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SOBRE LA GUERRA DE MALVINAS

Gonzalo V. Montoro Gil


La Nación es una unidad de destino en lo universal, como decía José Antonio Primo de
Rivera. Así, no nos pertenece. Nosotros pertenecemos a ella., como pertenecemos a una
familia, a unos padres, a un Dios. La Nación es anterior, superior y ulterior a nosotros
mismos; nos trasciende en el tiempo, en el sentido, en la misión.-
Don Ricardo Curutchet expresaba que la guerra de las Malvinas hubo un ejército que
combatió pero no hubo un Estado (encarnación jurídica de la Nación) responsable que
asumiera, como tal, la decisión de la victoria (nunca se atacó al enemigo, solo se repelió su
ataque con suerte diversa al principio, pero tanto va el cántaro a la fuente!...).-
Cual fue la razón de esto último?. Primero, miedo político (no militar) de enfrentar y
afrontar a los poderes del mundo ( y sus mercados) desde Yalta a la “trilateral commision”.
Segundo, una retaguardia interna quebrada, mesocrática que alentaba el espíritu de derrota
fatalista con su hedonismo frío, farisaico, fenicio, dieciochesco, en fin, el „homo
economicus‟ del siglo XX.-
La guerra de Malvinas no fue una guerra colonial como bien lo señalaron Nicolás
Boscovich, el profesor Antonio Caponnetto, Álvaro Riva y otros geopolíticos preclaros.-
Las Malvinas no son colonia, son territorios usurpados, arrebatados, robados, que no es lo
mismo.-
Porque una colonización se lleva a cabo sobre territorios ocupados por tribus que, como
tales, no tienen personería internacional.-
Las Malvinas, por el contrario, nunca tuvieron ése Status y a partir de 1774 integraron
pacíficamente el Imperio Español y después las Provincias Unidas del Río de la Plata. Así,
si fuesen colonias hubiesen podido independizarse, que es el riesgo que se correrá si
prospera -dice Riva- la interpretación simple y sensiblera argentina facilitándose una
trampa jurídica, no por burda menos tentadora.-
En síntesis: las Malvinas no son colonia pues los habitantes no son nativos del lugar, sino
impuestos por la potencia usurpadora luego de desalojar a quienes allí vivían
originariamente. Aunque después del largo tiempo pasado deberá, por supuesto, respetarse
el modo de vida, costumbres y propiedades privadas no monopólicas que allí existan.-
La acción de las Malvinas emprendidas contra Gran Bretaña y sus aliados „defensores de
occidente‟ (en realidad, las nociones „occidente‟- „oriente‟; „norte‟- „sur‟ no definen
axiológicamente nada -dice Curutchet al respecto- son solo ejes ideales sobre los cuales se
entrecruzan intereses mundiales. Esto, a nuestro modo de ver, es fácil de conocer pues el
dinero no tiene patria, bandera, color ni partido, solo MERCADOS) decíamos, entonces,
que la acción emprendida trasciende el fracaso y la vergüenza, pues fué un acto de justicia
reparadora (aún trunca), haya sido oportuno ó no (la defensa de lo nuestro no conoce de
calendarios).-
Fue una decisión soberana, que reafirmó nuestra esencia y existencia, nuestro origen.
Álvaro Riva nos dice que el Operativo Rosario significó una fidelidad a nuestros orígenes,
una acto fundacional que apuntó y atacó a su enemigo ancestral, después de siglo y medio
de acomodaticia dependencia clandestina en un intersticio periférico del mundo
Anglosajón.-
Así como el Restaurador de las Leyes, el Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas
recoge el sable legado Por el General Don José de San Martín, el soldado argentino recibe
de Rosas su sable y su espíritu y los hizo presente siguiendo su lucha por la reconquista. El
realismo político nos hace ver que lo que se perdió fue una guerra, no una batalla, pues
desde la caída de Puerto Argentino („rendición‟ como figura en el acta firmado por el Gral.
Menéndez) la Argentina no ejerció ninguna acción bélica práctica ni simbólica sobre las
islas.-
Pero reconocer una situación fáctica (perder una guerra) no significa no reconocer su
legitimidad.-
Por lo tanto una y otra vez volveremos. Nosotros o nuestros hijos o nuestros nietos o
nosotros con nuestros hijos y nuestros nietos; así como volvió el Gral. San Martín después
de la derrota de „cancha rayada‟, para recuperar nuestras tierras irredentas, que es como
decir, recuperarnos a nosotros mismos, frente a nosotros y a nuestros padres-
Como con nuestras familias: solo podrá sernos arrebatada y mantenida en tal estado de
usurpación por sobre nuestros cadáveres (Giachino y tantos otros así lo entendieron, y
vieron de frente el rostro de Dios).-
La paz no se regala, no se negocia: se conquista. Y solo es duradera la paz justa, en un orden
social justo porque como, al decir de San Agustín, „la paz es la tranquilidad nacida del orden‟
( esto es, un orden justo dirigido al bien común sobre los egoísmos que fragmentan y
atomizan la sociedad).
Así como la lava brota del magma, del interior de la madre tierra y se expande; así el espíritu
nacional brota de nuestros genes (raíz de nuestro ser) y se expande, representando lo nuevo en
lo eterno; transformando en formas y reafirmando en valores toda la realidad humana y
divina.-
Si Dios ha hecho la creación, es nuestro deber comprenderla, darle sentido(es decir, valorarla)
ordenarla y darla a conocer.-
(1995)

“Malvinas: volveremos nosotros o nuestros hijos o nuestros nietos. O mejor aun: nosotros
con nuestros hijos y con nuestros nietos. No quiero dejar de estar ahí, aun convertido en
polvo, cuando aquello ocurra...”

“Malvinas: la defensa de nuestros derechos y verdades no conoce de calendarios.”

“Malvinas: porque no olvido el ayer pienso en mañana actuando hoy.”

“Malvinas: no olvidar a quien olvida. Responder a quien ataca. Unirse a quien recuerda.
Volver con quienes vuelvan. Porque la patria nos duele.”
“No tenemos la tecnología de los ee.uu., japón, anglosajones y demás países
superindustrializados pero tenemos algo que ellos no tienen y que han perdido en su selva de
números, vida programada y autosuficiencia determinista, y es : la esperanza. Que nos dá el
sentido de la trascendencia. Eso nos diferencia y nos salva.”

“Todos moriremos alguna vez. Lo importante no es `dónde` ni `cuándo` sino `cómo`. Lo


importante no es lo que hayamos tenido sino lo que fuimos y dejamos. Porque no somos
hormigas ( a pesar de darwin, rousseau, russell, marx, engels, sarmiento, etc.) Sino hombres,
que por lo tanto, tienen identidad y trascienden a si mismos.”

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