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EL CONCEPTO DE GRUPO Y LOS PRINCIPIOS ORGANIZADORES DE LA

ESTRUCTURA GRUPAL EN EL PENSAMIENTO DE ENRIQUE PICHÓN


RIVIERE

DE: Ana Quiroga.

E. Pichón Riviere caracteriza al grupo como “un conjunto restringido de personas que
ligadas por constantes de tiempo y espacios articuladas por su mutua representación
interna se propone en forma explícita o implícita, una tarea que constituye su finalidad,
interactuando a través de complejos mecanismos de asunción y adjudicación de roles”.
Definir es establecer las determinaciones específicas de un fenómeno, su naturaleza, de
manera tal que el concepto construido refleje el sector de lo real al que hace referencia.
La definición, como conceptualización de la esencia remite entonces a los principios
organizadores internos, configurantes del proceso.
Se llega desde una tarea previa de elaboración de la experiencia, de trabajo del material
empírico, proceso de abstracción en el que, en una labor de síntesis e integración, se
construye la visión múltiple que emerge en el concepto.
La elaboración conceptual de la experiencia supera al conocimiento empírico, significa
un interrogarse por la esencia, pero echa en cara sus raíces en la experiencia, tomando
como punto de partida los fenoménico, se llega al enunciado de los principios
organizadores internos, configurantes de la estructura grupal.
Interrogamos acerca de la esencia de lo grupal, ya que al preguntarnos que es un grupo,
cuál es su estructura, que es lo que define al grupo como tal, cual es la sustancia de ese
proceso interaccional, estamos cuestionándonos acerca de la esencia de la situación que
constituye el escenario, el horizonte de toda experiencia humana. En consecuencia la
temática del grupo nos reenvía necesariamente a la problemática del sujeto.
La psicología, se define como social a partir de la concepción del sujeto, entendido
como emergente, configurado en una trama compleja, en la que se entretejen vínculos y
relaciones sociales. El sujeto se constituye como tal en procesos de interacción en una
dialéctica o interjuego entre sujetos, de la que el vínculo, como relación bicoporal y el
grupo como red vincular, constituyen unidades de análisis.
El sujeto aparece bajo un doble carácter: como agente, actor del proceso internacional, a
la vez que configurándose en ese proceso, es decir, emergido y siendo determinado por
las relaciones que constituyen sus condiciones concretas de existencia. Nuestra
reflexión como escuela parte de una definición del sujeto como “sujeto de la necesidad”
pero el eje se sitúa en la contradicción interna inherente a ese sujeto como ser vivo,
interjuego entre la necesidad emergente del intercambio material del organismo con el
medio y la satisfacción de esa necesidad.
La necesidad experimentada como tensión interna reabre ese interjuego, en tanto
promueve en el sujeto la realización de un conjunto de operaciones materiales y
simbólicas, que se denomina conducta. Determina en él una acción concreta. La acción
modifica al contexto pero también al protagonista, adquiere entonces la condición de
aprendizaje.
A la necesidad como punto de partida de la acción destinada a obtener la gratificación,
es la condición de una tarea.
Este interjuego entre necesidad y satisfacción, fundante de toda tarea, de todo
aprendizaje, define al sujeto como sujeto de la acción.
“El sujeto es sano en la medida en que aprehende la realidad en una perspectiva
integradora y tiene capacidad para transformar esa realidad transformándose a la vez él
mismo”.
El sujeto esta “activamente adaptado” en la medida en que mantiene un interjuego
dialectico con el medio y no una relación regida, pasiva, estereotipada.
Desde Pichón Riviere entonces la Psicología Social no es una Psicología de los grupos,
sino una reflexión acerca del sujeto y su comportamiento.
Esta concepción vincular del sujeto, se le revela en el mundo interno del paciente,
estructurada como un grupo interno, en el que se reconstruye la trama vincular en la que
sus necesidades cumplen su destino de gratificación o frustración.
La determinación recíproca entre interacción grupal y acontecer individual, está
presente en el pensamiento de Pichón Riviere como trama relacional internalizada, la
enfermedad mental como emergente de una dinámica vincular, que aparece generando
patologías. El que enferma es el portavoz.
La conducta según Lagache, conjunto de operaciones materiales y simbólicas por las
que el organismo en situación tiende a realizar sus posibilidades y reducir las tensiones
que amenazan su unidad y lo motivan. La conducta es esencialmente relacionada y
solamente puede ser descifrada en la red vincular en la que se configura. Desde este
encuadre grupal la enfermedad mental como comportamiento que rompe las
expectativas sociales pierde su carácter inicial de lo imprescindible transformadose en
un lenguaje complejo pero direccional y decodificable. Es en el contexto grupal y
particularmente en el grupal familiar con su historicidad, y en tanto comprensible
resulta modificable.

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