Está en la página 1de 19

Unidad I
Oratoria. Concepto.
• Historia. Gramática y Retórica. Dotes del orador.
• Arte y ejercicio de la oratoria. Impedimentos más frecuentes. Dominio de ideas. Dominio de
expresión.
• Ejercicios.

Oratoria
La oratoria es el arte de hablar en público con claridad, precisión y elocuencia. Tiene como finalidad
persuadir a un auditorio sobre algún asunto específico. La palabra, como tal, proviene del latín oratorĭa.
La oratoria, como discurso oral, se distingue por ser un procedimiento retórico orientado a mover los
ánimos de un auditorio en favor de un argumento o idea, que es expuesto, sopesado y defendido por un
orador.
Algunos aspectos formales que caracterizan la oratoria es el empleo frecuente de vocativo, el uso de
preguntas retóricas y de la segunda persona del singular para mantener y conducir la atención de los
oyentes, así como una variada gama de inflexiones de voz para imprimir mayor impacto a las palabras.

Historia
Como la mayoría de las ciencias humanas, la oratoria tuvo su origen en Grecia de la mano de los
sicilianos. En Grecia la oratoria era utilizada con fines políticos y para alcanzar prestigio.
Sócrates fundó una escuela de oratoria, situada en Atenas, y definió al orador como el hombre
instruido y con ideales altos que iba a garantizar el progreso del estado.
Demóstenes fue el orador que fue considerado el mejor dentro de este arte. Cicerón fue quien la
perfeccionó en la República Romana. Él escribió varios discursos y tratados que han llegado a
nosotros casi en su totalidad.

Gramática y Retorica
GRAMÀTICA.
Fuente: https://concepto.de/oratoria/#ixzz6xuMzZ4ry
Para la oratoria, el conocimiento de la Gramática es básico. Esto le permite evitar las
incorrecciones en el empleo de ciertos verbos irregulares, en la acentuación de las
palabras, en el empleo de ciertos plurales en que cambia la acentuación de las
palabras. En el fluir de las ideas es donde concentrará su atención el orador ya que si
la preocupación sobre el fondo del discurso se ha de agregar la minuciosa valoración
previa de cada palabra, la actividad intelectual pierde intensidad y en la frase dicha
descubre su aire vacilante. De gran utilidad será el conocimiento de los sinónimos que
permitirá repetir o insistir en la misma idea variando con habilidad las palabras sin
cansar al auditorio.
RETORICA
Es la disciplina de distintos campos de conocimiento (ciencia de la literatura, ciencia política, publicidad,
periodismo, ciencias de la educación, ciencias sociales, derecho, estudios bíblicos, música, etc.), que se ocupa
de estudiar y de sistematizar procedimientos y técnicas de utilización del lenguaje, puestos al servicio de
una finalidad persuasiva o estética, añadida a su finalidad comunicativa.
La retórica tiene su origen en la Grecia clásica, donde se entendía, como se sugiere en la voz latina ars bene
dicendi, como la técnica de expresarse de manera adecuada para lograr la persuasión del destinatario.
Etimológicamente, retórica es un helenismo que proviene del griego ρητορική [τέχνη], «rhetorikè
(téchne)».
La retórica se configura como un sistema de procesos y recursos que actúan en distintos niveles en la
construcción de un discurso. Tales elementos están estrechamente relacionados entre sí y todos ellos
repercuten en los distintos ámbitos discursivos.

------------------
Dotes del orador

Sean cuales fueran las tareas específicas que el orador deba realizar en una disertación y aunque muchas de ellas
puedan parecer mecánicas o rutinarias, no puede pasarse por alto la importancia de la posición que ocupa como
comunicador social y/o líder de opinión. Por ello, en el orador no sólo se valora la aptitud para el desempeño de las
funciones como expositor sino también la idoneidad a través de una serie de cualidades que a nuestro entender debe
poseer un orador de éxito y que a continuación presentamos.

Cualidades Físicas: Estas cualidades Cualidades Intelectuales: Estas Cualidades Morales: La moral está
tienen que ver con la apariencia cualidades están relacionadas con la relacionada a las costumbres y a las
personal del orador, no involucra que facultad para conocer, comprender y normas de conducta de una
sea hermoso o de físico razonar; implican un conjunto de determinada sociedad. Por extensión,
impresionante. Implica el cumplimiento características inherentes que todo podemos decir que es el conjunto de
de una serie de pautas sencillas que le orador debe desarrollar y utilizar con normas de comportamiento que debe
permitan resaltar su personalidad, de eficacia. Estas cualidades propias de cumplir un orador, para que exista
tal forma que constituya un conjunto la actividad mental, están al alcance congruencia entre lo que predica y
armonioso y estético ante los ojos de de todos y sólo requieren de decisión hace, en el ejercicio de su labor
los demás. para aplicarlas. profesional.

a. Voz a. Memoria
a. Honradez
b. Mirada b. Imaginación b. Serenidad
c. Mímica c. Iniciativa
c. Sensibilidad
d. Vestido
d. Modestia
e. Peinado

Arte y ejercicio de la oratoria


Claves para la seducción del público
Hay quien se coloca ante un número de personas y suelta su speech sin problema; no ha recibido instrucciones previas, no
se ha preparado el discurso, le brota de manera natural. Para el resto de mortales, unas nociones de oratoria nos
ayudarán si tenemos que enfrentarnos a una exposición o charla ante una audiencia.
Expresarse con claridad. Que no falle la sintaxis y que el vocabulario sea accesible. Adiós a las construcciones
enrevesadas, lo idóneo es expresarse con sencillez y naturalidad. No hay que emplear palabras rebuscadas o expresiones
técnicas, salvo que lo exija la ocasión. Da la imagen de pedante.
Hacer menciones al público. En el discurso siempre hay ocasión para implicar al oyente. Cuando escuchamos una charla,
tendemos a desconcentrarnos; sin embargo, cuando alguien nos habla directamente, prestamos más atención. Salpicar el
discurso de vocativos ayuda a que se mantenga el interés.
Ser conciso. No hay que titubear ni andarse por las ramas. Las divagaciones e imprecisiones hacen que el público se pierda
y deje de prestar atención. Hay que liberarse de las manías y muletillas que empleamos continuamente, como bueno, pues,
ah, eh, um…
Cambiar del tono. No hay nada más aburrido que alguien hablando en el mismo tono todo el rato. Hay que hacer
variaciones sin caer en las disonancias: nunca gritar, pero tampoco hablar demasiado bajito. Hay que distinguir entre
intensidad, que es la fuerza con la que se emite la voz, y timbre, que es el matiz personal de cada uno. Se pueden cultivar
y refinar para enriquecer el tono perfecto.
Dominar el espacio. Es conveniente enterarse de dónde se va a celebrar el discurso. Hay que prepararse antes porque
del espacio depende la presentación, los ademanes que acompañarán a las palabras, el trato y el lenguaje que
emplearemos e incluso postura que mantendremos. No es conveniente dispersarse mucho por el espacio.
Preparar el discurso. Tiene que ser coherente. Las relaciones entre las ideas deben ser lógicas y sin contradicciones.
También ayuda mucho que sea ameno: por un lado, que transmita sentimiento, que el orador se emocione en cierto modo
con lo que dice; por otro, que se incluya algún toque de humor. El humor es un excelente vehículo de persuasión y permite
improvisar salidas airosas en momentos de apuros. Si se añaden algunos comentarios con ironía, se consigue dinamizar
aún más el discurso. Pero no hay que exagerar, hay que emplearla con mucha moderación.
Impedimentos más frecuentes
. Hablar frente a ene número de personas no es sencillo. Aunque no estés consciente de ello, tu público te evalúa todo el
tiempo. No tendrá compasión de ti y decidirá en segundos si desea escucharte o no. Una imagen inapropiada, evitar el
contacto visual o la mala dicción pueden hacer que tu audiencia pierda el interés, así que para evitar que tus
presentaciones al hablar en público sean una mala experiencia, te comparto los 10 errores más comunes y cómo
corregirlos.

1. Adoptar una postura tímida o desanimada


La primera impresión que provocas la determina tu postura. ¿Se nota que sabes de lo que vas a hablar? Tu lenguaje
corporal lo refleja. La seguridad de tu postura está en tu torso, pero no creas que elevar los hombros lo resuelve.

2. No tener una estructura


Todo mensaje sin estructura se derrumba. Hablar por hablar lo hace cualquiera, pero atrapar a la audiencia desde el
momento en que abres la boca lo logras al nunca olvidar que toda historia tiene una introducción, desarrollo y conclusión
o cierre, este último es el más importante de tu mensaje.

3. Perder el contacto visual


El contacto visual es tan importante en la comunicación no verbal que, cuando hablas en público, si lo omites, dirás sin
palabras “estoy nervioso” y además la audiencia dejará de ponerte atención, pues sentirán que no les estás hablando a
ellos.

4. Abusar del uso de ademanes o carecer de ellos


Tu expresión corporal es energía. Si hablas con poca energía el público te responde de la misma manera, en cambio si
exageras tu energía la audiencia podría rechazarte por percibir que no eres auténtico. Los ademanes son los adjetivos
de tus palabras, por ello, deben de ser dosificados, pero jamás brillar por su ausencia.

5. Hablar con un volumen bajo


Tres de cada cuatro oradores hablan con un volumen bajo. Esto genera un impacto pobre. No se trata de gritar sino de
proyectar seguridad con tu voz. Existen dos momentos cruciales para hablar con un volumen más alto: el inicio y el
cierre.

6. Descuidar la entonación
Éste es uno de los errores más desastrosos. Cada vez que doy una capacitación, empodero a mis clientes a atreverse a
hablar con emociones, no sólo con la lógica. No debes confundir la entonación con el volumen, son dos cosas totalmente
diferentes. La entonación es la emoción específica que transmites al decir algo, por ejemplo, imagina que saludas con un
“buenos días” con una emoción distinta cada vez: alegre, enojado, serio, inseguro, sorprendido, temeroso. ¿Verdad que
no es igual en cada ocasión? Ese es el poder de la entonación. Conecta de manera emocional.

7. Hablar con un ritmo inadecuado


El ritmo es la velocidad al hablar. Hay gente que habla muy rápido, y otra que habla muy lento. ¿Cuál es mejor? Ninguna.
Lo ideal es aprender a hablar en distintas velocidades según te convenga para lograr el objetivo de tu mensaje. Cuando
desees despertar a la acción di una frase más rápido, en cambio, cuando quieras relajar a la audiencia o despertar su
curiosidad habla más lento.

8. Hablar con mala dicción


Una vez que sabes de la importancia del ritmo al hablar tu dicción debe de ser perfecta. Si la audiencia no entiende
claramente lo que dices de nada sirve saber las técnicas anteriores. En mi experiencia como entrenador para hablar en
público, he descubierto que en ocasiones las palabras con diptongos o triptongos (augurar, murciélago, neurolingüística)
son las que cuestan más trabajo decir. ¿Por qué sucede esto? Porque no estamos acostumbrados a vocalizar ni a
adoptar correctamente la abertura de la boca al decir cada vocal.

9. Proyectar que desconoces el tema


En materia de imagen importa lo que el público perciba, no lo que tú sepas. Cuando divagas o dudas parecerá que no
sabes o no estás seguro de lo que hablas. En este error caen muchos. Se confían en que como tienen un título
profesional y el tema del que van a hablar lo conocen, la audiencia se emocionará de su sapiencia y se pondrá de pie.
Puedes dominar un tema, pero lo que cuenta es la “conexión” que logres con tus ideas y emociones. Los nervios al
hablar en público han destrozado al más fuerte de carácter.

10. Reflejar poco liderazgo y seguridad


¿Cómo se refleja el liderazgo y la seguridad al hablar en público? Cuando has corregido todos los puntos anteriores tu
sensación de control te brinda seguridad. No podrás evitar los nervios por arte de magia.
Dominio de ideas. Dominio de expresión.
Contar con un dominio de la oratoria de forma clara te permitirá encontrar un empleo y mantener y el mismo. Algunos
profesionales no logran causar el impacto que desean, debido a su temor de hablar en público.

No importa la carrera que tengas y los conocimientos que poseas cuando te cuesta expresarte antes los demás. Muchos
se preguntan cual es la clave del éxito de algunos profesionales, pues hoy te diremos una.

Sin lugar a dudas, cuando existe un dominio en la oratoria te destacas mas sobre otros profesionales. Puedes tener
mucho conocimiento y capacidades, pero si tu no sabes transmitirlo a través del lenguaje estas en desventaja.

Las empresas valoran en un alto porcentaje a aquellas personas que saben comunicar sus ideas de forma eficaz.
Además, de incentivar con sus dotes de orador a los demás miembros del equipo de trabajo.

Al tener una excelente capacidad para habla en publico podrás alcanzar el éxito en tu carrera. Esto te permitirá
obtener mejores puestos de trabajo y hasta incluso avanzar profesionalmente.
Unidad II
• El Estilo.
• Coherencia.
• Cualidades del Estilo Oral.
• Sencillez.
• Claridad.
• Naturalidad.
• Concisión.

ESTILOS DE ORATORIA
Estilo
1. Judicial: Sitúa al auditorio por encima del orador. El orador es inferior al juez. Se trata de hechos
pasados.

2. Deliberativo: Propio de la política. Se trata de hechos futuros. Hay igualdad en los planos del orador y
del oratorio.

3. Demostrativo: De aquí deriva la oratoria sagrada. Se trata de hechos pasados. El orador está por
encima del auditorio. Se busca alabar a alguien o denigrarle.

Cualidades del Estilo Oral


Las cualidades primordiales del estilo oral (validas también para el escrito) son las siguientes: claridad,
concisión, coherencia, sencillez y naturalidad.

Claridad: Son conceptos bien digeridos, exposición limpia, es decir, con sintaxis correcta y vocabulario o léxico
al alcance de la mayoría. Dicho de otro modo: un estilo es claro cuando el pensamiento del que emite el
mensaje penetra sin esfuerzo en la mente del receptor.

Concisión: Es utilizar sólo palabras indispensables, justas y significativas para expresar lo que se quiere decir.

Coherencia: Cuando se habla para un público, cuando se comunica oralmente, el orden en el correr de las ideas
ha de ser tal, que el oyente no se vea precisado a coordinarlas en su cerebro.

Las relaciones entre las ideas expuestas deben ser lógicas, y las contradicciones, evitadas. Si se anuncian
paralelismos o antítesis, es necesario que seguidamente se presenten verdaderos paralelismos y verdaderas
antítesis.

Sencillez: Es otra condición o cualidad necesaria del buen estilo en la comunicación oral, que se refiere tanto a
la composición de lo que hablamos, como las palabras que empleamos. Sencillez es para Vivaldi, “huir de lo
enrevesado, de lo artificioso, de lo complicado, de lo barroco”.

Naturalidad: un orador será natural cuando se sirve de su propio vocabulario, de su habitual modo expresivo.
Hablar naturalmente es procurar que las palabras y las frases sean las propias, esto es, las que el tema exige,
huyendo siempre de la afectación y del rebuscamiento.
Tipos de Oratoria
No hay una clasificación estándar de las diferentes clases de oratoria, pero sí que es cierto que la mayoría
de expertos hablan de entre seis y ocho tipos de oratoria. Nosotros nos quedamos con esta última
clasificación, los ocho tipos de oratoria que nos permitirán afinar todavía más en el discurso. Aunque
conviene conocerlas todas, también hay que destacar que hay algunas clases de oratoria que difícilmente
utilizaremos en el mundo empresarial.

Oratoria empresarial: Sin lugar a dudas, es la que mejor se ajusta a lo que buscamos. Es lo que en inglés se
conoce como management speaking, y su característica principal es que se basa en las relaciones humanas y
en la persuasión para lograr una serie de objetivos y metas empresariales. Habrá otros tipos de oratoria
que tengan unas características similares, pero ninguna que case tan bien con el día a día del mundo
empresarial como el management speaking.

Oratoria política: Por ejemplo, la oratoria política busca persuadir y convencer a la gente… pero siempre
a partir de las ideas políticas del orador. Es la que suele utilizarse en campaña electoral, donde el orador es
el político habitual en busca del voto y el público: los votantes, aunque el objetivo principal sean los indecisos.
Como bien sabrás, mezclar negocios con política no siempre es buena idea, de ahí que la descartemos.

Oratoria religiosa o sacra: Se basa en la elaboración de sermones a partir de la palabra de Dios, presente
en los libros sagrados (la Biblia, el Corán, la Torá, etc.). La utilizan los religiosos, y como en el caso de la
política hablar en el mundo empresarial desde un punto de vista religioso puede ser peligroso para nuestros
intereses, aunque siempre se pueden hacer adaptaciones.

Oratoria social: También se conoce como oratoria sentimental, ceremonial o augural, y no es otra oratoria
que la utilizada generalmente en el hogar, en nuestra comunidad o a nivel institucional, académico o laboral…
la mayoría de veces en un tono informal, mientras que la oratoria empresarial es mucho más formal.

Oratoria pedagógica: Es el tipo de oratoria utilizado por profesores, catedráticos o educadores ya que el
objetivo sería enseñar, informar y la transmisión de conocimientos a través de la palabra hablada a un
público que, en este caso, son los alumnos. También nos podemos referir a ella como oratoria académica o
didáctica.

Oratoria forense: Hablamos de la oratoria característica de la ciencia jurídica, y es la que podemos utilizar,
por ejemplo, para presentar cuestiones legales, aunque su uso es prácticamente exclusivo del ámbito de la
jurisprudencia. Su seña de identidad es la claridad y precisión, de ahí que sea la oratoria que usan jueces,
fiscales o abogados para presentar oralmente sus informes.

Oratoria militar: Es la utilizada en las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado. Seguramente sea la
oratoria más artificial, ya que por norma general hablamos de discursos leídos, donde el papel de la oratoria
pasa a un segundo plano, de ahí que muchas veces no se incluya entre los tipos de oratoria. No tiene cabida
en el mundo empresarial.

Oratoria artística: Tiene un objetivo claro, producir placer estético en la audiencia, algo que en algunos
ámbitos empresariales está muy bien visto. Es la oratoria característica de cineastas, músicos, animadores,
locutores de radio o maestros de ceremonia, así que si se dan las condiciones puede ser una buena opción.
Unidad III
• Voz, respiración y dicción.
• Importancia de la voz y la respiración.
• La articulación, su importancia.
0

Voz, respiración y dicción.


Aun cuando tengamos ideas claras y precisas acerca de lo que se quiere decir, la comunicación verbal no se inicia
hasta que el emisor se dispone a hablar ante el grupo específico, que se apresta a escucharlo y que asume ante
él una actitud más o menos expectante.

Con razón se habla de pronunciar una charla, un discurso o una conferencia. Es sin duda porque en esta fase de
la comunicación está envuelto un aspecto físico y en cierta forma material, constituido por la voz que hemos
de emitir, lo que explica la importancia de una buena dicción.

A su vez la voz depende en gran medida de que el emisor pueda respirar bien, lo cual ayudará no sólo a atenuar
o suprimir su tensión nerviosa, sino que le permitirá además disciplinar su voz, de suerte tal que pueda variarla
a su antojo de intensidad, expresión y entonación, al mismo tiempo que graduar los ritmos y pausas, que son
obligados en la comunicación oral.

Una buena voz, además de proyectar una imagen favorable del emisor, contribuye a que éste pueda presentar
sus palabras en forma más interesante y significativa.

Pero ¿puede el orador mejorar su voz para que resulte más eficaz? La respuesta ha de ser necesariamente
afirmativa, porque esto dependerá del conocimiento que tenga de la fisiología de la voz y los mecanismos de la
palabra y del ajuste que se haga entre este conocimiento y los ejercicios que conducirán a dicho resultado.

Importancia de la voz y la respiración


LA RESPIRACIÓN Y LA VOZ

Es sabido que no existe propiamente un mecanismo específico productor de la voz. La lengua, las cuerdas
vocales, por ejemplo, aunque contribuyan a la formación de la voz, tienen otras funciones principales. Por eso
se afirma que el mismo hecho de que hablar sea únicamente una función secundaria de estos órganos, “realza
la importancia de un programa para la educación de la voz, pues si cuando nacemos sabemos ya respirar, en
cambio tenemos que aprender a hablar”.

Cada individuo comporta una emisora sonora muy compleja, que trataremos de explicar en forma sucinta y
apartada lo más posible del lenguaje técnico. Esta emisora humana está constituida esencialmente por: los
pulmones, que actúan a modo de fuelles; la glotis, que es propiamente un vibrador; y la cavidad bucal y las
fosas nasales, que son en realidad unos resonadores—amplificadores.
Importancia de la voz y la respiración
Los fuelles

En la caja torácica se encuentran los pulmones, colocados entre las clavículas por la parte superior, y el
diafragma por la inferior. Unos músculos hacen que las costillas se eleven y ensanchen cuando efectuamos
una inspiración; mientras que cuando se espira, las costillas descienden y se contraen, elevándose el
diafragma y saliendo el aire, de tal manera que solamente durante la espiración se emite el sonido que
representa la palabra.

Cuando se habla en público es preciso poder inspirar aire muy rápidamente —y sin ruido— y ser capaz de
espirarlo durante 20 segundos o más. Es importante aprender a respirar en el habla.

Alguien ha dicho que “el hombre actual ha perdido la pausa, el ritmo; habla demasiado rápido o no articula
bien; respira demasiado poco para poder hablar mucho y llega a tartamudear por los estados de tensión”

Como quiera que la actividad respiratoria pueda ser controlada o sometida a la voluntad durante el estado
de vigilia, podemos desarrollar y perfeccionar la respiración mediante ejercicios que aparecerán al final de
este capítulo.

El vibrador

El aire comprimido de los pulmones recorre la tráquea y pasa a la laringe, que es una especie de caja
situada en la parte superior de la primera y formada por un conjunto de cartílagos ligados entre sí, de
modo que pueden moverse igual que las articulaciones de los huesos del brazo. En el interior de la laringe,
extendidas entre los cartílagos, están las cuerdas vocales, donde tiene origen la fonación.

El volumen pulmonar aumenta por la presión de las costillas y el movimiento del diafragma. Al hundir la
pared abdominal elevamos el diafragma. Cuando el diafragma asciende empuja las vísceras hacia abajo y la
pared abdominal se distiende. Ambos tipos de respiración —torácica y abdominal— sirven de base para la
fonación.

En la emisión de la voz, o fonación, la glotis —el espacio comprendido entre las cuerdas vocales— se abre y
cierra periódicamente con gran rapidez, bajo la acción antagonista de los músculos que la cierran y de la
presión del aire aspirado que la obliga a abrirse. Los pequeños chorros de aire canalizados producen
vibraciones sonoras. Cuanto más rápidamente vibren las cuerdas el sonido será más agudo; cuanto más
fuertemente vibren será más intenso.

Los resonadores—amplificadores

Las cuerdas vocales por sí solas no emiten ningún sonido, por lo que necesitan de cavidades de resonancia,
de igual manera que los instrumentos de cuerda requieren su correspondiente caja. Ese sonido muy débil y
apenas perceptible producido en la laringe por la vibración de las cuerdas vocales, tiene que pasar por unas
cámaras de aire situadas en la garganta y en la cabeza, que actúan como resonadores.

Estas cavidades de resonancia son: la parte superior de la laringe, la garganta o faringe, la boca y las fosas
nasales.

Dichos resonadores, por una parte, amplifican el sonido y por otra modifican el timbre, haciéndolo más rico
o melodioso, o chillón, o semejante a un aullido. En cada uno de los resonadores, ciertos sonidos que
acompañan al fundamental, producen los “armónicos” (múltiplos enteros del fundamental), surgiendo de la
interacción de éstos los diferentes timbres de las vocales.
La articulación, su importancia
Articular bien es pronunciar distintamente todas las consonantes. Por definición, las vocales son los sonidos
producidos por la vibración de las cuerdas vocales, amplificados por los resonadores de la faringe, la boca y
la nariz, y no modificados de modo apreciable por los órganos de la articulación.

La lengua, los labios, los dientes, el maxilar, el paladar y el velo palatino actúan como agentes capaces de
modificar el sonido producido por el mecanismo de la voz. La calidad del tono se puede lograr cuando a
través del movimiento conjunto de dichos órganos, se varía el tamaño y la forma de la cavidad bucal.

Ha de tenerse en cuenta que la lengua es el órgano que contribuye de modo más importante a la claridad de
los sonidos de las palabras porque, aunque la boca tenga la apertura necesaria, los sonidos producidos no
pueden modularse si la lengua permanece inactiva o se mueve con torpeza. La diferencia de los sonidos de
las vocales depende, en parte, de la posición que ocupa la lengua.

Otra de las funciones de dichos órganos es la formación de los sonidos de las consonantes, que se logra con
el cierre brusco, la apertura súbita y progresiva, o cualquier otra interrupción del flujo que forman los
sonidos vocálicos. La precisión y nitidez de la articulación se logran a través del empleo apropiado de este
conjunto modificador. Un cierto número de sonidos consonantes, tales como d, z, ch, g y k, dependen del
movimiento activo de la lengua.

Los labios también son muy importantes para una pronunciación clara. Si se dejan excesivamente relajados,
el resultado es una serie de murmullos confusos, especialmente en la pronunciación de los sonidos p, b, m, f,
que exigen una enérgica acción labial. Cuando se habla ante un micrófono debe evitarse, claro está, la
emisión excesivamente explosiva de las consonantes. Pero en otros casos, deben emplearse los labios con
movimientos de mayor firmeza para dar una mayor claridad y rotundidad a las palabras.

Articular bien permite, entre otras cosas, hacerse comprender claramente incluso cuado se habla en voz
baja.

Una articulación (descuidada por no pocos oradores, locutores de radio y aún por ciertos actores),
proporciona la debida comprensión de lo que se diga, lo cual constituye la única manera de mantener y
desarrollar el interés del público.

Hay quienes estiman que lo importante es emitir claramente el sonido de las vocales, aunque el de las
consonantes no sea tan exigente. Esto constituye un error, porque la articulación descuidada de las
consonantes hace confusa la comprensión de la palabra. En un laboratorio filológico se ha registrado una
frase, y luego se repite después que los circuitos electrónicos han dejado pasar únicamente las crestas de
las ondas sonoras, es decir, las altas frecuencias que caracterizan a las vocales. Se oyen éstas, pero nadie
habrá entendido la frase. En cambio, si se procura equilibrar en dicha frase las bajas frecuencias, que son
esenciales en la emisión del pensamiento, se entiende todo perfectamente.

Algunos locutores de radio o televisión no pronuncian claramente los finales de las palabras, sobre todo si
son esdrújulas o sobresdrújulas. Como al final de una frase pronunciada suele descender el tono, la última
sílaba se apaga, esto es, no se oye. Para que se oiga, es preciso darle doble intensidad que la que le
corresponde, y con mayor motivo si se trata de una esdrújula. En una exposición oral, conferencia o
discurso, es posible que los oyentes de la primera o segunda fila perciban el ligero énfasis sobre la última
sílaba; pero esta pequeña molestia (si así puede llamársele) queda compensada con la satisfacción de saber
que oye bien todo el resto del salón.
• Técnicas de persuasión.
Unidad IV
• Oratoria persuasiva.
• Oratoria exortiva.
• El arte del buen hablar. Los gestos.
• El discurso.
• Partes del discurso.

Técnicas de persuasión
La persuasión es la habilidad de convencer a otras personas para que realicen algo que no tenían pensado hacer.
Muchas veces se la asocia con la manipulación, aunque hay diferencias importantes entre ambos conceptos.

La manipulación se da cuando se obliga a una persona a modificar el curso de una acción con el propósito de
beneficiarse sólo a sí mismo.

En cambio, la persuasión es una técnica que provoca una preparación de otra persona para que pueda aceptar
un punto de vista alterno o que, voluntariamente, cambie el curso original de una acción, para su propio beneficio
y el de los demás.

Esta forma de comunicación y comportamiento social está presente desde siempre en la humanidad: de hecho,
permanentemente somos expuestos a mensajes en medios de comunicación, redes sociales, ventas y marketing
-por citar unos ejemplos- que se basan en el poder de la persuasión.

Por ejemplo, si tienes un emprendimiento o cuando convences a tu líder del trabajo de hacer o lograr algo,
estás persuadiendo.

Principios de la persuasión
Los seis principios de influencia de Cialdini

El origen de la persuasión se basa en la influencia, entendida como la capacidad de generar un efecto en las
demás personas que son invitadas a considerar un punto de vista alternativo al que tenían en mente o
siempre siguieron. Desde esa perspectiva, la influencia es determinante para poder persuadir.

Robert B. Cialdini es un psicólogo y escritor norteamericano, profesor de psicología en la Universidad de


Arizona, y autor del libro “Influencia: la psicología de la persuasión”. En esta obra describe seis principios que
sirven de base para las técnicas persuasivas:

Principio de coherencia: tiene que ver con la necesidad de ser consistentes entre lo que pensamos, decimos,
sentimos y hacemos.

Principio de reciprocidad: se siente la necesidad de devolver los favores que recibimos.

Principio de escasez: algo que despierta interés en nosotros aumenta su atractivo si tiene una disponibilidad
limitada o nos dicen que se agota en poco tiempo.

Principio de aprobación social: se busca el apoyo de la mayoría, por eso muchas personas dejan que la mayoría
elija por ellos, adhiriendo sin pensar demasiado las opciones, porque asumen que lo que elige la mayoría es
mejor.

Principio de autoridad: si alguien es experto en la materia puede hacer creer algo con mayor facilidad.

Principio de simpatía: quien nos caiga mejor tiene más posibilidades de persuadirnos que otra persona que nos
resulta antipática.
Técnicas de persuasión
Técnicas basadas en la reciprocidad

Las técnicas basadas en la reciprocidad son aquellas en las que la interacción entre fuente y receptor provocan
en este último la idea de que se le está realizando una concesión, lo cual hace que sea más propenso a devolver
el favor.

Estas técnicas son utilizadas, por supuesto, por comerciales, pero en ocasiones también por organizaciones
políticas en negociaciones o incluso en las estrategias publicitarias de ayuntamientos y gobiernos que instan la
población a cuidar los recursos y equipamientos públicos, aunque si se usan mal también pueden tener un papel
más siniestro en el mantenimiento de redes clientelares y tramas de corrupción.

Técnicas basadas en el compromiso

Las técnicas basadas en el compromiso y la coherencia se fundamentan en el deseo del receptor de ser
coherente con sus actitudes y acciones previas.

También son las que plantean más dilemas morales en sus versiones más extremas, ya que algunas rompen con
la idea de que emisor y receptor deben partir desde la igualdad de condiciones al ser el primero quien sabe toda
la información necesaria y juega con ventaja. Es por eso, también, que saber reconocer estas técnicas nos
ayudará a no dejarnos atrapar por ellas.

Técnicas basadas en la escasez

En lo que respecta a las técnicas basadas en la escasez, pretenden aumentar el valor de lo ofrecido a ojos del
receptor por tal de que éste lo acepte

Técnicas basadas en la aprobación social

Las técnicas basadas en la aprobación social pretenden utilizar la necesidad de los receptores de sentirse parte
del grupo y la sociedad, utilizando como argumento que una amplia proporción de la población acepta o aceptaría
la oferta que se le ofrece.

En este caso destaca el uso de estadísticas o técnicas de inclusión en el grupo.

Este recurso se emplea frecuentemente con el fin de hacer ver la popularidad de la oferta, mostrando que en
caso de aceptarla entrará dentro del grupo. Se suele emplear conjuntamente con los elementos y técnicas
basadas en la autoridad.

Se puede observar en muchos anuncios publicitarios, en los que muestran las estadísticas de clientes satisfechos
o con comentarios del tipo ”9 de cada 10 lo recomiendan”,” somos muchos los socios de…”, “Únete a nosotros”

Técnicas basadas en la simpatía

En lo referente a las técnicas basadas en la simpatía, se basan en crear una sensación de semejanza y cercanía
entre la fuente de persuasión y el receptor.
Oratoria persuasiva
La oratoria persuasiva es una técnica que utilizan las personas que tienen como objetivo convencer o influir
en una audiencia. Las personas que dan discursos persuasivos a menudo adoptan una idea, una actitud o una
opinión sobre un tema y escriben sus discursos de una manera que hace que el público reaccione ante ella. La
oratoria persuasiva tiene varias características clave que la distinguen de otras formas de hablar.

ENFOQUE EN LA AUDIENCIA

La oratoria persuasiva siempre se realiza de una manera que se centra directamente en la audiencia. El autor
de un discurso persuasivo concentra cada punto del discurso para que influya directamente en la audiencia
para que piense de una manera específica. De acuerdo con Austin Community College, la oratoria persuasiva
es una forma de manipular el pensamiento de los oyentes.

PRONOMBRES

La oratoria persuasiva utiliza principalmente la primera y la segunda persona. Esto incluye el uso del “yo”,
“nosotros”, “tu” y “su”. Mediante el uso de este tipo de pronombres, el orador se refiere directamente a sí
mismo con las palabras que habla y habla directamente a su público llamándolos “usted”.

AFIRMACIÓN CLARA

Un discurso persuasivo debe presentar un reclamo claro y directo para que el público sepa exactamente cuál
es el punto de vista del que habla. Un discurso persuasivo nunca da a la audiencia la oportunidad de elegir un
dictamen sobre el tema, sino que el hablante trata de ofrecer sólo una posición sobre el tema. Al escribir un
discurso persuasivo, nunca te desvíes de tu reclamo o postura sobre el tema. Para convencer a la audiencia
de un punto de vista, es importante ofrecer al menos tres puntos de apoyo. Estos puntos son fuertes
elementos de prueba que demuestran que tu posición es la mejor posición para tomar.

APELAR

Los escritores de discursos persuasivos utilizan varios tipos de recursos para convencer a la audiencia. El
ethos es un tipo de apelación en donde el orador está calificado para hablar sobre el tema. El ethos provoca
que el público crea que el que habla es una autoridad en el tema; se obtiene a través de las calificaciones de los
oradores, la experiencia y el conocimiento. Pathos es otro tipo de apelación que un orador utiliza a menudo. El
pathos funciona apelando a las emociones del público. Para utilizar este tipo de apelación, usa ilustraciones,
parábolas e historias con valores morales. El logos es un tipo diferente de apelación que utiliza datos y cifras
para apoyar la posición del orador.

Oratoria exortiva
1FUNCIÓN EXHORTATIVA

La publicidad intenta llamar la atención del receptor o espectador para provocar en él una respuesta
positiva (comprar, pensar o actuar).

La Publicidad pretende modificar el comportamiento del receptor.

En ocasiones la publicidad asume ciertos valores de compromiso social, potenciando la igualdad, la solidaridad,
la ecología, etc.

Instituciones y organismos públicos recurren a ella para transmitir valores, potenciar conductas y cambios
de comportamiento.
El arte del buen hablar. Los gestos
Nuestro cuerpo es el recipiente de nuestra voz, por lo tanto, debemos hacerlos coincidir. No podemos estar
hablando de algo interesante, y que nuestra expresión facial denote aburrimiento. O no podemos hablar de
algo triste, y tener una amplia sonrisa en el rostro. Tampoco podemos expresar incomodidad, ya que eso es lo
que le transmitiremos a nuestro público.

La mirada es una de las herramientas más fuertes que tenemos. Se usa principalmente para hacer un
contacto especial con el público y, si es posible, involucrarlo con nuestra exposición.

Los gestos y los movimientos son fundamentales. Debe haber una estrecha concordancia con aquello que
decimos y nuestros movimientos corporales, ya que, de esta manera, facilitaremos la comprensión de nuestros
auditores. Resulta bastante común tener algunos movimientos reiterativos o tics) que terminan siendo
negativos: estos se deben identificar y tratar de hacer lo posible para eliminarlos, o bien, atenuarlos.

El uso del espacio en el que estamos es muy importante. No siempre se estará detrás de un podio, y en esas
ocasiones es cuando el orador debe trasladarse dentro del espacio en que le está permitido. No es bueno
siempre hacer el mismo recorrido, tal como no es bueno hablar siempre en el mismo tono de voz, ya que va en
contra de nuestra exposición. Nunca hay que demostrarle al receptor que se está asustado, es decir, no hay
que esconderse detrás de una mesa, una silla o quedarse en una esquina ya que, seguramente, ellos se darán
cuenta y el locutor perderá peso.

El lenguaje de las manos es otra herramienta imprescindible para acompañar lo que estamos diciendo.
Nuestros dedos muchas veces dicen más que nuestras propias palabras. Un ejercicio muy complejo, por
ejemplo, es hacer que una persona describa un objeto sosteniendo las manos detrás de la espalda. Por lo
menos, tendrá algún grado de dificultad en realizar sin inconvenientes dicho ejercicio.

Hay que saber usar las manos en su justa medida, ya que, si se mueven muy rápido, podría ser un indicio de
nerviosismo; si no se mueven, podría demostrar algún grado de inseguridad o de incomodidad (“No sé dónde
poner las manos”.).

La vestimenta que usamos también comunica. Se debe hacer coincidir con el contexto en que se está, tratando
de ser preocupados y auténticos. No siempre se debe estar estrictamente formal, solo cuando la ocasión lo
amerite, pero recuerde que las personas muchas veces no perdonan ciertas extravagancias y tienden a juzgar
a los demás por su apariencia.

El discurso
La palabra discurso (del latín discurrere, correr en todos los sentidos) tiene dos acepciones. Según una,
significa la facultad del entendimiento, por medio de la cual se infieren unas cosas de otras. Por otra
parte, la palabra discurso significa también la serie de palabras o frases que se emplean para manifestar
lo que se piensa o siente.

El discurso es, sin duda, el género más acabado de la comunicación oral. Es importante por su duración,
por la ocasión y por el tema, y porque está además destinado a ejercer una especial influencia sobre las
decisiones de un auditorio. Aunque hay conferencias que se pronuncian, se ha querido ver la diferencia
entre éstas y el discurso precisamente en que aquéllas por su calidad científica, artística, etc.,
generalmente son leídas.

El discurso es un instrumento que se usa para comunicar nuestros conocimientos, Sentimientos o


convicciones a otros.

17:
Partes del discurso
1. Exordio o introducción: Tiene dos funciones:

• Caer bien, captar la atención.

• Anunciar de que va a tratar.

Narración:

Estilísticamente desnuda. Pone al auditorio en el nivel de conocimiento preciso para lo que quiero
exponer.

Demostración o argumentación: Secuencial.

Una línea de Argumentos. La memoria auditiva es corta y tonta. La cadena puede romperse por la
introducción de una falacia (argumento falso).

4. Epílogo o peroración: Tiene dos objetivos:

• Recapitulación: resumir el discurso.

• Persuasión.

Además, existe una clasificación ampliamente utilizada que divide al discurso en:

Introducción. Se presenta el tema a tratar.

Desarrollo. Se postulan los argumentos existentes sobre la cuestión.

Desenlace. Se sintetizan las ideas más relevantes y se destaca el aporte del análisis de la argumentación
expuesto.

Fuente: https://concepto.de/discurso/#ixzz6xw4hBHSo
• Fines del discurso.
Unidad V
• Elementos del discurso.
• Clases de discurso. Métodos oratorios.
• Formación del orador.
• Elaboración del discurso.

Fines del discurso


La finalidad que persigue un discurso dependerá del motivo por el cual se va a dar dicho discurso. También
influye en el propio discurso el receptor que pretendemos cautivar con nuestro mensaje y la forma del
discurso que adopte el mensaje.

Estos son los principales objetivos que persigue los discursos:

Entretener. El discurso busca una repuesta concreta del público objetivo. Si hemos preparado un discurso
cautivador conseguiremos amenizar el acto y el discurso será del agrado del receptor.

Informar. Persigue el propósito de informar de unos hechos o acciones concretas al receptor. El mensaje
que transmite este discurso presentará información de manera útil e interesante para el receptor. El
tema del discurso resuelve o da respuestas a incógnitas que tiene el público objetivo.

Convencer. La misión del discurso es influir en los oyentes, buscar una respuesta clara.

Argumentar. Si se trata de un texto argumentativo aportará razones y pruebas a favor de su discurso.


En este caso el foco principal es aportar datos que constaten los hechos expuestos.

Persuasión. Busca cambiar la conducta del público objetivo para que compre un producto, cambie de opinión
sobre un tema o que realicen una acción concreta. En muchas ocasiones persigue la manipulación.

Motivadora. Tiene como objeto persuadir a la audiencia en busca de unas metas emocionales. Suele ser un
discurso emotivo.

Elementos del discurso


En cuanto al discurso y sus elementos se deben considerar unos términos concretos que el emisor debe
asumir e interiorizar para cómo hacer un discurso enfocándose en lo que realmente importa. Los
elementos de un discurso son los siguientes:

Emisor: El emisor es la persona que emite el discurso, usa siempre un lenguaje más formal y claro para
que el público sea capaz de comprender la charla sin necesidad de repeticiones.

Receptor: El receptor es el grupo de personas que escucha al emisor, es decir, el colectivo al que va
dirigido el mensaje.

Mensaje: El mensaje es el contenido que emite el emisor y es dirigido al receptor. Es un conjunto de ideas
relacionadas con el tema que queremos transmitir.

Tema: El tema es el término que engloba todo lo que se transmite en el mensaje.

Contexto: Es la situación en la que se desarrolla el discurso.

Canal: Es la conexión existente entre el emisor y receptor.

Código: Es el lenguaje o signos que deben tener en común el emisor y receptor para que de esta manera
se pueda comprender el mensaje sin ningún impedimento.
Clases de discurso. Métodos oratorios.
Los discursos se clasifican a partir de la acción comunicativa en varios apartados, entre esta
clasificación destacamos:

Según el tipo del canal: orales y escritos.

Según las funciones del lenguaje: informativo, expresivo.

Según las variaciones del lenguaje: familiar, formal y profesional.

Según el modo de construcción: narrativo, expositivo, argumentativo, descriptivo y dialogado.

Según la intención estética: literario o no literario.

Los tipos de discursos

Los tipos de discurso se pueden diferenciar según ciertos criterios:

Según la estructura:

Discurso narrativo. Refiere a hechos que se expresan en un contexto de tiempo y espacio y que pueden
ser reales o imaginarios.

Discurso descriptivo. Intenta mostrar las características de lo expresado sin emitir una valoración
personal.

Discurso expositivo. Informa acerca de algo de manera objetiva, clara y ordenada.

Discurso argumentativo. Intenta convencer o persuadir acerca de algo.

Según el área:

Discurso político. Comunica las bases y propuestas políticas de un espacio y busca convencer a la
audiencia.

Discurso religioso. Comunica las bases de un credo a través de los dogmas de fe que rigen una religión
para generar fidelidad y captar seguidores.

Discurso publicitario. Comunica las particularidades de un bien o servicio y tiene como objetivo
convencer a la audiencia para que lo adquiera en el mercado.

Discurso empresarial. Comunica las decisiones, planes o proyectos de una organización o empresa y
busca motivar a los empleados, clientes y proveedores.

Discurso académico. Comunica novedades o propuestas dentro del ámbito de una escuela o universidad,
su función es comunicar y generar comunidad entre los miembros de la organización.

Discurso artístico. Comunica emociones y sentimientos de carácter subjetivo, su función es trasmitir y


entretener.

Formación del orador


Un orador
Fuente: debe dominar varias artes que en su conjunto dan lugar al discurso completo. No se trata solo de
https://concepto.de/discurso/#ixzz6xvzKPHnl
hablar, sino también de escribir y de interpretar, fundamentalmente. El cuidado de la escritura va parejo a la
palabra, porque sólo, según dijera Quintiliano, quien escribe mucho es capaz de hablar bien. Por eso parece
preciso empezar por enseñar a escribir cuando se trata de formar a un orador.

Entre las condiciones esenciales del orador destacan tres: la capacidad de estructuración lógica de los
discursos, su realización literaria y la ejecución mediante la palabra y la actuación que debe acompañarla. Los
17:
tres forman un conjunto orgánico que no se debe descuidar en ningún momento, porque el mismo discurso
se comporta como un todo organizado que requiere operaciones provenientes de las condiciones antes
enumeradas
Cualidades del Orador
De todo ello se infiere que el éxito de la comunicación oral a través del discurso dependerá siempre de
la combinación de unos factores que han de estar presentes en el orador, entre los que pueden
destacarse los siguientes:

Integridad

La práctica oratoria ejercida por una persona cuyo comportamiento habitual no resulte digno de
confianza, puede desarrollar sus facultades, pero no puede hacerla eficaz, entre otras razones, porque
sus acciones desmentirán sus palabras. Una comunicación resultará fallida cuando las intenciones del
emisor son oscuras y los receptores intuyen que hay en el mensaje propósitos ocultos. El que habla no
dice realmente lo que piensa; su decir y su hacer corren por líneas divergentes y su palabra es utilizada
como instrumento para que los que escuchan realicen, en cierto modo, lo que interesa a él, que puede ser
distinto de lo que conviene a quienes lo escuchan.

Conocimiento

Adquirir los conocimientos necesarios para llegar a ser un buen orador es tarea de toda una vida. La
cultura general da al orador un vocabulario variado y le asegurará un doble beneficio: de una parte,
cualquier cosa que él diga la dirá mejor y más congruentemente, y por otra parte, cuanto más extensa y
alta sea su cultura más podrá conmover a auditorios elevados. Con el don natural de la palabra se puede
impresionar a espíritus simples; no ejercerá ninguna acción sobre los espíritus cultos más que siendo uno
de ellos, que dando a las palabras el sentido, el lugar, la graduación, el contenido, que les dan las gentes
cultivadas.

Confianza

No merece confianza el que no sabe inspirarla. Un modo de hablar reservado, cauto, como si se
escondiera algo, constituye en realidad una barrera comunicativa que ninguna técnica de expresión, por
rebuscada y completa que sea, puede del todo franquear. En cambio, el orador que tiene plena confianza
en sí mismo se mantiene erguido, pero cómodo, con gestos despejados y naturales, conserva siempre el
contacto visual directo con los oyentes y habla con voz enérgica y clara. Por otra parte, la misma
confianza le permite adaptar con facilidad su información y argumentos al nivel de comprensión y la
actitud de su auditorio.

Destreza

Facilidad de palabra, control de la voz y coordinación de los movimientos corporales, son los atributos
esenciales del orador experto. Esta condición de destreza en el arte de emitir la palabra, junto con otras
cualidades que ya hemos examinado, realza la eficacia del orador y le permiten comunicar sus ideas en
forma clara y activa.

Elaboración del discurso


Tanto si debe ser recitado de memoria, leído en manuscrito, improvisado o presentado ex-témpore, el
discurso seguirá un proceso de preparación, igual para todos los casos, que comprenderá los siguientes
aspectos:
17:
Elección del tema.

Acopio de materiales.

Construcción del guión.

Práctica en alta voz.


Elaboración del discurso
1. Elección del tema

El contenido del mensaje que se ha de comunicar a través del discurso puede no ser en algún caso de la
elección del orador, sino impuesto. Esto último no es sin embargo normal, si se tiene en cuenta que un tema
impuesto difícilmente será bien expresado y transmitido. La elección del tema ha de estar en función,
básicamente, de la voluntad del emisor y de la necesidad y demanda del receptor.

La delimitación del tema es también importante, puesto que permite aumentar con hechos y anécdotas el
interés del auditorio, mediante una ilustración más adecuada del discurso. De todos modos, antes de pasar
a la fase del acopio de materiales, importa sobremanera lograr una adecuación entre lo que se quiere decir
y lo que se piensa y siente respecto de lo que se dice, porque independientemente de que existan razones
éticas que lo aconsejen, esto otorgaría seguridad psicológica e intelectual al orador.

2. Acopio de materiales

Para comunicar a otros una idea o un conjunto de ellas hay que poseerlas y dominarlas a plenitud. Todo no
puede confiarse a las técnicas de expresión, pues éstas por milagrosas que sean, no podrán suplir nunca a la
ignorancia. Este aspecto del proceso comunicativo oral, se descompone a su vez en las siguientes fases:

a) Acopio de materiales propiamente dicho. Es preciso reunir todo lo que se crea útil para el tema que
en su día se haya de exponer. En la preparación de fichas cada cual debe seguir su propio sistema, pero lo
que importa es que éstas se titulen bien y que del texto resumido quede constancia en la publicación de
donde se han entresacado. Constituyen también materiales muy útiles los recortes de periódicos o revistas
especializadas, las estadísticas, los ejemplos, las anécdotas, chistes y en general todo lo que ayude a
mantener viva la atención para el logro de una comunicación eficaz.

b) Selección de materiales. Como no todo el material reunido puede ser transmitido, es preciso
seleccionarlo con criterio riguroso para decir sólo lo más importante y que sea cabalmente entendido el
núcleo central del mensaje.

c) Ordenamiento de materiales. Como no debe procederse a la comunicación sin una organización previa
que delimite, precise y defina la estructura del mensaje, el ordenamiento de los materiales acopiados y
seleccionados es una fase que ha de seguirse también con todo rigor. Mediante la fijación ordenada de las
grandes partes del mensaje, cada una de ellas con sus correspondientes subapartados, se establece
gráficamente el andamiaje estructural básico del mensaje; algo así como el esqueleto de la comunicación.

3. Construcción del guión

Esta fase será única cuando el que ha de hablar tiene en su archivo abundantes datos clasificados y
ordenados, e ideas precisas sobre el tema y su naturaleza, de modo que puede ahorrarse los restantes
aspectos del proceso que se han señalado antes. En todo caso, casi siempre hay que proceder a la
construcción del guión o plan-esquema, en el que estarán contenidas todas las ideas básicas del mensaje
que se va a transmitir. Para ello se procederá del siguiente modo:
a) Fijar la idea central, esto es, el objetivo claro, concreto y preciso del mensaje, lo que debe hacerse
mediante un enunciado muy breve. Ya se ha resuelto así el qué, es decir, la pregunta que se hará el auditorio
de esta manera: ¿qué es lo que el orador quiere decirnos?

b) Resolver la manera como esa idea ha de ser presentada a los oyentes para que sea entendida sin
necesidad de un esfuerzo especial y contando con una atención normal media. Para ello se podrán usar,
según el caso, criterios cronológicos, lógicos, tácticos o estratégicos.

c) Hacer descansar la idea central en unos pocos puntos principales —tres o cuatro es lo ideal— para
que la misma pueda ser correctamente transmitida. Tanto para lograr un mayor énfasis como para
conseguir mayor claridad, deben elegirse muy cuidadosamente las palabras necesarias para expresar los
puntos principales. Los oradores de vasta experiencia cuidan muy especialmente la redacción de estos
puntos para que resulten claros de entender y fáciles de recordar, haciendo que la expresión verbal reúna
los siguientes requisitos:
Elaboración del discurso
Concisión. Una declaración larga y compleja puede resultar vaga e inducir a la confusión.

Fuerza. Ha de tratarse que la exposición de esos puntos esté construida a base de palabras y frases que
llamen la atención por su vivacidad.

Relación de proximidad con el oyente. Ha de tratarse que las palabras elegidas lo sean en razón de su
capacidad para referirse de modo directo a los intereses y ocupaciones de los oyentes.

Paralelismo. Ha de procurarse que las palabras que expresen los puntos principales produzcan una impresión
de coordinación, evitando los giros innecesarios que pasen de una frase en voz activa a otra en voz pasiva, o
que entremezclen preguntas y afirmaciones.

d) Como los puntos principales —esqueleto del guión— necesitan un mayor desarrollo, esa función
corresponde a los puntos secundarios, que comprenden los ejemplos, estadísticas, citas, anécdotas, etc.
Lombardi los ha llamado la “carne del esqueleto”, porque tienen como función principal ilustrar el mensaje,
haciéndolo más atrayente y digerible.

4. Práctica en alta voz

Una vez completado el guión ha de practicarse el discurso en forma oral. Es recomendable que el discurso se
ensaye, aunque no hasta el punto de que pueda perder sabor y vigor de novedad. Los pasos que deben darse
en esta práctica son los siguientes:

Pronunciar el guión en voz alta, siguiendo la secuencia planeada de ideas, hasta haber aprendido por
completo esta secuencia.

Repasar mentalmente el discurso prescindiendo del guión, hasta asegurarnos de que todas las ideas han
quedado fijas en la mente.

Repetir el discurso en alta voz sin mirar el guión.

Practicar hasta que todas las ideas se encadenen en el orden adecuado y las palabras broten con facilidad.

Ensayar teniendo siempre presente una imagen mental del auditorio, ya que un buen orador habla con la
gente y no a la gente.

Características del discurso


Preciso. Debe exponer un tema y sus argumentos de manera que pueda ser comprendido por la audiencia.

Verificable. Debe basarse en hechos comprobables que justifiquen y den validez al discurso, salvo en algunos
casos como en el discurso religioso o artístico.

Especializado. Debe hacer foco en un área y estar dirigido a la audiencia idónea que pueda interpretarlo y sea
de utilidad.

Original. Debe valerse de sus propios recursos y contar con puntos de vistas creativos, únicos y novedosos

Estructurado. Debe organizar la información de manera clara y ordenada para ser interpretado por los
oyentes o lectores.

Atractivo. Debe llamar la atención de la audiencia, mantenerla activa y, en muchos casos, motivar a la acción.

Multi contenido. Puede contar con varios tipos de información y complementarse con recursos
audiovisuales.

Multi plataforma. Puede transmitirse a la audiencia de forma oral o escrita.

También podría gustarte