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PRELIMINARES TEÓRICOS

2. PRELIMINARES TEÓRICOS

Antes de reseñar los estudios previos que se han realizado en el campo de la

neurolingüística, enfocados en los niveles pragmático y discursivo, resulta pertinente

establecer qué se entiende por estos dos términos dentro del campo de la lingüística. Cabe

aclarar que esta intención no persigue fines teóricos sólo es una forma de sistematizar y

clarificar estos dos conceptos.

2.1. PRAGMÁTICA

El término pragmática fue introducido por Charles W. Morris en su libro Fundamentos de

la teoría de los signos, en 1938, para distinguirla de la sintaxis y la semántica. Desde la

perspectiva de este autor, la sintaxis se encarga de la combinación correcta de los signos

entre sí, sin considerar su relación con los significados o los hablantes. La semántica, por su

parte, se encarga de estudiar la relación de los signos con los objetos que pueden o no

designar. Y, finalmente, la pragmática se encarga del estudio de los signos en relación con

sus intérpretes.

Siguiendo con la distinción de Morris, la pragmática es el estudio de los aspectos

bióticos del lenguaje, es decir, el estudio de todos los fenómenos psicológicos, biológicos y

sociológicos que ocurren en el funcionar de los signos. Sin embargo, de acuerdo con esta

definición, a la pragmática le competerá cualquier actividad humana que involucre al

lenguaje y este rango de acción es muy extenso. Así pues, debido a esta magnitud, se

incluye un número exagerado de aspectos dentro de una teoría pragmática, que dependerán

de los alcances teóricos que persiga cada propuesta.

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PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

2.1.1. DELIMITANDO LA PRAGMÁTICA

Según varios autores, una teoría pragmática puede ser vista desde distintas perspectivas.

Por ejemplo, Levinson (1983) establece que el término pragmática ha sido utilizado de dos

maneras diferentes: (i) un uso amplio, tal y como lo propuso originalmente Morris, que

cubre cosas tan diversas como la psicopatología de la comunicación y la evolución de los

sistemas de símbolos. Dentro de esta perspectiva, hay una tendencia para usar el término

pragmática exclusivamente como una división de la lingüística más que como parte del

sistema general de signos. De tal forma, este uso general del término incluye a la

sociolingüística y la psicolingüística.

Por otra parte, (ii) existe un sentido filosófico del término pragmática, donde autores

como Carnap hablan de una pragmática pura a la que le conciernen conceptos tales como:

creencias, elocución e intención, así como la interrelación lógica que se establece entre

ellas. Esta pragmática fundamentalmente está relacionada con la semántica de condiciones

de verdad pues donde ésta falla, la pragmática emerge y parece ofrecer oportunidades reales

para subsanar las discrepancias entre lo que es dicho y lo que es entendido.

Para Cristal (1987a), gracias a las diversas áreas que abordan el estudio de la

pragmática, varias definiciones entran en conflicto. Así, un tipo de aproximación se centra

en los factores formalmente codificados en la estructura de una lengua. Otras, relacionadas

más a perspectivas particulares de la semántica, la consideran como el estudio de todos los

aspectos del significado en términos de condiciones de verdad. Finalmente, desde las

aproximaciones más amplias, la pragmática es vista como el estudio de los principios y

prácticas subyacentes de todas las actuaciones lingüísticas interactivas, incluyendo todos

los aspectos del uso del lenguaje.

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PRELIMINARES TEÓRICOS

Davis (1991), por su parte, sostiene que la pragmática es entendida de dos formas

diferentes: (i) como parte de la competencia lingüística de los hablantes, es decir, como

parte de una teoría psicológica que permite dar cuenta de lo que los hablantes tácitamente

conocen y que les permite comprender y utilizar correctamente las oraciones de su lengua.

Y (ii) como ajena a la competencia lingüística, esto es, la pragmática intenta dar cuenta de

un rango de hechos pragmáticos sin hacer referencia a una teoría psicológica.

Escandell (1993) considera que la pragmática ha de centrarse en la relación que se

establece entre el significado gramatical y el hablante con los hechos y objetos del mundo

que intente describir. Aunque otros autores difieren y sostienen que analiza la relación entre

la forma de la expresión y las actitudes de los usuarios, además de tener como tarea

fundamental explicar el desfase que frecuentemente se da entre lo que decimos

(significados literales) y lo que queremos decir (intención comunicativa). En otras palabras,

tiene que explicar la adecuación de las secuencias gramaticales al contexto y a la situación.

Así: “la pragmática trata de constituir una teoría que explique la interconexión entre

los diferentes tipos de procesos que hacen posible la comunicación humana. Sin embargo,

no resulta fácil trazar una frontera nítida entre lo que pertenece a una gramática

independiente del contexto y lo que pertenece al uso condicionado por el contexto”

(Escandell, 1993: 262).

Resumiendo, son tres las principales líneas que guían la investigación pragmática:

(i) La lógica-filosófica, del tipo propuesta por Carnap, que incluye nociones como

creencia, elocución e intención, así como la interrelación lógica que se establece entre ellas.

A este tipo de aproximación le competen, principalmente, los actos de habla, propuestos

por Austin y Searle; las máximas conversaciones de Grice, y la relevancia entendida en

términos de Sperber y Wilson.

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PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

(ii) La lingüística formal-funcional que se interesa por los elementos contextuales

que han sido codificados por la estructura del lenguaje. A este tipo de aproximación le

competen fenómenos lingüísticos que sólo pueden ser resueltos considerando el contexto

discursivo, tales como la referencialidad (anáfora, catáfora, elipsis, deixis), la cantidad de

información compartida (background y foreground), así como el uso de artículos definidos

en contraste con artículos indefinidos, sólo por citar algunos.

(iii) La psicolingüística, en su sentido más amplio y abarcador, deja a un lado las

consideraciones estructurales para centrarse exclusivamente en el uso del lenguaje. A esta

aproximación le competen elementos extralingüísticos, por tal motivo se relaciona más con

la sociolingüística, la etnografía, la etnolingüística, etc.

Así, parece que el problema surge al tener que inclinarse por algunas de estas líneas

de investigación. En este sentido, Levinson (1983) apunta que el problema de estas

aproximaciones es que no toman en cuenta que la pragmática cubre dos diferentes tipos de

aspectos y que, desde estas perspectivas, parecen irreconciliables: (i) aspectos dependientes

del contexto de la estructura del lenguaje, y (ii) aspectos que tienen que ver con los

principios y la comprensión del uso del lenguaje, que no se relacionan necesariamente con

la estructura lingüística. De tal forma, la pragmática debe estar interesada en el estudio de

la relación que se da entre la estructura del lenguaje y los principios relevantes de su uso.

2.1.2. DEFINIENDO PRAGMÁTICA

Como ya he descrito, a la pragmática le competen distintos fenómenos, dependiendo de la

perspectiva que la define. Debido a esto, existen diversas y muy distintas concepciones de

pragmática, unas más restringidas y otras más abarcadoras. A continuación describiré las

definiciones más extendidas entre los estudios lingüísticos.

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PRELIMINARES TEÓRICOS

En primer lugar expongo las propuestas que Levinson (1983) hace acerca de las

definiciones más influyentes dentro de la lingüística, junto con las ventajas y desventajas

que presenta cada una.

(1) Pragmatics is the study of those relations between language


and context that are grammaticalized, or encoded in the
structure of a language (Levinson, 1983: 9).

Según esta definición, a la pragmática sólo le competen los aspectos de la relación entre

lenguaje y contexto que son relevantes para escribir gramáticas. Así, su estudio abarcaría

fenómenos como: deixis, presuposiciones, cantidad de información compartida entre los

interlocutores, etc. Estos temas se relacionan exclusivamente con el contexto lingüístico de

la elocución. De tal forma, para considerar que una característica del contexto está

codificada lingüísticamente, advierte Levinson, tenemos que observar los siguientes

criterios: (a) debe ser comunicada intencionalmente, (b) debe estar asociada

convencionalmente con la forma lingüística en cuestión, y (c) la forma lingüística debe

estar sujeta a un proceso gramatical regular.

La principal ventaja que esta definición representa para mi investigación es que los

fenómenos a estudiar sólo se limitan al contexto discursivo, a los aspectos formales del

lenguaje dejando a un lado cualquier factor extralingüístico como señas, gestos e

interpretaciones. Consecuentemente, los aspectos a estudiar encuentran respuesta,

principalmente, en el contexto discursivo en el que las elocuciones aparecen.

No obstante, la principal desventaja de esta aproximación, acota el autor, es que

restringe el campo de estudio a material puramente lingüístico, en otras palabras, excluye

aquellos principios del uso del lenguaje y la interpretación que explica cómo es alcanzado

el significado extra de una elocución.

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PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

(2) Pragmatics is the study of all those aspects of meaning not


captured in a semantic theory (Levinson, 1983: 12).

A este respecto, Gazdar (1979) considera que la pragmática es el resultado de restar las

condiciones de verdad al significado 1 . De tal suerte, los aspectos no capturados por la

semántica serán el objeto de estudio de la pragmática.

La principal desventaja que nota Levinson es que los alcances y fenómenos a

estudiar varían de acuerdo a la teoría semántica que sea utilizada, y además no son del todo

claros. Así, según el tipo de teoría adoptada, muchos aspectos del significado no podrán

incluirse si la teoría no tiene coherencia interna, esto es, las limitantes y contradicciones

que contenga la teoría semántica a utilizar serán heredadas a la pragmática.

De tal forma, lo ideal es que surja una especie de híbrido: una semántica y una

pragmática que trabajen conjuntamente. Tal híbrido debería ser más simple y bien

fundamentado, más de lo que estaría una simple teoría semántica. En consecuencia, los

temas a tratar, desde esta perspectiva, serían: ironía, metáfora y el contenido comunicativo

implícito de una elocución. Teorías como la de los actos de habla, las implicaturas

conversaciones y la de relevancia surgieron como respuesta a este tipo de fenómenos.

(3) Pragmatics is the study of the relations between language


and context that are basics to an account of language
understanding (Levinson, 1983: 21).

Aquí, comprender una elocución (comprender el lenguaje) involucra hacer las inferencias

necesarias para conectar lo que es dicho con lo que es asumido mutuamente por los

interlocutores o lo que ha sido dicho previamente.

1
Cabe aclarar que Gazdar resta las condiciones de verdad del significado porque, desde su perspectiva, la
teoría semántica que mejor ayuda a dar cuenta de los problemas de significado es la lógica, la que ha sido
utilizada por los semantistas transformacionales, principalmente.

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Las principales ventajas de esta aproximación son: (a) reconoce que a la pragmática

le conciernen, esencialmente, las inferencias. De tal forma, una teoría pragmática debe dar

cuenta de las inferencias, presuposiciones, implicaturas, de la fuerza ilocutiva, etc. (b) No

hace la distinción entre semántica y pragmática, entre codificado y no codificado. Esto

resulta importante porque no hay consenso en cuanto a si la fuerza ilocutiva o las

implicaturas están o no codificadas en el lenguaje. (c) Incluye aspectos del estudio de los

principios del uso del lenguaje, a tal grado que postula que para cada serie sistemática de

restricciones en el uso del lenguaje habrá una serie de inferencias que serán aplicadas para

la comprensión del mismo.

Sin embargo, esta aproximación presenta las siguientes desventajas: (a) incluye el

estudio de la interacción entre conocimiento lingüístico y el conocimiento enciclopédico de

los participantes. (b) Incluye, también, la noción amplia y casi irrestricta de contexto, donde

todo puede caber. Finalmente, (c) no establece con claridad qué es comprender una

elocución.

A esta aproximación también le interesa dar cuenta de los fenómenos psicológicos

que intervienen en la comprensión del lenguaje, sin embargo no hay forma de distinguir lo

que es realmente relevante dentro del contexto de los intercambios comunicativos. De tal

forma, esta perspectiva está más cercana a la psicolingüística o a la sociolingüística pues

muestra especial atención en la interacción de los hablantes durante los intercambios

comunicativos, considerando todo lo que pueda intervenir como contexto.

(4) Pragmatics is the study of the ability of language users to pair


sentences with the contexts in which they would be
appropriate (Levinson, 1983: 24).

Esto implica que la pragmática tiene que ver con la asignación recursiva de condiciones

apropiadas para una serie de oraciones con sus interpretaciones semánticas respectivas. En

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PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

otras palabras, la pragmática podría, en principio, predecir la serie de contextos en los

cuales todas y cada una de las oraciones bien formadas de un lenguaje podrían ser

apropiadas, después de realizar una lectura semántica particular.

Los principales problemas con esta definición son: (a) la pragmática sería idéntica a

la sociolingüística, a la manera tradicional propuesta por Hymes, i.e. el estudio de la

competencia comunicativa de un grupo particular. (b) Postula una homogeneización

cultural e ideal junto con la construcción de teorías pragmáticas para cada lenguaje. (c)

Finalmente, no habría forma de explicar la ironía, pues éstas resultan apropiadas debido a

lo impropio que resultan en los contextos en los que suceden.

Para Levinson, esta propuesta debe ser descartada porque el uso del lenguaje es tan

flexible que no podría permitir que una teoría pragmática estuviera basada en la noción de

contexto apropiado.

(5) Pragmatics is the study of deixis (at least in part), implicature,


presupposition, speech acts, and aspects of discourse
structure (Levinson, 1983: 27).

A pesar de parecer una propuesta integradora y restringida, esta definición apenas ayuda a

que nos familiaricemos con los términos arriba enumerados pero deja serias desventajas: (a)

no provee criterios para la inclusión o exclusión de fenómenos que pueden competirle. (b)

Cuando se trata de definir conceptos tales como: implicatura, deixis, actos de habla, etc., se

experimentan serios problemas pues existen diversas y muy variadas acepciones de tales

términos.

Hasta aquí, Levinson ha distinguido cinco distintas definiciones de pragmática: (i)

como estudio de las relaciones que han sido gramaticalizadas entre el contexto y el

lenguaje; (ii) como el estudio de todos aquellos elementos que la teoría semántica no

abarca; (iii) como el estudio de las relaciones entre contexto y lenguaje que permiten dar

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cuenta de la comprensión del lenguaje; (iv) como la habilidad de los usuarios del lenguaje

para unir oraciones con los contextos apropiados para su elocución; (v) como el estudio de

la deixis, implicaturas, presuposiciones, actos de habla y aspectos de la estructura del

discurso.

Ahora bien, Crystal (1987b), por su parte, en un primer acercamiento confirma que

la pragmática estudia los factores que gobiernan nuestra selección del lenguaje en la

interacción social y los efectos que produce sobre otros. En teoría, explica, podemos decir

cualquier cosa, sin embargo en la práctica seguimos una serie de reglas o convenciones

sociales que restringen y guían la forma en la que hablamos.

Los factores pragmáticos influyen sobre nuestra selección de sonidos,

construcciones gramaticales y el vocabulario que empleamos. Así, los errores pragmáticos

no rompen reglas fonológicas, sintácticas o semánticas, por tal motivo ha sido considerada

como separada de los niveles del lenguaje representados tradicionalmente en los modelos

lingüísticos de análisis. Así, sostiene Crystal, no es parte de la estructura del lenguaje pero

es un dominio que no puede ser ignorado.

Para este autor, la pragmática, desde un punto de vista psicolingüístico, investiga los

estados psicológicos y las habilidades de los hablantes que tienen un efecto mayor sobre su

actuación, tales como atención, memoria y personalidad.

Desde la perspectiva del análisis del discurso, a la pragmática le compete

centralmente el análisis de la conversación y comparte varias de las nociones filosóficas y

lingüísticas que han sido desarrolladas para manejar este tema, i.e. implicaturas, actos de

habla, relevancia, deixis, elipsis, deícticos, etc.

En un estudio posterior, Crystal postula que: “Bajo una visión lingüística estricta, la

pragmática se ocupa solamente de aquellos aspectos del contexto que aparecen codificados

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PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

en la estructura de una LENGUA; formarían parte de la competencia pragmática de un

usuario” (2000: 437; negritas agregadas). Así, se ha postulado el término pragmalingüística

para: “referirse a la ‘zona’ más lingüística de la pragmática, en la que se estudian aquellos

temas desde el punto de vista de los recursos estructurales disponibles en una lengua”

(2000: 438).

En resumen, Crystal distingue tres enfoques generales de pragmática: (i) un enfoque

psicológico, el cual intenta estudiar y dar cuenta de las habilidades de los hablantes y de sus

estados psicológicos, que se centra en el estudio de la actuación de los usuarios del

lenguaje. (ii) Un enfoque filosófico-lingüístico, el cual se ocupa del estudio de implicaturas,

presuposiciones, cooperación, relevancia, deixis, deícticos, etc. (iii) Finalmente, un enfoque

completamente lingüístico, incluso considera una pragmalingüística, que sólo estudia los

fenómenos que pueden ser explicados gracias a la estructura del lenguaje o que ya están

codificados en la misma.

2.1.3. CÓMO ENTENDER PRAGMÁTICA

Una vez presentada esta descripción general de las principales definiciones de pragmática,

así como de los fenómenos que les compete estudiar, resulta obvia la necesidad de plantear

una caracterización, lo más clara posible, de lo que en esta investigación se entenderá por

pragmática.

Considerando las descripciones de Levinson y Crystal podemos concluir que, en

términos generales, son tres las líneas en las que puede caer una definición de pragmática, a

saber: (i) la lógica-filosófica, que incluye nociones como creencia, elocución e intención,

así como la interrelación lógica que se establece entre ellas. A este tipo de aproximación le

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PRELIMINARES TEÓRICOS

competen, principalmente, los actos de habla, propuestos por Austin y Searle; las máximas

conversaciones de Grice, y la relevancia entendida en términos de Sperber y Wilson.

(ii) La lingüística formal-funcional que se interesa por los elementos contextuales

que han sido codificados en la estructura del lenguaje. A este tipo de aproximación le

competen fenómenos lingüísticos, que sólo pueden ser resueltos considerando el contexto

discursivo, tales como la referencialidad (anáfora, catáfora, elipsis, deixis), la cantidad de

información compartida (background y foreground), entre otros más.

(iii) La psicolingüística en su sentido más amplio y abarcador, que deja a un lado las

consideraciones estructurales para centrarse exclusivamente en el uso del lenguaje. A esta

aproximación le competen elementos extralingüísticos, por tal motivo se relaciona más con

la sociolingüística, la etnografía, la etnolingüística, etc.

Ahora bien, de acuerdo con los fines que persigue mi investigación, lo que

entenderé por pragmática estará más apegado a las definiciones que surgen de la línea de

investigación lingüística, esto es:

(6) La pragmática se encarga de estudiar las relaciones entre el contexto


discursivo y los recursos estructurales del lenguaje que han sido
gramaticalizadas, que representan la competencia pragmática de los
hablantes, i.e. la pragmalingüística, en términos de Crystal.

Así, esta definición permite centrarme en el estudio de fenómenos específicos que resultan

determinantes en mi investigación, principalmente: la referencialidad (anáforas, catáforas,

elipsis, deixis), donde la noción de información compartida (background, foreground)

resulta fundamental. Con esto evito perderme en la inmensidad de aspectos que las otras

perspectivas consideran pertinentes para el estudio de la pragmática.

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PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

Así pues, a lo largo de este trabajo de investigación serán constantes las referencias a

fenómenos lingüísticos contexto dependientes 2 , tales como: definitud, referencialidad,

anáfora, catáfora, elipsis, deixis, indexicales, background y foreground, que serán definidos

oportunamente. También habrá alusiones continuas a las teorías de los actos de habla, las

implicaturas y máximas conversaciones, el principio de cooperación y la relevancia, que

serán caracterizadas a continuación.

2.1.4. PRINCIPALES TEORÍAS PRAGMÁTICAS

Ahora bien, a pesar de que en mi análisis no utilizaré ninguna de las teorías pragmáticas que

a continuación describiré, resulta importante explicar, de manera sucinta, las características

principales de cada una de ellas pues, como veremos en el siguiente capítulo, los estudios

pragmáticos y discursivos relacionados con el uso del lenguaje de los pacientes con afasia

de Wernicke se han dedicado a explorar la competencia comunicativa en función de alguna

de estas teorías: (i) actos de habla, (ii) el principio de cooperación, las máximas e

implicaturas conversacionales, y (iii) la teoría de la relevancia.

2.1.4.1. ACTOS DE HABLA

La teoría de los actos de habla fue desarrollada originalmente por el filósofo John Austin

(1962), con la intención de enfrentarse a los problemas que las condiciones de verdad

representaban para la filosofía y, de ser posible, quitarles el carácter de indispensables para

2
Contexto entendido como: “[el] término general utilizado en LINGÜÍSTICA y FONÉTICA para hacer referencia
a partes específicas de un ENUNCIADO (o TEXTO) próximas o contiguas a una UNIDAD que constituye el foco
de atención. La aparición de una unidad (p. ej. un sonido o PALABRA) se halla parcial o completamente
determinada por su contexto, que se especifica atendiendo a las relaciones de la unidad, es decir, al resto de
los rasgos con los cuales se combina como secuencia”. (Crystal, 2000: 141-142)
Así pues, los elementos considerados como parte del contexto discursivo serán sólo aquellos que se
encuentren codificados en la estructura del lenguaje, excluyendo otros como gestos y señas.

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PRELIMINARES TEÓRICOS

la comprensión del lenguaje. El eje central de la teoría es la idea de que la comunicación o

el uso del lenguaje cotidiano pertenece básicamente a una teoría de acción, pues los

enunciados realizan distintas acciones (Levinson, 1983).

Lo primero que notó Austin fue que no todas las oraciones eran utilizadas con la

finalidad de realizar declaraciones o descripciones, evaluables en términos de verdaderas o

falsas. Considérense los siguientes ejemplos:

(i). Te apuesto 300 pesos a que llueve mañana.


(ii). Declaro la guerra a Ivory Coast.
(iii). Me disculpo por lo de ayer.
(iv). Protesto, eso no es justo.
(v). Te lo prometo.
(vi). Bautizo este barco con el nombre de Destiny.

Austin argumentó que este tipo de oraciones hacen más que sólo comunicar o simplemente

describir estados de cosas, sino que fundamente hacen cosas, de ahí el título de su libro

How to do things with words. Así, cuando se dice algo como: los declaro marido y mujer,

esta oración no puede ser evaluada en términos de cierto o falso. A este tipo de enunciados

los denominó performativos o realizativos.

Así, la intención de Austin, desde una perspectiva filosófica principalmente, era dar

cuenta del lenguaje cotidiano, corriente, en contraste con el lenguaje filosófico y científico.

Por tal razón, propuso la distinción entre enunciados constatativos (descripciones ciertas o

falsas) y enunciados performativos (adecuados o no, según las circunstancias de la

elocución). Obviamente, la atención de Austin estaba puesta en los enunciados

performativos, cuyas características distinguió: (i) es una oración declarativa, desde el

punto de vista gramatical, (ii) va en primera persona del singular del indicativo, (iii) no se

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PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

trata de una expresión carente de sentido, (iv) no puede evaluarse en términos de verdadero

o falso, más bien se clasifican en adecuados o inadecuados.

Los enunciados performativos no pueden ser ciertos o falsos, más bien deben ser

evaluados en términos de adecuados o inadecuados. A las distintas formas en las que los

enunciados performativos son inadecuados, Austin las denominó infortunios. De tal suerte,

para que el enunciado los declaro marido y mujer sea adecuado, i.e. cumpla con las

condiciones de felicidad, la persona que lo pronunció debe estar autorizada social y

culturalmente para realizar dicha acción, sólo cuando un cura o un notario lo profieren,

este tipo de enunciado es adecuado. En caso contrario, el enunciado será un infortunio.

Así pues, para que un enunciado performativo sea adecuado debe cumplir con una

serie de condiciones, a las que Austin llamó condiciones de felicidad, y que agrupó en tres

distintas categorías:

A. (i) Debe ser un procedimiento convencional con efectos convencionales.


(ii) Las circunstancias y las personas deber ser las apropiadas para realizar dicho
procedimiento.
B. El procedimiento debe ser ejecutado (i) correctamente y (ii) completamente por
todos los participantes.
C. Regularmente, (i) las personas deben cumplir con los pensamientos,
sentimientos e intenciones, tal y como lo especifica el procedimiento. Y (ii) los
participantes deben comportarse efectivamente de acuerdo con los
pensamientos, sentimiento e intenciones.

Sobre la base de estas observaciones, Austin declara que algunos enunciados (los

performativos) son especiales: hacen cosas, y no simplemente dicen cosas. Estos

enunciados performativos sólo pueden ser adecuados (alcanzan su acción) porque existen

convenciones específicas que vinculan las palabras con procedimientos institucionales.

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PRELIMINARES TEÓRICOS

Debido a que no siempre los enunciados son adecuados, Austin diseñó su teoría de

los infortunios, que dependerían de la condición de felicidad que se violara: si el fallo está

en las condiciones A, el infortunio se denomina mala apelación al procedimiento. Por

ejemplo, Me divorcio de ti, te declaro mi esposa, cuando no son enunciados por curas o

abogados calificados.

Si el fallo está en las condiciones B, el infortunio se denomina mala ejecución del

procedimiento. Por ejemplo, en una boda invertir el orden de los actos: puede besar a la

novia, los declaro marido y mujer, alguien tiene un impedimento para llevar a cabo este

matrimonio. O simplemente elidir uno de estos procedimientos.

En ambos casos, A y B, la consecuencia es que el acto realizado es nulo o carente de

efecto, por eso A y B constituyen una clase única pues su violación da lugar al mismo tipo

de resultado: nulo o desaciertos, en términos de Austin.

Por su parte, la violación de la regla C da lugar a un tipo distinto de efecto: produce

un acto hueco, es decir, un acto aparentemente válido en la forma externa pero sin el

contenido necesario. Austin les llama abusos. Por ejemplo, te felicito por tu ascenso (sin

sentirlo verdaderamente); te apuesto cien pesos a que te gano (sin tener la intención de

pagar si se pierde).

Posteriormente, Austin consideró que los enunciados constatativos eran un mero

caso especial de los performativos, pues notó que en la estructura superficial muchos

enunciados eran performativos sin cumplir esa función y a la inversa. En consecuencia, la

dicotomía entre performativos y constatativos fue desechada a favor de una teoría de actos

habla.

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PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

De tal suerte, todos los enunciados, además del significado, indican acciones

específicas o ‘hacen cosas’ por medio de distintas fuerzas. Austin describe tres sentidos

básicos en los que decir algo es hacer algo y cada uno de ellos realiza un acto:

(i) Acto locutivo: “emisión de ciertos ruidos, de ciertas palabras en una


determinada construcción y con un cierto significado”. (Austin, 1962:
138)
(ii) Acto ilocutivo: afirmar, ofrecer, prometer, apostar, bautizar, etc., al
enunciar una oración con una fuerza convencional asociada con dicho
acto.
(iii) Acto perlocutivo: se realiza al haber dicho algo y se refiere a los efectos
producidos, “decir algo producirá ciertas consecuencias o efectos sobre
los sentimientos, pensamientos o acciones del auditorio, o de quien emite
la expresión, o de otras personas”. (Austin, 1962: 146).

Los tres se producen a la vez pero el acto locutivo tienen significado, el acto ilocutivo

posee fuerza y el acto perlocutivo logra efectos.

Años más tarde, Searle (1969) desarrolló de forma más rigurosa y sistemática las

ideas de Austin. Este autor partió de la idea de que cualquier actividad lingüística es

convencional pues se ciñe a una serie de reglas: “hablar una lengua consiste en realizar

actos de habla, actos tales como hacer afirmaciones, dar órdenes, plantear preguntas, hacer

promesas, etc., y más abstractamente, actos tales como referir y predicar; y, en segundo

lugar, que estos actos son en general posibles gracias a, y se realizan de acuerdo con, ciertas

reglas para el uso de elementos lingüísticos”, (Searle, 1969: 25-6). En consecuencia, el acto

de habla es la unidad mínima de la comunicación lingüística. El uso del lenguaje implica el

respeto de ciertas reglas y, lo que para Austin era infortunios, Searle considera que son

casos en los que dichas reglas no son respetadas.

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PRELIMINARES TEÓRICOS

Posteriormente, basado en los verbos performativos, Searle propone cinco tipos

básicos de acciones (actos) que un hablante realiza al hablar, siguiendo cinco tipos de

enunciaciones:

(i) Representativos: comprometen al hablante con la verdad de la


enunciación realizada (casos prototípicos: afirmar, concluir, etc.)
(ii) Directivos: son intentos del hablante para que el oyente haga algo (casos
prototípicos: pedir, cuestionar).
(iii) Comprometedores: comprometen al hablante a realizar alguna acción
futura (caso prototípico: prometer, tratar, ofrecer).
(iv) Expresivos: expresan un estado psicológico (caso prototípico: agradecer,
disculparse, dar la bienvenida, felicitar).
(v) Declarativos: efectúan cambios inmediatos en el estado institucional de
cosas y que tienden a depender de instituciones extralingüísticas. (caso
prototípicos: excomulgar, declarar la guerra, bautizar, despedir de un
empleo).

Aunque un problema es que no en todas las lenguas existen estos cinco tipos de

enunciaciones, por tal motivo Searle sistematizó sólo las cuatro que parecen ser universales,

gracias a su realización lingüística: (i) aseverativas, (ii) interrogativas, (iii) imperativas y

(iv) declarativas. Cabe aclarar que son tipos de oración, desde una mirada lingüística, que

no deben ser confundidos con órdenes, preguntas y afirmaciones, pues estos son usos de las

elocuciones.

Así pues, existe una relación entre acto de habla (fuerza ilocutiva) y forma

lingüística que, a priori, parece regular y estable, por ejemplo: existe una relación

sistemática entre la forma lingüística interrogación y el acto de habla pregunta. Sin

embargo, también hace una aclaración entre fuerza ilocutiva y el contenido proposicional:

propone que al enunciar se pueden separar tipos de actos diferentes:

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PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

(i) Acto de emitir: emisión de palabras, oraciones, etc.


(ii) Acto proposicional: predicar y referir.
(iii) Acto ilocutivo: enunciar, preguntar, mandar, prometer.

Por su parte, el contenido proposicional puede separarse en dos partes:

(i) Un indicador proposicional: contenido expresado en la proposición.


(ii) Un indicador de fuerza ilocutiva: señala el sentido (fuerza ilocutiva) en que
debe interpretarse la proposición y cuál es el acto de habla que está
realizando el hablante.

En otras palabras, el acto ilocutivo puede ser representado como una función entre la fuerza

ilocutiva (F) y el contenido proposicional (p):

(7) F (p)

Los principales valores que puede tomar la fuerza ilocutiva son:


Aserción.
Pr Promesa.
! Mandato.
? Pregunta.

De tal forma, la interacción entre la fuerza ilocutiva y el contenido proposicional es

explicada de la siguiente forma:

(8) María viene (VENIR, María)


Prometo que María vendrá Pr (VENIR, María)
¡María ven! ! (VENIR, María)
¿Viene María? ? (VENIR, María)

Ahora bien, para que los enunciados sean adecuados deben cumplir con cuatro tipos de

condiciones:

24
PRELIMINARES TEÓRICOS

1. Condiciones de contenido proposicional: son las características significativas de la


proposición empleada para llevar a cabo el acto de habla.
2. Condiciones preparatorias: son las que deben darse para que tenga sentido llevar a
cabo el acto ilocutivo.
3. Condiciones de sinceridad: tienen que ver con el estado psicológico del hablante y
expresan lo que siente al llevar a cabo el acto ilocutivo.
4. Condiciones esenciales: son las que caracterizan el acto realizado de una forma
tipológica: enunciar algún contenido proposicional en las condiciones adecuadas
cuenta como la realización del acto que se ha pretendido llevar a cabo.

Por ejemplo, el acto ilocutivo de pregunta cumplirá estas condiciones cuando:

¾ Existe una proposición o función proposicional (condición de contenido


proposicional).
¾ El hablante no sabe la respuesta o no conoce la información necesaria para
complementar la proposición. No es lo suficientemente claro para ninguno
de los interlocutores que el oyente vaya a proporcionar la información
requerida sin que se le solicite (condiciones preparatorias).
¾ El hablante desea la información (condición de sinceridad).
¾ El enunciado cuenta como un intento para obtener la información requerida
del oyente (condición esencial)

Cuando una de estas condiciones no es cumplida, tiene lugar un infortunio que depende de

la condición violada.

Ahora bien, el gran problema al que se enfrentó Searle es al de los actos de habla

indirectos, es decir, los usos de actos ilocutivos en los que el hablante quiere decir algo

distinto de lo que realmente expresa, e.g. ¿Podrías pasarme la sal? De esta forma, se

tambalea uno de los pilares de la teoría de Searle: la relación estable y sistematizada entre

forma gramatical y acto ilocutivo.

25
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

“El problema planteado por los actos de habla indirectos es el de cómo le es posible

al hablante decir una cosa y querer decir esa cosa y algo más. Y puesto que el significado

consiste en parte en la intención de producir comprensión en el oyente, una gran parte de

ese problema es la de cómo le es posible al oyente entender el acto de habla indirecto

cuando la oración que oye y entiende significa otra cosa diferente”, (Searle, 1975: 60).

El propio Searle sostuvo que los actos de habla indirectos se producían cuando las

oraciones empleadas estaban satisfaciendo alguna de las condiciones necesarias para el acto

indirecto realizado. Regularmente, la realización de un acto indirecto consiste en indicar la

satisfacción de la condición esencial afirmando o preguntando una de las otras condiciones.

Como se puede notar, el punto débil de la teoría de los actos de habla es, sin duda, la

poca claridad en cuanto a cómo podemos entender actos de habla indirectos, principalmente

porque deja al descubierto que la relación entre acto ilocutivo y forma gramatical no es

regular, como lo considera Searle y que es la base de su teoría.

Sin embargo, la teoría de los actos de habla, desarrollada por Austin y Searle, es una

de las más influyentes dentro de la pragmática y ha sido utilizada dentro de la lingüística

para tratar de explicar cómo producimos y, sobre todo, cómo comprendemos el lenguaje.

Finalmente, desde un punto de vista estrictamente lingüístico, las aportaciones de

las ideas de Austin y Searle son conocidas como: la tesis de irreductibilidad (Levinson,

1983):

1. Las elocuciones no sólo sirven para expresar proposiciones sino, también, para
realizar acciones.

26
PRELIMINARES TEÓRICOS

2. De las diversas formas en las que se puede decir, un hablante está haciendo algo,
por medio de alguna expresión lingüística, y existe un nivel privilegiado de acción
que puede ser llamado un acto ilocutivo (acto de habla).
3. Una fuerza ilocutiva particular puede ser comunicada efectivamente de varias
formas. Existe, al menos, una forma en cualquier lenguaje que lo expresa, ya sea a
través de oraciones declarativas, imperativas o interrogativas.
4. La caracterización de la fuerza ilocutiva es provista al especificar la serie de
condiciones de felicidad para cada fuerza. Las condiciones de felicidad pueden ser
clasificadas dentro de las condiciones preparatorias de Searle, que conciernen a los
prerrequisitos del mundo real para cada acto ilocutivo; las condiciones del
contenido proposicional que especifican restricciones del contenido; y las
condiciones de sinceridad que estipulan las creencias, sentimientos e intenciones
requeridas del hablante para cada acción.

2.1.4.2. COOPERACIÓN, MÁXIMAS E IMPLICATURAS CONVERSACIONALES

Grice (1967) propone un análisis del tipo particular de lógica que actúa y rige en la

conversación, es una serie de principios no normativos que se dan por aceptados

tácitamente por quienes participan en una conversación. Al llevar a cabo este análisis,

introdujo el término implicatura para tratar de explicar cómo es posible significar más de lo

que se ha dicho, esto es, más de lo que ha sido expresado literalmente por el sentido

convencional de las expresiones lingüísticas pronunciadas. Así, lo que trata es de subsanar

el desfase que existe entre la forma superficial y profunda de una elocución, y esa es la

labor de las implicaturas. Lo que hace la noción de implicatura es comprometerse a cubrir

la carencia de significado no comunicado explícitamente, además de ser, por definición,

especificadas en su contexto de elocución.

La teoría de Grice es, pues, acerca de cómo las personas utilizan el lenguaje.

Sugiere que existe una serie de reglas presupuestas que guían el curso de la conversación, a

27
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

la cual le llamó: máximas conversacionales, a través de las cuales explica la naturaleza

cooperativa de los intercambios comunicativos. La teoría de las implicaturas y de las

máximas conversacionales tiene su basamento en el Principio de cooperación:

(9) Principio de cooperación: haz tu contribución tal y como sea requerida en


la escena en la que ocurre, con la finalidad de dirigir o aceptar la propuesta
del intercambio comunicativo en el que estás comprometido (Grice, 1967).

A partir de este principio, Grice establece sus cuatro máximas conversacionales:

(a) Máxima de calidad: intenta hacer tu contribución verdadera, específicamente: (i)


no digas lo que crees es falso, (ii) no digas algo de lo que no tienes evidencia de
que sea cierto.
(b) Máxima de cantidad: (i) haz tu contribución tan informativa como sea requerida,
(ii) no hagas tu contribución más informativa de lo requerido.
(c) Máxima de relevancia: has tus contribuciones relevantes.
(d) Máxima de modo: sé perspicuo, (i) evita la poca claridad, (ii) evita la
ambigüedad, (iii) sé breve, y (iv) sé ordenado.

Para Grice, los hablantes pueden y deben realizar sus intercambios comunicativos de forma

clara, relevante, sincera y ordenada proveyendo información suficiente. Todas estas

máximas son principios descriptivos, que se espera sean observadas durante la

conversación, y su violación produciría ciertas sanciones sociales, según la gravedad del

principio violado.

Sin embargo, el principal problema es que esta perspectiva representa una

comunicación ideal pero no una a la cual los hablantes estén apegados todo el tiempo. Por

lo que Grice sostiene que las máximas no son siempre observadas en un nivel superficial y,

aun con esto, la gente las buscará en un nivel profundo y las interpretará. De tal forma, las

máximas conversacionales no son convenciones arbitrarias sino, más bien, describen

medios racionales para conducir intercambios comunicativos cooperativos.

28
PRELIMINARES TEÓRICOS

Así pues, resulta evidente que la razón del interés lingüístico en las máximas es que

generan inferencias más allá del contenido semántico de las oraciones. Estas inferencias

son las implicaturas conversacionales, propuestas en contraste con términos lógicos como:

implicación lógica y consecuencia lógica que son utilizados para referir a inferencias que

son derivadas independientemente del contexto de elocución, considerando sólo el

contenido semántico o lógico.

Las inferencias son fundamentales para la noción de coherencia en el discurso: si las

implicaturas no fueran construidas sobre la base de la suposición de relevancia, varias

elocuciones adyacentes en la conversación podrían parecer unidas al azar, sin vínculos de

coherencia. Así, por ejemplo, la máxima sé ordenado tiene que ver con nuestras

expectativas de que los eventos sean narrados en el mismo orden en que acontecieron.

De tal forma, la principal labor de la teoría de Grice es tratar de explicar los

mecanismos inferenciales que deben estar involucrados en la interpretación de figuras de

habla y explicar de qué forma tales mecanismos pueden ser consistentes con cualquier tipo

de teoría semántica estándar. Además sugiere formas en las que estos mecanismos

comunicativos pueden ser englobados dentro del alcance de una teoría pragmática, aunque

no todas las respuestas pueden ser proporcionadas.

En consecuencia, de la consideración de que no siempre son respetadas las máximas

conversacionales o el principio de cooperación, Grice caracteriza los diferentes tipos de

violaciones de las máximas y los efectos que producen:

(i) Violación encubierta, discreta y sin ostensión, de una máxima: puede inducir
a error a los interlocutores y, por tanto, el hablante es responsable de engañar
o, al menos, de correr el riesgo de hacerlo.

29
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

(ii) Supresión abierta de las máximas y del principio de cooperación: el


interlocutor claramente se niega a colaborar por no poder hacerlo en la forma
requerida: ‘no puedo decir más’.
(iii) Conflicto o colisión entre el cumplimiento de las diferentes máximas, que
obliga a elegir una de ellas en detrimento de otras: es el caso, por ejemplo,
de las situaciones en que no se puede dar toda la información requerida
porque no se tienen suficientes pruebas de su veracidad.
(iv) Incumplimiento o violación abierta de una de las máximas pero sujeción a
las demás: si alguien parece querer cooperar, pero si desprecia abiertamente
una de las máximas, los interlocutores, para intentar reconciliar lo dicho con
el principio de cooperación, suelen inclinarse a pensar que el emisor ha
querido decir algo diferente de lo que en realidad ha dicho. (Grice, 1975)

Las violaciones de las máximas muestran que el poder comunicativo del lenguaje nunca

podrá ser reducido a una serie de convenciones para su uso. Y las implicaturas sirven para

hacer patente que un lenguaje natural en uso nunca puede estar completo, que lo que es

comunicado siempre excede el poder comunicativo provisto por las convenciones del

lenguaje y su uso. Así, la teoría de Grice no está basada en el concepto de significado

convencional.

Ahora bien, Grice define la naturaleza de las implicaturas:

a) El hablante sostiene que p implica q si:


(i) El hablante observa las máximas o, al menos, el principio de cooperación.
(ii) Para mantener esta suposición se debe presumir que el hablante piensa q.
(iii) El hablante piensa que él y el oyente saben mutuamente que el oyente puede
figurarse que la suposición en (ii) es necesaria.

Así, para que el destinatario sea capaz de calcular la implicatura q, debe saber o creer que él

sabe los siguientes hechos:

30
PRELIMINARES TEÓRICOS

(i) El contenido convencional de la oración (O) elocucionada.


(ii) El principio de cooperación y sus máximas.
(iii) El contexto de O (su relevancia).
(iv) Ciertos fragmentos del background.
(v) Que (i)-(iv) es conocimiento mutuamente compartido tanto por el hablante
como por el oyente.

Por otra parte, de la relación de las implicaturas con el contexto en el que suceden, Grice

distinguió dos tipos de implicaturas: (i) implicaturas generalizada: surge sin ningún

contexto particular o escenario especial, e (ii) implicaturas particulares: requieren contextos

específicos.

También destaca cinco propiedades de las cuales la primera y más importante es su

carácter de cancelables. La noción de cancelabilidad es crucial como una inferencia

pragmática de varios tipos. Una inferencia es cancelable si es posible cancelarla y agregar

algunas premisas adicionales a la original. En contraste, las inferencias deductivas o lógicas

no lo son. Las implicaturas pueden desaparecer cuando resulta claro que, gracias al

contexto, una inferencia no ha sido intencionada.

La segunda propiedad de las implicaturas es que son no disociables. Grice entiende

que las implicaturas son agregadas al contenido semántico de lo que es dicho, no a la forma

lingüística, y las implicaturas no pueden ser disociadas de una elocución simplemente por

cambiar las palabras de la elocución por sinónimos.

Una tercera característica es que son calculables, las implicaturas conversacionales

no son propiedades que se puedan deducir de manera lógica a partir de lo que se ha dicho,

esto es, dependen del hecho de decir lo que se dice.

31
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

La cuarta, las implicaturas son no convencionales, es decir, no parten del significado

convencional de las expresiones lingüísticas. Uno necesita saber el significado literal de

una oración antes de poder calcular sus implicaturas en un contexto, las implicaturas no

pueden ser parte del significado. Una elocución puede ser cierta mientras su implicatura es

falsa y a la inversa.

Finalmente, atribuye a las implicaturas el carácter de indeterminadas, es decir, lo

que se implica conversacionalmente posee un cierto grado de indeterminación, ya que las

formas de restaurar la vigencia del principio de cooperación y de las máximas pueden ser

varias y diversas.

Así, las características generales de las implicaturas son:

(i) Cancelables.
(ii) Indisociables (inferencias basadas en el significado más que en la
forma).
(iii) Calculables.
(iv) No convencionales.
(v) Indeterminadas.

Por ejemplo, la implicatura en (10) puede ser cancelada en (11):

(10) Juan está saliendo con una mujer, implicatura: esa mujer no es
la suya, ni alguna con la que tenga parentesco.
(11) Juan está saliendo con una mujer, la suya.

O la implicatura en (12) puede ser cancelada en (13):

(12) Pedro tiene tres casas, implicatura: Pedro tiene exactamente tres casas.
(13) Pedro tiene tres casas y puede que más.

Por su parte, la característica de indisociable permite hacer la distinción entre implicaturas

conversacionales y presuposiciones, pues estas últimas dependen de la presencia de ciertas

32
PRELIMINARES TEÓRICOS

palabras. Las implicaturas, en contraste, no dependen de su significado. Por tal motivo,

permite deducir que las sustituciones por sinónimos no afectarán el contenido implicado,

como en (14):

(14) Pedro trató de entrar a la UNAM


Pedro intentó entrar a la UNAM
Pedro probó entrar a la UNAM

Como podemos apreciar, todos los enunciados implican que Pedro no consiguió su

cometido.

Finalmente, las propiedades de no calculables y no convencionales enfatizan el

hecho que las implicaturas conversacionales son propiedades de las elocuciones, y no de las

oraciones (descontextualizadas). Esto explica por qué una oración puede ser interpretada de

varias formas:

(15) Pedro es un pillo

(15) puede ser interpretada de varias formas: Pedro es travieso, Pedro es un delincuente,

Pedro es malo, etc.

En resumen, este es el modelo teórico de Grice con el que pretende explicar cómo es

posible comunicar algo diferente de lo que decimos y, aun así, es posible entendernos.

Precisamente, ese desfase es subsanado por las implicaturas conversacionales.

2.1.4.3. TEORÍA DE LA RELEVANCIA

En 1986, Sperber y Wilson sintetizaron la serie de estudios que habían venido realizando

tiempo atrás y dieron a conocer su modelo conocido como Teoría de la relevancia. Su

intención era caracterizar de mejor forma la relación entre pragmática y gramática. Para

33
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

ellos, gramática y pragmática son semejantes sólo en dos aspectos: ambas están dentro del

dominio de lo psicología cognitiva y tienen que ver con el lenguaje, aparte de esto no tienen

nada más en común. La gramática, por un lado, es un sistema modular con propósitos

especiales; la pragmática, por otro lado, no es un sistema cognitivo del todo. No hay

principios pragmáticos con propósitos especiales, máximas, estrategias o reglas; la

pragmática es simplemente el dominio en el cual la gramática, la lógica y la memoria

interactúan (Sperber y Wilson, 1991).

Así pues, trazan una línea entre las otras propuestas que consideraban una relación

estable entre forma lingüística y fuerza ilocutiva, así como todas aquellas que estipulaban

una serie de principios, reglas, máximas y condiciones que los hablantes, supuestamente

seguían.

En principio, sostienen que la interpretación de elocuciones involucra una variedad

de procesos, gramaticales y pragmáticos. Los procesos gramaticales son aquellos que se

utilizan para recuperar la representación semántica de la oración producida (o en el caso de

ambigüedad, la serie de representaciones semánticas). Los procesos pragmáticos 3 son

aquellos que se utilizan para tender un puente entre las representaciones semánticas de

oraciones y la interpretación de elocuciones en el contexto. De tal suerte, la meta del oyente

y, por extensión, del proceso pragmático es recuperar no sólo una interpretación arbitraria,

sino la interpretación deseada por el hablante. (Sperber y Wilson, 1991).

Para Sperber y Wilson los efectos producidos por oraciones ambiguas, la

identificación de actos de habla, directos o indirectos, la recuperación de implicaturas, así

como las metáforas y las ironías, pueden ser descritos y especificados, y la pragmática,

3
Los procesos pragmáticos están involucrados en todos los aspectos de la interpretación de la elocución: en la
recuperación de contenido proposicional explícito y la importancia implícita, así como la fuerza ilocutiva.

34
PRELIMINARES TEÓRICOS

entonces, es una teoría de los principios y habilidades cognitivas que están involucrados en

la interpretación de una elocución y de sus efectos cognitivos.

La comunicación humana, explican, despliega dos dispositivos diferentes: (i) uno

que trabaja por medio de la codificación (producción) y decodificación (interpretación), y

(ii) otro que trabaja por medio de la ostensión (producción) y la inferencia (interpretación).

En consecuencia, cuando nos comunicamos lo hacemos por medio de dos canales distintos:

(i) uno convencional (gramática), y (ii) otro no convencional, basado en llamar la atención

del oyente a algún acontecimiento concreto para que pueda inferir (interpretar) el contenido

(significado completo) que quiere comunicar. Un ejemplo de esto es:

(16) a. Juan: ¿Cómo te sientes hoy?

b. María: (toma un frasco de medicinas y se lo muestra a Pedro).

En este caso, María comunica que no se siente del todo bien, aun cuando no hay una

convención que indique que mostrar a alguien un frasco de medicinas significa que uno no

se siente bien. El oyente no necesita un código para comprender la conducta de María,

basta con usar su conocimiento general de mundo y sus habilidades de razonamiento para

comprender lo que se le está comunicando. Además se cumple con una serie de condiciones

que le permiten al oyente identificar la intención comunicativa, a saber: (i) el estímulo

(sacar el frasco de medicinas y mostrarlo) es completamente intencional; (ii) el estímulo va

dirigido ex profeso a su interlocutor; y (iii) es una modificación del entorno realizada de

manera deliberada para llamar la atención del oyente sobre un conjunto de hechos.

Por todo lo anterior, los autores concluyen que las intenciones del hablante no son

decodificadas, más bien son deducidas por medio de un proceso de formación y

35
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

confirmación de hipótesis que tiene libre acceso a la información contextual. Así, la meta

del oyente es llegar a la hipótesis más plausible acerca de las intenciones del hablante.

La propuesta metodológica de la relevancia parte de las críticas que realizan Sperber

y Wilson al modelo de Grice. La idea de este autor fue que, dado un rango de hipótesis

acerca de las intenciones del hablante, el oyente puede desechar cualquiera que sea

incompatible con la suposición del principio de cooperación y las máximas de cantidad,

calidad, modo y relevancia. Por varias razones, esta idea nunca llegó a ser una teoría

explicativa, pues los términos cruciales como: relevancia, cooperación, brevedad,

información necesaria, propósitos del intercambio, nunca se definieron ni dieron cuenta del

rol de la información contextual. En consecuencia, la intención de los autores es desarrollar

un criterio explícito, lo suficientemente poderoso para eliminar todo lo antes enumerado y

dar una sencilla hipótesis acerca de las intenciones del hablante (Sperber y Wilson, 1986).

Para esto, es necesario explicar el proceso de inferencia, es decir, comprender e

interpretar enunciados en casos cuando se codifica un mensaje diferente al que se quiere

comunicar. Este proceso es fundamental en la teoría de Sperber y Wilson.

La base de las inferencias son los supuestos, i.e. representaciones que aceptamos

como verdaderas, en diferentes grados según la forma en la que la adquirimos: (i)

experiencia propia o (ii) los que nos han sido transmitidos por otras personas. Ergo,

mientras mayor validez tenga nuestro supuesto mayor fuerza tendrá nuestra inferencia.

La idea de los autores es que la información nueva que recibimos se va anexando a

nuestras inferencias o supuestos con los que ya contamos, por lo que derivamos

automáticamente las implicaciones de la información nueva. Estas inferencias son

36
PRELIMINARES TEÓRICOS

implicaciones contextuales, pues el contexto es el conjunto de premisas que intervienen en

la interpretación de un enunciado.

Los resultados de estas combinaciones son conocidos como efectos contextuales o

cognitivos, que pueden ser de dos tipos:

(i) Reforzamientos: la información nueva refuerza un supuesto previo.


(ii) Contradicciones: la información nueva entra en contradicción o debilita un
supuesto previo. La contradicción será resuelta a favor del supuesto más
fuerte.

La noción de efectos contextuales es fundamental en la teoría de la relevancia, pues

mientras más efectos contextuales sean producidos mayor será la relevancia. Así, un

hablante que quiere producir un cierto rango de efectos contextuales deberá asegurarse de

que tales efectos sean lo más fáciles posibles para que el oyente los recupere, esto es, debe

estar seguro de que su enunciación ofrece al oyente un justificado esfuerzo de

procesamiento.

En contraste, es claro que no toda la información que recibimos cotidianamente

produce efectos contextuales, este tipo de información es irrelevante. Existen tres casos

típicos en los que sucede esto:

(i) La información es nueva pero no permite tipo alguno de interacción con la


información previa y, como resultado de su combinación, no hay implicaciones
relevantes. El martes 13 de marzo de 1970 fue un día lluvioso.
(ii) La información era conocida previamente (redundante u obvia) y, por tanto, no
se altera la fuerza de los supuestos previos. En este momento, quien esto lee está
leyendo.
(iii) La información es incoherente con el contexto y carece de la fuerza necesaria
para producir efectos contextuales: quien esto lee está durmiendo.

37
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

En este punto, resulta indispensable caracterizar la noción de relevancia.

Los humanos ponen atención a algunos fenómenos más que a otros, por lo que

representan esos fenómenos para sí mismos, en un sentido más que en otro, y procesan esas

representaciones en un contexto más que en otro. Esto sucede, explican Sperber y Wilson,

porque los humanos (i) tienden a poner mayor atención a los fenómenos más relevantes

disponibles, (ii) tienden a construir las representaciones más relevantes posibles de ese

fenómeno, y (iii) los procesan en un contexto que maximiza su relevancia: la relevancia y la

maximización de relevancia es la clave de la cognición humana.

Todo esto tiene una consecuencia importante para la teoría de la comunicación: un

hablante, para obtener la atención de la audiencia, sugiere que la información que está

ofreciendo es lo suficientemente relevante, esto es, la información comunicada viene con

una garantía de relevancia, lo que permite dar paso a una teoría pragmática explicativa. De

tal suerte, en un sentido general, la información es relevante si interactúa en un cierto

sentido con las suposiciones existentes acerca del mundo. Esto es:

(17) Principio de relevancia: todo acto de comunicación ostensiva comunica la


presunción de su propia relevancia óptima (Sperber y Wilson, 1986: 158).

Así, la relevancia es gradual y no evaluable en términos absolutos, además viene dada a

partir de la relación entre un supuesto y un contexto, determinado específicamente por el

oyente. Por estas dos razones, los autores evalúan la relevancia en términos de cantidad de

efectos contextuales y esfuerzo requerido para obtenerlos. En consecuencia, una

colaboración será más relevante mientras mayores esfuerzos contextuales produzca y el

costo de procesamiento para obtenerlos sea menor.

38
PRELIMINARES TEÓRICOS

Esto quiere decir que un enunciado puede tener más de una interpretación

consistente con el principio de relevancia. Los autores lo ejemplifican de la siguiente

forma:

(18) a. Pedro: Ozzy Osbourne is coming to dinner.


b. María: I’ll bring a bat. (Sperber y Wilson, 1991)
b1. María traerá un murciélago.
b2. María traerá un bate de beisbol.

Nótese que (18b) es ambigua porque bat puede interpretarse como ‘murciélago’ o como

‘bate de beisbol’.

Si la interpretación (18b1) es más accesible para Pedro que (18b2), será la primera

en ser probada según su consistencia con el principio de relevancia. De tal forma, si hay un

contexto fácilmente accesible (inferencias o supuestos) en el que esta interpretación tenga

un mayor rango de efectos contextuales y con menor costo de procesamiento, el oyente se

decidirá por esta interpretación, sino se decidirá por la otra.

Por otra parte, si María ha querido producir la interpretación (18b2) pero ha previsto

que la interpretación (18b1) podría ser más accesible y consistente con el principio de

relevancia, entonces reformulará su enunciación para eliminar la interpretación no deseada,

por ejemplo, diciendo: traeré un bate de beisbol.

Quien tenga el contexto adecuado sabrá que Ozzy Osbourne es un cantante de rock

famoso porque en sus conciertos muerde la cabeza de un murciélago, por lo tanto la

interpretación (18b1) será la más relevante por los efectos contextuales producidos a un

bajo costo de procesamiento. Por otra parte, quien sólo sepa que Ozzy Osbourne es un

cantante de rock, con todas las inconveniencias y amenazas que eso representa, podría

decidirse por la interpretación (18b2).

39
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

En otras palabras, la primera tarea que hace el oyente es recuperar las explicaturas

(contenido que se comunica explícitamente por medio del enunciado) y darles una forma

proposicional única (sin ambigüedades, por medio de inferencias y el contexto), por tanto

decodifica el enunciado. Como segunda tarea, el oyente debe determinar las implicaturas.

Una implicatura es un supuesto (una representación de algún hecho del mundo real) que el

hablante trata de hacer manifiesto a su interlocutor sin expresarlo de forma explícita. Hay

distintas fuentes para determinar el origen de las implicaturas: (i) directamente del

contexto, (ii) del conocimiento enciclopédico (léxico genérico), (iii) o por medio de las

inferencias a partir de las explicaturas y el contexto.

2.1.4.3.1. VENTAJAS DE LA TEORÍA DE LA RELEVANCIA 4

Grice propuso la máxima: ‘sea breve’, sin embargo hay un número de problemas ligados a

la máxima de brevedad. La principal es que la brevedad, por sí misma, queda sin ser

definida: debe ser medida en términos de fonemas, sílabas, palabras o bajo qué términos. La

teoría de la relevancia ofrece una solución para estos problemas. No se tiene una máxima de

brevedad, pues las intuiciones que Grice quería explicar son intuiciones acerca del esfuerzo

de procesamiento y, en particular, acerca del hecho que un hablante dirige una óptima

relevancia para ahorrarle al oyente cualquier esfuerzo de procesamiento innecesario. La

brevedad, pues, es una categoría lingüística ad hoc, el esfuerzo de procesamiento es una

categoría psicológica cuyas causas y consecuencias empíricas son, al menos, algo que se

conoce.

4
En este apartado reproduzco las explicaciones que dan Sperber y Wilson (1991) con respecto a lo
innecesario que resultan algunas de las máximas propuestas por Grice y la forma en que problemas típicos de
las teorías pragmáticas, como metáforas o ironías, pueden ser resueltos desde la perspectiva de la teoría de la
relevancia, con lo que intentan demostrar la validez de su propuesta.

40
PRELIMINARES TEÓRICOS

La teoría de la relevancia también ofrece soluciones para una variedad de problemas

originados por la definición de implicatura. En el trabajo de Sperber y Wilson, las

implicaturas son las presuposiciones e implicaciones que forman parte de la interpretación

intencionada de una elocución. Considérese (19):

(19) a. Pedro: ¿Quieres algo de café?


b. María: el café me mantendrá despierta.

Qué interpretación intentó María en (19b) para que fuera óptimamente relevante para

Pedro. En estas circunstancias, Pedro puede razonablemente asumir que María intentó, ya

sea suplir la suposición contextual (20) y derivar (21) como una implicación contextual, o

suplir las suposiciones contextuales en (22a-b) y derivar (23) como una implicación

contextual:

(20) María no quiere mantenerse despierta.

(21) María no quiere café.

(22) a. María quiere mantenerse despierta.


b. María quiere algo que la mantenga despierta.
(23) María quiere café.

Pero cuál de estas interpretaciones tuvo María en mente. La respuesta sigue el principio de

relevancia. Supongamos que en estas circunstancias, la suposición (20) es más accesible

para Pedro que las suposiciones (22a-b), y que María pudo haber previsto esto. Entonces, la

interpretación basada en (20) es la única consistente con el principio de relevancia. Ahora

bien, suponiendo que María no intentó esta interpretación, entonces pudo haberle ahorrado

el esfuerzo de procesamiento innecesario a Pedro de acceder a la interpretación basada en

(20) y (21), para acceder a la interpretación basada en (22a-b) y (23), y entonces llamar la

41
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

atención en algún proceso de inferencia para elegir entre ellas. Por ejemplo, añadir ‘y yo

quiero mantenerme despierta’, y así eliminar la interpretación basada en (20) y (21).

En esta situación, la interpretación basada en (20) y (21) es la única consistente con

el principio de relevancia. De hecho, si María simplemente intentó implicar que no quería

café, ella pudo haber comunicado esta información más económicamente simplemente

diciendo no. Aquí, la suposición más natural para Pedro es que ella está rechazando el café

porque la mantiene despierta –más que decir que no porque el café está horrible o porque

no quiere pasar un largo rato con él. Así, (19b) comunica el rechazo y el por qué.

Por otra parte, la teoría de la relevancia también elimina la necesidad de una

máxima de calidad, la máxima que Grice definió como la más importante, sin la cual la

conversación completa y el aparato de las implicaturas se colapsarían. Sperber y Wilson

consideran que la suposición de que hay una máxima, norma, principio o convención de

verdad literal crea unos problemas innecesarios e insolubles para la teoría pragmática.

Un hablante que observa la máxima de calidad puede expresar sólo proposiciones

que cree son ciertas o, al menos, que tiene razones para creer que lo son. Hay

contraejemplos para la máxima de calidad: incluyen ficción, fantasía, especulaciones,

adivinanzas, aproximaciones, metáforas, ironías y actos de habla indirectos. Los seguidores

de Grice les han llamado a estos contraejemplos ‘violaciones deliberadas’, ‘incumplimiento

de la máxima’. Así, la metáfora y la ironía son analizadas como ‘violaciones deliberadas’

de la máxima de calidad, de la cual el oyente recupera algunas proposiciones lógicamente

relacionadas como implicatura. Sin embargo, ninguna teoría explicativa es propuesta; y de

hecho, hay bastantes contraejemplos ordinarios para la máxima de calidad que el marco de

Grice no puede tratar de explicar:

42
PRELIMINARES TEÓRICOS

(24) a. Pedro: ¿Qué promesas de elección están haciendo?


b. María: Que todos seremos ricos y felices si votamos por ellos.

En un marco con una máxima de calidad, en (24b) María debió comprender que todos

seremos ricos y felices si votan por un partido en particular como una creencia. Sin

embargo, es bastante natural comprender que no está expresando su propia creencia, sino

que está reportando la creencia expresada en el discurso político. La propuesta es

considerar que esta interpretación respeta la máxima de calidad y asumir que una elocución

puede alcanzar una relevancia óptima ya sea representando las creencias del hablante o las

de alguien más que no sea el hablante, que serán relevantes para el oyente.

La ironía se adecua de manera muy simple dentro de este marco. No hay algo que le

impida a María representar las creencias expresadas en el discurso, de comunicar su propia

actitud con esas creencias. Puede indicar por expresiones faciales o el tono de voz, o

simplemente hacerle ver a Pedro que ella no está de acuerdo y considerar esas creencias

como ridículas. El resultado es la ironía. La ironía no involucra una violación deliberada de

ningún principio pragmático o máxima, es simplemente un medio para comunicar

información relevante.

Otro rango de contraejemplos para la máxima de calidad es la clase de elocuciones

intencionadas y comprendidas como aproximaciones amplias. Compárense las respuestas

alternativas (25b) y (25c) a la pregunta (25a):

(25) a. Pedro: ¿Qué tan lejos está Nottingham de Londres?

b. María: 120 millas.


c. María: 118 millas.

43
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

De acuerdo a la máxima de calidad, María no debió decir que Nottingham está a 120 millas

de Londres al menos que ella crea que está exactamente a 120 millas. Si ella cree que la

distancia real es 118 millas, entonces podría violar la máxima si responde 120. Sin

embargo, hay muchas situaciones en las que un hablante intenta una óptima relevancia y

prefiere la aproximación amplia, pues los cálculos mentales son más fáciles de hacer en

números redondos (120 millas), por tanto puede ser una respuesta más relevante debido a

los efectos contextuales producidos con un costo de procesamiento más bajo.

En cuanto a la metáfora, por qué tenemos que asumir que la proposición expresada

por una elocución debe ser idéntica al pensamiento que representa. La representación

involucra la explotación de semejanzas y si dos objetos son semejantes tienen propiedades

en común. Sin embargo, una representación puede alcanzar su meta sin compartir todas las

propiedades con el original que representa.

Si algo comparte todas sus implicaciones lógicas y contextuales, la elocución es una

representación literal del pensamiento del hablante. Entonces sigue la máxima de calidad:

una elocución como una representación literal del pensamiento del hablante. En contraste,

si se sigue el principio de relevancia, el oyente puede tomar la elocución como una

representación literal del pensamiento del hablante sólo si es la suposición mínima,

consistente con el principio de relevancia.

(26) a. Su amistad floreció.

Al procesar (26) en el contexto de su conocimiento enciclopédico de florecer, el oyente

puede derivar un número de implicaciones contextuales. Por ejemplo, la implicación que su

amistad ha sido plantada, con efectos contextuales nulos, es decir, sin relevancia. Otras

implicaciones contextuales contribuirán a la relevancia de la elocución y pueden ser

44
PRELIMINARES TEÓRICOS

asumidas de una forma más fuerte. Así, el oyente puede concluir que la amistad está en un

momento favorable de crecimiento. (26) tiene una interpretación no literal de fácil acceso

que es consistente con el principio de relevancia, pues no hay necesidad de parte del oyente

para considerar la interpretación literal del todo.

Finalmente, si se asume que los hablantes no intentan una verdad literal del todo,

pero sí una óptima relevancia, se puede lograr una gran cantidad de explicaciones acerca de

metáforas, ironías y una variedad de fenómenos relacionados con ellas.

De tal suerte, la teoría de la relevancia ofrece mecanismos para explicar y dar cuenta

de fenómenos que han sido la piedra de toque de los estudios pragmáticos previos, además

reduce el modelo teórico y sólo aporta el principio de relevancia que, a diferencia del

principio de cooperación, no puede ser violado y siempre es observado. Este principio de

relevancia es operado por la cantidad de efectos contextuales y el costo de procesamiento,

es decir, una contribución es más relevante si produce mayores efectos contextuales a un

bajo costo de procesamiento. Por todas estas razones, no es de extrañar que sea la teoría

pragmática en boga y con una gran cantidad de seguidores.

2.2. DISCURSO

2.2.1. DIFERENTES APROXIMACIONES AL ESTUDIO DE DISCURSO

El análisis del discurso es una de las áreas más vastas dentro de la lingüística pero, también,

una de las menos definidas. Esto se debe, principalmente, al gran número de corrientes

dentro de la lingüística que consideran al discurso desde distintas perspectivas. Sin contar

que otras disciplinas también abordan el estudio del discurso: psicología, etnografía,

antropología, sociología, etc.

45
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

Debido a esto, Schiffrin (2002) propone clarificar un poco el alcance del análisis del

discurso, de tal forma que se pueda seguir tratando con un amplio número de problemas y

fenómenos, pero de una manera mucho más coherente y sistemática. Para esto, describe

seis formas distintas en que tradicionalmente se ha abordado el análisis del discurso: (i)

actos de habla; (ii) sociolingüística interaccional; (iii) etnografía de la comunicación; (iv)

pragmática; (v) análisis de la conversación; y (vii) variacionista.

a) ACTOS DE HABLA

John Austin y John Searle (1962; 1969) desarrollaron esta teoría sobre la base de que el

lenguaje es usado no sólo para describir el mundo, sino también para realizar un amplio

rango de otras acciones (actos) que pueden ser indicadas en la misma elocución. Por

ejemplo, ‘prometo ir’ coincide con el acto de prometer, ‘el pasto es verde’ comunica el acto

de aseverar. No obstante, una elocución puede tener más de un acto:

(27) Hablante: ¿Puede servirme más café?


Oyente: /sirve café/

(27) puede ser entendida como una pregunta y/o como un mandato. De tal forma, esta

teoría se centra en el conocimiento de las condiciones subyacentes para la producción e

interpretación de un acto por medio de palabras. Esto es, los significados literales de las

palabras y los contextos en los que ocurren interactúan en nuestro conocimiento acerca de

las condiciones subyacentes para la realización de actos y su correcta interpretación.

No obstante, la teoría de los actos de habla no fue desarrollada para el análisis del

discurso, más bien ciertos temas particulares en la teoría guían al análisis del discurso

(actos de habla indirectos, multifuncionalidad y dependencia contextual). Esta teoría provee

medios para segmentar textos y, así, facilita un marco para definir unidades que pueden ser

combinadas en estructuras más largas.

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PRELIMINARES TEÓRICOS

b) SOCIOLINGÜÍSTICA INTERACCIONAL

Esta perspectiva tiene diversos orígenes: antropología, sociología y lingüística; por lo que

su objeto de estudio es aquel que resulta de la interacción entre cultura, sociedad y

lenguaje. Algunas aproximaciones interaccionales se centran principalmente en cómo las

personas de diferentes culturas pueden compartir conocimiento gramatical de un lenguaje

pero que, en diferentes contextos, pueden producir diferentes mensajes.

Otras aproximaciones se centran en cómo el lenguaje es utilizado en circunstancias

particulares de la vida social y en cómo agrega o quita diferentes tipos de significados

dependiendo de tales circunstancias.

Así, la sociolingüística interaccional incluye en sus análisis el contexto del

intercambio (roles sociales, la relación del habla a otras actividades, etc.) junto con la

información acerca de lo que están haciendo los participantes. Se centra en los contextos

sociales de la elocución, i.e. el foco de análisis es la forma en la que la interpretación y la

interacción producen significados sociales y lingüísticos. Por tal motivo, muchos de los

componentes lingüísticos son explicados por medio de las demás actividades sociales.

c) ETNOGRAFÍA DE LA COMUNICACIÓN

Esta aproximación al discurso está basada en la antropología y comparte muchas

características con la antropología tradicional concerniente a explicaciones holísticas de

significado y conducta.

Por tanto, no es de extrañar que se retome la propuesta de Hymes acerca de que el

discurso tenía que centrarse en la competencia comunicativa: el conocimiento tácito social,

psicológico, cultural y lingüístico que gobierna el uso apropiado del lenguaje (incluyendo a

la gramática pero no limitándose a ella). Así, la competencia comunicativa incluye tanto el

47
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

conocimiento de cómo comprometerse en conversaciones cotidianas, así como en otros

eventos de habla construidos culturalmente (rezar, funerales, etc.).

Otros análisis etnográficos se centran en cómo la gramática, por sí misma, refleja el

conocimiento cultural y sistemas de acciones; algunos más se centran en la comunicación a

través de distintos medios verbales o sobre la distribución social y el significado del

silencio, por ejemplo. Estos análisis dependen de una extensa familiaridad con los hablantes

y su cultura. Una vez más, los elementos lingüísticos son explicados con base en otras

actividades culturales y sociales.

d) PRAGMÁTICA

Está basada en las ideas de Grice, quien propuso distinciones entre diferentes tipos de

significados (implicaturas conversacionales) y argumentó que las máximas generales de

cooperación proveen rutas de inferencias para las intenciones comunicativas del hablante.

Tiene que ver más con analizar el significado del hablante en el nivel de las elocuciones y

dar cuenta de una oración más que de textos.

Así, la pragmática incluye análisis del discurso y provee medios para realizarlo.

Sugiere que los seres humanos trabajan con mínimas presuposiciones acerca de su

interlocutor y de su conducta, elementos que utiliza como base para erigir inferencias

altamente específicas acerca de los significados intencionados del interlocutor.

e) ANÁLISIS DE LA CONVERSACIÓN

Ofrece una aproximación al discurso que también está basada en la filosofía, pero desde la

perspectiva conocida como fenomenología, asociada con Schutz. Tiene que ver también

con el sociólogo Garfinkel, quien desarrolló la aproximación conocida como

etnometodología y la aplicó específicamente a la conversación. Difiere de otras ramas de la

48
PRELIMINARES TEÓRICOS

sociología porque analiza el orden social per se, busca descubrir los métodos por los cuales

los miembros de una sociedad producen un sentido de orden social.

La etnometodología considera que la conversación es una fuente de muchos de

nuestros sentidos del orden social, e.g. produce muchas de las tipificaciones que reflejan

nuestras nociones de roles sociales.

f) VARIACIONISTA

Proviene de estudios de variación y cambios lingüísticos. La suposición de esta

aproximación es que la variación lingüística es modelada tanto social como

lingüísticamente y que tales patrones pueden ser descubiertos sólo a través de

investigaciones sistemáticas de una comunidad.

Utiliza algunas de las herramientas básicas del análisis lingüístico: segmenta textos

en partes, las etiqueta como elementos de una estructura y asigna funciones a esas

secciones, por tanto permite una mayor independencia contextual.

Como podemos ver, la mayoría de estas aproximaciones basa sus análisis en otros

aspectos sociales y culturales que, según ellos, determinan el uso del lenguaje y, por tanto,

consideran distintos y variados fenómenos en sus estudios. En esta amplitud, pocos son los

análisis que se acercan verdaderamente, y de forma sistemática, al estudio de los elementos

lingüísticos que intervienen en el discurso. De los arriba enumerados, podemos distinguir

sólo dos: (i) los actos de habla de Austin y Searle; y (ii) la pragmática con las implicaturas

y las máximas conversacionales de Grice, gracias a sus bases teóricas y a que contienen una

menor cantidad de interpretación en sus análisis.

Por otra parte, en cuanto a estudios estrictamente lingüísticos se refiere, en la

lingüística contemporánea existen dos aproximaciones epistemológicas distintas y que

también aportan un par de concepciones disímiles de discurso.

49
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

2.2.2. DISCURSO Y FORMALISMO

El formalismo goza de mayor tradición dentro los estudios lingüísticos contemporáneos, es

heredero directo del estructuralismo saussureano y tiene como máximo representante a

Chomsky y su concepción del lenguaje. Las características más obvias del formalismo son:

• Tiende a considerar que el lenguaje es un fenómeno exclusivamente mental.


• Explica los universales lingüísticos como la derivación de una herencia lingüística
genética común de las especies humanas.
• Explica la adquisición del lenguaje en los niños en términos de una capacidad
humana innata para aprender el lenguaje.
• Considera al lenguaje como un sistema autónomo.

Dentro de esta aproximación, el discurso tradicionalmente es considerado como: “un nivel

del lenguaje superior al de la oración o al de la cláusula” (Schiffrin, 2002: 23). Así, los

análisis estructurales centran su atención en la forma en la que funcionan las diferentes

unidades del discurso en relación unas con otras, sin considerar los contextos en los que el

discurso surge. Recordemos que para Chomsky el estudio del lenguaje tendría que estar

basado en la competencia y no en la actuación lingüística de los hablantes.

De tal forma, los análisis formales estudian los constituyentes5 y las relaciones

particulares que establecen dentro del discurso unos con otros, y que sólo pueden ocurrir en

un número restringido de orden (arrangement) 6 . En este sentido, la diferencia entre un

discurso y una serie de oraciones unidas al azar es que el discurso tiene una estructura, un

modelo o patrón por el cual los segmentos del discurso ocurren relacionándose unos con

otros.

5
Unidades lingüísticas más pequeñas que el discurso, pueden ser cláusulas, oraciones o enunciados.
6
El orden o arrangement se refiere a: “cualquier SECUENCIA de ELEMENTOS lingüísticos en función de su
posición relativa, o DISTRIBUCIÓN, p. ej. la posible combinación de FONEMAS en el interior de las SÍLABAS y
de las PALABRAS, o de MORFEMAS en el interior de las palabras y de las ORACIONES” (Crystal, 2000: 407).

50
PRELIMINARES TEÓRICOS

En este mismo sentido, los análisis estructurales consideran que el discurso está

conformado por oraciones y éstas son las unidades mínimas de estudio en las que se

descompone. Sin embargo, el principal problema es que las unidades que utilizan los

hablantes no siempre parecen ser oraciones, más bien asemejan unidades con cierres

entonacionales y semánticos (Schiffrin, 2002).

Otro problema es que, desde esta perspectiva, se espera que el discurso exhiba una

estructura análoga al de las oraciones que lo componen, estructura en el sentido de oración

bien formada. Así, los análisis formales realizan su concepción de discurso basados en

patrones o modelos, donde el discurso que no encaje en los parámetros “normales” será

considerado anómalo o una desviación.

No obstante, definir al discurso como un conjunto de oraciones relacionadas entre sí

nos permite identificar los tipos de dependencias internas (elipsis, anáforas, referencias, co-

referencias, etc.) que pueden establecerse dentro de los textos y a lo largo de las oraciones

que lo componen. Así pues, consideran que las oraciones están contenidas en una unidad

lingüística más larga que ellas mismas y, por lo tanto, permite dar cuenta de sus

propiedades internas y la forma en que interactúan para componer un discurso.

De tal forma, considerar al discurso como un nivel mayor al de la oración ofrece la

oportunidad de centrarnos en la manera en que las propiedades sintácticas de las cláusulas u

oraciones contribuyen a formar un texto.

En resumen, hemos visto que la definición estructural del discurso guía al análisis

de constituyentes que establecen relaciones particulares con otros dentro del texto, y que

pueden ocurrir en una serie restringida de orden en el nivel textual. También intentan

extender métodos de análisis lingüísticos, que han sido útiles para otros niveles de

descripción lingüística, para utilizarlos como pistas en el análisis de la estructura textual.

51
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

Sin embargo, no siempre la identificación de constituyentes estructurales en el discurso es

una tarea fácil (Schiffrin, 2002).

En este punto, cabe destacar que, desde esta perspectiva, el discurso dependerá de

las relaciones que se establezcan entre constituyentes lingüísticos, i.e. relaciones de

coherencia y, en este sentido, la coherencia será considerada únicamente como una

propiedad objetiva externa al texto o discurso.

2.2.3. DISCURSO Y FUNCIONALISMO

Por su parte, dentro de la lingüística, la tradición funcionalista es más reciente, apenas

surgida en los años setenta. Diversos autores han contribuido en la formación teórica de

esta aproximación al lenguaje, los más representativos son: Halliday, Givón, Langacker,

Hopper, Thompson, por mencionar algunos.

Sin embargo, esta diversidad ha provocado mayores puntos de divergencia que de

coincidencia, lo cual ha contribuido a que el funcionalismo no sea tomado del todo en serio.

Así pues, las características que comparten las distintas concepciones del funcionalismo

son:

• Considera que el lenguaje es un fenómeno social, principalmente.


• Explica los universales lingüísticos como la derivación de la universalidad de los
usos para los cuales el lenguaje es utilizado en la sociedad humana.
• Explica la adquisición del lenguaje en términos del desarrollo de las necesidades y
habilidades comunicativas de los niños dentro del núcleo social.
• Estudia el lenguaje en relación a sus funciones sociales.

De tal forma, el funcionalismo sostiene que el estudio del discurso debe englobar cualquier

aspecto del uso del lenguaje. “El análisis del discurso es, necesariamente, el análisis del

lenguaje en uso. No puede estar restringido a la descripción de formas lingüísticas

52
PRELIMINARES TEÓRICOS

independientemente de las propuestas o funciones para las que han sido diseñadas, es decir,

para servir en las relaciones humanas” (Brown y Yule, 1983).

Dentro de esta perspectiva, existen posturas radicales que consideran al lenguaje

como un fenómeno social, por lo que éste engloba todos los aspectos de la vida social del

hombre. Sin embargo, en posturas menos extremas, el discurso es considerado como

interdependiente con la vida social, tal que su análisis necesariamente se intercepta con

significados, actividades y sistemas fuera del lenguaje mismo.

Así, la definición de discurso como uso del lenguaje es consistente con la mirada

funcionalista: “el discurso es visto como un sistema por medio del cual el hombre realiza

funciones particulares”, (Schiffrin, 2002: 32).

Resulta claro, pues, que las definiciones funcionalistas del discurso asumen una

interrelación entre lenguaje y contexto. Un problema surge de esta suposición y es que

resulta difícil separar el análisis del discurso per se de otros análisis del lenguaje y

contexto, como los realizados en etnografía, etnolingüística, sociolingüística, etc. Esta

problemática viene dada a partir de que algunos análisis del discurso restringen el estudio

del lenguaje al contexto, que engloba roles sociales, situaciones e incluso lugares, lo que

resulta muy cómodo para los analistas, sin embargo no reflejan un estudio formal de los

elementos lingüísticos que están incluidos en el contexto comunicativo o en el contexto

discursivo.

Desde esta perspectiva, el discurso es una manera de organizar social y

culturalmente la forma en la que hablamos. Los análisis funcionalistas se centran en cómo

las personas usan el lenguaje para diferentes fines que tiene que ver, principalmente, con la

manera en que las elocuciones son situadas en sus contextos de producción.

53
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

2.2.3.1. DISCURSO MULTIPROPOSICIONAL

No obstante, dentro de la perspectiva funcional hay una propuesta más equilibrada que

concibe al discurso, y al lenguaje en general, como una adecuación evolutiva, de carácter

icónico, y que pone especial atención en la relación gramática-cognición. Uno de los

principales autores que defienden esta idea es Talmy Givón, quien desde los años setenta ha

venido desarrollando sus investigaciones sobre el lenguaje en este sentido.

Para Givón, quien trate de abordar el estudio del lenguaje tendrá que considerar,

principalmente, la relación existente entre gramática y cognición. Esta relación explica la

forma en que el lenguaje es influenciado por factores externos, en especial por las mentes

de los interlocutores y los fines que persiguen durante la comunicación. Esto es, el hablante

utiliza la estructura sintáctica para indicar las operaciones cognitivas que los interlocutores

deben seguir para la comprensión del lenguaje.

De esta forma, este tipo de funcionalismo acepta que la estructura sintáctica es útil

sólo en la medida en la que marca las operaciones mentales que los hablantes y oyentes

deben seguir para la comprensión y expresión del lenguaje. No obstante, también considera

que el estudio del lenguaje tiene que ampliarse a la actuación debido a que el lenguaje es

icónico, pues no puede ser autocontenido.

En resumen, el funcionalismo equilibrado que sostiene Givón nos da la pauta para

realizar un estudio del discurso más integral, principalmente porque estima que deben

considerarse ciertos elementos lingüísticos y relaciones recurrentes a lo largo del mismo, es

decir, coincide con los estudios formales en el sentido de analizar las relaciones

estructurales que guardan entre sí las oraciones que conforman un discurso.

Pero, además, añade la posibilidad de observar estas relaciones como marcas que

guían a la realización de ciertas operaciones cognitivas que tienen como finalidad una

54
PRELIMINARES TEÓRICOS

mejor comprensión y expresión del lenguaje, cualquiera que sea el medio por el que se

manifieste.

En este sentido, Givón (1984) reconoce que hay tres dominios funcionales que son

codificados en el lenguaje humano, a saber: (i) el semántico léxico, (ii) el semántico

proposicional y (iii) el pragmático-discursivo. Donde la semántica léxica tiene que ver con

el almacenamiento de conocimiento genérico, i.e. culturalmente compartido, que está

incorporado en el léxico. Este conocimiento está constituido por fenómenos estables,

conceptos o puntos de referencia que conforman nuestro mapa cognitivo del universo

fenomenológico que nos rodea.

Por su parte, el dominio de la semántica proposicional tiene que ver con la

información específica que está contenida en proposiciones que, a su vez, están codificadas

sintácticamente como oraciones. Así, las proposiciones describen estados, eventos o

acciones, donde intervienen participantes que cumplen un rol semántico. De tal forma, las

proposiciones nos dicen quién hizo qué a quién, cuándo, dónde, por qué y cómo.

Finalmente, el dominio pragmático-discursivo tiene que ver con la secuencia de

proposiciones atómicas dentro de un contexto comunicativo más amplio, i.e. el discurso.

Una gran parte del contexto consiste del conocimiento genéricamente compartido y que

está codificado en el léxico.

Estos tres dominios se encuentran jerarquizados concéntricamente y también son

conocidos como: significado, información y función, respectivamente. Las palabras tienen

significado pero no comunican información por sí mismas. Las proposiciones transmiten

información una vez que las palabras están conectadas dentro de ellas, sin embargo no

transmiten ninguna función discursiva específica. Finalmente, sólo dentro del contexto

discursivo las proposiciones transmiten funciones discursivas.

55
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

Esquemáticamente:

Significado, semántica léxica, palabras.

Información, semántica proposicional,


proposiciones.

Función, pragmática-discurso,
multiproposicional.

Fig. 1. Organización jerárquica de los dominios funcionales del lenguaje (Givón, 1984).

Así, partiendo de estas bases, y siguiendo a Givón, el discurso es definido como

multiproposicional, esto quiere decir que está integrado por diversas unidades de

información, que deben estar organizadas de tal forma que sean consistentes unas con otras

y que sean identificables como partes constituyentes y significativas de un todo 7 .

Esta distinción es de gran importancia pues el discurso, precisamente, es un

conjunto de proposiciones que están interconectadas por la continuidad de uno o varios

elementos a lo largo del mismo, i.e. coherencia, principalmente compartiendo tópicos por lo

que Givón las denomina proposiciones equi-tópicas.

2.2.4. DISCURSO COMO CONJUNTO DE ELOCUCIONES

Una vez establecida la forma en que cada una de estas perspectivas considera al discurso,

(cómo es usado el lenguaje en contexto en contraste con el análisis de patrones o modelos),

7
Esta distinción hace recordar a van Dijk y Kintch (1978) con su propuesta de macroestructura y
microestructura, donde el discurso, en su conjunto, representa la macroestructura, que está compuesta, a su
vez, por estructuras más pequeñas que se combinan e integran para lograr que la macroestructura sea estable y
consecuente.
Para Givón esta integración y consistencia de las proposiciones sólo se logra gracias a las distintas relaciones
de coherencia que se establecen entre ellas.

56
PRELIMINARES TEÓRICOS

Schiffrin (2002) postula una concepción que parece mediar entre estos dos extremos y que

coincide con la perspectiva de Givón: discurso es el conjunto de elocuciones 8 . Esto es, el

discurso está un nivel arriba de las demás unidades del lenguaje, sin embargo la elocución

(más que las oraciones) son las unidades más pequeñas de las que está compuesto el

discurso.

Así, Schiffrin sugiere que el discurso no es sólo una colección de unidades

descontextualizadas de la estructura del lenguaje, más bien es un conjunto de unidades

inherentemente contextualizadas del uso del lenguaje.

En este sentido, las ventajas que representa una aproximación de este tipo es que se

toma en cuenta el contexto, pero no como un elemento determinante y exclusivo para el

análisis del discurso. Además, permite centrarnos en la estructura del discurso, en el

conjunto de elocuciones que lo conforman, así como las relaciones inherentes que se

establecen entre ellas. Entonces, la tarea será identificar y analizar constituyentes,

determinar procedimientos para asignar a las elocuciones un estatus de constituyente, así

como descubrir regularidades y relaciones entre las elocuciones (Schiffrin, 2002).

El método de análisis que postulo es muy cercano a esta recomendación: mi

intención es identificar las relaciones que se establecen entre diversos elementos

lingüísticos recurrentes (referentes, tiempo, temas) a lo largo de las elocuciones que

componen el discurso. Más adelante detallaré la forma en la que opera el método de análisis

que propongo.

8
Las elocuciones se distinguen de las oraciones porque necesariamente deben estar vinculadas al contexto en
el que son producidas.

57
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

2.2.5. DEFINIENDO DISCURSO

Resumiendo el apartado anterior, citaré las distintas definiciones del discurso para

finalmente dar mi propuesta.

Como vimos, los estudios formales definen al discurso como: “el uso del lenguaje

en un nivel superior al de la oración, que es simplemente el lenguaje como ocurre en

cualquier contexto, en cualquier forma, y proponen modelos análogos a los de otros niveles

del lenguaje para determinar si un discurso lo es o es una desviación” (Schiffrin, 2002).

Por otra parte, los estudios funcionales consideran que: “el discurso no es una

colección de unidades descontextualizadas de la estructura del lenguaje, más bien es una

colección de unidades inherentemente contextualizadas del uso del lenguaje” (Schiffrin,

2002).

Por su parte Crystal (1987b), en un primer acercamiento, sostuvo que el discurso

debía ser pensado como el conjunto de oraciones que trabajan secuencialmente para

producir segmentos coherentes de lenguaje. Y, por tal motivo, el discurso era estudiado por

los lingüistas para encontrar las características del lenguaje que ligan a las oraciones

cuando son usadas en secuencia.

Posteriormente, en una definición mucha más amplia, este mismo autor considera

que el discurso es:

(28) […] una porción de lengua (principalmente hablada) mayor que una
ORACIÓN; pero dentro de esta noción tan amplia, podemos encontrar
diferentes aplicaciones. En su sentido más general, un discurso es una
UNIDAD conductista que goza de un estatus preteórico en lingüística: es un
conjunto de ENUNCIADOS que constituyen cualquier evento de HABLA
conocido (sin hacer referencia a una ESTRUCTURACIÓN lingüística, de
existir ésta), p. ej. una conversación, una broma, un sermón, una
entrevista. […] En los últimos años, varios lingüistas han intentado
descubrir regularidades lingüísticas en los discursos (análisis del discurso
o AD), utilizando para ello criterios GRAMATICALES, FONOLÓGICOS y
SEMÁNTICOS (p. ej. la COHESIÓN, la ANÁFORA, la CONECTIVIDAD entre
oraciones). Se ha prestado una especial atención a los marcadores de

58
PRELIMINARES TEÓRICOS

discurso elementos secuencialmente dependientes que delimitan unidades


del habla […] (Crystal, 2000: 179).

No obstante, sólo en la primera definición de Crystal se da una característica esencial del

discurso, que lo distingue de un conjunto de oraciones o proposiciones unidas al azar, a

saber: la coherencia. Así pues, tomaré a la coherencia como la principal característica del

discurso.

2.2.5.1. COHERENCIA COMO CONDICIÓN INDISPENSABLE DEL DISCURSO

En este momento sólo caracterizaré de manera sucinta a la coherencia, pues mi intención es

dar sólo un panorama general y, posteriormente, ahondar en su estudio. De tal suerte, aquí

me limitaré a dar una definición de coherencia e identificar en qué ámbitos del discurso se

puede encontrar.

La coherencia, según Givón (1995), es la continuidad de uno o varios elementos a lo

largo del discurso. Los elementos más recurrentes y de fácil identificación son: (i) tiempo,

(ii) acción, (iii) lugar/espacio, (iv) aspectualidad, (v) referentes/participantes, y (vi) modo.

Así, la aparición constante de uno o varios de estos elementos puede garantizar la

coherencia discursiva. Estos elementos deben ser buscados ya sea en el background

(información contextual previa o vieja) o en el foreground (información entrante o nueva)

discursivo.

Por todo lo anterior, y en resumen, aquí entenderé por discurso:

(29) Gracias a su carácter multiproposicional, el discurso es el conjunto de


oraciones/elocuciones/proposiciones que tiene como principal característica
la coherencia lingüística que guardan entre sí, es decir, la continuidad de
referentes, tiempo y temas, principalmente. Además, gracias a estas
continuidades, puede ser sometido a un análisis para establecer las
dependencias y relaciones lingüísticas entre
oraciones/elocuciones/proposiciones.

59
PROPUESTA TEÓRICO METODOLÓGICA

Después de haber definido tanto pragmática como discurso, desde un punto de vista

completamente lingüístico, toca el turno ahora de detallar cómo son considerados dentro de

una perspectiva neurolingüística para, posteriormente, reseñar los resultados que han

arrojado las investigaciones que se han realizado en el campo de los estudios

neurolingüísticos.

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