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FRIEDRICH NIETZSCHE

FEDERICO RUlZ COMPANV


ALBERT PITARCH NAVARRO
Friedrich Nietzsche
Historia de la Filosofía (Filosofía //)

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l' Edición: Valencia, 2006


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F. NIETZSCHE (1844-1900)
...Sólo donde hay vida hay tam-
EL PODER
bién voluntad; pero no voluntad
Poder, poderío, es fuerza.
de vida, sino... ¡voluntad de
Las fuerzas naturales, las fuerzas irraciona-
poder! (Así habló Zaratustra;
les de la vida se expresan en distintos gra-
De la superación de sí mismo).' dos y formas, pero siempre impulsivamen-
te ... y nada o poco se puede hacer por
La voluntad de poder, expre- pararlas.
sión un tanto extraña, es el eje que No son lo mismo la fuerza y la vitalidad de
recorre -a veces de manera tácita un caracol que la de un tigre o un águila.
y otras en forma expresa- el con- Ni tampoco son lo mismo la fuerza de un
junto de la filosofía de Nietzsche. ciclón, de un terremoto o de un incendio.
Esas fuerzas son la vida misma y los hom-
Los fisiólogos deberían re- bres, los seres humanos, también están
flexionar antes de afirmar que el dominados por ellas.
instinto de conservación es el ¿Qué es la voluntad del poder?
instinto primordial del ser orgá- Es la expresión de la "fuerza" del ser vivo,
nico. El ser vivo quiere, ante en cuanto que viviendo va expresando
todo, dar libre rienda a su fuer- todas sus energías; es la forma de expre-
sión propia del instinto vital el cual no
za. La vida misma es voluntad de
puede ser desarrollado libremente si no se
poderío. El instinto de conserva- impone por la fuerza.
ción no es más que una conse- Por supuesto que no hay que entenderla
cuencia indirecta. (Más allá del como una hipótesis científica (inada estaría
bien y del mal, 1, 13). más alejado de su pensamiento!). Es una
postulación psicologista e intuitiva (contra-
La obra de Nietzsche se ca- racionalista), contra la razón teórica que
intenta explicar todo, pero que nada "com-
racteriza por la aceptación del fe-
prende".
nómeno vital -lo cual ya era una
tradición en el pensamiento filo-
sófico y social desde finales del LA VIDA
siglo XVIII- como una fuerza Es el impulso por el desarrollo autónomo de
que debe ser realizada dejándola un ser cualquiera; la vida, la fuerza vital, es
desenvolverse por sí misma. voluntad de poder.
Nada debe oponerse a ello. Todos los seres tienen la tendencia para
desarrollar sus potencias y fuerzas naturales.
Nada puede oponerse a ello.
A ellas estamos sometidos y dar alas a la
A lo que deben oponerse los
vida es dejar que esas potencias -la volun-
hombres, según Nietzsche, es a tad de poder- se desarrollen libremente.
todo aquello que coarte o limite las

1 Dada la constante ambigüedad que existe acerca de la obra La voluntad de poder no vamos a
introducir citas de ella, aunque es de obligación reconocer que en ese libro se encuentra, mani-
pulado o no, que ésa es la cuestión, la práctica totalidad del pensamiento de F. Nietzsche.

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expresiones de esa fuerza vital e instintiva; esto es, a las normas morales y
sociales, a los sistemas religiosos, económicos y políticos en donde se pervierta
y controle la fuerza de vivir, las pasiones y los instintos. iLa fuerza del vivir!
El pensamiento de Nietzsche se encuentra disperso y no constituye un sis-
tema organizado al uso habitual en filosofía; no obstante, sus ideas tienen un
hilo conductor -la voluntad de poder- aunque aparentemente figuren ser algo
inconexo entre sí y su lectura produzca una cierta perplejidad. De lo que no
hay duda es de que sus pensamientos y su estilo literario son una violenta
erupción, un grito contra las normas, una voz amarga y crítica, un torrente lite-
rario y apasionado ... que es expresión de la vida y de los instintos: la libera-
ción del individuo frente a las masas, el triunfo de el selecto sobre el vulgar.

El hombre de "elite" se busca instintivamente su torre de marfil, un reducto


en el que se vea libre de la masa, del vulgo, de la muchedumbre, donde
pueda olvidar "el hombre", la "regla" a la cual constituye la excepción, a
no ser que un instinto más fuerte aún no le dé derecho respecto a estos seres
conformes a la regla, puesto que quiere reconocerlos, en el sentido grandio-
so y excepcional de esta palabra. (Más allá del bien y del mal, II, 26).

* * *

EL ANTAGONISMO FUNDAMENTAL: FUERTES y DÉBILES.

Resulta imposible no reconocer, a la base de todas estas razas nobles, el animal


de rapiña, la magnífica bestia rubia, que vagabundea codiciosa de botín y de
victoria; de cuando en cuando esa base oculta necesita desahogarse, el animal
tiene que salir de nuevo fuera, tiene que retornar a la selva: -las aristocracias
romana, árabe, germánica, japonesa, los héroes homéricos, los vikingos escan-
dinavos- todos ellos coinciden en tal imperiosa necesidad. Son las razas nobles
las que han dejado tras sí el concepto «bárbaro» por todos los lugares por
donde han pasado; incluso en su cultura más excelsa se revelan una conscien-
cia de ello y hasta un orgullo ... (Genealogía de la moral, 1, 11).
Toda elevación del tipo humano ha sido
MARX, STUART MILL y NIETZSCHE siempre y seguirá siendo siempre obra de una
Como nota contextual puede sociedad aristócrata, de una sociedad que
decirse que la obra de Nietzsche
cree en múltiples escalas de jerarquía y de
es un enfrentamiento directo
con las obras de Marx y 5tuart
valores entre los hombres y que, bajo una u
Mili, los dos grandes represen- otra forma, tiene necesidad de la esclavitud ...
tantes de las ilustradas, aunque la verdad es dura, tengamos el valor de confe-
también antagónicas, ideologías sar sin rodeos cuáles han sido en todo tiempo
comunista y liberal, respectiva-
los comienzos de una civilización superior.
mente, del siglo XIX (plena-
mente vigentes en el XX).
Hombres de una índole muy próxima aún a la
naturaleza, bárbaros en todo lo que esta pala-

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bra tiene de terrible, hombres de presa en posesión de energías y de apetitos de
una potencia aún intactos se lanzaron sobre razas más blandas, más civilizadas,
más pacíficas, razas de comerciantes o de pastores por ejemplo, o también sobre
viejas civilizaciones agotadas que disipan sus últimas energías vitales en los bri-
llantes fuegos de artificio del espíritu y de la corrupción. La casta aristocrática
fue siempre en su origen la casta de los bárbaros; su predominio se basaba, ante
todo, en una fuerza física, y no en su fuerza psíquica. Eran "hombres" más com-
pletos que los demás, lo que significa, además, "bestias casi completas" en
todos los aspectos. (Más allá del bien y del mal, IX, 257).

La Naturaleza, en opinión de Nietzsche, ha hecho a algunos individuos


cualitativamente superiores porque están dominados por esa fuerza vital e
imparable y quieren llevarla a cabo. Son hombres naturalmente superiores a
aquellos otros que aceptan normas sin más; sin embargo, estos otros, los
débiles, unidos por temor al dominio y a los atropellos naturales de los seres
superiores (de los Señores), se inventan una moral -en realidad una contra-
moral- que pueda controlarles y lo plasman en el Derecho y las leyes para, por
miedo y cobardía, por lo mediocres y decadentes que reconocen ser, de-
fenderse e incluso dominar y controlar a los señores.

He aquí un principio reducido a una fórmula. Todo naturalismo en la moral,


esto es, toda moral sana, se rige por un instinto vital ... A la inversa, la moral
antinatural, esto es, poco menos que toda moral enseñada, exaltada y predica-
da hasta ahora, se vuelve precisamente contra los instintos de la vida, implica
un repudio, ya solapado o abierto e insolente, de estos instintos. Diciendo
"Dios mira el corazón" dice no a las apetencias más bajas y más elevadas de
la vida y concibe a Dios como enemigo de la vida ... El santo grato a Dios es el
castrado ideal... Termina la vida donde empieza el "reino de Dios" ... (El
crepúsculo de los dioses, "Los mejoradores de la Humanidad", 4).

Ese naturalismo de los individuos también se da en las razas, los grupos,


las sociedades y las culturas.
Nietzsche extiende el vitalismo biológico a la cultura.
Una sociedad que ha transmutado los valores naturales es, necesariamen-
te, un fracaso vital, la muerte de la vida; es una sociedad cobarde e hipócrita,
falsa y decadente.
Ante esa situación que, en opinión de Nietzsche, se da como un proceso his-
tórico hasta la Europa del siglo XIX, hay que producir una nueva transvaloración:
volver a la situación primitiva -como en un eterno retorno- en la que nueva-
mente los mejores -los aristócratas de la vida- asuman el mando y el poder; hay
que esperar al advenimiento de un nuevo tipo de hombre: el superhombre.
Esas manifestaciones ya están presentes en una de sus primeras obras en
la que presenta el antagonismo entre dos símbolos del pensamiento mítico
griego: Apolo y Dionisos.

5 FRIEDRICH NIETZSCHE
Los MITOS GRIEGOS: ApOLO VS. DIONISOS.

Apolo: esa mesurada limitación, ese estar libre de las emociones más salva-
jes, ese sabio sosiego del dios-escultor ... se halla bañado en la solemnidad
de la bella apariencia ... e incluso se podría designar a Apolo como la mag-
nífica imagen divina del principium individuationis, por cuyos gestos y mira-
das nos hablan todo el placer y sabiduría de la "apariencia", junto con su
belleza .
...cuando se produce esa misma infracción del principium individua-
tionis, asciende desde elfondo más íntimo del ser humano, y aun de la misma
naturaleza, habremos echado una mirada a la esencia de lo dionisíaco, a lo
cual la analogía de la embriaguez es la que más lo aproxima a nosotros. (El
nacimiento de la tragedia, 1).

Nietzsche nos ofrece aquí una interpretación del pensamiento clásico grie-
go a través de una dicotomía: Apolo (lo apolíneo) es la figura que simboliza la
serenidad, el equilibrio, la moderación, la belleza, la felicidad; representa la
serenidad que se observa en la sociedad griega; e incluso es el símbolo del
Bien y la Verdad; la moral y el conocimiento deben a Apolo su éxito. Apolo es
el bello sueño donde no sólo todo es posible sino que además en él todo resul-
ta encantador, perfecto e ideal.
Frente a ese aspecto surge el mito de Dionisos (lo dionisíaco), que es el dios
de la vida, de la vegetación, de los instintos, de la pasión y el impulso, de lo
oculto e inconfesable, de la orgía y del desenfreno.
Apolo y Dionisos se oponen y el arte es quien refleja la conjunción de ambos:
la belleza está hecha de pasión y de equilibrio. Pero es en la tragedia griega
donde se hacen más claros todos estos valores antagónicos. Los actores y el
lenguaje son la escultura y la literatura, lo apolíneo; son lo expresable pública-
mente, lo bello, la verdad y el protagonismo, la individualización (el principium
individuationis). Por el contrario, el coro es la expresión del espíritu de Dionisos,
como lo oculto y transmitido por medio de la danza y de la música.
* * *
No es que Nietzsche haga un análisis al estilo de las investigaciones histó-
ricas, pero efectivamente traza en unos grandes rasgos los antagonismos que
ha ido sufriendo el Pensamiento y las formas de convivencia (la moral) hasta
el momento presente. Para él dos fuerzas van a oponerse: el bien y el mal, lo
dominante y lo dominado ... pero son un bien y un mal siempre relativos al pro-
pio punto de vista personal (cada uno ve precisamente como "bueno" lo con-
trario que ve el otro); quien vence en cada momento considera lo suyo como
lo bueno y el bien (e incluso la verdad) y ve al derrotado -sobre todo al inme-
diatamente derrotado- como la ejemplificación del mal y del error. Estas opo-
siciones -estas valoraciones- son la infraestructura irracional, es decir la base,

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de cada concepción del mundo (su APOlO DIONISOS
"metafísica vital"), que a fin de
Representa la Es la pasión, el
cuentas son dos expresiones vita-
cordura, el instinto, la fuerza,
les contrarias e irreconciliables. equilibrio, la la sinrazón, el
Aunque posteriormente a lo perfección. cambio, el
largo de su obra no vaya a nombrar Es la armonía y la movimiento, la
ideología oficial. intuición.
a Apolo, sino exclusivamente a
La ley, el orden, la Lo inconfesable e,
Dionisos, ambos están presentes
religión, incluso, lo
ya que sus antagonismos cons- proscrito.
tituyen la esencia de todo fenóme-
no ideológico. Apolo, estilizando el Lenguaje, ciencia y moralidad tienen
tanto su lado apolíneo como dionisíaco.
símbolo, será la representación del
mundo luminoso, de la verdad, del
orden establecido con el símbolo "Dios". Apolo-Dios será el ejemplo de lo que
los hombres consideran como su mundo feliz, lo que se enseña para que los
demás lo admiren.
Por el contrario, Dionisos será el conjunto de fuerzas ocultas, inconfesa-
bles, que hay que esconder y reprimir (e incluso avergonzarse de ellas).
Dionisos es el mal y el error para el mundo de Apolo, lo que las leyes apolíne-
as castigan y persiguen (quizás por tener más fuerza que ellas mismas) y que
la sociedad luminosa presenta como ejemplo de la destrucción del orden
social.
Apolo figura ser el orden en el sistema social, en base a la ley y a la cien-
cia; la religión judea-cristiana y sus secuelas sociales; la moral de normas con-
cretas que exigen una renuncia de lo vital; Apolo es la razón (filosofía y cien-
cia) que todo lo descubre y organiza para que nada esté fuera del sitio en que
debe estar. Dionisos es el caos, la anti-razón; es la intuición que no necesita
de pruebas demostrativas, pero que alcanza a captar la naturaleza procesal de
los fenómenos.
Ambos tienen su reflejo en la vida y sociedad humanas, o dicho en otras
palabras, en el conocimiento y en la moral, aunque primero sea preciso ver
cómo se ha ido transformando la sociedad.

LA CRíTICA DE LA MORAL.

He aquí un principio reducido a unafórmula. Todo naturalismo en la moral,


esto es, toda moral sana, se rige por un instinto vital ... A la inversa, la moral
antinatural, esto es, poco menos que toda moral enseñada, exaltada y predi-
cada hasta ahora, se vuelve precisamente contra los instintos de la vida,
implica un repudio, ya solapado o abierto e insolente, de estos instintos ....(EI
crepúsculo de los dioses, "La moral como antinaturalidad", 4).

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Bajo la denominación general de crítica a la moral, y después de lo señalado
sobre los significados de Apolo y Dionisos y de la voluntad de poder, vamos a
estudiar dos aspectos del pensamiento de F. Nietzsche relativos a esta cuestión:
a) Las distintas "morales" son respectivas inversiones de valores que han ido
sucediéndose. En particular, la moral del mundo actual (por lo menos del
occidental, "la modernidad") es la moral del rebaño y de la decadencia.
b) Los valores -las propias concepciones de lo bueno y de lo malo- son el
fundamento de cualquier otro sistema; es decir, que la ciencia y la filosofía
reproducen aquellos valores éticos, pero ahora bajo los calificativos de "lo
verdadero" y "lo falso" en lugar de "lo bueno" y "lo malo".
¿Qué hay que entender por crítica a la moral?
La moral, de modo general, es el conjunto de normas que rigen la marcha
del mundo y que impregna todo el sistema social.
Nietzsche no ataca la moral en el sentido de negarla, ni quiere decir que los
seres humanos sean inmorales (o amorales; ieso es imposible!, pues todo
hombre en cualquier situación se guía por algún tipo de normas, aunque éstas
sean mínimas o básicamente instintivas); lo que él ataca es el modo como se
ha traducido o plasmado esa moral del mundo presente, especialmente por:
a) Ser la actual moral -básicamente el cristianismo y sus secuelas políticas-
la transmutación de unos primitivos valores fuertes y aristocráticos hacia
los valores de la renuncia y del plebeyismo.
b) Además, es considerada única y excluyente de todas las demás posibilida-
des morales, reforzándose con leyes, constituciones y sistemas judiciales y
policiales.
c) Por ser fundamentalmente represiva de los instintos humanos.
d) Por constituirse aparentemente como algo objetivo y universal.
e) Por impregnar bajo esa dicotomía del Bien y del Mal los otros tipos de co-
nocimientos, aunque a estos últimos se les presenta como neutros u obje-
tivos; en la ciencia se transmutan los predicados "bueno" y "malo" en "ver-
dadero" y "falso", respectivamente.

Una moral "altruista", una moral que comporta la atrofia del egoísmo, es
bajo todas las circunstancias una mala señal, respecto a los individuos y, en
particular, respecto a los pueblos. Falla lo mejor si empieza afallar el ego-
ísmo. Optar instintivamente por lo que lo perjudica a uno, sentirse atraído
por motivos "desinteresados", es casi lafórmula de la decadencia. "No bus-
car su propia ventaja" es tan sólo la hoja de parra moral para disimular
esta realidad muy diferente, esto es, fisiológica: "No soy ya capaz de encon-
trar mi propia ventaja" ... ¡Disgregación de los instintos! Cuando un hombre
se vuelve altruista, quiere decir que está perdido. (El crepúsculo de los dio-
ses, "Correrías de un hombre inactual", 35).

FRIEDRICH NIETZSCHE 8
LA MORAL y LOS DOS VALORES: BUENO y MALO.
¿Qué es bueno? Todo lo que acrecienta en el hombre el sentimiento de poder,
la voluntad de poder, el poder mismo.
¿Qué es malo? Todo lo que proviene de la debilidad.
¿Qué es felicidad? La conciencia de que se acrecienta el poder. (Anti-
cristo, 2).

En la moral (entendida como el conjunto de códigos de comportamiento de


los grupos: lo que premian o condenan), bueno y malo son únicamente reflejo
de los talantes de las personas (de sus modos espontáneos de ser) y no dog-
mas que imponen las creencias, doctrinas o cualquier otra cosa.
De este modo, bueno es lo que favorece a un grupo; malo, lo que le perju-
dica.

Los «bien nacidos» se sentían a sí mismos cabalmente como los <1elices»;


ellos no tenían que construir su felicidad artificialmente y, a veces, persua-
dirse de ella, mentírsela, mediante una mirada dirigida a sus enemigos
(como suelen hacer todos los hombres del resentimiento); y asimismo, por
ser hombres íntegros, repletos de fuerza y, en consecuencia, necesariamente
activos, no sabían separar la actividad de la felicidad, -en ellos aquélla
formaba parte, por necesidad, de ésta ... todo esto muy en contraposición con
la felicidad al nivel de los impotentes, de los oprimidos, de los llagados por
sentimientos venenosos y hostiles, en los cuales la felicidad aparece esen-
cialmente como narcosis, aturdimiento, quietud, paz, «sábado», distensión
del ánimo y relajamiento de los miembros, esto es, dicho en una palabra,
como algo pasivo. Mientras que el hombre noble vive con confianza y fran-
queza frente a sí mismo ... el hombre del resentimiento no es ni franco, ni
ingenuo, ni honesto y derecho consigo mismo. Su alma mira de reojo; su es-
píritu ama los escondrijos, los caminos tortuosos y las puertas falsas, todo
lo encubierto le atrae como su mundo, su seguridad, su alivio; entiende de
callar, de no olvidar, de aguardar, de empequeñecerse y humillarse transi-
toriamente. Una raza de tales hombres del resentimiento acabará necesa-
riamente por ser más inteligente que cualquier raza noble, venerará también
la inteligencia en una medida del todo distinta: a saber, como la más im-
portante condición de existencia, mientras que, entre hombres nobles, la
inteligencia fácilmente tiene un delicado dejo de lujo y refinamiento: -en
estos precisamente no es la inteligencia ni mucho menos tan esencial como
lo son la perfecta seguridad funcional de los instintos inconscientes regula-
dores o incluso una cierta falta de inteligencia, así por ejemplo el valeroso
lanzarse a ciegas, bien sea al peligro, bien sea al enemigo, o aquella entu-
siasta subitaneidad en la cólera, el amor, el respeto, el agradecimiento y la
venganza, en la cual se han reconocido en todos los tiempos las almas
nobles. El mismo resentimiento del hombre noble, cuando en él aparece, se

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consuma y agota, en efecto, en una reacción inmediata y, por ello, no enve-
nena: por otro lado, ni siquiera aparece en innumerables casos en los que
resulta inevitable su aparición en todos los débiles e impotentes. No poder
tomar mucho tiempo en serio los propios contratiempos, las propias fecho-
rías -tal es el signo propio de naturalezas fuertes y plenas, en las cuales hay
una sobreabundancia de fuerza plástica, remodeladora, regeneradora, fuer-
za que también hace olvidar ... (La genealogía de la moral, /,lO).

Así pues, para "los fuertes" (para los que poseen el sentimiento brutal y
primitivo) "bueno" es lo que les acrecienta y robustece esa fuerza suya;
"malo", lo que la debilita.
Sin embargo, sus carencias están en la inteligencia yen la ausencia de finu-
ra intelectual. Para "los débiles" ocurre lo contrario y así es, pero con un matiz
muy sustantivo: "bueno" no sólo es exaltar su propia debilidad, sino, sobre
todo, convertir el poder, la fuerza y el instinto de los poderosos y superiores en
lo radicalmente malo (o malvado y perverso).
Tal es, pues, el enfrentamiento: el noble, señor, aristócrata o superior (que
no hay que entenderlo en los sentidos actuales, sino como el sentido vital de
quienes son existencial o naturalmente superiores) y los inferiores, esclavos o
plebeyos.
Rememorando un famoso eslogan se podría decir: "Un fantasma recorre
Europa ... la lucha entre los siervos y los señores" (que en sentido nietzschea-
no es como decir entre la verdad y la mentira, como la lucha entre "lo bueno"
y "lo malo" en el sentido moral).
Con esta contraposición, Nietzsche hace un recorrido, digamos que gené-
tico-histórico de la moral y sus valores "bueno" y "malo".

ESCLAVOS y SEÑORES.

Hay una moral de señores y una moral de esclavos ... En el primer caso,
cuando los dominadores son quienes definen el concepto «bueno», son los
estados anímicos elevados y orgullosos los que son sentidos como aquello
que distingue y que determina la jerarquía. El hombre aristocrático separa
de sí a aquellos seres en los que se expresa lo contrario de tales estados ele-
vados y orgullosos: los desprecia .... lo que más hace que al gusto actual le
resulte extraña y penosa una moral de dominadores es la tesis básica de ésta
de que sólo frente a los iguales se tienen deberes; de que, frente a los seres
de rango inferior, frente a todo lo extraño, es lícito actuar como mejor parez-
ca, o «como quiera el corazón», y, en todo caso, «más allá del bien y del
mal» - ... Las cosas ocurren de modo distinto en el segundo tipo de moral,
la moral de esclavos. Suponiendo que los atropellados, los oprimidos, los

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dolientes, los serviles, los inseguros y cansados de sí mismos moralicen:
¿cuál será el carácter común de sus valoraciones morales? Probablemente
se expresará aquí una .suspicacia pesimista frente a la entera situación del
hombre, tal vez una condena del hombre, así como de la situación del mismo.
La mirada del esclavo no ve con buenos ojos las virtudes del poderoso ...
(Más allá del bien y del mal, IX, 260).

La convivencia social -o bien, la manera de establecer los principios (mo-


rales) de la convivencia humana- es una lucha permanente entre dos situa-
ciones: la de dar rienda suelta a los instintos (Dionisos) y la de controlarlos
(Apolo).
En las épocas primitivas imperaba la primera y así surgió "la aristocracia"
(o "los nobles", o "los señores", que de esas formas les llama), que se califi-
caba a sí misma como "buena y veraz".
Eran los señores de la fuerza y de la vida .

... Mientras que toda moral noble nace de un triunfante sí dicho a sí mismo,
la moral de los esclavos dice no, ya de antemano, a un ''juera'', a un "otro",
a un "no-yo"; y ése no es el que constituye su acción creadora. Esta inver-
sión de la mirada que establece valores -este necesario dirigirse hacia afue-
ra en lugar de volverse hacia sí- forma parte precisamente del resentimien-
to: para surgir, la moral de los esclavos necesita siempre primero de un
mundo opuesto y externo, necesita, hablando fisiológicamente, de estímulos
exteriores para poder en absoluto actuar, -su acción es, de raíz, reacción. Lo
contrario ocurre en la manera noble de valorar: ésta actúa y brota es-
pontáneamente, busca su opuesto tan sólo para decirse sí a sí misma con
mayor agradecimiento, con mayor júbilo, -su concepto negativo, lo "bajo",
"vulgar", "malo", es tan sólo un pálido contraste, nacido más tarde, de su
concepto básico positivo ¡"nosotros los nobles, nosotros los buenos, nosotros
los bellos, nosotros los felices!" ... (La genealogía de la moral, 1,10).

Nietzsche descubre que han existido dos modos antagónicos de entender


la vida: los señores y los esclavos, cada uno con sus morales respectivas. La
de los primeros equipara "bueno" a noble y "malo" a plebeyo; en ella se valo-
ra la acción, el riesgo y la valentía; es una expresión clara de los instintos y de
las fortalezas vitales. Por el contrario, la moral de los esclavos consagra como
"bueno y malo", para sí mismos, aquello que les somete o no; aquello que les
produce temor.
La ley y el orden son la defensa que tiene el débil para protegerse del vital-
mente poderoso; para estos, humildad, simpatía, dolor, comprensión, etc. son
calificaciones de la virtud, a la vez que las virtudes de los nobles son la ejem-
plificación del mal. Para el plebeyo el gregarismo es un mérito y una virtud.

11 FRIEDRICH NIETZSCHE
El que los corderos guarden rencor a las grandes aves rapaces es algo que
no puede extrañar: sólo que no hay en esto motivo alguno para tomarle a
mal a aquéllas el que arrebaten corderitos. y cuando los corderitos dicen
entre sí «estas aves de rapiña son malvadas; y quien es lo menos posible un
ave de rapiña, sino más bien su antítesis, un corderito, - ¿ no debería ser
bueno?», nada hay que objetar a este modo de establecer un ideal, excepto
que las aves rapaces mirarán hacia abajo con un poco de sorna y tal vez se
dirán: «Nosotras no estamos enfadadas en absoluto con esos buenos corde-
ros, incluso los amamos: no hay nada más sabroso que un tierno cordero.»
(La genealogía de la moral, 1, 13).

Sin embargo "los débiles" ("los esclavos", "los corderos") empezaron a


hacerse fuertes.
¿Cómo?
Empezaron a transmutar -"transvalorar"- los valores naturales de los po-
derosos de modo que lo que para estos era espontáneamente bueno pasó a
ser malo (y viceversa) porque efectivamente era malo para los débiles (ponía
en peligro sus vidas y su seguridad).

PRIMERA TRANSMUTACiÓN DE LOS VALORES.

La rebelión de los esclavos en la moral comienza cuando el resentimiento


mismo se vuelve creador y engendra valores: el resentimiento de aquellos
seres a quienes les está vedada la auténtica reacción, la reacción de la
acción, y que se desquitan únicamente como una venganza imaginaria. (La
genealogía de la moral, 1, 10).
Cuando los oprimidos, los pisoteados, los violentados se dicen, movidos
por la vengativa astucia de la impotencia: "Seamos distintos de los malvados,
es decir, seamos buenos: y bueno es todo lo que no violenta, el que no ofende
a nadie, el que no ataca, el que no salda cuentas, el que remite la venganza a
Dios, el cual se mantiene en lo oculto igual que nosotros, y evita todo lo mal-
vado, y exige poco de la vida, lo mismo que nosotros los pacientes, los humil-
des, los justos" -esto, escuchando con frialdad y sin ninguna prevención, no
significa en realidad más que lo siguiente: "Nosotros los débiles somos desde
luego débiles; conviene que no hagamos nada para lo cual no somos bastan-
te fuertes" -pero esta amarga realidad de los hechos, esta inteligencia de ínti-
mo rango, poseída incluso por los insectos (los cuales, cuando el peligro es
grande, se fingen muertos para no hacer nada '''de más"), se ha vestido, gra-
cias a ese arte de falsificación y a esa automendicidad propias de la impoten-
cia, con el esplendor de la virtud reanunciadora, callada, expectante, como si
la debilidad misma del débil -es decir, su esencia, su obrar, su entera, única,
inevitable, indeleble realidad- fuese un logro voluntario, algo querido, una
acción, un mérito. (La genealogía de la moral, 1, 13).

FRIEDRICH NIETZSCHE 12
... En lo esencial la raza sometida ha acabado por predominar de nuevo
allí mismo en el color de piel, en lo corto del cráneo y tal vez incluso en los
instintos intelectuales y sociales: ¿quién nos garantiza que la moderna
democracia, el todavía más poderoso anarquismo y, sobre todo, aquella ten-
dencia hacia la commune (comuna), hacia laforma más primitiva de socie-
dad, tendencia hoy propia de todos los socialistas de Europa, no significan
en lo esencial un gigantesco contragolpe y que la raza de los conquistado-
res y señores, la de los arios, no está sucumbiendo fisiológicamente ...? (La
genealogía de la moral, 1, 5).

La rebelión de los esclavos en la moral comienza con el resentimiento, pa-


sando a ser creativo y originando el nacimiento de valores.
Evidentemente, el rebaño gregario no habla del resentimiento, sino de jus-
ticia (leyes) e impone -ha sabido imponer- sus valores a los superiores.
Europa entera ha transmutado sus valores.

Concluyamos. Los dos valores contrapuestos "bueno y malo", "bueno y


malvado", han sostenido en la tierra una lucha terrible, que ha durado mile-
nios; y aunque es muy cierto que el segundo valor hace mucho tiempo que
ha prevalecido, no faltan, sin embargo, tampoco ahora lugares en los que se
continúa librando esa lucha, no decidida aún.

El símbolo de esa lucha, escrito en caracteres que han permanecido


hasta ahora legibles a lo largo de la historia entera de la humanidad, dice
"Roma contra Judea. Judea contra Roma".

Los romanos eran, en efecto, los fuertes y los nobles; en tal grado lo eran
que hasta ahora no ha habido en la tierra hombres más fuertes ni más
nobles, y ni siquiera se los ha soñado nunca; toda reliquia de ellos, toda ins-
cripción suya produce éxtasis, presuponiendo que se adivine qué es lo que
allí escribe. Los judíos eran, en cambio, el pueblo sacerdotal del resenti-
miento par excellence, en el que habitaba una genialidad popular-mortal sin
igual.

¿Quién de ellos ha vencido entre tanto, Roma o Judea?

Roma ha sucumbido, sin ninguna duda. De todos modos, hubo en el


Renacimiento una espléndida e inquietante resurrección del ideal clásico, de
la manera noble de valorar las cosas: Roma misma se movió, como un muer-
to aparente que abre los ojos, bajo la presión de la nueva Roma, la Roma
judaizada, construida sobre ella, la cual ofrecía el aspecto de una sinagoga
ecuménica y se llamaba "iglesia"; pero en seguida volvió a triunfar Judea,
gracias a aquel movimiento radicalmente plebeyo (alemán e inglés) de
resentimiento al que se da el nombre de reforma protestante.

13 FRIEDRICH NIETZSCHE
En un sentido más decisivo incluso y más profundo que en la Reforma pro-
testante, Judea volvió a vencer otra vez sobre el ideal clásico con la
Revolución Francesa: la última nobleza política que había en Europa, la de
los siglos XVII y XVIII franceses, sucumbió bajo los instintos populares del
resentimiento,-¡jamás se escuchó en la tierra un júbilo más grande, un entu-
siasmo más clamoroso! Es cierto que en medio de todo ello ocurrió lo más
tremendo, lo más inesperado: el ideal antiguo mismo apareció en carne y
hueso, y con un esplendor inaudito, ante los ojos y la conciencia de la huma-
nidad, -¡y una vez más, frente a la vieja y mendaz consigna del resentimien-
to que habla del primado de los más, frente a la voluntad de descenso, de
rebajamiento, de nivelación, de hundimiento y crepúsculo del hombre, reso-
nó más fuerte, más simple, más penetrante que nunca la terrible y fascinante
anticonsigna del primado de los menos! Como una última :ndicación del otro
camino apareció Napoleón, el hombre más singular y más tardíamente naci-
do que haya existido nunca, y en él, encarnado en él, el problema del ideal
noble en sí -reflexiónese bien en qué problema es éste: Napoleón, esa sínte-
sis de inhumanidad y superhombre ... (La genealogía de la moral, 1, 14 Y 16).

En esta pequeña historia Nietzsche nos ha señalado el caminar degenera-


tivo de Europa, señalando al pueblo judío, en cuanto que engendrador del cris-
tianismo, como la causa del hundimiento de los fuertes.

No es posible adornar y engalanar al cristianismo; ha librado una guerra a


muerte contra este tipo humano superior, ha execrado todos los instintos
básicos del mismo y extraído de dichos instintos el mal, al Maligno: al hom-
bre pletórico como el hombre típicamente reprobable, como el "réprobo". El
cristianismo ha encarnado la defensa de todos los débiles, bajos y malogra-
dos; ha hecho un ideal del repudio de los instintos de conservación de la
vida pletórica; ha echado a perder hasta la razón inherente a los hombres
intelectuales más potentes, enseñando a sentir los más altos valores de la
espiritualidad como pecado, extravío y tentación. (Anticristo, 5).

Ha sido, precisamente, el judeocristianismo, o mejor, sus sacerdotes, quien


ha conseguido la plasmación de la victoria del rebaño.
Nietzsche es consciente de que, no obstante su "debilidad", "esa" moral ha
triunfado.

-Mas ¡cómo sigue usted hablando todavía de ideales más nobles!


Atengámonos a los hechos: el pueblo -o "los esclavos", o "la plebe", o
"el rebaño", o como usted quiera llamarlo- ha vencido, y si esto ha ocurrido
por medio de los judíos, ¡bien!, entonces jamás pueblo alguno tuvo misión
más grande en la historia universal. "Los señores" están liquidados; la
moral del hombre vulgar ha vencido; todo se judaiza, o se cristianiza, o se
aplebeya a ojos vistas (¡qué importan las palabras!).

FRIEDRICH NIETZSCHE 14
-Tal es el epílogo de un "librepensador" a mi discurso, de un animal
respetable, como lo ha demostrado de sobra, y, además, de un demócrata.
(La genealogía de la moral, 1, 9).

Los débiles, los que practican la igualdad de todos, que renuncian al impul-
so vital y a las diferencias, han triunfado yeso se refleja en la forma política
más característica del judeocristianismo: la democracia.
La moral que se ha ido generando a lo largo de la historia y que supone la
eliminación y represión de las fuerzas de los instintos vitales tiene muchas
manifestaciones:
a) En la religión cristiana: se nos promete un mundo de bienaventuranzas y
de contemplación de Dios si nos reprimimos constantemente; se alaba a
los humildes y a los humillados; se persigue con la idea de pecado ... y todo
ello se define, finalmente, en una palabra-símbolo: Dios.
b) En el conocimiento: ofreciéndonos una visión del mundo absolutamente
regulada por la descripción de los fenómenos, pero sin entender nada de la
profundidad que existe en ellos.
c) En la vida política: consagrando el triunfo de las masas. Masas que sólo
se mueven para tener mayores seguridades, a fuerza de limitar y reprimir
más y más todos los instintos vitales de los hombres.
Todo ello tiene, a fin de cuentas, un nombre común: la moral como gran
fundamento de todos los otros sistemas; todos ellos reproducen el mismo
pensamiento: el triunfo del Bien sobre el Mal, siendo "el bien" el punto de vista
de los vencedores. Pero la moral de los "nuevos vencedores" no es una moral
de renuncia, pues ésta está condenada a sucumbir.

¿QUIÉNES SON LOS VENCEDORES Y LOS VENCIDOS?

El inicio de esta primera transvaloración (primera, porque luego habrá de


venir otra) la realizó el pueblo judío (especialmente a través de sus sacerdotes)
y la continuó en Europa su heredero natural: el cristianismo.
A todos ellos dedica párrafos y aforismos dispersos a lo largo de su obra.

Los judíos, ese pueblo sacerdotal que no ha sabido tomar satisfacción de sus
enemigos y dominadores más que con una radical transvaloración de los
valores propios de estos, por un acto de la más espiritual venganza. Esto es
lo único que resultaba adecuado precisamente a un pueblo sacerdotal, al
pueblo de la más refrenada ansia de venganza sacerdotal. Han sido los judí-
os los que, con una consecuencia lógica aterradora, se han atrevido a inver-
tir la identificación aristocrática de los valores (bueno=noble=poderoso=
bello=feliz=amado de Dios) y han mantenido con los dientes del odio más

15 FRIEDRICH NIETZSCHE
abismal (el odio de la impotencia) esa inversión, a saber, "¡los miserables
son los buenos; los pobres, los impotentes, los bajos son los únicos buenos;
los que sufren, los indigentes, los enfermos, los deformes son también los
únicos piadosos, los únicos benditos de Dios, únicamente para ellos existe
bienaventuranza, -en cambio vosotros, vosotros los nobles y violentos,
vosotros sois, por toda la eternidad, los malvados, los crueles, los lascivos,
los insaciables, los ateos, y vosotros seréis también eternamente los desven-
turados, los malditos y condenados ... ". Se sabe quién ha recogido la heren-
cia de esa transvaloración judía ... A propósito de la iniciativa monstruosa y
desmesuradamente funesta asumida por los judíos con esta declaración de
guerra, la más radical de todas, recuerdo la frase que escribí en otra
ocasión -a saber, que con los judíos comienza en la moral la rebelión de los
esclavos: esa rebelión que tiene tras sí una historia bimilenaria y que hoy
nosotros hemos perdido de vista tan sólo porque ha resultado vencedora ...
(La genealogía de la moral, 1, 7).

24
Me limito aquí a rozar el problema de la génesis del cristianismo. La pri-
mera tesis para la solución del mismo reza: el cristianismo sólo puede ser
comprendido como producto del suelo en que ha nacido; no es una reacción
al instinto judío, sino la consecuencia del mismo, su lógica terrible llevada
a una conclusión ulterior. Dicho en la fórmula del redentor: "La salvación
proviene de los judíos" ...
Los judíos son el pueblo más singular de la historia mundial, puesto que
puestos en el dilema de ser o no ser, prefirieron, con una determinaciónfran-
camente escalofriante, ser a cualquier precio; este precio era el falseamien-
to radical de toda la Naturaleza, de toda naturalidad, de toda realidad, de
todo el mundo interior no menos que del exterior. Repudiaron todas las con-
diciones bajo las cuales habían podido vivir, habían tenido derecho a vivir
hasta entonces los pueblos; hicieron de sí mismos una antítesis de las con-
diciones naturales. Invirtieron la religión, el culto, la moral, la historia y la
psicología, de un modo fatal, en lo contrario de los valores naturales de las
mismas. El mismo fenómeno se da, y en una escala infinitamente mayor,
pero, no obstante, como mera copia, en la Iglesia cristiana; en comparación
con el "pueblo de los santos", ella no puede pretender originalidad. Los
judíos son, así, el pueblo más fatal de la historia; como resultado de su gra-
vitación, la humanidad se ha vuelto tan falsa que, todavía hoy, el cristia-
nismo es capaz de sentirse antijudío, sin tener conciencia de que es la idio-
sincrasia judía llevada a su consecuencia última.

25
La historia de Israel es inestimable como historia típica de una des-
naturalización total de los valores naturales ...

FRIEDRICH NIETZSCHE l6
59
¡Todo lo miserable, doliente y aquejado de malos sentimientos, todo el
ghetto del alma, convertido de golpe en norma y pauta ...! Basta leer a algu-
no de los agitadores cristianos, por ejemplo a San Agustín, para compren-
der, oler, qué suciedad se había logrado. Sería un craso error suponerles
cortas luces a los jefes del movimiento cristiano; ¡oh, son muy inteligentes,
dotados de una inteligencia que raya en santidad, esos padres de la Iglesia.
Lo que les falta es otra cosa. La Naturaleza no ha sido generosa con ellos;
les regateó un modesto acervo de instintos respetables, decentes, limpios ...
Entre nosotros, ni siquiera son hombres ... Si el islamismo desprecia al cris-
tiano, tiene mil veces derecho a tal actitud; ...

60
El cristianismo desacreditó los frutos de la cultura antigua, y más tarde
desacreditó también los frutos de la cultura islámica. La maravillosa cultu-
ra morisca en España, que en el fondo a nosotros nos es más afín, porque
apela a nuestro espíritu y gusto en mayor grado que Roma y Grecia, fue
aplastada (me callo por qué pies). ¿Por qué? ¡Porque reconocía como ori-
gen instintos aristocráticos, viriles; porque decía sí a la vida aun con todas
las exquisiteces raras y refinadas de la vida moral ...!

62
He llegado al final y pronuncio mi veredicto. Declaro culpable al cris-
tianismo,jormulo contra la Iglesia la acusación más terrible que ha sido for-
mulada jamás por acusador alguno. Se me aparece como la corrupción más
grande que pueda concebirse; ha optado por la máxima corrupción posible.
La Iglesia cristiana ha contagiado su corrupción a todas las cosas; ha hecho
de todo valor un sin valor, de toda verdad una mentira y de toda probabili-
dad una falsía de alma. (Anticristo, párrafos indicados).

La moraljudeocristiana (o mejor, lo que ella representa y simboliza en todos


los órdenes de la vida) es enemiga del vivir espontáneo por cuanto que repri-
me la vitalidad natural, bajo las tres siguientes manifestaciones históricas: el
cristianismo, el socialismo y el dogmatismo científico, expresiones socia-
les que han presentado sus valores de bien, verdad y progreso como cosas en
sí mismas buenas, como naturalmente buenas, cuando, en realidad, sólo son
la negación hipócrita de la fuerza y de la voluntad de vivir.
En la reconstrucción histórica recién expuesta el pueblo judío juega un
papel especial, aunque realmente no es el espíritu del pueblo judío quien
invierte los valores en la lucha de Roma contra Judea (dos símbolos, además
de dos realidades históricas, respectivamente del señorío y la nobleza y de
debilitamiento de la moral), sino quienes verdaderamente juegan el papel de
"transvaloradores" han sido los sacerdotes de la religión judía, que incluso
falsean y sacrifican su historia para "sobrevivir a toda costa".

17 FRIEDRICH NIETZSCHE
Los SACERDOTES.

¿QUIÉN ES y CUÁL ES EL PAPEL QUE JUEGA "EL SACERDOTE"?

... la manera sacerdotal de valorar puede desviarse muy fácilmente de la


caballeresco-aristocrática.

La manera sacerdotal de valorar tiene otros presupuestos: ¡las cosas les


van muy mal cuando aparece la guerra! ... Los máximos odiadores de la his-
toria universal ... han sido siempre sacerdotes.

Nada de lo que en la tierra se ha hecho contra «los nobles», los violen-


tos, los señores, los poderosos, merece ser mencionado si se lo compara con
lo que los judíos han hecho contra ellos.

Han sido los judíos los que, con una consecuencia lógica aterradora, se
han atrevido a invertir la identificación aristocrática de los valores ... con los
judíos comienza en la moral la rebelión de los esclavos ... (La genealogía de
la moral, 1, 7).

Tomado también como símbolo -la obra de Nietzsche es toda ella simbolis-
mo- "sacerdote" es un noble-aristócrata que no tiene las cualidades de los de
su clase, pero es sagaz e inteligente por lo que se inventa, frente al conoci-
miento sensible, frente a la intuición directa y real de la vida y frente a la fuerza
de los sentidos, un mundo ideal y estático, un mundo de promesas futuras por
medio de renuncias presentes, un mundo de conceptos füos, de entes abstrac-
tos, etc., el mundo del idealismo como enemigo del mundo del cuerpo.
Abstraído y generalizado el concepto, hay "sacerdotes" tanto en la religión
-en todas- como en la política, en la filosofía y en la ciencia.
Los sacerdotes judíos son los que realmente han hecho "la inversión de
valores" de todo lo que era natural para el hombre, representándolo como per-
verso; y haciendo que lo nuevo
EL SACERDOTE "bueno" sea lo que antes se repre-
Hay que entenderlo no en su significa- sentaba como el fracaso de la vida.
ción más corriente dentro de nuestro Esta idea del sacerdote judeocris-
actual sistema religioso, sino como ese tiano es la que se presenta como la
ser especial que por medio de unos
rituales especiales -tanto de vida como del dominador del mundo y de los
de alimentación- es el que tiene relación hombres ... pero siempre a través de
con los dioses. la hipocresía y del engaño; es quien
Los sacerdotes viven ajenos a la vida y ha llevado al mundo moderno hacia
a la gente y aunque en sus orígenes son
aristócratas hacen de su debilidad la
las renuncias absolutas de su espíritu
mejor de las virtudes. natural por medio de la moral basada
en el resentimiento.

FRIED~IC)-l NIETZSCHE l8
EL CONOCIMIENTO.

BIEN y VERDAD I MAL y ERROR.

¿Qué es entonces la verdad? Un ejército en movimiento de metáforas, meto-


nimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones hu-
manas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retórica-
mente y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes,
canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado
que lo son; metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible .
. . . sólo mediante la invencible creencia en que este sol, esta ventana, esta
mesa son una verdad en sí, en resumen: gracias solamente al hecho de que
el hombre se olvida de sí mismo como sujeto y, por cierto, como sujeto
artísticamente creador, vive con cierta calma, seguridad y consecuencia.
(Sobre verdad y mentira en sentido extramoral).

Al haber sido reprimidas las fuerzas vitales, los nuevos vencedores han
presentado al viejo sistema de moral y de verdad como un sistema enemigo y
equivocado. Como el peor de los mundos posibles, en oposición al propio,
que es el mejor de los posibles mundos. Lo dionisiaco se ha convertido, por
fin, en la representación del Mal y del Error, mientras que lo apolíneo en ejem-
plo del Bien y de la Verdad. De este modo un sistema vital, natural y espontá-
neo, es eliminado y sustituido por un sistema totalmente represivo.
Moral y Conocimiento están estrechamente vinculados (porque aunque se
diga que la falacia naturalista es un error, resulta que se tolera y se practica) .

... ¿queremos realmente dejar que la existencia se degrade de ese modo


hasta convertirse en un ejercicio de máquina de calcular y en una ocupación
de matemáticos ratones de biblioteca? Sobre todo, no se debe querer despo-
jar a la existencia de su carácter ambiguo: ¡así lo exige el buen gusto, seño-
res mios, sobre todo el gusto de la veneración por todo lo que excede vues-
tros horizontes!

el mundo ha vuelto a tornarse "infinito" para nosotros, ya que no po-


demos rechazar la posibilidad de que encierre en sí infinitas interpre-
taciones. (La gaya ciencia).

En este apartado, Nietzsche se nos presenta como un agudo observador,


al hacernos caer en la cuenta de que el pretendido conocimiento científico
está lleno de valoraciones subjetivas y antropológicas, expresión de las ideas
metafísicas de los vencedores. La ciencia es otro modo de justificar la con-
cepción del mundo, que es lo mismo que decir un modo de expresar valores.

19 FRIEDRICH NIETZSCHE
La verdad científica es, a fin de cuentas, una expresión de la utilidad moral
y vital, pero queriendo ser expresado como si no existiera esa vinculación. Con
ese apoyo "científico" es como se organiza la Sociedad y como ha surgido la
nueva moralidad de la decadencia.
y así, mediante ella, es como aparece el hombre vulgar, el hombre domi-
nado, masificado, el hombre mediocre, etc., que ha despreciado su fuerza (ins-
tintiva) de vivir.

ATAQUE AL IDEALISMO.

Todo lo que eleva al hombre por encima del animal depende de esa capacidad
de volatilizar las metáforas intuitivas en un esquema; en suma, de la capaci-
dad de disolver una figura en un concepto. (Sobre verdad y mentira).
Lo que es, no deviene; lo que deviene no es ... Pues bien, todos ellos creen,
incluso con desesperación, en el Ser. Mas como no lo aprehenden, buscan
razones que expliquen por qué se les ha escamoteado. "El que no perciba-
mos el ser debe obedecer a una ficción, a un engaño ... " Hay que emanci-
parse del engaño de los sentidos, del devenir, de la historia, de la mentira ...
(El crepúsculo de los dioses: La razón de lafilosofia, 1).
... Sócrates, reconocido por vez primera como el instrumento de la di-
solución griega, como decadent típico. ¡La "racionalidad" a cualquier pre-
cio; como violencia peligrosa, como violencia que socava la vida ... (Ecce
Homo: El nacimiento de la tragedia, 1).
Yofui el primero en ver la auténtica antítesis :-el instinto degenerativo, que
se vuelve contra la vida con subterránea avidez de venganza (-el cristianismo,
lafilosofia de Schopenhauer, en cierto sentido ya lafilosofia de Platón, el ide-
alismo entero, como formas típicas), y una fórmula de la afirmación suprema,
nacida de la abundancia, de la sobreabundancia, un decir sí sin reservas aun
Ial sufrimiento, aun a la culpa misma,
EL IDEALISMO GRIEGO exuberante, arrogantísimo dicho a la
El primer pensador griego en fraguar el vida no es sólo intelección suprema,
idealismo fue Sócrates (existe la idea sino también la más honda, la más
inmutable de un Bien que es descu-
bierta por la razón). Con su racionali-
rigurosamente confirmada y sostenida
dad ática nos habla también de la por la verdad y la ciencia.
existencia de una voz interior de la
conciencia (el daimon). El conocimiento, el decir sí a la
Platón, discípulo del anterior, extendió realidad es una necesidad para el
las propuestas morales de su maestro fuerte, así como son una necesidad
al mundo de la Ontología (la realidad para el débil, bajo la inspiración de su
es ideal) y del Conocimiento (las ideas
y conceptos son la verdad). Se trata debilidad, la cobardía y la huida fren-
de la teoría platónica de las ideas. te a la realidad .. (Ecce Homo: El naci-
miento de la tragedia, 2).

FRIEDRICH NIETZSCHE 20
En el idealismo griego se hallan los orí- EL IDEALISMO y SUS LíMITES
genes del espíritu apolíneo en la moral y en El idealismo sostiene la prioridad
la filosofía; o lo que es lo mismo, el fraca- de los conceptos -las ideas- que,
por lógica, son definiciones que
so de "la vida"; el fracaso de Dionisos que señalan lo constante e inmutable
es el dueño de los instintos vitales. en lo definido.
Es el mismo antagonismo que se refle- Eso lo hace equivalente a una
ja en el mundo de los valores, pero ahora inmutabilidad y quietismo que
resalta lo fUo, permanente y cons-
trasladado a la verdad y al conocimiento: tante en las cosas, pero nunca
los débiles, que son los que finalmente han sus cambios.
triunfado, quieren eliminar todo rastro de ¿Cuáles habrían de ser, pues,
mundo material en el conocimiento; elimi- "los conceptos" de cambio, deve-
nir y transformación si en el idea-
nar todo rastro de contaminación huma- lismo no caben tales categorías
na ... y se inventan el "idealismo" y el poder en la realidad?
supremo de la razón sobre los sentidos.
La verdad ya no está en la vida, sino en las ideas y conceptos que son
entes inventados para hacer fuerte su debilidad.
Generalizando: los sistemas estáticos y antivitalistas -el idealismo, en
pocas palabras- que proponen un mundo estabilizado y ordenado, que es lo
propugnado por los valores de la moral judeocristiana -una verdad filosófica y
científica concluida y cerrada- son engaños del conocimiento.
Platón -representante fundacional de todos los idealismos- dividió la reali-
dad en sombras y esencias (las cosas sensibles y el Ser): el mundo real, el
mundo de las ideas y de la verdad, resultaba ser un mundo fijo y estable en el
cual existen, en un estado perfecto y puro, "las cosas en sí". Esa inmutabili-
dad es lo que Nietzsche considera como un absoluto error; ese dogmatismo
de la fijeza de los conceptos es lo que se opone a la dinámica de la vida, a la
fuerza del vivir, a la importancia de lo cambiante ..., a lo dionisíaco, a fin de
cuentas, de las cosas.
A partir de esta oposición a la idea platónica, al absoluto inmovilista, a la
"cosa en sí", apolínea, estática y que no presenta muestras de sus transforma-
ciones naturales, Nietzsche se opone a cualquier manifestación ética y epis-
temológica sostenida por el idealismo: son ideologías que hablan de valores
inmutables. También las ciencias y el conocimiento [la Filosofía], presuponen
el establecimiento de conceptos estáticos -como por ejemplo la inmutabilidad
del ser- bajo la calificación de la verdad.

EL LENGUAJE y "LA VERDAD".


Pero la crítica a la moral -la "moralina" en terminología nietzscheana- lleva
aparejada una crítica al conocimiento, pues éste no es ni más ni menos que
una reproducción, aparentemente objetiva, de aquellos valores.

21 FRIEDRICH NIETZSCHE
3
...La mayor parte del pensar consciente de un filósofo está guiada de
modo secreto por sus instintos y es forzada por estos a discurrir por de-
terminados carriles. También detrás de toda lógica y de su aparente so-
beranía de movimiento se encuentran valoraciones o, hablando con mayor
claridad, exigencias filosóficas orientadas a conservar una determinada
especie de vida. Por ejemplo, que lo determinado es más valioso que lo inde-
terminado; la apariencia, menos valiosa que la "verdad": a pesar de toda
su importancia regulativa para nosotros, semejantes estimaciones podrían
ser, sin embargo, nada más que estimaciones superficiales, una determinada
especie de niaiserie (estupidez), ...

6
... para aclarar de qué modo han tenido lugar propiamente las afir-
maciones metafísicas más remotas de un filósofo es bueno (e inteligente)
comenzar siempre preguntándose: ¿a qué moral quiere esto (quiere él) lle-
gar? Yo no creo, por tanto, que un "instinto de conocimiento" sea el padre
de la filosofía, sino que, aquí como en otras partes, un instinto diferente se
ha servido del conocimiento (¡y del desconocimiento!) nada más que como
de un instrumento.

14
En nuestra época tal vez haya cinco o seis cerebros que comiencen a
sospechar si fafísica no será más que nada un instrumento para interpretar
y arreglar el mundo (una adaptación para nosotros mismos, si se nos per-
mite decirlo) y no una explicación del universo; pero en la medida en que
la física se apoya en la creencia de los datos de los sentidos, vale más, y
seguirá valiendo más durante mucho tiempo que una verdadera explica-
ción. Tiene en sufavor el testimonio de los ojos y los dedos, es decir, la vista
y el tacto. En una época de gustos profundamente plebeyos tiene que ejer-
cer una atracción fascinante, persuasiva, convincente; pues nuestro siglo
adopta instintivamente las normas del sensualismo eternamente popular.
¿Qué hay claro aquí? ¿Qué es lo que parece "dilucidado"? Ante todo, lo
que se puede ver y tocar. Por tanto, es preciso llevar hasta este punto los
problemas. Por el contrario, fue en la resistencia a la evidencia sensible
donde residía precisamente el encanto del pensamiento platónico, que era
un pensamiento aristocrático, propio de hombres dotados quizá de sentidos
más vigorosos y exigentes que los de nuestros contemporáneos, pero que
sabían paladear un triunfo superior permaneciendo dueños de sí mismos y
arrojando sobre la turba abigarrada de los sentidos, como decía Platón,
una red de conceptos pálidos, un goce de una cualidad muy distinta a las
que nos ofrecen los físicos de hoyo esos obreros de la filosofía, darwinistas
y antifinalistas, con su principio del "mínimum de energía", que es el

FRIEDRICH NIETZSCHE 22
máximum de estupidez. "Allí donde el hombre no puede ver ni coger nada,
no hay nada que buscar"; he aquí un imperativo muy distinto del de Platón,
pero que conviene mejor a una raza dura y laboriosa de futuros ingenieros
que sólo tengan que hacerse cargo de trabajos groseros. (Más allá del bien
y del mal, párrafos indicados).

El principal instrumento de ese control conceptual es el lenguaje, pues las


palabras expresan perfectamente ese sentido abstracto e inmaterial que pose-
en los conceptos (su fUeza): las palabras en cuanto nombres de conceptos eli-
minan el devenir de la realidad y nos presentan los contenidos de los concep-
tos como las realidades genuinas. De este modo, el lenguaje se ha convertido
en el verdadero manipulador de nuestro conocimiento de la realidad, hacién-
dolo estático y rechazando la información que nos dan los sentidos.

LA VOLUNTAD DE SABER (UNA FORMA DEL PODER).

3
¡y qué finos instrumentos de observación son nuestros sentidos!
Poseemos hoy ciencia exactamente en la medida en que nos hemos decidido
a aceptar el testimonio de los sentidos ... Todo lo demás es chapucería y pseu-
dociencia, ... metafísica, teología, psicología, teoría del conocimiento, o bien
ciencia formal, ciencia de los signos, como la lógica y las matemáticas, esa
lógica aplicada. Ellas no tratan de la realidad, ni siquiera como problema;
tampoco de la cuestión del valor, del convencionalismo de los signos, como
es la lógica.

5
... El prejuicio de la razón nos obliga a suponer unidad, identidad, dura-
ción, sustancia, causa, objetividad y Ser, nos vemos enredados, en cierto
modo, en el error, condenados a incurrir en error.

se cree en la voluntad como causa, en el "yo", en el yo como Ser, en el


yo como sustancia, y se proyecta la creencia en el yo-sustancia sobre todas
las cosas, creando en virtud de esa proyección el concepto "cosa" ... El ser
es pensado, inventado, introducido siempre como causa; del concepto "yo"
se sigue como concepto derivado el del "Ser" ...
En efecto, nada ha tenido un poder de convicción tan ingenuo como la
noción errónea del Ser, tal como la han formulado los eleáticos [idealistas] ...
Temo que no nos libremos de Dios, por creer todavía en la gramática ... (El
crepúsculo de los dioses, "La razón de la Filosofía ", párrafos indicados ).

***

23 FRIEDRICH NIETZSCHE
3
EL SER y EL DEVENIR
El hombre ha proyectado fuera de sí
La naturaleza, que es el objeto de la
ciencia, es un devenir y un flujo
sus tres "hechos interiores", aquellos
constante; por ser viva está cam- en que más firmemente creía: la volun-
biando constantemente. Ese fluir es tad, el espíritu y el yo; desarrolló del
/0 verdadero en la naturaleza y no el concepto "yo" el concepto "Ser" y con-
origen de nuestros errores, como
cibió las "cosas" a su imagen como
han afirmado los filósofos, según
Nietzsche.
algo que "es", de acuerdo con su con-
El filósofo alemán está más de
cepto del yo como causa. No es de
acuerdo con Heráclito que con extrañar, así, que luego haya vuelto a
Parménides, por indicar unos refe- encontrar en las cosas lo que en ellas
rentes clásicos: los sentidos no había introducido ... Yaun en su átomo,
engañan porque son ellos quienes
señores mecanicistas y físicos, ¡cuánto
nos enseñan directamente el deve-
nir natural, aunque obviamente la error, cuánta psicología rudimentaria
razón no puede trabajar con ese subsiste aún en el átomo! ¡Y no se diga
cambio permanente, por lo que se la "cosa en sí", el horrendum pu-
inventa los conceptos e ideas dendum de los metafísicos! ¡Y erigido
-entes ideales y no reales- para
poder estudiarlos y hablar de ellos.
en criterio de la realidad!
Ahora bien, esos conceptos que
pretenden contener la esencia de 5
las cosas no expresan precisamen- Explicación psicológica de lo antedi-
te lo más importante de ellas: su
cho. -Reducir algo desconocido a algo
singularidad -su individualidad- y
su devenir. De ahí que "la verdad
conocido alivia, reconforta, satisface y
científica y filosófica" sea el mundo proporciona una sensación de poder. Lo
ideal, creado voluntariamente del desconocido involucra peligro, inquie-
error, que únicamente conviene a tud y zozobra; aplícase el instinto
ciertos hombres; además es tam-
primordialmente a eliminar estos esta-
bién expresión de su va/untad de
poder en un doble sentido: (a) dos penosos. Primer principio: cual-
sometiendo a la naturaleza en su quier explicación es preferible a ningu-
eterno devenir vital y (b) sometiendo na explicación. (El crepúsculo de los
a los hombres a un saber oficial que Dioses, "Los cuatro grandes errores",
reproduce sus normas morales.
párrafos indicados).

¿Qué son la "verdad" filosófica y científica? Por lo visto un convenio de tipo


pragmático entre ciertos hombres que con ello reflejan su voluntad de poder,
que es, finalmente, la expresión del sentido y de los valores que ellos mismos
confieren a la vida.
Además, la voluntad de saber es una forma de la voluntad de poder.
La ciencia, en realidad, no tiene por objeto el conocimiento de la verdad,
sino que únicamente acepta y considera como "verdadero" aquello que quie-
re controlar de algún modo, porque es interesante para el conjunto de valores
(morales) de la sociedad. El propósito de la ciencia es dominar: el conoci-
miento es dominio (nada parece más evidente en nuestros días), por lo que la

FRIEDRICH NIETZSCHE 24
voluntad de conocimiento no es sino una voluntad de poder, aunque pretende
presentarse de modo objetivo -algo sin valores- como "la verdad del mundo".
A nadie le resulta extraño afirmar que la ciencia es una interpretación de la
naturaleza; ni tampoco que los programas de investigación se deciden por
intereses políticos ... ¿se puede, por tanto, dudar de que la ciencia y sus ver-
dades sean una cuestión de valores e intereses sociales?; también se sabe
que los diferentes sistemas científicos se han ido sucediendo en paralelo a las
distintas formas sociales, por lo que cabe la sospecha de que no hay absolu-
tos en la ciencia sino convenciones de acuerdo a los valores de las distintas
épocas, del mismo modo que no existe una moral absoluta.
El concepto de verdad es una invención de los filósofos para "sujetar" en
conceptos todo el eterno fluir de las cosas.
Creemos en las descripciones de las cosas porque nos conviene hacerlo.
La "verdad científica" es, por lo tanto, expresión de lo que los vencedores
morales de un momento histórico dado consideran como lo útil para ellos,
esto es, "lo bueno" y conveniente para el sustento y consagración de los pro-
pios puntos de vista; la misión de los científicos es presentar esos valores
como algo objetivo, esto es, como "la verdad", más allá de las calificaciones
subjetivas.
* * *
Descritas las transformaciones morales, la subversión de los valores, quié-
nes son los vencedores y quiénes los vencidos y la génesis o historia del triun-
fo de ese error y su influencia en la formación de la verdad, queda plantearse
el presente y el futuro de los hombres.
Nietzsche cree en el eterno retorno, que es como decir que las cosas regre-
san a sus orígenes y la fuerza de la vida y de la tierra volverán a imponerse;
por eso anuncia el último hombre y la muerte de Dios.
Estas nuevas propuestas, que concluyen con la aparición del superhom-
bre a la vez que en una nueva trasmutación de todos los valores presentes
y de la reinstauración del espíritu dionisiaco, nos llevan a contemplar la
doctrina del "eterno retorno". Idea que tiene, sin duda alguna, reflejos míticos
e ideológicos.
No olvidemos que el sentido del tiempo histórico asociado a la moraljudeo-
cristiana es el sentido proyectivo-lineal (la idea de progreso que fue tan criti-
cada por Nietzsche). Frente a esa concepción lineal y progresiva de la Historia,
Nietzsche nos propone un eterno retornar. El futuro no está en una concepción
que mira hacia adelante, sino en un eterno volver, en un reduplicarse cíclica-
mente. La negación de los valores presentes está en la aparición de los valo-
res de los Héroes y Señores, valores a los que tanto alabó en oposición de la
moral judea-cristiana y que cuando habla del superhombre parece otorgarle
los mismo valores de vitalidad que tenían los antiguos.

25 FRIEDRICH NIETZSCHE
LA MUERTE DE DIos.
El mayor acontecimiento reciente, que "Dios ha muerto", que la fe en el
Dios cristiano ha perdido toda credibilidad, comienza ya a lanzar sus pri-
meras sombras sobre Europa ... ante la noticia de que "el viejo Dios ha
muerto", nosotros, filósofos y "espíritus libres", nos sentimos como irra-
diados por una nueva aurora; nuestro corazón rebosa agradecimiento, sor-
presa, presentimiento, expectativa ... (La gaya ciencia, 343).

"Dios" ha sido lo apolíneo del mundo occidental europeo. iEI orden perfecto!
De ese modo, y en cuanto que su significado es la expresión del conjunto
de valores del mundo presente, pues lo representa "todo", si llega a morir -lo
cual ocurre irremediablemente como un fatalismo histórico que va represen-
tando los sucesivos estadios del pensamiento (occidental), en la continua
"decadencia" europea como consecuencia de los valores del cristianismo- la
vida de los hombres se queda sin los más elementales referentes.
Los ilustrados y demócratas -ambas calificaciones son, en Nietzsche,
equivalentes a una definición de la decadencia europea- han intentado hablar
y proponer una "moralidad cívica" o "sin dioses", lo cual parece imposible ...
¿Se puede trasladar ese máximo poder a las funciones del Estado moder-
no, tal y como pretende la burguesía -la moderna clase dominante-, aunque
sea a base de entregar golosinas a la masa esclavizada, distraída también con
los deportes y los televisivos programas del sin-pudor, o a la ciencia y la tec-
nología, cada vez con más fascinantes artilugios que nos dejan boquiabiertos?
Por eso, Nietzsche, contradictoriamente, a la vez que alaba su muerte -que
es la aparente liberación del dogmatismo en los valores; un golpe bajo al idea-
lismo- se lamenta de ella porque los hombres pierden la referencia de los valo-
res en sus vidas y, como consecuencia, pierden sus valores, se quedan sin ellos,
e incurren en el nihilismo, una especie de "todo vale" porque ya nada tiene valor.

¿No oísteis hablar de aquel loco que en pleno día corría por la plaza pÚbli-
ca con una linterna encendida, gritando sin cesar: ¡Busco a Dios! ¡Busco a
Dios!? Como estaban presentes muchos que no creían en Dios, sus gritos
provocaron a risa. ¿Se te ha extraviado? -decía uno. ¿Se ha perdido como
un niño? -preguntaba otro-o ¿Se ha escondido?, ¿tiene miedo de
nosotros?, ¿se ha embarcado?, ¿ha emigrado? Ya estas preguntas acompa-
ñaban risas en el coro. EZloco se encaró con ellos, y clavándoles la mirada,
exclamó: «¿Dónde está Dios? Os lo voy a decir. Le hemos matado; vosotros
y yo, todos nosotros somos sus asesinos. Pero ¿cómo hemos podido hacer-
lo? ¿Cómo pudimos vaciar el mar? ¿Quién nos dio la esponja para borrar
el horizonte? ¿ Qué hemos hecho después de desprender a la Tierra de la
cadena de su sol? ¿Dónde la conducen ahora sus movimientos? ¿A dónde la
llevan los nuestros? ¿Es que caemos sin cesar? ¿Vamos hacia adelante,

FRIEDRICH NIETZSCHE 26
hacia atrás, hacia algún lado, erramos en todas direcciones? ¿Hay todavía
un arriba y un abajo? ¿Flotamos en una nada infinita? ¿Nos persigue el
vacío con su aliento? ¿No sentimos frío? ¿No veis de continuo acercarse la
noche, cada vez más cerrada? .. ¡Dios ha muerto! ¡Dios permanece muerto!
¡y nosotros le dimos muerte! ¡Cómo consolarnos, nosotros, asesinos entre
los asesinos! Lo más sagrado, lo más poderoso que había hasta ahora en el
mundo ha teñido con su sangre nuestro cuchillo. ¿Quién borrará esa man-
cha de sangre?" ... (La gaya ciencia, 125).

Pero aún antes de que aparezca el superhombre -el "nuevo" señor de la


Tierra-, y precisamente por haber muerto Dios, habrá una época de desencan-
tamiento general, ya que si no hay "Dios" tampoco hay normas por las que
guiarse; y al no haber normas aparece el nihilismo o la negación total de todos
los valores y de la vida misma.

DECADENCIA y NIHILISMO.

- ¿Quiere alguien mirar un poco hacia abajo, al misterio de cómo se fabri-


can ideales en la tierra? ¿Quién tiene valor para ello ...? ¡Bien! He aquí la
mirada abierta a ese oscuro taller. Espere usted un momento, señor
Indiscreción y Temeridad: su ojo tiene que habituarse antes a esa falsa luz
cambiante ... ¡Así! ¡Basta! ¡Hable usted ahora! ¿Qué ocurre allá abajo?
Diga usted lo que ve, hombre de la más peligrosa curiosidad -ahora soy yo
el que escucha.-
-«No veo nada, pero oigo tanto mejor. Es un chismorreo y un cuchicheo
cauto, pérfido, quedo, procedente de todas las esquinas y rincones. Me pare-
ce que esa gente miente; una dulzona suavidad se pega a cada sonido. La
debilidad debe ser mentirosamente transformada en mérito, no hay duda -es
como usted lo decía.»-
-¡Siga!
-«...y la impotencia, que no toma desquite, en "bondad"; la temerosa
bajeza, en "humildad"; la sumisión a quienes se odia, en "obediencia" (a
saber, obedientes a alguien de quien dicen que ordena esa sumisión -Dios le
llaman).

-¡Siga!
-«Ahora me dan a entender que ellos no sólo son mejores que los po-
derosos; que los señores de la tierra, cuyos esputos ellos tienen que lamer
(no por temor, ¡de ninguna manera por temor!, sino porque Dios manda
honrar toda autoridad),-que ellos no sólo son mejores, sino que también
"les va mejor", o en todo caso, alguna vez les irá mejor. Pero ¡basta! Ya no
lo soporto más. ¡Aire viciado! Ese taller donde se fabrican ideales -me pare-
ce que apesta a mentiras.»

27 FRIEDRICH NIETZSCHE
-«Comprendo, vuelvo a abrir los oídos (¡ay!, ¡ay!, ¡ay!, y cierro la na-
riz). Sólo ahora oigo lo que ya antes decían con tanta frecuencia: "nosotros
los buenos -nosotros somos los justos-" -a lo que ellos piden no le llaman
desquite, sino "el triunfo de la justicia" ; a lo que ellos odian no es a su ene-
migo, ¡no!, ellos odian la "injusticia", el "ateismo"; lo que ellos creen y
esperan no es la esperanza de la venganza, la embriaguez de la dulce ven-
ganza (- "más dulce que la miel", la llamaba ya Homero), sino la victoria de
Dios, del Dios justo sobre los ateos; lo que a ellos les queda para amar en
la tierra no son sus hermanos en el odio, sino sus "hermanos en el amor",
como ellos dicen, todos los buenos y justos de la tierra.»
_ ¿ y cómo llaman a aquello que les sirve de consuelo contra todos los
sufrimientos de la vida, su fantasmagoría de la anticipada bienaventuranza
futura?
_ «¿Cómo? ¿Oigo bien? A eso lo llaman "el juicio final", la llegada de
su reino el de ellos, del "reino de Dios" pero entre tanto viven "en lafe",
"en el amor", "en la esperanza".»
- ¡Basta! ¡Basta! (La genealogía de la moral, 1, 14).

La moral es hoy en Europa moral de animal de rebaño: -por tanto, según


entendemos nosotros las cosas, no es más que una especie de moral huma-
na, al lado de la cual, detrás de la cual son o deberían ser posibles otras
muchas morales, sobre todo morales superiores. Contra tal "posibilidad",
contra tal "deberían", esa moral se defiende, sin embargo, con todas sus
fuerzas: ella dice con obstinación e inflexibilidad "¡yo soy la moral misma,
y no hay ninguna otra moral!" -más aún, con la ayuda de una religión que
ha estado a favor de y ha adulado los deseos más sublimes del animal del
rebaño, se ha llegado a que nosotros mismos encontremos una presión cada
vez más visible de esa moral en las instituciones políticas y sociales: el movi-
miento democrático constituye la herencia del movimiento cristiano. Ahora
bien, que el tempo [ritmo J de aquel movimiento les resulta todavía dema-
siado lento y somnoliento a los más impacientes, a los enfermos e intoxica-
dos del mencionado instinto ... en antítesis aparentemente con los tranquilos
y laboriosos demócratas e ideólogos de la Revolución, y más aún con los
filosofastros cretinos y los ilusos de la fraternidad que se llaman a sí mismos
socialistas y quieren la "sociedad libre", pero que en verdad coinciden con
todos aquellos en su hostilidad radical e instintiva a toda forma de sociedad
diferente de la del rebaño autónomo ... coinciden en el ensombrecimiento y
reblandecimiento involuntarios bajo cuyo hechizo Europa parece amenaza-
da por un nuevo budismo; coinciden en la creencia en la moral de la com-
pasión comunitaria, como si ésta fuera de la moral en sí, la cima, la alcan-
zada cima del hombre, la única del futuro, el consuelo de los hombres de
hoy, la gran redención de toda culpa de otro tiempo: -coinciden todos ellos
en la creencia de que la comunidad es la redentora, por tanto, en la creen-
cia en el rebaño en "sí mismos". (Más allá del bien y del mal, 202).

FRIEDRICH NIETZSCHE
28
Nihilismo y decadencia son el punto al que ha llegado Europa como conse-
cuencia del cristianismo y del socialismo. Y de la muerte de Dios.
y esa situación ha generado en sí misma la aparición del nihilismo.
Por una parte, pues, es precisa la aparición del nihilismo en cuanto que
activamente es una destrucción necesaria de los valores presentes. Pero la
postura de un nihilismo pasivo (esto es, la destrucción de todos los valores sin
la aparición de otros en su lugar) es inconveniente.
La superación de ese estado de cosas, que es el dominio de los valores de
"los débiles", se alcanzará con la aparición del último hombre. ¿A qué se refie-
re Nietzsche con esta idea?

EL SUPERHOMBRE (ÜBERMENSCH).

Una vez muerto Dios quedan vivos sus asesinos que, en terminología de
Nietzsche, son los últimos hombres .

... Hablaré, entonces, a su orgullo. Les hablaré de lo que hay en ellos de más
despreciable: del último hombre.
y habló así Zaratustra al pueblo:
-Ya es hora de que el hombre se señale a sí mismo una meta.... Yoos mues-
tro al último hombre .... Entonces la tierra se habrá hecho más pequeña y sobre
ella dará saltos el último hombre, que todo lo empequeñece. Su raza es inex-
tinguible como la del pulgón .... "Hemos inventado lafelicidad", proclaman los
últimos hombres y guiñan el ojo. Han abandonado las comarcas donde la vida
era dura, porque experimentan necesidad de calor. Todavía aman al vecino y
se rozan con él porque sienten necesidad de calor... Ya no llega uno a hacerse
ni pobre ni rico: son dos cosas muy penosas. Nadie querrá gobernar. Nadie
querrá obedecer. Son dos cosas muy penosas. ¡Nada de un pastor y un rebaño!
Todos desean lo mismo, todos son iguales: quien piense de otro modo se mete
por su gusto en la casa de los locos. (Así habló Zaratustra, parte /) .
... hoy en Europa el hombre gregario presume de ser la única especie per-
mitida de hombre, y ensalza sus cualidades, que le hacen dócil, concilian te
y útil al rebaño, como las virtudes auténticamente humanas: es decir, espíri-
tu comunitario, benevolencia, deferencia, diligencia, moderación, modestia,
indulgencia, compasión. Yen aquellos casos en que se cree que no es posi-
ble prescindir de jefes y carneros-guías, se hacen hoy ensayos tras ensayos
de reemplazar a los hombres de mando por la suma acumulativa de inteli-
gentes hombres de rebaño: tal es el origen, por ejemplo, de todas las
Constituciones representativas. Qué alivio tan grande, qué liberación de una
presión que se volvía insoportable constituye, a pesar de todo, para estos
europeos animales de rebaño, la aparición de un hombre que mande in-
condicionalmente ... (Más allá del bien y del mal, 199).

29 FRIEDRICH NIETZSCHE
Pero tal y como se ha dicho, el eterno retomo va a hacer que aparezca un
"nuevo hombre" -el übermensch, traducido al español por "superhombre"
-aunque quizá más correcto sería "suprahombre" o "humano superior"- que
volverá a transmutar los valores actuales retornando a los primitivos y origi-
nales, recuperando los valores de los individuos superiores.

-Yo os muestro al superhombre. El hombre es algo que debe ser superado.


¿Qué habéis hecho vosotros para superarlo? Hasta hoy, todos los seres
han creado algo por encima de ellos, y ¿queréis ser vosotros el reflujo de
esta ola enorme prefiriendo retornar a la animalidad antes que superar al
hombre? ¿Qué es el mono para el hombre? Un motivo de risa o una ver-
güenza dolorosa. Es esto mismo, lo que debe ser el hombre para el super-
hombre: un motivo de risa o una vergüenza dolorosa. Habéis trazado el
camino que va desde el gusano hasta el hombre y queda en vosotros mucho
de lombriz de tierra. Antes fuisteis monos y aún ahora tiene el hombre más
de mono que un mono. El más sabio de entre vosotros no es más que una
cosa disparatada; un híbrido, producto de una planta y de unfantasma. Sin
embargo, ¿os he hablado yo de transformaros en fantasma o en planta?
¡Helo aquí! ¡Yo os muestro al superhombre! El superhombre es el sentido
de la tierra ....

"Superhombre", utilizando la terminología consagrada en nuestro idioma, es,


pues, aquel humano -individuo- que es moralmente superior porque ha organi-
zado el caos de sus pasiones vitales y reconoce su diferenciación frente al sis-
tema moral que le ahoga y le asfixia; se crea a sí mismo y es, por ello, creador
y dueño de su vida. Ha sabido imponerse a la propia vida y superar su condi-
ción instintiva, pero no negando su propia fuerza vital, sino dándole un cauce
adecuado. Ello hace que sea un ser valiente y temerario que incluso desprecie
el instinto de conservación, que era el motor de la moral de los débiles.
El superhombre sabe decir "Yo soy".
El arma de transformación del hombre en superhombre es la voluntad de
poder; su voluntad de superación. El superhombre sólo puede aparecer por
contraste con el actual hombre-masa, mediocre y gregario (en sentido absolu-
tamente irónico, Nietzsche consideraría positivos los ideales de igualdad entre
los hombres: gracias al gregarismo moderno se puede apreciar la condición y
diferencia del superhombre), puesto que su voluntad de poder (y poder es la
fuerza vital) está por encima del resto de los hombres.
Ahora bien, ese superhombre, que es una especie de mito antropológico,
no puede aparecer si no hay una negación-superación de los valores deca-
dentes de la moral judeocristiana. La frase "Dios ha muerto" representa esa
superación y no hay que entenderla en un sentido literal o teológico, sino en
sentido simbólico y sociológico.

FRIEDRICH NIETZSCHE 30
Los nuevos valores que el superhombre aportará a la vida y a la tierra, a la
nueva raza de hombres, serán precisamente los contrarios de los que han
triunfado por medio de la moral de los esclavos.

NUEVA TRANSMUTACiÓN DE LOS VALORES.

Nosotros los que somos de otra creencia, nosotros los que consideramos el
movimiento democrático no meramente como unaforma de decadencia de la
organización política, sino como una forma de decadencia, esto es, de
empequeñecimiento, del hombre, como su mediocrización y como su rebaja-
miento de valor, ¿adónde tendremos que acudir nosotros con nuestras espe-
ranzas? -A nuevos filósofos, no queda otra elección; a espíritus suficiente-
mente fuertes y originarios como para empujar hacia valoraciones contra-
puestas y para transvalorar, para invertir "valores eternos"; a precursores,
a hombres del futuro, que aten en el presente la coacción y el nudo, que
coaccionen a la voluntad de milenios a seguir nuevas vías. Para enseñar al
hombre que elfuturo de hombre es voluntad suya, que depende de una volun-
tad humana, y para preparar grandes riesgos y ensayos globales de dis-
ciplina y selección destinados a acabar con aquel horrible dominio del
absurdo y del azar que hasta ahora se ha llamado "historia" -el absurdo del
"número máximo" es tan sólo su últimaforma-: para esto será necesaria en
cierto momento una nueva especie de filósofos y de hombres de mando, cuya
imagen hará que todos los espíritus ocultos, terribles y benévolos que en la
tierra han existido aparezcan pálidos y enanos. La imagen de tales jefes es
la que se cierne ante nuestros ojos: ... una transvaloración de los valores
bajo cuya presión y martillo nuevos una conciencia se templaría, un cora-
zón se transformaría en bronce, de modo que soportase el peso de semejan-
te responsabilidad ... (Más allá del bien y del mal, 203).

En esta nueva transmutación de los valores (la primera es la que hicieron


los sacerdotes judíos frente a la moral aristocrática) se vuelve a instaurar el
espíritu dionisiaco, el instinto vital (como en una especie de eterno retorno).
Los nuevos valores han de ser precisamente aquellos que pertenecieron a
los "aristócratas" y que fueron sofocados por el gregarismo de los hombres
débiles; los nuevos valores serán exactamente la negación, la transvaloración
total, de los valores presentes en la Europa moderna.

La humanidad no supone una evolución hacia un tiempo mejor, más fuerte o


más elevado, en laforma como se lo cree hoy en día. El "progreso" no es más
que una noción moderna, vale decir, una noción errónea. El europeo de ahora
es muy inferior al europeo del Renacimiento; la evolución no significa en
modo alguno y necesariamente acrecentamiento, elevación, potenciación.

3l FRIEDRICH NIETZSCHE
En un sentido distinto cuajan constantemente en los más diversos puntos
del globo yen el seno de las más diversas culturas, casos particulares en los
que se manifiesta en efecto un tipo superior: un ser que en comparación con
la humanidad en su conjunto viene a ser algo así como un superhombre.
Tales casos excepcionales siempre han sido posibles y acaso lo serán siem-
pre. y linajes, pueblos enteros pueden encarnar eventualmente tal golpe de
fortuna. (Anticristo, 4).

Nietzsche ha criticado la moral del mundo europeo por su nihilismo y


decadencia, por haber elevado al hombre débil y mediocre (además de haber
apartado a los fuertes y poderosos), por una moral de la renuncia que somete
los instintos naturales y vitales -la fuerza de vivir- que es precisamente sobre
lo único en lo cual la moral debería fundamentarse.

FRIEDRICH NIETZSCHE 32
BIOGRAFíA

Nació en Roecken, cerca de Leipzig (Alemania) el 15 de octubre de 1844, hUo y nieto de ministros
protestantes por ambas ramas. Aunque no es cierto, él mismo se decía descendiente de nobles
polacos.
En 1848 murió su padre, y dos años después un hermano suyo de dos años de edad, con lo
que la familia quedó exclusivamente compuesta por mujeres (su madre, su hermana, su abuela y
dos tías solteras), lo que se ha hecho valer para explicar su posterior conducta hacia ese sexo.
En 1858, con quince años, fue aceptado en Pforta, un prestigioso internado, donde sobresa-
lió en sus estudios.
En 1864 pasó a la Universidad de Bonn para estudiar Teología y Filosofía Clásica, pero al año
siguiente abandonó los estudios de Teología, en contra de los deseos de su madre, que quería
que siguiera las tradiciones familiares, convirtiéndose también en ministro protestante, y marchó
a la Universidad de Leipzig.
A este período de su vida corresponde un suceso sobre el que no hay evidencias documen-
tadas y sobre el que se ha especulado mucho: su contagio de sífilis, enfermedad que probable-
mente fue la causa de su posterior locura. A este respecto hay que decir que Nietzsche fue un
hombre que se mantuvo prácticamente al margen de relaciones sexuales y que sólo durante su
época de estudiante visitó esporádicamente algún burdel.
Independientemente de este suceso, que no debe ser confundido con su filosofía, la salud de
Nietzsche fue siempre muy delicada, padeciendo continuos dolores de cabeza, careciendo de
buena visión, por lo que sufrió mucho, ya que le impedía leer y escribir con frecuencia. Asimismo
padeció trastornos estomacales y sufría de insomnio.
En Leipzig se dedicó a la filosofía clásica y se apasionó con la música de Wagner y la obra de
Schopenhauer, que fueron las grandes influencias de su juventud.
A finales de 1867 empezó el servicio militar, pero en marzo del año siguiente sufrió una caída
de cabello y fue dado de baja en el ejército, lo que le permitió incorporarse nuevamente a sus
estudios universitarios, aunque bastante desanimado (por esa época contempló incluso la posi-
bilidad de cursar estudios de Química).
En 1869 quedó vacante la Cátedra de Filosofía Clásica de la Universidad de Basilea (Suiza),
siendo recomendado a ella por su maestro Ritschl, obteniéndola aun sin haber publicado ningún
libro ni tener hecha su tesis doctoral, que era un requisito imprescindible. La Universidad de
Leipzig le otorgó esa titulación sin tener que pasar examen alguno. En Basilea adquirió, al poco
tiempo, la nacionalidad suiza.
Poco después, y por un cortísimo tiempo -dos meses-, fue camillero en la guerra franco-pru-
siana de 1870. Es a partir de ese momento cuando empieza un fructífero período de creación.
En 1872, con la publicación de su obra El nacimiento de la tragedia, se originó una polémica
en torno al libro entre los más reputados filólogos clásicos del momento (Wilamowitz-Moellendorf
y E. Rohde).
En los años siguientes publicó distintos trabajos aforísticos y de poca extensión, entre los que
destaca Humano, demasiado humano.
Pero su período de mayor creación corresponde a la década 1879/89. en la que Nietzsche pu-
blicó sus obras más importantes.
En el año 1879, con 35 años, pidió la baja en la Universidad de Basilea alegando su poca
salud, aunque siguió cobrando una pequeña pensión. Desoyendo los consejos de sus médicos,
que le aconsejaron que no leyera y que escribiera poco, se dedicó fervientemente a tales activi-
dades, publicando aproximadamente un libro cada año (véase "obras").
Cambió de residencia con bastante frecuencia (Sils-Maria en Suiza, y Mentone en La Riviera,
Roma y Turín en Italia), pero siempre llevando una vida sobria, acompañado de sus continuos
dolores de cabeza.
Hasta el año 1888 no recibió prácticamente atención alguna por parte de los críticos, aunque
él seguía escribiendo y creando, y recibiendo la ayuda de dos amigos: Franz Overbeck y Peter
Gast.

33 FRIEDRICH NIETZSCHE
En el año de 1882 Nietzsche conoció -y le causó una excelente impresión- a Lou Salomé (que
luego escribiria una biografía sobre él), por medio de Paul Rée, otro antiguo amigo con el que
había confraternizado profesionalmente. Los tres formaron, por un corto período de tiempo, un
extraño trío ("La Santa Trinidad"). Rée empezó a sentir celos y la hermana de Nietzsche, Elisabeth,
intervino previniendo a Federico de Lou y Paul. A finales de ese mismo año la relación ya había
terminado y Nietzsche se encontró más solo que nunca.
Aparte de este suceso, sólo una vez pidió en matrimonio a una mujer, siendo también recha-
zado. Lou fue, evidentemente, la mujer de su vida.
En el año 1889, en Turín, viviendo una época de plenitud y exaltación sufre un colapso en
plena vía pública. Es llevado a su habitación y sólo puede dictar unas pocas cartas a sus amigos
y familiares. Su amigo Overbeck se presentó en Turín para hacerse cargo de los asuntos de
Nietzsche y llevarlo con su familia. Los últimos once años de su vida los pasó en asilos o absolu-
tamente retirado en casa de su hermana, sin escribir una sola línea y sin mantener conversación
alguna. La causa de este estado fue una parálisis general que le afectó al cerebro y que estaba
producida por sífilis. Murió el 25 de agosto de 1900.

OBRAS PRINCIPALES

El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música (Die geburt der Tragadie aus


dem Geiste der Musik, 1872)
Sobre verdad y mentira en sentido extramoral (Über Wahrheit und Lüge im ausser-
moralischen Sinne, 1873)
Humano, demasiado humano. Un libro para espíritus libres (Menschliches,
Allzumenschliches. Ein Buch für freie Geister, 1877)
Aurora. Pensamientos sobre prejuicios morales (Morgenrathe. Gedanken über
moralischen Vorurthaile, 1881)
La gaya ciencia (Die frahliche Wissenschaft, 1881)
Así habló Zaratustra (A/so sprach Zarathustra, 1883)
Más allá del bien y del mal (Jenseits von Gut und Base, 1885)
La genealogía de la moral (Zur Genealogie der Moral, 1887)

RESÚMENES DE OBRAS PRINCIPALES

EL NACIMIENTO DE LA TRAGEDIA EN EL EspíRITU DE LA MÚSICA (1872)


Con un prólogo dedicado a Richard Wagner, de quien dice que "guía mis pasos" y
al que considera como continuador del espíritu de la tragedia griega, Nietzsche con-
trapone, en esta obra de juventud, el instinto vital y la razón. O lo que es lo mismo, la
figura de Oionisos frente a la de Apolo. Es en la representación trágica donde se dan
cita y se expresan ambas esferas, constituyéndose el arte como una manifestación
suprema, metafísica, del equilibrio entre ambas. Pero más allá de lo que el lenguaje
poético pueda alcanzar se halla la música, con su poder de evocación sentimental.
Tras analizar este juego entre los instintos y la racionalidad en las obras de Esquilo y
Sófocles, aparece Eurípides como precedente de una decadencia que alcanza su
punto álgido con Sócrates y Platón, criticados por la preponderancia que atribuyen a
lo puramente racional.

FRIEDRICH NIETZSCHE
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HUMANO, DEMASIADO HUMANO. UN LIBRO PARA EspíRITUS LIBRES (1877)
La edición original constaba de dos partes y un añadido titulado "El viajero y su
sombra" (Oer Wanderer und sein Shatten), publicado, finalmente, de forma separada.
Escrito, prácticamente, en forma de aforismos, la primera parte está dedicada a
Voltaire. Nietzsche sentencia sobre todo aquello que, en su opinión, ha condenado al
hombre a ser esclavo de supuestos e ideas metafísicas o religiosas. Se trata de una
descalificación de lo que puede llamarse la cultura establecida: la moral, la religión, el
arte, la metafísica ... En la segunda parte aborda también la música y la estética.

LA GAYA CIENCIA (1881)


Escritos sus cinco libros en forma aforística, Nietzsche toma como modelo de poe-
sía alegre y vital a los trovadores provenzales. Se encuentra aquí el tema de la muerte
de Dios, finalmente asesinado por los hombres (aun cuando hay un cierto "loco" que
sigue buscándolo). Esta muerte divina libera al ser humano de su sujeción a los valo-
res que niegan la vida, a todo aquello que configura un mundo trascendente, y supo-
ne la libertad y la creación auténticas.
Aparece también el tema del "eterno retorno", así como una despiadada crítica del
idealismo, cristianismo incluido.

Así HABLÓ ZARATUSTRA (1883)


Nietzsche escribe esta obra durante un largo período de tiempo. Con un estilo
netamente metafórico y repleto de parábolas, presenta a Zaratustra (de nombre coin-
cidente con el reformador religioso persa que funda el mazdeísmo, aprox. s. VII-VI a.
C.), como una figura que transmite un nuevo modo de pensar. Tras años dedicado a la
meditación, el personaje de Zaratustra se impone la misión de despertar a los hombres
y rescatarlos de sus cadenas. Así, anuncia el "superhombre" y los sucesivos pasos
para llegar a él (camello, león, niño: metáforas de las distintas fases por las que transi-
ta el hombre en su relación con el mundo). Continúa su crítica al idealismo, a los "tras-
mundos", a la moral decadente y sigue afirmando la preponderancia de la vida y de la
necesidad de su afirmación. Aparece, junto a los temas recurrentes del pensamiento
nietzscheano, el de la "voluntad de poder".
Este escrito es, quizá, el de mayor repercusión de toda la obra de Nietzsche, aun
cuando su aparición fuera un fracaso, un texto difícil e incomprendido en su momento.

LA GENEALOGíA DE LA MORAL (1887)


Como indica su título se trata de analizar el recorrido que ha seguido la moral vigen-
te desde sus orígenes. Elaborado en tres partes, distingue la "moral de los señores" y
la "moral de los esclavos". Bondad y maldad se asocian con el "señor" y el "esclavo",
respectivamente, aun cuando ha habido una inversión y es el "esclavo", con su inter-
pretación del mundo, el que ha acabado por considerarse moralmente bueno. El
"esclavo" simboliza el ser humano gregario y dependiente. Se trata de la moral de la
sumisión frente a la de la autonomía y la libertad. Sobre la "moral de los esclavos" se
ha edificado eljudeocristianismo, una moral del resentimiento, pero también esa nueva
casta de moralistas, líderes políticos o intelectuales que siguen apuntalando unos valo-
res que niegan la auténtica naturaleza humana. Es necesaria, pues, una transmutación
o transvaloración (un cambio en los valores) que recupere el sentido original de la
moral.

35 FRIEDRICH NIETZSCHE
VOCABULARIO FUNDAMENTAL

Concepto Significado/Explicación

Apolíneo Derivado de Apolo, es el valor que representa el orden, la medida, el equilibrio, el canon, lo
inmutable. Es la ley establecida, la racionalidad y también el predominio del lenguaje, de las
ideas, sobre las manifestaciones instintivas de la vida.

Bien, Bueno Valor moral que ha sufrido históricamente una inversión en cuanto a su significado. Aquello
(gul) que naturalmente debe considerarse como bueno se ha convertido en lo malo (el egolsmo,
la fuerza, lo pasional ...). Es bueno el "noble", el "superior", aunque en el momento presente
de la cultura occidental se asimile con lo negativo.

Culpa Sentimiento que surge en los débiles, los "esclavos", producido por los valores de la moral
(schulei) judeocristiana

Cultura Todo el conjunto de normas, conocimientos y estrategias de adaptación social en plena


(schulei) decadencia. La cultura occidental está en proceso de degeneración, lo cual la lleva a una
situación de nihilismo. [ver]

Dionisiaco Derivado de Dionisos, es el valor que representa el instinto, la fuerza, la pasión, lo intuitivo,
el cambio permanente. Se asimila a la vida en toda su capacidad de expresión.

Dios Figura ideal que lleva a los seres humanos a ligarse emocionalmente con lo irreal. El Dios
(gol) único del monotelsmo ha acabado, finalmente, por sucumbir, c.ondición necesaria para la
regeneración moral del hombre.

Eterno Retorno Concepción que supone la repetición de lo ya ocurrido. Este continuo retornar supone la
afirmación de la vida, tal y como es. frente a la visión progresiva y lineal sostenida por el
judeocristianismo.

Mal, Malo Valor moral que ha sufrido históricamente una inversión en cuanto a su significado. Aquello
(base) que naturalmente debe considerarse como malo se ha convertido en lo bueno (la pasividad,
la obediencia, el sentimiento de culpa ...). Es malo el "plebeyo", el "esclavo", el sometido a
las normas y valores dominantes, aun cuando en el momento presente de la cultura occi-
dental se asimile con lo positivo.

Moral Conjunto de ideas, conceptos, normas y valores que suponen una representación del ser
(moran humano y del mundo. Conjunto de códigos para actuar y pensar que, o bien niegan la vida,
o bien, la potencian. La moral vigente, que conduce al nihilismo, tiene su origen en el idealis-
mo griego, continúa con la moral judeocristiana y debe finalizar con la muerte de Dios.

Nihilismo Por un lado, es la situación en la que se encuentran los seres humanos después de la
(nihifismus) muerte de Dios, es decir tras el fin de los valores dominantes. Pero, por otra parte, se trata
de la actividad consistente en acabar con esos valores y construir otros nuevos. [ver
Transvaloración]

Nobleza El "noble" es el superior, el "señor". Se trata de la actividad creadora frente a la pasividad y


(aden la resignación. Es lo opuesto al resentimiento y a todo sentimiento de culpa.

Resentimiento Frente al "noble" aparece el "esclavo", el "plebeyo", con toda su carga de hostilidad frente
(unwiffe) al "superior". Profundamente culpabilizado se abate entre la pasividad y la búsqueda del mal
en los demás. El "sacerdote" es una figura paradigmática del resentimiento.

Superhombre Hombre "superior" en sentido moral. Es el creador de nuevos valores frente a la decadencia
(übermensch) de los antiguos. Lejos de cualquier culpabilización, busca invertir los valores desde una
actitud activa, en consonancia con su autonomla moral. Renuncia a los "trasmundos" y a los
discursos idealistas, afirmando la vida y lo sensible.

Transvaloración Hay una primera transvaloración o inversión moral: la que procede de los griegos -y que
continúa eljudeocristianismo- en donde "bueno" y "malo" terminan por designar lo que
ahora se conoce como tal (aun cuando deberla ser al contrario). La segunda transvaloración
se producirá con el advenimiento del superhombre. [ver]

Vida La verdadera naturaleza del ser humano. Todas aquellas pulsiones de orden irracional, en el
(/eben) sentido de no estar sometidas directamente a la razón ni controladas por ella. Sentimientos,
pulsiones, instintos: fuentes de la acción y de la creación genuinas.

Vitalismo Filosofía que prioriza la vida [ver] frente a la razón.

Voluntad de poder Fuerza o actividad presente en todas las cosas. En el ser humano esta tendencia a
(wiffe zur machI) realizarse plenamente puede verse limitada por elementos que la niegan: los valores
dominantes. El superhombre [ver] atiende exclusivamente a este requerimiento de su
naturaleza.

Voluntad de saber Forma de la voluntad de poder Iver] aplicada al conocimiento, es decir, a la producción de
(wiffe zur wissen) discursos sobre el mundo y que, en último término, tiene como objetivo mantener una
situación de dominación basada en valores negadores de la vida.

FRIEDRICH NIETZSCHE 36

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