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Trimestre 2021-P
Introducción
Esta fundamentación de Gaos y la influencia de Ramos, permitirá la formación del llamado grupo
Hiperión donde se encuentran entre otros, Leopoldo Zea, Emilio Uranga, Luís Villoro, Joaquín
Sánchez Macgregor, Ricardo Guerra y Jorge Portilla. Todos excelentes representantes de ese
movimiento por definir lo propio de nuestra filosofía llevando con radicalidad, las tesis del
movimiento de la filosofía mexicana.
José Gaos en defensa de la filosofía mexicana, aborda un núcleo de la historia de las ideas en el
cual se encuentran todas las aportaciones en términos históricos, sobre la filosofía de nuestro
pasado intelectual o de pensamiento se han dado. La filosofía en México se ha considerado, por
lo general, como una historia de influencias. Hubo filosofía aquí porque se trajo la influencia de
la escolástica, el positivismo, la filosofía francesa, alemana, etc. Sin embargo, Gaos, trata de
pasar de la filosofía en México (de influencias) a la filosofía mexicana, que destaca lo propio o el
aporte de México; donde se reconoce algo diferente, algo peculiar, cómo se adapta y asimila la
filosofía. Así pues, esta historia de las ideas, o de la historia de la filosofía mexicana, fue
importante para la consolidación de la filosofía mexicana y latinoamericana.
Desarrollo
En la primera parte de la obra En torno a la filosofía en México, Gaos muestra un esfuerzo por
afirmar la existencia de una cierta originalidad y autenticidad de la filosofía en México y
Latinoamérica; el autor inicia con la presentación del problema en torno a este debate. Concibe a
la filosofía como un conjunto de ideas abarcada por el pensamiento, así la historia de las ideas
incluye una historia del pensamiento y una historia de la filosofía. El objetivo central del autor es
hacer una valoración de la filosofía mexicana, a partir de una revisión critica de la historia de las
ideas en México. Para ello se remite a la noción de “idea” explicitada por Ortega y Gasset;
entonces tal historia de las ideas, no se refiere a lo abstracto o carente de historicidad; sino a ideas
efectivas inmersas en las acciones y reacciones del ser humano, las comunidades y sus
circunstancias. En este sentido, Gaos considera que, para mostrar una posibilidad de originalidad,
se debe considerar a la historia de las ideas como parte de la historia humana en su totalidad.
En la construcción de una historia de las ideas, Gaos destaca una historicidad de las ideas, de
modo que no solo comprende el presente, por el pasado o se anticipa al futuro; sino que el pasado
es interpretado a partir de la obra de cada uno de los sucesivos presentes, y el pasado y el
presente pueden, a su vez, ser comprendidos de acuerdo con los futuros previstos. Como lo
menciona: "El pasado histórico no es inmutable. Porque no es absolutamente pasado. Porque si
fuera no tendría realidad alguna ...su presencia en el presente consiste parcialmente en estar
constituido parcialmente por el presente mismo. Por ello muda con éste.”1
El sujeto o historiador actúa en los tres momentos del método propuesto por Gaos: invención de
textos, análisis de estos y articulación de la Historia. El primer momento es el de la selección de
las fuentes, considerando como tal toda expresión de ideas que pueda ser conocida; esto lo realiza
el historiador desde un determinado punto de vista y con determinados intereses, de modo que los
textos no sólo son seleccionados sino inventados por él. En el análisis el historiador entabla un
diálogo con las ideas, su sujeto y su circunstancia, sin desprenderse de la propia subjetividad, con
el imperativo de ser consciente de ella y estar dispuesto a modificar su punto de vista si así lo
impone el nuevo saber. El momento de la articulación consiste en una síntesis de grado superior,
en el que el historiador construye la historia.
Como lo muestra el autor, es evidente que la Historia de la filosofía no puede reducirse a una
exposición sistemática de ideas abstractas y sus relaciones. De ahí que proponga un análisis
histórico, que entraña el compromiso y responsabilidad del filósofo. Dado que la originalidad de
una filosofía se encuentra en estrecha relación con su carácter nacional, sin que esto signifique
perder de vista lo universal. El motivo de la negación de la originalidad de la filosofía mexicana
está dado por la actitud de menosprecio hacia la propia cultura debida a la dependencia cultural
de Hispanoamérica respecto de Europa. Esto se plasma en el uso acrítico de categorías de la
filosofía europea para el estudio e historización de la filosofía mexicana.
Conclusiones
En primer lugar, debemos destaca rla intención con que Gaos hace este repaso a la filosofía
mexicana, y no es otra que la de verificar la verdad o falsedad del juicio que asegura que México
no ha hecho ninguna aportación a la filosofía universal, habiéndose limitado a importar filosofías
extranjeras. Gaos duda, sin embargo, de que la importación de filosofías sea un hecho puramente
receptivo y no haya en él al menos un mínimo de actividad aportativa. Bien pudiera considerarse
así la mera importación de filosofía escolástica durante la primera época de la colonia. No ocurre
esto desde la mitad del siglo XVIII, en que los jesuitas y algunos que no lo son, como Gamarra,
que bajo un criterio electivo tales filosofías, no puede ser otro que el de su valor para las
necesidades y circunstancias del país. El siglo XVIII, marca dos etapas diferentes en el carácter
importador de las filosofías extranjeras, que, si primero se hacen desde fuera con espíritu
metropolitano que se impone a la colonia, en un segundo momento se importa desde dentro con
espíritu de espontaneidad, independencia y personalidad nacional y patriótica creciente.
La actitud crítica de Gaos ante los supuestos de la historiografía permite actualizar críticamente
sus aportes para nuestra Historia de las Ideas. Su preocupación por constituir una filosofía
hispanoamericana original, como autoafirmación; hace patente la relación epistemológica entre el
hecho de historiar ideas y la pregunta por el hombre que está detrás de esas ideas, el cual es
reconocido en su originalidad como hombre pensante y creador. También al vislumbrar el papel
de la filosofía en México mediante un método historiográfico, permite: en lo relativo a la
invención de las fuentes, ampliar la noción de texto y abrir ciertas posibilidades para nuestra
Historia de las Ideas; en lo que respecta a una categorización autóctona y así apreciar lo nuevo de
nuestra cultura.
Considero que la filosofía mexicana requiere ser difundida y enseñada en el interior, con los
connacionales, pues uno de sus principales obstáculos consiste en el desconocimiento general que
se tiene de ella, principalmente. Nuestra filosofía, consolidada ya pero enfrentada a la realidad del
sistema globalizado requiere también desarrollar otras estrategias argumentativas acordes con las
nuevas formas cómo evoluciona la realidad y como se presentan los nuevos problemas.
Bibliografía: Gaos, José. Entorno a la filosofía mexicana. México, Alianza Editorial, 1980.