En el mundo jurídico es común que los autores de trabajos entreguen los
mismos a editoras para su publicación las cuales advierten a tales autores la inexistencia de sinalagma alguno. Esto es, que se suele advertir, generalmente aunque no siempre, que la publicación será sin pago alguno por parte de las mencionadas editoras entendiéndose que el sinalagma sería potencial y abstracto: el autor podría beneficiarse de dicha publicación en otros ámbitos. Ello es cotidiano y a nadie sorprende. Está en el autor del trabajo dejarlo para que se publique de tal manera o no; es su opción y está advertido. Ahora bien, hace unos meses me había contactado con una importante y reconocida editora de temas jurídicos el cual me había comentado que buscaban trabajos para publicar y que a cambio de ello la empresa abonaría los correspondientes honorarios. Ante tal circunstancia y la propuesta realizada preparamos, con mi mujer, un minucioso trabajo sobre un tema del ámbito del Derecho del Trabajo, mi especialidad. Entregado a la empresa editora, sin preguntar monto ni fecha de honorarios, a mediados del año en curso- 2019- la misma nos pidió nuestros datos bancarios, Nro.de CUIT, etc, para hacernos la transferencia respectiva, una vez publicado. Finalmente se cumpliría el „Do Ut Des’ Se nos informó que en breve lo iba a ser pero que nosotros teníamos que decidir si queríamos que se publicara en formato papel o via on-line. La razón era que en el primer caso iba a ser publicada pero sufriendo el trabajo ciertos recortes habida cuenta de su extensión que impediría, por tal motivo, la impresión en papel. Si decidíamos publicarla on-line, no habría recortes del texto. Obviamente fue elegido este último formato. El trabajo fue publicado, prontamente y tal lo prometido, en Julio del presente año. Fue pasando el tiempo y no teniendo noticias de la editora respecto a los honorarios al comunicarnos con la empresa editora la cual nos informó que como habíamos optado por la publicación on-line la empresa editora no abonaba los honorarios. Sólo cuando fuera publicada en formato papel (sic). Que esa era la política de la empresa editora. Esto significa, en buen romance, que a los efectos del pago de honorarios no se tenía en cuenta el contenido sino el formato. Y como el formato elegido („on- line’) implicaba no recortar el trabajo, entonces no se pagaría lo convenido: EL MAL ESTABA EN LA EXTENSIÓN... Esto me recuerda a Arturo Jauretche y su concepto tan acertado de la Patria Chica „sarmientina’. Este concepto filosófico (en este caso comentado, ius-filosófico) de Domingo Faustino Sarmiento (de Bartolomé Mitre y tantos otros) en el sentido de que “EL MAL QUE AQUEJA LA ARGENTINA ES LA EXTENSIÓN” (conf. „Facundo, Civilización o Barbarie’- Santiago de Chile-imprenta del progreso- 1845) ha sido y es un paradigma de los creadores intelectuales y fácticos de nuestra de malhadada Patria Chica cuyo pensamiento, machacado a fuego durante décadas en nuestra educación colonial, nos llega hasta el día de hoy. „Mutatis Mutandi’ esa concepción de país se derrama y se proyecta hasta en pequeñas actitudes como las descriptas, y no por casualidad, sino causalmente: el trabajo realizado no se abonó, no por débil contenido, sino por su extensión. Solo si se achicaba, si se podaba, se podría publicar y cumplir con la contraprestación prometida. Hemos vuelto a publicar en aquellas editoriales que, si bien no remuneran los trabajos publicados, se lo hacen saber a uno con anticipación (permitiendo optar a los autores publicarlos o no), no haciendo cuestiones diferenciales sobre las extensiones mayores o menores de los trabajos. En lo que respecta al trabajo presentado y que motiva esta nota está demás decir que nosotros, los autores, preferimos que no se abone evitando así que se mutile su contenido y de este modo se lo informamos a los „sarmientinos’ editores….