a la

manera en que ha sido caracterizado aquí. En consecuencia, la evaluación de este tipo de

coherencia es más radical, es decir, existe o no existe coherencia referencial, no puede ser

valorada dentro de una escala gradual.

Dentro de mi caracterización de discurso apunté la distinción entre información

vieja (background) e información nueva (foreground). En el rastreo de coherencia

referencial esta distinción es fundamental porque las entidades o eventos, que intervienen a

lo largo del discurso, deben, primero, ser presentados de manera precisa (foreground) para,

posteriormente, convertirse en el background que funcionará como base o anclaje de la

información nueva. Es decir, la información nueva tendrá que estar forzosamente basada en

alguna entidad o evento ubicado dentro de la información vieja. Gracias a estos anclajes se

da una recurrencia o continuidad de entidades o eventos a lo largo del discurso y, por tanto,

podemos hablar de la existencia de coherencia referencial.

Sin embargo, una condición que exige la coherencia referencial es evitar el exceso

de entidades o eventos incluidos en una sola oración o cláusula, pues esto dificulta el

rastreo y la identificación de relaciones establecidas entre entidades o eventos y los

elementos gramaticales.

144
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

(13) a. *P: No, mi hermana sí se fue mal, ya. El hermano igual. Mis hermanos
cuando bebríen y eso Dios tocó, se murieron, ya, el grande mi hermano,
ah cómo era, muchos amigos me conocen, eh, ya saben que no, mis
hermanos, mi hermana, mi tío Morales se les acuerda que no van a
venir cuando hayento pero yo ya no tomo yo, acuerda cómo era tu padre
por qué se a pegaba mi papá.

En (13a) participan 7 entidades y, a pesar de que algunas se repiten, resulta difícil

determinar las relaciones que puedan establecerse entre ellas y los recursos gramaticales.

4.2.3.7.1. REFERENCIALIDAD Y DEFINITUD

a) REFERENCIALIDAD

En los estudios filosóficos tradicionales la referencialidad ha sido tratada en términos de si

existe o no una entidad en el mundo real al que apunta un nombre, p. ej, el actual rey de

Francia. En este sentido, la referencialidad está condicionada a la existencia dentro de un

mundo real de un nombre, objeto, entidad o evento, y sólo cuando existe efectivamente una

denotación para este objeto, entidad o evento en el mundo real, se habla de referencialidad.

Contrario a esta postura, Givón (1984), como alternativa al mundo real, propone la

noción de universo discursivo, i.e. el universo que es construido o negociado entre el

hablante y el oyente, y donde la comunicación se refiere, entonces, a estados, eventos o

individuos dentro de ese universo discursivo construido.

Así, la referencialidad en el lenguaje, desde esta perspectiva, está relacionada al

hecho de que la referencia involucra el universo discursivo. Hablante y oyente negocian el

alcance del universo particular del que están hablando y también establecen las identidades

de los individuos que intentan dar por sentado como existentes dentro de ese universo. De

tal forma, una vez que han sido establecidas las referencias de los argumentos, su existencia

145
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

está garantizada en el universo discursivo, el cual se va desplegando a lo largo del

intercambio comunicativo, sin importar que denote o no a algún elemento en el mundo real.

De tal forma, con esta definición de referencialidad, queda claro que el rastreo de

coherencia referencial estará restringido únicamente al universo discursivo, es decir, al

análisis de las relaciones referenciales que se establecen en él por medio de elementos

léxicos y elementos gramaticales.

b) DEFINITUD

La definitud es una subclase de referencialidad y su naturaleza es de tipo pragmático-

discursiva, que pone especial atención en la capacidad del oyente para identificar una

entidad. Así, siguiendo a Givón (1984), cuando el hablante menciona una entidad

referencial por primera vez, en un discurso particular, puede hacer una de dos suposiciones

acerca de la habilidad del oyente para identificar claramente al referente:

a) Definido: los hablantes codifican un nominal referencial como definido si piensan


que el oyente puede, por cualquier medio, asignarle una identidad referencial única.
b) Indefinido: los hablantes codifican un nominal referencial como indefinido si
piensan que el oyente no puede, por ningún medio, asignarle una identidad
referencial única. Una vez que el referente indefinido ha sido introducido en el
archivo activo 13 , el hablante puede asumir que es identificable claramente para el
oyente y, por tanto, ahora puede codificar al referente como definido.

13
Givón (1984) distingue entre archivo permanente, archivo activo y contexto deíctico inmediato. Por una
parte, el archivo permanente almacena el conocimiento previo compartido entre todos los miembros de una
cultura. La mayor parte de este archivo es genérico, contenido en el léxico compartido, es una especie de
background léxico. Por su parte, el archivo activo (archivo discursivo o el registro discursivo) almacena el
conocimiento que mantienen o están construyendo hablantes y oyentes con el propósito de producir e
interpretar un discurso particular que está siendo negociado. Contiene información proposicional y léxica. Por
último, el contexto deíctico inmediato es el discurso que rodea a la oración donde se encuentra el referente ya
sea definido o indefinido, y por medio de él pueden establecerse las referencias de las entidades que están
siendo utilizadas dentro del discurso. Así, la referencialidad, la definitud y la indefinitud será rastreada en
cualquiera de estos tres dispositivos.

146
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

Dentro del estudio de la definitud, uno de los fenómenos más ampliamente estudiados es el

de los artículos determinados y los artículos indeterminados que acompañan al elemento

nominal. Así, cuando un elemento nominal es presentado por primera vez en el discurso

regularmente se acompaña por algún artículo indeterminado (un, una, unos, unas).

Posteriormente, cuando vuelve a ser mencionado, es acompañado por un artículo

determinado (el, la, los, las). Considérese el siguiente ejemplo:

(14) a. Entrando a la casa vas a ver una mochila, dentro de la mochila hay una
caja y en la caja está el muñeco que tanto quieres.

De tal forma, los referentes definidos se muestran como más cercanos y compartidos por

hablante y oyente. Por su parte, los referentes indefinidos se muestran más cercanos al

hablante pero más lejanos para el oyente, así como menos compartido entre ellos.

Así pues, la intención de incluir la definitud en el estudio de coherencia referencial

es ver si los pacientes con afasia de Wernicke conservan estos mecanismos para marcar los

referentes como definidos o indefinidos, como un fenómeno que le compete al nivel

pragmático-discursivo del lenguaje.

4.2.3.7.1.1. REFERENTES TÓPICOS

La coherencia referencial, como ya se estableció líneas arriba, tiene que ver con la

identificación de los elementos importantes, tópicos o persistentes a lo largo del discurso.

De tal forma, es pertinente establecer la distinción entre: (i) referentes tópicos y (ii)

referentes no tópicos.

Para procesar correctamente un discurso tenemos que observar las diferentes

relaciones que establecen los dispositivos gramaticales y los contextos en los que el

147
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

discurso se desarrolla, i.e. la distribución de la gramática a lo largo del texto 14 . Por esto,

Givón (1990) propone reinterpretar la gramática como una serie de instrucciones para el

procesamiento mental del discurso, ya que las señales gramaticales usualmente codifican la

coherencia referencial y son utilizadas para activar cierto tipo de operaciones mentales

específicas en la mente del oyente.

Así, la hipótesis central que ofrece este autor es que: la gramática referencial no es

primariamente acerca de la simple referencia 15 , sino, más bien, se trata de identificar y

activar (dentro del universo discursivo) los lugares (referencias) en donde la información

nueva entrante será agregada 16 .

Dentro de este apartado trataré los siguientes temas:


i) Tópico.
ii) Negociación de tópico.
iii) Topicalidad.
iv) Fuentes de referencialidad y accesibilidad.
v) Recursos gramaticales para la marcación de tópico.

Serán explicados en este orden.

4.2.3.7.1.1.1. TÓPICO

Para Givón (1984, 1990, 1995), todo argumento, entidad nominal o referente dentro de un

discurso es tópico, la diferencia radica en que algunos son más importantes y otros son

14
Precisamente por esto son dos las formas en las que rastreamos la coherencia discursiva: (i) vocabulario, y
(ii) gramática.
15
Referencia tomada en el sentido de la semántica lógica, i.e. si hay un elemento en el mundo real al que
apunte cierto referente. Así, los sustantivos que refieren en el discurso, desde esta perspectiva, tienden a: (i)
ser tópicos importantes en el discurso previo (anafóricos), y a (ii) persistir como tópicos importantes en el
discurso subsiguiente. En este contexto, los sustantivos que no refieren son sustantivos indefinidos dentro del
discurso.
16
“Los referentes/tópicos nominales sirven como etiquetas de archivos que son utilizados para acceder
(activar) a los lugares en donde la información entrante está siendo archivada”. (Givón, 1990: 894)

148
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

periféricos. Por su parte, Crystal considera que: “El tópico de una oración es la entidad

(persona, cosa, etc.) sobre la que se dice algo, mientras que la aserción que se hará sobre

esa entidad es el comentario”. (Crystal, 2000: 552). De tal forma, el tópico será más

importante (relevante) mientras más recurrente sea dentro de un número de oraciones

sucesivas.

Una vez más, la distinción entre información vieja e información nueva juega un

papel importante, pues el tópico es acerca de lo que se habla, es una entidad presupuesta,

dada que se encuentra, obviamente, en la información vieja. En este sentido, el elemento

más común de información vieja en la oración es el tópico principal, regularmente el sujeto

gramatical que, a su vez, codifica el evento/participante más continuo. Así, los sustantivos

son los tópicos de las oraciones acerca de quienes se predica o asevera algo, pues el

discurso versa precisamente sobre estas entidades nominales.

Por otra parte, la información nueva entrante es agregada y versará sobre el tópico.

En consecuencia, el discurso coherente debe tener un referente tópico, sobre el cual la

nueva información será agregada, y que tiende a ser anafóricamente definido, esto es, (i) ya

se ha hablado de él en el discurso previo y, por tanto, (ii) debe ser identificable por el

oyente.

En resumen, los tópicos sirven, desde esta perspectiva, como etiquetas para que el

oyente identifique el lugar (entidad) en donde tiene que agregar la información nueva

entrante, por tal razón la coherencia referencial se identifica como requisito para poder

hablar de coherencia temática.

149
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

4.2.3.7.1.1.2. NEGOCIACIÓN DE TÓPICO

En el discurso ordinario, el inicio de las oraciones o de párrafos involucra la negociación de

tópico (Givón, 1984), donde el nuevo tópico establece una relación de coherencia con algo

ya aceptado como información compartida:

(15) a. Fin de la negociación de tópico:

Ahora, si tú quieres una historia, aquí hay una que mi abuelo solía
contarme.

b. Apertura del discurso:

Él era un veterano de guerra.

En (15a) hay tres referentes/tópicos: (i) tú, (ii) una historia y (iii) mi abuelo, cabe destacar

que los objetos de las oraciones, posteriormente, se vuelven sujeto y, por tanto, asumen el

papel de tópico principal y los sujetos anteriores se convierten en la información

compartida sobre la cual los nuevos tópicos establecen una relación de coherencia.

De tal forma, las negociaciones de tópicos que preceden al discurso sirven para

establecer la relevancia de la información entrante en un punto particular del discurso:

quién está presente (yo, tú, él, etc.), quién está hablando (yo), quién escucha (tú, ustedes),

de qué se está hablando y de qué se hablará, además de las metas, expectativas y el

conocimiento previo asumido tanto por el hablante como por el oyente.

En conclusión, el discurso rara vez, si es que alguna ocasión pasa, empieza de una

base cero, en términos de información compartida específica. Idealmente, siempre debe

existir un background común sobre el cual la información nueva se almacenará.

150
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

4.2.3.6.7.1.3. TOPICALIDAD

Siguiendo a Givón, la topicalidad es una propiedad de los participantes nominales –sean

sujetos u objetos– dentro de una oración, pero no es una propiedad intrínseca de los

referentes que dependa de sólo una oración, más bien depende del discurso en sí, pues lo

que hace tópico a un referente es su participación y continuidad a lo largo de un tramo del

discurso, i.e. la topicalidad está ligada a los referentes recurrentes dentro del discurso,

mientras mayor sea su ocurrencia, los referentes serán más tópicos.

En este sentido, Givón (1984) propone una jerarquización de los tópicos: dentro de

una oración puede haber más de dos elementos nominales pero no todos son tópicos en un

mismo grado de importancia, es decir, hay una jerarquía para clasificar, en orden de mayor

importancia y recurrencia 17 , a los argumentos nominales. En muchos lenguajes sólo se

codifican tres niveles de topicalidad dentro de la oración (Givón, 1990):

(i) Sujeto: tiende a codificar el tópico principal, recurrente y continuo de una


oración.
(ii) Objeto directo: codifica el tópico secundario, no tan recurrente ni continuo
dentro de la oración.
(iii) El objeto indirecto (no tópico).

Así, el sujeto gramatical 18 es codificado como el tópico principal de una oración y, en este

sentido, los roles temáticos ayudan a establecer una jerarquía tópica (topic hierarchy):

(16) Agente > Dativo/Benefactivo > Paciente > Locativo > Instrumental > Modo

Esto es:
(17) a. Si la oración simple tiene un argumento nominal agente, éste será el
sujeto/tópico principal.

17
Importancia y recurrencia son precisamente las principales características de la topicalidad.
18
El sujeto será, pues, el tópico principal de la cláusula y se accede a él gracias a la subjetivación, que es: “la
asignación, por cualquier medio disponible en el lenguaje, del rol temático de sujeto (tópico primario) a uno
de los argumentos nominales de la cláusula”. (Givón, 1984: 139)

151
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

b. Si la oración simple no tiene agente, pero tiene un argumento nominal


dativo o benefactivo, éste será el sujeto/tópico principal.

c. Si la oración simple no tiene agente, ni dativo ni benefactivo pero tiene


un argumento paciente, éste será el sujeto/tópico principal.

d. Etc. (Givón, 1984)

El agente es el participante que realiza deliberadamente una acción o evento:

(18) Juan corrió.

El dativo es el participante conciente o receptor en los eventos o estados:

(19) Juan le habló a María.

El benefactivo es el participante beneficiado por un evento realizado por el agente:

(20) Juan trabajó para su padre.

El paciente es el participante sobre el que recae la acción o cambio de estado:

(21) El vaso cayó al suelo.

El locativo es el punto concreto de referencia espacial con respecto al cual la posición o

cambio de lugar de otro participante es construido:

(22) Juan fue al banco.

Instrumental es el instrumento utilizado por el agente para llevar a cabo la acción:

(23) Juan abrió la carta con un cuchillo.

Modo es la manera en que un evento es iniciado por un agente o estado:

(24) La mujer entró a la habitación rápidamente.

Así pues, el sujeto gramatical de la oración será el tópico principal porque goza de dos

aspectos cuantificables dentro del discurso:

(i) Accesibilidad referencial (como continuidad): en términos del contexto


discursivo precedente.
(ii) Importancia temática (relevancia): en términos del contexto discursivo
subsiguiente.

152
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

Desde el punto de vista del oyente, la accesibilidad referencial tiene que ver con la

búsqueda de referentes nominales dentro del background, y la importancia temática tiene

que ver con la activación de tópicos importantes y la no-activación de tópicos periféricos

dentro del foreground.

4.2.3.7.1.1.4. ACCESIBILIDAD, CONTINUIDAD Y TÓPICO

La accesibilidad referencial de tópicos nominales en el discurso usualmente tiende a


derivarse de tres principales fuentes contextuales:
1. Situación del habla: contexto deíctico de los participantes, yo, tú, él.
2. Conocimiento cultural: contexto genérico compartido, dios, diablo, mar. (visión de
mundo de una cultura específica)
3. Discurso precedente: contexto discursivo compartido.

De estos tres, el más complejo es el contexto discursivo compartido, pues es un compuesto

que resulta de varios factores, entre ellos:

a. Continuidad referencial o su opuesto vacío referencial, entre la aparición actual del


referente y su última ocurrencia en el discurso precedente. Por ejemplo, después de
una ausencia larga en el discurso, un argumento es reintroducido como una FN
completa, cuando la distancia es menor se utiliza la anáfora.
b. Complejidad referencial del discurso precedente, que surge de la presencia de uno o
más referentes extras en el contexto anafórico inmediato que pueden ser
semánticamente similares al referente actualmente activado:

(25) a. Saludé a Juan. Él no se veía bien.

b. *Saludé a Juan y a Pedro. Él no se veía bien.

c. Salude a Juan y a Pedro. Pedro no se veía bien.

d. Saludé a Juan y a Pedro. Este último no se veía bien.

153
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

c. Información semántica en el nivel de la oración (verbos, argumentos), que hace a un


referente más accesible que otro:
(26) a. Juan y yo tomamos unos tragos en el bar del hotel antes de ir al restaurante. La mesera
que nos atendió era de Veracruz.

b. Un hombre y una mujer entraron y preguntaron por alguna bebida.


(i) al hombre le ofrecieron café.
(ii) a él le ofrecieron café.
(iii) *a la mujer le ofrecieron café.

3.2.3.2.7.1.5. RECURSOS GRAMATICALES PARA LA MARCACIÓN DE TÓPICO

El recurso gramatical más importante para la codificación del tópico es el orden de

palabras, pues existe una distinción binaria entre la información preverbal (importante) y

posverbal (no importante). Así, la topicalidad y el orden de palabras mantienen una

estrecha relación que puede ser establecida como sigue:

i) El referente/tópico más importante va primero. (Givón, 1990)

Otro dispositivo gramatical que permite el rastreo de referentes es la morfología

principalmente porque codifica:

a. La primera introducción en el discurso, con el uso de los artículos


indeterminados: un, una, unos, unas.
b. La reintroducción después de una ausencia considerable, con el uso de artículos
definidos: el, la, los, las.
c. La marcación de la importancia catafórica, que codifica la recurrencia de los
referentes/tópicos en el foreground: esto, eso, etc.

Ahora bien, desde una perspectiva cognitiva, el tópico tiene que ver con la activación de

atención sobre un referente. En este sentido existen cuatro operaciones en el sistema de

atención manipulados por la gramática de la coherencia referencial (Givón, 1990):

1. Activación continua del archivo actualmente abierto (continuidad del tópico).

154
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

2. Activación terminada del archivo actualmente abierto (discontinuidad del tópico).


3. Activación de un archivo actualmente inactivo:
(i) abre-activa-un nuevo archivo (introducción de un nuevo referente/tópico
dentro del discurso)
(ii) reabre-reactiva-un archivo existente (reintroducción de un
referente/tópico en el discurso)

La marca gramatical para la activación continua es la anáfora cero y la anáfora, pues: “la

información que está activada requiere la menor cantidad de código”. (Givón, 1990: 917).

La marca gramatical para la activación terminada es un sustantivo o una frase nominal

completa.

La marca gramatical para la activación de un archivo actualmente inactivo es una

frase nominal completa, donde la activación del referente requiere mayor esfuerzo mental,

pues el procesamiento de una secuencia con un código largo requiere mayor esfuerzo

mental. Cuando se da el caso, la señal gramatical del artículo indefinido instruye al oyente a

abrir y activar un archivo nuevo en donde será almacenada la nueva información entrante.

Esquemáticamente:

(27) Operaciones mentales guiadas por la gramática de la coherencia


referencial (Givón, 1995):

(a) Si es anáfora cero o pronombre:


continúa el referente/tópico actualmente activo y la
información nueva versará sobre él.

(b) Si es frase nominal completa:


(i) aplaza la decisión de activación.
(ii) determina la importancia del referente.

(c) Si el referente no es importante:

155
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

(i) no activa.
(ii) continúa la activación del referente/tópico actual y la
información nueva entrante seguirá siendo almacenada
en él.

(d) Si el referente es importante, entonces:


(i) desactiva el referente/tópico actual (discontinuidad tópica), entonces

(e) Si es un referente indefinido (un, una, unos, unas):


(i) no se realiza la búsqueda de antecedente en el background;
(ii) inicia un nuevo nodo/texto;
(iii) activa el nuevo referente/tópico;
(iv) se agrega el nuevo referente/tópico al discurso;
(v) la nueva información entrante se almacena en el nuevo
referente/tópico;

(f) Si es un referente definido:


determina la fuente de definitud de tres opciones:
(i) contexto de la situación de habla (contexto deíctico).
(ii) contexto genérico léxico.
(iii) contexto discursivo compartido; entonces:

(g) (i) busca un antecedente adecuado en el contexto apropiado;


(ii) ancla el antecedente a su co-referente en el texto;
(iii) inicia un nuevo referente/tópico textual, etiquetado por
el nuevo referente/tópico;
(iv) activa el nuevo referente/tópico;
(v) agrega el nuevo referente/tópico en el texto;
(vi) agrega la información nueva entrante bajo el nuevo nodo.

156
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

4.2.3.7.1.2. FOCO

Debido a la capacidad limitada de la memoria, el total de información que es comunicada

en el discurso no puede estar disponible simultáneamente. Así pues, el número de

elementos (referentes) activados es limitado; además, hay que agregar, van cambiando

conforme se va desarrollando el discurso. De tal forma, que sólo en un número reducido de

elementos 19 se centra la atención de los participantes en el intercambio comunicativo. A

este fenómeno se le conoce como focalizar.

Focalizar se entiende como la serie de conceptos altamente accesibles en un punto

dado del discurso, y cada cambio de esta serie constituye un cambio de foco. (Rickheit et

al,: 1995)

La noción de foco tiene que ver tanto con la referencialidad como con la distinción

que ya hemos hecho acerca de la información presupuesta (background) y la información

nueva en el discurso (foreground). También está relacionado fuertemente con el grado de

predictibilidad, expectación y contraste que pueda tener un referente o un argumento

nominal.

Así, para Givón (1990), debido a que las cláusulas pueden llevar varios elementos

de información, cada elemento puede variar en su grado de predictibilidad. Alguno son

identificables para el hablante y el oyente, otros no y, por ende, son menos predecibles, esto

depende del contexto comunicativo dentro del cual la información es comunicada.

Por otra parte, en cuanto a la referencialidad, el foco señala la entidad o el referente

al cual tanto hablante como oyente están dirigiendo su atención o, en su defecto, la entidad

a la cual el hablante quiere que el oyente la dirija.

19
Givón (1990) proporciona la estadística de que en el inglés la construcción más común sólo emplea dos
referentes: (i) sujeto y (ii) objeto.

157
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

Generalmente, el foco puede estar dentro de la información nueva del discurso, i.e.

en el foreground vendrá la entidad sobre la cual la atención del hablante y el oyente

recaerá. Sin embargo, hay un tipo particular de foco, como veremos más adelante, que se

encuentra dentro de la información vieja y que es presupuesto como la entidad sobre la que

está puesta la atención del hablante y el oyente.

En el primer caso, dentro de la información nueva, el hablante focalizará el

elemento para que el oyente dirija su atención hacia él. En el segundo caso, dentro de la

información vieja, tanto hablante como oyente ya han focalizado su atención en la misma

entidad.

Así pues, foco es el: “término […] que hace una distinción entre la INFORMACIÓN

asumida por los hablantes y lo que está en el centro (o ‘foco’) de su interés comunicativo;

‘foco’, en este sentido, se opone a PRESUPOSICIÓN” (Crystal, 2000: 235).

Según la distinción de Gundel (1999) hay tres diferentes sentidos en los que

podemos hablar de foco 20 :

(i) Foco psicológico.


(ii) Foco semántico.
(iii) Foco contrastivo.

20
Una perspectiva diferente en cuanto la manera en la que cambia el foco es la de Rickheit et al (1995).
Según los autores, hay dos formas en las que el foco puede cambiar: (i) panning y (ii) zooming. Por una parte,
el panning se refiere al movimiento del foco, al hecho de que, a lo largo del procesamiento textual, nuevos
conceptos pueden ser colocados en primer plano (focalizados), permaneciendo altamente accesibles durante
algún tiempo, para posteriormente desvanecerse de la memoria y, finalmente, ser reemplazados por nuevos
conceptos. Esto es, viejos referentes desaparecen de la memoria episódica, mientras que nuevos contenidos
toman su lugar como el foco de atención, y los usuarios del lenguaje rastrean estos movimientos a lo largo del
discurso.
Por su parte, el zooming se refiere a las alteraciones en la extensión del foco, al hecho de que los conceptos
que pudieran estar focalizados dentro de la información nueva sean demasiados, lo que reduce el grado de
resolución. Esto es, mientras más extensa sea la estructura representacional que está focalizada, menor será el
detalle que se dé ella. Y, a su vez, mientras más pequeña sea, mayor será el detalle. Así, hay dos opciones: (i)
una descripción con muchos objetos pero pequeños detalles o un área más pequeña, con menos objetos, pero
con una resolución mayor.

158
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

4.2.3.7.1.2.1. FOCO PSICOLÓGICO

El foco psicológico coincide con la noción de foco de atención, i.e. hay una entidad en el

discurso sobre la que recae la atención del hablante y el oyente. Así, una entidad está en

foco psicológico si se asume que la atención de ambos participantes, hablante y oyente, está

focalizada en ella, principalmente porque en alguna parte del discurso ha sido dotada con

una prominencia.

Este tipo de foco tiende, a lo largo del discurso, una serie de entidades activas que

seguirán estando focalizadas, y gracias a esto serán los tópicos de las elocuciones

subsecuentes. Esto quiere decir que los elementos topicales son recurrentes a lo largo del

discurso, así que tanto hablante como oyente acceden a ellos y los recuperan fácilmente en

el background discursivo.

Los recursos gramaticales para localizar una entidad en foco psicológico son dos: (i)

los pronombres personales no acentuados enfáticamente, y (ii) las anáforas cero, pues sólo

entidades que están en foco psicológico pueden ser codificadas apropiadamente por estos

dos dispositivos gramaticales.

(28) a. Juan vino a comer y después [él] se fue.

b. P: Entonces le digo mi mamacita, mi mamacita uno era dueña, ella


dice que era así lo puso ella.

c. Dr.: Y hoy cómo vino al hospital.


P: Ay, cómo le diré. Mi hija, mi hija es la que me lleva, ella.

En (28a), el foco psicológico es él, pues la atención del hablante y del oyente está puesta en

el referente Juan, que ya ha sido introducido. Lo mismo pasa en (28b) y (28c), el uso de los

pronombres personales muestran que la atención sigue fija en las entidades previamente

159
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

introducidas: mamacita e hija, respectivamente. Queda claro, pues, que el foco psicológico

coincide con la noción gramatical de sujeto.

4.2.3.7.1.2.2. FOCO SEMÁNTICO

El término foco también ha sido utilizado para referir a la parte de la oración que es

prosódicamente más prominente. Las razones por las que un hablante puede querer llamar

la atención hacia un elemento y hacerlo más prominente son diversas. Sin embargo, la más

clara es que el hablante focaliza un elemento por su novedad dentro del discurso, es decir,

porque esta entidad se presenta en la información nueva que está siendo aseverada en

relación al tópico, en relación a alguna entidad contenida en el background.

Este es el foco semántico: aquel que da prominencia lingüística a un elemento por

su novedad en relación al tópico del discurso. Así, el foco semántico refleja la manera en la

que el contenido informacional de un evento o estado es representado.

(29) a. Juan fue al CINE.

b. P: Pues yo ayudaba, mire, a veces a vender COSAS que de vender,


verdad.

c. P: La la primera fue la la primea fue…la afirmación fue…nada más MI


comer bien, esto fue que [yo] comí bien.

d. P: Yo le dije a mi MAMÁ ¡mamita linda!, no ella estaba muy mala.

En todos los ejemplos se puede apreciar que los últimos referentes o entidades son

introducidos en el discurso como información nueva que está siendo predicada del tópico,

en (29a) Juan, en (29b) yo, en (29c) la primera afirmación, en (29d) yo.

Otra característica del foco semántico es que usualmente está en la posición de

objeto y, posteriormente, ocupará el lugar del sujeto en la próxima oración, como se

muestra en (29c) y (29d).

160
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

Así pues, el foco semántico puede ser lingüísticamente marcado por acento, por

orden de palabras y otros aspectos de la estructura sintáctica. En conclusión, el foco

semántico es la información nueva, el comentario o lo que se dice del tópico de la oración y

es enfatizado precisamente por la novedad que representa.

4.2.3.7.1.2.3. FOCO CONTRASTIVO

Los elementos referenciales también pueden ser focalizados porque el hablante piensa que

la atención del oyente está puesta en una entidad particular distinta, ya sea porque un nuevo

tópico está siendo introducido o reintroducido o porque un elemento está siendo

contrastado. Este tipo de foco es el contrastivo, que es determinado por el deseo del

hablante de llamar la atención del oyente a una entidad particular del discurso.

El foco contrastivo puede ser marcado por dos dispositivos gramaticales: (i)

entonación y (ii) orden de palabras. La entonación focaliza los elementos que tienden a

estar acentuados por medio del contorno entonacional. Por su parte, el orden de palabras se

manifiesta, principalmente, en tres tipos de construcciones específicas: oraciones escindida,

pseudo-escindida, y el movimiento a la izquierda (Givón, 1990).

(30) a. Fue Juan quien mató a la ardilla [y no Pedro]. (Escindida)


b. Lo que Juan hizo fue matar a la ardilla [y no al ratón]. (Pseudo-escindida)
c. De futbol, habla María (y no de música). (Dislocación a la izquierda)

Tanto en (30a) y (30b), el elemento focalizado es Juan sobre ardilla. En (30c), se focaliza

que es de futbol de lo que habla María, más que de música. Lo que sucede en este tipo de

construcciones es que se le da prominencia sintáctica al elemento focalizado, y en este caso

contrasta a los dos referentes que intervienen en cada una de las oraciones.

161
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

Así pues, los referentes que son codificados por estas construcciones (tópicos)

deben ser altamente accesibles, es decir, deben estar ya establecidas en el discurso

precedente. De tal forma, no pueden ser utilizadas pragmáticamente para introducir nuevos

participantes.

Por otra parte, lo que distingue al foco contrastivo del semántico es que el contraste

es su principal función. Los elementos que caen en este tipo de foco son enfatizados en

contraste con otros elementos que pudieran estar en la misma posición, mientras que los

elementos que están en el foco semántico son enfatizados porque representan la nueva

información que se predica del tópico.

En suma, se han caracterizado tres tipos de foco:

(i) Foco psicológico: se encuentran en foco psicológico aquellos referentes


que tienen la atención tanto del hablante como del oyente. Señala la
continuidad del tópico, i.e. la recurrencia del referente a través de las
cláusulas. Los dispositivos gramaticales para identificarlo son: (i) la
anáfora, (ii) la anáfora cero y (iii) los pronombres no acentuados
enfáticamente.
(ii) Foco semántico: son los referentes contenidos en la información nueva
que es predicada en relación al tópico. Por sí mismo no es capaz de
señalar continuidad o discontinuidad tópica. Los dispositivos gramaticales
para identificarlo son: (i) orden de palabras, y (ii) acento. Regularmente
ocupa la posición de objeto en la oración.
(iii) Foco contrastivo: un referente está en foco contrastivo cuando el hablante
le impone cierta prominencia entonacional o sintáctica para llamar la
atención del oyente hacia él, con la intención de hacer explícita la
entidad/evento de la que están hablando. Hay tres construcciones que
codifican al foco contrastivo: (i) oraciones escindidas, (ii) oraciones
pseudo-escindida, y (iii) dislocación a la izquierda. Su principal función

162
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

es la de contrastar una entidad (focalizada) de otra que podría parecer


focalizada.

4.2.3.7.2. COHERENCIA REFERENCIAL GUIADA POR VOCABULARIO

El principal recurso léxico que ayuda al rastreo de coherencia referencial es el de los

nombres propios y nombres comunes, que regularmente sirven de base o anclaje para los

elementos que serán presentados posteriormente en el discurso.

(31) a. Juan está en la universidad, él está estudiando física. A Juan le gusta


mucho.

b. Mi mamacita, mi mamacita pero ella protege.

Así, en (31a) Juan guarda una relación con el pronombre él, pues concuerda en género y

número. En (31b) se presenta primero el sustantivo mamá, y establece una relación con el

pronombre ella, además también concuerdan en género y número. En ambos casos es fácil

identificar los referentes y las relaciones con los demás componentes de la oración.

Otro dispositivo proporcionado por el vocabulario para el rastreo de coherencia

referencial son las relaciones léxicas.

4.2.3.7.2.1. RELACIONES LÉXICAS

Dentro de un discurso intervienen varios elementos nominales, los cuales pueden tener

algún tipo de vínculo semántico entre sí. El análisis de este tipo de vínculos contribuye al

rastreo de coherencia referencial o temática, pues al clarificar esta relación se justifica la

aparición de los elementos nominales dentro del discurso.

163
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

De tal forma, se habla de relaciones léxicas cuando: “un elemento léxico establece

una relación estructural con otro” (Crystal, 1987a: 119). Así, por ejemplo, los elementos

que pertenecen a un mismo campo semántico 21 establecen relaciones léxicas entre sí.

Givón (1984) considera que una vez que un nominal ha sido mencionado en el

discurso, los referentes asociados con él adquieren una unicidad referencial. Una unicidad

de este tipo es la que se da entre las partes de un todo, p. ej., cuando una casa ha sido

mencionada, dentro de un discurso, la puerta, la cocina, la sala, el comedor, etc.,

comparten entre sí la misma unicidad referencial.

Así, considérense los siguientes ejemplos:

(32) a. Las flores me gustan mucho, los tulipanes más.

b. P: No, mi hermana sí se fue mal, ya. El hermano igual. Mis hermanos


cuando bebríen y eso Dios tocó, se murieron, ya, el grande mi
hermano, ah cómo era, muchos amigos me conocen, eh, ya saben
que no, mis hermanos, mi hermana, mi tío Morales se les acuerda
que no van a venir cuando hayento pero yo ya no tomo yo, acuerda
cómo era tu padre por qué se a pegaba mi papá.

c. Dr.: Usted en qué trabaja.


P: Yo…este…mi costante aseamente es de la media de fiesto, de me
me media de far, de todo eso de herrería de todo eso, de…concreto
en concreto todo eso se me vistía a mí no se me venía, eh…
encrostarse por ser de nada de eso.

d. Dr.: Muy bien. Y los días de la semana, me los puede decir.


P: *Los del día del zaguán, de los día.

En (32a) es clara la relación léxica que hay entre flores y tulipanes, donde el primero es la

clase y el último un miembro de la misma. Ambos elementos léxicos pertenecen al mismo

campo semántico, sin discusión. En (32b) la gran cantidad de elementos léxicos obstaculiza

el rastreo de coherencia referencial, sin embargo podemos determinar claramente de qué

21
La noción de campos semánticos tuvo su origen en Europa, en lo años treinta del siglo pasado, y fue
propuesta por Jost Trier. “La teoría aísla los campos conceptuales (p. ej. color, parentesco) y analiza mediante
una red de relaciones de SENTIDO las unidades léxicas usadas para designar los diversos rasgos de estos
campos. Esta red es la estructura del campo semántico o ‘léxico’”. (Crystal, 2000: 90).

164
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

está hablando el paciente, pues la gran mayoría de los elementos léxicos (hermana,

hermano, hermanos, el grande mi hermano, tío Morales, padre y papá) pertenecen al

mismo campo semántico, a saber: familia.

En (32c), se establece una relación léxica entre los elementos nominales herrería y

concreto, que corresponden al campo semántico de oficio o trabajo. Además, debido a lo

anterior, el empleo de estos elementos es claramente consistente con la pregunta. Por

último, en (32d) no podemos afirmar que haya una relación léxica entre días y zaguán, al

menos no una obvia, y por tanto la intromisión de zaguán no está justificada dentro de este

fragmento de discurso.

En el caso de las relaciones léxicas se impone una restricción: (i) la relación que

pueda atribuirse a dos o más elementos léxicos tendrá que ser lo más clara posible 22 . De

esta forma, se evitan las interpretaciones inventadas o las caracterizaciones ad hoc de

supuestas relaciones establecidas entre elementos nominales.

4.2.3.7.3. COHERENCIA REFERENCIAL GUIADA POR GRAMÁTICA

Los dispositivos gramaticales que ayudan al rastreo de coherencia referencial son múltiples.

La gramática utiliza varias marcas para la identificación clara y la búsqueda precisa de las

relaciones que establecen las entidades o eventos dentro del discurso. Entre estas marcas

destacan: (i) pronombres, (ii) sustantivos, (iii) anáforas, (iv) catáforas, (v) elipsis, y (vi)

deixis.

Los pronombres, por una parte, son la parte de la oración que no expresan por sí

mismos un concepto fijo, más bien señala, remite a algo, lo representa o lo remplaza.

Además señala, inherentemente, número, persona y género. Su significado no es pleno

22
Si los elementos pertenecen al mismo campo semántico la claridad de la relación léxica está garantizada.

165
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

hasta que se les relaciona con el contexto lingüístico, es decir, deben estar forzosamente

anclados a entidades o eventos dentro del discurso, a los que posteriormente apuntarán,

remplazarán, remitirán o representarán.

Los principales tipos de pronombres son: (i) personales: yo, tú, él, nosotros, ustedes,

ellos, mí, ti, me, te, se, lo, la, le, nos, los, las, les. (ii) demostrativos: éste, ése, aquel. (iii)

indefinidos: uno, otro, alguno, ninguno. (iv) posesivos: mío, tuyo, suyo, nuestro, mi, tu, su.

(v) cuantitativos: todo, mucho, poco, nada.

Por su parte, los sustantivos son la parte de la oración que sirve para designar o dar

a conocer (referir) las cosas o las personas por su esencia o sustancia. Tiene categorías de

número y género inherentemente. Se relacionan con la función de agente (la entidad que

realiza la acción dentro de una oración) y paciente (sobre quien recae la acción realizada

por el agente). Por esto, un sustantivo puede ser agente y paciente.

Dentro del discurso, los sustantivos son las referencias a las que están anclados los

pronombres y gracias a esto se establecen dos tipos distintos de relación: (i) relación

anafórica y (ii) relación catafórica.

4.2.3.7.3.1. RELACIONES ANAFÓRICAS

Uno de los principales recursos gramaticales que se emplean en el rastreo de coherencia

referencial es la anáfora, a través de ella se establecen relaciones entre el léxico

(antecedente) y la gramática (pronombres). Así, la anáfora es definida como: “el proceso o

resultado por el cual la interpretación de una UNIDAD lingüística [pronombres,

principalmente] se deriva de alguna unidad o significado previamente expresados (el

ANTECEDENTE). La referencia anafórica constituye una forma de señalar la identidad entre

lo que se está expresando y lo que ya ha sido expresado” (Crystal, 2000: 50). En

166
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

consecuencia, la anáfora es considerada como una relación hacia atrás, i.e. una relación que

se busca dentro de la información vieja, en el background discursivo.

Por definición, una relación anafórica requiere forzosamente de dos elementos: (i) el

antecedente o referencia y (ii) la unidad lingüística que remitirá al antecedente. Sólo cuando

se establece una relación clara y precisa entre antecedente y unidad lingüística se puede

hablar de anáfora. Considérense los siguientes ejemplos:

(33) a. Pedro1 fue a la tienda. Él1 fue a comprar dulces2. Después se los2
comió.

b. P: Yo le dije a mi mamá1, mamita linda, no ella1 estaba muy mala, y le1


dije…

c. P: *Ya ora prime vez ora veces puedo decirle, primera primero luego le
digo ay este te dije se me olvidó decirlo comple…poquín, pero a veces
le estoy diciendo lo stoy a veces pensando a así y a veces cuando se me
sale a veces digo otra cosa y no no no así le dije pero luego a veces me
quedo callada y al rato le voy ya le dije así eso pero paquito me vuelven
a prestar cosas porque no decía yo casi mucho y yo le dije a él le dio
mucho gusto porque dije yo no decía nada usted y ora sí gracias a Dios
le dije él no me ha enseñado a él le dijo y sí aprendí pero sé que es
poquito.

En (33a) se establecen dos relaciones anafóricas correctamente, la primera entre el

sustantivo Pedro (antecedente) y el pronombre él, y la segunda entre el sustantivo dulces

(antecedente) con el pronombre los. Estas relaciones son fáciles de establecer porque los

pronombres concuerdan en género y número con los antecedentes, además que sólo hay dos

entidades participando en la oración. En (33b) también se establece correctamente la

relación anafórica: mamá, mamita linda (antecedente) con los pronombres ella y le,

nuevamente la identificación de la relación es fácil por la correspondencia que existe de

género y número del antecedente con los pronombres.

Por su parte, en (33c) los pronombres no tienen un antecedente claro dentro del

discurso precedente, no hay entidad alguna que corresponda con el número y género de los

167
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

pronombres empleados por la paciente, lo que hace imposible rastrear y establecer

relaciones anafóricas.

Cabe destacar que mientras más anáforas contenga un texto mayor será su

coherencia referencial, esto se debe a que la anáfora es un dispositivo gramatical que

garantiza la continuidad y recurrencia de entidades o eventos a lo largo del discurso.

Por otra parte, un caso particular de este fenómeno es la anáfora cero, esto es,

cuando la relación se establece entre un antecedente y “una unidad abstracta postulada por

un análisis, pero que carece de realización física dentro de la cadena hablada”, (Crystal,

2000: 98). Considérense los siguientes ejemplos:

(34) a. Juan1 vino a casa y luego [él1] se fue.

b. Dr.: ¿Traen pistola?


P: Sí tenía yo1 cuando era, ora [yo1] ya tengo una…

Las relaciones que se establecen en (34a) y (34b) se dan entre un antecedente y un

pronombre átono implícito. Así, la anáfora cero garantiza una máxima continuidad

referencial en el discurso 23 .

4.2.3.7.3.2. RELACIONES CATAFÓRICAS

La catáfora es otro dispositivo gramatical que ayuda al rastreo de coherencia referencial en

el discurso, pues también relaciona un elemento gramatical (antecedente) con uno léxico

que será presentado posteriormente. Así, la catáfora es definida como: “el proceso o

resultado en que una UNIDAD LINGÜÍSTICA hace referencia a otra unidad mencionada

23
Para Givón (1995) el uso de anáforas ceros y pronombres átonos, desde una perspectiva cognitiva, indica
que el referente actualmente activado sigue siendo el mismo y que la información entrante versará sobre él,
garantizando así una mayor coherencia referencial. Esta continuidad máxima se mantendrá hasta que una
entidad nueva sea introducida en el discurso, donde el empleo de un sustantivo o una frase nominal completa
indicará la existencia de una discontinuidad mayor.

168
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

después. La referencia catafórica es una manera de señalar la identidad entre lo que se

expresa y aquello que está a punto de ser expresado” (Crystal, 2000: 93).

Por definición, una relación catafórica requiere necesariamente de dos elementos: (i)

la unidad lingüística (antecedente) y (ii) la entidad o evento (referencia). Sólo cuando se

establece una relación clara y precisa entre antecedente y la entidad o evento se puede

hablar de catáfora.

Por ende, la catáfora es considerada como una relación hacia delante, i.e. una

relación que será buscada dentro de la información nueva, en el foreground discursivo.

Considérense los siguientes ejemplos:

(35) a. Él1 vendrá a comer, Juan1 vendrá.

b. P: Eso1 que tuve de escuincle, de caerme1 me dolió.

c. Dr.: ¿Usted en qué trabaja?


P: Yo…este…mi costante aseamente es de la media de fiesto, de me
me media de far, de todo eso1 de herrería1 de todo eso1.

d. P: *Ya ora prime vez ora veces puedo decirle, primera primero luego le
digo ay este te dije se me olvidó decirlo comple…poquín, pero a
veces le estoy diciendo lo stoy a veces pensando a así y a veces
cuando se me sale a veces digo otra cosa y no no no así le dije pero
luego a veces me quedo callada y al rato le voy ya le dije así eso
pero paquito me vuelven a prestar cosas porque no decía yo casi
mucho y yo le dije a él le dio mucho gusto porque dije yo no decía
nada usted y ora sí gracias a Dios le dije él no me ha enseñado a él le
dijo y sí aprendí pero sé que es poquito.

En (35a), el pronombre él se relaciona catafóricamente con el nombre Juan, que aparece

posteriormente en la oración. En (35b), eso hace referencia al evento caerme, que también

aparece posteriormente en la oración. En (35c), nuevamente el pronombre demostrativo eso

establece una relación catafórica con el sustantivo herrería, en donde, además, todo eso

está anafóricamente relacionado con herrería. Así, en (35a, b y c) las relaciones catafóricas

169
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

son establecidas correctamente: hay una unidad lingüística, pronombres en estos casos, que

tiene su referencia clara en el discurso posterior.

Por su parte, (35d) está lleno de pronombres que carecen de un referente claro, por

tanto no es posible establecer relaciones de ningún tipo, ni anafóricas ni catafóricas. Lo más

que nos permiten hacer las pistas gramaticales es establecer que la paciente se refiere a dos

entidades: la primera corresponde a la segunda persona del singular; y la segunda coincide

con la tercera persona del singular, de género masculino. En ambos casos, no hay una

referencia clara a la cual se puedan anclar los pronombres. Así, (35d) carece de coherencia

referencial, pues no podemos decir nada de las entidades o eventos que participan en los

hechos que reporta la paciente.

4.2.3.7.3.3. ELIPSIS

Dentro del estudio del análisis del discurso, la elipsis es un dispositivo gramatical que

permite establecer relaciones entre oraciones. Cuando una elipsis aparece en el discurso su

análisis permite fijar la correspondencia entre dos oraciones, lo que ayuda al rastreo de

coherencia, ya sea referencial o temática.

Así, la elipsis se refiere: “a una ORACIÓN en la cual, ya sea por economía, por

énfasis o por estilo, se ha omitido una parte de la ESTRUCTURA, recuperable mediante un

examen del CONTEXTO […] poniendo el énfasis en la necesidad de que las partes ‘elididas’

(o ‘elípticas’) de la oración sean especificables sin ambigüedades 24 ” (Crystal, 2000: 194).

24
Mi investigación seguirá esta restricción, pues en el discurso de los pacientes con afasia de Wernicke, por
su propia naturaleza, la existencia de ambigüedades es casi inevitable. Por esta razón, sólo hablaré de elipsis
cuando la parte elidida de la oración sea especificable sin ambigüedades o al menos sea lo suficientemente
clara. En este sentido, la aproximación de ‘la integración de la elipsis’ (Kindt, 1985) propone que el
constituyente que ha sido elidido sea copiado y colocado en el lugar donde se supone debía de estar. La
sugerencia de esta aproximación es que el vínculo establecido no está restringido sólo a unir dos oraciones,

170
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

La elipsis regularmente sustituye tanto un elemento nominal como uno verbal,

véanse los siguientes ejemplos:

(36) a. María gozó la velada, aunque Juan no [gozó la velada].

b. ¿Dónde está el billar?


[el billar está ] En la 15 Oriente y 3 Sur.

c. Dr.: ¿Y ahora ya no toma?


P: No [ya no tomo], tengo amigos que sí [toman] pero ya no tomo

d. Dr.: ¿Y podía mover el brazo y la pierna?


P: *Nada. No, no me gusta, no puedo oír.

Tanto en (36a) como en (36b), la elipsis es clara pues la parte elidida puede ser recuperada

fácilmente del contexto discursivo inmediato y no hay ambigüedad en su interpretación.

Por otra parte, en (36c) la elipsis, a pesar de ser utilizada dos veces seguidas, es clara y

puede ser interpretada fácilmente gracias al discurso precedente: la pregunta, y al discurso

subsiguiente: ‘pero ya no tomo’. Por último, en (36d) no puede establecerse la existencia de

una elipsis clara, el contexto discursivo previo (la pregunta) parece que permite recuperar la

parte elidida en la respuesta, sin embargo, el contexto discursivo posterior hace ambigua la

interpretación de la respuesta, pues no existe relación alguna entre: mover, gustar, oír y

usar.

Como lo señalo en estos ejemplos, sólo hablaré de elipsis cuando: (i) la parte elidida

sea recuperable dentro del contexto discursivo, y (ii) cuando no haya ambigüedades en la

identificación de la elipsis, esto es, cuando se pueda incrustar correctamente la estructura

elidida dentro de la oración, como sucede en (36a), (36b) y (36c).

sino que, además, la elipsis vincula pares de conceptos que comparten el mismo estatus en la estructura
representacional del discurso.

171
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

4.2.3.7.3.4. DEIXIS

Otro dispositivo que ayuda al rastreo de coherencia referencial dentro del discurso es la

deixis. Su análisis permite establecer relaciones claras entre unidades lingüísticas y el

contexto discursivo.

Así pues, la deixis engloba: “aquellos rasgos del LENGUAJE que hacen referencia

directa a las características personales, temporales o locativas de la SITUACIÓN en la que

tiene lugar un ENUNCIADO, cuyo SIGNIFICADO será relativo a dicha situación 25 ” (Crystal,

2000: 162). Véanse los siguientes ejemplos:

(37) a. Juan fue a Monterrey, allá probó el cabrito.

b. Mientras tú vas a la tienda, yo preparo el café.

c. P: Y yo no le sabía qué era, nomás se lo quería decir pero no ahora ya


lo hago bien.

d. Dr.: ¿Tomaba?
P: Sí eso me gusta, el padre te tido que mi padre igual yo yo hasta
ahoras fui yo tenía.

e. P: *Fui con un doctor, allá, con un doctor también. También.

En (37a), la deixis se establece entre Monterrey y allá, pues el adverbio locativo sólo puede

ser interpretado gracias al contexto previo de la oración. En (37b), los pronombres

personales tú y yo son deícticos y queda claro que tú refiere directamente al oyente, y yo al

hablante. Este tipo de deixis es la más clara y común dentro del discurso. En (37c), por su

parte, el adverbio ahora es deíctico y refiere al momento (tiempo) en el que la conversación

se lleva a cabo, esto puede ser ayer, hoy, hace dos meses o en este preciso momento. Por

25
En los estudios pragmáticos, la deixis ha sido ampliamente tratada, su estudio se muestra como un apoyo
útil para el análisis del discurso. Dentro de esta tradición, a la deixis le concierne: “la forma en que los
lenguajes codifican o gramaticalizan características del contexto de la elocución o el evento de habla, y,
así, también las formas en que la interpretación de las elocuciones depende del análisis del contexto de la
elocución”. (Levinson, 1983: 54)

172
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

otra parte, en (37d), el pronombre eso es deíctico y hace referencia a la acción de tomar

(beber).

Por último, en (37e), el adverbio allá carece de referencia directa en el contexto

discursivo, por tanto no hay información contextual que permita establecer una relación

entre allá y algún elemento nominal dentro del discurso.

Cabe destacar que en ejemplos como (37a) y (37e), la deixis puede ser confundida o

sustituida ya sea por anáfora o catáfora, pues ambos tipos de relaciones son interpretables

sólo dentro del contexto discursivo previo o posterior, respectivamente. Sin embargo,

dentro de mi propuesta teórico-metodológica, tanto anáfora, catáfora, como deixis serán

tratadas de manera individual, según la definición que se ha dado para cada una de ellas.

Así, dos restricciones se le imponen a la deixis: (i) los rasgos que hacen referencia

directa a las características personales, temporales o locativas serán sólo aquellos que han

sido gramaticalizados o codificados por el lenguaje 26 . De esta restricción se origina la

segunda: (ii) el contexto es sólo el discurso precedente o posterior que rodea a la

oración, dentro de la cual está la deixis.

En consecuencia, todo aquello que no tenga que ver con el contexto discursivo de

las oraciones quedará fuera del alcance de la deixis, pues cabe recordar que esta

investigación está restringida únicamente al análisis de elementos que pueden ser

caracterizados de manera formal.

26
Ejemplos de estos elementos son: tú, yo, él, ahora, allá, allí, acá, eso, etc., que han sido codificados por el
lenguaje y, efectivamente, tienen su referencia dentro del contexto discursivo.

173
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

4.2.3.8. COHERENCIA TEMÁTICA

Debido a la naturaleza multiprosicional del discurso, la coherencia temática también lo es,

esto significa y garantiza la continuidad o recurrencia de algunos elementos a lo largo del

discurso. Los elementos recurrentes más fáciles de asociar e identificar con la coherencia

temática son:

a) coherencia referencial
b) coherencia temporal
c) coherencia locacional
d) coherencia de acción

En otras palabras, el discurso coherente tiende a mantener, a lo largo de varias

proposiciones, respectivamente:

a) el mismo referente (tópico)


b) el mismo tiempo o, al menos, contiguo
c) la misma locación o, al menos, contigua
d) acción secuencial

Así, desde una perspectiva cognitiva, lo anterior indica que la continuidad garantiza una

mayor accesibilidad mental y la ausencia de recurrencia provoca un mayor esfuerzo mental.

De tal forma, el discurso más coherente es aquel que contiene más elementos continuos y

recurrentes y, además, es organizado de tal forma que hace que la información sea

mentalmente más accesible para el oyente.

Debido a esto, Givón (1995) propone que la coherencia temática es un epifenómeno,

es el leitmotiv, que señala los distintos hilos de coherencia en el discurso, por esto léxico y

gramática comparten la carga funcional para señalar las recurrencias a lo largo del discurso.

En otras palabras, la coherencia temática puede ser una consecuencia aditiva de todas las

174
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

líneas concretas de coherencia juntas. No obstante, no es sólo la mera suma de sus partes.

Así pues, tiene que haber una consistencia entre lo que se ha dicho previamente con lo que

se está diciendo actualmente. La información nueva tiene que estar conectada, ser

consistente y relevante con el tópico que se está tratando.

Como se menciona arriba, son dos las fuentes principales que nos permiten

identificar estas regularidades: i) gramática, y ii) vocabulario. Así, los subsistemas

gramaticales y el léxico señalan aspectos más globales de coherencia discursiva. Estos

subsistemas guían las operaciones de búsqueda y recuperación en los niveles de

encadenamiento de cláusulas, oraciones y/o párrafos. Givón (2005) sistematiza los

diferentes tipos de coherencia, así como sus relieves codificantes, ya sea léxico o

gramática:

(38) Tipos de coherencia bien codificados en la coherencia discursiva:

TIPO VEHÍCULO CODIFICANTE

Referentes gramática > léxico


Locación léxico >> gramática
Temporalidad gramática > léxico
Aspectualidad gramática > léxico
Modalidad gramática > léxico

Esto quiere decir que los dos tipos de coherencia que estudio aquí, referencial y temporal,

están codificados principalmente por la gramática, lo que resulta benéfico si recordamos

que los pacientes con afasia de Wernicke conservan mejor la gramática que el léxico.

Hasta aquí, tiene que quedar claro que los dispositivos gramaticales usados durante

la producción y la comprensión natural del discurso en línea deben ser vistos como señales

de coherencia que guían al oyente sobre la activación específica que tiene que realizar en la

175
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

memoria de trabajo, así como las conexiones y operaciones mentales para la búsqueda y

recuperación de información en la memoria episódica.

En este punto cabe destacar que las cláusulas empaquetan proposiciones mentales

que codifican estados o eventos que ya han sido cognizados. De tal suerte, Givón (1990)

define a la cláusula como:

(39) La unidad básica de información almacenada en el discurso coherente, por


medio de la cual nueva información es agregada al discurso.

Tomando en cuenta lo anterior, a lo largo del encadenamiento de cláusulas, los elementos

recurrentes del discurso se van presentando, garantizando así a coherencia temática. En

otras palabras, el discurso (multiproposicional) está compuesto de oraciones o cláusulas

(proposiciones) que comparten, entre sí, elementos recurrentes (coherencia temática), por

tal motivo cada cláusula agrega nueva información (foreground) que será incluida en el

discurso previo (background). Así pues, resulta pertinente ver de qué forma se encadenan

los diferentes tipos de cláusulas.

4.2.3.8.1. TIPOS DE CLÁUSULAS

Para Givón (2005) existen cuatro posiciones claras en las que aparecen las cláusulas dentro

de su encadenamiento en el discurso coherente, pues se encuentran gramaticalizadas

sistemáticamente en el lenguaje natural. Éstas son:

1) Cláusulas pre-iniciales
2) Cláusulas iniciales
3) Cláusulas medias
4) Cláusulas finales

176
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

Cada una de estas posiciones cumple con una tarea dentro del encadenamiento que

conforma el discurso. A continuación describo cada una de estas cláusulas.

a) CLÁUSULAS PRE-INICIALES

Una cláusula en esta posición desempeña la función de puente de coherencia, es decir,

vincula la cadena al discurso precedente (al párrafo anterior). Hay tres dispositivos

gramaticales que son utilizados en tales cláusulas:

1) Cláusulas adverbiales pre-puestas: aparecen antes de su cláusula principal.


2) Frases adverbiales pre-puestas: tienen la misma función de puentes de
coherencia aunque más amplia que las cláusulas adverbiales.
3) Frases nominales dislocadas a la izquierda 27 : guían al oyente a una búsqueda
anafórica precedente que alcanza varias cadenas en la memoria episódica del
texto actual.

Los tres dispositivos tienen vínculos catafóricos locales directamente con la cláusula

siguiente. A su vez, señalan vínculos anafóricos más globales con el discurso precedente en

un nivel más alto en la estructura jerárquica del texto actual. Así pues, estas cláusulas

forman un doble vínculo, la cadena inicial garantiza conectividad pues tiende un puente

entre el trazo episódico del texto actual (anafórico) y la nueva información entrante

(catafórico).

b) CLÁUSULAS INICIALES

En esta posición, la cláusula lanza una nueva cadena iniciando los hilos principales de

coherencia (referente tópico, temporalidad, aspectualidad, modalidad). El vínculo de las

cláusulas iniciales es más local tanto anafórica como catafóricamente. Gramaticalmente,

27
Es decir, un tipo de oración en la que uno de los constituyentes aparece en posición inicial y su papel
sintáctico queda satisfecho por un pronombre con la misma referencia. Por ejemplo, El café, siempre lo
compro al mayoreo. Algunos autores también utilizan el término topicalización. (Crystal, 2000).

177
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

estas cláusulas tienden a ser altamente específicas, es decir, contienen todos los tipos de

coherencia marcados.

c) CLÁUSULAS MEDIAS

En estas cláusulas, contrarias a las iniciales, los elementos del discurso coherente no están

tan bien definidos. Las cláusulas medias transmiten la cantidad de información nueva

presentada en la cadena, además despliega los más altos niveles de continuidad anafórica.

Por otra parte, dado que es muy probable que la siguiente cláusula sea muy parecida

o, incluso, del mismo tipo, las cláusulas medias están fuertemente ancladas

catafóricamente.

Las marcas gramaticales de tales cláusulas son mínimas o, al menos, reducidas, pues

muchos hilos de coherencia continúan como en la cláusula precedente.

d) CLÁUSULAS FINALES

En esta posición la cláusula termina la cadena temática, en términos de referencia, tiempo,

aspecto, modo, actos de habla o en términos abstractos temáticos. Las propiedades de las

cláusulas finales son más anafóricas, aunque pueden señalar información catafórica, como

el inicio de una nueva cadena temática. Otras indican un tipo de referente nuevo que será

iniciado en la siguiente cadena (cambio de referencia catafórica).

El siguiente esquema resume las propiedades de cada uno de los diferentes tipos de

cláusulas:

(40) Grounding and thematic continuity in the clause chain (Givón, 2005:182):

178
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

En resumen, hemos visto cómo se combinan las cláusulas para mostrar una mayor

continuidad temática y la forma en la que todos los dispositivos, que ayudan al rastreo de

coherencia, se presentan, a través de las cláusulas, como un sistema de pistas cognitivas y

operaciones mentales altamente específicas, que están dirigidas a los tres sistemas

cognitivos donde el texto es representado: memoria de trabajo, atención y en la memoria

episódica.

De tal forma, gramática y léxico se combinan para enfatizar las operaciones

mentales que hablante y oyente tienen que realizar en su afán de construir mutuamente un

discurso coherente. Así, en la medida en la que más ocurrencias haya de un referente y de

la contigüidad de tiempo, mayor será la coherencia temática.

4.2.4. MARCADORES DISCURSIVOS

4.2.4.1. ¿QUÉ ES UN MARCADOR DISCURSIVO?

En 1987, Deborah Schiffrin introdujo el término marcador discursivo para referirse a los

dispositivos lingüísticos que los hablantes utilizan para señalar la forma en la que la unidad

anterior de habla o texto se relaciona con el estado actual del discurso. Así pues, los

marcadores discursivos son palabras o frases que dividen, ordenan, estructuran y muestran

la relación que guardan entre sí las partes del discurso, ya sean ideas, acciones, turnos, etc.

Por otra parte, en un estudio del uso de los marcadores discursivos en español, José

Portolés los define como: “unidades lingüísticas invariables, [que] no ejercen una función

sintáctica en el marco de la predicación oracional y poseen un cometido coincidente en el

discurso: el de guiar, de acuerdo con sus distintas propiedades morfosintácticas, semánticas

y pragmáticas, las inferencias que se realizan en la comunicación” (1998: 27). Así, los

179
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

marcadores son un medio de la lengua para facilitar la articulación entre lo que es dicho y

el contexto, de tal forma que a un contexto distinto le corresponderá un marcador distinto.

Consecuentemente, un marcador discursivo será el término lingüístico que reciben

pequeñas palabras, incluso frases, que dividen el habla en partes y muestran la relación que

existe entre ellas y, como característica, no necesariamente significan lo que el diccionario

señala, pues cuando son empleadas como marcadores generalmente se encuentran

gramaticalizadas.

Así, debido a este carácter relacional o estructural, Schiffrin agrega que son

elementos secuencialmente dependientes que agrupan unidades del habla. Esta agrupación

se realiza por medio de recursos anafóricos y catafóricos, dependiendo de la posición que

tenga el marcador en la oración. De tal suerte, la dependencia secuencial, ya sea anafórica o

catafórica, indica que los marcadores son dispositivos que trabajan en un nivel discursivo

más que en el de la palabra o de la oración.

En este sentido, gracias a su carácter anafórico o catafórico, comúnmente los

encontramos al principio o en el fin de las oraciones, donde al oyente le señalan la

intención del hablante para marcar continuidad discursiva, causas, contra expectativas o

cambio de tópico. También pueden servir para indicar la actitud o la orientación hacia el

discurso

Es importante notar que generalmente podemos quitar un marcador de su posición

en el discurso y la estructura sintáctica queda intacta, inclusive el significado. No obstante,

la conectividad indeterminada, el uso de elipsis y la intercalación de estructuras pueden

oscurecer los límites sintácticos, lo que hace la identificación y clasificación de oraciones

en conversaciones cotidianas casi imposible de realizar (Cristal, 1980). Entonces, en este

sentido, los marcadores discursivos ayudan a esclarecer no sólo los límites sintácticos sino,

180
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

además, las relaciones que se establecen entre las partes del discurso y permiten apreciar al

conjunto de oraciones como partes de un todo, de un discurso.

4.2.4.2. PROPIEDADES DE LOS MARCADORES DISCURSIVOS

Las propiedades lingüísticas de la expresión utilizada como marcador también son

responsables de sus efectos comunicativos. Así, tanto las propiedades semánticas 28

(significado referencial) como las gramaticales (sintaxis) pueden contribuir.

Muchos marcadores discursivos son utilizados de formas que reflejan su

significado. Por ejemplo, las conjunciones tienen efectos pragmáticos que están muy

cercanos a su significado: pero marca un contraste del hablante por su significado

contrastivo. O marca opciones al oyente por su significado disyuntivo. Esto sugiere que los

marcadores, por sí mismos, no comunican significados sociales y/o expresivos. Más bien,

están situados en partes muy distintas del discurso y es la elocución, dentro de la que

aparecen, la que es interpretada por significados sociales y/o expresivos 29 (Schiffrin: 1987).

Así, cualquier expresión utilizada como un marcador podrá tener significado pero su

uso primario en el discurso estará en la organización de los significados referenciales en el

nivel textual. Por tanto, los marcadores hacen posible una relación entre partes del discurso,

por tal razón, sugiere la misma autora, los marcadores seleccionan y después muestran

relaciones estructurales entre elocuciones más que crearlas.

28
A pesar de no saber cómo o si efectivamente los significados referenciales de los marcadores contribuyen a
la manera en que son utilizados en el discurso (Schffrin, 1987: 63). En este sentido, Hymes (1974) sostiene
que si los elementos léxicos o frases adquieren una función gramatical, en un sentido social o estilístico,
pueden perder su fuerza léxica primigenia en relación con sus nuevas relaciones paradigmáticas.
29
La sugerencia de Schiffrin es que los marcadores seleccionan una relación de significado de cualquiera de
los significados potenciales de los que están provistos, a través del contenido del habla, y entonces muestran
dicha relación. Esto es, cualquier significado inherente del marcador tiene que ser compatible con los
significados del discurso circundante. Además, la mayoría de los marcadores no son funcionalmente
intercambiables, así que se utiliza el más adecuado dependiendo de la elocución en la que se encuentre.

181
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

En suma, las propiedades del discurso junto con las propiedades lingüísticas de la

expresión (significado y/o propiedades gramaticales) proveen a los marcadores con sus

funciones indexicales, indican la locación de una elocución dentro de sus contextos locales.

De tal forma, la función indexical de los marcadores es la clave para comprender por qué

son utilizados, pues sugieren las coordinadas contextuales dentro de las cuales una

elocución es producida y diseñada para ser interpretada y, debido a que se siguen tales

coordenadas, los marcadores contribuyen a la integración del discurso, i.e. la coherencia

discursiva (Schiffrin, 1987).

(41) Función indexical de los marcadores discursivos:

Propiedades Uso de
del discurso Funciones marcadores en
+ indexicales de el discurso: Coherencia
Propiedades los marcadores. sugieren
lingüísticas de coordinadores
la expresión contextuales.

En resumen, son tres las propiedades que despliegan los elementos lingüísticos empleados

como marcadores discursivos, a saber: (i) propiedad semántica, que tiene que ver con cómo

los significados referenciales de las palabras o frases utilizadas como marcadores pueden

influir o guiar en su carácter organizacional. En este sentido, en algunas ocasiones el

significado influye como en pero y o. En otras, se encuentran totalmente gramaticalizados

como sin embargo, mire, oye, etc.

(ii) Propiedad gramatical (sintáctica), que tiene que ver con cómo influye la

posición de los marcadores dentro de las oraciones pues, como ya he citado, estructuran el

discurso por medio de relaciones anafóricas o catafóricas que dependen principalmente de

la posición que ocupen los marcadores dentro de las oraciones.

182
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

(iii) Propiedad pragmática, que tiene que ver con el nivel discursivo o textual en el

que trabajan los marcadores, ya sea que pierdan o conserven su significado prístino, que se

encuentren al principio o en el fin de las oraciones. Así, hace referencia al carácter

organizacional de los marcadores, es decir, a su función indexical dentro del discurso.

4.2.4.3. ¿QUÉ CUENTA COMO MARCADOR DISCURSIVO?

Las palabras y frases que son utilizadas principalmente para estructurar el discurso a costa

de perder total o parcialmente su significado serán consideradas marcadores discursivos.

Los elementos del lenguaje que particularmente pueden ser utilizados como marcadores son

algunas partículas como: bien, bueno; conjunciones: y, pero, o, también, porque; deícticos

temporales: ahora, antes, entonces; y cláusulas lexicalizadas: tú sabes, quiero decir, cómo

te explico, mire usted (Schiffrin, 1987). También algunos adverbios utilizados

reiteradamente pueden ser considerados como marcadores pues parece que su uso

corresponde más a alguna marca de tipo pragmática.

Ahora bien, todos estos elementos del lenguaje tienen características comunes, lo

que facilita delimitar las condiciones lingüísticas que determinan si una expresión es

utilizada como un marcador, estas condiciones son:

(i) Tiene que ser separable de una oración sin alterar la estructura sintáctica,
incluso el significado.
(ii) Usualmente será utilizada en posición inicial dentro de una elocución.
(iii) Tiene un rango diferente de contornos entonacionales.
(iv) Es capaz de operar tanto en el nivel local como global del discurso y en
diferentes planos, esto es, puede no tener significado, tener un significado
vago o reflexivo, ya sea del lenguaje o del hablante.

183
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

4.2.4.4. COHESIÓN Y MARCADORES DISCURSIVOS

Debido a que la coherencia sólo: “consistiría en la congruencia entre las diversas partes de

un discurso y su compatibilidad con el conocimiento de mundo de los hablantes” (Portolés,

1998: 29), este autor considera que los hablantes no pretenden construir discursos

coherentes, sino pertinentes 30 que permitan al interlocutor obtener las inferencias que se

desean comunicar. Tomando en cuenta lo anterior, para Portolés los marcadores serían

dispositivos que auxilian a los interlocutores a realizar dichas inferencias, es decir,

dispositivos cohesivos principalmente.

Desde la perspectiva de Portolés, la cohesión consiste en el conjunto de todas

aquellas funciones lingüísticas que indican relaciones entre los elementos de un texto, por

lo cual los marcadores son unidades lingüísticas que permiten cohesionar –dar unidad– a un

texto. La cohesión es, pues, el resultado del uso de los marcadores por lo que las relaciones

de cohesión en un discurso no son un fin, sino un camino posible para alcanzar la

pertinencia óptima.

No obstante, podemos armar un texto incoherente 31 aun cuando contenga los

suficientes elementos cohesivos, incluidos los marcadores discursivos:

(42) Pedro es hombre y come verduras porque él prefiere correr, pero por las
mañanas toma un baño.

Este es un ejemplo donde queda demostrado, de nueva cuenta, que la cohesión no es una

condición necesaria ni suficiente para la coherencia discursiva y que la labor de los

marcadores no puede ser restringida a la creación de cohesión.

30
Pertinente tomado como sinónimo de relevancia, en términos de Sperber y Wilson (1986).
31
Un texto incoherente produce una menor cantidad de efectos contextuales y representa un mayor costo de
procesamiento. Así, un texto incoherente no sería muy relevante.

184
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

Respecto a esto, Schiffrin (1987) sostiene que podemos reconocer un elemento

cohesivo por su apariencia superficial en el texto, pues despliega una conexión entre el

contenido proposicional subyacente de dos cláusulas: la cláusula en la que aparece y la

cláusula previa. Así, el vínculo cohesivo es establecido porque la interpretación de un

elemento en una cláusula presupone la información contenida en una cláusula previa.

Sin embargo, la autora también reconoce que los estudios de cohesión indican que el

significado comunicado por un texto es aquel que es interpretado por el hablante y el

oyente basados en sus inferencias acerca de las conexiones proposicionales subyacentes

que fueron dichas. Por lo cual, los dispositivos de cohesión no crean significados por sí

mismos, más bien son claves usadas por los hablantes y oyentes para encontrar los

significados que subyacen de las elocuciones. No obstante, no siempre estas claves son

suficientes o claras para definir un discurso como coherente, como ya lo hemos visto.

Debido a esto, Schiffrin considera que los marcadores funcionan mejor como

opciones de coherencia que como creadores de cohesión, gracias a que funcionan como

coordinantes contextuales que vinculan sintáctica, semántica y pragmáticamente distintas

partes del discurso. Veamos por qué.

4.2.4.5. COHERENCIA Y MARCADORES DISCURSIVOS

Para Schiffrin, el análisis de los marcadores discursivos es parte del análisis más general de

la coherencia discursiva (1987: 49). Principalmente porque los marcadores se muestran

como opciones de coherencia cuando despliegan una función indexical dentro del discurso.

Así, para esta autora, los marcadores contribuyen a la coherencia textual en otra dimensión

de análisis: una dimensión deíctica, pues todos los marcadores cumplen con una función

indexical dentro del texto.

185
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

De tal forma, las principales dimensiones del contexto codificadas a través de

elementos deícticos son: (i) participantes (hablante y oyente), por medio de pronombres

personales, (ii) tiempo, a través de expresiones temporales (incluyendo el tiempo verbal), y

(iii) lugar, por medio de expresiones locativas (incluyendo verbos de movimiento).

Gracias a esta propiedad, estos elementos definen el centro deíctico (Schiffrin, 1987)

de una elocución, por ejemplo la locación desde la cual el hablante, oyente, tiempo y las

coordinadas del lugar son fijadas y, así, se le asigna una interpretación específicamente

contextual. En casos no marcados, el centro deíctico es el hablante de tal forma que oyente,

tiempo y lugar son definidos con relación a la identidad del hablante, el tiempo en el que la

elocución es presentada y la locación del hablante. Estos centros deícticos pueden ser

proxémicos (yo, tiempo presente, aquí) o distales (tú, tiempo pasado, allá).

De la misma forma, los marcadores discursivos también están dentro de grupos

proxémicos y distales. Más específicamente, el contexto al que refieren los marcadores

incluye tanto a los participantes como al texto. Las coordinadas de los participantes que

señalan los marcadores son el hablante y el oyente: un marcador muestra que una elocución

está focalizada ya sea en el hablante (proxémico), en el oyente (distal) o probablemente en

ambos. Por su parte, las coordinadas textuales del habla focalizan un texto previo

contraponiéndolo a un texto posterior: los marcadores indican el contenido de la elocución

a cualquier texto que les precede (proxémico) o a cualquier texto que les sigue (distal) o a

ambos.

En otras palabras, hacen referencia a puntos anteriores en el texto (función

anafórica), a puntos posteriores (función catafórica) o en ambas direcciones. Es en este

sentido dual que los marcadores proveen coordinadas contextuales para las elocuciones, es

decir, indican el contexto local de la elocución, el contexto en el que son producidas y

186
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

deben ser interpretadas. Así, Schiffrin sugiere que esta es la razón por la que los

marcadores son utilizados en el discurso, pues son coordinantes textuales. Y esta función

coordinante es la principal contribución de los marcadores a la coherencia discursiva.

Ahora bien, cada marcador cumple una función indexical y, por tal razón, las

relaciones establecidas entre las elocuciones son múltiples debido a que el discurso está

múltiplemente estructurado y sus diferentes componentes están integrados con otros. De

forma similar, los marcadores tienen roles más específicos gracias a que las elocuciones

están siempre contextualizadas en más de un componente de habla. No obstante, algunos

marcadores son funcionalmente equivalentes si están siendo considerados ya sea en su

función indexical o en su plano discursivo, esto dependerá del contexto en el que sean

utilizados.

En resumen, los marcadores discursivos son dispositivos lingüísticos que ayudan a

la coherencia discursiva. Desde que la coherencia es el resultado de la integración de

diferentes componentes del habla, cualquier dispositivo que sitúe simultáneamente una

elocución dentro de variados y diferentes contextos del discurso tiene, automáticamente,

una función integradora. Esto es, si un marcador actúa como una instrucción para focalizar

en la próxima elocución al hablante y, simultáneamente, instruye considerar una acción

particular en la elocución previa, entonces el resultado es un tipo de integración entre esos

dos componentes de habla.

Sólo un ítem lingüístico, i.e. un marcador discursivo, con una función indexical

puede anclar una elocución dentro de varios componente del discurso a la vez, lo que ayuda

a la integración de esos diferentes componentes en un discurso coherente.

187
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

En otras palabras, los marcadores discursivos permiten al hablante construir e

integrar múltiples planos y dimensiones de una realidad emergente, gracias a este proceso

resulta un discurso coherente (Schiffrin, 1987).

4.2.4.6. CLASIFICACIÓN

Debido a su naturaleza multifuncional, existen diversas clasificaciones de marcadores

discursivos. No obstante, cito sólo un trabajo de marcadores discursivos en el español que

sirve como punto de partida, además permite llevar a cabo una clasificación clara y concisa

de los diferentes marcadores discursivos.

Así, según Portolés (1998), hay dos tipos de clasificaciones que son más habituales.

Por un lado, hay autores que defienden la existencia de una serie de actos verbales, entre los

que se encuentran los que establecen las formas particulares de composición textual como:

justificar, complementar, explicar, parafrasear, refutar. Posteriormente, el conjunto de

marcadores se distribuye entre los posibles actos verbales, así se agrupan por su utilidad

para efectuar procesos textuales previamente fijados y una unidad puede aparecer en dos o

más grupos.

En contraste, la postura de Portolés es la de buscar, hasta donde sea posible, un

significado unitario para el marcador y dar cuenta de todos sus usos a partir de dicho

significado. La clasificación de Portolés es la siguiente:

188
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

4.2.4.6.1. ESTRUCTURADORES DE LA INFORMACIÓN

Los estructuradores de la información permiten regular la organización informativa de los

discursos, esto es, la creación de tópicos y comentarios 32 . Se trata de unidades que carecen

de significado argumentativo y se dividen en tres grupos:

(a) Comentadores: presentan el miembro discursivo que introducen como un nuevo


comentario, lo que lo distingue del discurso previo. Este discurso anterior se
comprende como un comentario distinto, esto es, que responden a otro tópico o
como una preparación al nuevo comentario introducido por el marcador. Los más
frecuentes son pues, bien, pues bien, así las cosas.
(b) Ordenadores: indican el lugar que ocupa un miembro del discurso en el conjunto de
una secuencia discursiva ordenada por partes; después presentan el conjunto de esta
secuencia como un único comentario y cada parte como un subcomentario. Existen
tres tipos de ordenadores:
(i) Marcadores de apertura: abren una serie en el discurso: en primer
lugar, primeramente, primero, por una parte, por un lado, de una
parte, de un lado, etc.
(ii) Marcadores de continuidad: indican que el miembro que acompañan
forma parte de una serie de la cual no es el elemento inicial: en
segundo (tercer, cuarto, etc.) lugar, por otra parte, por otro lado,
por su parte, de otra parte, de otro lado, asimismo, igualmente, de
igual forma (modo, manera), luego, después. Si están acompañados
por la conjunción y suelen comprenderse como el cierre de una lista.
(iii) Marcadores de cierre: señalan el fin de una serie discursiva: por
último, en último lugar, finalmente, en fin, por fin, en último término,
etc.
(c) Disgresores: introducen un comentario lateral con respecto a la planificación del
discurso anterior. Los más frecuentes son: por cierto, a todo esto, a propósito,
dicho sea de paso, dicho sea, entre paréntesis, etc.

32
Para este autor, los tópicos son los objetos sobre los que versan las preguntas, explícitas o implícitas, que
condicionan el desarrollo de un discurso. Por su parte, los comentarios son las respuestas a estas preguntas.

189
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

4.2.4.6.2. CONECTORES

Son marcadores discursivos que vinculan semántica y pragmáticamente un miembro del

discurso con otro miembro anterior o con una suposición contextual fácilmente recuperable.

El significado del conector proporciona una serie de instrucciones argumentativas que guía

las inferencias que se han de obtener del conjunto de los miembros relacionados. Se

distinguen en tres grupos:

(a) Aditivos: unen a un miembro del discurso anterior con otro con la misma
orientación argumentativa. Permiten la inferencia de conclusiones que serían
difíciles de lograr si los dos miembros permanecieran independientes. Se clasifican
en dos grupos:
(i) Aquellos que vinculan dos miembros discursivos que se ordenan en
una misma escala argumentativa: incluso, inclusive, es más.
(ii) Aquellos que no cumplen esta función: además, encima, aparte, por
añadidura, etc.
(b) Consecutivo: presentan el miembro del discurso en el que se encuentran como una
consecuencia de un miembro anterior: por tanto, en consecuencia, de ahí, entonces,
pues, así pues, por lo tanto, por consiguiente, por ende, de ahí, así.
(c) Contraargumentativos: vinculan dos miembros del discurso, de tal modo que el
segundo se presenta como supresor o atenuador de alguna conclusión que se pudiera
obtener del primero. Hay algunos que indican un contraste o contradicción entre los
miembros vinculados. Los más comunes son: en cambio, por el contrario, por el
contrario, antes bien, sin embargo, no obstante, sino (que) pero, aunque, con todo,
empero, ahora bien, ahora, eso sí.

4.2.4.6.3. REFORMULADORES

Presentan el miembro del discurso en el que se encuentra como nueva formulación de lo

que se pretendió decir de un miembro anterior. Va desde la explicitación de un primer

miembro que pudiera ser mal comprendido, hasta la rectificación. Así, la nueva

190
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

formulación es el miembro que se ha de tener presente en la consecución del discurso. Se

distinguen cuatro grupos:

(a) Explicativos: presentan el miembro del discurso que introducen como una
reformulación que aclara o explica lo que se ha querido decir con otro miembro
anterior que pudiera ser poco comprensible. Entre los más comunes están: en otras
palabras, en otros términos, dicho con/en otros términos, con otras palabras, dicho
de otra forma, dicho de otra manera, dicho de otro modo, etc.
(b) Rectificativos: sustituyen un primer miembro que presentan como una formulación
incorrecta, por otra que la corrige o, al menos, la mejora. Los más comunes son:
mejor dicho, más bien, lo que quiero decir, etc.
(c) Distanciamiento: Presentan expresamente como irrelevante un miembro del discurso
anterior al que los contiene. Con ellos no se pretende formular de nuevo lo antes
dicho, sino mostrar la nueva formulación como aquella que ha de condicionar la
prosecución del discurso, al mismo tiempo que priva de pertinencia al miembro
discursivo que lo precede. Los más comunes son: en cualquier caso, en todo caso,
de todos modos, de todas formas, de todas maneras, de cualquier modo, cualquier
forma, de cualquier manera.
(d) Recapitulativos: presentan su miembro del discurso como una conclusión o
recapitulación a partir de un miembro anterior o una serie de ellos. Los más
comunes son: en suma, en resumen, en conclusión, en síntesis. Algunos otros
pueden introducir miembros con orientación opuesta: en resumidas cuentas, en
definitiva, a fin de cuentas, en fin, total, al fin y al cabo.

4.2.4.6.4. OPERADORES DISCURSIVOS

Son aquellos que condicionan las posibilidades discursivas del miembro del discurso en el

que se incluyen, o al que afectan, pero sin relacionarlo por su significado a otro miembro

anterior. Hay tres grupos:

(a) De refuerzo argumentativo: su significado refuerza como argumento el miembro del


discurso en el que se encuentran frecuentemente a otros posibles argumentos, sean

191
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

éstos explícitos o implícitos, y al tiempo que se refuerza su argumento, se limitan los


otros como desencadenantes de posibles conclusiones. Los más comunes son: en
realidad, en el fondo, de hecho, en rigor, en efecto, la verdad, claro, desde luego.
(b) De concreción: presentan el miembro del discurso en el que se localizan como una
concreción o ejemplo de una generalización, que puede aparecer o no en un
miembro anterior, de ahí que se consideren operadores. Los más comunes son: por
ejemplo, verbigracia, en especial, en particular, en concreto.
(c) De formulación: se trata del marcador bueno, que presenta su miembro del discurso
como una formulación que transmite satisfactoriamente la intención comunicativa
del hablante.

4.2.4.6.5. MARCADORES DE CONTROL DE CONTACTO

Manifiestan la relación entre los participantes de la conversación, sujeto y objeto de la

enunciación y de éstos con sus enunciados, además refuerzan o justifican los razonamientos

de los hablantes ante su(s) interlocutor(es), sean argumentos o conclusiones; bien como

retardos en la comunicación, como llamadas de atención para mantener o comprobar el

contacto; o como fórmulas exhortativas y apelativas que implican al interlocutor. Los más

comunes son: hombre, mujer, anda, ande, mira, mire, miren, oye, oiga, cómo le explico,

mire usted, etc. A través de su uso, el hablante hace explícita su intención de comunicarse

efectivamente, a la vez que hace patente que está observando el principio de cooperación.

En conclusión, debemos tener muy presente que los marcadores discursivos sirven

principalmente como dispositivos de coherencia y que ayudan a estructurar, organizar y

distribuir un discurso, señalando las relaciones que existen entre las partes que lo

conforman.

192
PROPUESTA TEÓRICO-METODOLÓGICA

COMENTADORES Pues, bien, pues bien, así las


cosas, etc.
En primer lugar / en se-
ESTRUCTURADORES DE LA gundo lugar /…/ por una
ORDENADORES
INFORMACIÓN parte / por otra parte, de un
lado / de otro lado,
asimismo, por lo demás, etc.
DIGRESORES Por cierto, a todo esto, a
propósito, etc.
CONECTORES ADITIVOS Además, encima, aparte,
incluso, etc.
Por tanto, en consecuencia,
CONECTORES CONSECUTIVOS de ahí, entonces, pues, así
CONECTORES
pues, etc.
En cambio, por el contrario,
CONECTORES CONTRAARGUMEN- antes bien, sin embargo, no
TATIVOS
obstante, con todo, ahora
bien, etc.
REFORMULADORES EXPLICATIVOS O sea, es decir, esto es, en
otras palabras, etc.
REFORMULADORES DE Mejor dicho, más bien, etc.
RECTIFICACIÓN
En cualquier caso, en todo
REFORMULADORES REFORMULADORES DE
DISTANCIMAMIENTO
caso, de todos modos, de
cualquier manera, etc.
En suma, en conclusión, en
REFORMULADORES definitiva, en fin, al fin y al
RECAPITULATIVOS
cabo, etc.
OPERADORES DE REFUERZO En realidad, de hecho, claro,
ARGUMENTATIVO
desde luego, etc.
OPERADORES DISCURSIVOS
OPERADORES DE CONCRECIÓN Por ejemplo, en concreto,
etc.
OPERADOR DE FORMULACIÓN Bueno.
MARCADORES DE CONTROL DE Hombre / mujer, mira, oye,
CONTACTO
etc.

Tabla 4. Clasificación de los diferentes tipos de marcadores discursivos (Portolés, 1998: 146)

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