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SCALABRINI ORTIZ Y GARCIA MELLID:

FISCALES DE LA ARGENTINA, TIERRA DE ‘CIPAYOS’

Gonzalo V. Montoro Gil

Raúl Scalabrini Ortiz

Atilio García Mellid

Sabemos que nuestra patria –y toda Hispanoamérica- ha sido fecunda en héroes y


heroínas, en una palabra: patriotas. Ejemplo de lo mencionado están José de San
Martín, Juan Manuel de Rosas, Bolívar, José Gervasio de Artigas, Manuel Oribe, el
Alte. Guillermo Brown, Martín Miguel de Güemes, Jerónimo Costa, Hipólito
Bouchard, Manuel Belgrano, Encarnación Ezcurra, Manuelita Rosas, Juan B.
Thorne, Juana Azurduy, Cnel. Martiniano Chilavert, Cnel. Pedro J. Díaz, Felipe
Arana, Gral. Lucio N. Mansilla, Manuel Moreno, y tantos otros que nos sirven de
referencia.

Pero, también ha habido –y lo siguen habiendo hoy día- los llamados ‗‗Cipayos‘, sin
los cuales nuestra patria no estaría sojuzgada, colonizada cultural, económica y
financieramente como lo está.

Lamentablemente se ha utilizado la palabra ‗Cipayo‘ sin demasiado sustento


gramatical, solo como interjección, como alarido de barricada, sin fundamentar el
contenido, la razón del término, perdiendo fuerza, debilitando su significado y las
consecuencias funestas de las acciones de aquellos que lo fueron.

Aún aquella historiadores socialistas o comunistas que utilizan el término ‗Cipayo‘


para imputarlo como un grito a sus oponentes no reparan que ellos son tan ‗Cipayos‘
como aquellos a quienes acusan de ello, puesto que el internacionalismo donde
abrevan es causa-fuente de las agresiones a nuestra patria, así como el otro
internacionalismo, el liberal.

El término ‗CIPAYO‘, tal como hemos comentado en otro trabajo, remite a un


soldado indio de los siglos XVIII y XIX al servicio de Francia, Portugal y Gran
Bretaña. "Regimientos de Cipayos" (definiciones de 'Oxford Languages'). En el
Imperio británico se conocía como ‗Cipayo‘ a un nativo de la India reclutado (en
general) al servicio del poder europeo, normalmente del Reino Unido pero el uso
también se extendía a los ejércitos coloniales de Francia y Portugal. De ahí se
generalizó una segunda acepción como nativo de una colonia simpatizante con los
intereses metropolitanos, o simplemente "secuaz a sueldo", como recoge la Real
Academia Española.

El historiador Raúl Scalabrini Ortiz (nacido el 14 de febrero de 1898 en Corrientes y


fallecido el 30 de mayo de 1959, en Buenos Aires) tenía el don, no solo de señalar
a aquellos que desde el exterior –personas, bancas, países, instituciones, etc-
intentaban hincar el diente en nuestras riquezas sino a señalar con lujo de detalle a
aquellos nativos (los citados ‗Cipayos‘) que desde antes de nuestra independencia
hasta hoy día, servían y sirven como correo de transmisión, como agentes, como
portavoces públicos bien pagados (políticos, abogados, financistas, periodistas,
síndicos, periodistas, economistas, funcionarios de alta y mediana jerarquía) de los
intereses foráneos que como alimañas intentaban y lograban paso a paso y en
forma casi invisible arrasar con nuestra soberanía política y económica.

Y lo hacía con cifras, con resoluciones y leyes hacia tales fines, volviendo la
invisibilidad visible para todos a aquellos que quisieran.

Contemporáneamente – por la década del ‘50- también coincidía en el análisis de


nuestra historia Atilio García Mellid (Nacido en Buenos Aires, el 4 de agosto de 1901
y fallecido el 11 de enero de 1972), ambos salidos de F.O.R.J.A., plantearon un
estudio concienzudo no en los ataques a nuestra soberanía por parte de naciones
extranjeras (como Francia, Inglaterra y Brasil) harto conocidas por todos y
estudiadas por muchos historiadores reconocidos que hacen al lustre de nuestras
letras, sino en el estudio de los lacayos interiores de nuestro país: los ‗Cipayos‘, sin
los cuales difícilmente las agresiones extranjeras hubieran llegado a buen puerto.

Estos ‗Cipayos‘, como agentes de esas naciones fueron el puente, los empleados,
los voceros quienes instrumentaron cultural y materialmente a cambio de sobornos a
los que estaban acostumbrados a hacer los ingleses, franceses y brasileños, tanto
en este lado del Plata como en la Banda Oriental.

Ya suficientes autores han investigado y probado la eterna intención de los anglo-


franceses y brasileños en usurpar nuestra soberanía, sea vía militar o comercial.

En este trabajo pretendemos ahondar en el exacto estudio hecho por los dos autores
del título con abundantes pruebas, respecto a la intervención, absolutamente
necesaria, de los traidores vernáculos (‗Cipayos‘) que sirvieron a los intereses
foráneos. Sin los cuales, éstos últimos difícilmente hubieran podido colonizarnos,
navegar libremente nuestros ríos, llenarnos de manufacturas que no nos eran
necesarias a precios exorbitantes a la par de llevarse nuestras materias primas por
centavos: todo con el manejo de la Banca y crédito. La extorsión, el soborno fueron
instrumentos continuos de estos imperios y que llevaron a un ‗deterioro en los
términos del intercambio comercial‘. Volveremos sobre esto mas adelante.

Dice Scalabrini Ortiz ―...la habilidad británica trata de reconstruir la estructura colonial
con que ha mantenido encadenada a la República Argentina durante más de un
siglo, merced a la técnica de utilizar como personeros de sus intereses a ciudadanos
argentinos secretamente comprometidos a sus servicios."

El Liberalismo, fue la puerta de acceso a esto para los Unitarios intermediarios


necesarios en la entrega de nuestras riquezas que incluía territorio, como ofreció la
isla Martín García el ‗prócer‘ Mariano Moreno a los ingleses como agradecimiento
por la ayuda en nuestra independencia así hacer una colonia y puerto franco de
comercio , como lo dijo el propio Moreno,.

García Mellid dice que ―Todos nuestros males tienen su origen en esta extraña
alianza del puerto sustraído a su destino natural, de la ciudad que abdicó de su
misión unificadora y de una ―clase dirigente‖ que debiendo ser aristocracia prefirió
ser oligarquía. […] El localismo porteño fue siempre un sucio juego de minorías
aprovechadas; el pueblo de la propia Buenos Aires no entró en ese juego v fue
víctima de sus interesados mentores tanto o más que los provincianos‖.

Todo comenzó en el año 1806 y 1807 con las invasiones inglesas y luego, más
acentuadamente, en el año 1810, hasta nuestros días, salvo en el período en que el
soberano gobierno del Brig.Gral. Juan Manuel de Rosas comandó los destinos
gloriosos de la Confederación Argentina.
El escritor e historiador Antonio Calabrese nos refiere que, primeramente, el
expansionismo imperial intentó –sin éxito- la colonización física de nuestro territorio.

Ante el hecho visible que iba a ser imposible, cambiaron de táctica y apelaron a la
conquista cultural y económica como vector de conquista, a través de los ‗Cipayos‘
vernáculos que servían de puente para el logro de sus fines. Inventando héroes que
no lo fueron y vituperando, denostando a aquellos que dieron hasta su vida por una
patria soberana.

―La Argentina de hoy, vivió en su territorio, en primer término, la ‗colonización


histórica‘, protagonizada por España, que duró alrededor de trescientos años hasta
entrado el siglo XIX; y a partir de allí, sobre el final de aquel ciclo y en las vísperas
del alumbramiento de la independencia, en segundo término, sufrió la ‗colonización
cultural‘, que aún perdura.

La primera fue a sangre y fuego, por eso en el largo plazo, con el incremento de la
resistencia, pudo ser vencida.

La segunda es más sutil. La clase dominante, lo que hoy llamaríamos la dirigencia


de aquel entonces, entendió que la forma más eficiente de mantener el poder
acompañando los cambios que imponían los nuevos tiempos, era crear un sistema
ajeno a nuestra realidad, pero afín a sus intereses mercantiles y políticos, pensado„
ejecutado y mantenido por ella que era la única que lo entendía.[…]

Paralelamente, en lo cultural se construyó una historia nacional a la medida, pues se


pensó un país contra natura en el que había que eliminar al gaucho, al indio, al
caudillo, al cabildo, a todo lo hispano y después hubo que controlar también a la
inmigración que se traía para remplazar al habitante colonial.

Esto generaba una nueva forma de colonización. La colonización cultural. Este el


verdadero éxito de la clase dominante de aquella generación.

Para lograrlo cambió los paradigmas, inventó nuevas consignas y creo héroes, que
sirvieron corno modelo de conducta, todos ellos afines a sus intereses. […]

El poder hegemónico de entonces diseña un olimpo que cubre de seres mitológicos


que al servir corno modelos, fijarán ejemplos de conducta y servirán como factor
aglutinante de la nación. […]

El mito es la representación de una idea que no se discute. Es una versión de la


verdad revelada. Es una fe impostada. No se entiende por la razón. Al mito solo se lo
agiganta, se lo aplaude o se lo repite nada. De allí para adelante, todo; para atrás,
nada‖.

Es evidente que las luchas entre naciones antes que militar es una lucha de
inteligencias de la clase dirigente. En la confrontación entre las dirigencias de las
naciones surge la victoria. Sabemos –en nuestro caso- lo que ha representado
nuestra clase dirigente en el concierto de las naciones y en el tema de defensa de
nuestros derechos, salvo en el período de gobierno de Juan Manuel de Rosas.

Los ingleses han advertido en un momento dado que el futuro de conquista se daba
no militarmente (con la consabida pérdida de vidas humanas propias, dinero, etc)
sino a través del comercio y el manejo del mismo en la interacción con otras
naciones, sumado al contrabando, tráfico de armas, prestamos usuarios a las
naciones sudamericanas, manejo del crédito interno, de las exportaciones, de las
importaciones, de su industria y comercio, de la aduana, del logro de la libertad de
navegación por los ríos interiores para llevar sus manufacturas excedentes por su
revolución industrial, sin pagar tributo aduanero, de la introducción de espías en
estas tierra con el subterfugio de ser ellos ‗naturalistas‘, ‗viajeros‘, ‗investigadores‘,
‗médicos‘ de personalidades políticas, etc..

Todo ello impulsaba a los anglo-franceses a que el Virreinato se independizara de la


madre patria, España, fragmentándose en la mayor cantidad de estados posibles,
como finalmente sucedió en Centro-America y Sud-America.

Decía, y con criterio Raul Scalabrini Ortiz, que como cirujano previó y vio las causas
de nuestro sometimiento y las funestas consecuencias económicas y financieras que
derivaron y derivan de tal sometimiento: ―…existe, al mismo tiempo, un lazo común
entre el obrero argentino y el patrono argentino. Es la necesidad de que la fábrica
exista y subsista. Si la fábrica argentina es destruida porque molesta con su
competencia a la fábrica extranjera, el patrono se queda sin su propiedad y el obrero
argentino sin su trabajo. Esa coincidencia es el lazo nacional que une al patrono y al
obrero por arriba de sus antagónicos puntos de vista sociales. La suma de todos los
lazos nacionales es el fundamento de la idea nacional que el Estado argentino debe
recoger e interpretar y a la que debe darle fuerza ejecutiva‖.

En la vida de una nación la misma puede sufrir ataques externos, sean militares pero
también ataques civiles a través de acciones diplomáticas o económicas.

Los ataques militares externos por parte de naciones extranjeras han tenido poco
éxito en nuestras tierras. Recordemos las agresiones inglesas y francesas que tanto
en 1806, 1807, 1835, 1845 se han visto rechazadas por nuestro país, salvo la de
1982 en Las Malvinas.

Nuestro sometimiento dio su puntapié inicial alrededor de 1806 durante las


invasiones inglesas a nuestro territorio. Ya lo robado por el General británico
Beresford en 1806, cuando era el Gobernador de Buenos Aires durante exiguos 3
meses fue tiempo suficiente para que el pirata inglés se alzara con la suma de pesos
fuertes de aquel entonces de $1.438.514 que a la fecha representan miles de
millones de dólares, más los intereses hasta el día de hoy. Esa suma nunca fue
devuelta y, menos por supuesto, reclamada.
Recordemos que fue el masón (Logia ‗Southern Cross‘) y ‗Cipayo‘ –uno más-
Saturnino Rodríguez Peña, comerciante devenido en militar.

Al producirse la invasión inglesa se relacionó rápidamente con los ocupantes, al


igual que su hermano Nicolás, dado que compartía en muchos casos la filiación
masónica con sus oficiales y debido a que "era muy inglés en sus ideas", según
confiesa otro ‗Cipayo‘ anglófilo Carlos Roberts, insospechado de patriotismo alguno,
en su libro ―Las Invasiones Inglesas del Rïo de la Plata‖.

Tengamos presente que Roberts nacido en Buenos Aires en 1872, de familia


inglesa, fue desde joven funcionario del Ferrocarril Central Argentino, dato que
seguramente no se le escapó a Scalabrini Ortiz.

En fin, Rodríguez Peña, y otros 52 habitantes de Buenos Aires, anglófilos al extremo,


tenían contacto habitual con Beresford, a quien, don Saturnino llevaba
obsequiosamente su pensión y correspondencia.

Esos 52 desgraciados lacayos de los invasores que juraron obediencia a Rey de


Inglaterra son estudiados y analizados por Atilio García Mellid en forma detallada en
su obra principal al cual invitamos a leer.

Saturnino Rodríguez Peña sugirió la entrega pacífica de Buenos Aires a cambio del
reconocimiento de la independencia. Fracasada la tentativa tendió un ‗puente de
plata‘ para que Beresford huyera a Inglaterra con el dinero robado.

En efecto, Rodríguez Pena rescató a los oficiales ingleses cuando se los llevaban
detenidos a Catamarca, invocando inexistentes órdenes de Liniers para que se los
liberaran. De allí éstos se dirigieron a Montevideo y luego a a Inglaterra. Por tal
motivo, el gobierno inglés le concedió a Saturnino una pensión vitalicia de 300 libras
anuales que se pagaba en Río de Janeiro a través del propio Lord Beresford.

Recordemos que también Nicolás, su hermano también masón, fue el causante del
fusilamiento de Santiago de Liniers.

En fin, nuestro gobierno estaba plagado de ‗cipayos‘. De la Junta de Mayo, de los 6


miembros, la mitad eran agentes ingleses y estaban dentro de los 52 que
mencionamos arriba. En especial, Francisco Castelli que fue el que produjo el
fusilamiento de Liniers.

Dice García Mellid que el ‗porteñismo‘ no implicaba que quienes estuvieran inmersos
en él hubieran nacido necesariamente en Buenos Aires; es más, muchos de ellos
eran provincianos (Sarmiento era sanjuanino; Vélez Sarsfield, cordobés, Urquiza,
entrerriano; Paz era tucumano más todos los militares Unitarios que venían de la
Banda Oriental como Venancio Flores, Sandes, Arredondo, Paunero, etc).

El ‗Porteñismo‘ apunta a una mentalidad centrípeta, localista, despojado de toda


empatía con el resto del país y sus intereses nacionales, subyugados por todo lo que
fuera extranjero hasta tal punto que no tenían prurito de entregar toda la riqueza del
país por dinero para sus bolsillos y hasta solamente por cuestiones ideológicas o de
‗principios‘, no importa donde estos haya nacido.

El ejemplo de Vélez Sarsfield es toda una definición de ‗porteñismo‘. El cordobés se


quejaba, en un discurso en la Legislatura de Buenos Aires en Octubre de 1853, de
su Córdoba natal ―inunde de tejidos a las provincias, incluso a Buenos Aires‖.

Evidentemente esos resabios de soberanía económica que venían de los años que
gobernaba Juan Manuel de Rosas era algo que molestaba al ‗porteñismo‘ del
cordobés. Aunque no le molestaba a Don Dalmacio que un hombre casado como
Sarmiento (44 años) tuviera de amante a su hija Aurelia de 19 años (también
casada), algo que un secreto a voces por toda la ciudad.

Los ‗Cipayos‘ Unitarios lograban el control de la riqueza al controlar las rentas del
puerto y la aduana que servían como llave de todo intercambio y comunicación del
Virreinato del Rio de la Plata, que se abría y cerraba a voluntad pudiendo destruir asi
las industrias del interior y entregar la riqueza que estas podían producir, por unos
centavos, con un mero mero decreto a tal fin. Poseer el control del puerto y aduana
era controlar la riqueza de una enorme región puesto que el puerto de Buenos Aires
era el único que servía para la recepción de las importaciones y el envío de las
exportaciones.

Todo este accionar y pensamiento reduccionista, despótico, henchido de palabras


huecas sin sustancia es el que nos hizo perder Banda Oriental, Paraguay, Alto Perú.

Y así, Buenos Aires mandaba y el resto del Virreinato obedecía. Y eso que este
último era el que producía pero el comercio lo manejaba solo el núcleo mercantil de
Buenos Aires, -unas pocas docenas de hombres-, ya desde los tiempos de
Rivadavia.

Decía García Mellid: ―Las más graves perturbaciones de nuestra historia han sido
ocasionadas por la soberbia y contumacia del ―partido porteño-‘. Cada vez que se
quiera encontrar el factor invisible de nuestras desinteligencias y convulsiones,
búsquesele en Buenos Aires. Aquí la metrópoli no fue centro unificador sino
elemento de discordia. No se constituyó al servicio de la Nación; quiso que la Nación
se le subordinara. Buenos Aires se invistió a sí misma del derecho a mandar v exigió
a las provincias que se lo reconocieran.

―Pero una tal dictadura, originada en viejos v arraigados intereses mercantiles,


necesitaba un instrumento doctrinario para encubrir sus secretas finalidades. Y se lo
dio el liberalismo. ¿Qué mejor arma podía ofrecérsele al unitarismo porteño? Y, a su
vez, ¿a qué mejor asiento podía aspirar el liberalismo?

―El encuentro, la coincidencia y la cómplice aventura estaban ínsitas en la propia


naturaleza de ambas entidades. Pues el ‗porteñismo‘, en tanto organización de
carácter mercantil, pertenecía a la línea del liberalismo económico, que es tal vez lo
único auténtico que tiene nuestro liberalismo.

―Y el sistema liberal, en tanto ideologismo presuntuoso y puro doctrinarismo, se


identificaba de hecho con la urbe que se había proclamado depositaría de ―las luces‖
y paladín del ―despotismo ilustrado".

En esta zona de nuestra indagación es donde se ve con claridad más meridiana la


especial sustancia de nuestro liberalismo: unitario, ‗porteñista‘ y aliado incondicional
de la oligarquía.

―Si la doctrina unitaria fue propicia a los liberales como instrumento de oposición a
las espontáneas tendencias del pueblo, el ‗porteñismo‘ lo fue como eje de autoridad
v centro de imposición de métodos adversos al interés conjunto de la Nación. La
concertación de porteños, unitarios y liberales configuró así un fenómeno único de
desconocimiento del pueblo y de destrucción de las bases fundamentales de la
nacionalidad. […].

―De aquí la fatalidad intelectual que arrastra el unitarismo; está condenado a ser
pura teoría sin arraigo. Cáscara vacía en un mundo lleno de posibilidades, vacua
estructura ideológica frente a un auténtico ideal humano y territorial‖

Haciendo un resumen de lo expuesto por García Mellid podemos sintetizar que el


Unitarismo primitivo comenzó, ya, con la Primera Junta. Mariano Moreno, Francisco
Ortiz de Ocampo, Antonio González Balcarce, Juan José Castelli y los hermanos
Nicolás y Saturnino Rodríguez Peña, produjeron estragos y matanzas
indiscriminadas, cortando cabezas, vertiendo arroyos de sangre, al decir de Moreno
y Castelli, el más conocido fue el héroe de la resistencia contra el invasor inglés don
Santiago de Liniers.

Como bien dijo Manuel Belgrano en su autobiografía, ―en los porteños comerciantes
no había más razón, ni justicia, ni más utilidad, ni más necesidades que su interés
mercantil‖ En una proclama a las milicias de Tucumán en 1816 decía ―no hemos
conocido más que el despotismo bajo las Juntas, Triunviratos y Directorios‖ que
obviamente eran instituciones manejadas por los ‗Cipayos‘ porteños, hombres de las
‗luces‘, títeres de sus amos ingleses y franceses y de la Banca de estos imperios.

Clara visión de nuestro prócer, así como también lo vio San Martin que en su
correspondencia a lo largo de su vida no dejaba de observar el pensamiento y
acción disolvente del centralismo portuario del liberalismo. Y no dejaba de señalarlo
en carta a Tomás Guido, su amigo, desde París el 1º de Febrero de 1834 ―.El foco
de todas las revoluciones ha sido Buenos Aires: allí se halla la crema de la anarquía,
de los hombres inquietos y viciosos, de los que viven de trastornos, porque no
teniendo nada que perder todo lo esperan ganar en el desorden...".

Desorden, anarquía, eran citados permanentemente por Belgrano y San Martin,


cuestión que nuestros Unitarios liberales han sabido callar en sus panegíricos y
libros sobre nuestros liberadores, edulcorando u omitiendo sus pensamientos
políticos y dejando solo en la superficie sus acciones militares.

Los ingleses, explotando la ignorancia, el afán de poder y riqueza exclusiva, la usura


del ‗porteñismo‘ vieron la puerta de entrada al manejo de la riqueza del país a través
de éstos paradigma del ‗cipayismo‘ que se sometían gustos a las órdenes de los
admirados ingleses y también franceses encandilados por su cultura, refinamiento
y…por su oro.

Así se les brindó armas modernas para someter los levantamientos provinciales
federales, así como créditos que no eran necesarios y que eran –a su vez-
impagables lo que implicaba una sujeción eterna a dichas potencias, como ocurre
hasta el dia de hoy..

Luego de la Primera Junta vino el Primer Triunvirato en el que descolló con sus
persecuciones, fusilamientos y degüellos sin solución de continuidad, Bernardino
Rivadavia fusilando decenas de personas –entre ellas Martín de Álzaga-.

El Segundo Triunvirato con Paso, Rodríguez Peña, Álvarez Jonte con el ideólogo de
tantas muertes, Bernardo de Monteagudo, que ordenó como método político el terror
a través de centenares de fusilamientos indiscriminados para mantenerse en el
poder. Un poder de los liberales ilustrados, jacobinos, fieles émulos de Robespierre
anegando el país con sangre criolla.

Luego, siguió el nefasto Director Supremo Juan Martín Pueyrredón, ordenando el


destierro de Manuel Dorrego el 15 de Noviembre de 1816, prefigurándose su
anunciada muerte.

El Directorio no varió las cosas y el Unitarismo más encendido y alejado de las


realidades de su patria siguió invariable en sus asesinatos para permanecer en un
poder que se les escurría de las manos puesto que el pueblo todo les daba la
espalda con espanto y miedo.

El Gobernador de Mendoza, Tomas Godoy Cruz era otro de los ejecutores de tales
matanzas haciendo cumplir las órdenes de Rivadavia y demás porteños.

Estos ‗Cipayos‘ no lo hacían solo por ideologías sacadas de sus sueños de una
patria europea en suelo americano; no, había dinero de por medio y abundante que
los ingleses y franceses entregaban a dos manos para lograr sus fines imperiales.

Hubo un divorcio manifiesto entre las supuestas clases dirigentes con las ideas y
costumbres naturales de nuestro territorio heredadas del sistema orgánico español.

La forma de sostener lo insostenible por los liberales fue a través de la violencia y las
leyes que derivaron de ella.
Estos ‗proto-Unitarios‘ del puerto de Buenos Aires constituían toda la nación. No
había más nación que Buenos Aires y por supuesto, el manejo exclusivo de la renta
que la aduana producía.

Ello produjo la pauperización de nuestro interior y la destrucción de sus industrias


recién nacidas haciendo de Buenos Aires el centro y único poder que, como un
colador fino, se quedaba con casi toda la riqueza producto de las rentas aduaneras y
el manejo de la banca, manteniendo dicho ‗status-quo‘ a fuerza de acciones de terror
y de exterminio convocando para ello en su ayuda a los franceses, ingleses, y
brasileños puesto que no tenían mucho apoyo de los nativos para asesinar a miles
de compatriotas.

Estos ‗ilustrados‘ comerciantes devenidos en caballeros tenían en mira el predominio


político, la explotación económica en beneficio de sus mandantes ingleses y
franceses y por ende, la esclavitud social, dando más preponderancia a principios
abstractos, a construcciones intelectuales de laboratorio que a la realidad de nuestro
suelo, agudizándose con sus acciones la discordia en nuestro país y muriendo el
espíritu público de unión. Mariano Moreno participaba activamente de esta causa y
cuando muere en alta mar, su cuerpo es arrojado al mar envuelto en la
bandera….inglesa.

Rivadavia pondría el sello de su despotismo tiránico para apuntalar nuestra entrega.


Su misión: apoderarse del puerto, de la aduana y de las riquezas que ellas
significaban con su rapaz gobierno subordinando los intereses del país a Gran
Bretaña. Así desgravó totalmente las exportaciones de carne y al mismo tiempo
gravó dicho consumo en el interior del país. Aumentando la disgregación territorial
con acciones como gravar los productos que venían ….de Montevideo!!.

Esto coincide con el establecimiento de un Estado basado en un modelo económico


agroexportador. Esta cuestión la había previsto Manuel Belgrano, cuando en 1796
advertía que ―los países civilizados se cuidan de exportar materia privada sin antes
transformarla localmente, porque de lo contrario estarán creando desocupación en el
país exportador y trabajo en el país importador‖, y recomendaba ―no exportemos
cuero, exportemos zapatos‖.

Rivadavia era petulante, mediocre, fatuo, vanidoso, ignorante en todo. Hablaba de


todo sin saber nada de nada. Vendió a los ingleses el suelo donde se encontraban
las minas conformándose una Sociedad –en la que él formaba parte, obviamente-
para tales fines. El cura Agüero era la ‗eminencia gris‘ detrás de él, al igual que lo
hizo con Lavalle.

Rivadavia, liberal, extraviado y Unitario perseguidor de San Martín al que intentó


asesinar y que no lo pudo hacer gracias a las advertencias de Estanislao López.

La falacia Unitaria expresada por los ‗cipayos‘ proclamando una ‗civilización‘ que no
lo era contra una ‗barbarie‘ inexistente fue la historia oficial; y sus esbirros, los
próceres. Una ‗novela de la historia‘ que se enseñó durante décadas en nuestras
escuelas para los menores y se fogoneó para los mayores, a través de periódicos y
libros.

Los Unitarios –y bien lo describía Scalabrini Ortiz- eran academias digitadas para
sostener una historia ficticia que sin los sofismas inculcados se caería prontamente a
pedazos. Para ello se necesitaban regalos de las embajadas extranjeras y
conformación de directorios de Sociedades supuestamente anónimas pero cuyos
directivos y socios mayoritarios eran ingleses o franceses.

Y se necesitaban los grandilocuentes panegíricos autistas de los diarios comprados


o dirigidos por los mismos que son alabados. Edificándose, así, ídolos de bronce
inventados. Uno de ellos Sarmiento que nunca trabajó, nunca produjo nada ni fundó
escuela alguna como se nos ha hecho creer. Viviendo toda su vida de los sueldos
del estado como burócrata cuando verdadero patrón fueron los capitales extranjeros
que le ordenaban su conducta pública según sus intereses, muy ‗liberales‘.

Pero claramente lo sentenció San Martin en carta al Gral. chileno F.Pinto el 26 de


Septiembre de 1846 ―…el mejor gobierno no es el más liberal en sus principios, sino
aquel que hace la felicidad de los que obedecen‖.

Dice Raúl Iturria: ―un proverbio ruso dice que ‗lo que ha sido producido por la pluma
no puede ser destruido ni por el hacha‘ Y así ocurrió en el Rio de La Plata, donde los
Unitarios escribieron lo que se les ocurrió y les vino en gana, sin importar para nada
la verdad histórica. Entre tales escritores destacan Sarmiento, Mitre, Rivera Indarte y
sus famosas ‗Tablas de Sangre‘, que tejen novelas deformando los hechos y así
como el hacha no puedo destruir lo creado por la pluma quien mucho escribe corre
el riesgo de ofrecer las pruebas de sus errores en sus propios escritos, máxime
cuando son alegato y no descripción histórica‖.

Scalabrini Ortiz, al igual que otros historiadores del Plata han probado hasta el más
mínimo detalle de la influencia –como mínimo- de Gran Bretaña en nuestra
independencia de España.

Él hacía una proyección de la penetración británica, ya antes de nuestra


independencia, y el manejo de nuestra política en caso de una hipotética guerra
perdida contra los británicos.‖… Esos cincuenta y dos vecinos firmantes de la
ignominia fueron con seguridad a enriquecer las huestes secretas de la masonería,
que absorbe a todos los que han cometido una falta para redimirlos en el servicio
incondicional de Gran Bretaña. Uno de ellos, el joven Rodríguez Peña, fue el que
facilitó la fuga del general Carl Beresford, desleal a su palabra de honor. Desde
entonces la oligarquía, es decir, los servidores secretos de Inglaterra, prosiguen
actuando tan eficiente como secretamente. Todo lo que ha ocurrido en contra del
país ha munido por su mediación. El Banco Nacional es el que, en 1828, permite
doblegar la resistencia de borrego y acordar la segregación de la Banda Oriental.
"Nuestro ejército es el Banco Nacional", dice acertadamente Ponsonby, agente
británico encargado de esa operación. El directorio del Banco Nacional está
integrado por hombres nacidos aquí. Pero el directorio no es más que una pantalla a
través de la cual opera la voluntad de la mayoría de los accionistas‖, que como
imaginará el lector eran ingleses.

Scalabrini Ortiz advierte que el término ‗oligarquía‘ no obedece a personas o


sociedades que tengan mucha riqueza sino a la dirección de sus intereses y su
voluntad, sustituyendo el interés general de su nación por el interés extranjero a
través de organizaciones financieras, económicas y masónicas.

Tengamos presente que sin esa guerra de 1806-1807 el sometimiento podía


conseguirse igual, endeudándose el país ‗sine-die‘ a través de maniobras financieras
que hicieran impagables esos créditos y que permitirían a los acreedores el manejo
de nuestra economía y política interna a través de sus empleados locales (los
‗Cipayos‘) necesarios para que el control sea invisible para el gran público.

Y decimos ‗antes de nuestra independencia‘ con las invasiones inglesas de 1806-


1807. Lo dicen los propios británicos en declaraciones hechas sin tapujos que
reprodujo el diario ‗La Prensa‘ del 8 de Diciembre de 1957 hechas por el viceministro
de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Conde de Gosford: ―Los
latinoamericanos no han olvidado que nosotros los británicos los liberamos de la
dominación española. Eso será una gran ayuda para nosotros, no solo
internacionalmente sino también industrialmente.‖.

Más allá de discutirse lo que en más o menos hayan ayudado en nuestra


independencia de los españoles, ello fue cobrado con creces y además, se robaron
el oro que tenían los españoles y que se llevaron a Inglaterra. Entiendo que nuestra
nación pasó de estar subordinada a España a ser una factoría inglesa a partir de
nuestra ‗independencia‘ (sic).

Y en el peor de los casos y ante una visualización que pudieran hacer nuestro
pueblo achacando a esos nativos la causa de sus desgracias, se cambiarían a los
empleados-esclavos siguiendo el control sin sobresaltos.

Claro, ―Unos ministros que actúan como aves de paso y ejercen sus funciones en un
paréntesis de los cargos permanentes que desempeñan en las empresas, de los que
salen para retorna una vez cumplida su función pública‖ son el estereotipo del
‗cipayo‘ nacional. Volveremos sobre el tema.

Así decía Scalabrini Ortíz: ―Imaginemos un ejemplo y supongamos que la República


Argentina perdiera una guerra imaginaria. El enemigo nos impondría el pago de una
inmensa deuda compensatoria y punitoria. No hay otra manera de pagar una deuda
internacional que entregar al acreedor gratuitamente los productos que se producen
en nuestro suelo con el trabajo argentino. Esa es la única, perdurable y efectiva
riqueza de las naciones, porque el oro es tan escaso que no alcanza más que para
cubrir diferencias ocasionales. El vencedor consumiría nuestros productos o los
venderían en los mercados internacionales para adquirir las mercaderías que
creyese más convenientes. Lo que enviáramos al exterior en pago de la deuda de
guerra, sería la suma de lo que cada ciudadano dejara de emplear o consumir.
Comeríamos menos, vestiríamos más pobremente, no tendríamos dinero para
diversiones y nuestros hijos no recibirían una educación adecuada porque deberían
ayudar a producir lo que debíamos remitir al extranjero. El descenso del nivel de vida
afectada a todos. Más al que tiene menos. Menos al que tiene más. Nos referimos a
una guerra perdida para dar una causa habitual de empobrecimiento nacional, pero
el endeudamiento puede conseguirse por medios incruentos de combinaciones
financieras‖.

Bueno, lo que estaba en su imaginación en forma potencial del historiador en cuanto


a la perdida de una guerra imaginaria, se vio vuelto a la realidad con la perdida de la
contienda en Malvinas. Por lo que imagine el lector las consecuencias políticas y
económicas que ello ha traído aparejada. Todo lo que advertido por el mismo se ha
vuelto visible en nuestra cotidianidad y el ahogramiento político-económico ha sido y
es feroz potenciado por el resultado de la guerra.

En tal sentido, pues, ante tales derrotas, tales naciones como también el imperio del
Brasil utilizaron personas nativas como correas de trasmisión que por dinero o poder
traicionaron a su país sirviendo a sus patrones como esclavos o súbditos clavando
una daga en la soberanía de su patria, sea como diplomáticos, como juristas, como
empresarios, como economistas o políticos, abriendo las compuertas para el acceso
de los intrusos vía el manejo del crédito, de la banca, de la producción, de la
industria, el comercio y la tecnología.

No solo Rivadavia conspiraba. Dice Pacho O‘Donnell: ―Salvador María del Carril
escribe con preocupación a Florencio Varela (ambos habían hecho de su odio al
Restaurador el ―leit motif‖ de sus vidas) el 19 de diciembre de 1845: ―Rosas va a un
objeto: la reconstrucción del virreinato del río de la Plata o la inauguración de un
imperio argentino‖.

―He aquí una diferencia sustancial entre federales y unitarios: los primeros tenderán
a defender el territorio y habrá en don Juan Manuel una imposible resignación a
aceptar la pérdida de la Banda Oriental, por ello el apoyo a su fiel Oribe, y del
Paraguay, cuya independencia jamás reconoció. Los unitarios, en cambio, urdirán
incesantes operaciones que no le hacen asco a la cesión de importantes territorios
de nuestro país. ―Los males del Plata arrancan de la dislocación por manos foráneas
del antiguo virreinato. Su unión como la de los estados norteamericanos o su
concentración en un solo imperio como el Brasil, tal es el fin del Presidente Rosas‖,
editorializará con acierto el ―Courrier de L‘Havre‖ a mediados de 1845‖.

Es que todo el Unitarismo nunca podría haber triunfado sino hubiera sido sostenido
militar y económicamente por Francia e Inglaterra asi como por el Brasil antes de
Caseros, como bien lo reconocían Lavalle, Florencio Varela, Valentin Alsina, el cura
Agüero, los hermanos Rodriguez Peña, Salvador María del Carril, Rivera Indarte,
José Marmol, en todas su cartas.

Que con la calumnia sin sostén fáctico alguno más el dinero aportado en cantidades
inimaginables pero perfectamente documentadas y reconocido todo ello por los
arriba nombrados produjo la fantasía de los ‗Próceres del Liberalismo‘ agiotistas
mercantilistas con pies de barro.

Todavía no había llegado al poder Rosas y el Unitarismo ya era considerado ‗salvaje‘


por las muertes de miles de inocentes que provocaba y que ejecutiva en la manera
más vil.

Comenta García Mellid una descripción del escritor, historiador y jurisconsulto


salteño Bernardo Frías ―El término salvaje —escribe— había licitado a lucir antes
que Rosas ocupara el gobierno, y era aplicado a los Unitarios que, proclamándose
civilizados, cultos, amorosos de la levita y el sombrero de copa alta, tenían por
sistema asesinar, sea a bala en el patíbulo, sea con el veneno o el puñal, a cuanto
adversario se les levantaba fuerte, o se les hacían incómodos‖

Cavila García Mellid: ―La verdad es que el calificativo estaba ampliamente justificado.
Un inventario de los crímenes v depredaciones cometidas por los unitarios, por
somero que sea, abruma y espanta. El 5 de agosto de 1823, por ejemplo, el general
unitario Javier López derrotó al gobernador de Tucumán, don Bernabé Aráoz, y se
apoderó del gobierno. En el mismo día hizo fusilar al general Martín Bustos,
comandante Femando Gordillo, coronel Pedro J. Araoz y otros jefes leales,
otorgándoles un plazo brevísimo de dos horas. El gobernador depuesto, general
Aráoz, huyó a Salta y pidió asilo al gobernador unitario general Juan Antonio Álvarez
de Arenales. ―El derecho de asilo —escribe doña Juana Manuela Gorriti- ha sido
respetado en los tiempos más atrasados y entre las naciones más bárbaras.
Arenales no lo reconoció. Entregó a su enemigo el huésped que se había refugiado
en su hogar.‖ ―El general Aráoz fue fusilado en Las Trancas (provincia de Tucumán),
el 23 de mayo de 1824, por orden del unitario general López, de quien dice Zinny:
―Raro fue el ciudadano de Tucumán que no hubiera sido vejado v oprimido... más de
cuarenta víctimas se inmolaron al deseo obstinado de sostenerse en el mando
contra la voluntad general‖..

Gregorio Aráoz de Lamadrid, el ‗Manco‘ Paz, Lavalle, Ramón Deheza, Mariano


Acha, Tomás Godoy Cruz, José Videla Castillo, eran el brazo armado del Unitarismo
cuyo centro civil operaba desde Buenos Aires, antes del segundo mandato de
Rosas, y luego desde el exterior desde las llamadas ‗Comisiones Argentinas‘ ( en
Montevideo y Santiago de Chile) verdaderas usinas que impelían al terror sin pausa
para la conquista del poder pasando por encima de los deseos del pueblo haciendo
tabla rasa con toda soberanía nacional, provocando el enojo y asco del General San
Martín.
Asi es, debemos tener presente, como hacía notar García Mellid, que existían
organizada y desembozadamente dos grupos principales de Unitarios antes de
Caseros y durante el Gobierno de Rosas: La auto-llamada ‗Comisión Argentina‘ en
Montevideo (Florencio Varela, Valentín Alsina, Agüero, Portela, José Marmol, Rivera
Indarte, Gutierrez, Salvador María del Carril, etc) y la otra también llamada ‗Comsión
Argentina‘ en Santiago de Chile (Sarmiento, Godoy Cruz, Juan Gregorio Las Heras,
Domingo de Oro, etc. etc). Todos con miembros del más furioso liberalismo que
pueda contener el Unitarismo; empleados del oro francés e inglés más el brasileño
en la ciudad de Montevideo.

Sigue diciendo el autor porteño que todo esto está totalmente reconocido –sin
ambages- por los propios actores que se vanagloriaban de sus acciones y por los
funcionarios franceses e ingleses que documentaban todo y enviaban sus reportes a
sus capitales. El autor cita profusa documentación al respecto. Por supuesto que el
principal ‗Cipayo‘ lo fue –por su doblez y por su peso específico en el resultado de la
lucha- Justo José de Urquiza, como veremos.

Dice García Mellid: ―El gobierno unitario de Montevideo los secundaba con todas las
armas propias de que disponía y prestaba sus puertos y bases para que desde allí
actuaran las escuadras bloqueadoras de Francia e Inglaterra. Para que ningún
federal se atreviera a penetrar en su territorio, introduciendo los método s terroristas
― propios de Rosas‖, el gobierno dictaba precisas normas civilizadoras: ‗- Serán
irremisiblemente pasados por las armas, todos los individuos del Ejército de Rosas
que sean aprehendidos y pertenezcan a la clase de Jefes u Oficiales-‗

―Y para que no hubiera duda sobre la impasible justicia de que eran capaces los
unitarios, el panegirista de Rivadavia, doctor Andrés Lamas, afirmaba: ‗-Nosotros no
necesitamos en ese caso, más juicio que probar la identidad del traidor y probada, la
severa impasibilidad que se necesita para hacer ejecutar la ley que los condena a
recibir la muerte p o r la espalda, como villanos. Dios tenga en ellos misericordia si
caen en nuestras m anos‖ […]

Pero no se crea que solo eran traidores a su patria solamente por sus acciones
intelectuales, periodísticas, culturales. No; tras esas invectivas violentas también se
encontraban –al mismo tiempo- directivas sobre las acciones a realizar. De tal modo
nos lo dice García Mellid el cual nos hace ver las palabras de los miembros de la
autollamada ‗Comisión Argentina‘ en Chile: ―También los emigrados en Chile, entre
los cuales destacaba su recia figura de educador don Domingo Faustino Sarmiento,
daban testimonio público de las profundas convicciones que los movían a combatir a
Rosas, por odio a la violencia v a la sangre. La Comisión Argentina de Santiago de
Chile, en apoyo de las columnas subversivas que actuaban en el interior del país,
emitió saludables consejos para la más rápida imposición de sus métodos
civilizadores. ‗-Es menester emplear el terror para triunfar en la guerra —decía—.
Debe darse muerte a todos los prisioneros y a todos los enemigos. Debe
manifestarse un brazo de fierro v no tenerse consideración con nadie. Es preciso
desplegar un rigor formidable. Todos los medios de obrar son buenos v deben
emplearse sin vacilación-‗. El documento, fechado en 1844, llevaba las firmas de los
pacíficos v civilizados ciudadanos, general Juan Gregorio de I.as Heras, y señores
Domingo de Oro, Domingo Faustino Sarmiento y J. Luis Calle‖.

Puede verse, y leerse, de la boca de estos ‗civilizados‘ iluministas que sus acciones
distaban lejos de su pretendida ‗civilización‘ y búsqueda de la paz.

En Corrientes, Paz y Lavalle seguían en el mismo sendero y con iguales principios.

Lavalle, lo que tenía de poca inteligencia lo tenía de cruel hasta el paroxismo, como
se comprobó a lo largo de los años.

Dice García Mellid sobre éste: ―Mientras tanto. Lavalle lanzaba al pueblo de
Corrientes una proclama que abundaba en enérgicas y brutales promesas: '-
Correntinos —les decía—la hora de la vengan ha sonado... vamos a humillar el
orgullo de esos cobardes asesinos... Se engañarán los barbaros si en su
desesperación imploran nuestra clemencia. Es preciso degollados a todos...
Purguemos a la sociedad de estos monstruos. ¡!Muerte, muerte sin piedad!!•. Poco
después. Lavalle le explicaba a su mujer: ‗-La proclama que di a los correntinos... la
escribió Frías. Yo estaba muy ocupado y le dije que escribiese una proclama de
sangre y que dijese expresamente que habíamos de degollar todo el ejército
enemigo-‗‖

Ellos, los Unitarios, eran los ‗bárbaros‘, los que acicateaban a sus generales a
cometer asesinatos indiscriminados con los prisioneros, mujeres, niños. Tierra
arrasada de muerte y espanto como nunca se había visto.

Lavalle, Felix Frias, Sarmiento, Lamadrid, Marcos Avellaneda, Acha, Paz, Mitre con
sus esbirros Orientales que eran los que se manchaban de sangre las manos (en
general los de nuestro territorio eran reacios en su mayoría a practicar las
carnicerías con sus compatriotas por eso se buscaban a los Orientales ‗colorados‘
para las tareas sucias) y tantos otros tenían el sueño absolutista de someter al país
un despotismo sangriento hasta que vieran los beneficios de ser un ‗liberal‘ y
acogerse a los designios ordenados por los imperios de ultramar.

Organizaban en los territorios que conquistaban –aunque fuera por pocos días- un
régimen de saqueo y terror como nunca se había visto en nuestras tierras.
Fusilando, degollando, sin pausa y a quienes se resistían a cumplir las ordenes,
también se los pasaba por armas junto a toda su familia.

En fin, esos ‗Cipayos‘ fieles siervos de sus amos, apostaron a una desintegración de
nuestro territorio para el logro de sus fines como sustentó desde Chile Domingo F.
Sarmiento, que junto a Bartolomé Mitre fueron los principales propulsores de una
‗Republica del Rio de la Plata‘, escindida de su patria y coronando el centralismo
porteño como amo y señor de estas tierras.
Lo que no se conseguiría por seducción o soborno, se conseguiría bajo el salvajismo
desenfrenado de las armas Unitarias, con los esbirros Orientales como los ‗cipayos‘
Orientales ‗colorados‘:Venancio Flores, Wenceslao Paunero, José Miguel Arredondo,
Ignacio Rivas, Ambrosio Sandes, Ignacio Rivas, etc. y los ‗iluminados‘ afrancesados
como Herrera y Obes, Andrés Lamas, dirigiendo los hilos desde las sombras,
comandados todos por Mitre.

El sistema de exterminio a lo largo y a lo ancho del país por las tropas Unitarias no
implicaban previo juicio justo –o injusto, si se quiere- sino lisa y llana ejecución en el
momento sea por fusilamiento –si tenían suerte- o por degüello múltiple de muchos
prisioneros, o muerte con tortura consistente en obligar a los prisioneros a cavar su
propia fosa, introducirlos y luego fusilarlos dentro.

Y el más brutal, si se puede decir, es atarlos a la boca de cañones- como hacía el


Coronel Estomba- y luego disparar esparciendo los pedazos de carne por todo el
espacio circundante, obligando –muchas veces- a los propios compañeros
prisioneros a recoger los pedazos. Otro modo era luego del degüello, poner las
cabezas en ‗picas‘ durante varios días –al sol- provocando el asco en la población
por el olor nauseabundo que provocaban.

Así el liberalismo, ‗los hombres de principios‘, los ‗civilizados‘ iban conquistando el


territorio y logrando la paz…de los cementerios, como dice García Mellid,
cometiéndose todo tipo de atrocidades, incendios, degüellos colectivos, .

Así durante la década del ‘30 y ‘40 fueron muertos, asesinados muchos próceres de
la independencia, gobernadores, a manos de Lamadrid, Paz, Acha, Estomba,
Deheza, Flores, Lavalle, Godoy Cruz, como brazos ejecutores (pero detrás estaban
los civiles que no se ensuciaban las manos como Del Carril, Rivadavia, Sarmiento,
Andrés Lamas, Herrera y Obes azuzando a los militares, ‗espadas sin cabeza‘, como
se dijo de Lavalle) etc.

Esos asesinados como Manuel Dorrego, el Gobernador Pablo Latorre, el


Gobernador Alejandro Heredia, el Gobernador Corvalán y sus ministros, Facundo
Quiroga, Juan Agustín Maza, el Gobernador José Benito Villafañe.

Los números de muertos por asesinato o ejecución sin juicio en manos de los
‗civilizados Unitarios‘ suman hasta 1830, aproximadamente 1.300 personas (sin
contar las que se producían en batallas). Luego en la campaña de las sierras del
noroeste, posterior a la derrota de Quiroga por Paz, en 1829, los asesinatos se
calculaban en 2.500 almas.

Muchos se preguntan ¿cómo hicieron los Unitarios para vencer, si el pueblo era todo
Federal y odiaba y temía a las huestes porteñas? Es que el armamento de los
Unitarios y las vituallas, mas la preparación era superior había cuenta del dinero que
poseían para adquirir modernos equipamientos, a diferencia de las tropas federales.
El dinero que manejaban los porteños por la aduana y las ingentes sumas
entregadas por los franceses e ingleses para la consecución de sus fines, era lo que
inclinaba la balanza.

Todavía Rosas no había llegado al poder. El historiador Oriental Silvestre Pérez


sentenció: ―El terror como método político, fue impuesto en el Río de la Plata por los
Unitarios, desde el principio del estallido de Mayo‖

De tal modo todo comienza con Rivadavia, se anegó la nación en sangre por los
Unitarios ‗civilizados‘ que representaban al liberalismo, al ‗porteñísimo‘ portuario
centralizado y sostenido por la banca inglesa y francesa, como bien prueba
Scalabrini Ortiz- .

Se acrecienta paulatinamente… hasta que llega la traición menos esperada: la de


Urquiza. Entonces se produce el desenfreno y orgía de sangre luego de Caseros.

Murieron en ejecuciones, sin juicio alguno, más personas en 4 días luego de


Caseros que en los 25 años de Gobierno del General Rosas. El odio, el
resentimiento de los verdaderos ‗cipayos‘ de nuestra nación solo podían conservar
su poder aniquilando ‗físicamente‘ a todos en un festival de sangre donde se oían
por todo Palermo los alaridos de los torturados por los vencedores.

Dice García Mellid que el país, después de Caseros, quedó aherrojado entre los
duros barrotes de las teorías y las fórmulas, de las libertades teóricas v del más
efectivo despotismo. La tiranía no cayó sino que se implantó a partir de Caseros.

Luego de la batalla de Caseros, solo en Buenos Aires, en el casco urbano los


cadáveres se amontonaban en las calles en número que –se calcula- llegaron a 608,
sin contar en los ejecutados, ahorcados, degollados en los alrededores. La batalla ya
había terminado. Eran todos prisioneros. Entre ellos el héroe de la independencia el
Coronel Martiniano Chilavert y Jerónimo Costa.

Los supuestos ‗educadores‘ Unitarios, los hombres de ‗las luces‘, con su terrorismo
jacobino y pletóricos de odio contenido, ya en el poder pasaron por armas a
centenares de prisioneros, soldados o no.

Los cobardes que firmaban las órdenes eran –entre otros- el Doctor Valentín Alsina,
Pastor Obligado, Bartolomé Mitre.

Comenzaron a asesinar a distintos gobernadores provinciales como el Brig.Gral.


Nazario Benavidez, que estaba encarcelado y su cabeza se la arrojó por los
balcones mientras su cadáver era arrastrado por las calles.

El Unitario Gral. Conesa era uno de los ejecutores de las órdenes dadas para tales
fines. Junto a los Orientales militares ‗colorados‘ que mencionamos arriba.

También corrió igual suerte el Gobernador de San Juan José Antonio Virasoro que
una partida de los Unitarios que participaba del festín de las purgas por todo el
interior, lo ve con un niño en brazos en su domicilio y ahí nomás lo asesinaron a
lanzazos.

Posteriormente y con los años corrieron igual suerte el General Peñaloza.

De todos estos múltiples asesinatos a sangre fría, con los métodos mas
inimaginables que pueda saberse, estaban en primera fila (como verdugos con sus
ejércitos perfectamente equipados, con modernas armas producto de la riqueza que
poseía Buenos Aires, además de los militares argentinos Unitarios como Conesa) los
sanguinarios e impiadosos Orientales mencionados como Venancio Flores (que fue
durante años el ladero de Bartolomé Mitre y el verdugo que cumplía sus órdenes de
exterminio de tantos inocentes), Wenceslao Paunero, José Miguel Arredondo,
Ignacio Rivas, Ambrosio Sandes, Ignacio Rivas, que producían espanto, angustia y
miedo atroz a su paso por los pueblos del interior.

Sarmiento ordenaba sin límites que se los mate a todos. Este supuesto ‗educador‘
decía de nuestros hombres del interior que eran ‗animales bípedos de tan perversa
condición que no se qué se obtenga con tratarlos mejor‘. (Como se lo decía a Mitre y
que consta en ‗Sarmiento-Mitre, correspondencia‘. Museo Mitre. Buenos Aires, 1911)

Sarmiento, ―el intolerante, el inquisidor, el Robespierre, el Torquemada político, el


civilizador a cañonazos o bayonetazos‖, descripto con exactitud por una sabio
francés, Alejo Peyret, que viviendo en Entre Rios presenció los escarmientos
reparadores de Sarmiento.

Cumpliendo tales órdenes se mataba sin asco a decenas de oficiales que estaban
detenidos, encarcelados y se los fusilaba en un ‗raid‘ sin solución de continuidad,
como informaba el Coronel Unitario Tristán Dávila.

Ante todo esto, el pueblo del interior estaba inerme y sin posibilidad material y
armamentística de reacción. El armamento de los Unitarios en el gobierno con la
disponibilidad de toda la riqueza porteña, era moderna y eficaz frente a la sola
voluntad de los soldados federales del interior que no poseían un armamento capaz
de hacer frente a las armas Unitarias.

García Mellid cita al riojano Felipe Varela y su juicioso análisis de la realidad del país
en 1866 con Mitre a la cabeza, en un manifiesto a la Republica que era una síntesis
perfecta de lo que sucedía con los Unitarios en el poder: ―Desde que aquél usurpó el
gobierno de la Nación, el monopolio de los tesoros públicos y la absorción de las
rentas provinciales vinieron a ser patrimonio de los porteños, condenando al
provinciano a cederles hasta el pan que reservara para sus hijos. Ser ‗porteño‘, es
ser ciudadano exclusivista; y ser provinciano, es ser mendigo sin patria, sin libertad,
sin derechos. Esta es la política del gobierno de Mitre. Tal es el odio que aquellos
fratricidas tienen a las provincias, que muchos de nuestros pueblos han sido
desolados, saqueados y guillotinados por los aleves puñales de los degolladores de
oficio: Sarmiento, Sandes, Paunero, Campos, Irrazábal y otros varios oficiales dignos
de Mitre".

La descripción del panorama que se vivía en el país era exacta. Ponía en el tapete la
política de destrucción política, económica y física del interior hasta ahogarlos en
una pobreza y miseria por parte de los señores de levita y moño supuestamente
‗civilizados‘ que escondían una horrorosa y sangrienta carnicería para domesticar al
a los pueblos del interior empobrecidos por la política absolutista de los Unitarios.

José Hernández escribió al respecto como un ruego al cielo implorando que acabe la
barbarie asesina de los ‗ilustrados‘ hombres Unitarios: ―Los salvajes unitarios están
de fiesta. Celebran en estos momentos la muerte de uno de los caudillos más
prestigiado, más generoso y saliente que ha tenido la República Argentina [se refiere
al ‗Chacho‘ Peñaloza]. El partido Federal tiene un nuevo mártir. El partido Unitario
tiene un crimen más que escribir en la página de sus horrendos crímenes... El
partido que invoca la ilustración, la decencia, el progreso, acaba con sus enemigos
cosiéndolos a puñaladas. El partido unitario es lógico con sus antecedentes de
sangre. Mata por su índole perversa, mata porque una sed de sangre lo mortifica, lo
sofoca, lo embrutece... Maldito, mil veces maldita sea el partido envenenado con
crímenes, que hace de la República Argentina el teatro de sus sangrientos horrores".

García Mellid reflexiona sobre el íntimo y desgarrador dolor de Hernández de ver la


patria asesinada dia tras día: ―Esta es la voz inmortal del autor de Martín Fierro; voz
de la patria conmovida y del pueblo horrorizado frente a la canalla cobarde y asesina
que glorifica sus crímenes en nombre de la civilización y entierra a sus víctimas bajo
el denuesto de barbarie. ¿Hasta cuándo, Señor, tendremos que sufrir el
escarnecimiento de la verdad, la abominación de la justicia y la confusión de las
palabras?‖. […]

Lamentablemente para nuestra patria, le respondemos al autor que estamos


siguiendo que todavía hoy dia seguimos siendo asesinados en nuestra realidad
histórica sojuzgados por los descendientes de aquellos que cometieron tan viles
actos, con una historia inventada hasta en sus más mínimos detalles.

Sigue diciendo García Mellid: ―Los métodos enérgicos del general Mitre impusieron
el régimen de ‗paz liberal‘, que consiste en el sometimiento incondicional de los
pueblos. Ovidio Lagos escribía en el diario La Capital, de Rosario el 4 de julio de
1869: ‗‘-Sin necesidad de nombrar una víctima más, bien podemos asegurar que
durante la administración constitucional de D. Bartolomé Mitre se han sacrificado
más vidas que en toda la época de Rosas y aun antes de ella‘-―:

Es mas, Guillermo Rawson, Unitario que luchó para derrocar a Rosas fue, amigo de
Mitre y luego, siendo su Ministro del Interior, fue el que comenzó a hacer uso de las
intervenciones federales a las provincias que tantos asesinatos de hombres, mujeres
y niños, produjo. Luego de caído Rosas en el Senado de la Nación, el 8 de Julio de
1875 debió reconocer ante la evidencia incontrastable de los hechos que ―Rosas era
un gobierno de origen legal y, aunque no había constitución escrita, había una serie
de leyes orgánicas que constituían un gobierno, tal vez, más perfecto que el de
muchas Repúblicas Sud Americanas, a pesar de que la mayor parte de ellas tenían
constituciones escritas.".

Detrás, los intereses franceses e ingleses preparaban sus cubiertos para iniciar lo
tan ansiado por ellos: destrozar en cuantas partes se pudiera la soberana
Confederación Argentina y reducirla a guiñapos.

Los Unitarios –ahora sí, sin freno alguno- disparaban una ola irrefrenable de sangre
y terror. Sin piedad y sin detenerse durante las próximas décadas, adulterando la
historia, acomodándola a sus intereses, inventando como ‗próceres‘ a lo más rancio
de los entreguista de nuestras riquezas y territorios. El ‗Cipayismo‘ en todo su
esplendor.

Dice García Mellid con certeza y según hemos descripto arriba las matanzas y
ejecuciones sin juicio que hubo, que ―El país, después de Caseros, quedó
aherrojado entre los duros barrotes de las teorías y las fórmulas, de las libertades
teóricas v del más efectivo despotismo. La tiranía no cayó sino que se implantó a
partir de Caseros […] El país no fue otra cosa que un ‗mostrador‘ abierto al mejor
postor del negociante extranjero‖.

Claramente el Unitarismo intentó, a como diera lugar, y rueden las cabezas que
deban rodar, a lograr la ‗cuadratura del círculo‘.

La idea era eliminar todo vestigio hispánico y tradicional aunque ello llevara años y
aunque ello significara arrasar con poblaciones enteras. Como bien dice García
Mellid el Unitarismo se proponía adaptar nuestras necesidades, nuestra
idiosincrasia, a un sistema de gobierno ideal, importado, ajeno a todo tipo de esencia
y adoptar no solo criterios anglosajones de gobierno sino despoblar nuestro país y
llenarlo de puros ingleses o franceses.

―Se dieron a la tarea de plasmar sobre el país real una caricatura de burdos remedos
extranjeros. El liberalismo fue su instrumento más valioso para quebrar una unidad
de destino que se había forjado en la lucha contra sus campañas disgregadoras. El
sistema liberal desarticula las estructuras espirituales de una Nación, rompe la
continuidad moral de las generaciones y destruye la vocación de eternidad que
anima y sostiene la vida de los pueblos; la oligarquía sabía muy bien por qué se
pronunciaba por la doctrina del liberalismo.

―En función de su ideario liberal la oligarquía agitó las grandes abstracciones:


teorías, principios, ideas... a cuyos vagos enunciados debían subordinarse los
problemas concretos del país.

―Para nuestra oligarquía liberal, no ya el país, sino los propios seres humanos que lo
pueblan, carecen de realidad y objeto; la deportación en masa y aun el
aniquilamiento de grandes porciones de su conjunto, se justifican en la medida en
que este hombre nativo, este paria de las pampas, este producto natural de la tierra,
no se adapta a las modalidades de la doctrina importada.

Alberdi fue el pensador y constructor del presupuesto intelectual de la oligarquía; él


le ofreció las bases y puntos de partida para una organización constitucional que
permitiera instalar un pueblo nuevo en el hueco dejado por la antigua comunidad
nacional.

―En su obra alusiva, sostiene: "-Si hemos de componer nuestra población para
nuestro sistema de gobierno, si ha de sernos más posible hacer la población para el
sistema proclamado, que el sistema para la población es necesario fomentar en
nuestro suelo la población anglosajona-"

―Al diablo, pues con la sufrida población criolla, de origen español, que no sirve para
tan principistas y avanzadas instituciones; la democracia. el progreso, la civilización
ilustrada, el espíritu de Caseros, exigían esta dolorosa amputación de cuanto nos es
propio y entrañable. Que quede la base territorial, pero que se eliminen los seres,
para que la Nación Argentina pueda constituirse como una entidad de vida ajena y
prestada. Este, ni más ni menos fue el generoso programa civilizador de que Alberdi
dotó a la oligarquía.

―Pero si Alberdi le dio a la oligarquía posterior a Caseros su partida de bautismo,


correspondióle a Mitre darle la de confirmación‖. Luego seguiría Sarmiento y otros
hasta el presente.

Claro, para poder someternos era necesario la humillación, y la destrucción de todo


vestigio de soberanía. Todo se acentuó con el rencor de los Unitarios llegados desde
Montevideo y Santiago de Chile, caído Rosas en Febrero de 1852.

Dice espantado un Unitario Oriental José Luis Bustamante: ―Degüellos v ejecuciones


inauditas manchaban inesperadamente los laureles del vencedor, sin que la
grandeza de aquel famoso triunfo calmase su cólera, ni templase su espíritu de
venganza. Desde los Santos Lugares hasta Palermo, o, alcázar pavoroso de la
tiranía caída, un reguero de sangre y víctimas se ofrecía a la contemplación de un
pueblo civilizado ... Ese espectáculo era nuevo hasta entonces, y Buenos Aires no
había visto jamás insultarse de ese modo su moral v su templanza, aún en medio de
las más detestables iniquidades ejercidas por sus verdugos vencidos.. . ‖

Y sostenido todo ello –luego de Caseros- con el manejo político, económico,


financiero y de acallar las voces de nuestros pueblos del interior mediante
expediciones militares permanentes realizándose matanzas, degüellos, a civiles,
niños, mujeres por todo el territorio mediante los sicarios ‗colorados‘ Orientales
sedientos de sangre y manejados por los miembros de la llamada ‗Comisión
Argentina‘ de Montevideo, primero, y Mitre y Sarmiento, entre otros, después (como
bien lo atestiguan los asesinatos de Dorrego, el Gral. Villafañe, el Gral. Latorre, Gral.
Quiroga, el Cnel. Chilavert, Santa Coloma, Jerónimo Costa, el ‗Chacho‘ Peñaloza,
etc por los hombres de la ‗luces‘, los ‗principistas civilizados‘).

Mario Cesar Gras, en una síntesis exacta sobre el comienzo de la falsificación de la


historia, dice sobre estos ‗Cipayos‘ de levita y galera, supuestos ‗civilizadores‘ –así
se autodefinían- pero realmente quinta-columnas de los intereses británicos y
franceses con toda su Banca detrás, prestos a desembarcar luego del silencio que
quedaría al terminarse las ejecuciones en masa: ―Al influjo de la coacción oficial —
escribió —, el embuste se convirtió en axioma, la impostura en dogma. El odio se
hizo institución, adquirió valor jurídico, importancia legal. Abrir la boca, no ya para
defender al dictador, sino para explicar sus yerros, más que una blasfemia, era un
delito pasible de toda clase de persecuciones. Todos los recursos morales y
económicos del Estado, todos los resortes de la administración pública, se pusieron
al servicio de esa idea obsesionante, que era más fuerte que el propio patriotismo ...
Todos los medios fueron lícitos para amontonar lodo, para articular imputaciones,
para acumular improperios y, en el paroxismo del rencor, se inventaron nuevas
calumnias y nuevos sofismas para hacerlos rodar al impulso del motor oficial. El
vilipendio de Rosas se convirtió así, más que en empresa política, en importante
función gubernativa, en imperativa exigencia estatal‖.

De este modo y para evitar cualquier tipo de documentación que contradijera esta
historia novelada y fraudulenta, los Unitarios firmemente en el poder rápidamente
incineraron muchísima documentación de Rosas en su propio patio.

Y más allá que –perspicazmente- Rosas ser llevó documentación valiosa para su
exilio previendo su destrucción miles de documentos de su biblioteca y archivo
fueron destruidos ahí mismo, no vaya a haberse sabido las traiciones de estos
‗cipayos‘ a su patria, y la decencia del gobierno del Restaurador.

Luego vino la batalla de Pavón, contubernio masónico si lo hubo, entre Mitre y


Urquiza. Alli queda ajustada y consolidada la política Unitaria de nuestros ‗Cipayos‘
que tan exactamente describió Scalabrini Ortiz, a lo largo de las décadas. Cambian
los nombres pero las centenarias Bancas inglesas, francesas, siguen comandando
nuestra política, nuestros puertos, nuestros ríos, nuestras industrias, el laicisimos
materialista anglosajón. La Masonería acrecienta sus ‗tenidas‘ con los Hermanos
‗tres puntos‘ ascendidos: Sarmiento, Mitre, Derqui, Agüero, del Carril, etc.

Con las décadas, las matanzas y asesinatos se volvieron selectivos, junto con
intervenciones federales cuando los gobernantes puestos por Unitarios vencedores
tuvieron algún rasgo de autonomía para poder, así, asegurar la dependencia
económica del interior respecto a Buenos Aires, como sucede hasta hoy dia,

Estos dos últimos fueron los ‗Cipayos‘ encargados de hacer tabla rasa con los
deseos y necesidades de las poblaciones del interior. El ‗porteñismo‘ centralista y
portuario, con armas modernas adquiridas a los franceses e ingleses que gustosos
se las entregaban para hacer la tarea sucia, a lo largo de las décadas fueron
desmontando las autonomías provinciales enviando como autoridades al interior
para lograr sus cometidos y sus planes de conquista, fusilando a diestra y siniestra a
héroes de nuestra independencia como Jerónimo Costa, teniendo el privilegio tanto
Mitre como Sarmiento, a lo largo de su vida, de solo derramar sangre argentina.

Aun así, Mitre fue un general ‗invicto‘: siendo el único general en nuestra historia que
nunca ganó una guerra o batalla; cuestión que se cuidan bien en recordar nuestras
luminarias liberales.

El propio Sarmiento lo certifica en carta a Sarratea el 15 de Junio de 1869 al decirle


que Mitre era un presuntuoso e ignorante que ―solo vergüenza ha traído a la
Republica por su ineptitud‖.

Tampoco Sarmiento tenía todas consigo. El ex gobernador de la Provincia de


Buenos Aires, el liberal Carlos D‘Amico decía que ―La verdad es que la Provincia de
Buenos Aires era una de las más atrasadas de la República en su educación común.
Sarmiento había sido siempre, o casi siempre, el Director General; él dejaba caída la
cortina que ocultaba esas tinieblas, y nadie se atrevía a levantarla. Se veían los
resultados desastrosos, pero no se conocían las causas. ¡Todo eran sombras, polvo
de vanidades, mentiras aparatosas, verdades desconsoladoras. […] Era tan grave el
desorden de la administración de escuelas que el hecho siguiente basta | para
patentizarlo: figuraba en el presupuesto y se pagaba una escuela con todo su
aparato de profesores, empleados, educandos, útiles, etc., etc., que ni existía, ni
había existido jamás!".

Comentaba este último autor por el año 1890 efectuando un análisis de las décadas
que van desde 1860 a 1890, con palabras que fueron una anticipación de lo que aún
estaba por venir siendo ya la entrega de nuestro país harto evidente desde 1852:

"Dominada esta crisis otra vez serán deslumbrados por las riquezas excepcionales
de esta tierra privilegiada y volverán a las andadas, y cada cinco años tendrán una
crisis cuyos peligros irán creciendo en proporción geométrica, hasta que llegue un
día en que deban a los judíos de Londres y Frankfort todo el valor de sus tierras; en
que los usureros del otro lado del mar sean dueños de todos sus ferrocarriles, de
todos sus telégrafos, de todas sus grandes empresas, de todas sus cédulas, y de las
cincuenta mil leguas que les hayan vendido a vil precio. Cuando no tengan más
bienes que entregar en pago empezarán por entregar las rentas de las aduanas.
Seguirán con entregar la administración de todas sus rentas; permitirán, para
garantir esa administración, h ocupación de su territorio, v concluirán por ver flotar
sobre sus ciudades, en sus vastas llanuras, sus caudalosos ríos, en su altísima
montaña, la bandera del imperio que protege la libertad de Inglaterra, pero que ha
esclavizado al mundo con la libra esterlina, cadena unís fuerte y más segura que el
grillo de acero más pesado que han usado jamás ningún tirano"

Pero no solo eran Sarmiento y Mitre los puntales de la entrega de nuestra riqueza.
También el nefasto Nicolás Avellaneda que dijo en 1874 al jurar cumplir con nuestra
ominosa servidumbre económica que ―ahorraría dinero sobre el hambre y la sed de
los argentinos‖. Parecía más un funcionario y acreedor inglés que un presidente
recién electo de un país soberano como supuestamente era la Argentina.

Fieles siervos todos de los intereses franceses o ingleses. Intereses que no eran
solo de conquista militar sino económica y para ello la férrea intención de
desmembrar las Provincias Unidas del Rio de la Plata en cuantas partes pudieran
(conformado nuevos Estados con Paraguay, Corrientes, Misiones, Entre Ríos y la
Banda Oriental, al este; desmembrando el Alto Perú todo, al norte; desmembrando
Cuyo para incorporarlo a Chile; desmembrando la Patagonia para anexarla también
a Chile.

Estos desmembramientos de las Provincias Unidas facilitarían el dominio inglés y


francés como medio idóneo para el logro de sus metas.

Dice al respecto García Mellid: ―Vencedor en todos los frentes el partido unitario
porteño v aplastadas hasta las últimas resistencias federales, pudo el liberalismo
aplicar su ambicionada política civilizadora. Su aspiración era harto simple: quería
una inteligencia directa, sin intermediarios y sin controles, con los mercaderes
ingleses que actuaban en el Río de la Plata el ministro argentino en Londres, doctor
Alberdi, lo había prevenido al general Urquiza·. ‗-Los acreedores v comerciantes
ingleses de Buenos Aires pueden hacemos y nos hacen mucho mal por el influjo de
la Casa de Baring, que es la que capitanea sus movimientos...‖. Ahí estaba el
secreto de tantas iniquidades y traiciones. La Casa Baring capitaneaba las tortuosas
maniobras de la oligarquía portuaria. Cuando fueron superados los obstáculos que
se oponían a la ejecución desembozada de los planes porteños, la oligarquía se
aseguró un cómodo v largo predominio; entonces la Casa de Baring apareció
revestida de cándidos perfiles y ensalzada como benefactora del país. Y esta política
de malversación de la riqueza argentina v de entrega ignominiosa de resortes vitales
de nuestra soberanía (de todo lo cual hablamos en el capítulo respectivo) fue la
mayor de todas las traiciones consumadas por nuestro liberalismo.‖

Y junto a las enormes purgas y fusilamientos, como documenta Scalabrini Ortiz al


decir que el control de la moneda y su emisión, el control de la aduana, del comercio
exterior (exportaciones e importaciones), el manejo a discreción de las vías de
comunicación terrestre y marítima, de la banca. Todo quedaría, como quedó luego
de Caseros, en manos inglesas. Ello corría paralelo a impedir de toda forma posible,
el crecimiento de la industria vernácula.

Luego de Mitre, Sarmiento, Avellaneda, Julio A. Roca, su concuñado Juárez Celman,


enhebran el collar de entrega del Unitarismo, masón, jacobino, y ‗Cipayo‘, como el
mencionado Roca (h) y su ignominioso y vergonzoso Pacto Roca-Runciman en
1933, por el cual se prosternó frente al Rey de Inglaterra para rogarle nos comprara
nuestra carne puesto que para él Argentina era parte integrante del Imperio
Británico, según exclamó muy orondo.
El Reino Unido se comprometía a continuar comprando carnes argentinas en tanto y
en cuanto su precio fuera menor al de los demás proveedores mundiales. Como
contrapartida, Argentina aceptó la liberación de impuestos para productos británicos
al mismo tiempo que tomó el compromiso de no habilitar frigoríficos de capitales
nacionales. Paralelamente se creó el Banco Central de la República Argentina con
competencias para emitir billetes y regular las tasas de interés bajo la conducción de
un directorio con fuerte composición de funcionarios del Imperio Británico. No
obstante todas estas concesiones, se le adjudicó además al Reino Unido el
monopolio de transportes de Buenos Aires (terrestre y ferroviaria)

Luego Juarez Celman acentuó más aún la entrega de nuestras riquezas, con una
voracidad de acopio de riqueza acelerada aún más. La historia oficial se encargó de
ocultar todo esto, falseando los hechos, adulterando la historia, elevando a próceres
a lo peor de nuestros ‗Cipayos‘ entreguistas de todo lo que huela a soberanía
política, económica, social, financiera.

Siguieron en la entrega, nuevos ‗Cipayos‘, empleados del imperio ingles que seguía
sujetando las riendas de nuestro comercio e industria: Manuel Quintana, Figueroa
Alcorta cuyas presidencias continuaron con un centralismo mayor sometiendo a las
provincias a sus designios e interviniendo a aquellas que se les oponían liquidando
cualquier atisbo de Federalismo.

La idea era enriquecerse ellos y sus familias obteniendo las sobras que el Imperio
ingles les obsequiaban por su sometimiento, mientras usufructuaban el poder. Desde
el punto de vista cultural, ellos parecían una imitación vulgar y triste de la sociedad
francesa a la cual admiraban copiando sus modismos, su forma de hablar, una
frivolidad decadente. Nada crearon. Nada les importaba de las cuestiones
nacionales. Les era totalmente ajena su patria.

Desde 1852 hasta el presente su enriquecimiento mediante concesiones simuladas,


influencias pagadas, era moneda de todos los días. El país: un botín de guerra a la
cual ellos se creían con derecho a poseer..

Como bien estudió a conciencia y desarrolló la entrega de nuestra soberanía al


respecto Scalabrini Ortiz, puso en evidencia toda la política ferroviaria inglesa de
aniquilamiento se comenzó a desarrollar ahogando el desarrollo del interior
manipulando las tarifas según su antojo dejando inerme a las industrias y cosechas
del interior; y para eso se necesitaba un andamiaje jurídico que le sirviera de sostén,
empezando por la Constitución Nacional que serviría los impertérritos negocios
extranjeros que nos fueron desangrando hasta el día de hoy. Ese andamiaje lo
brindaban los ‗Cipayos‘.

Para ello se necesita la ignorancia del pueblo argentino, que se lograba


introduciendo pensamientos colonizantes a través de la educación, la cultura y el
periodismo, de la instrucción pública que moldea fácilmente las mentes de los más
chicos con ‗clichés‘, inventando un país que no ha existido y próceres de revistas
(‗Billiken‘ por ejemplo,) lejanos al bien público.

Decía sobre el tema Raúl Scalabrini Ortiz que de la Constitución de 1853 ―emana el
origen de la mayor parte de nuestros males, pues su articulado no se opone a nada
de cuanto se pueda decretar o legislar en demérito del país […] El internacionalismo
de la Constitución de 1853 crea una nación para todo el mundo, no para los
argentinos‖.

Todo quedó en manos del poder extranjero sirviendo como intermediarios estos
argentinos: los ‗Cipayos‘, que actuando subrepticiamente servían y sirven como
correo de transmisión a la política de conquista de los imperios de ultramar, armando
una ‗literatura de la historia‘, deformando nuestra cultura y estructurando
jurídicamente el bien llamado ‗Estatuto del Coloniaje‘.

Sigue diciendo el historiador argentino que ―estos empleados nacidos aquí parecen
ciudadanos argentinos con intereses argentinos pero son agentes de los intereses
extranjeros. Ellos van ocupando lentamente los puestos claves de los comandos de
la vida económica nacional, y su obra lenta y paulatina comienza a desarticular la
organización vital y a exterminar poco a poco las actividades que contrarían los
designios extranjeros. Pero la guerra psicológica y la propaganda son también
factores primordiales en el incruento combate de predominio por los mercados y los
precios, en que la resistencia de los espíritus es doblegada, y aun paralizada, por la
di-fusión de frases insustanciales que alcanzan, con su repetición‖.

Es sintomático que estas fuerzas económicas internacionales ponen sus fichas en


todas las tendencias políticas tanto de las llamadas ‗derechas‘ como ‗izquierdas‘ por
las lisonjas astutas de lo europeo. Las redes están tendidas en todos los campos en
que subsiste una posibilidad de dominio. Los hay verbalmente declarados amigos
del pueblo y los hay despreciadores ostensibles de lo popular. Descubrir su
genealogía gemela y revelar su parentesco espiritual y económico es nuestro deber

Muchos han sido los ‗Cipayos‘ que fueron los hacedores de lo que hoy es una
factoría extranjera llamada ‗Argentina‘, que ni es ‗República‘ ni es ‗Representativa‘ ni,
menos, es ‗Federal‘.

Debemos tener siempre presente que el debilitamiento de la nación, a través del


debilitamiento del Federalismo, es centralizar la economía por el gobierno central y
redistribuirlo en el interior según conveniencias políticas y en pequeñas dosis para
tener sujetados a los gobiernos provinciales que se ven impelidos a obtener solo
migajas, dádivas del gobierno central. Y quien dice ‗Gobierno Central‘ dice poderes
financieros internacionales. Así ha sido desde el fin del Virreinato del Río de la Plata
y lo sigue siendo en la actualidad.
Salvo en el período ‗rosista‘ la oligarquía porteña, políticos, empleados y
funcionarios, eran dóciles juguetes funcionales de la diplomacia británica que los
manejará –dinero mediante- a su antojo.

Logró esta diplomacia la segregación del Alto Perú, la Banda Oriental, el Paraguay a
sangre y fuego. Ahora vienen por la Patagonia. ¿Tendremos la ‗Republica de la
Patagonia‘ en algunas décadas con el beneplácito inglés?

Los nombres de estos capataces de la colonia todos los conocemos ya desde


nuestra más antigua historia: Bernardino Rivadavia, Juan Martín de Pueyrredón,
Manuel J. García, Florencio y Juan Cruz Varela, José Rivera Indarte, José Mármol,
Julián Segundo Agüero, Esteban Echeverría, Juan Bautista Alberdi, Bartolomé Mitre,
Salvador María del Carril, Domingo F. Sarmiento, Julián Álvarez, Juan María
Gutiérrez, Marcos Sastre, Vicente Fidel López, Marco Avellaneda, Miguel Cané,
Carlos Tejedor, Juan Thompson, Félix Frías (furibundo francófilo y secretario del
Oriental Fructuoso Rivera), Valentín Alsina, Valentín Gómez, y los militares
argentinos Gregorio Araoz de Lamadrid, Juan Galo Lavalle, José María Paz y
Mariano Acha, entre otros. Del lado, en la Banda Oriental, Lucas Obes, José Ellauri,
Juan A. Gelly, Jorge Pacheco, Manuel Herrera y Obes, Melchor Pacheco y Obes,
Santiago Vázquez, Andrés Lamas, Fructuoso Rivera, etc. Todos acérrimos anglófilos
o francófilos que corrían desesperadamente para entregar sus tierras y honores a
estos imperios.

Manuel J. García, como ‗Cipayo‘ quizás uno de los más desembozados


representantes ingleses en estas tierras, cuando fue funcionario del Director
Supremo Carlos M. de Alvear rogó a Lord Strangford para que la ―generosa Nación
Británica se dignara a admitirnos como colonia dispuesta a recibir sus leyes con el
mayor placer‖, según carta que le enviara a Manuel de Sarratea el 5 de Febrero de
1816. Solo vergüenza y asco nos produce leer semejante entrega.

Bartolomé Mitre en 1861 expresaba que el progreso solo lo daba el capital inglés.
Luego de la batalla de Caseros y hasta el dia de hoy todo se cumplió a través de los
distintos gobiernos liberales

En fin, como dice García Mellid ― El liberalismo ha sido comediante insuperable en


esto de aparentar una limpieza de propósitos que no condecía con la suciedad de
sus manejos financieros‖.

Estos son los primeros ‗Cipayos‘ en nuestra historia nacional. Todos estos hoy son
considerados los adalides de la patria y sus nombres adornan calles, plazas,
monumentos, municipios, y son los supuestos patriotas que nos enseñan en las
escuelas desde la más tierna infancia atiborrando nuestros cerebros con supuestos
paradigmas de la argentinidad cuando, por ejemplo, el más grande historiador
nacional pasa desapercibido, en forma adrede y con la política del silencio, en
escuelas y colegios: don Julio Irazusta.
Como decía Alfredo Tarruela: ――La pasión sectaria ciega de tal manera a los
falsificadores de la historia que una de las épocas más gloriosas del siglo XX queda
obscurecida por la voluntad de un partido y de una ideología que no es la que
corresponde a nuestra tradición‖

Esto lo vieron claramente las mentes inglesas que acicatearon a esos ‗cipayos‘ en su
beneficio.

Es que no existían en nuestro país, en nuestra América sino ‗mercachifles‘


devenidos en alta sociedad que fueron fácil presa de la política fría y despiadada de
la banca inglesa o francesa., esquilmándose las incipientes industrias del interior con
medidas económicas que ahorcaban cualquier tipo de intención de crecimiento y
autoabastecimiento autónomo.

Si ello no bastaba siempre habría un ejército de mercenarios o conchabados a la


fuerza para aplastar cualquier intento de soberanía.. Como decía el cura Agüero,
ministro del epítome del traidor a su nación, Rivadavia: ―Haremos la unidad a palos‖.
Exabrupto lleno de sinceridad.

Es así fue como se hizo: por un lado la sujeción mediante el terror, los degüellos, el
exterminio físico a lo largo y ancho de nuestro interior y por otro lado la penetración
en las conciencias mediante la repetición hasta el hartazgo de frases altisonantes
que ensalzaban a los supuestos ‗próceres‘ liberales que en realidad eran
sanguinarios homicidas enamorados de sus ‗principios‘ -al decir de García Mellid- de
poblaciones enteras incluidos ancianos y niños que no aceptaban sus ‗liberales‘
órdenes y despreciando al ser histórico concreto y representativo de los pueblos del
interior con una absorción de todas las riquezas del interior por el centralismo
usurero y centrípeto porteño .

El sistema de sujeción de los ingleses siempre se movía indistintamente entre las


promesas de riqueza y –en caso de no prosperar- en amenazas veladas o directas.

Entonces desde Lord Ponsonby, George Canning desde el exterior y con el tiempo a
través de los ‗Cipayos‘ nativos como los Bunge, José María Menéndez, María
Behety, los Braun Menéndez, Raúl Prebisch, Federico Pinedo, Carlos Sánchez
Viamonte, Alfredo Hirsch, Manuel Quintana, Roberto M. Ortiz, el ex Gobernador de
Santa Cruz Pedro Luis Priani, Alvaro Alsogaray, Krieger Vasena, José A. Martínez
de Hoz, Domingo Cavallo, y un largo ‗etc‘; todos funcionarios de gobierno,
abogados, financistas, intermediarios, empleados de bancos o entes financieros
británicos, que han sido como iceberg nativos reconocibles en la superficie de
quienes desde las profundidades silenciosas, anónimas desde Gran Bretaña o los
EEUU o a través de la Banca Internacional europea, dirigen la explotación comercial
e industrial de nuestro país succionando todas sus riquezas.

Esa banca internacional ha obrado desde siempre en nuestra patria: Kuhn, Loeb &
Co. de New York, Bank Max Warburg & Co. de Hamburgo y sus ramificaciones en
los EE.UU, la Banca Rothschild que ejerció influencia decisiva en la lucha
emprendida contra Juan Manuel de Rosas y que se extiende hasta la fecha, etc

En la Argentina, a través del control del Banco Central, nudo principal instrumental y
jurídico de nuestro sometimiento con nuestros ‗Cipayos‘ figurando a la cabeza, la
alta finanza británica logra el control de la moneda, del crédito, de las importaciones
y exportaciones, como una llave de compuerta que se abre y se cierra a voluntad..

Decía Vicente Trípoli, con justeza: ―Producida la emancipación americana, los


pueblos de esta parte del continente se vieron abocados a consolidar sus destinos
dentro de sus propios ámbitos, y para ello contaron con la "ayuda" extranjera. Esta
ayuda vino de Londres principalmente por ser ella quien más había colaborado para
que esta América latina se liberara del dominio de España, pues los dirigentes
políticos ingleses de entonces intuyeron con claridad que una vez rotos los lazos que
nos unían con la Madre Patria, los pueblos entrarían en conflicto, y caerían inanes
en brazos de los banqueros ingleses, con el objeto de salvar sus economías
destruidas por las guerras. Inglaterra abriría nuevos mercados a su naciente y ya
poderosa industria manufacturera y consolidaría su imperio económico en el mundo,
bajo cuyo regulado e inteligente yugo los argentinos viviríamos un siglo con aparente
libertad, democracia y constitución‖.

Dice el autor citado que la libertad política conseguida con nuestra independencia es
consecuencia directa de una decisión estratégica política de Gran Bretaña acuciada
por sus necesidades de expandir su economía a costa de la nuestra, para abrir
mercados a su comercio exterior de manufacturas e importar a bajo precio materias
primas.

El diario ‗The Statist‘, británico, decía el 11 de Abril de 1939 que ―…económicamente


la República Argentina es hoy, en gran parte, lo que nosotros hemos querido que
ella sea‖. Debiera llamar la atención la impudicia de las declaraciones británicas pero
más aún el silencio de las autoridades nacionales y de nuestros supuestos
independientes periodistas.

La idea de los británicos ha sido siempre que para evitar nuestro crecimiento debían
diversificar las actividades de sus colonias o seudo-colonias. En nuestro país fue que
nosotros nos dedicáramos solo a la actividad agropecuaria abortando cualquier
intención de industrializarnos.

La Banca inglesa o norteamericana, la Banca Mundial, se queda con los


ferrocarriles, los teléfonos, la energía, las telecomunicaciones satelitales, el
monopolio del comercio exterior a través de sus ‗cipayos‘ vernáculos en puestos
claves del gobierno ejecutivo, legislativo o judicial, ‗fogoneado‘ todo a través de la
prensa adicta. El país se desindustrializa, deja de tener siderurgia, marina mercante,
etc y pasa a ser solamente abastecedor de materias primas y, encima, a precio vil.
Somos –diría- Scalabrini Ortiz un simulacro de nación, un formato externo, una
imagen pero falto de vida autónoma como un ser vivo. Nada de lo que aquí sucede
es consecuencia de una necesidad nacional sino causada por decisiones producidas
en interés extraño al nuestro.

―Todos los ambiciosos lugares sabían a pie juntillas que para hacer carrera, para
progresar más allá de cierta y muy limitada jerarquía, era condición indispensable
adscribirse a la masonería, es decir, prestar juramento de acatamiento incondicional
a las directivas de John Bull, a quien verdaderamente pertenece el ojo inscrito en el
triángulo que los masones veneran. El otro ojo está ocupado en contar las monedas
que recauda con ese invento maravilloso‖

Esto se da a través de gobiernos civiles o militares; estos últimos son manejados


internamente por ‗consejeros civiles‘ en puestos claves políticos, económicos o
financieros, como los que hemos sufrido con Martínez de Hoz, Cavallo, Alemann,
Alvaro Alsogaray, y tantos otros.

Uno de los modos es –cuando los bienes pertenecen al Estado Argentino-


endeudarlos, aumentando su déficits para luego tener justificativo para transferirlos a
las empresas extranjeras, como sucedió en el Proceso de Reorganización Nacional,
régimen cívico-miltar de cúneo liberal y luego con el gobierno constitucional de
Carlos Menem. Posteriormente esos funcionarios pasan a ser empleados de dichas
empresas, como premio.

André Siegfried, fue un periodista, economísta e historiador francés que publica un


trabajo en 1934, ‗Amérique latine, Paris, A. Colin, 1934 con una larga y triste
reflexión que cita Scalabrini Ortiz:.

―"En el terreno de la alta finanza, salvo excepciones, los naturales del país estaban
excluidos. Son admitidos en algunos directorios y proporcionan la masa mayor del
personal subalterno, pero la dirección efectiva está fuera de sus alcances, porque no
son ellos los que aportaron el capital. Subrayemos que los hombres distinguidos --o
más precisamente los hombres influyentes— son admitidos como consejeros
políticos o jurídicos en las grandes empresas, actividad que les acuerda una posición
estratégica de intermediarios indispensables entre el capital extranjero y las
autoridades políticas nacionales. Tales consejeros jurídicos darán posiblemente
pocos consejos verdaderamente jurídicos, pero actuarán decisivamente cuando se
trate de defender el negocio que representan contra alguna medida fiscal que pueda
perjudicarlo. A medida que las viejas fortunas tradicionales se desvanecen, es cada
vez más indispensable para los miembros de la antigua aristocracia encontrar
empleos semejantes en las grandes empresas extranjeras […] Junto con los
capitales, llegan del extranjero los cuadros directivos de las empresas, los
animadores financieros, el personal técnico. Es así que en su conjunto, los
ferrocarriles son ingleses, las minas inglesas o americanas, los servicios públicos —
aguas, gas, electricidad, tranvías— ingleses y de más en más, americanos. De aquí
se deduce y su repercusión sobrepasa en mucho el dominio de las finanzas que
toda una parte fundamental de la actividad económica es extranjera, por sus
capitales, su personal, su espíritu y sus intereses. La mayor parte de los extranjeros
que dirigen las empresas no se naturalizan, sobre todo si son ingleses o americanos:
permanecen en el país como una clase superior de colonizadores en una factoría".

Esta descarnada descripción de una realidad acuciante y actual no emana de un


argentino –que mal no estuviera- sino de un extranjero conocedor de cómo actúa la
política de su propio país- Francia- y de Gran Bretaña, EEUU, y los organismos
internacionales financieros.

Es lo que mencionamos como ‗correas de transmisión‘ nativas actuando como


consejeros, asesores, síndicos, abogados, contadores puestos como intermediarios,
voceros de las empresas inglesas o norteamericanas en nuestro país desde donde
se irradia la ejecución de los planes, de las directivas emanadas de nuestros
mandantes de los países centrales, que envían algunos directivos de sus países
para monitorear el correcto cumplimiento de las ordenes que ejecutarán esos
‗cipayos‘ asalariados.

Como siempre decimos, en algún momento estos ‗Cipayos‘ pasan de funcionarios a


empleados de dichas empresas y viceversa.

Ante lo puesto en visibilidad por el francés, el silencio obvio de nuestros funcionarios


y políticos es clara señal del acierto de aquel.

Alberdi, aparentemente de vuelta de su liberalismo decimonónico, en las


postrimerías de su vida exiliado en París, pareció darse cuenta de todo el mal que el
liberalismo –y él mismo con su prédica durante años- había hecho desde antes de
nuestra independencia. Le reconoció al propio Juan Manuel de Rosas en persona
que su administración había sido sana y que jamás recurrió a préstamo alguno
durante su mandato. Los usureros no pudieron hacer pié: ―Los liberales argentinos
son amantes platónicos de una deidad que no han visto, ni conocen. Ser libre, para
ellos no consiste en gobernarse a sí mismos, sino en gobernar a los otros. La
posesión del gobierno: he ahí toda su libertad. El monopolio del gobierno: he ahí
todo su liberalismo. . . El liberalismo, como hábito de respetar el disentimiento de los
otros ejercido en nuestra contra, es cosa que no cabe en la cabeza de un liberal
argentino. El disidente, es enemigo; la disidencia de opinión, es guerra, hostilidad,
que autoriza la represión y la muerte […] Al caudillo de las campañas sigue el
caudillo de las ciudades que se eterniza en el poder, que vive sin trabajar, del tesoro
del país, que fusila y persigue a sus opositores, que hace guerras de negocios, pero
todo en forma v en nombre de la ley que, en sus manos es la lanza perfeccionada
del salvaje... No es cl caudillo de chiripá, pero es el caudillo de frac; es siempre un
bárbaro, pero bárbaro civilizado. Su divisa es civilización y barbarie, es decir, las dos
cosas unidas, formando un solo todo: una civilización bárbara, tina barbarie
civilizada".
Si lo dice Alberdi que convivió y participó décadas de dicho pensamiento, nos
exonera de toda prueba. Y para ello, los Unitarios además de los asesinatos en
masa, disponían de academias, diarios, ateneos liberales, congresos, centros de
estudio, etc

Como ya decía en 1957 con clarividencia uno de nuestros ‗fiscales‘ de nuestra


historia Scalabrini Ortiz, esos gobiernos ‗Cipayos‘ imprimían billetes, produciendo la
desvalorización de nuestra moneda y la inflación y ‗se apropiaban de las reservas
del Instituto de Previsión Social‘ (como lo hacen actualmente con los fondos de
jubilaciones depositados). A ello se suma una altísima presión tributaria hecha por el
Poder Ejecutivo pasando por arriba del Poder Legislativo que es el poder con
autoridad para ello. Como puede verse la falta de Constitución fue la excusa perfecta
por los títeres locales del Imperio británico, francés y portugués para voltear al
gobierno soberano de la Confederación Argentina, en 1852, y desarmar su
andamiaje jurídico. No sería la última vez.

Al desvalorizarse la moneda, se alza el costo de vida con el mantenimiento del


salario, lo que traduce una pauperización del pueblo argentino y facilita la
exportación de los productos y la baja del consumo interno, coadyuvado con la
presión tributaria sobre los productos de consumo interno y sobre las ganancias, se
tritura toda posibilidad de crecimiento industrial y económico en general.

El Estado Argentino ve como disminuyen los precios de exportación y aumentan los


de importación; es el medio perfecto para llevarnos a la ruina, al descenso del nivel
de vida de los argentinos por el encarecimiento de los precios internos. El Plan
Prebisch funcionó a las mil maravillas. Hoy dia, con otros nombres, los planes
económicos de nuestros ‗cipayos‘, son los mismos, devaluando nuestra moneda en
una espiral sin fin, lo que facilita que la alta finanza internacional pueda adquirir
nuestros productos por monedas.

El estado liberal, recibía préstamos en pesos ya desvalorizados y asumía su


devolución en dólares.

Así Argentina se volvía una factoría inglesa ayer y estadounidense, hoy a la que solo
le está permitido ser proveedora de alimentos y materia prima (‗primitivismo
agropecuario‘ en palabras de Scalabrini Ortiz), todo realizado por los nativos que por
una suculenta suma y beneficios intervienen en persona, como funcionarios, para
llevar el agua al molino británico.

El comienzo de nuestra dependencia está dado con el sistema de pedir, pedir


préstamos que no necesitamos –puesto que podríamos desenvolver nuestra
industria para evitar hipotecarnos- para luego no poder devolverlos y comenzar la
espiral de sumisión que nos va estrangulando poco a poco y casi sin que se note.

Lo logran manejando nuestra educación desde nuestra infancia (léanse los


manuales de Historia Argentina en nuestros colegios es una clase magistral de cómo
se inculca nuestra dependencia), nuestro periodismo, nuestros medios de
comunicación masivos, la burocracia, ―los hombres y las ideas que no sirvan a las
conveniencias del dominar-dice el autor- serán silenciados sin llamar la atención. Se
crea un ámbito de ahogo- y de incertidumbre donde los juicios no tienen un solo
punto de apoyo, y en cuya desesperación se van perdiendo o esterilizando los
impulsos mejores de las generaciones sucesivas. El esfuerzo creador no solamente
no obtiene el premio lógico y razonable, sino que es duramente castigado cuando no
está dirigido a consolidar la hegemonía del dominador‖.

Agudamente observa Scalabrini Ortiz que en nuestra sociedad las distintas


instituciones políticas, militares, culturales tienen una naturaleza ‗piramidal‘. Por lo
que seduciendo, coaccionando, sobornando, convenciendo de cualquier manera a
los que ostentan los cargos más altos, a los jefes, se derraman sus decisiones hacia
abajo abarcando a todos los componentes en forma pacífica y natural.

Por lo que manejaron, dice el autor, y estructuraron la economía y finanzas de


nuestra patria desde los albores mismos de nuestra independencia. ―Nos
endeudaron, nos encadenaron a la rueda sin fin del interés compuesto, segregaron
el territorio para formar nuestras nacionalidades incapaces de ser autónomas y
regularon nuestro crecimiento de acuerdo a sus necesidades, na las nuestras, sin
perder jamás el contralor absoluto del cuerpo económico nacional. Todas sus
maniobras se encubrieron bajo una apariencia de liberalismo económico y de un
sagrado respeto al capital y a la propiedad. Pero aquí no existió nunca un verdadero
liberalismo ni un verdadero respeto al capital y a la propiedad sino cuando ellos eran
extranjeros‖ […] ―Dice el Dr. Cueto Rúa que ‗-Necesariamente hay que recurrir al
crédito o a la inversión extranjera para poder hacer lo que es indispensable, si
queremos ver la país recuperado para el año 1962-‗. En esta dialéctica capciosa –
dice el historiador- el capital extranjero aparece como una especie de ungüento
curalotodo que se ofrece gratuitamente para eliminar nuestros males‖.

Téngase presente que esto fue escrito por Scalabrini Ortiz en el año 1957, sin
embargo parece que fue escrito hoy a la mañana, lo que significa que nada ha
cambiado: ‗Nihil Novum Sub Sole‘ .-

Ese liberalismo diluyente que forjó una ‗novela de la historia‘ inventando héroes
ficticios y ocultando los verdaderos que dieron su vida por su patria, queda
demostrado por el hecho de que se veneran próceres imponiendo sus nombres a
plazas, calles, monumentos y que en cualquier otro país del mundo sería
inconcebible. No de otro modo se entiende que personales como José Garibaldi que
impuso la bandera inglesa en la Isla Martín García en 1845 y que hizo matanzas
inenarrables por su salvajismo de centenares de civiles en Gualeguaychú y otras
localidades de nuestra Mesopotamia, saqueando como viles piratas –que lo eran-
tiene una estatua en uno de los lugares mas emblemáticos de la ciudad de Buenos
Aires. ¿Qué se venera, qué honores se le brindan?. Los Unitarios ‗cipayos‘ a
contrapelo de su propia patria lo saben bien….
De paso, sepamos que los EEUU, en la ciudad de Boston, está la única estatua de
un argentino al cual se le brindan honores. Ninguna de San Martin, Belgrano, etc.
Solo la de Domingo F. Sarmiento. Los anglo saben bien a quienes agradecer…..

BOSTON-2016-Monumento en homenaje al ‘Cipayo’ Sarmiento


Así como se esconden las públicas demostraciones a héroes reales de nuestra
nación como Martiniano Chilavert (héroe de Ituzaingó y de la batalla de Caseros),
Juan B. Thorne, Felipe Arana, etc. El primero, que no tiene ni siquiera una tumba
propia y descansan sus restos en una sombría tumba prestada en un 3er.subsuelo
destruida por el paso del tiempo en el Cementerio de la Recoleta donde ni siquiera
una chapa recuerda su nombre. Thorne descansa en una humilde tumba en el
cementerio inglés en la Chacarita, olvidado por todos y el más grande diplomático
que nuestra patria tuvo el honor de tener, ni una calle, ni un monumento, ni nada
existe a su nombre.
Restos de Martiniano Chilavert (2018)-arrojados, arrumbados sin chapa, placa o dato
alguno que lo identifique, en el fondo oscuro, en el subsuelo de la bóveda de una
familia amiga: Coronel Eliseo Argüello en el Cementerio de la Recoleta sobre la
esquina de la calle Azcuénaga y Av. Pueyrredón-Sección 19, en el extremo nordeste
del cementerio.

Todo lleva a una gigantesca falsificación de nuestra historia por parte de los liberales
de ayer y de hoy; enseñando desde los primeros años de nuestra escuela primaria
ocultando documentos, desfigurando a los actores cuando les convenía, fabricando
supuestos adalides de nuestra patria cuando los hechos y los documentos enrostran
en la cara a cualquiera que quiera verlo la real catadura moral de estos ‗cipayos‘. El
Unitarismo liberal va falsificando los hechos y la historia toda según las
conveniencias del momento.

Como bien dice Atilio García Mellid contemporáneo de Scalabrini Ortiz con la misma
visión y sagacidad para desmenuzar el fraude armado en el relato de los hechos y
personales de nuestra historia por los Unitarios liberales:

―De acuerdo a la historia ―oficial‖ el país se salvó gracias a las minorías selectas y a
los doctores liberales,[…] Ninguna falsedad más irritante que la de esta historia
fabricada para el uso externo de los manuales escolares. La verdad pasa por la
vereda de enfrente y es necesario que vayamos a buscarla para que no se siga
envenenando el alma de los niños y suscitando un complejo de culpa en la mente de
los pueblos […] ―Los ideólogos amasan sus imponentes construcciones retóricas v
quieren aplicarlas, como un sinapismo, sobre la piel caliente de ¡os pueblos. Las
ideologías sistemáticas, como el liberalismo. Son chalecos de fuerza para lo
espontáneo v vital de las colectividades humanas. Por tratarse de construcciones
racionales, sometidas a la pura omnipotencia de la razón, desdeñan el espíritu y las
cosas espirituales v los valores abstractos. Lo autóctono no tiene cabida en sus
cuadros; se trata de un imponderable que no puede destilarse en los alambiques ni
corporizarse en los tubos de ensayo. […]Porque las minorías dirigentes
metropolitanas, al no provenir de una autentica aristocracia tradicional sino de un
núcleo más o menos habilidoso de mercaderes, no se consideraron depositarías de
un conjunto de ideales unificadores y más bien se adaptaron a las conveniencias
comerciales del tráfico internacional. Y puesto que su trato y negocios se contraían a
los ingleses protestantes, impulsores de las doctrinas liberales, consideraron natural
v provechoso adscribirse a sus tendenciosas inclinaciones, asumiendo al propio
tiempo un tinte de progresistas que satisfacía sus improvisadas vanidades
intelectuales‖..

El propio Mitre reconoció –muy a su pesar- que los centralistas porteños ‗se
enajenaron la voluntad de la opinión, que conscientemente contrariaban‘.

Este reconocimiento de Mitre significa que los Unitarios sabían que contrariaban los
intereses de la nación, del pueblo argentino todo, eran conscientes de su traición, de
su obrar de mala fé. Esta confesión no tuvo consecuencias sobre Mitre. En otro país
alguien que dijera eso sería condenado al pozo del desprecio por sus
conciudadanos. Aquí eso no sucedió. El lavado de cerebro durante tantas décadas
le dio y les dá hoy dia total impunidad.

El control de la educación, de la prensa y de la banca hace esto posible.

De tal modo y ese criterio, por ejemplo, el Dr. Julio Cesar Cueto Rúa hoy día sigue
con la cantinela de antaño repetida hasta al hartazgo al mencionar la necesidad de
crédito no nos dice que solo puede ser dado por la Banca internacional ya que
nuestro país carece de la posibilidad de otorgar créditos genuinos propios. Por lo
que, decir ‗crédito‘ o ‗inversión extranjera‘ es sinónimo. Nunca estos ‗Cipayos‘
proponen la industrialización del país, con inversión productiva, todo se soluciona
con créditos que generan deudas y servicios de interés en una espiral impagable
que nos van ahorcando despacio pero sin pausa como una especie de ‗garrote vil‘
financiero y económico que trae aparejado todo ello en un sometimiento político
cada vez más acendrado.

Está claro que sin el control de la Banca, del crédito, de la moneda, de la Industria y
del Comercio exterior, del desarrollo nacional de la tecnología de punta, de las vías
de comunicación terrestre, aérea y marítima, de las comunicaciones tecnológicas,
sea a través del Estado o de particulares con capitales nacionales que posibiliten la
reinversión de lo producido en nuestro propio país, la soberanía de la nación será
solo una palabra sin sustento real.

Todos los políticos conocidos, no importa de qué partido, no importa de qué


ideología, nacen en las asesorías de las grandes empresas que los preparan
enviándolos al exterior a hacer cursos de post-grado en economía y finanzas y
vuelven al país prestos a hacer cumplir las directivas de nuestros patrones
extranjeros.

Estos ‗Cipayos‘ de saco y corbata, doctorales, muy elegantes, de buenos modales,


socios de los mejores clubes de campo por invitación de quienes los dirigen, de fácil
labia son el resultado buscado por quienes mueven los hilos en forma invisible
apoderándose de lo nuestro y sumiéndonos en una miseria creciente.

Y esto no lo dice un Federal, sino que lo reconoce un Unitario empleado de Chile y


hacedor de nuestra disgregación territorial y cultural: Sarmiento (otro epítome del
‗Cipayismo‘), el cual decía muy orondo y suelto de cuerpo, en la seguridad que da la
impunidad: ―El tipo unitario —decía— marcha derecho, la cabeza alta, no da vuelta
aunque sienta desplomarse un edificio; habla con arrogancia; completa la frase con
gesto desdeñoso v ademanes concluyentes; tiene ideas fijas, invariables, y, a la
víspera de una batallase ocupará todavía de discutir en toda forma un reglamento o
de establecer una nueva formalidad legal, porque las fórmulas legales son el culto
exterior que rinde a sus ídolos.. . ‖
Porque como reconoce después en una carta al nefasto Manuel J. García el 16 de
Enero de 1855, el éxito de los Unitarios fue ‗…disolver la sociedad‘ (sic) (a
reconocimiento de parte sobran las pruebas).

Sarmiento es el modelo exacto del jacobinismo asesino, conjuntamente con Mitre.

En una síntesis perfecto del primero dijo el diario ‗La Prensa‘ (diario liberal que
estaba en las antípodas de lo que podría tenerse como Federal y patriota) y que nos
lo trae García Mellid: ―La Prensa, paladín esforzado del liberalismo el coraje repetir
sus juicios definitivamente entregados a la historia. Sarmiento no fue un educador, ni
un civilizador, ni un pacificador; lo que realmente fue lo dijo ‗La Prensa‘ de Paz. La
Prensa de 1880: ‗-Dondequiera que ha puesto la mano —escribía—, ha dejado los
rastros de su carácter procaz, irascible, sanguinario... Él ha ordenado a sus
subalternos el degüello de sus prisioneros. Él ha mandado clavar en picas las
cabezas de los que combatían contra su autoridad y colocarlas en el trayecto de las
vías públicas. Él dictaba la sentencia de muerte de un centenar de soldados
amotinados en Loncogue. Él mandaba tomar a un jefe sublevado en Mendoza y por
toda instrucción sobre su captura decía al general encargado de esa comisión que lo
fusilara sobre un tambor". Lo dicho por el mismo diario La Prensa: "No se explica
uno que semejante fiera ande por las calles libremente... "'.

―Tan exacta pintura,-sigue reflexionado García Mellid sobre el déspota Sarmiento-


referida como era su finalidad al tipo unitario, excede el marco que le dio origen y
aun la época a que pertenece. Pues cabe perfectamente a todos nuestros
doctrinarios, ideólogos y teorizadores, que se manejan con distintos nombres pero
corresponden a una común modalidad: la presuntuosidad vacua y el desdeñoso
autoritarismo. Así son nuestros liberales, nuestros socialistas v esa caterva de
―intelectuales" de todo tipo que desprecian al país, odian al pueblo y repudian sus
tradiciones, porque nada de esto encaja en sus teorías importadas y en los ídolos a
los que rinden un culto formalista, insincero v puramente exterior‖

El sistema que aplican estos ‗Cipayos‘ como Sarmiento, Mitre, etc, es el siguiente:
comienzan siendo empleados muy bien pagos de los consorcios o empresas
multinacionales. Luego, son llevados a ser funcionarios del Estado para digitar,
desde allí, los intereses de las empresas en las cuales estaban antes. Cuando
finalizan su actividad pública, vuelven a ser ‗asesores‘ o directores de las empresas
o conglomerados internacionales.

También, el proceso puede ser inverso: comienzan como funcionarios públicos. Son
‗captados‘ por estos holdings internacionales que operan en el país con sueldos
muy superiores al que percibían como funcionarios públicos y con el hándicap de
conocer –desde adentro- el funcionamiento y los vericuetos existentes dentro del
Estado para favorecer a sus nuevos patrones.
Ya allá y mas acá en el tiempo, los Alsogaray, Cavallo, Rivadavia, Manuel J. García,
Andres Lamas, Krieger Vasena, José Martínez de Hoz, los Bunge, Bartolomé Mitre y
varios etcéteras más, son vívidos ejemplos de lo mencionado.

Uno de sus sistemas consiste en alentar a que el Estado argentino pida préstamos a
la banca inglesa, por ejemplo, que se sabe imposible de devolver con la renta
publica que se obtenga acentuando la dependencia del capital extranjero que es
presentado por estos funcionarios ‗funcionales‘ como la panacea y que nos seguirá
hundiendo en una espiral sin fin de sometimiento económico y por ende, político, en
la toma de decisiones por parte de los gobiernos.

En sintonía con lo expresado por Cueto Rúa, el contraalmirante Isaac Rojas,


vicepresidente de facto en el año 1957 pronuncia un discurso que da la pauta de lo
que venimos diciendo:

―La lucha por la libertad es universal y entrañablemente filantrópica‖.

Dice Scalabrini Ortiz que el marino (de una marina históricamente anglófila) ―no pudo
hacer una declaración más contraria a la ética de su profesión. El hombre de armas
no ha sido educado en la República Argentina para luchar por la libertad universal
(sic), sino por la libertad de su patria, por la libertad de sus conciudadanos‖.

Scalabrini Ortiz los definió a estos súbditos sin patria con justeza y sus modos de
proceder:

―Bajo la dominación extranjera, que es invisible porque actúa a través de personeros


lugareños, se coarta el libre desenvolvimiento de la personalidad humana, se impide
la diversificación de funciones de la vida moderna, y así se desarrollan sociedades
contrahechas y monstruosas, verdaderos íncubos frutos del demonio, de la
voluntad del extranjero.

―Una oligarquía de intermediarios corruptos —abogados, directores, síndicos,


corredores, o simples subordinados comerciales— sustituye en el ejercicio del poder
a los hombres con verdadera y altruista vocación de mando. La vanagloria y la
estulticia desplazan al temple y a la honradez del genuino dirigente. El imperialismo
toma a su servicio a las mejores inteligencias de un país, para que aboguen y
aleguen a favor en contra de la nación. Las relaciones del individuo y la sociedad
quedan, entonces, interceptadas por esas oscuras fuerzas extra-nacionales, que
obran dentro de la dinámica nacional, a través de sus voceros nacionales.

―La desmoralización cunde, y con ella la desconfianza en su propio esfuerzo. Una


sociedad antinatural y antimoral es la consecuencia inmediata de esa corrosiva
intervención extranjera. El Estado manejado por los servidores del capital extranjero,
se revierte contra el interés de sus subordinados, y se crea, así la orden antinatural,
esencialmente anticristiano, porque muy bien lo dijo León XIII, "el Estado se pone en
oposición con las reglas y las prescripciones de la naturaleza cuando: deja al error y
al vicio una libertad que permite desviar impunemente a las inteligencias de la
verdad y a las conciencias de la virtud" Inmortae Dei)‖.

Esos intermediarios ‗Cipayos‘ son los que, por ejemplo, interpretaron según el
dictado de sus amos, el principio ‗América para los Americanos‘, haciéndonos creer
que las naciones americanas –incluidos los EE.UU- en caso de una agresión extra
continental iban a reaccionar en bloque en defensa del país americano agredido.
Craso error y lo hemos vivido en la Guerra de las Malvinas en el año 1982.

Eso nos hicieron creer, como se dijo, pero en realidad debemos tener en cuenta que
para los EE.UU ellos son ‗América‘ y así se autodenominan: ‗americanos‘,
excluyendo de tal término a todos los hispanoamericanos.

Viejo concepto colonial que los empleados vernáculos de todas las naciones
sudamericanas con la mente colonizada –y los bolsillos, también- repiten una y otra
vez. En realidad, y lo hemos visto, el principio sería: ‗América para los Norte-
Americanos‘. Bueno en rigor, sería para los EE: UU pues tanto México y Canadá
están en el norte de América: son también norteamericanos.

Ahora bien, ¿cómo se aplica este torniquete que nos ahoga día a día y lentamente?.

Primero, con el manejo de la prensa que machaca y prepara el campo para la


posterior acción de las fuerzas antinacionales. También la prensa acallando las
voces que se alzan mediante la política del silencio. Silencio contra toda
manifestación que denuncie los atropellos externos como la complicidad de sus
serviles funcionarios internos. Porque el silencio hace que lo denunciado no exista y
los denunciadores, tampoco. Se silencian las voces, los discursos, los libros, los
documentos que compelen a que abramos los ojos.

Mediante el soborno –arma predilecta de la alta finanza- se compran diarios, canales


de televisión, connivencia de los legisladores, supuestos liberales educados y
civilizados y tambien en especial los llamados ‗progresistas‘ socialistas y comunistas,
que como los chajás suelen gritar en un lado por los derechos de nuestra patria pero
en el momento de votar, silenciosamente, lo hacen en detrimento de nuestros
derechos soberanos.

Y ante el alzamiento de voces que denuncian estas maniobras, existe la complicidad


del silencio referido de los organismos nacionales y sus funcionarios, más la prensa
que como una tenaza, ahogan cualquier reacción del cuerpo social aún vivo aunque
exánime, nada se comenta, nada se publica. Nada de nada en favor de la defensa
de nuestra política y economía soberana.

Bien lo describe Scalabrini Ortiz con perspicacia no exenta de ironía pero exacta en
su descripción:

―Los historiadores no eran historiadores, eran novelistas. Habían urdido una tramoya
que llamaban historia nacional en que los próceres eran todos los que sirvieron
incondicionalmente a los intereses británicos y los truhanes los que de alguna
manera se opusieron a sus maniobras. La vida intelectual se había resumido a las
columnas de ‗La Nación‘ y ‗La Prensa‘ [hoy podríamos agregar a ‗Clarín‘ y ‗Pagina
12‘]. Figurar en ellas equivalía a triunfar en la universidad es y en el prestigio público,
por eso se adulaba a sus propietarios qua distribuían el prestigio con el
desprendimiento con que el payaso distribuye caramelos en el entreacto de la
función de circo‖.

Brillante análisis del historiador correntino que como un cirujano hace un estudio de
lo que nosotros en otros trabajos hemos llamado ‗la novela de la historia‘ que ha sido
el modo en que los Unitarios de ayer, liberales de hoy pintaron poéticamente una
imagen de realidad social totalmente inexistente.

Domingo F. Sarmiento lo dijo puntualmente luego de la batalla de Caseros en 1852


― …La batalla, para el público, puede leerse en el boletín Nº 26: Novela (¿?) muy
interesante que tuvimos el honor de componer Mitre y yo… ‖

Scalabrini Ortiz decía que ―En torno de la inteligencia argentina existe una verdadera
aduana intelectual que confisca e impide la difusión de todo conocimiento de la
realidad argentina y no se detiene ni ante la mutilación injustificada de las obras‖ […]

―El periodismo es quizás la más eficaz de las armas modernas que las naciones
eventualmente poderosas han utilizado para dominar pacíficamente a los países
más débiles. Es un arma insidiosa que penetra hasta la intimidad del cuerpo
nacional y sofoca casi en germen los balbuceos de todo conato de oposición. Su
acción es casi indenunciable porque fundamentalmente opera, no a través de sus
opiniones, sino mediante el diestro empleo de la información que por su misma
índole no puede proporcionar una visión integral y sólo transfiere aquella parte de la
realidad que conviene a los intereses que representa‖ .

Ese manejo una realidad inexistente, de tanto machacar y machacar, se termina


‗volviendo verdad‘, la escuela con sus textos deformes y –paralelamente- los diarios
con sus editoriales de ‗cultura‘, sirven como tenaza a la desinformación y
deformación de nuestros jóvenes educandos.

Consciente de ello fueron los Unitarios y con una astucia solo comparable a su mala
fe, es señalado tal engaño por Arturo Jauretche:

―. El problema está en esas amplias capas medias, que están educadas y son
lectoras de diarios como La Prensa, La Nación o Critica; que han leído
minuciosamente la historia de Mitre. De esas falsedades que, de tanto repetirse, se
instalan como premisas. Se han educado en el mito ‗sarmientino‘ de que la opción
está entre la civilización o la barbarie. Por supuesto, todo lo extranjero es civilización,
y lo de acá, lo criollo, es barbarie. Y mire qué curioso, porque la palabra ―bárbaro‖
viene del griego, y así llamaban los griegos a los extranjeros, a los que no hablaban
su lengua. Sarmiento invirtió esa lógica que fundó Occidente y, con sus buenas
intenciones de educar a todo el mundo, los civilizó bárbaramente, es decir,
extranjerizando nuestra cultura. […]. La oligarquía es una minoría ínfima en nuestra
sociedad; son dueños de la tierra, sí, pero su mayor poder es el de ser dueños de la
cabeza de miles de argentinos de clase media, que, sin tener más tierra que la de
los canteros del patio, se comportan como fieles defensores de un modelo que no
les pertenece. Esos son muchos, miles, tal vez millones movidos no por la
necesidad, sino por esa distorsión cultural, forjada en décadas de educación
‗sarmientina‘ y académica, y por la cotidiana lectura de los diarios ―serios‖.

Ese Unitarismo triunfante en Caseros es el siguiente, como resume Jauretche:

―Mitre en la oración pronunciada saludando a los soldados que venían de


desangrarse en los esteros paraguayos: ‗-Cuando nuestros guerreros vuelvan de su
larga y victoriosa campaña a recibir la larga y merecida ovación que el pueblo les
consagre, podrá el comercio ver inscriptos en sus banderas los grandes principios
que los apóstoles del libre cambio han postulado para mayor felicidad de los
hombres-‖.

Sarmiento que ajusta perfectamente al alcance de esa libertad de comercio y el


límite fijado por sus apóstoles: ‗-La grandeza del Estado está en la pampa pastora,
en las producciones del Norte y en el gran sistema de los ríos navegables cuya aorta
es el Plata. Por otra parte, los españoles no somos ni industriales ni navegantes y la
Europa nos proveerá por largos siglos de sus artefactos a cambio de nuestras
materias primas-‖.

Así dirá Billinghurst: ‗-Llegaremos a exportar manufacturas dentro de mil años‘-, y


Vélez Sársfield, autor del Código Civil, codificará en una frase la política de una
clase como inseparable del destino argentino: Es imposible proteger a los
industriales, que son los pocos, sin dañar a los ganaderos, que son los más. Esa fue
la mentalidad de los ―visionarios‖ que sólo alcanzaron a verse la punta de la nariz‖.

Para Mitre –‗el‘ Cipayo‘ entre los ‗Cipayos‘, - los soldados que ofrendaron su vida en
la guerra del Paraguay –sin saberlo- ofrendaron su vida…¡por el libre cambio! O sea,
por los intereses de la banca inglesa. Queda al descubierto que por algo se forzó a
nuestro pueblo a una guerra del lado equivocado que solo benefició a los Unitarios y
a Brasil.

Esos son los ‗Próceres‘ que nos han enseñado en la escuela, como hemos
comentado arriba, que hicieron grande a la nación, con frases rimbombantes,
huecas, huérfanas de todo documento que lo avale y cuyos nombres inundan las
calles, las plazas, las municipalidades del país como símbolo de unas gestas que
solo avergüenzan a nuestra tierra con sus ejecuciones y matanzas y con la entrega
económica y financiera del país, regalando sus riquezas, sus minerales, y
entregando la educación de su gente a educadores foráneos que implementaban
sus programas educativos en beneficio de los intereses expoliadores anglo-
franceses y de la banca en general.
A su vez existe un organismo organizador y centralizador de la información que se
desea dar a conocer u ocultar o manipular su interpretación según los intereses que
se manejen.

Todo se une en un organismo que aglutina a todas las agencias noticiosas en una:
TELAM (Agencia Nacional de Noticias), organismo oficial que digita desde hace 75
años, como titiritero, monopolizando las noticias y su impronta en beneficio de los
poderes internacionales.. La empresa funciona como una Sociedad del Estado, el
cual pertenece a la Secretaría de Medios y Comunicación Pública, encargada de
designar el directorio. El cómputo de gastos de Télam forma parte del presupuesto
global del Estado argentino.

La agencia nacional de noticias de la República Argentina es un servicio periodístico


mayorista, que llega a la mesa de los principales editores del país, aunque con el
surgimiento de la era digital también incorporó la conexión directa con los
ciudadanos argentinos. Télam ofrece a los abonados, además, el servicio Reporte
Nacional, un diario que refleja lo ocurrido en el país a partir de las noticias
producidas por la agencia que incluye un suplemento literario, el SLT (Suplemento
Literario Télam) donde participan prestigiosos escritores y columnistas, uno de
Tecnología, uno de Deportes y otro infantil.

A los 500 despachos diarios que genera Télam, hay que sumar el servicio
audiovisual y de radio para todos los abonados, que convierten a la agencia en una
que trasmite en los tres formatos: escrito, radial y televisivo. La agencia posee
también el portal digital web telam.com.ar, que funciona en tiempo real.

De tal modo, dice Scalabrini Ortiz ―Si una persona cree que por su arroz no se
obtiene más precio que el que él logra, no discutirá. Si cree que progresar necesita
recurrir al capital extranjero, nadie podrá válidamente oponerse a que recurra. En
una palabra, desposeído de sus medios colectivos de información, el pueblo queda
a merced de sus informantes extranjeros que poco a poco, insensiblemente, influirán
hasta en sus sentimientos nacionales, en la jerarquía de sus apreciaciones y en la
calidad intensidad de sus gustos y apetencias‖. […] .

―Sin dificultad es fácil comprender hasta qué punto el manejo de la información


interna de una nación facilita la eliminación incruenta de los adversarios,
resquebraja las bases de toda resistencia, atempera las oposiciones y hasta puede
justificar las acciones más descabelladas con el antecedente de hechos en
apariencia incontrovertibles‖

―Si una persona cree que por su arroz no se obtiene más precio que el que él logra,
no discutirá. Si cree que progresar necesita recurrir al capital extranjero, nadie podrá
válidamente oponerse a que recurra. En una palabra, desposeído de sus medios
colectivos de información, el pueblo queda a merced de sus informantes extranjeros
que poco poco, insensiblemente, influirán hasta en sus sentimientos nacionales, en
la jerarquía de sus apreciaciones y en la calidad intensidad de sus gustos y
apetencias‖. […] .

―Sin dificultad es fácil comprender hasta qué punto el manejo de la información


interna de una nación facilita la eliminación incruenta de los adversarios,
resquebraja las bases de toda resistencia, atempera las oposiciones y hasta puede
justificar las acciones más descabelladas con el antecedente de hechos en
apariencia incontrovertibles‖ […]

―Todos los poderes republicanos están sometidos a diversos tipos de fiscalización y


contralor, con excepción de la prensa. Y su fuerza está hoy dirigida a desmantelar lo
que el país emprendió y logró en el transcurso de los últimos quince años. Sus
consejos y recomendaciones editoriales tienden a entregar de nuevo a los
extranjeros los controles de la economía argentina: el Banco Central, los depósitos
de los bancos privados, la comercialización por sociedades privadas de nuestra
exportación agropecuaria... Y aunque no se atreven a decirlo francamente, su
campaña está dirigida a desprestigiar al Estado en el manejo de los transportes para
facilitar la ulterior transferencia y a cegar a la industria las fuentes del crédito, que no
otra cosa significa entregar la totalidad del crédito para que "vuelva a ser materia de
la actividad privada, libre de injerencias y reglamentaciones estatales", según lo
recomienda ‗La Prensa‘ del 16-1X-57 […] El conjunto de facultades, autorizaciones,
delegaciones que constituyen el cuerpo legal del Banco Central convierte a esta
institución en el regulador omnímodo a incontrarrestable de casi toda la vida
económica de la Nación. Maniobrando con los tipos de cambios, con los permisos de
importación y exportación, con el acuerdo de divisas, con el redescuento, con las
autorizaciones o restricciones de crédito, etc‖‖.

Esto fue escrito por Scalabrini Ortiz en 1957, pero casi con las mismas palabras se
preconizaba durante la gestión del ‗Cipayo‘ Martínez de Hoz en 1976-1983 o por
Domingo Cavallo durante la gestión de Carlos Menen y De la Rúa en la década de
los ‘90 por lo cual desde los medios de difusión nos bombardeaban continuamente
con dicha panacea que encubría nuestra defección como nación soberana. Es más,
parece que fue escrito hoy a la tarde. Nada ha cambiado y el final ha sido y es
conocido por todos.

Como ya adelantamos arriba, no está de más insistir en que las facultades que se
arroga el Banco Central –léase Poder Ejecutivo- salta por encima de las
prescripciones de la tan afamada Constitución Nacional para los adoradores del
‗librito-, puesto que le corresponden dichas facultades al Congreso de la Nación. ¿Y
la división de poderes?, bien gracias….Y termina Scalabrini Ortiz ―…en una palabra,
la estructura jurídico-legal denominada Banco Central posee atributos que contrarían
abiertamente la Constitución de una nación democrática y le permiten el manejo
integral de toda su vida económica […]. La extraordinaria expansión de la
preponderancia británica que en conjunto caracterizaron ese período, tuvieron su
origen en el Banco Central, en el que era factótum indiscutido por su capacidad
técnica y su brillante inteligencia del Dr. Raúl Prebisch‖‖…

Este empleado del imperio británico en nuestras tierras fue colocando como un
rompecabezas sus discípulos y allegados en puntos estratégicos de la política, y
economía del país. Sirviendo como fuelle todo el arco del periodismo que
acompañaba sus decisiones sin análisis alguno. Cambiando los personajes, como
figuritas, nada ha cambiado en el fondo

El sometimiento periodístico y editorial se suma a la existencia de entidades


supuestamente culturales, deportivas, universitarias que sirven de correa de
transmisión ‗seria‘ y de sostén de la política británica o francesa o norteamericana en
nuestro país. La riqueza y el fruto de nuestro trabajo que debería ser capitalizado a
favor nuestro desde 1810 sirve –salvo en el interregno de 1929 a 1852- al bienestar
y poderío británico y de la finanza mundial.

Obsérvese que Scalabrini Ortiz ya nos hacía referencia al modo de comportamiento


de la prensa que, cuando convenía, hacía silencio sobre las protestas por las
acciones comerciales de los británicos sea en forma directa o sea a través de sus
empleados en el país, pero también la misma prensa utilizaba términos muy
sugestivos cuando querían imponer sus condiciones hablando no en primera
persona sino haciéndose portavoces de la ‗Democracia‘, de la ‗Libertad‘, etc
logrando con tal utilización gramatical dos cosas: primero, hacerse dueños y
adalides de la Democracia y la Libertad, y luego, despersonalizar sus intenciones
escondiéndose tras estos términos. ―Ellos, de acuerdo a una muy estudiada técnica
retórica, no hablan ni argumentan en primera persona. No dicen: ‗Yo quiero‘, o
‗Nosotros los británicos queremos‘. Ellos dicen: ‗La libertad‘ necesita esto o ‗La
democracia‘ requiere esto. Por eso, en este comentario omitiremos los sujetos de las
frases del Herald. Cualquiera que sea el sujeto gramatical utilicen, nosotros sabemos
que el verdadero sujeto son ellos mismos‖ –como dijo Isaac Rojas al que
mencionamos arriba.

Observa con criterio el autor que el tema no es alegar por una libertad abstracta en
lo que estamos todos de acuerdo, sino en la ‗libertad disponible‘: libertad para quien;
¿para el pueblo argentino, para los consorcios internacionales?. Es un tema de
distribución.

Segundo, logrado lo primero, la banca internacional se lanza sin control al manejo de


las exportaciones e importaciones que es la llave maestra de nuestro esclavitud, de
la distribución del crédito, del valor de la moneda, dejando los niveles de salarios a
penas para una subsistencia esclavizante y sin horizonte de crecimiento alguno. El
fin buscado es que agradezcamos que nos den solo un pedazo de pan para no morir
de inanición

Porque si uno alza la bandera del nacionalismo, en seguida se lo imputa de


xenófobo, cuando todos sabemos que no hay nacionalista más expresivo que el
inglés. Debemos tener imperiosamente un nacionalismo que implique la voluntad
defensa de lo que legal y jurídicamente es nuestro. Nuestro derecho a usufructuar
en paz lo que la naturaleza y nuestro propio esfuerzo nos ha dado para tener un
nivel de vida digno y consecuente con ese esfuerzo.

Dice Scalabrini Ortiz que ya no son necesarios para dominarnos actividad militar que
implican gastos para los británicos, basta ―una banca bien organizada, un sistema de
créditos bien dirigido por la secretaría de asuntos exteriores‖ y se nos irá dominado
lentamente, en silencio en nombre de la ‗libertad‘ y el ‗derecho‘.

Pero ello no será directo sino en forma indirecta a través de los siempre dispuestos
‗cipayos‘ que obran como finos intermediarios entre la banca internacional y los
gobiernos sudamericanos. Siempre a través –primero- de suculentas prebendas y si
eso no da resultados, entonces viene las advertencias mafiosas.

Ya en los antiguos 1890 el ‗The Weekly Bulletin‘, de Londres, decía que ―en la
República Argentina para hacer un negocio hay que comprar desde el presidente la
Republica hasta el último portero‖. Bueno, entendemos exagerado la necesidad de
soborno de tantos argentinos; basta con aquellos dirigentes que están en puestos
claves del gobierno o de las finanzas públicas. Entiéndase la ironía.

Al respecto Scalabrini Ortiz decía: ―Inglaterra trabaja en las sombras. Anuda


voluntades o las anula. Los hombres probos y los patriotas desaparecen de los
escenarios públicos misteriosamente. Los venales y los dóciles los sustituyen. Los
genuinos intérpretes populares son aniquilados sin piedad y su memoria es
escarnecida en los textos escolares que forman la conciencia histórica de las nuevas
generaciones. Así Inglaterra avanza sobre un país entorpecido por un sahumerio de
doctrinas y teorías, avanza sobre un país maniatado por la sucesiva destrucción de
los hombres de impulso, de empresa, de capacidad y de inteligencia, que no
estaban al servicio de las conveniencias británicas"..

No debemos considerarnos anti-británicos ni ‗anti-nada‘ sino que los británicos (que


defienden patrióticamente lo suyo como deberíamos defender nosotros lo nuestro)
son la causa histórica de nuestras dependencias políticas y económicas. Ellos
vienen por el petróleo, por el agua, por la riqueza minera, que poseemos en
abundancia y por la disgregación de nuestro territorio debajo del paralelo 42, porque
piensan en su país y su felicidad. Con el separatismo a lograr de nuestra Patagonia (
y la chilena, eventualmente) seremos más fáciles de dominar

Y del mismo modo nuestro nacionalismo debe hacerles frente y abortar sus intentos.
Entendiendo al nacionalismo como un ‗patriotismo inteligente‘ aunque para otro
‗Cipayo‘, como Juan E. Alemann en la revista ‗Argentina Financiera‘ dijese el 6 de
septiembre de 1957 lanzando un grito destemplado llamándolo al nacionalismo
‗criminal‘ por el solo hecho de oponerse a créditos o préstamos de capital extranjero
con tasas usuarias.
No es necesario describir qué intereses defiende como empleado obediente el Dr.
Alemann, (fiel discípulo de Raul Presbich), que durante el proceso militar fue
premiado como Secretario de Hacienda (1976-1981) del Ministro de Economía José
Alfredo Martínez de Hoz, luego director del diario ‗La Razón‘ (la prensa es necesaria
para debilitar y esconder los intereses argentinos en favor de sus amos británicos o
de la Banca suiza) y asesor en las privatizaciones del ex presidente de la nación el
tristemente recordado Carlos Menen, que sumió en mayor pobreza a nuestra patria
destruyendo, desarmando nuestra industria aún en pie, sobre todo acabando con
nuestros ferrocarriles, levantando vías férreas, ramales, sin pausa una tras otra.
Triturando su desarrollo, como bien lo supo describir ya Scalabrini Ortiz ya desde
antaño.

Decía éste algo que sigue vigente al día de hoy definiendo el nacionalismo británico;
nacionalismo que no permite en los países que sojuzga aplicándoles un liberalismo
que en su patria no ejercen ni permiten, logrando disgregarlos para mejor
someterlos: ―no hay en el mundo nacionalistas más extremos que los británicos.
Cada británico actúa como si de exclusivamente dependiera la existencia, la
fortaleza, la seguridad o la grandeza de todo el Imperio Británico. La riqueza el
Imperio es la suma de las riquezas individuales de los británicos desparramados por
el mundo. La definición pertenece a la Enciclopedia Británica. Al acumular bienes los
británicos se enriquecen a sí mismos y enriquecen al Imperio.7.ára un británico nada
hay mejor que otro británico. No comprará una tenaza que no sea inglesa, aunque le
cueste tres veces más. Desdeña por igual a franceses, alemanes, italianos, rusos y
españoles. A los norteamericanos los desprecian, porque su desdén se mezcla con
el despecho que siente al sentirse económicamente subordinados. Son tan
irritantemente nacionalistas que arrastran consigo por el mundo sus costumbres, sus
usos, sus hábitos y sus tradiciones‖

Como ya dijimos arriba los ingleses logran la separación del Alto Perú, Paraguay a
través de la Guerra del Paraguay, la Banda Oriental a través de la traición de
Rivadavia, Manuel J. García, Pueyrredón, de J.J. de Urquiza,

Hemos dicho en otro trabajo que ―Manuel J. García, Bernardino Rivadavia, fueron los
primeros ‗ganapanes‘ al servicio de los proyectos políticos anglo-franceses,
continuando con los miembros del Salón Literario, Asociación de Mayo y todos los
Unitarios serviles.

―Canning, Parish, y otros moldeaban la historia nuestra a su gusto y a los intereses


ingleses, desenvolviendo una política con hilos invisibles tejida en los salones de
Buenos Aires, armando el comienzo de un sutil dominio británico, sostenido por ese
andamiaje jurídico que día a día nos iba sujetando más hasta casi no dejarnos
respirar .

―No debemos olvidar que mucho –por no decir todo- lo referido a nuestra
independencia es producto de las maniobras sutiles y sibilinas de Inglaterra y de
Francia que luchaban por la hegemonía en estas tierras frente a su eterno rival,
España, y así, conseguían la libertad de comercio en el nuevo mundo donde, sobre
todo Inglaterra, se volvería ama y señora desplazando a España, atiborrando a las
nacientes repúblicas independientes de empréstitos impagables, todo operado aquí
por empleados nativos bien pagados, que manejaban la creación de normas
jurídicas ‗ad-hoc‘, sostenidas por el periodismo y cultura que les servía de sostén‖.

En consonancia a lo expresado sigue diciendo Scalabrini Ortiz:

―El germen del separatismo había sido sembrado. Un simple decreto de Rivadavia —
del que Bolívar y Sucre se enteraron estupefactos— perfeccionó la escisión del Alto
Perú. Sus economías ya estaban divorciadas desde diez años antes. El Paraguay se
encerró en si mismo. Tenía una larga tradición de aislamiento. La amenaza
destructora del liberalismo extranjerizante de los porteños no hizo más que
acentuarlo. Pero continuó con una expectativa amistosa, como si esperara que
dieran frutos tardíos las "uniones federales" propuestas por el doctor Francia en
1811 y 1812. Bajo el impulso progresista de los López, la economía paraguaya
adquirió un desarrollo, extraordinario que contrastaba con el primitivismo que
continuaba reinando en las márgenes del Río de la Plata. Pero tampoco los López
desecharon la esperanza de reintegrarse a una verdadera confederación, tan fuerte
era la mutua atracción de los pueblos y de los gobernantes que los interpretaban. La
inicua guerra de la Triple Alianza que la diplomacia inglesa desencadenó para
exterminar hasta la semilla de ese régimen de progreso realizado al margen de su
predominio financiero puso un sangriento punto final a la relación fraternal de ambos
pueblos.[…]

―La vida es un relámpago de luz entre dos eternidades de sombra, escribió Poincaré
en uno de sus ensayos. No podría encontrarse una frase que sintetice mejor la
fugacidad de la vida administrativa de los ministros de Hacienda de esta revolución.
Llegan de la oscuridad indiscernible en que actúan los doctores en ciencias
económicas en la trastienda de las grandes empresas --en que son asesores de
réditos, contadores, síndicos—, brillan un momento en el firmamento de la
administración pública, refulgen con el resplandor de la propaganda periodística,
cumplen con la función para la que fueron nombrados y vuelven a desaparecer en la
noche insondable de los negocios privados. Mientras ejercen el ministerio parecen
seres excepcionales. Opinan sobre los más engorrosos problemas con una
desenvoltura que pasma e imponen soluciones que contrarían la rutina burocrática
con una seguridad dogmática. Al llegar al cargo, eran ideológica, política y
administrativamente irresponsables. Continúan siéndolo después de irse. Los males
que causan sus errores los sufre el país. Ellos están más allá del bien y del mal,
ubicados en el bote salvavidas de las empresas extranjeras‖.

Los británicos, ahora los estadounidenses y la banca sin patria se apropian a través
de sus intermediarios personeros bien pagos, del control del crédito y de los medios
internos de cambio, que les permitirán ir formando capitales a nuestra costa y, con la
mediación de los más desconceptuados técnicos, procuran intervenir y, más tarde,
apoderarse de nuestras industrias, comercio, etc por el inverosímil atajo de los
fideicomisarios, para dejar, al fin, tan sólo la cáscara de una nación, cuya jugosa
pulpa terminará perteneciéndoles, como le pertenecía en el pasado, a consecuencia
de no menos tortuosas y dolosas maniobras.

Dice Scalabrini Ortiz: ―Desde su iniciación el crédito bancario fue en nuestro país un
instrumento puesto al servicio de los poderosos. Los ahorros del pueblo contribuían
al acrecimiento de la riqueza de los pudientes porque el crédito que los bancos
acordaban estaba en relación directa con el patrimonio del solicitante. En realidad el
verdadero crédito no existía: el crédito era un simple adelanto líquido de parte de la
fortuna del que lo solicitaba.‖ Y no, a quien quería trabajar en una actividad
productiva, con antecedentes y experiencia en el rubro de que se tratara ya que se
requieren créditos a largo plazo confiando en la permanencia de las condiciones en
que fue otorgado.

Así, aparecen las financieras con préstamos usuarios imposibles de pagar.

Por ejemplo, Argentina es un país ganadero y agricultor por excelencia que requiere
prontamente su mecanización para abaratar costos y acelerar la producción.
¿Conoce el lector que nuestro país fabrique tractores y maquinarias para tal
desarrollo, o nos es impuesto la importación de toda la maquinaria?.

Nuestro país tiene una enorme costa marítima que es la base de un desarrollo
pesquero que la realidad nos impele a acometer. ¿Conoce el lector si tenemos un
gran desarrollo de buques mercantes para la producción pesquera o debemos
importar maquinaria para tales funciones o directamente importar productos
derivados de la pesca por no extraerlos nosotros?.

Y teniendo en cuenta nuestra extensa costa, ¿conoce el lector si tenemos


desarrollado un sistema de defensa contra los ataques de buques pesqueros
extranjeros que nos roban día a día en nuestros mares nuestra riqueza? Por
supuesto que no. Solo 3 o 4 buques pobres en tecnología contra los cientos de
buques que como cardúmenes de pirañas nos roban nuestra riqueza marítima noche
y dia sin solución de continuidad. Bueno, todo esto es producto de nuestra política
de sometimiento a los intereses extranjeros que lucran con nuestra riqueza ictícola.

De tal manera nuestra nación solo importa bienes de consumo, manufacturados que
nos permiten las grandes potencias y bancas mundiales, pero no bienes de
producción. Y las exportaciones se hacen a vil precio facilitando la economía de las
grandes potencias mundiales que compran barato y que permiten la baja de los
costos de dichos país. Para otro ‗cipayo‘ como Juan José Blaquier Argentina tiene
como destino manifiesto ser siempre ‗un pueblo pastoril y agrícola abastecedor de
otros pueblos‘. Cuando dice ‗otros pueblos‘ léase Gran Bretaña, Francia, etc.

Recordemos que para destruir la industria de una nación, Scalabrini Ortiz decía que
podía ser con el manejo del comercio exterior y el manejo interno del crédito. Esto
es, el manejo de la economía argentina a modo de ‗grifo‘ les asegura nuestra
dependencia.

La exportación a precio vil que logran los británicos, EEUU, etc, se hace bajando el
nivel de consumo de nuestra población (es decir, comer menos), eliminado la
industria, así esos excedentes no consumidos aquí se exportan allá…y también se
utilizan para pagar los intereses de los préstamos de la banca internacional,
intereses y capital que jamás podremos pagar con el beneplácito de la propia banca
que así nos tiene sujetados, como se estableció con el ‗Plan Presbich‘, todo, pues a
través de nuestros personeros ‗lamebotas‘ que vuelven invisibles para el gran
público los planes de conquista británicos, estadounidenses y de todo el poder
sinárquico.

Esta succión de nuestras riquezas como una gran aspiradora practicada por los
imperios de ultramar es señalada por el economista Raúl Prebisch, que da
correctamente en la tecla acerca de las maniobras a tales fines y nos dice cuál sería
la solución para estas pérdidas.

Prebisch hablaba del ―deterioro de los términos de intercambio» cuando el precio de


los bienes (materias primas agro-ganaderos, petróleo, etc) exportados tiende a
disminuir comparado con el de los productos manufacturados importados. Una
mejora en los términos de intercambio es algo positivo para un país, porque eso
significa que debe pagar menos por los productos que importa. Ya que los países
productores de bienes primarios y agrícolas debían entregar cada vez mayor
cantidad de bienes para obtener la misma cantidad de manufacturas.

Según la teoría del ―deterioro de los términos de la relación de intercambio‖ que


padecen los países subdesarrollados, un país necesita exportar cantidades
crecientes de sus productos para poder adquirir con el precio obtenido una cantidad
dada de los bienes que importa. Esa relación pone de manifiesto el carácter
estructural del subdesarrollo y mediante ella tiene lugar una constante transferencia
de riqueza de la periferia hacia el centro.

La utilización de aranceles se justificaba por la existencia del deterioro en los


términos de intercambio, ya que se usaba este mecanismo para proteger la creación
de la industria manufacturera (industria naciente) que luego pudiese exportarse e
intercambiarse por los bienes manufacturados de los países ricos, lo que traería
como resultado una mejora en los términos de intercambio. Asi, se debe pasar de
una estructura productiva del subdesarrollo al desarrollo.

A ese elemento esencial del deterioro de la relación de intercambio cabe añadir,


como vimos, el factor monopólico de los mercados que perpetúa el subdesarrollo.

El papa Paulo VI expuso el problema en Populorum progressio con transparente


claridad: ―Las naciones altamente industrializadas exportan sobre todo productos
elaborados, mientras que las economías poco desarrolladas no tienen para vender
más que productos agrícolas y materias primas. Gracias al progreso técnico, los
primeros aumentan rápidamente de valor y encuentran suficiente mercado. Por el
contrario, los productos primarios que provienen de los países subdesarrollados
sufren amplias y bruscas variaciones de precios, muy lejos de esa plusvalía
progresiva. De ahí provienen para las naciones poco industrializadas grandes
dificultades, cuando han de contar con sus exportaciones para equilibrar su
economía y realizar su plan de desarrollo. Los pueblos pobres permanecen ‗más
pobres y los ricos se hacen cada vez más ricos‖. La palabra del Santo Padre, como
se ve, tocó en la médula del subdesarrollo y del deterioro de la relación de
intercambio.

Lamentable y curiosamente cuando le tocó actuar en la función pública hizo todo lo


contrario a lo que predicaba y sumergió a nuestra nación en una mayor
dependencia, lo cual vuelve su ‗Cipayismo‘ doblemente inmoral, pues sabiendo lo
que había que hacer hizo justamente lo contrario para perjudicar a su país y
endeudándolo aún más de lo que estaba.

Prebisch comenzó su carrera política en 1930 y fue el asesor del Gobierno de Roca
en el pacto espurio ‗Roca-Runciman‘, fue el impulsor de nuestra entrada como
miembro del Fondo Monetario Internacional. Su última actuación política fue cuando
lo designó Raúl Alfonsín en 1983 como asesor económico: todos sabemos cómo
funcionó la economía bajo su gobierno.

Para pasar de un subdesarrollo agro-exportador a desarrollo manufacturero


industrializado se requiere voluntad política y soberana como sucedió en la época
del gobierno de Juan Manuel de Rosas cuando se logró equilibrar equilibró la
balanza comercial por única vez en nuestra historia

Como consecuencia de ello el gobierno de la Confederación Argentina fue derrocado


por el 3 de Febrero de 1852 por una conjunción de intereses del absolutismo liberal
entre Francia, Inglaterra, Brasil y los Unitarios amanuenses.

Estos tuvieron como único objetivo que la Argentina volviese a ser solo un pueblo
pastoril, y se convierta en ‗el granero del mundo‘ y exportador de carne sin
manufacturar, resaltando con orgullo esta condición, renunciando al proceso de
industrialización y con ello a su independencia económica.

El nivel de desarrollo de un pueblo está atado al nivel de producción industrial y


tecnológica. Ello denota el nivel de independencia de una nación. Los pueblos sin
industrias, sin ‗chimeneas‘, es un pueblo inferior sometidos al manejo extranjero
dependiendo solo de un primitivismo mayor o menor, agropecuario. Somos una
factoría británica, o china, norteamericana, o de cualquier otro país.
Estos ‗Cipayos‘ van ocupando los puestos claves de decisión en el gobierno
nacional, en forma paulatina, velada, silenciosa difundiendo una y otra vez a través
de los medios periodísticos, de congresos, de reuniones frases o argumentos
nocivos y astutos para nuestra soberanía que en forma repetitiva termina
creyéndose como verdades que nadie osa contrariar, logrando así la muerte
corporal, literalmente, más la desesperanza y la humillación espiritual de nuestro
pueblo haciéndole sentir que son ‗buenos para nada‘, ‗incapaces‘ de desenvolver
nuestras riquezas.

Decía Scalabrini Ortiz como opera a través de sus empleados nativos, la


internacional del dinero: ―Para aumentar nuestra exportación es indispensable que
nuestro consumo disminuya. Para que disminuya, es indispensable hacer bajar el
nivel de vida de las grandes masas proletarias. Para hacer bajar el nivel de vida de
las masas proletarias hay que eliminar el factor que lo hizo elevar, es decir, la
industria. Toda esta regulación la ha hecho y la hace nuestro Banco Central que
envía órdenes a los distintos bancos que proliferan en nuestro país para que ajusten
su política a la emanada por el Central que a su vez responde a las directivas de la
finanza internacional que la controla.

Los bancos son la punta de lanza de la penetración y control efectivo de nuestras


riquezas.

Los servidores de la banca internacional, inglesa, francesa, suiza, belga,


estadounidense, etc, son los directores, asesores y abogados de las grandes
empresas británicas o de otros países absorben centrípetamente nuestras riquezas,
nuestras materias primas por precios irrisorios y luego, manufacturados nos son
vendidos el producido a precios astronómicos.: ―todo lo que el gaucho usa es de
origen inglés: los estribos, su chiripá y el poncho. E inglés es igualmente su cuchillo
y los utensilios que utiliza‖ dirá allá lejos y hace tiempo Woodbine Parish,
sumamente feliz.

Recordemos que Parish, fue un comerciante, diplomático y ‗viajero‘ (sic) inglés


Todos los espías ingleses se presentaba en estas tierras como viajeros, como
naturalistas, biólogos, historiadores. Eran las pantallas que utilizaban. Parish sirvió
como Diplomático Británico en Buenos Aires de 1825 a 1832. Y acompaño el
reconocimiento oficial de parte de Gran Bretaña de la Independencia Argentina y el
manejo de la banca.

Los servidores de los intereses británicos o extranjeros en general son los que
conocemos como ‗Cipayos‘ y que hemos estando señalando en este trabajo.

Son eficientes, son silenciosos en su actuar, son pulcros y elegantes pero son el
nexo que sirve entre quienes realmente gobiernan y el poder meramente formal

Son descastados, sin lazos con su tierra, ideólogos de ayer y de siempre viven en un
laboratorio sin contacto con realidad.

Uno de ellos actual y que sigue los lineamientos históricos del Unitarismo es el
escritor y sociológo Juan José Sebreli que dijo en el diario CLARIN en la Revista de
Cultura (sic) ‗Ñ‘ el 3 de Enero de 2021, mas vigente que nunca el Unitarismo
encarnado en el liberalismo de siempre se expresa cabalmente en Sebrelli: ― yo me
considero porteño y no argentino. No puedo sentirme compatriota de un formoseño,
por lo tanto, estoy más cercano de un montevideano. Ni digamos del norte o el sur,
para mí no existen‖.

Esta declaración pone al descubierto lo que ya se sabía de este sujeto sin patria: su
centralismo, su concepción eurocéntrica, su desprecio a sus compatriotas. Se asume
porteño; no argentino. Un cabal y auténtico Unitario de pura cepa que desprecia sin
eufemismos a los coterráneos nacidos fuera de la ciudad puerto.

En esa coherencia de ‗Cipayo‘ fiel, se hermana con Montevideo, y no con el ―paisito


oriental‖. Porque esa ciudad puerto uruguaya es una par de Buenos Aires, ambas
concentraron históricamente a los sectores aliados al invasor extranjero, (español,
inglés o portugués), hegemónicas frente al resto de su territorio, ajenas a la
conformación de un proyecto nacional.

Así es como se desmantela la soberanía de una nación: primero, desmantelando la


inteligencia nacional.

Todo este desmantelamiento de la soberanía argentina sobre las decisiones


políticas y económicas que le incumbiesen lo expresa Scalabrini Ortiz señalando los
‗cipayos‘ que la ejecutan.

―El desmantelamiento argentino se proyectaba en todos órdenes. Allí está el plan del
doctor Prebisch para enterarse del alcance nefasto que se proyectaba. El Estado
ideal del liberalismo, se decía, no debe ser propietario. Conviene, por lo tanto, pasar
al interés privado todas las organizaciones que el Estado posee. Pero como en una
sociedad tan prolijamente descapitalizada como la argentina, el único capitalista
posible en la actualidad es el Estado, desposeer al Estado es descapitalizar a la
Nación Argentina. Eso lo sabía Prebisch. Pero es bien sabido que el interés británico
es el alimento nutricio de las ideas del doctor Prebisch. Estaba proyectada la entrega
los ferrocarriles a una sociedad mixta que recibiría como subsidio un valor
equivalente al déficit, con lo cual el Estado cargaría con las perdidas, Pero los
ingleses manejarían la política ferroviaria. A los ingenieros Dante Ardigó, Manuel
Castello y Eduardo Huergo les placía esta solución, y eran los hombres de ‗consejo‘..
También la Flota Mercante iba a ser trasferida ‗al interés privado‘. Se formaron
rápidamente algunas sociedades destinadas a heredar ese patrimonio. Una de esas
sociedades la fundó el naviero y aventurero extranjero Alejandro Vlasoff. La política
de empobrecimiento se extendió a todos campos..‖,

Esto no es nuevo: este comportamiento viene, como se advirtió, desde las


invasiones inglesas en 1806-1807, sigue con los Directoriales, los elementos del
Triunvirato y Unitarios en el poder, antes y después del gobierno soberano de Juan
Manuel de Rosas.

Continúa –con otros nombres- durante el siglo XX hasta el día de hoy. Hemos
hablado de los gobiernos militares con la impronta civil liberal, con los gobiernos bajo
regímenes democráticos como el Alfonsín, de Menen, y los que siguieron al
presente. Cambian los nombres de los ‗cipayos‘, pero el sistema de expoliación es el
mismo.

El Unitarismo de siempre devenido en el llamado Liberalismo actúa, pues, primero


psicológicamente a través de la propaganda, de la educación escolar, y finalmente,
si es necesario, con marchas militares hacia el interior para acallar, adormecer,
cualquier tipo de reacción natural de nuestro pueblo criollo.

Decía García Mellid al respecto que ―sus refinados procedimientos y sus prédicas
desmoralizadoras, tienden siempre a suscitar complejos que actúen sobre los
resortes psicológicos del hombre argentino. La machacona propaganda adversa al
Estado como administrador consagra como réplica el mejor derecho de la empresa
extranjera a apoderarse de nuestros recursos y a explotar empresas que —como en
el caso de las ferrocarriles— constituyen la llave maestra de toda la economía
nacional. El liberalismo viene cumpliendo, a remolque del hábil piloso inglés, su plan
de destrucción de la nacionalidad con este tipo de frases que a fuer de repetidas,
terminan por hacerse rutinarias y por actuar a manera de reflejos mecánicos sobre la
conciencia del ciudadano desprevenido. Se dice así, por ejemplo que el nuestro es
un país de economía agraria utilizando la va gastada frasecita de que somos el
‗granero del mundo‘. Esa otra mentira escandalosa; nuestras salden exportables de
cereales representan una ínfima parte del consumo mundial y nuestra producción en
toneladas es ridícula al lado de la que ofrecen Estados Unidos, Canadá o China.
Países de mucha menos extensión rial, como Francia o Turquía. superan nuestra
producción‖ […]

La cuestión psicológica no es menor. Es lo que impide una reacción natural de un


cuerpo atacado aislándolo de sus raíces, inculcándole una inferioridad frente a otros
pueblos, una incapacidad para el manejo de los resortes políticos de su nación, una
insolvencia intelectual para comprender los problemas a resolver de su tierra. Así
García Mellid dice que ―Frente a estas propagandas derrotistas, el alma nativa se de-
prime y. en tal situación, más que a la rebeldía se abandona al consentidamente. Así
han podido operar los equipos ingleses, con la complicidad de unos pocos pero con
la resignada mansedumbre de muchos‖.[…]

La Argentina debe a la Gran Bretaña su estancamiento v ruina en el campo


económico; pero le debe también la grave descomposición moral que acarrearon sus
métodos de soborno, complicidad y mentira oficializada. Porque los ingleses por muy
astutos que sean en sus programas de penetración v colonización. no prosperaron
entre nosotros únicamente por la persuasión de sus virtudes; en muchos casos
debieron recurrir a la venalidad de los falsos conductores, que, después de Caseros,
impuso la metralla liberal del "mitrismo". Sobre estos debe caer todo el peso de la
execración nacional, pues resolvieron su problema de una manera miserable y
miden: vendían al mismo tiempo sus vacas y el destino de los argentinos‖
No se detuvieron en la entrega de nuestras riquezas solo Urquiza, Mitre y Sarmiento.
Luego, y más acá en el tiempo, vinieron, Juarez Celman, Quintana, Julio A. Roca,
Figueroa Alcorta y un largo etcétera hasta el dia de hoy que continuaron fielmente a
las órdenes de la Banca inglesa y de su gobierno.

Por el año de 1810 recorrió nuestro país un escritor francés M. Jules Huret que
explicaba lo que hemos estado acentuando en estas páginas, respecto al fracaso
militar de las invasiones inglesas: "Después, habiendo renunciado a hacer
políticamente, del Rio de la Plata una colonia inglesa, se organizaron para
convertirla en una colonia financiera. Esto era más prudente y mis practico"..

Allí está todo el secreto. Claro que para ello ya no necesita soldados con uniforme
militar sino ‗soldados‘ de traje y corbata que por ‗principios‘ o por dinero cumplan sus
órdenes de entrega patrimonial de nuestra nación, debidamente instruidos muchos
de ellos en ‗cursos‘ en el exterior adoctrinados para envilecer su patria a la vuelta en
calidad de funcionarios o empresarios con ideas ‗exitosas‘ (sic) para seguir
succionando la riqueza industrial, agrícola-ganadera, mineral, etc enviándola al
exterior..

Debemos decir, que la penetración francesa también ha sido muy fuerte en las
capas dirigentes y familias de estos ‗Cipayos‘ que nos gobiernan. Con su tilinguería,
que viene desde los primeros años de nuestra independencia, erradican nuestra
natural cultura hispánica que tienen nuestros pueblos del interior intentando un
sometimiento, en este caso, cultural y educativa.

Esto es reconocido por los propios Unitarios sin ponerse colorados, como Sarmiento
que en carta al anglófilo y empleado de los intereses británicos, Manuel J. García, le
dice desde Nueva York el 16 de Enero de 1866 ―El partido que componían los
hombres ilustrados, franceses de educación, no tenían ideas de gobierno, porque
seguían malos modelos y no supo gobernar ni fundar nada‖.

A tal reconocimiento, sobran las palabras. Cuesta entender como al dia de hoy
todavía se siguen haciendo altares a estos inútiles y traidores a su propia patria.

La idea y acción de los anglo-franceses había sido mantenernos en una actividad


primaria exclusiva agrícola-ganadera, manejando la escala de nuestra producción y
determinando las propias zonas productivas, exportando esas materias primas por
centavos, como se dijo, a cambio de la introducción de manufacturas que le sobran a
las naciones industriales en exceso y que no tienen donde colocarlas. Nos obligan y
por precios altos. Manufacturas que en la mayoría de los casos pueden fácilmente
producirse aquí.

La vía para ello es el control de la Banca, como se dijo, el comercio exterior e


interior; el manejo del puerto, en síntesis. Y para ello los nativos ‗Cipayos‘,
comerciantes devenidos en suntuosos infatuados lejos de una aristocracia cuyo
engrandecimiento de la nación y el bienestar de su pueblo sería el norte de sus
desvelos. Aquí no fue ni es asi.

García Mellid nos dice y cita al otro ‗Fiscal‘ de nuestra patria subyugada, Scalabrini
Ortiz: ―La historia adulterada que escribieron los propios autores de esta farsa inicua
mantiene su condenación ilevantable sobre las tumbas en que reposan, en el país o
en el extranjero, esos altos varones que no se prestaron a servir en la comparsa del
imperialismo británico en el Rio de la Plata. ¡Caso único en la vida de los pueblos!
Ninguna otra nación ha visto consumarse, ante sus ojos asombrados o en lágrimas,
una empresa igual en su temeridad y en sus malditas consecuencias. Con toda
lógica dice Scalabrini Ortiz: "-La historia oficial argentina es una obra de imaginación
en que los hechos tun sido consciente y deliberadamente deformados, falseados y
concatenados de acuerdo a un plan preconcebido que tiende a disimular la obra de
intriga cumplida por la diplomacia inglesa, propincuo subterránea de los principales
acontecimientos ocurridos en este continente-―

El liberalismo instala la necesidad de que el Estado se abstenga de intervenir en


cuestiones económicas de su propio país (como lo hacen en todos los países serios
e independientes en el mundo). Se instala la necesidad de una ‗neutralidad‘ del
Estado cuando en realidad el Estado con su ‗dejar hacer‘ en forma adrede a través
de sus funcionarios y las políticas que ellos encarnan, permiten el avasallamiento de
nuestras riquezas.

Y, en consonancia con lo expresado por el autor citado, ha sido mencionado allende


los mares y con otras palabras por Don Juan Vázquez de Mella que le comentaba
por carta a Don Fernando Martin Sánchez Juliá el 14 de Mayo de 1920 acerca del
Liberalismo y su neutralidad en todo y que era -equivocadamente- tomado como un
valor: ――El Estado moderno al declarar como postulado la libertad completa de
opiniones, la neutralidad en el orden religioso, moral, político, declara su ignorancia
sobre la verdad de éstos postulados. Cuando la opinión antiliberal aparece y el
estado liberal pretende estatuir su defensa, la tesis liberal muere, pues, por
definición. El estado liberal carece de reglas y principios para declarar lícitas o ilícitas
ciertas ideas‖.

―Pero entonces si no se admite el libre juego de opiniones políticas, morales hay que
establecer definitivamente los fundamentos de aquellas opiniones que son
verdaderas (y esto no es liberal).

―El Estado neutro y el maestro neutro son dos formas de irracionalidad pues el
hombre normal afirma, niega o duda pero no declara en huelga su entendimiento
ante la realidad que lo interroga porque PIENSA. El Estado que se declara ‗neutral‘
en todas aquellas cuestiones que más interesan al hombre, diciendo que ignora la
verdad en política social, educación, ética política, etc, y por lo tanto en los
fundamentos del derecho, es un estado que se jubila a sí mismo, declarándose
inepto para gobernar.‖
A eso nos quiere llevar el liberalismo vernáculo extensión de los intereses
financieros mundiales: a una inexistencia sustancial del Estado, quedando solo la
cascara hueca del mismo como barco a la deriva, manejado por los hilos británicos,
norteamericanos, chinos, etc…

García Mellid refiere a esa conexión entre los mandantes extranjeros ingleses y
franceses y los Unitarios de siempre –Liberales, hoy – como utilizan los primeros con
sus empleados de acá tanto armas psicológicas, como económicas, sobornos de
todo tipo, etc: ―Los equipos liberales que responden incondicionalmente a las
órdenes británicas, manejas con gran sutileza los mecanismos ideológicos y de
propaganda. Un político o un intelectual se juegan su destino a la elección de sus
ideas que constituirán su ideario de combate. Si aspira a obtener influencia o
popularidad debe abrazar el sistema de idea liberales que beneficia a la causa de la
Gran Bretaña. Cualquier desviación se paga con el silencio o con la condenación
más ilevantable. Inglaterra no puede permitir que se proclamen doctrinas de
independencia y, mucho menos, aquellos principios en que se afirma y robustece la
conciencia nacional. Lo hispánico, lo católico y lo tradicional son, en la América
española, los valores sustanciales en que radica la Nación; conviene a los planes
británicos que, en lugar naciones, haya sociedades sin cohesión, sumergidas en una
ínfima economía pastoril y dependientes del aprovisionamiento inglés manufacturas‖.

En síntesis:

La penetración político-económica comienza en los albores de las invasiones


inglesas. La idea del imperio británico y sus organismos financieros, bancarios, etc
(copiado luego por otras naciones y por infinitud de organismos supuestamente
benéficos internacionales –ONGs-) es sojuzgar a las naciones hispanas utilizando
como intermediarios a los propios nativos de dichas naciones que por una suma de
dinero, oropeles, medallas e ingreso a los clubes y logias masónicas ponen en
ejecución las órdenes emanadas de sus mandantes extranjeros. Además, esas
logias masónica de nuestra américa están subordinadas a las indicaciones de las
principales lógicas que están en los EEUU, Inglaterra, Francia, Bélica, Holanda, etc.

Esas órdenes incluyen la desvalorización de nuestra moneda, el impedimento del


desarrollo de nuestras industrias pesadas y tecnológicas, la pauperización de
nuestros pueblos impidiendo el consumo y el aumento de la presión tributaria a
límites exasperantes, la utilización de la Banca nativa y en especial, el Banco Central
para regular los precios internos y externos, de tal manera que seamos solo un
feudo pastoril, la destrucción cultural a través del control de la prensa, el control de la
educación desde la escuela primaria inventando una historia propia inexistente
volviendo a nuestros héroes villanos bárbaros cuando la verdad es justamente lo
contrario.
Como dice García Mellid respecto al único período en que la Banca extranjera no
pudo clavar su aguijón en nuestra soberanía política: el gobierno de Rosas ―Durante
el período de su predominio no se con trató ningún empréstito exterior. Desde el
malhadado primer empréstito de 1824 concertado por el señor Rivadavia v sus
secuaces con la casa Baring de Londres, el país no reincidió en la mala práctica
hasta 1856, después de Caseros. Claro que, a partir de este momento, se inició la
carrera desenfrenada de los empréstitos y la República se postró ante sus
acreedores internacionales; que era, precisamente, lo que el nacionalismo de Rosas
había querido impedir‖.

García junto a Rivadavia amañan el préstamo solicitado a la Baring Bros. por la cual
el país dio sus tierras en garantía. De la suma dada en préstamo casi nada llegó a
nuestras manos; es mas, quedamos en deuda con Inglaterra cuando era Inglaterra
que estaba en deuda con nosotros –y aún lo está- porque los ingleses en 18056 se
llevaron a Inglaterra todo el oro que teníamos. Luego de finalizada la guerra se
comprometieron a devolverlo. Todavía estamos esperando. Esto significa que
pasamos por un arte de magia de ser acreedores del imperio inglés a ser deudores
y, encima, teniendo embargadas nuestras tierras como garantía. Una estafa
típicamente británica que no podría haberse consumado sin los ‗Cipayos‘ de Manuel
J. García, Rivadavia y otros hubieran intervenido en la negociación.

Encima, al estar sin un peso Dorrego por causa de las acciones financieras de
Rivadavia y García, se vio obligado en 1828 cuando accedió al poder a tener que
ceder respecto a la soberanía de la Banda Oriental porque la Banca y el Crédito era
manejado desde el Banco Nacional por los ingleses, lo que llevó a tener que hocicar
y ver como se segregaba parte de nuestro territorio por las maniobras inglesas, tal
cual lo refiere el propio Lord Ponsonby..

En todo esto, repetimos, estuvo involucrado Manuel J. García.

Ese ‗Estado-Tapón‘ cumplía las expectativas del imperio ingles de poder, así, evitar
que la Confederación Argentina no tuviera el control exclusivo de sus ríos interiores.

Debemos reverenciar, según la historiografía novelesca y fraudulenta ‗Cipaya‘ oficial,


la grandeza de ‗Caseros‘. Cualquier objeción a la épica de este combate será
considerado como un acto de barbarie, atraso, etc

El hecho de los tratados consecuencias de la caída de Rosas de declararse en 1853


la libre navegación de los ríos interiores a favor de Inglaterra, Francia y los EE.UU es
vista por el Unitarismo empleado de estos países. A los que apoyó el otrora Jefe de
los Ejercitos de la Confederación Argentina y artífice militar de la mayor traición que
recuerde nuestra historia: Justo José de Urquiza.

Ya desde los albores de nuestra independencia la libertad de los ríos interiores era
un objetivo primario en los intereses anglo-franceses, tal como comenta Scalabrini
Ortiz sobre palabras de Lord Liverpool que en 1824 decía sobre la América hispana
―...la habilidad británica trata de reconstruir la estructura colonial con que ha
mantenido encadenada a la República Argentina durante más de un siglo, merced a
la técnica de utilizar como personeros de sus intereses a ciudadanos argentinos
secretamente comprometidos a sus servicios."

Hoy día mucho tiene que ver en la continuidad en todo a nuestro ahogo soberano, la
punta de lanza de esta invasión a nuestras soberanías, la presencia de las Naciones
Unidas y todos sus organismos de allí salidos que no son otra cosa que máscaras
que utilizan las grandes finanzas sinárquicas para el control de las naciones
soberanas.

El liberalismo malsano en todo su esplendor. El Unitarismo ‗agiornado‘ en liberalismo


o neoliberalismo. Distinto ropaje, misma esencia e intenciones. ‗Cambiar para que
nada cambie‘ diría Giuseppe Tomasi di Lampedusa en su célebre libro ‗Il
Gattopardo‘.

Decía sobre el tema este último autor por el año 1957, contemporáneamente a lo
escrito por Scalabrini Ortiz: ―Una de las formas de ocultamiento de la verdad
histórica de que abusan nuestros liberales, es la de escribir historia. Tenemos
cientos de textos, de manuales y de tratados de historia, todos cortados sobre tos
mismos moldes académicos, que son escarnio y prevaricación de ¡a Academia,
Historias de pueblo ausente, de falsas oposiciones y de escamoteo de los conflictos
profundos; así se adormece la conciencia de los argentinos en la certeza de que
carecen de un propio e inconfundible destino universal‖.

Porque después de todo, una nación lo es porque tiene una unión de destino
universal, como decía José Antonio Primo de Rivera. Así, no nos pertenece.
Nosotros pertenecemos a ella., como pertenecemos a una familia, a unos padres, a
un Dios. La Nación es anterior, superior y ulterior a nosotros mismos; nos trasciende
en el tiempo, en el sentido, en la misión.- El conocimiento de la realidad no se ‗elige‘,
no interviene aquí la voluntad y el número, la realidad no se aprehende: ‗la verdad es
una categoría permanente de la razón y no una decisión de la voluntad‘

La Nación es una sociedad natural o histórica, no depende de nuestra voluntad o de


contrato alguno, no se elige: se nace, es una herencia y tiene por fin la permanencia
en su unidad, y es distinta y superior a los individuos que la integran, encontrando en
el Estado su máquina operante, debiendo estar éste ordenado al bien común,
conforme a la Ley Natural, apropiada a las costumbres, al lugar y al tiempo, según
enseñaba San Isidoro de Sevilla.

Atilio García Mellid respecto al Liberalismo reflexionaba con suma certeza: ―Pues es
lo cierto que una larga prédica liberal ha suscitado agudo escepticismo sobre la
riqueza étnica, religiosa y cultural que atesora nuestro pueblo. En la persecución de
esa finalidad se ha apelado a los recursos más innobles, falseando los hechos y
desfigurando las personas, hasta hacer Je los defensores Je! pueblo la encarnación
sombría de los sentimientos más bárbaros y primitivos. Como contrapartida, se
ensalzó a los exponentes del privilegio mercantil, el abuso político y la injusticia
social, atribuyéndoles ser depositarios de la civilización ilustrada, del orden y la
libertad. Esto es una tremenda mentira y una defraudación escandalosa; la verdad
es justamente la contraria. Pero es necesario decirla, a la luz de los documentos y a
través de una exposición objetiva, porque de no hacerlo todos seremos cómplices en
un proceso cuya meta es la destrucción de las bases fundamentales cu que
descansa la nacionalidad. Sin pueblo auténtico y sin tradiciones normativas no nos
será posible constituir una Nación. El liberalismo lo ha venido impidiendo, acaso sin
proponérselo, empujado por la fatalidad de su propia limitación. Porque el liberalismo
no posee ritmos vitales sino formulaciones teóricas; no es una doctrina nacional sino
una ideología frustránea; no le interesan los pueblos sino las ideas. Extraño a
nuestro medio y adverso a los imperativos que nos vienen por la historia, se empeña
en cegar las fuentes católicas e hispánicas en que ha abrevado nuestra vida. La
despersonalización étnica y la desfiguración espiritual por medio de leyes laicas, de
teorías materialistas y de campañas insidiosas es —en un país católico e hispano—
una forma artera de socavar las defensas de la Nación para que prospere la
factoría‖.

―Es un liberalismo que retrasa y destruye porque en él "los principios son pura
herencia verbal, caparazón hueco y sonoro, creencia muerta. Son, agregamos,
campanas de palo para el corazón afligido de los pobres. Es por esta insensibilidad
que nuestro liberalismo ha anarquizado la vida argentina y amenaza sumirnos en la
confusión. Para contrarrestar su acción disolvente me propongo describir su
trayectoria histórica, utilizando documentos sistemáticamente ocultados, de los que
surge con claridad meridiana una conducta siempre adversa al interés del pueblo v a
los fines de la Nación. Entre nosotros, el Partido Liberal, como tal partido, no
aparece sino después de Caseros; es la seña de los proscriptos que regresan con
las luces de la civilización a un país retrógrado que quiere mantenerse fiel a las
esencias fundacionales. El nuevo cauce es el reencuentro de viejos ríos; confluyen
en él los que formaron en los cuadros de la Sociedad Patriótica, del ―carlotismo‖ y el
partido ‗DirectoriaI‘, de las huestes rivadavianas y los ejércitos unitarios, de los
centros de la aristocracia cerril y los cenáculos de la Asociación de Mayo, de los
sectores que gestionaban la desmembración del territorio o apoyaban el bloqueo
impuesto por potencias extranjeras. Es la concertación de los intereses de los
mercaderes con el ideologismo de los intelectuales‖ […]

―Las doctrinas liberales son ajenas a nuestro medio: su nocividad no se encuentra


tanto en su falsedad intrínseca como en su falta de autenticidad. Nuestro país pugna
por instituciones y leyes que correspondan al fondo vernáculo de su alma, a la
transparente alcurnia de su vida espiritual. El liberalismo frustró estas esperanzas;
hizo del país un campo de experimentación y tomó al hombre argentino como a un
sujeto desarraigado. Por eso construyó un edificio teórico de principios y no ceja en
el empeño de aprisionar la realidad vital en la cárcel endeble de su ideología […]
―La Nación Argentina no podrá realizarse en la plenitud de sus inmensas
posibilidades mientras lleve en su seno tan graves contradicciones. Una patria es
siempre un programa de vida en común; la herencia recibida de los mayores; las
sustancias que edificaron su alma en una fe, una lengua y una cultura; las
instituciones propias y la proyección universal de sus valores nacionales, son los
elementos con que deberá forjarse la patria de los argentinos‖

El Liberalismo encarnado ayer en el Unitarismo redivivo hoy, para mantenerse en la


conducción de los destinos patrios y en la absorción de sus riquezas para cederlas a
sus amos externos requiere una ‗Concepción Literaria De La Historia‘ como la
llamaba con cierta ironía pero con acierto el inglés Halford J. Mackinder. Algo que
supo ver Scalabrini Ortiz.

El Unitarismo, de este modo citado, falsea la historia desde dos ángulos bien
marcados: uno, describiendo personajes con unas virtudes de las que ellos
carecieron y, dos, describiendo otros personajes con defectos y vicios inexistentes.

Dice Scalabrini Ortiz, desenmascarando a los falsarios liberales que la creación


novelesca de nuestra historia ha hecho que ―todo lo que nos rodea sea falso o irreal.
Es falsa la historia que nos enseñaron. Falsas las creencias económicas que nos
imbuyeron. Falsas las perspectivas mundiales que nos presentan y las disyuntivas
política que nos ofrecen. Irreales las libertades que los textos aseguran‖.

Esto fue escrito por el historiador en 1857 y como puede inferirse, nada ha cambiado
al dia de hoy pleno siglo XXI.

De esta forma, los gobiernos Unitarios al controlar la narrativa histórica justificaban


su propia existencia, con esa persistente y fraudulenta ‗Concepción Literaria De La
Historia‘.

La falsificación de la historia por sus vencedores, pues, en que han sumido a nuestra
nación, deformándola y vaciándola de su ser, puede verse en la intención aviesa de
borrar cualquier rastro de Rosas y sus casi 23 años de gobierno, silenciándole sus
virtudes y agigantando sus defectos, al igual que con los hombres probos que lo
rodeaban. Utilizando, a sabiendas, símbolos y acciones para tales fines.

Ezra Poud, un brillante poeta y escritor norteamericano (1885 – 1972) dijo que ―la
técnica de la infamia consiste en inventar dos mentiras y conseguir que el pueblo
discuta acaloradamente sobre cuál de ellas es verdad‖.

Esto es lo que hacen las supuestas democracias hoy dia acicateado todo esto por
los medios de difusión masiva de derecha e izquierda; y el pueblo, ingenuo, cree,
discute y se pelea mientras los titiriteros del mundo ríen ante esto y continúan con su
sojuzgamiento

Dice Calabrese en tal sentido: ―Si no tenemos en claro qué hemos sido, dónde
estamos detenidos, es imposible determinar hacia dónde vamos, y si no lo logramos
no sobreviviremos como nación. Nos quedaremos en un grupo de habitantes, en una
población des-amalgamada, muy fácil de dominar a través de la imposición de las
modas pasajeras. Por eso hoy son tan importantes los medios de comunicación
masiva, en especial aquellos de mayor penetración, como la televisión.

―Si no hay una conciencia nacional, un ser nacional reconocido es porque no lo


supimos formar o no nos dejaron realizarlo o mediante una política deliberada lo
destruyeron o tratan de hacerlo. Es aquí donde entra a jugar un papel decisivo la
colonización cultural. No es menor su incidencia. […]

―Por eso sostenemos que la mayor colonización cultural que hemos padecido
proviene de esta historia oficial, de la retórica, que creo desde la escuela primaria,
modelos para el consumo de un argentino típico que cuando llega a adulto no puede
responder a sus dudas, al pensar sobre la veracidad de lo que le han ensenado.

―Se siente solo, sigue esperando, es parte de una comunidad a la que encuentra
lejana, que no lo representa, con la que le cuesta identificarse, más allá de su círculo
más cercano, porque está construida sobre la hipocresía‖.

La colonización cultural también vista por nuestros ‗Fiscales‘ de referencia queda


reflejada en el libro de uno de ellos, Scalabrini Ortiz: ‗El Hombre que Está Solo y
Espera‘ de donde seguramente Calabrese toma el concepto del ‗Hombre Solo‘ que
se siente desarraigado culturalmente, socialmente, todo lo que es nacional le es
lejano y no lo representa. Esto lo ha logrado el Unitarismo absolutista, tirano y
salvaje, después de décadas y décadas de aislar a nuestros connacionales de sus
raíces volviéndolo, (sobre todo en Buenos Aires, ciudad portuaria si la hay), un ser
descastado, sin patria reconocible, individualista a ultranza, reconcentrado en sí
mismo. Consecuencia directa de una sociedad moldeada adrede por esos Unitarios
anglo-francófilos, hasta el dia de hoy, sin raíces reconocibles.

El Unitarismo devenido en Liberalismo desconocía la naturaleza del país. O la


conocían y por dicha causa, la despreciaban. Quisieron forzar la esencia y tradición
consolidada desde añares aunque ello significara su total destrucción como entidad
soberana. Se olvidaron del hombre concreto, real como sujeto de la historia todo
fundado en grandilocuentes discursos, vacíos de todo contenido sustancial, retórica
pura, teorías abstractas, ditirambos infatuados. La soberbia, su codicia, su mala fé y
la ignorancia aunadas fueron su método instrumental.

Se suman todos los centros de difusión de sus ‗principios‘ como Ateneos,


Congresos, Diarios. Asi sus declaraciones que suplantan los hechos, se vuelven
intocables mitos con los cuales se ‗encadenó el pensamiento de los vencidos‘, al
decir de Manuel Bilbao.

Todo lo que se opusiera a sus ‗principios‘ era considerado ‗bárbaro‘ y en aras de una
supuesta la ‗libertad‘ abstracta, ‗democracia‘, y otras palabras huecas de sentido,
iniciaron, provocaron y concluyeron con todo tipo de atisbo de reacción soberana
pero Uds. saben que como decía Louis Veuillot que ―pensar de manera distinta a
aquellos que se dicen ―tolerantes‖ es algo que el ―partido de la tolerancia‖ no puede
tolerar‖. De esto saben y mucho los liberales, ‗gente de principios‘.

El individualismo extremo y a rajatabla los guiaba. Y como decía el modelo de ello,


Estaban Echeverría ―que perezca el hombre pero que se salven los principios‖. Ahí
estaba todo resumido, vaciado todo se sentido social alguno.

El Unitarismo dibujaba una patria según su conveniencia y la vida ofrendada por los
verdaderos patriotas, hoy dia, está devaluada en la enseñanza escolar y en los
medios de difusión masiva.

Se suma a todo esto el empleo del terror según confiesa Sarmiento a Domingo de
Oro el 17 de Junio de 1857 ―Nuestra base de operaciones ha consistido en la
audacia y el terror que empleamos hábilmente, han dado este resultado admirable e
inesperado... pusimos en cada parroquia cantones con gente armada encarcelamos
como unos veinte extranjeros complicados en una supuesta conspiración... bandas
de soldados armados recorrían de noche las calles de la ciudad, acuchillando y
persiguiendo a los mazorqueros... fue tal el terror que sembramos entre toda esta
gente con estos y otros medios, que el día 29 triunfamos sin oposición‖.. Sarmiento
dixit.

‗Gente armada‘, ‗encarcelamos a supuestos (sic) conspiradores‘, ‗bandas de


soldados‘, ‗acuchillando y persiguiendo mazorqueros‘, ‗terror sembrado‘. Etc. Asi el
unitarismo civilizado actuaba. Y actuaba ‗por las dudas‘ porque los conspiradores
eran ‗supuestos‘ (sic) y, además, había que recordar que en 1857 ya no existían y
hacía años, los mazorqueros citados por el ilustre educador sanjuanino modelo de
civilidad.

Esto no era nuevo. Desde la época del asesinato vil de Manuel Dorrego, los
Unitarios se comportaban asi. El Presbítero Santiago Figueredo en sus palabras en
las exequias de Dorrego decía ―ellos [los Unitarios] han fundado su gobierno sobre
un cadalso y procurarán conservarlo a la sombra del terror‖. No se equivocaba con
su futurología el citado. Asi fue siempre el comportamiento de los Unitarios como
Lavalle, Paz, Lamadrid, hasta Mitre y Sarmiento.

Para García Mellid ―el porteñismo abatió las más puras reservas del alma
provinciana y desbarató los sueños de grandeza común que acariciaba el rústico
poblador de la campaña‖.

―El puerto que debió ser la vía de comunicación con todas las rutas del mundo, fue la
muralla que confinó en un claustro de soledad el alma de los pueblos interiores; la
ciudad que debió constituirse en salvaguardia y protectora de la Nación, se volvió
contra ella; el grupo social que sé decía ―dirigente‖ y debió, en tal sentido, amparar y
estimular la prosperidad de todas las regiones, se enquistó en sí mismo y trabajó
para su propio enriquecimiento, precipitando el desamparo v la miseria de cuantos
no pertenecían a su círculo privilegiado.

En sus postreros días en el exilio, resumió amargamente nuestro Restaurador de las


Leyes lo que estaba sucediendo en el país. Rosas estaba al tanto de lo que pasaba
y las cadenas que nos ataban a la usura. En carta a Antonino Reyes, le decía un 27
de Diciembre de 1870 desde Southampton:

"¡Que Dios iluminé la marcha política de los primeros hombres de esa República y
tenga piedad de nosotros, son mis votos constantes y que siempre debernos todos
invocar, implorando su misericordia!" Comentaba luego el establecimiento en
Buenos Aires de un "titulado Banco Nacional", de acuerdo a un "proyecto fabricado
en Londres por Mr. Laing y otros", y agregaba: "Estos y tantos otros procederes
inauditos contra Buenos gires hacen rebosar la amargura; tanto más cuando los
cometen con pleno conocimiento del mal que hacen. Sí, ¡pobre Buenos Aires!. Aún
mis más desgraciada y triste su situación cuando sus propios hijos son parte de los
autores y cómplices de la decadencia de sus glorias de la amenaza de un porvenir
funesto. Por mi parte peno, me aflijo, lloro y ni aún el llanto continuado es un
calmante a mis dolores".

Estos ideólogos nacidos en nuestra tierra, pero colonizados mentalmente que,


gracias al dinero producto del manejo de la economía del país y su armamento
moderno, sometieron, avasallaron a su propio pueblo, desconociendo nuestras
realidades conformaron la punta de lanza de la penetración y dominio económico de
los grandes imperios y la Banca.

Esos son nuestros ‗Cipayos‘ y nuestra vergüenza como nación: grupos nativos
dóciles al boato, al ideologismo francés o al dinero por sobornos.

Vicente Sierra resumía el connubio entre el liberalismo y socialismo al expresar en


1949, lo que se repite desde los orígenes de los tiempos de nuestra independencia,
con el interregno solo de Juan Manuel de Rosas, en el sentido de que ――Los que
suponen q u e el liberalismo es una doctrina de origen popular ignoran de que
hablan, pues se trata de una concepción netamente clasista, contra la cual surgió,
no en defensa de lo popular sino de otra clase, el socialismo, con las mismas bases
teóricas que su oponente, por lo que resulta igualmente equivocada v peligrosa
desde que ambas se asientan en una concepción falsa del hombre, de la sociedad y
del Estado "

Sobre esto reflexionaba García Mellid, el cual nos hacía ver que el socialismo era y
es el hijo directo del liberalismo:

Esta identidad de las bases teóricas explica la correlación profunda de ambas


doctrinas. Liberales y socialistas recurren al despotismo de Estado para disolver las
estructuras que preservan la libertad de la persona, su autonomía espiritual y el
cumplimiento de los fines naturales y sobrenaturales que le son propios. Ambas
tendencias están aferradas a un conjunto de ideas-fuerza (una ideología) y todo
debe ceder y someterse a su esplendor verbal y a sus abstrusas declaraciones. La
realidad vital en que se mueven los hombres de carne v hueso. carece tic relevancia
ante esas imponentes construcciones ideológicas, que terminan por adquirir vida
propia y actuar a manera de un trágico y autónomo despotismo. Los sistemas liberal
y socialista basan su eficiencia en el dominio ilimitado de los mecanismos materiales
de la sociedad y el Estado; de ahí que todo el problema consiste en apoderarse de
los resortes del poder v promulgar una legalidad de la que ellos son únicos
intérpretes y depositarios‖.

Esa legalidad se la apoderaron muchas veces desde la muerte de Dorrego, las


fraudulentas constituciones de 1819 y 1826 y ya definitivamente con la caída del
legítimo gobierno de Rosas y la ‗legalidad‘ (sic) impuesta por la fuerza de la llamada
Organización Nacional y su constitución viciada de 1853. Por lo que toda ley desde
esa época está viciada de nulidad absoluta. .

Estos ideólogos, despóticos, alejados de toda tradición ignoraban e ignoran el


empirismo organizador que es la base de nuestro justo desarrollo como nación. Son
ciegos a la realidad que los circunda intentando la ‗cuadratura del círculo‘ en forma
antinatural y forzosa prescindiendo de nuestros orígenes, de nuestras realidades,
arrasando el país real cuyo nacimiento y desarrollo fue profundamente hispánico.

Sostenían que la realidad debía ajustarse a sus ideas abstractas y no inversamente.


Y cuando lo sucedido no se ajustaba a sus fórmulas de laboratorio desprovistas de
todo contacto con nuestra realidad, no importaba, persistían en sus altisonantes
palabras huecas y a contrapelo de nuestra identidad.

Obsérvese como muestra perfecta de lo dicho un discurso de Mitre en un banquete


en su honor y el de Sarmiento en una tenida masónica por Octubre de 1868 donde
campea un resumen perfecto de lo siniestro de su pensamiento y los panegíricos
hechos a Rivadavia y demás traidores a su patria totalmente alejados esos
panegíricos de la realidad de quienes éstos fueran.

―Hermanos: Aunque no tenía conocimiento del programa de esta reunión y no había


pensado hacer uso de la palabra, ya que soy invitado á ello, acepto la tarea que se
me encomienda, porque cada uno de nosotros debe estar siempre preparado al
trabajo, ya sea que á él se llame a la luz del día ó en las tinieblas de la noche. (El
orador señala las puertas sagradas del templo, simbolizando la una la luz y.

la otra las tinieblas.) […]

La historia política de la República, sus luchas y sus conquistas están representadas


en las cinco presidencias constitucionales que se cuentan en su historia
constitucional.

La primera, la de Rivadavia, fue la más fecunda de todas. Y sin embargo, Rivadavia


dejaba en pos de sí la agitación de los espíritus, la guerra
de los pueblos, la disolución de la sociedad. Pero es que el trabajo de
descomposición que se hacía era la fermentación de la tierra destinada a
hacer fructificar las grandes semillas del bien· que él dejó sembradas.

Hoy que el juicio de la historia está formado sobre esa presidencia, los pueblos han
hecho la apoteosis de Rivadavia. Nosotros recogemos los bienes que no recogieron
sus contemporáneos. La Presidencia de Rivadavia fié como la primer copa que se
derramaba en los festines antiguos. Nadie la bebía y se hacía con ella una libación a
los dioses desconocidos. Nuestros dioses desconocidos, han recogido esa libación y
la han derramado sobre nuestras cabezas como una agua de bendición.

Los otros cuatro presidentes, hermanos, se han encontrado una vez juntos y
arrodillados al pie de estos altares: el general Urquiza, que acababa de serlo; el
doctor Derqui, que lo era entonces; yo, que debía ser honrado más tarde con el voto
de mis conciudadanos, y el hermano Sarmiento, que va á dirigir bien pronto los
destinos de la nación. Qué sentimiento animaba á aquellos cuatro hombres en ese
momento solemne? Debemos creer que el sentimiento de la fraternidad dominaba
sus almas, y que sus aspiraciones se dirigían al bien de todos.Es cierto, que cuando
nos alejamos de las puertas del templo, nuestras espadas salieron de la vaina para
cruzarse en los campos de batalla; pero aún sobre esa desgracia y esa matanza, el
genio invisible batió de nuevo sus alas, y los pueblos, en nombre de la fraternidad y
del bien, se unieron para concurrir á los fines que encerraban la felicidad de todos.

Hoy que uno de esos presidentes va á entregar á otro el depósito que le fué
confiado, nos habla de los astros que suben á su apogeo y de los que declinan hacia
su ocaso. Error astronómico, como es error político y social. El mundo entero creía
que el sol daba vuelta alrededor de la tierra y que resplandecía sobre nuestras
cabezas para hundirse luego en las sombras. No: el sol está fijo en el centro de su
sistema para irradiar eterna luz sobre sus mundos. N o hay más sol que el
principio eterno bien que nos ilumina. ¿Qué es Sarmiento? Un pobre hombre como
yo, un instrumento como éste (tomando el compás) que la Providencia toma en sus
manos para producir el bien a que concurre en mayor ó menor escala‖.

Como sintetiza García Mellid respecto al Unitarismo liberal y sus ‗Cipayos‘ como
instrumento de sus ansias de poder y muerte: ―El liberalismo carga con este pecado
doctrinario del que no podrá liberarse jamás, porque está en la raíz misma de su
enfoque intelectualista de la naturaleza, del hombre y de la vida. Todas sus
aberraciones advienen de esta falsa cosmovisión de una concepción del mundo que
prescinde de la idea de Dios y perderte la noción de la justicia y del derecho
emergente de la ley natural y divina. No extrañe, pues, que el liberalismo haya
cubierto entre nosotros tan larga etapa de crímenes y perversiones, y que esté
dispuesto a recorrerla de nuevo si las circunstancias fueran propicias a su
restablecimiento en el poder. Pero aún más grave que el delito mismo es la tentativa
de aligero el peso de sus crímenes arrojando sobre los hombros de los opositores cl
pesado bulto de sus iniquidades.[…] ¿Con que derecho, por lo tanto, pueden seguir
exhibiéndose como probos y justos, o como puros y civilizados, si sus
procedimientos brutales, sus asesinatos en masa, sus administraciones
deshonestas, sus negociados escandalosos y sus trámites contra la seguridad del
pueblo y la integridad de la Nación, los sindican como la negación absoluta de
aquello que pretenden representar?

Ellos escribieron la historia, tan alejada de la verdad de los hechos repugnantes que
ellos condujeron y que es una llana falsificación que degrada a los reales patriotas
que dieron su sangre. Diagramada tal ‗concepción literaria de la historia‘ en forma
pensante y minuciosa en el laboratorio de sus mentes divagantes.

Los propios Unitarios –en cartas privadas- lo reconocen.

Mitre, quien dice que a Artigas lo ―hemos enterrado históricamente‖ (carta a Vicente
F. López);

El modelo de Unitario de la Banda Oriental y entreguista de su propia tierra a los


brasileños, Andrés Lamas respecto a sus escritos decía ―Mi escrito no es
rigurosamente histórico, desde que, como se ve, está destinado a servir los intereses
actuales del país, inculpando las administraciones de Rosas, y defendiendo con
ahínco todas las del general Rivera; y como todo escrito polémico destinado a la
prensa diaria, no es extraño que adolezca de muchas inexactitudes" (carta de Lamas
al General Enrique Martínez, Montevideo 6 de Agosto de 1845)

Sarmiento que confiesa que su ‗Facundo‘ ―está llena de inexactitudes a designio‖


(carta de Sarmiento a Paz, Montevideo 22 de Diciembre de 1845).

El mismo Sarmiento reconoce el buen gobierno de Rosas al decirle a Nicolás


Avellaneda ―Necesito y espero de su bondad de Vd (sic) me procure una colección
de tratados argentinos, hecha en tiempos de Rosas, en que están los tratados
federales, que los unitarios han suprimido después, con aquella habilidad con que
sabemos rehacer la historia‖ (carta de Sarmiento a Avellaneda, 16 de Diciembre de
1865).

No debemos de olvidar que apenas caído Rosas los Unitarios se dedicaron a


quemar en fogatas paganas la documentación oficial de Rosas, lo que posibilitó
‗rehacer‘ la historia como decía Sarmiento.

Estos falsarios ‗Cipayos‘ tienen monumentos, plazas, calles, ciudades, municipios,


que llevan sus nombres y han ‗hecho‘ una historia adecuada a sus intereses
espurios.

Esa ―historia‖ vigente en la educación durante décadas apartada de toda realidad,


nos sigue sometiendo y quitando toda soberanía real, ahogando nuestro destino,
hasta el dia de hoy. ¿Hasta cuándo? Hasta que, -como decía José Hernández en su
‗Martín Fierro‘-, ―Un criollo venga a mandar‖ como supo hacerlo nuestro padre de la
patria Don Juan Manuel de Rosas y su soberana y gloriosa Confederación
Argentina….

FUENTES:

CALABRESE, Antonio (‗José de San Martín ¿Un Agente Inglés?-Ediciones Lumiere S.A.-2012‘)

D‘AMICO, Carlos (―Buenos Aires : sus hombres, su política (1860-1890)‖- Ed.Americana. Buenos
Aires 1952)

D‘AMICO, Carlos (―Siete Años en el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires‖ (Ed.Peuser-1895)

GARCÍA MELLID, Atilio (‗Proceso al Liberalismo Argentino‘ – Ediciones Theoria – 2da.Edición- 1964)

GRAS, Mario Cesar (‗‗Rosas y Urquiza-sus relaciones después de Caseros‘- Ed.1948)

ITURRIA, Raúl (‗El Contexto Regional e Internacional‘- en ‗Manuel Oribe, Fundador de la República‘,
de la Colección ‗Los Blancos‘-Vol.1, Cap.3.- Ediciones De La Plaza-Montevideo 2014).

LEGISCOMEX (―Deterioro en los términos de intercambio‖ – Ed.Legis Editores SA-Bogotá Colombia)


https://www.legiscomex.com/Documentos/abccomercio-teoria-terminos-intercambio

MACKINDER, Halford J (‗La Concepción Literaria De La Historia‖-, conferencia en la Real Sociedad


Geográfica de Londres el 25-1-1904 en ‗The Geographical Jornal‘ , Vol.XXIII, Nro.4 pag.421 y sstes.

MONTORO GIL, Gonzalo Vicente (‗J.M.de Rosas.-Aspectos Poco Conocidos de su Vida y su


Familia‘- El Mensajero De La Confederación Argentina blogspot 2017-actualizado a Febrero 2018).

MONTORO GIL, Gonzalo Vicente (‗Sobre el concepto de Nación, Estado y Partidos‘ -


https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2020/12/sobre-el-concepto-de-nacion-
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MONTORO GIL, Gonzalo Vicente (‗Coronel Pedro José Díaz -Héroe Olvidado de Nuestra
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MONTORO GIL, Gonzalo Vicente (‗Juan Galo Lavalle, - Semblanzas de un Súbdito Francés) El
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MONTORO GIL,, Gonzalo Vicente (‗Cnel.Martiniano Chilavert - El Héroe Olvidado‘)- Mensajero de la


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SCALABRINI ORTIZ, Raúl (‗Bases para la Reconstrucción Nacional‘ – Vol. 1 y 2- Ed. Plus Ultra –
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SCALABRINI ORTIZ, Raúl (‗Política Británica en el Río de La Plata‘ –Ed.Fernández Blanco – 1957)

TRÍAS, Vivian (‗'El Paraguay-De Francia el Supremo a la Guerra de la Triple Alianza' -Editorial del
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VÁZQUEZ DE MELLA, Juan (―El Tradicionalismo Español‖ Ediciones Dictio-1980).-

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